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TRABAJO DE DERECHO ROMANO II

DOCENTE:

OLGA LUCIA BARRIOS

INTEGRANTES:

Andrea Paola Montalvo contreras

milena Isabel Angulo acosta

Julieth Carol pineda fuentes

jose German muñoz Tordecilla

Luis Gonzaga Noreña varón

Alexander Villabon arias

GRUPO AB (NOCTURNO)

CORPORACION UNIVERSITARIA ANTONIO JOSE DE SUCRE

SEGUNDO SEMESTRE

AÑO 2020
ACTIVIDAD

En grupos de seis (6) estudiantes, manifestar cuáles de los siguientes modos de


extinguir las obligaciones en el Derecho Romano, se aplican en Colombia
actualmente, y especificar mediante qué norma se aplica.
1. Pago.
2. Novación.
3. Confusión.
4. Perdida de la cosa debida.
5. Determinación de capital.
6. Mutuo desistimiento.

DESARROLLO
1. En Roma para finales de la República ya no bastaba con el simple pago para extinguir la
obligación, sino que era necesario la figura política del SPONSIO ya que la obligación
era una especie de atadura que necesitaba desatarse a través de la solemnidad que exigía
la SPONSIO.
SPONSIO era una figura jurídica que necesitaba la ACCEPTILATIO del acreedor, la
presencia del deudor ante un juez, cinco testigos, el LIBRINS y los cinco pedazos de
plomo. El pago viene del latín pacare y se dice que el pago es sinónimo del
cumplimiento de toda obligación y por cumplimiento de la obligación entendemos la
entrega de la cosa o la prestación de un servicio que se hubiese prometido.
Los derechos de crédito son apreciables en dinero y al deudor le interesa cumplir con su
obligación para así desligarse de su acreedor y recobrar su libertad, en esta forma, se
dice que hay “SOLUTIO”, pues el lazo de derecho que los unía se ha roto. Los
romanos consideraban que la solutio era el pago de una obligación que tenía como
ejecución Un dar, un hacer, un no hacer y cabe señalar que un pago era la forma de
extinción de la obligación a la que más frecuentemente acudían los romanos cuando
pactaban además cabe señalar que una vez que se realice el pago la obligación se
extingue de pleno derecho ya que carece de objeto pero era necesario la figura del
SPONCIO y la ACECEPTILATIO del acreedor para liberarse jurídicamente de la
obligación entre acreedor y deudo
La prestación de la cosa debida constituye el fin natural y regular de la obligación; pero
esto no fue suficiente en Derecho Romano para liberar al deudor; sólo en la época
clásica el derecho civil reconoció al pago como modo de extinguir la obligación.
En época clásica el cumplimiento de las obligaciones con prestación de dare se
verificaba mediante su solutio o pago, es decir, mediante cualquier acto formal o real
que consistiera en una datio y, por lo tanto, constituyera el dominio de un derecho real.
EL PAGO
Es el acto que producía al acreedor el beneficio que debía reportar de su acreencia, era
la finalidad propia de la obligación.
En principio cualquier persona podía realizar el pago en nombre del deudor, excepto en
el caso que se haya pactado un acto personal del deudor, por haberse celebrado el
contrato en vista de sus peculiares cualidades personales. Pudiendo el tercero realizarlo
con o sin el consentimiento del deudor.
El pago debía ser hecho a la persona del acreedor, su mandatario; si era incapaz, a su
tutor, curador o en caso de que hubiese un gestor de negocios.
En lo referente al objeto de la obligación, esta debía cumplirse pagando la misma cosa
que se había prometido, entregándose esta en su totalidad.
El pago tiene por efecto extinguir de pleno derecho la obligación.
El cumplimiento de una obligación es un hecho que consiste en la integra, efectiva y
oportuna realización de la prestación o debitum, objeto de la obligación.
Por consistir toda prestación en un cierto “hacer” genérico se hablaba en términos
generales de “satisfacer una obligación” al hecho de su cumplimiento, y como el efecto
de satisfacer una obligación era disolver la relación que ligaba a acreedor y deudor los
