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Territorios 16-17 / Bogotá 2007, pp.

29-46

Ciudad, ciudadanía y género. Problemas


y paradojas1
Paula Soto Villagrán2
psoto@pehuen.chillan.ubiobio.cl

1
Este artículo se enmarca
dentro de la Investigación
“El uso del tiempo y el es-
pacio en la vida cotidiana
de mujeres urbano popu-
lares”, financiada por la
Dirección de Investiga-
ción de la Universidad del
Bío-Bío, Chile. (Proyecto
DIUBB 054223 2/R).
Una versión preliminar de
este artículo fue presentada
como ponencia en el XXV
Congreso de la Asociación
Latinoamericana de So-
ciología —ALAS, en Porto
Alegre, Brasil, en agosto de
2005, específicamente en la
mesa de trabajo sobre ciu-
dadanía y género.
2
Trabajadora social, doc-
tora. en ciencias antropoló-
gicas, docente e investiga-
dora del Departamento
de Ciencias Sociales de la
Universidad del Bío Bío,
Chile.

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Palabras clave: RESUMEN
ciudadanía, mujeres, es-
pacios urbanos, barrio.
La preocupación feminista por la ciudad surge
del cuestionamiento a la distribución desigual
de los espacios, a la asignación diferencial de las
esferas doméstica y pública, afirmando que es
en el escenario de las ciudades donde se con-
figura la vida cotidiana, se desarrollan procesos
Key words: sociales y es allí donde la movilidad y las activi- ABSTRACT
citizenship, women, urban
dades de las mujeres responden a estereotipos
spaces, neighborhood. The feminist concern about the city arises from
“femeninos”, influenciados por una perspectiva
masculina tanto de la planificación como de la questioning the unequal distribution of spaces
cultura dominante. and the differential assignment of household
La ciudadanía se origina en las ciudades, sin em- and public spheres, by stating that the city sce-
bargo estas contienen patrones de desigualdad nario is where everyday’s life is set up, social
de género, la división tajante de lo público y processes develop, and women mobility and ac-
lo privado asociado a lo femenino y masculino tivities correspond with “feminine” stereotypes,
en las urbes, la estructura espacial que dificulta influenced by a male perspective both for the
el uso y acceso a los beneficios de la ciudad, la planning and for the prevailing culture.
falta de áreas verdes e infraestructura o la in- Citizenship originates in the cities, but these
seguridad, afecta con mayor profundidad a las present gender unequal patterns, the sharp pri-
mujeres. Por ello, el reclamo por el derecho a la vate from public separation associated with the
ciudad en las prácticas organizativas de mujeres feminine and the masculine in the metropolis,
urbanas populares, muestran las incongruen- the spatial structure that hinders use and access
cias, carencias y debilidades de la concepción to the benefits of the city, the lack of green areas
tradicional de la ciudadanía. En este trabajo and infrastructure, or the lack of safety, which
presento estas contradicciones a nivel teórico y affect women more deeply. Therefore, the claim
empírico, pues entre conflictos y negociaciones, for the right to the city in the organizational
libertades y restricciones, las mujeres cotidiana- practices of popular urban women, showing in-
mente habitan y rehabitan la ciudad, en espacios consistencies, deficiencies, and weaknesses in
privilegiados para el ejercicio democrático. Es- the traditional notion of citizenship. This paper
tos temas serán reflexionados en este artículo, shows these contradictions both on a theoretical
donde nuevos y viejos problemas implicados and a practical basis, because between conflicts
en el debate, serán analizados a la luz de un and negotiations, freedoms and restrictions,
conjunto de evidencias empíricas de trabajo de women inhabit and re-inhabit the city everyday,
campo en barrios urbanos populares de la ciu- in privileged spaces for the democratic exercise.
dad de Concepción, en Chile. These topics are examined in this article, where
new and old issues involved in the discussion
are analyzed in the light of a set of practical
fieldwork evidence in popular neighborhoods
territorios 16-17 of the city of Concepcion, Chile.

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1. A modo de introducción te existentes en las ciudades chilenas. Espe-
cialmente se sugiere que la relación entre el
La cuestión sobre los estudios urbanos y la imaginario del miedo y la inseguridad ge-
perspectiva de género ha estado escasamen- nera diferentes condiciones que construyen
te vinculada a la reflexión de las ciencias so- a la ciudad como un espacio hostil y poco
ciales, pues en una primera mirada espacio planeado para el ejercicio de la ciudadanía
y género no tienen relación entre sí. Por un de las mujeres.
lado el espacio, ligado a la geografía, a la lo- A partir de la revisión de significativas dis-
calización y delimitación de fronteras, y por cusiones teóricas junto a algunos análisis
otro el género, como producto de la cons- empíricos se propone discutir los posibles
trucción cultural de las diferencias sexuales vínculos entre la condición de género y los
(Rubin, 1996; Lamas, 1996a y 1996b) que espacios urbanos, en tanto es en estos es-
dividen a los cuerpos en femeninos y mas- cenarios donde se territorializa el ejercicio
culinos. En un contexto de interconexión de la ciudadanía.
