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Neoplasia Carcinoma Escamocelular
Neoplasia Carcinoma Escamocelular
Diagnóstico
Las pruebas y los procedimientos empleados para diagnosticar el carcinoma escamoso de la piel
incluyen:
Tratamiento
La mayoría de los carcinomas de células escamosas de la piel se pueden extirpar por completo con
una cirugía relativamente menor o, en ocasiones, con la aplicación de un medicamento a la piel. El
tratamiento más adecuado para ti dependerá del tamaño, la ubicación y la agresividad del tumor,
así como de tus propias preferencias.
Si el cáncer de piel es muy pequeño y tiene un riesgo bajo de diseminación, podrías considerar
tratamientos menos invasivos, incluidos los siguientes:
Terapia láser. Un haz de luz intenso vaporiza los crecimientos, por lo general, con poco
daño al tejido circundante y con un riesgo reducido de sangrado, hinchazón y cicatrices. El
tratamiento con láser puede ser una opción para lesiones cutáneas muy superficiales.
Se pueden recomendar tratamientos más invasivos contra los carcinomas de células escamosas
que son más extensos y contra los que penetran más en la piel. Las opciones comprenden las
siguientes:
Cirugía de Mohs. Durante la cirugía de Mohs, el médico retira el cáncer capa por capa y
examina cada capa bajo el microscopio hasta que no queden células anormales. Esto
permite que el cirujano se asegure de retirar todo el crecimiento y evite tomar una
cantidad excesiva de piel sana circundante.
Radioterapia. La radioterapia utiliza haces de alta energía, como rayos X y protones, para
destruir las células cancerosas. En ocasiones, se usa radioterapia después de la cirugía
cuando hay un mayor riesgo de que el cáncer reaparezca. También podría ser una opción
para las personas que no pueden someterse a una cirugía.
Cuando el carcinoma de células escamosas se disemina a otras partes del cuerpo, se pueden
recomendar tratamientos farmacológicos, como los siguientes:
Terapia con medicamentos con diana específica. Los tratamientos con medicamentos con
diana específica se enfocan en debilidades específicas presentes dentro de las células
cancerosas. Al bloquear estas debilidades, los tratamientos con medicamentos con diana
específica pueden producir la muerte de las células cancerosas. La farmacoterapia con
diana específica se combina generalmente con la quimioterapia.
Examen físico. Tu médico buscará signos físicos de leucemia, como palidez de la piel por la anemia, ganglios linfáticos inflamados, y
agrandamiento del hígado y del bazo.
Análisis de sangre. Al observar una muestra de sangre, tu médico puede determinar si tienes niveles anormales de glóbulos rojos o
blancos, o plaquetas, lo que puede indicar leucemia. Un análisis de sangre también puede mostrar la presencia de células de leucemia,
aunque no todos los tipos de leucemia hacen que dichas células circulen en la sangre. Algunas veces las células de leucemia
permanecen en la médula ósea.
Análisis de médula ósea. Tu médico puede recomendarte un procedimiento para extraer una muestra de médula ósea del hueso de la
cadera. La médula ósea se extrae con una aguja delgada y larga. La muestra se envía a un laboratorio para buscar células de leucemia.
Las pruebas especializadas de las células de leucemia pueden revelar algunas características que se usan para determinar las opciones
de tratamiento.
Tratamiento
El tratamiento para la leucemia depende de muchos factores. El médico determina tus opciones de tratamiento para la leucemia
en función de tu edad y tu salud general, del tipo de leucemia que padezcas y de si esta se ha extendido a otras partes del cuerpo,
incluido el sistema nervioso central.
Según el tipo que padezcas, es posible que recibas un único medicamento o una combinación de varios. Estos pueden venir
en forma de pastilla o pueden inyectarse directamente en una vena.
Terapia dirigida. Los tratamientos con fármacos con diana específica se enfocan en anomalías específicas presentes
dentro de las células cancerosas. Al bloquear estas anomalías, los tratamientos con fármacos con diana específica pueden
producir la muerte de las células cancerosas. Se analizarán tus células leucémicas para ver qué terapia dirigida podría ser útil
para ti.
Radioterapia. La radioterapia usa rayos X u otros haces de alta energía para dañar las células de leucemia y detener su
crecimiento. Durante la radioterapia, te recuestas sobre una camilla mientras una máquina grande se mueve a tu alrededor y
dirige la radiación a puntos específicos del cuerpo.
Puedes recibir radiación en una zona específica del cuerpo donde haya una acumulación de células de leucemia, o puedes
recibir radiación en todo el cuerpo. La radioterapia se puede usar para prepararse para un trasplante de médula ósea.
Trasplante de médula ósea. Un trasplante de médula ósea, también llamado trasplante de célula madre, ayuda a
restablecer las células madre sanas al reemplazar la médula ósea enferma con células madre libres de leucemia que
regenerarán la médula ósea sana.