juristas solían hablar de solutio, y como además liberaba al deudor de la prestación,
también hablaban de liberatio.
El cumplimiento efectivo de una obligación mediante la realización de la prestación
correspondiente adquiere caracteres propios dependiendo de la naturaleza de la
prestación. En efecto, el cumplimiento de las obligaciones con prestación de dare se
realiza mediante la constitución del dominio o de un derecho real, empleándose
específicamente la voz solutio (pago) para referirse a ella; y el cumplimiento de
obligaciones de facere se realiza mediante su satisfactio.
En época clásica el cumplimiento de las obligaciones con prestación de dare se
verificaba mediante su solutio o pago, es decir, mediante cualquier acto formal o real
que consistiera en una datio y, por lo tanto, constituyera el dominio de un derecho real.
Producto del pago el acreedor se convierte en dueño de la cosa pagada y, en
consecuencia, en su poseedor civil pro soluto, y si el deudor que ha pagado no era
dueño sólo se convierte en poseedor civil, por lo cual el deudor no ha cumplido
efectivamente la prestación y no se ha liberado de ella, supuesto que no ha dado, pero si
luego el acreedor pagado llega a adquirir el dominio de la cosa mediante la usucapio pro
soluto, entonces se ha cumplido la datio, liberándose el deudor.
¿QUIÉN PUEDE PAGAR?
El principio básico en relación a quien puede pagar era el siguiente: el naturalmente
legitimado para hacerlo es el deudor y sus herederos en proporción a sus cuotas en el
haber hereditario. El deudor puede pagar personalmente o por medio de mandatario,
siempre que éste actúe a nombre del mandante.
EXTINCIÓN DE LAS OBLIGACIONES (DERECHO ROMANO)
Las obligaciones se extinguen por una serie de hechos que han sido reunidos bajo el
título de modos de extinción de las obligaciones, que no tiene un carácter uniforme y
que no poseen toda una eficacia igual.
El Vínculo de derecho entre el acreedor y el deudor no estaba llamado a perpetuarse
indefinidamente. Debía llegar un momento en que el deudor se libertara de la carga de
su obligación y entonces esta última quedaba extinguida.
El medio propio y natural de extinguirse toda obligación era el pago, es decir, la
satisfacción del objeto de aquella por parte del deudor.
Los derechos de crédito son apreciables en dinero y al deudor le interesa cumplir con su
obligación para así desligarse de su acreedor y recobrar su libertad, en esta forma, se
dice que hay “SOLUTIO”, pues el lazo de derecho que los unía se ha roto.
La solutio producía como efecto jurídico la liberación del deudor, y si la obligación era
civil tal efecto operaba ipso iure, y si era de origen pretorio también operaba
automáticamente, aunque no se decía técnicamente ipso iure.
Si no existía obligación (civil o natural) la solutio lógicamente no podía producir efecto
liberatorio, porque se había tratado de una solutio indebitum (pago de lo no debido) y
quien había pagado podía repetir la cosa o el derecho real mediante la condictio indebiti.
¿QUIÉN PUEDE PAGAR?
El principio básico en relación a quien puede pagar era el siguiente: el naturalmente
legitimado para hacerlo es el deudor y sus herederos en proporción a sus cuotas en el
haber hereditario. El deudor puede pagar personalmente o por medio de mandatario,
siempre que éste actúe a nombre del mandante.
Puede también pagar cualquier tercero, tanto contando con la voluntad del deudor,
cuanto en contra de ella, y en ambos casos se produce la liberación del deudor. Para que
se produzca, en ambos casos, la liberación del deudor es imprescindible que el tercero
pague en nombre del deudor y no en nombre propio, pues si lo hacía en su propio
nombre habría incurrido en error y habrá pagado lo no debido (solutio indebitum) y, por
ende, podría ejercitar la condictio indebiti para repetir lo pagado por error.
¿QUIÉN PUEDE EXIGIR Y RECIBIR EL PAGO?
El principio básico es que puede exigir y recibir el pago el acreedor y sus herederos
proporcionalmente a sus cuotas en la herencia, liberando de este modo al deudor. El