mundial, de circulación acelerada de men-
sajes, desterritorialización de las relaciones
sociales y de los procesos de producción, se 2. Planteamientos conceptuales
presenta una gran dificultad para definir la generales
idea de espacio según la antigua concepción
que lo ligaba a lo estable y permanente. En la Grecia clásica se concibió la idea de
Este trabajo examina la discusión sobre la polis, espacio que posibilitaba el ejercicio
ciudadanía y el feminismo, especialmente ciudadano, donde las relaciones entre los
las tendencias críticas y los replanteamien- individuos se caracterizan por su carácter
tos que se elaboran en torno a la dicoto- público-político y no por su orientación
mía público/privado. El texto se ocupa, hacia la esfera doméstica. De esta manera,
en particular, de argumentar que la sepa- era en la polis donde se desarrollaba la vida
ración entre ambas esferas, que se concreta pública, la visibilidad, lo exterior, lo abier-
en lugares dentro de la ciudad, ha estado to, es decir, aquella que se preocupa de los
marcada centralmente por una perspectiva asuntos de la ciudad. Sumado a lo anterior
esencialista, que ha ubicado rígidamente a la ciudadanía moderna se configuró pensan-
las mujeres en la escena privada-doméstica do en la universalidad y la homogeneidad
y a los hombres además de ésta, en la esfe- de los grupos sociales, lo que dificultó el
ra pública. Por otro lado, se profundiza la reconocimiento de la división y el riguroso
relación entre diferenciaciones espaciales y trazado de las fronteras entre lo público.
diferenciaciones de género. Interesa intro- Así, las mujeres han sido excluidas del esta-
ducir aspectos que desde la perspectiva de tus de ciudadanas y por lo tanto de la parti-
los estudios urbanos favorecen o dificultan cipación del mundo público de la igualdad,
la construcción de las ciudadanías realmen- todo lo cual ha repercutido profundamente territorios 16-17
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Esta asociación simbólica en la manera de estructurar las ciudades, nía, por ser guardianas de las necesidades y
ha sido sugerida por Susan pues la organización de los espacios urba- de la afectividad del grupo familiar.
Saegert, para quien la vi-
da urbana está relaciona-
nos tiene correspondencia con la división Puede resumirse las tendencias críticas fe-
da con la agresividad y por social y sexual del trabajo. ministas en el ámbito teórico de la ciuda-
el contrario las mujeres y En este sentido, “la ciudad zonificada”, en danía al par conceptual publico/privado,
los suburbios comparten la palabras de Jane Darke (1998), o el zooning en las siguientes direcciones:
vida doméstica, el reposo, como lo referencia Buñuel (1985), tiene
la proximidad a la natu-
raleza, la inconsciencia
especiales consecuencias para las mujeres; i) En una primera instancia se plantea que
sobre el peligro y en últi- desde mi perspectiva, consecuencias sim- ambas esferas no están tajantemente se-
mo término la seguridad bólicas, ya que reproduce los estereotipos paradas sino por el contrario en inter-
(Saegert, 1980). de género, al entender segregadamente las dependencia entre sí, con lo cual la par-
actividades de trabajo, ocio, vida familiar, ticipación igualitaria de las mujeres en
así también refuerza el establecimiento de la vida pública sólo será realizable sí se
fronteras en torno a la producción/repro- producen transformaciones en la esfera
ducción, suburbio/ciudad3 (público/pri- doméstica.
vado, femenino/masculino). ii) En un segundo momento la crítica se
La diferente manera en que mujeres y hom- orienta principalmente a la noción liberal
bres están situados en la vida pública y pri- abstracta de individuo, que en realidad
vada es el principal cuestionamiento que hace referencia a una figura masculina,
autoras como De Barvieri (1991), Tarrés propietario, desvinculado de las relacio-
(1989) y Pateman (1996, ponen en dis- nes privadas, obviando la presencia de
cusión. En general, se orientan a afirmar los cuerpos de esos individuos.
que dividir en dos esferas de acción social iii) Finalmente la crítica se materializará en
pública y privada, como si en su interior la afirmación de que ambos conceptos
los contenidos fuesen homogéneos, con lí- público y privado se construyen des-
mites estrictamente definidos, es artificial. de una mirada ahistórica. Por ejemplo,
Esta asociación simbólica, ha contribuido ampliamente documentada (Valdés y
a fortalecer la creencia de que la naturaleza Weinstein, 1993a, 1993b, Feijóo, 1992,
de las mujeres es tal que lo correcto es que Massolo, 1991), se encuentra la argu-
estén sometidas a los hombres y que el lugar mentación de que la aparición de las
que les corresponde es la esfera privada y fa- mujeres en la escena pública latinoame-
miliar, aún más, que el estudio de la vida de ricana surgió en un momento en que la
las mujeres pudiese ser delimitado sin ma- radicalización arbitraria de la separación
yores dificultades a las ideas de hogar, uni- de la esfera pública y privada se hacía más
dad doméstica, familia. Por su parte, la vida evidente. De acuerdo con Jean Franco
pública incorporaría lo político, el trabajo habría dos factores que contribuyeron
remunerado, el mercado. Las mujeres son en América Latina a que las mujeres “in-
territorios 16-17 excluidas del ámbito público de la ciudada- vadieran” el mundo público: “los regí-
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menes autoritarios de la década de 1970 les como el sistema político como acción
y la extrema pobreza causada por la crisis y responsabilidad del Estado; la esfera pú-
de la deuda externa y por las políticas blica; la sociedad civil y las organizaciones;
neoconservadoras impuestas sin la pro- la economía; la esfera doméstica y la esfera
tección ofrecida por el estado benefac- de lo íntimo. Estos seis espacios permiten
tor” (Franco, 1993: 268). Esta situación complejizar y visibilizar la heterogeneidad
afectó diferenciadamente a hombres y de la vida social, y resulta altamente signifi-
mujeres. Las mujeres pudieron demos- cativo el reconocimiento de lo doméstico y
trar su creatividad en la búsqueda de familiar como un espacio de acción, objeto
soluciones cotidianas para hacer frente de análisis.
