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del supuesto caravaggio que iba a subastarse el pasado 8 de abril en la Casa Ansorena
de Madrid, tuvo desde 1823 en su poder un eccehomo atribuido al pintor italiano del
Barroco. Ese año, el político liberal, redactor de la Constitución de 1812 y académico de
honor de la Real Academia de San Fernando desde 1800, propuso a esta institución
cambiar una obra de su propiedad, en concreto un San Juan Bautista entonces atribuido
a Alonso Cano, por una obra de la Academia de entre un listado de cuatro piezas en las
que aparecía un “Ecce-Hommo con dos saiones de Carabaggio número 155 del
catálogo” [Catálogo.... 1821, Madrid: Ibarra, 1821]”, según explica la entidad en una
información que ha publicado en Facebook este viernes. Esta revelación abona la idea
de que el lienzo que iba a subastarse por 1.500 euros es en efecto una obra de
Caravaggio.
Estos datos forman parte de los trabajos de investigación acometidos por la doctora
Itziar Arana, coordinadora del Centro de Estudios I+D+I de la Academia de San
Fernando. Arana explica a EL PAÍS por teléfono que la institución “tiene constancia de
este caravaggio entre 1817 y 1821″. Se trata de un eccehomo de características
similares al que se iba a subastar en Madrid. “Este tipo de intercambios eran muy
habituales”, asegura la experta. En aquel momento, la obra de pintor italiano no cotizaba
en el mercado del arte ni entre los especialistas como sucedería a partir de las
vanguardias de los años cincuenta, en concreto gracias a la exposición en Milán que
Roberto Longhi dedicó al artista.
El supuesto caravaggio cuya reproducción ha dado la vuelta al mundo estos días estaba
en un primer momento atribuido al círculo del pintor José de Ribera. Fue declarado
inexportable por el Ministerio de Cultura el mismo día en que iba a celebrarse la
subasta. Posteriormente fue protegido como Bien de Interés Cultural por la Comunidad
de Madrid, después de que el Museo del Prado elaborara un informe en el que concluía
que existen “razones fundadas y documentales” para atribuir la obra al pintor italiano
del Barroco.
Evaristo Pérez de Castro actuó como secretario de la Mesa de las Cortes en su histórica
sesión inaugural del 24 de septiembre de 1810 en Cádiz, en la que defendió la libertad
de imprenta. Fue, además, uno de los 13 vocales de la comisión a la que las Cortes
encomendaron elaborar el borrador de una Constitución que se conocería como la
Constitución de Cádiz (o la Pepa, por haberse aprobado el día de San José de 1812).
Una de las hipótesis que manejan expertos italianos consultados por EL PAÍS indica
que el cardenal Massimo Massimi encargó un eccehomo a Caravaggio en 1605 en
Roma, obra que aparecerá luego tanto en un inventario de 1631 de Juan de Lezcano,
embajador de España ante la Santa Sede, como en otro del virrey español conde de
Castrillo, de 1659. En este