acreedor puede recibir legítimamente el pago, liberando al deudor, personalmente o
través de un mandatario a quien especialmente se le encomendó que cobrara la deuda, o
el mandatario a quien se había confiado la administración general de todos los negocios,
entendiendo los juristas clásicos que el procurador del acreedor tenia siempre la facultad
de exigir y recibir el pago de la deuda.
Podía también recibir legítimamente el pago el tercero a quien el acreedor mandó
(iussum) al deudor que realizara el pago.
En una stipulatio solo puede recibir el pago, no exigirlo ni novar la obligación,
el adiectus solutionis causa.
El adstipulator, tanto para exigir cuanto para recibir pago, y goza de todas las facultades
de un acreedor.
El pago hecho a una persona distinta de las anteriores, si se había realizado por error
constituía una solutio indebitum y, por lo tanto, quien pagaba podía repetir lo pagado
mediante la condictio indebiti
¿QUÉ DEBE PAGARSE?
Naturalmente el objeto de la solutio había de ser consistente con el de la prestación de
dar debida, de tal manera, tenía que recaer sobre la cosa objeto de la datio o el derecho
real del cual se trataba, pues de lo contrario el deudor no resultaba liberado de la
obligación.
Como la prestación consistía en una datio (rem o ius) el deudor que pagaba debía ser
dueño de la cosa, pues si el acreedor que recibía el pago sufría la evicción de la cosa
pagada, no se producía la liberación, supuesto que no había existido datio.
El objeto del pago debía ser integro, pues el acreedor no estaba obligado a recibir un
pago parcial o incompleto, de tal manera que si rechazaba uno ofrecido así no incurría
en mora de recibir (del acreedor).
¿CÓMO HA DE IMPUTARSE EL PAGO?
Si entre el deudor tiene para con el acreedor diversas obligaciones con prestaciones que
recaían sobre objetos similares, una vez que verifica un pago se plantea la cuestión de
determinar a cuál de todas las obligaciones debe imputarse el pago realizado. Una
situación semejante podía plantearse si la deuda generaba intereses, pues había la
cuestión de determinar si el pago se imputaba al capital o a los intereses.
De modo de ejemplos podían presentarse las siguientes situaciones:
Si la prestación es de dare y consiste en constituir el dominio en el acreedor, su
cumplimiento se realiza dependiendo de la naturaleza de la cosa objeto de la prestación,
de tal manera que si es mancipi requerirá de un acto formal de adquisición dominical
(mancipatio), y si es una rec nec mancipi, normalmente mediante traditio. Si la
prestación consiste en un pago de dinero, ella se realiza mediante su datio que se
denomina numeratio.
Si la prestación consistía en la constitución de una servidumbre o un usufructo su
cumplimiento se verificaba por la realización del acto apropiado a la constitución sobre
la cosa ejecutado por el deudor. (Ej. in iure cessio servitutis).
En todos estos casos ha existido un acuerdo previo entre acreedor y deudor en orden a
pagar y a recibir el pago, acuerdo que constituye la causa del acto de transferencia, y
que siempre es por causa de pago, esto es, solutionis causa. Producto del pago el
acreedor se convierte en dueño de la cosa pagada y, en consecuencia, en su poseedor
civil pro soluto, y si el deudor que ha pagado no era dueño sólo se convierte en
poseedor civil, por lo cual el deudor no ha cumplido efectivamente la prestación y no se
ha liberado de ella, supuesto que no ha dado, pero si luego el acreedor pagado llega a
adquirir el dominio de la cosa mediante la usucapio pro soluto, entonces se ha cumplido
la datio, liberándose el deudor.
2. El pago, como lo cita el Código Civil en su artículo 1626, es el cumplimiento efectivo
de las obligaciones con el cual un deudor extingue las obligaciones que posee con su
deudor. El pago es el modo normal de extinguir las obligaciones, ya que supone la
ejecución efectiva de la prestación que previamente acordaron las partes, y por la que se