a la crisis: “las mujeres convirtieron la En tercer lugar, en el contexto de los verti-
ciudad en un teatro donde la población ginosos desarrollos tecnológicos, la infor-
entera estaba obligada a participar como mática, las telecomunicaciones y el surgi-
espectadora” (Franco, 1994: 271). miento de la sociedad de los medios, se ha
reconfigurado la noción de lo público. Así,
En este sentido, las búsquedas y las críticas el concepto de “público” es un elemento
a la dicotomía público/privada, ha tenido fundante en la definición del espacio pú-
amplias repercusiones en la teorización so- blico. Siguiendo a Ferry, el “nuevo espa-
bre la ciudadanía, la ciudad y género. Aquí cio público incluye tanto imágenes como
se recojen tres aportes latinoamericanos elementos del discurso, comentarios, dis-
que ayudan a dilucidar de mejor forma una cusión con los más racionales fines de eluci-
aproximación teórica al problema urbano dación” (Ferry, 1995: 20). Interesa rescatar
planteado. En primer lugar, la noción de la idea de pensar en públicos alternativos,
espacios de acción femeninos planteada por porque ha sido desde estos espacios don-
Tarrés (2002), que contribuyó a visualizar de los grupos segregados socialmente ta-
el papel activo de las mujeres de clase me- les como las mujeres, los homosexuales y
dia en organizaciones vecinales, religiosas las etnias han levantado discursos y se han
y deportivas. Con ello integraba lo ideo- constituido en públicos alternativos. Como
lógico y la división sexual, en cuanto las dice Fraser: “propongo llamarlos contra-
mujeres mantienen el control en diferentes públicos subalternos, para así poder señalar
áreas de los espacios cotidianos, reubicando que son terrenos discursivos paralelos en
a las mujeres como sujetas sociales. donde los miembros de los grupos socia-
En segundo lugar, Teresita de Barbieri les subordinados inventan y hacen circular
(1991), quien considera la dificultad de ha- contra discursos, que al mismo tiempo les
blar actualmente de dos esferas de acción permiten formular interpretaciones de opo-
pública/privada. Para esta autora es necesa- sición acerca de sus identidades, intereses y
rio visualizar a la sociedad en otros ámbitos, necesidades” (Fraser, 1993: 41).
llegando a proponer diferentes espacios, ta- territorios 16-17
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Es indispensable traer el contrapúblico fe- Al respecto cabe retomar a Nancy Fraser
minista a la discusión, el cual ha sido un cuando argumenta que “las disposiciones
discurso subalterno de mucha significación, que permiten la discusión entre la plurali-
que en momentos de gran visibilidad, uti- dad de públicos en competencia promue-
lizando diferentes medios —radio, televi- ven mejor el ideal de la paridad participativa
sión, prensa escrita, etc.— ha logrado situar de lo que lo hace un público único, amplio
problemas que hasta hace poco tiempo eran y dominante” (Fraser, 1993: 40). Además,
considerados exclusivamente “privados”, sostiene que en donde persista todo tipo de
internos, familiares, y se han llevado a un desigualdades sociales, como podrían ser
intercambio a nivel “público”. Fue precisa- nuestras ciudades latinoamericanas, donde
mente con la consigna “lo personal es po- la segregación espacial atraviesa ciudades
lítico” que cuestiones como el aborto, el enteras y la tendencia a enrejar las áreas re-
acoso sexual, la violación, la desigualdad, sidenciales de los sectores de altos ingresos
la violencia doméstica, la doble y triple jor- y aquellas habitadas por poblaciones de ba-
nada de trabajo, el control sobre el cuerpo jos ingresos, generan ciudades ampliamente
y la sexualidad y el cuidado infantil se fue- fracturadas. Podría reconocerse que en el
ron transformando en nuevos elementos de caso de que exista un público hegemónico,
análisis, categorías conceptuales, acciones los grupos marginales no contarán con es-
legislativas, que se utilizan para describir pacios para discutir, plantear aspiraciones,
la realidad de las mujeres, llegando a que alternativas de acción etc. Esta dificultad
se “escenifiquen públicamente aspectos para ejercitar la construcción de la ciuda-
de la vida que son a tal punto ‘privados’ que danía desde la opinión pública, de alguna
los que conforma el público se cuidarían forma podría limitar sus actuaciones públi-
mucho de abordarlos en el seno mismo de cas o la formación de discursos.
la esfera de la intimidad familiar” (Ferry, Devolver la discusión sobre la privacidad y
1995: 21). Así, la política, que hasta aho- lo doméstico a la ciudad, será un referente
ra había sido concebida por medio de abs- privilegiado para la formación de identida-
tracciones teóricas, se reconfiguraba para des colectivas cuya expresión más elocuen-
incluir la textura de la vida cotidiana, con lo te han sido las múltiples expresiones del
que en definitiva se evidencia la inextricable movimiento feminista; así el juego de los
conexión entre ambos dominios. Todo lo discursos públicos beneficiaría a grupos de
anterior si bien no ha logrado eliminar di- mujeres en situación de dominación.
chas problemáticas permite a los diferentes Con todo, el desarrollo de la ciudadanía de
discursos feministas acceder a ámbitos pú- las mujeres en Latinoamérica ha tenido un
blicos oficiales, expandiendo sus discursos carácter heterogéneo, como colectivo social
a públicos más amplios e incluso virtual- ha puesto en cuestión y se ha confrontado
mente indefinidos. contra los poderes instituidos. Los logros
territorios 16-17 que se han obtenido no han sido gratuitos
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ni simples. Ante las diferenciaciones de clase términos de lo personal y lo colectivo, el Estoy entendiendo al gé-
y género, la ciudadanía femenina ha sur- tiempo ordinario y el tiempo extraordi- nero como el conjunto de
prácticas simbólicas, re-
gido como una búsqueda de constitución nario, lo productivo y reproductivo, etc. presentaciones, normas y
de una condición social de equiparación de Siguiendo a Néstor García Canclini enten- valores que las sociedades
derechos entre todos los integrantes de las der la complejidad del fenómeno urbano elaboran a partir de la di-
sociedades. implica concebir las ciudades de la manera ferencia sexual anátomo-
siguiente: “Las ciudades no son sólo un fe- biológica y que en última
instancia dan sentido a las
nómeno físico, un modo de ocupar el espa- tramas de relaciones entre
3. Diferencias espaciales y cio, de aglomerarse, sino también lugares personas sexuadas.
diferencias de género4 donde ocurren fenómenos expresivos que
entran en tensión con la racionalización,
Si se entiende la ciudad y la problemática con las pretensiones de ordenar la vida so-
urbana, teniendo en cuenta la experiencia cial” (García Canclini, 1998: 5).