Antes de un trasplante de médula ósea, recibirás dosis muy altas de quimioterapia o radioterapia para destruir la médula
ósea que produce leucemia. Luego, recibirás una infusión de células madre formadoras de sangre que ayudan a reconstruir
la médula ósea.
Puedes recibir células madre de un donante o se pueden usar tus propias células madre.
Inmunoterapia. La inmunoterapia utiliza el sistema inmunitario para combatir el cáncer. El sistema inmunitario que lucha
contra las enfermedades de tu cuerpo puede no atacar el cáncer porque las células cancerosas producen proteínas que las
ayudan a esconderse de las células del sistema inmunitario. La inmunoterapia funciona porque interfiere en ese proceso.
Ingeniería de células inmunes para combatir la leucemia. Un tratamiento especializado llamado terapia con linfocitos T
con receptor quimérico para el antígeno (CAR) toma las células T que combaten los gérmenes de tu cuerpo, las diseña para
combatir el cáncer y las infunde de nuevo en tu cuerpo. Esta terapia puede ser una opción para ciertos tipos de leucemia.
Ensayos clínicos. Los ensayos clínicos son experimentos para evaluar nuevos tratamientos oncológicos y nuevas formas
de aplicar los tratamientos existentes. Si bien los ensayos clínicos les ofrecen a ti o a tu hijo la posibilidad de probar el
tratamiento oncológico más novedoso, los beneficios y los riesgos del tratamiento pueden ser inciertos. Habla sobre los
beneficios y los riesgos de los ensayos clínicos con tu médico.
• Inflamación gingival localizada o generalizada, incluso en ocasiones acompañada de hiperplasia gingival debido a las infiltraciones
neoplásicas extramedulares de la mucosa oral. La forma de presentación de esa hiperplasia gingival se caracteriza por una ampliación de las
papilas interdentales así como de la encía marginal, que se presenta con puntos rojos (petequias), color púrpura profundo, hinchadas y
cubriendo prácticamente la corono en las formas más graves.
• Masas tumorales linfáticas verdosas que aparecen en la mucosa oral y que reciben el nombre de "Cloroma".
• Destrucción del hueso alveolar con movilidad, dolor o desplazamiento de las piezas dentales.
• Linfadenopatía cervical.
• Dolor dental en ocasiones por infiltración leucémica de la pulpa.
Son generalmente causadas por las toxicidad que supone para el organismo el tratamiento de la leucemia (quimioterapia y radioterapia)
Las más frecuentes son:
• Mucositis y estomatitis. En el caso de la mucositis, un 80% de los pacientes que reciben radioterapia de cabeza y cuello, evolucionan dando
lugar a la aparición de úlceras recubiertas por pseudemembranas y un 15% son hospitalizados por complicaciones del tratamiento.
• Atrofia de las glándulas salivales o hiposalia temprana que produce cuadros de xerostomía.
• Tendencia al desarrollo de caries derivado de la inmunosupresión y la falta de saliva, así como la incapacidad de mantener una higiene oral
correcta debido a la mucositis.
• Osteorradionecrosis de la mandíbula y el maxilar por efecto secundario de la radiación en cabeza y cuello y que puede aparecer como efecto
secundario a intervenciones dentales o de forma espontánea en dientes con infecciones o en mal estado.
• Enfermedad injerto contra huésped. Es una patología que puede aparecer en los casos en los que se realiza un trasplante alogénico de
médula ósea. Son pocos los estudios que se han realizado sobre el estado agudo de la misma y su afectación a nivel oral, pero se observa que
aproximadamente de un 60% a un 70% de los pacientes con grado III y IV, tendrá alteraciones orales . A nivel de la cavidad oral esta
enfermedad puede producir: síndrome de Sjögren secundario, ulceraciones profundas y extensas de la mucosa, lesiones de aspecto
liquenoide, mucoceles superficiales o tumoraciones benignas de tejido blando oral, cambios en la sialoquímica y caudal de las glándulas
salivales y fibrosis y limitación de la apertura oral.
NEOPLASIA LINFOMA
DIAGNOSTICO
Los exámenes y procedimientos utilizados para diagnosticar el linfoma incluyen:
Exploración física. El médico examina si hay ganglios linfáticos inflamados, incluidos en el cuello, la axila y la ingle, y analiza si el bazo o
el hígado también están inflamados.
Extirpación de un ganglio linfático para examinarlo. El médico puede recomendar un procedimiento de biopsia de ganglios linfáticos
para extirpar todo o parte de un ganglio linfático para realizar pruebas de laboratorio. Las pruebas avanzadas pueden determinar si hay
células de linfoma presentes y qué tipos de células están implicadas.
Análisis de sangre. Los análisis de sangre (para contar el número de células en una muestra de tu sangre) le pueden dar a tu médico
pistas sobre tu diagnóstico.
Extracción de una muestra de médula ósea para su análisis. Un procedimiento de aspirado y biopsia de médula ósea consiste en
insertar una aguja en el hueso de la cadera para extraer una muestra de médula ósea. La muestra se analiza para buscar células de
linfoma.
