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Sobre el relato corto como brevedad de la realidad

La labor de la escritura nunca cesa, es como si fuese un quehacer infinito que aguarda y
que inclusive permanece constante y cambiante en el reposo mismo, la palabra aunque
inerte en alguna parte del inconsciente permanece en movimiento y hace representación
en si misma dentro de los sueños dando motivos a la imaginación para ser tentada por su
encanto incesante y un tanto promiscuo. Esta la palabra extensa expresada en novelas, en
ensayos extenso o en tratados que dan un balance entre lo ontológico y lo especulativo e
inclusive se encuentran aquellas palabras extensas que construyen el bosquejo de un
existir plagado de silencios que al final de la quietud emergen y dan su salto a los párrafos
extensos así como la res para dar así rienda suelta al caballo alado de la imaginación y la
crítica encubierta pues como dirá Cortázar “la literatura es una labor social” (1977).

El relato extenso es la palabra que encaja con lo universal, da espacio para las desventuras
y la suerte de estar vivo para así dar entrada a las múltiples perspectivas y alter egos que
surjan a partir de susodichas flamas de la conciencia; el relato extenso o la palabra
extensa es entonces la bodega celeste que como observadora relata con voz omnisciente
reencarnada en el artista la visión de un existir corriente pero con óbices y esperanzas
fantásticas fuera de lo superfluo pero dicha introspección quedará en meditación, pues es
la parte segunda de la palabra la cual vamos a tratar y esta toma forma en el fraseo breve
o en el relato corto. El quehacer de un relato corto es una labor heroica, es la palabra
breve que entromete su valentía breve a una responsabilidad correspondida por lo
extenso: relatar en forma breve la amplitud de un mundo que va más allá de sus cabellos,
es quizá la juventud del vocablo experimentado que se somete a un cadalso que por vista
juvenil es tan solo un escenario para revelar su grito de esperanza.

Se cuenta que Borges al ser interrogado por su quehacer del relato breve apelaba
simplemente a la razón de la flojera pues “es más desgastante hacer una novela” pero
más allá de sus líneas como beneficiario de la flojera y la justificación del porque es el
relato corto una ganancia de tiempo ha de dar razón de algo que va más allá del hecho
que apela a la labor del escritor de corta palabra y de minuto extenso; el escritor
argentino resalta el vasto universo del relato breve que en realidad como dijimos en líneas
más a priori, es tan solo el resabio de una palabra juvenil. La descripción de Borges ante el
breviario guardián del universo que es el cuento ha de empezar con la reflexión acerca de
sus complementos más simples pues siempre habrá algo más acá de un todo minúsculo y
dicho punto de dicha égloga a lo breve se da así “La línea consta de un número infinito de
puntos; el plano, de un número infinito de líneas; el volumen, de un número infinito de
planos; el híper volumen, de un número infinito de volúmenes… No, decididamente no es
éste, more geométrico, el mejor modo de iniciar mi relato” (Borges, 1975).

Señala así el reto de la escritura del relato breve, de la palabra breve, del lacayo que con
su brazo entrecortado por vestidura pútrida trata de tomar el cayado reluciente es un reto
que va más allá de un golpe de inspiración que rebosa solo como brisa y que aqueja por
un cuarto de noche. En otras palabras, es el relato corto la extensión breve y recortada del
mundo que se toma el párrafo pero para tal labor se le presenta un óbice inmenso: la
brevedad concisa y en si valedera; es el mayor dilema que ha de presentarse a un autor de
palabra breve pero para nuestros clásicos no fue un reto.

La representación de la palabra breve toma múltiples nombres en lo que concierne a lo


literario (llámese cuento, mito, poema) pero todas contienen la función similar y por tanto
universal del relato breve y es la del plasmar un mundo breve pero inmenso en
significación y es la brevedad la que se presenta ante dichas representaciones y basta con
decir que se apela al ideal de lo económico en dicho episodio. Cortázar quien fuese uno de
los mayores representantes de la brevedad en lo literario dijo alguna vez “se señala, por
ejemplo, que la novela se desarrolla en el papel, y por lo tanto en el tiempo de lectura, sin
otro límites que el agotamiento de la materia novelada; por su parte, el cuento parte de la
noción de límite, y en primer término de límite físico, al punto que en Francia, cuando un
cuento excede de las veinte páginas, toma ya el nombre de nouvelle, género a caballo
entre el cuento y la novela propiamente dicha” (1983) es entonces la confirmación de que
la brevedad en el vocablo es un hecho y el reto de lo breve sin caer en lo superfluo clama
por la reducción de la trama a lo alcanzable en pocas páginas.

Un ejemplo claro se puede denotar en el mito, líneas breves que buscaban en la madurez
de Pangea una explicación a lo genealógico y sin duda dicha demostración da un paso
primario al relato corto; vemos entonces que la extensión del mito se reduce al momento,
a la causa que emerge y permanece imbuida, prologada y permanente en la idea a
posteriori al relato pues para un lector insaciable es el cuento un parpadeo que amerita
una extensión pero es una máxima retorica el perdurar en lo breve, es entonces cuando el
relato corto toma una verdadera extensión en la meditación.
El cuento es la revelación de una palabra que lleva innato un universo de extensión, así
cuando se narra la breve crónica de un saxofonista en New York amante a Louis
Armstrong es no solo una palabra que revele dicha crónica en tres partes (inicio, nudo,
desenlace) sino que revela cuan novela breve la amplitud de una gran manzana permeada
en luces, desorden, multitud y pensamientos que forman masas holísticas en donde el
particular en función del todo solo ha de tener nombre por lo laborioso de su mano. El
relato corto cuenta con una forma determinada, es como esfera que se forma sutilmente
a partir de un relato encíclico que encierra detalles imprescindibles en párrafos contados
que pese a su corta noción, ha de representar en la idea después de lo leído el despliegue
de una realidad equiparable a lo novelístico y encierra en si el todo de una historicidad
práctica, causal y sobre todo fantástica desde lo estético.

En conclusión, el todo de la palabra breve es la travesura de un infante que de manera


causal halló en la labor más allá de su descripción un nuevo sentido, existe la economía en
lo lingüístico así como también el ingenio de encajar el universo en una caja de cristal; el
relato corto es lo breve del existir, una capsula desplegada en una llanura que reparte el
color en gran medida hasta llegar a los riscos inalcanzables de la memoria haciendo que el
alcance del cuento con voz acelerada y palabra breve se extienda como sangre en el
palpito y que se establezca en la memoria. Es en si también la voz de un origen, el estado
apacible y de aliento breve, provechoso y revelador de una época que manifiesta en
simples párrafos lo que impera en la historia.

Bibliografía

 Cortázar, J (1977) entrevista con Joaquín Soler, Madrid.


 Borges, J.L (1975) el libro de la arena, Debolsillo editorial, Barcelona.
 Cortázar, J (1983) entrevista al juglar de México, México D.F

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