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El Proceso Gráfico de La Pintura Punteada Cantábrica
El Proceso Gráfico de La Pintura Punteada Cantábrica
Recibido: 2007-10-16
Aceptado: 2007-10-30
RESUMEN
La aproximación a la actividad artística en la investigación del arte parietal paleolítico plantea diversas posibilidades. En los últimos años,
y sobre todo en lo que se refiere al arte mobiliar, se ha progresado en la reconstitución de la cadena operativa gráfica. En este caso, nos
centramos en las pinturas punteadas cantábricas para las que se reconoce una homogeneidad estilística excepcional durante un periodo
cronológico amplio (Gravetiense-Solutrense). Asimismo, presentan unas pautas comunes en lo que se refiere al proceso artístico (abasteci-
miento de materia prima, transformación en materia colorante, elección del medio de aplicación, procedimiento jerarquizado de aplicación,
etc.) que serán precisadas.
ABSTRACT
The approach to the artistic activity in the investigation of the Palaeolithic rock art raises diverse possibilities. In the last years, and mainly
concerning the mobile art, it has been progressed in the reconstruction of the graphical operative chain. In this case, we discusse about the
Cantabrian dotted paintings for which an exceptional stylistic homogeneity is recognized during an ample chronological period (Gravetian-
Solutrean). Also, they display common patterns concerning the artistic process (supplying of raw material, transformation in colouring matter,
election of application means, hierarchized procedure of application, etc.) that will be clarified.
LABURPENA
Labar artearen ikerketak aukera ezberdinak azaltzen ditu. Azken urteetan, eta batez ere arte egonkorrari dagokiona, irudien kate operatibo-
aren berreraiketan aurrera egin da. Oraingoan, kantauriko marrazki punteatuetan oinarrituko gara. Hauek estilo aldetik oso homogeneoak dira
eta garai luze batean ematen dira (Grabetoa-Solutreoa). Horretaz aparte, eredu orokorrak aurkezten dute prozesu artistikoan eta hauek zehaz-
tuko dira (materia primaren hornaketa, materia kolorantearen aldaketa, aplikazio moduaren aukeraketa, aplizaio sistema hierarkizatuta, etabar).
* Becario PPI Gobierno Vasco. CREAP Cartailhac-TRACES-UMR 5806. Maison de la Recherche. Université Toulouse. 5, allées Antonio
Machado. 31058 TOULOUSE CEDEX 9. diegogarate@harpea.org
156 DIEGO GARATE MAIDAGAN
Como resulta obvio el proceso comienza con la bruto o sufrir diferentes grados de antropización,
voluntad creadora del artista o del grupo para rea- reconocibles a través del análisis de los compo-
lizar una grafía determinada. Por lo tanto, en este nentes pictóricos, pudiéndose distinguir las “rece-
primer momento nos encontramos en un nivel tas” utilizadas.
mental o intelectual en el que el artista selecciona • El elemento utilizado para la aplicación del colo-
determinados elementos morfoestilísticos, que son rante sobre el soporte en el caso de la pintura, o
una combinación de los establecidos por el grupo para la incisión en el caso del grabado, solamente
y de los que él mismo añade, fruto de su conoci- se puede reconocer de forma indirecta estudiando
miento, bien por innovación propia o bien basados
los efectos morfológicos y tipométricos que com-
en modelos de otros grupos. A pesar de ello, no
ponen la figura (GARCÍA DÍEZ, 1999). Su elección
siempre se trata de un proceso complejo o excesi-
está supeditada al modelo gráfico que se pretende
vamente rígido ya que, en algunas ocasiones, es la
crear y a las condiciones del soporte disponible,
forma del propio soporte la que sugiere al artista la
por lo que a la hora de transformar la idea mental
temática y la morfología de la grafía que va a repre-
en expresión plástica se utiliza un instrumento ade-
sentar. Así se evidencia en los casos en los que las
cuado a su fin. Como es comprensible, la fabrica-
características de la pared se han integrado como
parte propia de la grafía o sugiere al artista los lími- ción del instrumento precisa de otra cadena ope-
tes del espacio a utilizar, cuando son las grietas y/o rativa para la transformación de la materia prima en
los relieves los que encuadran la grafía (SAUVET, el objeto deseado, bien sea la talla de un sílex para
TOSELLO, 1998). la creación de un buril o bien sea la unión de las
cerdas de un pincel a través de un enganche. De
Una vez diseñado mentalmente el modelo grá- todas maneras, en ocasiones se utiliza el colorante
fico se aborda la fase material en la que se selec- en bruto cambiando la inclinación en su aplicación
cionan y transforman las materias primas necesa- para reavivar el filo o se recurre a la impresión digi-
rias para la creación de la expresión plástica. tal del pigmento o al soplado directo desde la boca
La realización de una grafía precisa un soporte utilizando en ocasiones una plantilla.
concreto, una materia colorante en el caso de la
Por último, en una tercera fase se procede
pintura, y un instrumento o medio de aplicación.
