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Nombre del estudiante: 

DANIEL DAZA CUÉLLAR 


UNIVERSIDAD DEL CAUCA, 2020

Identificación del Proyecto:


Nombre: Malvinas 30

Dirección http://www.inter-doc.org/malvinas-30-un-documental-
web: transmedia-interactivo/
Link original (caído) http://www.malvinastreinta.com.ar/ 

Realizadores:  Álvaro Liuzzi

País: Argentina

Año:  2012

PRESENTACIÓN DEL PROYECTO

Tema: La Guerra de las Malvinas.

Situación que cuenta: Las historias particulares de personas que vivieron la guerra
de las Malvinas y todo el trasfondo político y social que engloba el suceso.

Desarrolla: Una serie de narraciones desde distintos puntos de vista sobre los
hechos ocurridos en 1982 durante la guerra.

Denuncia o visibiliza: La crudeza de la guerra y las afectaciones al tejido social


que se generan a causa de esta.

Sinopsis: 30 años después del conflicto bélico entre Argentina e Inglaterra en el


que se luchó por la propiedad de las Islas Malvinas, se vuelven a transmitir las
noticias que llegaban de la guerra en tiempo real. Se reproducen los encabezados
de los periódicos, se transmiten los noticieros radiales y los momentos televisados
en su tiempo. Por otra parte, un soldado ficticio cuenta su experiencia minuto a
minuto en el frente de batalla por medio de Twitter. La experiencia, eje central del
proyecto, se plantea como si se estuvieran reviviendo los hechos a través de los
nuevos medios de comunicación.

Objetivo general:
 Narrar en clave de tiempo real los sucesos de la Guerra de las Malvinas a
través de una serie de productos transmedia.

Objetivos específicos:
 Promover la participación del público en los diferentes escenarios que
ofrece el transmedia.
 Generar memoria histórica de la Guerra de las Malvinas a través de
archivos de los periódicos, noticieros, radios y demás medios.
 Hacer uso de las diferentes herramientas que ofrecen los medios virtuales
para potenciar la participación y el alcance del proyecto.
 Contar las experiencias de quienes estuvieron involucrados o fueron
testigos de la guerra.

EJE NARRATIVO

El tema central del proyecto consiste en contar en tiempo real los sucesos de la
Guerra de las Malvinas, del cual se desprenden cuatro ejes: la narración en
primera persona del soldado M30, la reproducción de las noticias en redes y otros
medios, la participación en #todossomosmalvinas30 y la recopilación de
información a través de la página principal.

En el caso de la narración en primera persona, se contó con un personaje ficticio


cuyo perfil en Twitter fue llamado @SoldadoM30. Este personaje se construyó a
partir de la revisión de investigaciones, documentos y, sobre todo, de las múltiples
entrevistas realizadas a excombatientes. Todo esto se realizó con el fin de dotar al
personaje de exactitud en los datos que compartiría y trazar una línea clara del
desarrollo que tendría este personaje a lo largo de la historia. Su historia se narra
a través de trinos cortos en los que comenta su estado a lo largo de los meses.
Este es el único “personaje” con un arco definido.

Lo segundo fue la reproducción de las noticias. El objetivo de este eje consistía en


recrear cronológicamente la publicación de las notas periodísticas, las
transmisiones radiales, todos los archivos fotográficos accesibles y las ubicaciones
geográficas en las que transcurrieron los hechos. Esto fue realizado haciendo uso
de las redes sociales Facebook y Twitter, además de medios de comunicación
locales para la retransmisión.

Respecto a la participación del proyecto, se cuenta con un caso muy relevante:


durante la ejecución del proyecto, un excombatiente de la guerra empezó a
interactuar con las cuentas de Malvinas 30 para corroborar la información, aportar
datos y experiencias personales, mientras que por parte de los encargados del
proyecto se buscaban las formas de articular estos aportes a los contenidos. Esto
fue posible gracias al diseño de la participación, que se pensó como un eje
fundamental: a través de videos en vivo, de publicaciones y de dinámicas como la
del Soldado M30, se posibilitó la retroalimentación efectiva del público.

