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Liliana Amaya

GRUPOS DESAGRUPADOS. Evolución en la dinámica grupal

Lugar Editorial. Buenos Aires. 2007

Síntesis del Capítulo 9: Grupos resistentes

Me atrevo a denominar grupos resistentes a aquellos que poseen una


impresionante capacidad de derrotar equipos de coordinación. Una vez que me
entero de que varios de estos miembros resistentes van a integrarse a un grupo a
mi cargo, comienzo a considerar al grupo de un modo diferente.

Para evaluar al grupo resistente tomo en cuenta la cantidad de miembros


resistentes que se integran a él, quienes denuncian su resistencia a través de
una complicada conducta, en forma insistente. Con estos individuos integrados
en grupos podemos manejar las siguientes hipótesis:

 Forman parte de un grupo familiar con rasgos similares a los


que exponen en el grupo;

 en general, no han hecho ni hacen tratamiento terapéutico;

 intentan reemplazar la terapia con su participación en grupos que


les "enseñen a tener control sobre sí y sobre su familia";

• a pesar de sus grandes dificultades de relación pueden sortear obstáculos


y terminar una carrera y continuar su vida sin hacer terapia hasta que su
homeostasis se rompa.

La experiencia me ha enseñado, también, que mientras más severo, crónico,


sea el síntoma de varios integrantes, mayor dificultad para el cambio se
presentará en el grupo.

En general, estos integrantes despliegan una notable historia de dificultades,


expresada en la crítica a sus coordinadores, profesores y ayudantes anteriores
ante el nuevo grupo, no se implican en los relatos que hacen, poseen, además,
una capacidad oratoria capaz de enredar a sus compañeros o, por lo menos,
dejarlos confundidos. Son manipuladores con el resto del grupo, el equipo y la
institución donde funcionan.
Su trabajo defensivo es tejer sutiles alianzas de unos contra otros. Ellos
funcionan como víctimas y a la vez, salvadores de los peligros con que amenazan
"los malvados" que los rodean. Se atribuyen este doble papel, por un lado
funcionan como víctimas, para protegerse de los demás ante cualquier respuesta
o ataque, y por otro funcionan como "salvadores", ejerciendo cierto liderazgo
prepotente sobre los demás. Tratan por todos los medios de atacar
resguardándose. Por eso, evitarlos no resulta cosa fácil para el resto del grupo.

Es probable que si ese tipo de personajes inicia un tratamiento por


sugerencia de alguna persona importante para ellos, al poco tiempo muestren
una crisis como divorcio, abandono de los estudios, alguna enfermedad o
accidente.

Otro elemento a tener en cuenta es que se sentirán bien queridos por aquellos
terapeutas, coordinadores, directores y figuras significativas que mantengan su
homeostasis en un equilibrio que no les implique movimientos. El trabajo de estos
individuos es dar con los agentes de salud que no intenten movilizar su equilibrio y
poder seguir con sus ciclos resistentes.

Las características particulares de personas que hacen de la resistencia al cambio


su baluarte más preciado, son las siguientes:

• Suelen cargar consigo una historia abrumadora de situaciones conflictivas


de apariencia insolubles.

• Si se los observa atentamente se advertirá la confusión en que están


sumergidos, que contrapesan con una aparente seguridad expresada en
actitudes y comportamientos rígidos y estereotipados.

• Se expresan con un discurso seguro y firme, pero con un contenido confuso.

• Son expertos en resistirse a todos los intentos de modificación, ya que el


cambio los asusta sobremanera.

• Suelen buscar alianzas constantemente y, en general, funcionan con algún


partenaire de las mismas características, pero más callado y tímido. Establecen
dúos, difíciles de separar, con lo que se defienden del mundo externo.
• Son líderes del ataque a lo diferente, con formas intrigantes y di fíciles de
desenmascarar. No acostumbran a actuar de frente aunque parezca que así lo
hacen.

• Estas personas buscan fusionarse y operan con una competitividad excluyente


ya que los altera la terceridad por excelencia. Es por eso que se mantienen en
los grupos sólo en base a las diadas y alianzas que construyen. Aquello que
represente un tercero, -tarea, interpretación, señalamiento, principio de
realidad- los descoloca, por lo que se ponen muy hostiles e infranqueables. No
son recomendables para la actividad grupal, pero viven en los grupos.

• Llamativamente, este tipo de personas se mantiene en los grupos e


instituciones, destacándose en los tiempos y espacios resis-tenciales,
psicóticos, que tiene todo agrupamiento de personas.

• En general muestran al resto del grupo su poderío, sustentado

en cursos, cursillos y seminarios realizados como títulos obtenidos, viajes


emprendidos y objetos adquiridos, trofeos con los que pueden sostenerse
frente al miedo que les provocan los otros y la tarea.

• Su manera de comunicarse es intrigante. Sus expresiones que-

dan a mitad de camino de lo que quieren decir, hablan finalizando con


puntos suspensivos y dejan que el resto lo rellene otro. Son especialistas
en el chisme y saben manipular a sus compañeros de grupo disparando
algún gesto o palabra que active fantasías inconcientes. Son aquellos que
dan a entender.

