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I

HIMNO DEL SER Y DEL NO SER


-
No existía, entonces, lo no existente,
ni existía lo existente.
No existía el espacio intermedio,
ni el firmamento, que está más allá.
¿Qué se agitaba? ¿Dónde?
¿Bajo la protección de qué?
¿Existía, acaso, el agua,
insondable, profunda?

2 No existía, entonces, la muerte,


ni la inmortalidacl.
No había señal distintiva
del día y de la noche.
Sin viento respilaba aquel Uno,
por su propia nattraleza.
Aparte de é1
ninguna otra cosa existía.

3 Tiniebla recubierta de tiniebla


había en el comienzo.
Todo esto era agua inescrutable.
Rodeado por el vacio,
existía aquél que deviene a la existencia
Por el poder de su fuego interno,
aquel Uno se generó a sí mismo.

I En el comienzo
le sobrevino el deseo,
simiente primera de la mente.
Buscando con sabiduría en su corazón,
hallaron los sabios
el vínculo del ser en el no-ser.

21,
5 Transversalmente fue extendida su cuerda.
¿Habia acaso un debajo?
¿Habia un encima?
Portadores de germen había,
había poderes.
Naturaleza abajo,
impulso arciba.

6 ¿Quién sabe, verdaderamente?


¿Quién ha proclamado, aquí,
de dónde ha surg¡ido,
de dónde proviene la creación?
Los dioses,
están de este lado de la creación
¿Quién sabe, entonces,
de dónde proviene?

7 De donde proviene la creación,


sea que la haya él establecido,
sea que no,
aquél que es su vigilante
en el cielo supremo,
é1, en verdacl,lo sabe.
O, tal vez,
no lo sabe.

Rig Veda, x, 129

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