EJE PARTICIPATIVO
Dado que la página web principal del proyecto está deshabilitada, el análisis de
este eje se realizará tomando como referencia los registros visuales y
audiovisuales que quedaron de la propuesta y las cuentas de twitter @malvinas30
y @soldadoM30.

La principal herramienta por medio de la cual se generaron espacios de


participación fue Twitter. Ahí, por medio de dos cuentas, se narraron
paralelamente dos relatos: uno, en primera persona, sobre un soldado que vive la
experiencia de la guerra, y otra, que reproducía las noticias de la guerra.

El caso de la cuenta del Soldado M30 es el más interesante en este aspecto, pues
lo que se buscaba lograr a través de este personaje era narrar en primera persona
los sucesos de la Guerra de las Malvinas a lo largo de 4 meses (27 de febrero
hasta el 27 de junio). 

A continuación, se expondrán algunas capturas de pantalla en las que se


evidencia la dinámica bajo la que funcionaba la cuenta:

El perfil del soldado, a la fecha de realizado este documento, cuenta con 513
seguidores y 338 tweets, el primero realizado el 27 de febrero de 2012, y el último
el 27 de junio de 2012.
El mayor problema del proyecto, visto desde una perspectiva temporal, es la
accesibilidad a los contenidos. Es decir, las plataformas virtuales en las que se
contiene el proyecto son perecederas (esto puede derivarse de diferentes factores,
como la falta de recursos para mantener activo un dominio en internet, los
avances de software, entre otras). Y aquí, por ejemplo, gran parte de los aportes
que se generaban a través de la interacción entre perfiles ya no existe. Muchas de
las cuentas que interactuaban con el soldado ya no se encuentran activas. Sin
embargo, quedan pocos registros del intercambio que se realizaba y la forma en
que se empleaba un lenguaje cotidiano, familiar. 

Se compartían documentos fotográficos de los soldados, acompañados de


descripciones breves en las que usualmente se especificaba la fecha y el lugar,
haciendo énfasis en conservar un discurso cotidiano.
La ventaja de Twitter consiste en la brevedad del texto, la participación de los
usuarios y la facilidad para su manejo. De tal forma que los mensajes que se
difundían por esta red social consistían en textos cortos, de no más de tres líneas,
acompañados de 
Otra dinámica consistía en comentar partidos de fútbol o noticias de “actualidad”
que correspondían a las fechas en las que se ubica la narración. Aquí, por
ejemplo, comenta un partido del mundial de España del 92. 

Algunos de los comentarios por medio de los cuales se vinculaba el público


ofrecían una ampliación de la información. 

Por otra parte, la cuenta @malvinas30 reproducía titulares, textos y documentos


que se difundían durante la guerra.
Entre otras cosas, esta cuenta invitaba a los usuarios a interactuar por medio de
otras plataformas en diferentes actividades. 
En esta captura de pantalla, destaca el primer tweet, que pregunta “¿cómo viviste
el final de la Guerra de las Malvinas? Compartí tu testimonio”. En este caso se
está interpelando directamente al público, y además la pregunta parece estar
dirigida a las personas que vivieron presencialmente el momento histórico. Este
tipo de dinámicas permite construir un relato más completo, con diferentes voces
(muchas de las cuales no serían escuchadas en los relatos oficiales o en el
periodismo tradicional) y diferentes perspectivas.

EJE DE LA EXPERIENCIA

Este eje en particular requiere de un análisis en dos etapas: uno que examine la
experiencia que hubo con respecto al proyecto en el momento en que se estrenó,
y otro que observe la experiencia actual. Esto se debe a que el proyecto se
planteó como una narración en tiempo real, y esto implica ciertas lógicas tanto
técnicas como narrativas que con el tiempo van cambiando. Además, esto
implicaría una mirada distinta en torno al proyecto (considerado como uno de los
transmedia más importantes en américa latina) puesto que ahora, gran parte del
contenido, es accesible solamente por medio de las anécdotas de los que
pudieron experimentarlo en su tiempo. 