del habitar, los análisis sobre el territorio y Desde esta mirada puede afirmarse que la
la ciudad requieren avanzar en la discusión ciudadanía se origina en las ciudades, ca-
sobre cómo entendemos las ciudades, y am- racterizadas por la densidad, la diversidad,
pliar las conceptualizaciones que la definen las interacciones, las diferencias y la multi-
como una mera designación geográfica, una culturalidad. “No es solamente ‘urbs’, es
dimensión cuantitativa de la vida social, o decir, concentración física de personas y
como factores externos y estables, sin con- edificios. Es ‘civitas’, lugar del civismo, o
siderar la participación de los actores. participación en los quehaceres públicos.
Esto también implica que en el espacio ur- Es ‘polis’, lugar de política, de ejercicio de
bano convergen relaciones sociales signi- poder” (Borja, 2001). En efecto, los pro-
ficativas que se tejen cotidianamente para cesos de intercambio de experiencias y de
construir la experiencia urbana, y estas re- lenguajes que se dan en la urbe no se experi-
laciones son diversas, contradictorias y mu- mentan de la misma forma por las personas,
chas veces la diversidad de valores, repre- lo cual genera relaciones diferenciales en el
sentaciones, normas y prácticas, que en este espacio, debido a que hombres, mujeres,
escenario se desenvuelven, implican modos niños, ancianos etc., tienen sus propias y
de vivenciar la ciudad diferentes y muchas diferenciadas formas de acción y sistemas
veces desiguales. En este entendido, en la complejos de significación dentro de sus
ciudad se configura el mapa de relaciones recorridos para ir a trabajar, estudiar, pasear,
sociales que entrelazan códigos comunica- entretenerse, comprar. A este fenómeno se
tivos, interacciones y mensajes, y en todos le denomina como cultura urbana, es decir
estos niveles de análisis las personas cons- “el conjunto de esquemas de percepción,
truyen órdenes de convivencia, dentro de valoración y acción de actores histórica-
los cuales habrá formas específicas de usar, mente situados en un contexto específico,
ubicarse y organizar el espacio urbano, en territorios 16-17
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Para Harding (1996) sujeto a un marco de regulación y ordena- gregación espacial de género es casi imper-
decir que la vida social, así miento” (Reguillo, 1996: 75). ceptible, puesto que se descompone el te-
como la ciencia, se encuen-
tra generizada, significa Sin embargo, es precisamente en las ciuda- rritorio en espacios más pequeños, aunque
que las culturas asignan des donde se visualizan patrones de desi- de hecho es más amplia porque atraviesa
un género tanto a fenó- gualdad de género agudos y son los patro- barrios y clases” (Rebolledo, 1998: 74). De
menos naturales, sociales nes obstáculos objetivos evidentes para las esta forma, acompañando a esta imagen de
como a las personas. Los
significados genéricos lle- mujeres, que se traducen en diferentes for- aglomeración en un determinado territorio,
gan a poblar los sistemas de mas de discriminación. Al mismo tiempo, las mujeres detienen su atención en otras
creencias, las instituciones, existe otro tipo de exclusiones, de carácter características como la carencia de equipa-
y también aquellos fenó- simbólico, principalmente, que no tienen miento comunitario, las dificultades para
menos que al parecer están
alejados del género como la la evidencia de lo material, sino que pasan a insertarse en la trama urbana, o inseguridad
planificación urbana y la ser parte de la naturalización que se realiza de ciertas zonas. A lo que inevitablemente
arquitectura. de los espacios. La segregación de género es nos estamos refiriendo es a la segregación
6
Algunas de las notas de una de las más significativas dentro de ellas. socio cultural.
campo que se presentan
a continuación son el re- De esta manera, el concepto de segrega- En la ciudad generizada5 se reconoce el
sultado de observaciones ción permite comprender el ordenamiento desigual acceso a los espacios exteriores a
y entrevistas en profundi- espacial como un fenómeno social, que no la casa y se afirma que la calle es de do-
dad realizadas a mujeres puede ser explicado solamente desde una minio masculino. Los hombres gozan de
de sectores populares de la
ciudad de Concepción, perspectiva objetiva o como una abstrac- mayor libertad para salir y disponer así de
ubicada a 529 Km. al sur ción meramente geométrica. la territorialidad que implican los pasajes y
de Santiago. De acuerdo El concepto de segregación ha sido utili- las calles cercanas. En definitiva, las muje-
con el censo tiene una po- zado de manera imprecisa en las ciencias res entrevistadas visualizan una facilidad de
blación de 214.505 habi-
tantes, con una población sociales, en algunas ocasiones con una ocu- movimiento de las parejas, esposos, mari-
eminentemente urbana. Es rrencia simultánea al de pobreza, desigual- dos, hermanos:6
importante aclarar que los dad y muchas veces como exclusión. Para
discursos utilizados de las el sociólogo chileno Francisco Sabatini, la Hay lugares para hombres no más generalizando,
entrevistas, son recortes de
una investigación mayor definición de segregación espacial se refiere hay en toda la villa, porque canchas deportivas
sobre usos del tiempo y el a “la aglomeración geográfica de familias de aquí hay donde tú vayas, y para mujeres aparte
espacio desde una perspec- igual condición social (étnica, de edad o de de la sede social que ahí hay que se juntan puras
tiva de género, por lo tan- clase)” (Sabatini, 1999: 26). señoras, no hay ninguna otra cosa como para
to no son exhaustivos y se
presentan como referentes Esta afirmación implica que la segregación entretenerse y a mi me encantaría, a lo mejor yo
que permiten presentar por razones económicas opera generando no iría pero no sé ya pero, de repente como hay
problemas en un nivel pre- un entramado territorial donde se encuen- tantos lugares donde los hombres van a tomarse
liminar. tran concentrados los índices de pobreza y sus tragos, que se yo querría aquí un lugar en la
que es posible dibujar dentro de un mapa. villa donde fueran puras mujeres a lo mejor te
A diferencia de estas delimitaciones econó- digo, a lo mejor te digo no iría, a lo mejor si, pero
micas, sociales y funcionales, se agrega la
territorios 16-17 segregación por razones de género: “la se-
debiera haber (Kelly, 29 años).