vieron abocadas a contratar. Al respecto, Tamayo Lombana expresa: el pago es el acto
jurídico por el cual se cumple la prestación debida, cualquiera que sea su objeto (dar,
hacer o no hacer), y cuyo efecto es extinguir la obligación.
Es necesario realizar la siguiente precisión, el pago no necesariamente recae en la
obligación de entregar una suma de dinero, el pago es una figura mucho más amplia a
esta simple limitación. “Cualquiera que sea la obligación, el que la ejecuta está
pagando. Al respecto, muy clara doctrina ha sido al precisar el sentido restringido y el
amplio del vocablo pagar, el sentido usual y el sentido jurídico, puede decirse entonces
en lenguaje ordinario, pagar se entiende como entregar una suma de dinero, pero en
lenguaje jurídico, pagar es ejecutar la obligación, cualquiera que sea su objeto
¿QUIÉN PUEDE HACER EL PAGO?
El pago lo puede realizar el deudor o cualquier persona que decida encargar para dicha
tarea, puede pagar además cualquier persona a su nombre sin importar si es aun sin su
conocimiento o contra su voluntad. Pero si la obligación recae en una obligación que
necesariamente sea de Intuitu Personae, el pago sólo será efectivo si lo realiza la
persona en la que recae directamente la obligación, o en otra que el acreedor autorice
para ejecutarla, el Código Civil en su artículo 1632 manifiesta que este no tendrá
derecho ni siquiera a exigir lo pagado, lo cual es claramente contradictorio a la
sistematicidad con la cual se debe interpretar el Código, ya que aunque sea cierto que la
figura del reembolso no está facultada en este escenario, sí podría estarlo la de
enriquecimiento sin justa causa, ya que en este caso se cumplirían todos los requisitos
necesarios para que prospere dicha acción, y la persona que pagó en contra del deudor
recupere lo pagado.
¿A QUIÉN SE LE DEBE PAGAR?
El artículo 1634 del Código Civil establece a quién debe realizársele el pago, menciona
que el pago será válido cuando se le pague al acreedor, a quien el dipute para el pago
(mandatario), a quien lo haya sucedido, a quien designe a ley (representantes legales y
curadores), o el juez si se está frente a una controversia judicial. También se menciona
que el pago hecho de buena fe a la persona que se consideraba poseedora del crédito
será válido, aun si después se demostrara que no lo era. Si por alguna razón el deudor le
paga a cualquiera de las personas, que no se mencionó anteriormente, el acreedor podrá
ratificar el pago expresa o tácitamente, con lo cual este se considerará válido desde el
inicio.
¿CUÁNDO Y DÓNDE DEBE HACERSE EL PAGO?
El pago debe realizarse en primera medida cuando sea exigible, excepto en los eventos
en que este atada a una condición o plazo. El Código Civil en sus artículos 1645, 1646,
y 1647 establecen la forma de determinar el sitio donde se debe realizar el pago, al
respecto se dice: el lugar del pago será en primera instancia el sitio que hayan acordado
las partes, a falta de estipulación se seguirán las siguientes reglas: si se debe un cuerpo
cierto se hará el pago en el lugar en que el cuerpo cierto existía al momento de crearse
la obligación. Si se debe una cosa que sea género se hará en el domicilio del deudor.
¿CÓMO Y QUÉ DEBE PAGARSE?
Como ya se dijo anteriormente, el pago para que efectivamente extinga la obligación
debe ser completo y ajustándose a la obligación debida. A continuación, se analizará a
más profundidad dicho postulado. “Conviene resaltar, ante todo, el principio de la
indivisibilidad del pago. El solvens (el deudor) debe pagar exactamente la prestación
debida y pagarla en su totalidad. No le es dado hacer un pago fraccionado (aun si se
trata de dinero) ni pretender pagar con una cosa diferente de la debida (C.C., arts. 1627
y 1649)
EFECTOS DEL PAGO
Su principal efecto es extinguir la obligación de manera parcial o total, según si se
cumple la obligación en todo o en parte. El pago total extingue las garantías y los
accesorios.