• Los contenidos de sus intervenciones son confusos, y su hostilidad

es indirecta, la que suele ser volcada en aquellos lugares que los han
resistido, o no los han soportado.

• En general disimulan su caótica vida interna siendo exagerada-

mente puntuales y/o pagando en término sus honorarios; tampoco


cometen los errores que otros humanos realizan, tales como olvidarse algo
o llegar tarde a una cita. Carecen de espontaneidad y suelen avisar por sus
ausencias, inconvenientes y otras dificultades que se les presentan. En
ocasiones, suelen presentar problemas de magnitud, por los que
promueven un cambio de pautas y reglas del grupo en que funcionan: por
ejemplo, hacen cambiar el horario a todos, cambio al que luego no se
ajustan, provocando la irritación del resto del grupo.

• Son especialistas en lograr enfrentar entre sí a grupos, personas e


instituciones.

• Establecen relaciones de carácter pregenital, francamente psicóticas


por la masividad de su proyección, ven al otro totalmente bueno o totalmente
malo.

• Su comunicación con otros se ve facilitada si se realiza a nivel no verbal, es


decir, corporalmente.

• Intentan aliarse al profesional de turno, contándole lo desastroso que fue el


profesional anterior con el que estuvieron. Si logran fusionarlo, es probable
que éste luego sea sometido al maltrato.

• Mi experiencia me dice que son extremadamente miedosos cuando se


les descubre su manejo y se sabe contener sus maniobras. Al punto de que
pueden llegar a cambiar de parecer rápidamente, y afirmar lo opuesto de lo
que pensaban, sin ningún atisbo de estar afectados por ello.

Es habitual que en los grupos de trabajo se sumen personas que, por


recomendación de su médico, psiquiatra o psicólogo, busquen en ellos una
complementación terapéutica. También se presentan casos en que los
participantes creen hallar una distracción a una molesia crónica no tratada
por ningún medio terapéutico. Distintas situaciones de soledad, abandono,
crisis familiar, sufrimiento en un cambio vital, desadaptación a una nueva
situación de vida, pueden llevar a una persona a integrarse a un grupo de
trabajo con la idea de que, si ponen su atención sobre la labor convocante, se
olvidarán de sus penas.

La crisis emocional que acarrean los cambios de vida, sumados a los


estados psíquicos que se traen de tiempo atrás, no desaparecen frente a una
tarea específica, sino que se arrastran y se despliegan, contra la suposición
común de que mágicamente van a desaparecer.
Los coordinadores de grupos de trabajo saben bien de esta realidad. Son
ellos los que distinguen las diferentes dificultades que presentan los
individuos con la tarea planteada.

A continuación, ofrecemos algunas pautas operativas, a tener en cuenta con


participantes resistentes a la tarea explícita.

Elementos para manejarse con individuos especialmente resis-


tentes:

• Se los debe tratar con respuestas tan ambivalentes como las preguntas que
ellos expresan, sin decirles por supuesto, cuál es nuestra interpretación de la
situación. Nunca exagerando.

• El profesional debe estar alerta a tres niveles de información que estos


individuos envían a la vez: 1) un nivel analógico, 2) un nivel digital y 3) un nivel
conductual. Dicen una cosa, sus gestos indican otra cosa, y su comportamiento
real difiere de ambos.

• Si el profesional se involucra en el desorden que manifiestan


posiblemente será maltratado, si es frío y distante también. Es necesario
mantener una distancia que no implique gran alejamiento. Sería, como se dice
comúnmente, "tenerlos ahí".

• Es factible llegar a comunicarse con ellos a través de un acercamiento


corporal, por ejemplo tomarles la mano o hacerles una tenue caricia. Las palabras
no sirven de mucho ya que tienen dificultad en el área simbólica. Usan las
palabras con un código muy personal, sin el significado social que ellas tienen.

• Se puede trabajar con este tipo de personas en tanto no se depositen


expectativas de respuestas adultas, ni coherentes, salvo por momentos.

• El profesional no puede estar constantemente pendiente de estas


actitudes, pero sí debe saber que intentarán manejarlo y a su vez, ser
manejados. Falta en ellos un sentido de autenticidad, por lo que su vida
interpersonal es pobre. Impedidos de percibir a los otros como personas, se
relacionan únicamente desde la manipulación.
• Es importante tener en cuenta que estas personas pueden dargolpes
sorpresivos -ataques- con los que asombran al profesional y al resto de sus
compañeros. En estos casos, lo más operativo es reencuadrarlos a través de
intervenciones que incluyan metáforas, historias, narraciones de películas u
otros ejemplos donde no se sientan directamente involucrados. La metáfora
habla de otros, y en este desdoblamiento, pueden hallar elementos que les
permitan ver cosas propias y alcanzar momentos de paz, tan difíciles para ellos.

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