a la plasmación gráfica. Es decir, el autor eje-
Todos ellos son seleccionados siguiendo patrones
cuta el trazado de la grafía a través de sus ges-
sociales o por preferencias del propio autor, según
tos como queda reflejado en una serie de
el caso, y en algunas ocasiones deben ser trans-
caracteres como puede ser la naturaleza de los
formados para su utilización:
trazos, el orden de realización, el sentido del
• La elección de un soporte determinado sobre el desplazamiento, los repasados o las correccio-
que plasmar la grafía se realiza en función de las nes. El análisis de todos estos caracteres en
prioridades del artista o del grupo y puede formar varias figuras de un mismo autor nos puede
parte de la organización espacial de un dispositivo aportar información sobre su manera de trazar,
iconográfico mayor preestablecido. Asimismo, el pudiendo establecer unas pautas generales
soporte puede ser alterado o acondicionado para que se repetirían en todas ellas. De todas
facilitar la realización de la grafía, como se ha maneras, las condiciones de trabajo (accesibi-
observado en algunas ocasiones o puede inte- lidad al lienzo, posturas del artista, ilumina-
grarse como parte del trazado de la propia grafía. ción,...), la selección de uno u otro soporte y el
• La materia colorante es el componente cromáti- cambio del medio de aplicación pueden alterar
co con el que se trazan las grafías. Se compone de los caracteres del trazado de sus grafías, ade-
pigmento, al que se añade el aglutinante, sustan- más de la propia variabilidad del autor.
cia líquida en la que se disuelve para dar cohesión
a la mezcla. En ocasiones se añade un tercer ele-
mento, la carga, que facilita una mayor adhesión
de la materia colorante al soporte (MENU, WAL-
TER, 1996). Su selección es fruto del conocimiento
del medio por parte del grupo y de las posibilida-
des que éste ofrece, estableciéndose un área con-
creta de captación. La materia puede aplicarse en Fig. 2: Fases del proceso gráfico.
Actualmente son cerca de una veintena las Por otro lado, existe un número similar de
cavidades cantábricas en las que se recurre, en cavidades con pinturas animales rojas de carac-
mayor o menor medida, a la técnica del puntea- terísticas estilísticas muy parecidas a las ante-
do para trazar grafías animales: riores, aunque sin que se reconozca en ellas la
utilización del trazo punteado (en algunos casos
• En la cuenca del río Sopuerta se ubica la problemas tafonómicos dificultan la asignación).
cueva de Arenaza (Galdames, Bizkaia), única Se trata de Peña Candamo, La Lloseta, Les
cueva vasca con este tipo de representaciones. Pedroses, Trescalabres y Pindal en Asturias, de
• En Cantabria se localiza el núcleo principal. Chufín, Micolón, La Llosa y Arco A en Cantabria
Las cuevas se distribuyen de manera regular sin y de Altxerri en Gipuzkoa.
Fig. 3: Distribución de las cuevas con pinturas animales de trazo punteado en la cornisa cantábrica
Más allá del cantábrico existen algunas hipótesis de la <Escuela de Ramales> com-
grafías animales punteadas aisladas, pero que puesta por varias generaciones de artistas
responden a un medio de aplicación distinto - (APELLÁNIZ, 1982).
soplado o palma de la mano- y/o una estructu- En la actualidad, las propuestas sobre la natu-
ra gráfica diferente -sin línea de contorno-. Son raleza de la relación entre los conjuntos con figu-
–entre otros- los casos de las cuevas de ras zoomorfas punteadas se han diversificado
Marsoulas (Marsoulas, Haute-Garonne), Le debido a dos cuestiones principales: la informa-
Portel (Loubens, Ariège), Niaux (Niaux, Ariège) ción aportada por el aumento exponencial de los
y Chauvet (Vallon-Pont d’Arc, Ardèche) con hallazgos y por la irrupción de los sistemas radio-
punteado digital, y Lascaux (Montignac, métricos de datación. Dentro de esta nueva reali-
Dordogne) y quizás Marcenac (Cabrerets, Lot) dad, cabe mencionar la propuesta de C.
con punteado soplado. En la península Ibérica González Sainz que mantiene unas semejanzas
extracantábrica, la técnica del punteado apli- en aspectos más amplios como la vinculación
cada a grafías zoomorfas, solamente podría
con los signos rectangulares, la organización de
estar presente -a falta de un estudio detallado-
los lienzos o la jerarquización de los procedimien-
en las cuevas de Jorge (Cieza, Murcia),
tos técnicos, y propone una cronología mucho
Ambrosio (Vélez-Blanco, Almería) o Fuente del
más dilatada en el tiempo que tendría su inicio en
Trucho (Aspe-Colungo, Huesca).
el Gravetiense (GONZÁLEZ SAINZ, SAN MIGUEL
Lógicamente, las corrientes interpretativas LLAMOSAS, 2001). En nuestro caso, hemos rea-
se han ajustado a la realidad arqueológica de lizado un estudio de conjunto que abarca la revi-
cada momento. En la monografía de La sión de todas las cavidades cantábricas con pin-
Pasiega publicada en 1913 ya se hace referen- turas animales punteadas y con aquellas de trazo
cia a los parecidos que presentan las figuras lineal que comparten patrones gráficos similares
rojas de la segunda fase cronológica que “sont (GARATE MAIDAGAN, 2006).
absolument identiques aux figures des grottes
de Ramalès, surtout de Covalanas; plusieurs
groupes notables de Castillo se rapportent 4. EL PROCESO GRÁFICO EN LAS PINTURAS
aussi à ces divers moments, à l’exception du PUNTEADAS.
groupe à contours ponctués baveux, qui y La posibilidad de reconstruir la producción
manque. Une partie des images de Pindal vient gráfica es, sin duda, una herramienta fundamen-
aussi servir de terme comparatif, ainsi que plu- tal para abordar su función social. El grado actual
sieur d’Altamira” (BREUIL, OBERMAIER, de conocimiento de las grafías punteadas cantá-
ALCALDE DEL RIO, 1913). bricas permite ensayar la aplicación del marco
La idea de un grupo de cuevas asociadas teórico descrito, de manera que se pueda carac-
por la presencia de unas figuras realizadas terizar el proceso gráfico que afecta a dichas pin-
mediante la misma técnica pictórica, expresi- turas, en todos sus niveles.