3. La novación fue concebida en el Derecho Romano como la única forma de sustituir el


vínculo obligatorio, la prestación misma o el aspecto pasivo o activo de la obligación.
La novación es la extinción de una obligación preexistente y la simultanea creación de
otra, jurídicamente distinta de la primera y que a ella sustituye; debiendo tener la nueva
obligación de un elemento diferente de la anterior, este elemento nuevo podía ser;

Cambio de naturaleza de la obligación

Cambio de acreedor

Cambio de deudor
Adición o supresión de una modalidad
El efecto de la novación era extinguir de pleno derecho la obligación preexistente, con
todos sus accesorios.
La novación, según el artículo 1687 de nuestro Código Civil, es la sustitución de una
nueva obligación a otra anterior, la cual queda por tanto extinguida. Así mismo,
jurisprudencia la ha definido como un acto jurídico de doble efecto: ella extingue una
obligación preexistente, y la reemplaza por una obligación nueva que hace nacer. No
hay novación si no hay sustitución de una obligación a otra anterior, como ocurre
cuando se cambia un documento por otro, por haberse variado el objeto o causa de la
cambia un documento por otro, por haberse variado el objeto o causa de la obligación.
La novación puede hacerse de tres modos, los cuales se encuentran señalados en el
artículo 1690 del Código Civil; el primero de ellos, se realiza cuando se sustituye la
obligación primitiva por otra nueva, ya sea reemplazando el objeto o la causa. Ocurre
novación por el objeto, también llamada novación objetiva o real; cuando el acreedor y
el deudor por mutuo acuerdo, deciden cambiar el objeto de la prestación a la que se ha
obligado, reemplazando una obligación de hacer, bien sea, por una de dar o no hacer.
Así mismo, las partes pueden convenir en que el objeto material de la obligación sea
sustituido por otro, por ejemplo, si se han obligado por medio de una compraventa a
transferir la propiedad de un bien inmueble, es posible que en virtud de la autonomía de
la voluntad decidan que, en vez de la dación del inmueble, se transfiera el dominio de
un mueble, ya sea un costoso caballo o un famoso cuadro.
El segundo modo de hacerse la novación ocurre cuando en el vínculo obligatorio se
sustituye al acreedor (mutatocreditore), separándose completamente el anterior acreedor
y extinguiéndose la obligación primitiva. Es decir, el extremo activo de la obligación es
íntegramente sustituido. Se debe distinguir la novación personal por cambio de acreedor
de otras figuras jurídicas, como son la subrogación, la cesión de créditos y la diputación
de pago.
Por último, hay un lugar a novación, según el numeral 3° del artículo 1690 del Código
Civil, cuando el extremo pasivo de la obligación es sustituido por un nuevo deudor
(mutatodebitore), reemplazo que puede hacerse tanto con el consentimiento del antiguo
deudor como sin su consentimiento, no obstante, el cambio del deudor extinguirá la
obligación anterior.
No puede entenderse que se ha efectuado novación en los siguientes casos; según el art.
1707 y 1708 ibídem, cuando las partes han reemplazado el lugar en que debe efectuarse
el pago; o cuando han ampliado o reducido el plazo. De igual manera, no habrá
novación, cuando las partes pacten intereses que el crédito no devengaba, o aumenten,
disminuyan o supriman el porcentaje de los intereses que el crédito actualmente
devenga. Tampoco habrá novación, cuando la obligación adquirida por las partes se les
constituya, aumenten o supriman garantías. Ya que los intereses, como en el caso
anterior, y las garantías, son de índole accesoria y por lo tanto la inclusión de estos en el
