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ILUMINANDO MI PRACTICA

Como resultados obtenidos la praxeología estudia la acción humana en todos sus


aspectos. Contribuyen sobre el proyecto personal de vida de uno como docente y
mejora la práctica profesional, impulsa a uno para que se comprometa
responsablemente con la construcción de una nueva sociedad, con mayor desarrollo
y equidad, pude identificar diversos enfoques que me permitieron que la enseñanza
que quiero alcanzar sean interiorizada por los estudiantes, modelos teóricos donde
se proponga uno como maestro modos de actuar eficaces, como docente pude
inventar nuevos medios de intervención donde exista la crítica de los modelos
teóricos y haiga cuestionamiento de valores transmitidos por la práctica. Cuando
uno ama o disfruta lo que hace es ahí donde va a tener un desarrollo humano
completo, porque las cosas que son importantes para uno las está realizando y por
lo tanto tendrá satisfacción de lograr lo que se propone. La práctica docente debe
estar enfocada en la enseñanza praxeologica en donde la sociedad juega un papel
importante, se debe lograr un espacio reflexivo a través de la practica interiorizando
cada aspecto de aprendizaje. Se debe buscar metodologías de enseñanza las
cuales permitan que uno comprenda de una manera más fácil lo que se quiere dar a
entender, el diseño curricular debe estar basado en las competencias que quiero
lograr por medio de metodologías de enseñanza, los recursos que voy a utilizar, los
ambientes en donde voy a enseñar. Uno como profesor universitario, no puede
separarse de las dos principales funciones profesionales que debe asumir (docencia
e investigación) ni de los ya mencionados escenarios donde las desarrollará
(contexto social, contexto institucional).La responsabilidad de uno como profesor
universitario traspasa los límites del aula donde desarrolla el acto didáctico (fase
interactiva); también debemos considerar el diseño y planificación de dicha
formación (fase preactiva), cambios que se están produciendo en la función docente
e investigadora de uno como profesor universitario. En esta situación y considerando
que a lo largo de toda la vida activa se pueden adquirir o desarrollar las
competencias profesionales mediante la propia experiencia laboral o la formación,
de esta última se torna un elemento clave para salir exitosos del desafío profesional
que se le plantea en la actualidad a uno como docente y a la propia institución
universitaria. En ningún ámbito laboral se discute hoy la necesidad de la formación
continua de sus docentes.
Los cambios que están sucediendo en la Educación Superior, han reabierto, en este
ámbito, viejas discusiones referentes a la conveniencia de desarrollar planes de
formación para el profesor.

El profesor universitario trabaja en la institución formativa de mayor nivel existente y,


curiosamente en su inmensa mayoría, no se han formado para ejercer esa función,
ya que han ingresado en este cuerpo docente después de formarse largamente en
los contenidos propios de su área (con un expediente más o menos brillante que no
garantiza ninguna competencia docente) en instituciones de formación superior y sin
recibir ningún tipo de formación pedagógica, ya que mayoritariamente no han
sentido esta necesidad formativa, ni la institución les ha exigido ninguna formación
pedagógica previa al desarrollo de dicha función docente. No deja de ser paradójico
que la formación pedagógica demandada legalmente para desarrollar la función
docente sea inversamente proporcional a la etapa educativa donde se imparte la
docencia , al llegar al ámbito universitario no existe ninguna obligatoriedad de que en
el currículum formativo de uno como profesor universitario exista una formación
psicopedagógica que constate su competencia docente, pudiendo las universidades
contratar a personal sin cualificación pedagógica y sin experiencia docente previa.

Uno como docente traza una ruta para comprender la relación entre las
concepciones pedagógicas y el quehacer en las aulas de clase. Estructura de la
discusión: Partiendo del enfoque cognitivo, que brinda elementos teóricos para
abordar las creencias y las teorías docentes, se llega al enfoque alternativo, que se
centra en el análisis de las prácticas para mostrar la imposibilidad de separarlas de
las intencionalidades del profesor y del contexto socio-cultural en que está inmerso.
Luego se delinea un marco de referencia de las prácticas pedagógicas actuales,
para lograr la comprensión y el mejoramiento permanente de los procesos de
enseñanza y aprendizaje, en el camino hacia la formación del buen docente que la
Sociedad del Conocimiento demanda.

El buen profesor de este siglo es quien tiene un conocimiento experto y la


competencia para establecer vínculos de confianza con sus estudiantes; soporta su
ejercicio docente en la ética del cuidado.
De igual forma, este planteamiento presenta no solo a uno como profesional
reflexivo, sino con capacidad de inspeccionar mis propias acciones al promover la
autoevaluación individual y colectiva; proceso nada fácil de llevar a cabo en entornos
laborales que exigen resultados en tiempo récord y donde uno debe obtener
evaluaciones por dentro de los promedios establecidos para mantener un contrato
labora.

Uno como profesor reflexivo, es capaz no solo de analizar su práctica sino de


proponer y teorizar nuevas formas de pensar y de realizar los procesos de
enseñanza y aprendizaje.

Nosotros los docentes como sujeto mediador, es hoy un deber ser de la educación:
no solo debe transformar la información para hacerla más comprensible y
significativa para el estudiante, sino que debe lograr afectar su dimensión cognitiva,
afectiva y motivacional, de tal modo que el sujeto mediado, el estudiante, se
comprometa en el desarrollo de sus potencialidades. Para ello el profesor mediador
debe intervenir proponiendo criterios que ayuden al estudiante a comprender la
información así como las estrategias para abordarla.

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