vas de un periodo restringido del Paleolítico
Superior cantábrico, se mantiene por parte de
4.1. El modelo gráfico.
A. Leroi-Gourhan con algunos matices. La
naturaleza de la relación se amplía al modela- El modelo gráfico se corresponde con la ima-
do interior mediante el relleno parcial de gen ideal que el autor intenta plasmar material-
determinadas partes anatómicas y la cronolo- mente y que se puede ver, más o menos recono-
gía, mucho más reciente, dentro de un perio- cida, en el resultado final. Obviamente no es posi-
do muy restringido que, principalmente en ble reconstruir dicha imagen ideal pero no cabe
función del tipo de signos asociados, se sitúa duda de que la repetición de una serie de carac-
entre el Solutrense final y el Magdaleniense teres constantes en las grafías permite determinar
inicial (LEROI-GOURHAN, 1971). Dicha atri- lo que comúnmente se denomina como estilo, es
bución cronológica será mantenida por F. decir, las pautas o principios establecidos en los
Jordá (1978) y acotada todavía más por J.M. códigos gráficos de cada grupo.
Apellániz, quien plantea la naturaleza de la En el caso de las pinturas punteadas cantá-
relación en términos de autoría, planteando la bricas, se pueden identificar una serie de carac-
terísticas comunes –tratadas de manera porme- te, el análisis microscópico del trazado y el
norizada en otras ocasiones (GARATE, 2004, análisis químico de la composición del coloran-
2006)- que les dotan de una homogeneidad grá- te y roca soporte.
fica poco común en el arte parietal paleolítico. Se Una diferenciación básica consiste en la
pueden resumir de manera muy breve: identificación de contornos de carácter lineal
• El repertorio iconográfico de las figuras anima- (presión y posterior desplazamiento del medio
les punteadas presenta un abanico de especies de aplicación) y de contornos de carácter pun-
representadas muy escaso y recurrente, siendo el teado (presión del medio de aplicación como
dominio de las ciervas abrumador ya que supo- gesto único), siendo estos últimos los que cen-
nen más de la mitad de las figuras realizadas. El tran nuestro interés. Su tipometría está fuerte-
caballo sería otro de los animales más represen- mente condicionada por la morfología de la
tados mientras que ciervos, uros, bisontes y parte activa del instrumento (la que entra en
cabras serían poco comunes, y el resto de fauna contacto directo con el soporte). Normalmente,
prácticamente inexistente. los trazos generados por presión presentan for-
• El trazado se modela de distintas maneras, mas circulares o elipsoidales (dependiendo del
mediante líneas discontinuas más o menos inter- medio de aplicación). La tendencia a formar
mitentes –punteadas-, mediante líneas continuas puntos, y el hecho de que el término tampona-
más o menos gruesas –lineales- o mediante la do haga alusión a un medio de aplicación
combinación de ambas –mixtas-. demasiado concreto -que no es el único utiliza-
do para obtener dichos puntos-, son las razo-
• Los recursos gráficos se limitan a la línea de nes principales que nos impulsan a denominar
contorno que, en ocasiones, se completa con dicha técnica exclusivamente como punteado.
despieces interiores como bandas lineales o relle-
nos totales o parciales, habitualmente con una Además, el estudio de la morfología de los
tonalidad más desvaída. Los detalles anatómicos trazos permite también –en condiciones idea-
interiores son muy escasos –ojo, maxilar y cruz-. les de conservación-, junto al desarrollo de pro-
gramas experimentales como los elaborados
• La distribución espacial refleja una tendencia por nosotros mismos o por otros autores (COU-
por las áreas apartadas bien al fondo de los ejes RAUD, 1988; MAURA, CANTALEJO, 2004), la
de tránsito de acceso fácil (como en la galería A identificación del medio de aplicación selec-
de la Pasiega o en Covalanas), pero con algunos cionada en cada caso.
paneles más separados y difíciles de ver, o en los
ejes secundarios en espacios laterales de dimen- De todas maneras, la morfología del con-
siones exiguas (como en Arco B o en Arenaza), torno de las grafías paleolíticas es consecuen-
de escasa visibilidad y de difícil acceso que impli- cia de un proceso técnico, más o menos com-
can unas posturas forzadas y reducido aforo. plejo, que engloba la interacción de tres ele-
mentos: la la roca soporte, la materia colorante
• La interacción espacial de las grafías se carac- y el medio de aplicación.
teriza por la disposición en parejas de animales
bajo diversas fórmulas (como en Arenaza o en
Covalanas) u ocasionalmente pequeñas agrupa- 4.2.1. La roca soporte.
ciones (como en la galería A de La Pasiega o en Entre los lienzos utilizados para plasmar las
La Haza), utilizando lienzos de límites bien defini- grafías zoomorfas punteadas no se ha recono-
dos que suelen encontrarse en pequeñas horna- cido, hasta el momento, una transformación
cinas cóncavas. directa del soporte rocoso. Por el contrario, la
integración del soporte en la grafía es una
práctica común.