crédito no alteran la naturaleza de la obligación. Otro caso que no constituye novación,
es al tenor del artículo 1710, cuando el deudor acepta la novación bajo condición su
codeudor solidario o fiador acceda a la nueva obligación, y estos últimos no consienten
en ser respaldo de la actual deuda.
En síntesis, la novación por cambio del deudor puede ser tanto la delegación como la ex
promisión. Cuando por medio de la delegación se libera el antiguo deudor y se extingue
la obligación anterior la delegación es novatoria; diferenciándose de la delegación
simple, en la cual no se libera el deudor primitivo y puede o no existir obligación previa
entre el delegante (deudor) y delegatario (acreedor); en caso de existir vínculo previo,
este no se extingue por medio de la delegación simple.
4. Dentro de este contexto podemos indicar que la confusión en el derecho romano, se
presenta cuando en una misma persona se reúne las cualidades de deudor y acreedor,
para la misma deuda. La naturaleza jurídica de la confusión radica en la ilógica que
tiene, para el derecho, que una persona se deba a sí misma.
Esta puede darse por subrogación en un contrato, de un derecho o una obligación, entre
otros; Por sucesión, tras la muerte de una persona que lleva a una herencia, y a la
adquisición de derechos y obligaciones por terceras personas que podían ser la
contraparte de los mismos y Por donación, o cualquier otro contrato que genere
obligaciones y derechos inversos a los existentes.
En este orden de ideas podemos indicar que la confusión, es un modo de extinguirse las
obligaciones por la concurrencia en una misma persona las calidades de acreedora y
deudora. Debo a otro $1,000 o este me los debe y posteriormente resulto ser su heredero
universal. La obligación se extingue porque yo no puedo ser acreedor o deudor de mí
mismo, respectivamente.
Por lo que el deudor que hereda mortis causa o adquiere el crédito a su cargo, o el de un
tercero que recibe simultáneamente la deuda y la acreencia.
Esta palabra confusión viene del latín confundere, que significa mezclar o reunir cosas
diversas, de modo que las unas se incorporen con las otras.
CASOS EN QUE LA CONFUSIÓN TIENE LUGAR
La confusión puede darse en los derechos reales como en los personales. Entre los
primeros figuran los que se originan en limitaciones o desmembraciones del dominio,
que pueden extinguirse por confusión porque, como dice Alessandri, "toda limitación
del dominio supone la existencia de dos derechos en manos de distintas personas y
desde el momento en que desparece esta circunstancia, desde el momento en que estos
derechos pasan a reunirse en una sola persona, deja de haber limitación del dominio,
porque nadie puede, por sí mismo, limitarse sus propios derechos.
Así se extinguen por confusión, entre otros derechos reales, el fideicomiso, cuando se
confunden las calidades de único fideicomisario y de único fiduciario en la misma
persona; el usufructo, cuando se consolida con la propiedad, es decir, por la confusión
de las calidades de propietario y de nudo propietario; o la servidumbre, por la reunión
del título de ambos predios en manos de un mismo dueño.
Sin embrago, la confusión encuentra su principal aplicación en los derechos personales,
en que aparece como modo de extinguirlos.
La confusión puede tener origen en la sucesión por causa de muerte cuando una persona
debe a otra o espera de otra que muere, una prestación, y aquella es su heredera o
legataria. Esta persona se convierte en deudora o acreedora de sí misma, porque por ser