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Cuando sale El, va a juntarse con los chiquillos, vida familiar no se encuentran tajantemente
ahí se juntan los hombres al lado de la cancha que separadas; en otras circunstancias el trabajo
hay una cuestión como cervecería, pero ahí van y la vida familiar tienen como escenario la
puros hombres, o se junta con sus amigos aquí casa, y para las que trabajan fuera de la casa,
en la esquina y aquí arriba o en el negocio que en varios casos es el mismo barrio el lugar
está allá abajo y se compran una cerveza o un donde se trabaja. Por otro lado, las mujeres
cigarro, yo le digo que de repente invite a algún que trabajan remuneradamente, fuera del
amigo aquí a la casa y no le gusta (...) afuera sí , barrio, ocupan los tiempos de la comida
pero adentro no (Morelia, 30 años). para hacer las compras de la casa, de modo
que, no disfrutan de los tiempos destina-
Podemos interpretar, a través de estos ex- dos para comer, o deben salir rápidamente
tractos, una forma de construir segregación finalizada la jornada laboral para alcanzar
genérica, cuando los urbanistas piensan en el horario de supermercados y tiendas co-
planificar lugares para ocupar el tiempo li- merciales, llevando a cabo dobles jornadas
bre. En los barrios populares de la comuna de trabajo.
de Concepción encontraremos diferentes En definitiva, la estructura espacial de las
proyectos para construir canchas de fútbol y ciudades incide en la condición femenina
multicanchas, donde se puede realizar algu- ya que la mujer debe hacer compatibles sus
nas prácticas deportivas principalmente fút- distintas funciones de la casa, el trabajo y
bol, y básquetbol, o también se prioriza la la participación comunitaria, situados en
construcción de juegos infantiles. Cada una diversos puntos del espacio urbano, que
de estas instalaciones tiene como beneficia- conllevan desigualdades en el uso y acceso
rios un grupo social prioritario, la familia, y de los beneficios de la metrópoli, cada una
dentro de ella los hombres, niños/as y jó- de las cuales muestran la construcción de
venes/as, de manera que el uso del espacio prácticas ciudadanas genéricas donde pue-
comunitario tienen un modelo donde las de cuestionarse el hecho de que el espacio
mujeres adultas, en su papel tradicional de urbano sea pensado y organizado por y para
dueñas de casa, no tienen alternativas, que- los varones.
dando al descubierto su condición de no ser
sujetas de las políticas de planeación.
Por otro lado, la estructura espacial dificulta 4. Barrio, ciudadanía y mujeres
el uso y acceso a los beneficios de la ciudad.
La desvinculación entre sus lugares de tra- Los barrios tienden a evidenciar una planifi-
bajo y el hogar implican, para las mujeres, cación similar a la de las zonas metropolita-
dobles desplazamientos por la ciudad para nas, centros y periferias. Esto nos enfrenta a
cumplir con sus tareas públicas y domésti- un hecho incuestionable, cual es la carencia
cas. Por una parte, en la realidad de las mu- de equipamiento, la mala distribución de
jeres investigadas, las actividades de ocio y estos, lo que conduce a la segregación so- territorios 16-17
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cio espacial urbana y de género. En efecto, En ambos casos se dan procesos de lenta
en el trabajo investigativo realizado, se han apropiación de los espacios tradicionales,
podido constatar y resolver nudos teóricos principalmente las sedes comunitarias,
respecto del barrio como un espacio espe- las cuales han sido siempre monopo-
cialmente sensible para la construcción de la lizadas para el uso de los varones que
ciudadanía de las mujeres, ya que tanto en participan de las juntas de vecinos, or-
el centro como en la periferia de la ciudad, ganizaciones deportivas, juveniles etc.,
en barrios y en sectores residenciales exis- a través de un proceso de ocupación y
ten múltiples y diversos grupos de mujeres manejo formal de las sedes sociales, las
organizados, abarcando la mayor parte del cuales tienen en común la estructura je-
medio urbano. rárquica y de dominación que subordina
Ahora bien, el barrio es significado como el a las mujeres. Empero, ellas se han ido
territorio local que permite mediar entre la apropiando de estos lugares en la medida
casa y la calle, entre lo privado y la ciudad, y que han fijado límites que diferencian su
donde la participación social y la sociabili- accionar del de otros grupos. Lejos del
dad se constituyen. En particular, el barrio estereotipo de mujeres que se juntaban
ayuda a generar procesos de continuidad de a tomar el té y hacer manualidades, sino
diferentes territorios urbanos y proporcio- con un protagonismo ligado a la promo-
nar referentes de identidad. La diversidad ción de espacios autónomos, conscien-
interna de las ciudades en las que vivimos, tes, responsables, relacionados con el
de acuerdo con Borja (2001), nos entrega desarrollo local, las mujeres comienzan
una oportunidad de vivir, considerando es- a descubrirse como pobladoras, mujeres
calas diferentes. En los barrios populares se y ciudadanas.