4.1. La preparación material.
Tradicionalmente, los estudios de la disci-
El estudio de la preparación material del plina han carecido de un interés por sistemati-
proceso gráfico se realiza mediante el análisis zar y analizar la dialéctica soporte-imagen,
directo tanto de la roca soporte como de la más allá de la pura descripción anecdótica o
morfología y tipometría de las grafías. En los puntual. Solamente en los últimos años se ha
últimos tiempos se ha añadido, ocasionalmen- prestado una mayor atención en dicha direc-
ción. Así, G. Sauvet y G. Tosello (1998) han lienzos como en las grafías ARA/B.I.1 y
establecido una clasificación diferenciando ARA/B.I.2 de Arco A. La utilización de paneles
tres tipos, en base a innumerables ejemplos. de grandes dimensiones es poco común, aun-
Se trata de las líneas de relieve que encuadran que tienen unos límites más o menos definidos
estrechamente la figura, de la sustitución o o acotados como sucede con el conjunto de
integración de un relieve a un elemento anató- grafías GAR/D.I de La Garma o el panel princi-
mico constitutivo del sujeto y de la disposición pal PEN/B.I de El Pendo.
en relación con un accidente morfológico o En el caso de las grafías integradas su
topográfico. naturaleza es muy variada. En bastantes
De cara a sistematizar nuestra información ocasiones se trata de la utilización de grietas
(282 grafías zoomorfas rojas distribuidas en 20 de la pared para la adecuación -a veces sus-
cavidades cantábricas), y basándonos en el titución- de la línea cérvico-dorsal del animal
trabajo anterior, hemos considerado tres mode- representado como en el caballo
los de integración de cada grafía en el soporte: ARB/B.IX.19 de Arco B, la cierva PEN/B.I.2
• Grafías no relacionadas con el soporte. Es de El Pendo, las ARE/A.I.1 y ARE/A.II.4 en la
decir, sin interacción evidente de la grafía. afecta también al pecho, entre otras grafías,
o de resaltes e inclinaciones de la superficie
• Grafías delimitadas por el soporte. Aquellas rocosa como sucede en los uros HAZ/A.III.11
que utilizan las características del soporte para de La Haza, COV/B.IV.18 de Covalanas o
enmarcar la representación.
TRE/A.II.6 de Trescalabres para el pecho. En
• Grafías integradas en el soporte. Se adapta la menor medida se han aprovechado oqueda-
grafía a las características del soporte formando des de la pared para utilizarlas como tronco
parte de ella e incluso sustituyendo la represen- del animal representando su contorno alre-
tación de partes anatómicas concretas. dedor como sucede en el caballo
La tendencia general es la de no relacionar LST/C.VI.26 de La Lloseta o sustituyendo a
la grafía, de manera explícita, en el soporte determinadas partes como la cabeza del
sobre el que se realiza (179 grafías no relacio- caballo PAS/A.I.6 de La Pasiega. El recurso a
nadas). De todas maneras, en una cantidad los espeleotemas queda patente al indicar
significativa de ocasiones (79 grafías) se ha uti- las extremidades inferiores mediante finas
lizado el soporte para delimitar el campo de coladas estalagmíticas como en la cierva
trabajo del autor y en las menos (24 grafías) se GAR/B.I.1 de La Garma o la LLO/A.I.2 de
ha adaptado la grafía a las peculiaridades pro- Llonín. También se utilizan para indicar par-
pias de la pared seleccionada –las siglas utili- tes más amplias como la cabeza mediante
zadas se corresponden con las formuladas por una concreción en el caso del caballo
el autor (GARATE, 2006)-. LST/C.VI.18 de La Lloseta. Uno de los mejo-
res ejemplos de integración del soporte en la
La utilización de un lienzo delimitado de
grafía quizás sea el de la cabra PEN/B.I.4 de
manera natural es relativamente corriente en
El Pendo que utiliza el relieve del soporte
las grafías a estudio. Como es conocido, existe
para indicar el tronco del animal, parcialmen-
una tendencia a la representación en peque-
te pintado, mientras que varias grietas verti-
ñas hornacinas u hoyas cóncavas en las que
cales sugieren las extremidades inferiores.
se organizan parejas, principalmente de cier-
vas, adaptadas a las dimensiones del soporte - Por lo tanto, la delimitación del lienzo se
son numerosos, entre otros, los ejemplos de las repite en ciertas ocasiones sobre todo para las
cuevas de Arenaza, Covalanas o La Pasiega-. parejas de ciervas. Pero, en cambio, la integra-
También es común la utilización de dos grietas ción del soporte en la delineación de la grafía
más o menos paralelas que delimitan el regis- no es una fórmula de representación común y,
tro en el que se trazan las grafías como la cuando se recurre a ella, se lleva a cabo de
cabra ARB/B.V.6 de Arco B, las ciervas maneras diversas sin unas tendencias defini-
COV/B.II.8 y COV/B.II.9 de Covalanas o, en das. Más bien parece que el autor utiliza el
vertical, la cierva PAS/A.VI.112. En otros casos recurso por iniciativa propia cuando las carac-
se trata de coladas estalagmíticas que separan terísticas del soporte se lo permiten.
Fig. 4: Algunos casos de integración de las grafías punteadas en el soporte (Pen/B.I.4 a partir de Montes, Sanguino, 2001; ArB/B.IX.19 a partir de González Sainz,
San Miguel Llamosas, 2001; Cov/B.IV.18 a partir de García Díez, 2002).
formas geométricas. Los animales negros pun- cedente de un depósito natural localizado en el
teados son meras excepciones como un bison- extremo derecho del friso de las pinturas
te a la derecha del panel principal de la cueva (GARCÍA DÍEZ, 2001).