sucesora queda investida también de la recíproca calidad de acreedora o deudora que
tenía su causante.
Aunado a lo anterior podemos indicar los Efectos de la confusión, en donde esta tiene
como objetivo a la desaparición de los derechos y obligaciones que se hayan visto
afectados por la misma. Puede ser un solo derecho u obligación o varias.
Por lo general la confusión extingue por completo la obligación principal, pero es
posible que la extinción sea parcial cuando la confusión se produzca solamente sobre
parte de la obligación, tal es el caso en una mancomunidad solidaria en donde uno de
los deudores paga la deuda, subrogándose los derechos del acreedor, por consiguiente,
se convierte en el nuevo acreedor, confundiéndose una parte de la obligación.
Por el contrario, la ineficacia del acto que produjo la confusión hace que esta se tenga
por no cumplida, o sea, que la obligación implicada no se ha extinguido, como tampoco
sus accesorios. Sin embargo, respecto de la resolución, si se aplican los principios que
la gobiernan, ella no afectaría a los terceros de buena fe.
Aunado a lo anterior podemos referirnos que LA CONFUSIÓN EN EL DERECHO
COLOMBIANO, es una forma de extinción de la obligación consistente en la
concurrencia en la misma persona de la condición de deudor y acreedor, produciéndose
así una situación irregular por la imposibilidad de ser deudor de uno mismo,
subsanándose al extinguirse esa obligación con la denominada figura de la confusión de
derechos.
Por lo anterior indicado, el concepto de la confusión en nuestras normas colombiana se
encuentra consagrado en el Artículo 1724 de nuestro código civil, que a su tenor literal
dice lo siguiente “cuando concurres en una misma persona las calidades de acreedor y
deudor, se verifica de derecho una confusión que extingue la deuda y produce iguales
efectos que el pago.
Seguida mente en su Artículo 1725 trata de La Confusión de Obligación Accesoria,
aluce que la confusión que extingue la obligación principal, extingue la fianza; pero la
confusión que extingue la fianza no extingue la obligación principal.
Posteriormente en su artículo 1726, Confusión Parcial, si el concurso de las dos
calidades se verifica solamente en una parte de la deuda, no hay lugar a la confusión, ni
se extingue la deuda, si no en esa parte.
Así mismo en su Artículo 1727 Confusión En Obligaciones Solidaria, si hay confusión
entre uno de varios deudores y el acreedor, podrá el primero repetir contra cada uno de
sus codeudores por la parte o cuota que respectivamente les corresponda en la deuda. Si
por el contrario, hay confusión entre uno de varios acreedores solidarios y deudor, será
obligado el primero a cada uno de sus coacreedores por la parte o cuota que
respectivamente les corresponda en el crédito.
Por otra pare en su Artículo 1728 La Confusión de Crédito Hereditario, los créditos y
deudas del heredero que acepto con beneficio de inventario no se confunden con las
deudas y créditos hereditarios.
Dentro de este contexto la confusión en Colombia, se dentro de los siguientes Efectos Y
Requisitos:
 Ocurre cuando, tras el nacimiento de la relación obligatoria hay una transmisión de
obligaciones, sea mortis causa o inter vivos, mediante la cual una persona queda
simultáneamente como acreedora y deudora de la misma prestación.
 Tiene como efecto la extinción de la obligación principal con todos sus accesorios.
 La confusión puede ser total o parcial.
 En los casos deudores solidarios, la confusión sólo extinguirá la cuota del deudor
confundido y en todo caso el acreedor podrá dirigirse contra los deudores restantes
por las cuotas faltantes.

