Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Para Horkheimer, el lenguaje es un aparato más del sistema productivo donde las
formas tradicionales de cultura se convierten en objetos destinados a la maquinaria
industrial que modifican, a su vez, las formas de recepción. A una cultura dominada por
la producción cultural le corresponde como receptor un consumidor.
Para McLuhan, “el medio es el mensaje “quiere decir también que, más allá de
los contenidos transmitidos cada vez, es la misma tecnología de los medios de
comunicación la que constituye per se un impulso comunicativo fuerte y determinado.
Los sujetos no se constituyen tales sino en y por las instituciones, mientras que
estas son hechas, vivificadas, sostenidas y reconfiguradas por sujetos encarnados en las
posiciones que las instituciones les otorgan.
En este sentido, esta autoridad invita al desacuerdo, que permite ampliar y/o
cuestionar lo que ya sabemos, ya intentamos ya consensuamos, ya explicamos o y nos
explicaron, en una cadena interminable de palabras ajenas. Se trata de un desacuerdo
que desarma significaciones habituales entorno al enseñar y el aprender, des-
etiquetando sujetos, articulando puentes.
.¿Qué transmitimos al enseñar y desde qué lugar de autoridad que sustente esa
transmisión? Pareciera que el enigma de una relación donde alguien enseña y otro
aprende no se reduce a firmar que hace falta tener autoridad, de unos sobre otros,
sustentada en el saber experto o en la capacidad de imponerse por la presencia, el gesto,
la mirada, la palabra o la escucha. Nada de esto “explica” a la autoridad, aunque todo
ello pueda formar parte de ella.
El lugar de autoridad del que enseña como un espacio de transmisión de una cierta
relación con el saber.
La autoridad igualitaria remite a una autoridad que hace lugar, sin la certeza de quién es
el otro/a ni hacia dónde va. Confía de ante mano y sin garantías en la potencia de la
igualdad. Se hace cargo del despliegue de los que aun no es, de lo que está por llegar en
el espacio que reúne a unos y otros, enseñantes, con el cuidado que demanda la
fragilidad de lo nuevo. Una autoridad pensada como igualitaria, habilitadora, autora de
procesos y “aumentadora”.
En este sentido, esta autoridad invita al desacuerdo, que permite ampliar y/o
cuestionar lo que ya sabemos, ya intentamos ya consensuamos, ya explicamos o y nos
explicaron, en una cadena interminable de palabras ajenas. Se trata de un desacuerdo
que desarma significaciones habituales entorno al enseñar y el aprender, des-
etiquetando sujetos, articulando puentes.
Esta forma de autoridad invita a “hacer experiencia” con la palabra. Enseñar es fundar y
hacer crecer, habilitar el hablar el pensar, emancipar/se en el lazo con otro pero
separado de ese otro.
Esta relación con el saber, con uno mismo y con los otros de carácter
emancipatorio no se deja atrapar en relaciones de dominio y sujeción, rechaza
jerarquías y, por lo tanto, hace de la transmisión la vía por donde la autoridad
autoriza a otros.
Son las relaciones y no los sujetos los que tenemos que ubicar como foco del análisis.
Toda autorización necesita inscribirse en una relación con otro que sostiene, habilita,
piensa con y genera las condiciones del despliegue igualitario. Es ante todo un proceso
subjetivo, que acontece en la interioridad-exterioridad del sujeto, es decir, en si mismo
pero en relación con otros.
“ Maria Zambrano dice que no tener maestro es no tener a quien preguntar y, mas
ondamente todavía, no tener ante quien preguntarse. Quedar encerrado dentro del
laberinto primario que es la mente de todo hombre originariamente; quedar
encerrado como el MINOTAURO, desbordante de ímpetu sin salida”. (2007;
1017). El lazo que la autoridad del que enseña crea, es causa de una nueva
temporalidad, en la que alguien-cualquiera-se aventurara en un territorio de
pregunta, búsquedas y recorridos, en relación con saberes compartidos.
Precisa un emisor legítimo, es decir, alguien que reconozca las leyes implícitas
del sistema y que haya sido reconocido y cooptado por ello. Precisa destinatarios a los
que el emisor reconozca como dignos de escuchar. Precisa alumnos que estén
dispuestos a reconocer al profesor como profesor y padres que le concedan una especie
de crédito, de cheque en blanco, al profesor.
Es importante saber que una producción lingüística le debe una parte capital de
sus propiedades a la estructura del público de receptores.
¿Qué hay que enseñar? Se definen por la estructura de las relaciones entre las
clases. Los cambios en la definición del contenido de la enseñanza e incluso la libertad
que se deja a los docentes para vivir su crisis se deben al hecho de que también haya una
crisis en al decisión del contenido de la enseñanza en la definición dominante del
contenido legítimo y a que la clase dominante sea actualmente la arena de conflictos en
torno a lo que es digno de ser enseñado.
Los profesores deben saber que son delegados, mandatarios, y que hasta sus
propios alardes proféticos siguen suponiendo el sostén de la institución. Lo que no
significa que deban luchar para tomar parte en la definición de que es lo que tienen que
enseñar.