de Tito Bustillo, el contorno de un caballo de Le En la cueva de Arenaza los análisis muestran
Portel o un ciervo de Pech-Merle. En rojo, el pun- el origen antrópico de dos grafías dudosas y la
teado es muy abundante, sobre todo aplicado utilización de afloramientos de hierro de la pro-
digitalmente, en signos simples como trazos pia cavidad como lugar de captación de la
pareados o hileras de puntos. Los animales pun- materia prima pictórica. Asimismo, en lo que se
teados rojos, no muy numerosos en términos refiere a la comparación de las composiciones
relativos, se circunscriben a un área muy con- químicas de la materia colorante, se reconoce
creta como es la región cantábrica fuera de la cierta homogeneidad entre los diferentes espa-
cual sólo existen algunas evidencias puntuales. cios decorados. En todos los casos se trata de
La introducción del análisis microscópico de hematites, a veces mezclada naturalmente con
la materia colorante ha permitido ahondar aún arcillas, o de ocre. Dicha homogeneidad es
más en la posibilidad de determinar la existen- todavía mayor en la sala de las ciervas donde
cia de “recetas” y reconocer los procesos técni- las muestras analizadas presentan una similitud
cos de ejecución de las figuras, mediante la rotunda en cuanto a su composición y morfolo-
identificación y caracterización de los elementos gía. Por tanto, y relacionando el dato con otro
químicos que las componen. Actualmente existe tipo de apreciaciones formales sobre el disposi-
un protocolo de intervención más o menos esta- tivo gráfico, se apunta a una única fase de reali-
blecido que consiste en la toma de la muestra zación o decoración. También se ha detectado
mediante un escalpelo esterilizado para deposi- la presencia de elementos químicos atribuibles
tarla en un recipiente igualmente esterilizado. La a formaciones óseas, al menos en dos muestras.
cantidad de materia extraída es menor que la Podemos deducir que los artistas utilizaron un
cabeza de un alfiler y además, la toma se reali- recipiente y/o un instrumento óseo de molido
za en zonas marginales de la figura, aprove- para la preparación de la materia colorante,
chando huecos y grietas del soporte, de mane- teniendo en cuenta que posteriormente se ha
ra que resulta imposible localizar a simple vista aplicado directamente con los dedos. Por últi-
el punto donde ha sido tomada. Una vez trans- mo, los análisis han permitido observar que los
portadas las muestras al laboratorio, son obser- artistas de época premagdaleniense utilizaron
vadas a través de la lupa binocular y después diferentes “recetas” para una misma grafía, cali-
del microscopio electrónico de barrido. Un aná- brando así las distintas tonalidades de color. Se
lisis químico elemental de los constituyentes de trata de un proceso que requiere una profunda
cada grano se obtiene por espectrometría de reflexión previa que incluye la elección del
rayos X en dispersión de energía. Además, el soporte, la preparación de una paleta de colores
protocolo nos permite la recuperación de la variada y la selección de las partes de la grafía
muestra en su totalidad y ser así objeto de otro cromáticamente diferenciables (GARATE,
tipo de estudios posteriores. MENU, LAVAL, 2004).
Su aplicación en las cuevas con grafías zoo- En definitiva, la materia colorante sufre un pro-
morfas punteadas todavía no se ha generaliza- ceso de transformación desde su captación
do. En la actualidad, únicamente contamos con como materia prima hasta su aplicación como
datos pertenecientes a dos de ellas -El Pendo y pigmento. A tenor de los resultados obtenidos
Arenaza-, aunque se está desarrollando en algu- para el caso de la técnica del punteado, aunque
nas otras -La Garma y Tito Bustillo- de las que no muy abundantes, se pueden apuntar algunas
contamos con resultados preliminares. pautas establecidas:
En la cueva de El Pendo los resultados de • La materia colorante se compone básicamen-
las cuatro grafías zoomorfas analizadas mues- te de minerales de hierro como la hematite, la
tran la utilización de óxidos de hierro para las arcilla rica en hierro u ocre o la limonita, que dan
pinturas rojas y de limonita para una figura de lugar a tonalidades rojizas desde el amarillo hasta
color siena. Asimismo, también han revelado un el granate. Todas las grafías zoomorfas rojas estu-
origen local de la hematites, probablemente pro- diadas responden a esta fórmula sin que se
Fig. 5: Fotografías de animales representados en amarillo o en marrón (arriba: cuevas de La Pasiega y La Lloseta) y rellenas de tonalidad diferente al contorno (abajo:
cuevas de Pondra y Arenaza).
detecten otros colores. Una percepción macros- Pedroses. Otras cuevas cuentan con bloques
cópica del registro estudiado permite establecer calizos impregnados de minerales de hierro in
un dominio del rojo oscuro sobre el resto de tona- situ (La Pasiega) o acumulaciones de óxidos en
lidades como el amarillo que se aprecia en algu- los niveles arqueológicos excavados a pie de
nas representaciones de Pondra, de La Haza, de panel (Llonín). En la galería inferior de La Garma,
La Garma, de El Pendo, de La Pasiega o de Peña los resultados de los análisis realizados por E.
Candamo, el naranja en El Castillo o el marrón en Laval y M. Menu han permitido comprobar el ori-
La Pasiega y La Lloseta. Asimismo, se detecta la gen local del colorante empleado para la realiza-
utilización de tonalidades más pálidas para el ción de varias manos en negativo de color marrón
relleno del interior de algunas grafías como en amarillento de la zona VIII, a base de arcillas de
Pondra o en La Pasiega (quizás por la aplicación color marrón amarillento conseguidas en los ale-
diferencial del aglutinante que conforma el pig- daños de ese mismo panel (GONZÁLEZ SAINZ,
mento). En el caso de Arenaza, tienen su origen 2005). De igual forma, se apunta esa misma posi-
en composiciones químicas diferentes. bilidad de un origen local, en el caso de las dos
• El abastecimiento es de carácter local sin que figuras de bisonte en trazo seco de color rojo de
hasta el momento de haya detectado la presencia la cueva de Arco A, ya que en el suelo de la sala
de elementos inexistentes en el entorno más pró- se conservan cantos con colorante de ese color
ximo. Así, en Arenaza y El Pendo su origen se (GONZÁLEZ SAINZ, SAN MIGUEL LLAMOSAS,
encuentra en la propia cueva tal y como han 2001). También en la cueva de Pondra, donde a
demostrado los análisis químicos, origen también escasos metros de la figura de ciervo en trazo
probable en el caso de Tito Bustillo con una can- punteado de la zona II afloran arcillas ferrugino-
tera de óxidos de hierro de dimensiones excep- sas de gran capacidad de coloración, del mismo
cionales y signos claros de laboreo, que también color rojo de la grafía (GONZÁLEZ SAINZ:
podría abastecer a La Lloseta y quizás a Les comunicación personal).