dan dos procesos significativos en el análisis Estas acciones les han ayudado a recono-
de la ciudadanía local: cerse a sí mismas como personas, conec-
tándose con procesos sociales y políticos
1) De acuerdo con el trabajo de campo comunales donde van haciendo sentir su
realizado podemos reconocer dos tipos voz y logran diariamente analizar crítica-
de organizaciones en las que las mujeres mente su experiencia y descubrir que sus
participan en el barrio: los talleres pro- intereses siempre cambiantes y flexibles,
ductivos y las organizaciones relaciona- comienzan a desplegarse, seleccionarse
das con algún tipo de institucionalidad, y volverse propuestas; es decir, van ejer-
ya sea religiosa, política, o relacionada ciendo la ciudadanía en el espacio ba-
con la salud pública, surgidas en los no- rrial. En este sentido, según lo plantea
venta con la promoción de instancias de Natacha Molina, la comunidad de inte-
gobierno y a través de instancias locales reses o existencia de un interés general
como el Municipio. compartido y negociado desde la diver-
territorios 16-17 sidad, es el primer elemento que cons-
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tituye la ciudadanía moderna (Molina, hartos años unas poquitas unas más que otras, El caso de la Casa de la
1998). A pesar de lo anterior, podemos pero estamos ahí, y la idea es que una vez que Mujer de Nonguén, gestio-
tengamos el espacio físico vamos a poder decir nado por la Coordinadora
apreciar claramente las dificultades espa- de Mujeres Domokim (pa-
ciales que tienen las mujeres sujetas de participen con nosotras (Teresa, 49 años). labra mapuche que signi-
estudio como colectivos en la utilización fica vida), ubicado en la
de estos lugares mixtos, y que pueden Este conjunto de problemas que ven periferia de la ciudad de
ser perfectamente entendidas como un las mujeres, las ha obligado a pensar en Concepción, es un excelen-
te ejemplo para ampliar los
juego de poderes, donde se condiciona otras alternativas de uso de espacios, y
espacios públicos del barrio,
el préstamo a dinero, a limpiar la sede han tenido que ir recorriendo y des- un proceso que con muchas
una vez a la semana, a la disponibilidad plazándose por diferentes lugares en el negociaciones y conflictos,
de tiempo que tengan, a cumplir roles mismo barrio, para darse cuenta que la ha podido materializarse
tradicionales: mejor alternativa sería la de un lugar con el año 2004.
límites y frontera, diferente a los exis-
Es un gasto de energía enorme tratar de conse- tentes y que las diferencia frente a otras
guir el espacio para realizar una actividad y esa no mujeres.7 Como claramente podemos
es la idea, la idea es que cuando podamos dispo- observar en los relatos, el valor que se
ner de un lugar propio que nosotras lo maneje- le asigna a la idea de un “espacio pro-
mos como corresponde, y de acuerdo a nuestros pio” se asemeja incluso a lo propuesto
intereses (Ivis, 60 años). por Virginia Woolf: el espacio propio
como un lugar que no hay que pedir ni
Ahora con el club deportivo tenemos otro pro- pagar para que sea facilitado; un lugar
blema, de que ahí tenemos un espacio ya, bonito, donde sean las mujeres quienes deciden
grande hay buena disposición pero, hay un pero qué hacer; un lugar abierto a la comu-
que ya nos desarrajaron el mueblecito que man- nidad, especialmente a las “otras” mu-
damos a hacer ehhh, nos echaron la puerta bajo, jeres que no participan; en fin, un lugar
nos sacaron candado, toda esas cosas (...) no hay de autonomía. “Un lugar de mujeres”
seguridad de mantener la implementación que propio y diferente, “en sentido real, no
tenemos, y como yo soy responsable, entonces sólo metafórico, tener espacio significa
tuve que estar toda la tarde arreglando el canda- tener libertad, libertad de dirigir, de ser,
do, y ahí mismo donde los caballeros toman al- de relacionarse y viceversa” (Signorelli;
cohol ahí, quebraron los vidrios y tuve que clavar 1999: 53).
la ventana , ehh y así montones de cosas, que te 2) No podemos afirmar explícitamente
desgastan (Pascuala, 50 años). que las mujeres estén excluidas de los
espacios urbanos. En la realidad tienen
La idea desde siempre es que nosotras hemos acceso a muchos lugares dentro de la
querido tener en ese espacio abrirnos al resto de ciudad, pero en muchos de ellos sien-
ten hostilidad, incomodidad, extrañe-
las personas y las mujeres, invitarlas a participar,
porque en este minuto estamos trabajando hace za o falta de pertenencia, ya que deben territorios 16-17
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El concepto de sistemas transitarlos siempre cuidadosamente por pen, cuestionan, y crean, donde junto a
de sexo-género, ha sido la imagen del peligro ante las agresio- otras, han tenido y tienen diariamente
utilizado por Gayle Ru-
bin refriéndose a “[...] el
nes masculinas. Por ello, afirmamos que la oportunidad de jugar otros papeles,
conjunto de disposiciones tanto el conocimiento, la movilidad y la trazar otros rasgos identificatorios, otras
por el que una sociedad permanencia temporal en ciertos lugares imágenes. La diversidad que ofrece la
transforma la sexualidad responden a fenómenos culturales rela- ciudad de Concepción, sobre todo sus
biológica en productos de cionados con el género. De tal manera, lugares públicos, permite ir visibilizando
la actividad humana, y
en la cual se satisfacen
se refuerza la dependencia femenina res- sus cuerpos aún no libres de amenazas,
esas necesidades humanas pecto de la casa, con el trabajo que im- pero escenificando otros personajes, ca-
transformadas” (Rubin, plica sostenerla diariamente, las rutinas da uno de los cuales otorga sentido a
1996: 37). invisibles y el control social que se puede sus vidas; sin embargo no puede aislarse
llevar a cabo. “Debido a que el espacio una imagen de otra; debemos entender-
está inscripto a la vez en estructuras es- las como partes de un todo, como partes
paciales y estructuras mentales, que son dialécticas de un proceso complejo que
en parte el producto de la incorporación construye una ciudadanía imaginada.
de las primeras, el espacio es uno de los
lugares donde se afirma y ejerce el poder,
y sin duda en la forma más sutil la de la 5. El miedo y su efecto en la ciudad
violencia simbólica como violencia inad- y la ciudadanía de las mujeres
vertida” (Bourdieu, 2000: 122).
