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EL SOCIALISMO

El socialismo es un orden político basado en la apropiación de los medios de producción por parte de la clase
obrera. También se define por socialista a toda teoría, doctrina o movimiento que aboga por su implantación y
a su vez se deriva de la esencia política del comunismo. El socialismo puede ser no-estatal (mediante
la propiedad comunitaria en un sentido amplio) o estatal (a través de la nacionalización y la planificación
económica de la producción).

En un sistema socialista, al establecerse la propiedad de los medios de producción, desaparece por completo
la existencia de propiedad privada de los bienes de capital y con esta cualquier modelo que práctico de
crecimiento y desarrollo económico para ser sustituida por modelos económicos teóricos que se designa como
modelo único y absoluto en la teoría marxista.

Frecuentemente coexisten diferentes movimientos políticos derivados del comunismo que adoptan el título de


Socialismo: desde aquellos con ideas de búsqueda de la revolución, o las variantes pre y post-marxistas del
comunismo que con frecuencia son conservadas entre grupos de resistencia política a través de generaciones.

El socialismo continúa siendo un movimiento con un gran interés de control político y suele ser promovido
por medios activistas intensos y auto-proclamarse como un "movimiento de lucha político vinculado con el
establecimiento de un orden político construido por, para, o en función de, la clase reprimida por el gobierno
actual", y para el cual debe crearse uno público (por vía del Estado o no), ya sea mediante revolución o
evolución social o mediante reformas institucionales, con el propósito de construir una sociedad sin clases
estratificadas o subordinadas unas a otras; idea esta última que no era originaria del ideario socialista sino del
comunista y cuya asociación es deudora del marxismo-leninismo. La radicalidad del pensamiento socialista
no se refiere tanto a los métodos para lograrlo sino más bien a los principios que se persiguen.
Los debates entre los socialistas clásicos

Poco después aparece la teoría comunista marxista que desde una teoría crítica del comunismo, desarrolla una
propuesta política: el "socialismo científico". Karl Marx postula en una de sus obras la diferenciación entre
«valor de mercado» y «valor de cambio» de una mercancía y la definición de plusvalía, siendo éstas sus
mayores contribuciones a la economía política; no obstante, los economistas modernos no utilizan estos
conceptos del mismo modo que lo hacen los seguidores de la escuela marxista del pensamiento económico
dado a que la teoría expuesta por Marx no contempla la interacción total de la ciencia económica y se ve
parcializada por el comunismo. Entre los socialistas hubo una temprana división entre marxistas
y anarquistas los cuales eran la esencia más cercana a la ideología marxista. El marxismo como teoría recibió
muchas críticas, algunas de ellas constituirán durante muchas décadas la base ideológica de la mayoría de
partidos socialistas. Más tarde, a raíz de la Revolución rusa y de la interpretación que le dio Lenin,
el leninismo se convertiría en foco de admiración de los partidos comunistas, agrupados bajo la III
Internacional.

Mijaíl Bakunin, ideólogo político, defensor de la independencia individual y colectiva

La teoría marxista se construye conjuntamente con el anarquismo. El anarquismo se podría inscribir dentro de
los conceptos tempranos del socialismo, que como ideal busca que las personas decidan sobre sus vidas libre
e independientemente; la abolición del Estado y de toda autoridad; exaltando al individuo.

La meta del socialismo es construir una sociedad basada en la igualdad, la equidad económica, la iniciativa
personal, la cooperación moral de un individuo, eliminando las compensaciones por esfuerzo estratificadas,
promoviendo estructuras políticas y económicas de distribución como por ejemplo el seguro social

El socialismo en el siglo XX
El socialismo alcanzó su apogeo político durante el siglo XX en el bloque comunista de Europa, la URSS,
estados comunistas de Asia y del Caribe.

Durante la segunda mitad del siglo XX fue de gran importancia para el llamado bloque socialista, que la
Unión Soviética liberara a los países ocupados del Tercer Reichen el frente oriental durante la Segunda
Guerra Mundial, pues estos mismos posteriormente adoptaron sistemas de gobierno socialistas que hicieron
que el campo socialista alcanzara un amplio dominio.

Indicadores del desempeño de modelos políticos ajenos al modelo socialista durante el siglo XX son por
ejemplo, los grandes avances en la tecnología, como por ejemplo en los programas espaciales, así como la
gran tecnología militar, principalmente en Estados Unidos.

Tras la Segunda Guerra Mundial, la tensión militar-ideológica entre el bloque socialista, encabezado por la
URSS, y el capitalista, encabezado por Estados Unidos, desembocó en un enfrentamiento político que se
conocería como Guerra Fría. Se conoció de ella extraoficialmente y fue la competencia por la superioridad en
todos los aspectos y lograr así el dominio completo (pero no directo) de la mayor cantidad de países. Culminó
con la desintegración de la URSS por sus contradicciones económicas y políticas señaladas como defectos de
los modelos socialistas y fuertes presiones externas, acompañada de una pronunciada crisis en los demás
estados socialistas, principalmente los europeos, consecuencias propias del establecimiento de modelos
socialistas y comunistas extendidos.

El socialismo
SOCIALISMO: fase primera e inferior de la sociedad comunista. La base económica del
socialismo radica en la propiedad social sobre los medios de producción en sus dos formas -la
estatal (de todo el pueblo) y la cooperativo-koljosiana, en el sistema socialista de economía nacional
sobre la base de la gran producción maquinizada en todas las ramas de la economía, en la supresión
de la explotación del hombre por el hombre. El socialismo surge como resultado del cambio
revolucionario del régimen capitalista por el socialista. Se establece durante el período de transición
del capitalismo al socialismo (ver) mediante las transformaciones socialistas en todas las esferas de
la economía y de la cultura. El fin del socialismo es dar satisfacción a las crecientes necesidades
materiales y culturales de toda la sociedad y de cada uno de sus miembros sobre la base de
desarrollar de manera incesante y planificada la economía nacional, de incrementar
ininterrumpidamente la productividad del trabajo social. La economía socialista se apoya en la
propiedad estatal (de todo el pueblo), que pertenece al pueblo entero en la persona del Estado, y en
la propiedad cooperativo-koljosiana que es una propiedad de grupos, colectiva. La forma más
madura, determinante y principal de la propiedad social unida al nivel más alto de socialización de
su producción y a un elevado grado de organización del trabajo es la propiedad del Estado. Bajo su
influjo y con su ayuda la agricultura se transforma en consonancia con los principios socialistas (ver
Plan cooperativo de Lenin). Correspondientemente a las dos formas de propiedad la economía de la
sociedad socialista consta de dos sectores: el estatal y el cooperativo-koljosiano. El primero
comprende todas las empresas del Estado en la industria, en el transporte, en las comunicaciones, en
la agricultura (sovjoses) y en el comercio. El sector cooperativo-koljosiano se compone de los
koljoses y de las cooperativas de consumo. En oposición al modo capitalista de producción -bajo el
cual los procesos económicos transcurren de manera espontánea en medio de la anarquía de la
producción y de una enconada lucha competitiva, con sus secuelas: saqueo y despilfarro de la
riqueza nacional, depauperación de los trabajadores- el socialismo asegura un proceso planificado e
ininterrumpido de la reproducción ampliada, ritmos rápidos de desarrollo de la economía nacional,
aumento del bienestar de las masas populares. El socialismo es la fase primera e inferior de la
sociedad comunista. Esto significa que el estado de las fuerzas productivas de la sociedad y el nivel
de la productividad del trabajo social no permiten aún satisfacer las necesidades de las personas
según el principio comunista de distribución.

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