1. Malvinas 30 en tiempo real (2012)

El 2 de abril de 1982, en Argentina, estalló la Guerra de las Malvinas, conflicto de


carácter político en el que los argentinos se enfrentaban a Inglaterra por la
propiedad de las Islas Malvinas. El conflicto persistiría hasta el 14 de junio,
resultando en la victoria de las tropas británicas.
En el 2012, el realizador Álvaro Liuzzi, estrenó el documental interactivo “Malvinas
30”, cuyo objetivo principal consistía en recrear en tiempo real las noticias de la
guerra.

Esta dinámica implicaba un diseño minucioso de la experiencia del público para


lograr hacer sentir que, efectivamente, estaba ocurriendo una guerra. Para ello, los
realizadores hicieron cuatro cosas: narrar la guerra en primera persona,
retransmitir las noticias radiales e impresas, generar espacios de discusión como
foros y videos en vivo, y montar una página web en la que se recopilara toda la
información documental a través de mapas interactivos, archivo fotográfico y
textos. 

En lo relativo a la experiencia, lo que más atrajo al público hacia este proyecto fue
el hecho de la reproducción de las noticias y de la narración en primera persona,
pues esto hacía sentir a las personas “partícipes” o “involucradas” en un suceso
histórico importante. Entonces, la interacción fue un aspecto clave: fue a través de
los espacios compartidos con el público que el equipo recibió retroalimentación no
solo por parte de personas de la vida cotidiana, sino también de un
excombatiente. 

2. Malvinas 30 ahora.

El 21 de febrero de 2017, a través de la página oficial de facebook del proyecto, se


difundió el siguiente mensaje:
“NUEVO DOMINIO Nos mudamos, ahora podés encontrar todo el material del
documental en www.malvinastreinta.com.”
El link dirige a una página que presenta una imagen (a la que se puede acceder
también por medio de este link http://www.malvinastreinta.com/?
fbclid=IwAR0DL1NjqGzWeT2AB22WOFvTk2H28H0FC0eSZSTlgZlZ--
RuZ8THx3ZyPU0) que, al parecer, también ha sido deshabilitada, pues ninguna
de las opciones interactivas está disponible para su uso. Desde esa última
publicación, la página de facebook de Malvinas 30 permanece inactiva. Han
pasado 3 años y aún hay gente entusiasmada en conocer del proyecto, pues se le
cataloga como una de las experiencias más importantes del transmedia en
latinoamérica. El problema es que ya no es accesible, y la experiencia pasa a ser
excluyente, pues ahora el público se divide en dos categorías muy generales pero
también muy bien definidas: los que accedieron en tiempo real y los que llegaron
después (lo que sí y los que no). Es a partir de esa exclusividad que se plantea el
presente análisis: del transmedia como algo que no está exento de ser perecedero
o quedar obsoleto.

La experiencia actual con Malvinas 30 puede considerarse a partir de dos


categorías: la anécdota y los registros. Cuando nos referimos a “la anécdota”,
hablamos de cómo cuentan los realizadores el proceso que hubo en el proyecto
en lo relacionado con la narración en tiempo real. El narrar en tiempo real implica
una condición cronológica estrictamente inmediata, y por lo tanto, fugaz. Esta
“inmediatez” se pensó precisamente con fines didácticos y participativos, pues
además de hacer memoria de un conflicto en su aniversario número 30, se podía
promover una narrativa histórica diferente. El objetivo se logró: se reprodujo
mediáticamente la guerra de las Malvinas a través de diferentes medios, y hubo
una participación muy significativa. No obstante, el problema surge a partir de este
punto: una vez finalizada la representación en tiempo real, se venía la dificultad de
mantener vigente el producto. Si bien se pensó en este problema montando los
contenidos en una plataforma web, ya los realizadores sabían que la narrativa de
“tiempo real” no surtiría el mismo efecto. Entonces, tal vez de forma no
premeditada ni planeada, el relato pasó a ser anecdótico. Pues si bien aún se
conservan las cuentas de Twitter del Soldado M30 y de Malvinas30, toda la
dinámica se piensa bajo la pregunta de “¿cómo habría sido la experiencia en su
momento?” Ya no se piensa en un tiempo presente, ni tampoco futuro, sino en
retrospectiva, y esto puede llevar al público a la frustración o a la confusión.