Fig. 6: Fotografías de canteras de óxidos de hierro en las cuevas de El Pendo y Arenaza y de un bloque calizo con colorante y varios bloques de colorante en las cue-
vas de La Pasiega y Tito Bustillo.
Fig. 7: Fotografías de detalle del punteado digital en signos simples y complejos. Cuevas de Chufín y del Castillo.
tos, en algunos casos formando un contorno en este caso, con una pequeña almohadilla
multilineal en animales (por ejemplo en los tanto de piel animal como de fibra vegetal. En
megaceros de Tito Bustillo o en el felino y principio se consideran como tales los trazos
mamuts de La Baume-Latrone). punteados que no tienen una forma precisa o
En el caso del punteado digital, su temática regular como si sucedía en el caso anterior.
más extendida es la de las hileras y nubes de Su ámbito de aparición sería similar al ante-
puntos, puntos aislados, puntos pareados, etc., rior pero mucho menos utilizado y más ceñido
es decir, lo que se conoce como signos simples. a las grafías animales que a los signos simples
En el caso de los complejos solamente se ha o complejos, en los que apenas se reconoce.
documentado dicha técnica en los rectangula-
• Punteado soplado. En este caso, consiste
res cantábricos y en algún tectiforme rojo como
en la creación de líneas de puntos mediante el
en Font-de-Gaume. En cuanto a las grafías zoo-
soplado de la tinta previamente molida y disuel-
morfas, se trata de un procedimiento poco
ta en agua, que introducida en la boca y expul-
común con respecto al conjunto global de arte
sada con fuerza da lugar a un punteado difu-
parietal paleolítico europeo, y restringido prácti-
minado hacia los extremos, fácil de identificar.
camente por completo a la región cantábrica.
La dimensión de cada trazo suele ser sensible-
• Punteado tamponado. Se trata de un proce- mente mayor que la del dedo y completamente
dimiento muy similar al anterior pero más difícil redondeado, por lo que son necesarias menos
de reconocer. El proceso técnico también con- unidades para conformar el contorno de una
siste en la aplicación de la materia colorante, grafía del mismo tamaño. De todas maneras,
previamente molida y disuelta en agua y quizás se puede regular su dimensión y controlar su
algún aglutinante, mediante la presión ejercida precisión mediante la utilización de un tubo
Fig. 8: Fotografía de detalle del punteado mediante tampón en grafías animales. Cierva y caballo de la cueva de La Pasiega (galerías D y B).
Fig. 9: Fotografías de detalle del punteado soplado en signos simples y grafías animales. Cuevas del Castillo y de Lascaux.
óseo, aproximándose más o menos al soporte Han sido varios los conceptos terminológicos
según el tipo de trazo que se desee crear. Otra manejados para su análisis y, en nuestro caso,
posibilidad es la utilización de plantillas con el nos apoyaremos en la propuesta más reciente
negativo de la forma que se desea plasmar. (GARCÍA DÍEZ, GARATE MAIDAGAN, 2003):
Aunque es menos común que los dos ante- • Separado amplio. Cuando entre los trazos
riores se da tanto en signos como en representa- punteados no hay contacto pero la distancia
ciones figurativas. Respecto a los primeros sue- entre las unidades de análisis es mayor o igual a
len ser simples, principalmente líneas de puntos. la mitad de la superficie de la unidad menor de
En cuanto a los segundos, solamente aparecen la serie.
de manera excepcional en algunas cuevas sin
• Separado estrecho. Cuando entre los tra-
una distribución geográfica específica. zos punteados no hay contacto pero la distan-
Por lo tanto, el medio de aplicación más cia entre las unidades de análisis es menor a
común en las grafías zoomorfas de trazo puntea- la mitad de la superficie de la unidad menor
do es el del dedo impregnado de colorante y pre- de la serie.
sionado sobre la roca soporte. Su morfología • Superpuesto amplio. Cuando entre los tra-
característica se puede reconocer en buena zos punteados hay contacto y la superficie de
parte de las representaciones que conforman el contacto entre las unidades de análisis es mayor
catálogo a estudio, aunque no son pocas las que o igual a la mitad de la superficie de la unidad
presentan una morfología no definible con preci- menor de la serie, siempre entre unidades con-
sión, sobre todo debido a problemas de conser- secutivas.
vación. En otros casos, la irregularidad de la
• Superpuesto estrecho. Cuando entre los tra-
forma de los puntos apunta hacia la utilización de
zos punteados hay contacto y la superficie de
algún tipo de tampón o muñequilla, pero en nin-
contacto entre las unidades de análisis es menor
gún caso a la aplicación del colorante por sopla-
a la mitad de la superficie de la unidad menor de
do. De todas maneras, bien sea el dedo o bien
la serie, siempre entre unidades consecutivas.
sea el tampón el trazado punteado resultante es
morfológicamente muy similar. Los procedimientos de aplicación mencio-
nados tienen una presencia muy variable inclu-
so en el propio contorno de cada grafía.