“Agregamos que el urbanismo no ha te- Los sistemas de sexo-género8 tienen dife-
nido un sistema de valores único y mo- rentes expresiones históricas. No obstante,
nolítico, pero ciertos presupuestos han geográficamente asumen una forma espe-
sido hegemónicos”. (Darke, 1998:124). cífica en el territorio urbano, a través de la
Por ello podemos decir que las políticas imagen del miedo, quizá una de las mayores
urbanas refuerzan la idea de las mujeres expresiones de las relaciones de poder, pues
en sus roles tradicionales como madres, la subordinación de las mujeres se asimi-
esposas y dueñas de casa, y que pese a la a través de la interiorización del temor
que son muchas las que cada día se in- ante la amenaza de la violencia del género
corporan al mundo público a través del masculino, en la casa, en el trabajo y en la
trabajo, la educación, la participación y vía pública; una realidad no completamente
principalmente la ciudadanía, aún pode- reconocida.
mos ver que la ciudad continúa siendo Pese a que en el 2000 se haya definido que
pensada para los hombres. “las mujeres tienen el derecho al acceso
Las mujeres en las ciudades interactúan, igualitario del territorio y de los espacios
sociabilizan, intercambian, expresan, y geográficos de los gobiernos locales, que va
es en el barrio donde muchas de ellas es- desde el derecho a poseer la tierra, al dere-
territorios 16-17 cenifican otra cotidianidad, donde rom- cho de moverse libremente y sin miedo en
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espacios públicos y en el trasporte público”, Tres efectos me interesa rescatar para vin- Vemos cómo las investiga-
por la Unión Internacional de Autoridades cular ciudad, ciudadanía y el miedo, desde ciones sobre el miedo invi-
sibilizan la realidad de las
Locales, el miedo a ser víctimas de algún ac- una perspectiva de género. En primer lugar, mujeres, pues no reconocen
to delictivo, a la agresión corporal silenciosa como lo señala Jesús Martín-Barbero, “los las múltiples formas de vio-
cuando ocurre en la intimidad del hogar, y miedos son clave de los nuevos modos de lencia doméstica que éstas
a la más pública cuando ocurre a los ojos de habitar y de comunicar, son expresión de viven cotidianamente en
los otros, está siempre presente en la pre- una angustia más honda, de una angustia sus propias casas; por ello,
están lejos de considerar su
ocupación por habitar los espacios dentro cultural. Angustia que proviene de varios casa como un lugar segu-
de la ciudad. También la ciudad estudiada, factores, en primer lugar, de la pérdida de ro. La problemática de la
el temor se territorializa: arraigo colectivo de las ciudades” (Martín- violencia intrafamiliar
Barbero, 2000: 31). El riesgo, la descon- no es nueva. De acuerdo
[...] cundo está oscuro, y yo salgo a las seis y fianza y el temor como parte de la expe- con el Servicio Nacional
de la Mujer en Chile, en el
cuarto de la tarde y está oscuro ya, así trato de riencia urbana obliga a desarrollar algunas marco de la Campaña de
irme con un grupo de compañeros, llego a mi tácticas para enfrentar la inseguridad de Prevención de la Violencia
casa y no salgo más, jamás sola, jamás me van a las mujeres);9 por ejemplo, que la espere Intrafamiliar llamada
ver sola en la calle, y mínimo andar con otra per- el marido o el papá en el paradero del bus, “No dejes que la violencia
sona o con mi pololo, o sea les pido a los otros los cuidados también pasan por preferir no golpee a tu pareja” (2005).
Algunas de las cifras que
que pasen por aquí cuando se van a la radio, yo frecuentar lugares que se reconocen como se desprenden del estudio
les digo a otros que me pasen a buscar, porque masculinos, hasta simplemente quedarse en “Detección y análisis pre-
me da miedo (Patricia, 21 años). la casa y no salir, limitando los movimien- valencia de la Violencia
tos urbanos. Esta última es la que men- Intrafamiliar”, realizado
por el Centro de Análisis
[…] lo que pasa es que yo al menos en mi caso cionan con mayor frecuencia, y nos habla
de Políticas Públicas de la
soy super cuidadosa, yo llego de mi trabajo, tengo de restringirse para sí mismas la utilización Universidad de Chile, por
que ir a comprar y lo hago todo de día, porque a de lugares de la vida pública, no ejercer la encargo del Servicio Nacio-
las siete más o menos yo ya estoy en mi cuartel ya, libertad de salir y estar donde se quiera; in- nal de la Mujer, Sernam,
pero entonces yo no sé que es lo que puede pasar cluso llama la atención que se repiten con muestran que el 34 % de las
mujeres actual o anterior-
en la noche, tienen que pasar cosas, pero uno no insistencia los trayectos y los itinerarios de
mente casadas de nuestro
se entera, eso es lo que pasa (Teresa, 56 años). manera monótona, muchas veces porque país ha vivido violencia
los lugares que ya han sido recorridos una física y/o sexual, el 16.3%
[...] pero te digo yo bajar sola allá al paradero de y otra vez, son los que mayor seguridad violencia psicológica, el
noche más allá nunca nunca nunca, si tengo que brindan. 14,9% ha sido víctima de
violencia sexual por parte
salir tarde, mi marido me va a buscar porque si En segundo lugar, lo que está en juego bajo
de su pareja, y un 50,3% ha
yo voy a otra parte, por ejemplo donde una tía cualquiera de estas formas de intimidación experimentado situaciones
que se yo, no me voy a venir a las diez de la noche que perciben las mujeres es el efecto de con- de violencia en la relación
porque me da miedo a no ser que mi marido me trol que el espacio puede ayudar a construir, de pareja, alguna vez en
diga ya y baje con mi hermano a esperarme aba- en la medida en que las interacciones, los la vida.