Este punto nos lleva a la segunda categoría: los registros. Por registros nos
referimos a aquellos comprobable y accesible. No se cuentan aquí las anécdotas
porque estas tienen implícito un componente subjetivo, y para permitir un análisis
más claro, lo más adecuado sería separar esas dimensiones: lo material de lo
subjetivo. Para este caso, se cuenta con las cuentas de Twitter y Facebook. 

La cuenta de @soldadoM30 en Twitter queda como un registro de la dinámica


propuesta, que es la de “tiempo real”. La otra cuenta, @Malvinas30, queda como
un registro de los documentos y de la información que se difundió. Y la cuenta de
Facebook, como el registro de dinámicas en vivo y de las invitaciones que se
realizaron durante el transcurso del proyecto. Cabe resaltar que de estas tres
cuentas, la última que reportó actividad fue la de Facebook, en 2017, mientras que
las de Twitter (que tienen el contenido más interactivo y llamativo) no publican
nada desde 2013 (@malvinas30) y 2012 (@soldadoM30). 

El hecho de que ninguna de estas cuentas publique contenido, siendo que el


atractivo del proyecto era la interacción, genera en el público actual un proceso de
comprensión diferente: ahora no se pueden hacer aportes porque las cuentas
están inactivas, tampoco se puede esperar recibir notificaciones ni noticias nuevas
al respecto. Estas cuentas ya no se miran con el interés de esperar el contenido,
sino de encontrarlo completo.

En conclusión, los proyectos que se realizan pensando en contar un relato en


“tiempo real”, acarrean muchos riesgos, entre ellos la vigencia, la frecuente
transformación de los soportes técnicos y la percepción del público. Son trabajos
importantes para analizar no solamente como una experiencia que ya pasó sino
como una que aún sigue ocurriendo; un proyecto cuyo progresivo “envejecimiento”
también es objeto de estudio. En ese caso, Malvinas 30 es importante como
antecedente y como actualidad.

EJE MEDIÁTICO
¿Cuáles son los medios y plataformas de la experiencia?

En la web, se contó con las redes sociales Facebook y Twitter, y con un blog web
que hacía las veces de punto de encuentro de todos los contenidos. 
De acuerdo con “El documental interactivo en la era transmedia, de género
híbridos y nuevos códigos narrativos”, escrito por Álvaro Liuzzi, se explica que las
nuevas generaciones de personas, atravesadas por las dinámicas de la
virtualidad, habitan un “mundo está repleto de micropausas que coinciden con el
tiempo de ver un video en Internet o consultar un blog” (2015, p. 5. Disponible en
https://www.raco.cat/index.php/ObraDigital/article/view/301178/390762). Esto
quiere decir que la cotidianidad se encuentra mediada por la presencia de
dispositivos móviles con acceso a las redes de internet, especialmente en los
momentos de ocio. Esta razón permite entender el porqué de plantear proyectos
orientados en el uso de redes sociales para contar relatos de largo aliento y
pensar en las estrategias que se deben generar para que el proceso resulte
satisfactorio. 

¿Qué aporta cada uno?