4.3. El procedimiento de ejecución. En nuestro caso, el catálogo de grafías a
El procedimiento de ejecución se puede estudio no se compone exclusivamente de gra-
reproducir a través de la relación espacial y tem- fías de trazo punteado sino que, al menos, se
poral establecida por el artista entre los trazos reconocen tres categorías técnicas diferentes
impresos que conforman las líneas de los con- para la representación de los contornos: el pun-
tornos de la grafía punteada. Aunque se pueden teado (trazado mediante puntos), el lineal (traza-
diferenciar varios parámetros, la distancia entre do mediante líneas) y el mixto (trazado median-
los trazos es el que mayor variabilidad presenta. te la combinación de las dos anteriores).
Si analizamos de manera conjunta los proce- • Para el formato <simplificado> hemos dis-
dimientos técnicos de ejecución aplicados a tinguido seis partes anatómicas -cabeza, ore-
cada parte anatómica representada, podemos jas/cuernos, dorso, lomo, grupa y pecho- para
observar que existe una tendencia general a la una muestra total de 35 unidades gráficas pun-
jerarquización –mencionada ya por González teadas y mixtas. La cabeza también forma con-
Sainz, San Miguel Llamosas, 2001-, desde la tornos continuos aunque se introducen algunos
cabeza del animal hacia las extremidades, que casos con punteado superpuesto amplio o con
organiza los procedimientos desde contornos lineal fino, en vez de grueso. Las orejas/cuer-
continuos o regulares -principalmente superpues- nos tienden ligeramente hacia líneas más dis-
to estrecho y lineal ancho- a contornos disconti- continuas aunque todavía con un dominio del
nuos o entrecortados -principalmente superpues- punteado superpuesto estrecho. El dorso se
to amplio y separado estrecho-. Es más, la jerar- traza mayoritariamente con contornos disconti-
quización de los procedimientos se adecua a los nuos obtenidos por punteado separado estre-
distintos formatos de las grafías, estableciendo cho o superpuesto amplio. El lomo no siempre
modelos diferentes. A continuación hemos valo- se representa pero cuando se realiza coincide
rado su distribución entre los tres formatos más en parte con el dorso aunque incrementando el
representativos -cabeza, simplificado y completo: punteado separado amplio en detrimento del
• Para el formato <cabeza> hemos distin- estrecho. La grupa no está presente práctica-
guido cuatro partes anatómicas -cabeza, ore- mente en la mitad de las ocasiones, mientras
jas/cuernos, dorso y pecho- para una muestra que en el resto se trata de lineal preferente-
total de 14 grafías punteadas y mixtas. La mente discontinuas por punteado superpuesto
cabeza siempre se traza con contornos conti- amplio o separado estrecho o amplio. El pecho
nuos, preferentemente mediante punteado tampoco está presente en la mitad de los
superpuesto estrecho y, en menor medida, casos y cuando se detecta tienden a crear líne-
mediante lineal grueso. Las orejas/cuernos se as discontinuas mediante punteado super-
trazan formando líneas menos regulares pues- puesto amplio o separado estrecho.
to que se recurre al punteado superpuesto FORMATO cabeza or.-crn dorso lomo grupa pecho
estrecho o amplio, de manera prácticamente SIMPLIFICADO % % % % % %
indistinta. El dorso, más alejado de la cabeza, Superpuesto 26 21 5 6 3 2
estrecho
se representa mediante líneas irregulares, 74 60 14 17 8 5
Superpuesto 2 8 11 8 5 8
sobre todo con punteado superpuesto amplio amplio 5 23 31 22 14 22
pero también separado estrecho o amplio. Por
2 1 1 6 15 16
último, el pecho no se representa en más de la No técnica
5 3 3 17 42 45
mitad de las ocasiones y, cuando se traza, se 1 3 4 5 2 4
Lineal Grueso
realiza con punteado superpuesto amplio o 3 8 11 14 5 11
lineal grueso. Lineal Fino 4 2 1 1 2 1
11 5 3 3 5 3
cabeza or.-crn. dorso pecho Separado 0 0 12 5 4 4
FORMATO CABEZA
% % % % estrecho - - 34 14 11 11
Superpuesto estrecho 11 6 1 0 0 0 1 4 4 0
78 42 7 - Separado amplio - - 3 11 11 -
Superpuesto amplio 0 5 5 3 Tabla 2. Relación entre el formato <simplificado> y los procedimientos técnicos.
- 35 35 21
No técnica 2 3 4 8
14 21 28 57 • Para el formato <completo> hemos distin-
Lineal Grueso 1 0 0 2 guido once partes anatómicas -cabeza, ore-
7 - - 14 jas/cuernos, dorso, lomo, grupa, nalga, cola,
0 0 1 0
Lineal Fino patas traseras, vientre, patas delanteras y
- - 7 -
0 0 2 1
pecho- para una muestra total de 82 unidades
Separado estrecho
- - 14 7 gráficas punteadas y mixtas. En este caso, se
0 0 1 0 incrementa el número de partes anatómicas no
Separado amplio
- - 7 - representadas, especialmente alto para la cola
Tabla 1. Relación entre el formato <cabeza> y los procedimientos técnicos. y las extremidades inferiores. La cabeza se
FORMATO cabeza or.-crn dorso lomo grupa pecho cola par tras. vientre par del. pecho
SIMPLIFICADO % % % % % % % % % % %
Superpuesto 45 36 17 18 11 13 8 5 11 1 17
estrecho 55 44 21 22 13 16 10 6 13 1 21
Superpuesto 3 13 11 25 16 9 10 31 26 19 13
amplio 3 16 13 30 19 11 12 38 32 23 16
16 23 14 11 20 27 43 25 18 34 22
No técnica
19 28 17 13 24 33 52 30 22 41 27
15 5 15 16 22 19 12 10 10 11 20
Lineal Grueso
18 6 18 19 27 23 14 12 12 13 24
Lineal Fino 3 3 3 3 3 4 4 4 2 2 5
3 3 3 3 3 5 5 5 2 2 6
Separado 0 2 27 6 8 7 4 4 11 11 5
estrecho - 2 27 7 10 8 5 5 13 13 6
0 0 0 3 2 3 1 3 4 4 0
Separado amplio - - - 3 2 3 1 3 5 5 -
traza mayoritariamente con líneas continuas pecho, con una mayor utilización de procedi-
mediante punteado superpuesto estrecho y, en mientos discontinuos. Por el contrario, en el
menor medida, mediante lineal grueso. Las caso del <completo> la utilización de contor-
orejas/cuernos mantienen la misma tendencia nos continuos en la cabeza es algo menor, ya
pero con una mayor influencia del punteado que también se incluyen el vientre y las extre-
superpuesto amplio. En el dorso aumenta la midades inferiores, mayoritariamente a base de
tendencia hacia los contornos discontinuos líneas discontinuas.
