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muchas veces la literatura ha sido esa puerta para denunciar esas realidades que normalmente nos negamos a ver como
sociedad, por ejemplo, en el libro de Mario Vargas Llosa de “la ciudad y los perros”, se hace una fuerte crítica a los
sistemas de educación militares, lo brutales que estos podrían llegar a ser y topa temas difíciles como el racismo, las
diferencias sociales, la violencia, la virilidad e incluso la sexualidad en medio de un régimen que solo a través de lo
corrompido podía existir. Y aunque no refleje en su totalidad la realidad (porque está cargada de ficción), nos lleva a un
paraje no tan alejado de nuestra realidad inmediata y en ciertos aspectos incluso llegamos a sentirnos identificados con
Por otra parte también es interesante analizar que conforme a la época podemos ver la calidad literaria de los escritos, por
ejemplo, en el boom latinoamericano podemos observar que la madurez literaria era magnífica, dando como resultado
entrañables obras como Rayuela de Julio Cortázar, Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, entre muchas otras.
Sin embargo, si hacemos un recuento de los libros más populares en la actualidad, podemos ver que destacan libros como
el de “El Rubius: Virtual Hero, de Rubén Doblas” (El Universo, 2015) que se encuentra dentro de los libros más vendidos,
en donde, sin desmerecer el esfuerzo, en comparación, la calidad literaria es muy diferente, porque obviamente son épocas
diferentes con valores estéticos prácticamente opuestos respecto al gusto del lector. Y desde una perspectiva personal, es el
carácter de entretenimiento y por ende tiende a evocar emociones placenteras en múltiples formas, desde historias que te
llevan a explorar tierras inhóspitas hasta vivir romances de ensueño, e inclusive el miedo que produce lo inesperado del
suspenso o del horror genera cierto placer. El placer de conocer algo nuevo, el placer de aprender más, el placer de sentirte
el protagonista de la historia que se va narrando. Lo bellamente endulzado de las palabras en la literatura nos permite
experimentar y contemplar el lado más profundo y sensible en el ser humano, nos abre incluso las puertas a nuestra propia
intimidad, a ese espacio de seguridad y resguardo que a la vez te brinda kilos y kilos de emoción. Nuestra imaginación
llega, con cada palabra a un nuevo rincón inexplorado, lo que causa que nuestra dosis de serotonina se dispare como si en
verdad estuviéramos lanzándonos desde un puente y no que tan solo lo estamos leyendo. Nos enviciamos en una lectura
hasta terminarla, leemos en el comedor, en el baño, en la cocina, nos descargamos el audiolibro para poder seguir el hilo de
la historia mientras vamos al gimnasio. La literatura puede llegar a ser tan apasionante que una vez que empiezas,
probablemente nunca dejes de leer. Es por ello que, a pesar del tiempo, la literatura sigue siendo uno de los medios de
expresión necesarios en la vida del ser humano. Y así, conforme los tiempos cambian, la buena literatura tan solo moldea
su silueta a los nuevos gustos de la sociedad, pero en el fondo jamás dejara de ser uno de los placeres más grandes que
puedan existir.
Referencias
El Universo. (2015). Los 10 libros + vendidos en Ecuador. Ecuador. Recuperado de
https://www.eluniverso.com/noticias/2015/12/27/nota/5316547/10-libros-vendidos-ecuador
Concuerdo totalmente con lo que ha expresado compañera, realmente entender que la literatura es una forma de expresión
de nuestra cotidianidad (ya sea tan solo emocional o física), nos brinda un paisaje mucho más claro de la sociedad en que
realmente vivimos y que detrás de cada hecho se esconde un ser sensible.
También resulta sumamente interesante analizar que la literatura nos lleva a explorar facetas de nosotros mismos que ni si
quiera éramos conscientes, permitiendo disfrutar de nuestro propio proceso de autodescubrimiento e imaginación.
Saludos compañera,
Quisiera agregar que la literatura no tan solo te lleva a explorar el pasado, sino el presente también, te lleva a un espacio de
reflexión sobre tu diario vivir o la realidad en la que se vive. De la cotidianidad que a veces no somos conscientes de que
existe, nos permite ver desde diferentes perspectivas un mismo hecho. Por ejemplo, si leemos la historia de la caperucita
roja contada por ella será una versión en donde el lobo es cruel y malo, pero si leemos la misma historia contada por el
lobo, quizás y nuestra perspectiva del cuento cambie o por lo menos reflexionemos sobre ella.