Como se ha insistido a lo largo del análisis del proyecto Malvinas 30 tanto en los
ejes participativos como de la experiencia, el uso de Twitter como dispositivo
narrativo del “tiempo real” fue uno de los mayores aciertos. Twitter ofrece una
especie de contenido que no se reproduce de igual manera en las demás redes:
su mayor atractivo son los textos, mientras que en otras redes, como Facebook o
Instagram, impera la imagen. Esta particularidad de la red social permite unas
lógicas diferentes para generar los contenidos: textos cortos, concisos, con
capacidad de síntesis e impactantes. Así pues, se tomó la decisión de darle dos
usos a la red: el primero, para construir un personaje, y el segundo, el de dar
información. 
En el caso del personaje, los textos se escriben en primera persona, haciendo uso
de jerga y términos informales que hacen sentir una relativa cercanía con el
personaje. Los tuits no pasan de las 3 líneas, y tienen a apelar a un sentimiento;
por ejemplo, decepción, miedo, anhelo, gratitud. Cosas que funcionan gracias a
que la cuenta de Twitter se plantea como si fuera una “personal”. Por otra parte, la
cuenta de información no hace uso de la primera persona, y recurre a estructuras
más tradicionales del discurso para así reproducir las formas narrativas del
periodismo.
Facebook, por su parte, es una plataforma en la que se pueden publicar de igual
manera textos e imágenes, sin embargo, a razón del diseño de la interfaz, resultan
más llamativas las imágenes y se pasan por alto los textos. A través de la cuenta
de Malvinas 30 en Facebook se compartían videos, imágenes e información
adicional al proyecto para llamar la atención del público.
La página web (a la que ya no es posible acceder) era “el lugar” por medio del cual
se podía acceder a la experiencia completa, pues en ella se recopilaban todos los
productos: las infografías, los videos, los mapas y textos. 
¿Cómo se vinculan entre ellos?

Lo interesante es que cada producto es independiente: aunque no se puede


acceder a la página web, no hace falta para comprender los relatos de las cuentas
de twitter. Se puede revisar la cuenta de @soldadoM30 sin preocuparse por no
poder ver los mapas de la página, y de igual forma se puede ver la cuenta de
@Malvinas30 y comprender la información que se entrega.
Entonces, el vínculo que se generaba entre medios era complementario: si la
información de un producto generaba cierto interés, se podía revisar otro producto
del mismo proyecto para ampliar el conocimiento.

ANÁLISIS PERSONAL DEL PROYECTO


Si bien en los apartados previos del documento he expresado mis apreciaciones
basadas en los hallazgos y análisis de los diferentes elementos que componen el
proyecto, quisiera hacer especial énfasis en dos asuntos: el diseño del proyecto y
la relevancia del mismo.
Cuando me refiero a que el diseño del proyecto puede ser visto como una
propuesta arriesgada, quiero decir que, tanto la forma como los contenidos,
desafían las narrativas convencionales del documental, que usualmente tiende a
la realización de un audiovisual sin más. En Malvinas 30 se aprovechan las
posibilidades que ofrecen las redes sociales como herramientas para narrar
historias (en Twitter ya había un antecedente de experimentos narrativos en
primera persona, mas no se habían planteado como parte de un documental con
una amplia investigación detrás, sino como entretenimiento para personas afines a
los temas tratados). Aquí la complejidad del diseño reside en la forma en que se
articula la información con los medios y no viceversa. Las herramientas son fáciles
de usar (prácticamente al alcance de cualquier usuario), lo que hace la diferencia
es la intencionalidad y todo el trabajo previo que carga consigo cada publicación,
aparentemente esporádica.
Por otra parte, querría referirme a la relevancia que ha cobrado Malvinas 30 a lo
largo de los años: con antecedentes como Proyecto Walsh, Malvinas 30 continúa
forjando una serie de elementos que pueden ser retomados por futuros
realizadores en diferentes temas; el uso de las redes sociales como mecanismos
de participación y de narración es una forma novedosa y llamativa para un público
compuesto por nativos digitales y adultos con acceso a estas redes.
A pesar de los inconvenientes que representan algunas de las decisiones como el
alojar toda la información en una página web que por cuestiones técnicas ya no
funciona, Malvinas 30 permite a los realizadores tomar a consideración nuevas
cuestiones que se presentaban en menor medida con los productos audiovisuales:
¿mi proyecto tiene un periodo de “vida” en la red? ¿Cuáles herramientas puedo
aplicar? ¿Qué tanto quiero que el público participe en la creación de los
contenidos y en qué medida es posible esto? Malvinas 30 alimenta esta discusión
y ofrece alternativas para contar las realidades que nos rodean en todo momento.

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