Pruebas de imágenes. El médico puede recomendar exámenes imagenológicos para buscar signos de linfoma en otras áreas del
cuerpo. Los exámenes pueden incluir tomografía computarizada, resonancia magnética y tomografía por emisión de positrones (PET,
por sus siglas en inglés).
Según tu situación, quizás se puedan realizar otras pruebas y procedimientos.
Existen muchos tipos de linfoma y saber exactamente qué tipo de linfoma tienes es clave para desarrollar un plan de tratamiento eficaz. La
investigación muestra que hacer analizar una muestra de biopsia por un patólogo experto mejora las posibilidades de un diagnóstico preciso.
Piensa en la posibilidad de obtener una segunda opinión de un especialista que pueda confirmar tu diagnóstico.
Tratamiento
Los tratamientos para el linfoma que son adecuados para ti dependen del tipo y la etapa de tu enfermedad, de tu estado general de salud y de
tus preferencias. El objetivo del tratamiento es destruir tantas células cancerosas como sea posible y llevar la enfermedad a la remisión.
Los tratamientos para el linfoma incluyen lo siguiente:
Vigilancia activa. Algunos tipos de linfoma crecen muy lentamente. Tú y tu médico pueden optar por esperar para tratar tu linfoma
cuando este cause signos y síntomas que interfieran en tus actividades diarias. Hasta entonces, puedes someterte a pruebas periódicas
para monitorear tu afección.
Quimioterapia. La quimioterapia utiliza medicamentos para destruir las células de rápida proliferación, como las células cancerosas.
Los medicamentos generalmente se administran a través de una vena, pero también se pueden tomar en forma de píldora,
dependiendo de los medicamentos específicos que recibas.
Terapia de radiación. La terapia de radiación utiliza haces de energía de alta potencia, como rayos X y protones, para destruir las
células cancerosas.
Trasplante de médula ósea. Un trasplante de médula ósea, también conocido como trasplante de células madre, implica el uso de altas
dosis de quimioterapia y radiación para suprimir la médula ósea. Luego, las células madre sanas de la médula ósea de tu cuerpo o de un
donante se infunden en tu sangre donde viajan a tus huesos y reconstruyen tu médula ósea.
Otros tratamientos. Otros medicamentos utilizados para tratar el linfoma incluyen medicamentos con diana específica que se enfocan
en anormalidades específicas en las células cancerosas. Los medicamentos de inmunoterapia utilizan el sistema inmunitario para
destruir las células cancerosas. Un tratamiento especializado llamado terapia con linfocitos T con receptor quimérico para el antígeno
(CAR, por sus siglas en inglés) toma las células T que combaten los gérmenes de tu cuerpo, las diseña para combatir el cáncer y las
infunde de nuevo en tu cuerpo.
Manifestaciones orales.
Los Linfomas No Hodgkin de la Cavidad Bucal son un grupo representativo de neoplasias que tienen diversidad en antecedentes, manera de
presentación, respuesta al tratamiento y pronóstico.
Los linfomas de la cavidad bucal representan el 4% de los cánceres bucales. En el área de cabeza y cuello, los linfomas se observan dentro de
los nódulos linfáticos regionales y dentro de los sitios linfoideos extranodulares en áreas que se conocen como tejido linfoideo asociado a
intestino o mucosa. Dentro de la cavidad bucal, el tejido linfoideo lo representa de manera principal el anillo de Waldeyer, en otras partes de
esta cavidad se representa como tejido linfoide no encapsulado. Los linfomas pueden separarse en dos grandes grupos: Linfoma Hodgkin y No
Hodgkin (Freedman y Nadler, 1994).
Los Linfomas No Hodgkin son un grupo representativo de neoplasias linfoideas que tienen diversidad en nomenclatura, forma de presentación,
respuesta al tratamiento y pronóstico. Recientemente, se ha reconocido que es mayor su incidencia por su relación en pacientes con Síndrome
de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA)
Se puede presentar en los tejidos blandos y central en los maxilares. En general las manifestaciones del Linfoma No Hodgkin son secundarias a
una diseminación amplia en el organismo.
Clínicamente, se observa que afecta con mayor frecuencia a individuos de edad mediana a ancianos, con un ligero predominio del sexo
masculino. Son por lo general lesiones de consistencia blanda, con ulceración de la mucosa que lo recubre y ausencia de sintomatología, hay
pérdida de hueso alveolar y movilidad dentaria.
Los Linfomas No Hodgkin son un grupo representativo de neoplasias de la cavidad bucal. Se pueden relativamente presentar en los tejidos
blandos, en los maxilares y generalmente son secundarios a una diseminación amplia en el organismo. Este caso señala la importancia del
examen intrabucal que el clínico esté familiarizado con los posibles diagnósticos diferenciales y el uso de la combinación de diferentes
métodos (histología convencional, inmunohistoquímica) para el diagnóstico definitivo de los linfomas de la cavidad bucal.