5. Los modos de extinguir las obligaciones por medio de la pérdida de la cosa debida,
dentro del código civil del ordenamiento colombiano en su artículo 1729. Señala:
perdida de la cosa debida cuando el cuerpo cierto que se debe perece, o porque se
destruye, o porque deja de estar en el comercio, o porque desaparece y se ignora si
existe, se extingue la obligación; salvas empero las excepciones de los artículos
subsiguientes. Es decir, cuando se presume que se perdió por culpa del deudor, cuando
se perdió en su poder y no por caso fortuito salvo que demuestre lo contrario ante el
juez. De igual forma cuando no se exime al deudor del pago de la deuda. O para que
quede liberado de las obligaciones la prestación se hace legal o cuando sea físicamente
imposible. Por otra parte, queda extinguida la obligación cuando le corresponda al
acreedor todas las acciones que el deudor tuviera contra terceros por razón de esta.
Por otra parte, el deudor queda obligado a pagar daños y perjuicios, cuando la pérdida
es imputable al deudor o a las personas por quienes él debe responder, de igual forma
cuando el deudor se encuentre en mora o cuando el deudor se había comprometido a
entregar la misma cosa a dos o más personas por obligaciones distintas. De esta manera
los requisitos que debe tener el deudor para quedar liberado de las obligaciones son que
la imposibilidad sea por caso fortuito o fuerza mayor o que el deudor no haya estado en
mora cuando sobrevino la imposibilidad.
Se puede decir que el derecho romano, la capitis deminutio, era una institución por la
cual se sufría de una disminución del estado o capacidad de la persona, aquellos
derechos necesarios para que un ciudadano romano actuara en la vida jurídica, y tenía
que ver con su libertad, su ciudadanía y su familia, que podía verse disminuida en
ocasión que se encontrara en alguna de las actuaciones previstas en las leyes, lo que
provocaba que sufriera una disminución en su su status libertatis, civitatis o familiae.
Esta capitis demimutio podía ser máxima, media y mínima, generada por el status que
sufriera la disminución, así:
Máxima: Cuando la persona pierde la libertad y se convierte en esclavo, no siendo ya
considerada persona, esto es pierde a la vez la ciudadanía y la libertad.
Media: Cuando se pierde la ciudadanía romana, desmejorando su condición jurídica y
social, esto es se pierde la ciudadanía, pero se conserva la libertad.
Mínima: Cuando cambia su situación en relación con la familia, bien por pasar a
depender de un pater familias, o pasar del anterior a otro, o ser liberado de la patria
potestas y hacerse sui iuris. Transformación del estado civil en orden de las
instituciones de familia.
La Capitis demimutio, generaba los siguientes efectos:
Se extinguía la personalidad civil y se perdían los derechos civiles de la persona
Se perdía el parentesco agnatario, esto es salía de la familia y de la gens perdiendo los
derechos de sucesión
Se extingue el patronato
Se da una pérdida del patrimonio, los cuales pasaban al señor o al amo en el evento de
haber caído en esclavitud, al estado en el evento que hubiere sido condenado por la
comisión de un delito.
Se extinguían las deudas del afectado, quedando solo la que provenían de la comisión
de delitos.
Se extinguía la personalidad jurídica para el derecho civil pero no para el natural.
Trayendo esta institución romana al caso colombiano, se puede decir que esta NO se
aplica en el sentido estricto de la palabra en Colombia, ya que es un estado exclusivo y
propio del derecho Romano, sin embargo se dan algunas situaciones en Colombia,
como es el caso de la perdida de la libertad, la cual no se genera por la esclavitud, pero
si podría ser el resultado de la comisión de un acto ilícito que trae como consecuencia la
pena privativa de la libertad en algunos casos, con lo cual se pierden ciertos derechos
civiles y políticos que la persona tenía estando libre, pudiéndose ver disminuida o
limitada su capacidad jurídica. Desde el punto vista personal, se podría perder la
libertad, al caer la alguna adicción, lo cual se nos convierte en una obsesión, en esclavos
de la misma, que podría en algún momento afectar nuestra capacidad jurídica para
actuar en algunas instancias del derecho civil, político, entre otros. Además de lo
anterior es preciso anotar que al perder en la actualidad la libertad, no se pierden el
estado de ciudadanía, que es un atributo de la persona al momento de nacer, la cual se
adquiere por ius sanguis o ius solis.
6. El mutuo disenso tácito requiere que las partes hayan asumido una conducta
encaminada a desistir del contrato y el abandono recíproco de las prestaciones derivadas
de este.
 
En consecuencia, cuando hay incumplimiento de ambos contratantes no es viable
declarar la resolución por mutuo disenso, advirtió la Sala Civil de la Corte Suprema de
Justicia.

La resolución del contrato de compraventa exige que el demandante haya cumplido


fielmente las obligaciones y que su contraparte haya desatendido los deberes de
prestación asumidos, explicó la Sala. 
 
En este caso, la parte cumplida tiene derecho a obtener las restituciones y la
indemnización a su favor, concluyó.

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