actores, la percepción y utilización espa-
jo, pero a más tardar a las diez yo no me vengo
(Nelly, 29 años). cial, son fuertemente influenciados por las territorios 16-17
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formas urbanas de los lugares públicos. En barrial también se condicionan fuertemente
este sentido, las mujeres en la calle compar- las salidas, las llegadas, y esto es una cons-
ten la posición de sumisión frente al poder tatación que incluso cruza la edad, pues
de los varones. Cualquiera de estas formas el miedo a transitar muy tarde, sola, y por
de temor que sienten las mujeres trae co- determinados trayectos obliga a la reclusión
mo consecuencias la restricción en el uso hogareña.
de ciertos itinerarios, la persistencia en las
trayectorias, o la autoexclusión de ciertos
lugares; en fin, se coarta la libertad de ca- 6. Algunas reflexiones finales
minar y moverse por la ciudad. Se trata del
retorno a lo privado, entendiendo que ne- Por medio de este artículo se intentó mos-
garse la ciudad es negarse el ejercicio de la trar la necesidad de continuar estrechando
ciudadanía. la relación entre ciudad y ciudadanía, consi-
En tercer lugar, el temor e inseguridad se derando que es el espacio donde se desarro-
produce a través de un proceso de encar- lla el ejercicio democrático. Por otro lado,
nación de la memoria en el cuerpo, como es vital replantear los límites de lo público
el fantasma urbano que denomina Silva, y y lo privado en la ciudad, en el horizonte
que lo define como “aquella presencia in- del pluralismo, el respeto de los derechos
descifrable de una marca simbólica en la individuales, y en una amplia idea de ciuda-
ciudad, vivida como experiencia colectiva, danía genérica que incorpore la libertad en
de todos o de una parte significativa de sus el uso de la ciudad de hombres y mujeres,
habitantes, por la cual nace o se vive una pero en condiciones de seguridad.
referencia de mayor carácter imaginario que La principal contradicción que he mostrado
de comprobación empírica” (Silva, 2001: es que el imaginario del miedo condiciona
217). Lo que explica que pese a que no el uso socioespacial de la ciudad, lo que
todos les ocurra en el paisaje urbano la- tiene fuertes consecuencias en el discurso y
tinoamericano, es un hecho común cada el accionar de las mujeres y se constituye en
vez más fuerte la presencia de rejas, alar- el principal riesgo del ejercicio de su ciuda-
mas y otros elementos de seguridad, pero danía. En tal sentido es posible ir más allá y
también y desde una mirada de género, en preguntarnos si la ciudad, a partir de proce-
construcciones relacionadas con el diseño sos de segregación y fragmentación territo-
urbano como estacionamientos, túneles, rial, así como de construcción de fronteras
callejones o iluminación, las mujeres están urbanas que separan grupos sociales, crea
expuestas a las agresiones sexuales, lo mis- ciertos tipos de espacios generizados que
mo que en el transporte público. institucionalizan la segregación espacial y
En el caso de las mujeres, este resulta ser un refuerzan el poder y privilegio masculino.
factor altamente diferenciador de las expe- Pese a lo anterior también documento la
territorios 16-17 riencias en Concepción, ya que a nivel local paradoja que se produce en la ocupación
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temporal de las mujeres, individual y colec- Carmen Feijoó e Hilda María Herzer,
tivamente, de los espacios públicos, donde Las mujeres y la vida de las ciudades. Ins-
a través del asociacionismo y la participa- tituto Internacional del Medio Ambien-
ción en organizaciones sociales hacen es- te IIED-América Latina; Grupo Editor
cuchar su voz y demandan mejoras en su Latinoamericano, Buenos Aires. pp 33-
situación de vida, familiar, laboral, barrial 60.
etc, tal y como lo expresan las mujeres del Ardener, Shirley. 1993. Women and Space,
barrio analizado, lo que ha generado proce- Ground Rules and Social Maps. Berg Pu-
sos de cambio espacial, que han repercutido blishers, Oxford.
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nuevas significaciones y referencias simbó- en un debate acerca de los límites de lo
licas dentro del contexto de la ciudad de político”, en Debate Feminista 9 (18):
Concepción. 14-32.
Todo lo anterior obliga también a repen- Berger, Peter y Luckman, Thomas. 1986.
sar el rediseño de políticas urbanas que sin La construcción social de la realidad.
duda deben considerar la mirada de género Amorrortu, Buenos Aires.
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la diferencia de género permita ampliar las en el Fórum Europa. Barcelona, junio
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la experiencia urbana y la movilización so- denación urbana en el uso cotidiano del
ciopolítica de las reivindicaciones de la ex- espacio”, en El uso del espacio en la vida
periencia ciudadana de mujeres populares. cotidiana. Actas de las IV Jornadas de
Con todo, ampliar las aproximaciones a las Investigación Interdisciplinaria, Semina-
ciudades y a las formas de habitar en ella exi- rio de Estudios de la Mujer, Universi-
ge tener como elemento inicial la capacidad dad Autónoma de Madrid, Madrid. pp.
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