mientras que en el lomo y sobre todo en la Una vez establecida un patrón de jerarqui-
grupa, la nalga y la cola se utilizan en cantida- zación adaptado a los distintos formatos repre-
des similares. Por el contrario, en el vientre y,
sentados, hemos querido comprobar si las gra-
sobre todo en las patas delanteras y traseras
fías animales de las diversas cavidades pre-
dominan claramente los contornos disconti-
sentan patrones convergentes en el procedi-
nuos a base de punteado superpuesto amplio
miento de ejecución como se ha indicado para
y separado estrecho. El pecho, por el contrario,
los formatos o si, por el contrario, la organiza-
se traza mediante lineal grueso, punteado
ción de los procedimientos técnicos afecta de
superpuesto estrecho y, más ocasionalmente,
manera variable a cada grafía.
mediante superpuesto amplio.
Para ello hemos recurrido a un análisis clus-
En definitiva, independientemente del for-
ter cuyos resultados se expresan mediante un
mato seleccionado, los procedimientos más
dendrograma jerárquico, a partir de los datos
“costosos” -o elaborados- que forman contor-
numéricos. En él se recogen los individuos
nos continuos, se localizan en las partes anató-
agrupados según el grado de similitud de sus
micas más identificativas -cabeza-, mientras
modalidades, indicando el gradiente de discri-
que los procedimientos más expeditivos afec-
tan más a partes de menor interés para los minación sobre un eje horizontal.
paleolíticos y representadas en menor medida El estudio se ha desarrollado sobre una
-o al menos que se obvian en muchas ocasio- muestra selectiva. Hemos reducido el estudio a
nes- como el vientre y las extremidades inferio- las ciervas, único taxón con una cantidad de
res. Además, se trata de un patrón preconcebi- individuos suficiente. Asimismo, solamente
do de construcción gráfica, que varía en fun- hemos valorado aquellas que disponen de un
ción del formato para así poder reflejar la jerar- formato <completo> ya que, como se ha
quización de las distintas partes del contorno comentado, cada formato responde a un
animal. Es decir, en el formato <cabeza> dicha patrón específico. No hemos incluido el análisis
parte anatómica se traza sistemáticamente con individualizado de los formatos restantes debi-
contornos continuos para poder mantener la do a su escaso número de casos y de partes
jerarquización en las orejas/cuernos, dorso y anatómicas representadas, lo que supone una
• Siete de las nueve ciervas de la cueva de La • Las dos ciervas de la cueva de Llonín
Pasiega se localizan en el extremo contrario que mantienen el orden jerárquico de los procedi-
las de Arenaza. Las grafías situadas en la gale- mientos técnicos con trazo punteado super-
ría C -PAS/C.II.68, PAS/C.IV.125 y PAS/C.II.128- y puesto estrecho y amplio en el tronco y sepa-
cuatro de la galería A -PAS/A.IV.51, PAS/A.VI.98, rado en las extremidades, aunque la imposibi-
PAS/A.VIII.129 y PAS/A.VIII.158- presentan un lidad de identificar la técnica empleada en
patrón jerarquizado aunque tendente a formar varias partes anatómicas de la LLO/A.I.2 impi-
contornos continuos a partir de la combinación de una mayor vinculación entre ambas.
del trazo punteado superpuesto estrecho en el
En definitiva, todas excepto quizás una -
tronco y amplio en las extremidades. Por el con-
trario, las grafías PAS/A.II.21 y PAS/A.VI.107, se PAS/A.VI.107- de las ciervas completas con
distancian tanto del resto de las ciervas de La presencia de trazos punteados responden al
Pasiega como del conjunto de la muestra. La patrón jerárquico al que hemos aludido en
primera se compone de contornos continuos varias ocasiones pero, además, se trata de un
mediante trazo lineal excepto en las extremida- patrón que se adapta, con ligeras diferencias,
des donde se recurre al trazo punteado super- a cada dispositivo gráfico o cavidad. Dentro de
puesto y separado. La segunda se compone de una concepción genérica que afecta a todos
contornos totalmente continuos mediante trazo ellos, cada uno presenta ciertas especifidades
lineal grueso, que en la cabeza y pecho se sus- aplicadas en un grado variable de homogenei-
tituye por punteado superpuesto estrecho, es dad desde procedimientos muy similares en la
decir, el orden inverso con respecto al patrón cueva de Arenaza u otros más abiertos en La
establecido. Pasiega.
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