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Introducción
El adecuado tratamiento del sobrepeso es una pieza fundamental para lograr un impacto
beneficioso en la reducción del riesgo de estas patologías. Conocemos la dificultad en lograr y
mantener el descenso de peso: de los que inician un tratamiento solamente la mitad logra su
objetivo; de aquellos que lo lograron, 1/3 recupera el peso perdido antes del año y el 95 % de los
pacientes lo recupera a los 5 años. (1). Dos elementos importantes en el tratamiento de la
obesidad son: la MOTIVACIÓN para realizar un cambio en su conducta alimentaria y la
ADHERENCIA al mismo. La terapia conductual es una herramienta que nos permite abordar
los distintos aspectos de esta enfermedad y obtener mejores resultados en el tratamiento.
Según la situación de cada paciente, se utilizan distintas estrategias para lograr una
modificación en el estilo de vida y determinar la necesidad de adicionar un tratamiento
farmacológico. La respuesta terapéutica a las drogas utilizadas en el tratamiento de la obesidad
son variadas, algunas con mejor impacto en el descenso de peso, pero la reganancia de peso una
vez suspendida la medicación es la principal dificultad a la que se enfrenta el paciente obeso. El
primer e ineludible paso es proponer un cambio del hábito alimentario, con una fuerte
recomendación a implementar programas de ejercicio que no solo favorecen el descenso de peso,
1
sino que contribuyen a la reducción del riesgo cardiovascular (2). Inicialmente abordaremos el
tratamiento conductual para luego sumergirnos en el tratamiento farmacológico y sus
indicaciones, describiendo cada una de las drogas actualmente utilizadas y las nuevas
terapéuticas en obesidad.
El objetivo inicial del tratamiento del paciente con sobrepeso es obtener un descenso de
peso del 5-10%, en un tiempo razonable (6 meses) entendiendo que el mismo debe ser
progresivo con una restricción calórica aproximada de 400-500 calorías diarias, lo cual permitirá
una reducción del 1 % del peso por semana. Esta estrategia permite obtener un impacto
favorable en el perfil metabólico y reducir el riesgo cardiovascular. El éxito del tratamiento de la
obesidad a largo plazo requiere de la intervención y compromiso del paciente. El plan debe
adaptarse a la situación de cada paciente, a sus expectativas. Distintos trabajos avalan una mejor
respuesta terapéutica cuando el contacto con el paciente es frecuente, lo cual permite trabajar
intensamente con el cambio en el estilo de vida, con modificaciones posibles, progresivas y
permanentes que redunden en un beneficio para la salud e imagen corporal. (4) El tratamiento
inicial de la obesidad está basado en un plan alimentario personalizado (rico en fibras, pobre en
grasas (< 30%) con menos del 7% de grasas saturadas, con un adecuado aporte proteico (20%) y
de hidratos de carbono (50%), limitando la ingesta de azúcares altamente refinados y almidones).
Una dieta con un adecuado aporte de HC estimula la liberación de insulina que contribuye a
mantener un adecuado tono simpático. Asimismo modula la enzima tiroxina deiodinasa
encargada de convertir la T4 en T3. Se ha demostrado que animales con ingesta que no reciben
HC en su dieta, la concentración de T3 disminuye y en consecuencia el metabolismo se
endentece. (5). La incorporación de la actividad física permite desarrollar una buena capacidad
cardiorrespiratoria y mejorar la condición física. Asimismo, la actividad física regular,
prolongada de alta resistencia puede contribuir a incrementar el gasto energético diario y la
2
oxidación de los ácidos grasos libres, con el consiguiente beneficio metabólico. (6). La actividad
física induce un aumento de la tasa metabólica de reposo (TMR) cuando se realiza en forma
sostenida por más de 8 semanas, al producir en el músculo un aumento de los receptores 2 y
una mayor sensibilidad lipolítica a nivel adipocitario, con un incremento de la utilización de los
ácidos grasos en individuos entrenados (7) y asimismo contribuye a mantener el descenso de
peso obtenido.
Tratamiento conductual
3
Etapas de Cambio
Precontemplación:
Usted no quiere cambiar.
Puede intentar porque se siente
presionado.
Contemplación: Preparación:
Usted quiere cambiar algún día. Usted comenzó a realizar
En esta etapa la persona no algunos cambios.
comenzó a cambiar, pero quiere Está empezando a pensar en cómo
hacerlo en los próximos 6 meses cambiar en los próximos 30 días
Recaída: Acción:
Usted volvió a la conducta Usted ya trazó un plan para cambiar
que quiso cambiar y lo aplica.
Es común. Sigue el plan de acción.
Usted cambió pero aún no pasaron 6 meses.
Mantenimiento:
Usted lleva más de 6 meses
a 1 año con el cambio
Figura 1
Este modelo permite, en una primera etapa, abordar al paciente según la predisposición o
voluntad para realizar los cambios de hábito, implementando una intervención para el control de
peso que se ajuste a dicha predisposición; posteriormente los esfuerzos estarán dirigidos a
reconocer las dificultades presentes y así aumentar las posibilidades de que el paciente pase a la
siguiente etapa de cambio. La determinación de la voluntad de cambio es muy importante
porque potencia el éxito del programa y minimiza su fracaso. De esta manera, se reducen las
posibilidades de que el paciente abandone el programa de descenso de peso. (9). Básicamente,
trabajar con el paciente para obtener un cambio en el comportamiento requiere de distintas
técnicas que permitan adquirir habilidades, motivaciones y contención que acompañen la
iniciativa y así lograr nuevos hábitos alimentarios y una vida más activa. Los tratamientos
pueden ser individuales o bien grupales, y la decisión de una u otra intervención se realizará
según las necesidades del paciente y la experiencia del médico.
4
La capacidad de analizar el comportamiento del paciente, nos permite incorporar
distintas estrategias necesarias para realizar un cambio de hábito. (10). Las técnicas de
modificación conductual incluyen:
1) AUTOMONITOREO: Permite al paciente tomar conciencia de sus conductas y
modificar hábitos al identificar disparadores que incitan a comer. Existen dos acercamientos: el
automonitoreo donde se anotan las cantidades, el lugar y situación que acompaña a cada comida.
Otro, agrega información a cerca de la emocionalidad que acompaña a cada ingesta: angustia,
alegría, tristeza, aburrimiento, desesperanza, etc. Todos estos datos permitirán abordar al
paciente más eficazmente para trabajar en los distintos aspectos y significados que se relacionan
con el acto de comer.
2) CONTROL DE ESTÍMULOS: Identificar las situaciones que dificulten controlar la
ingesta, permitiendo una intervención precoz e interrumpir estos circuitos que perpetúan el ciclo:
bajar de peso, subir, para volver a bajar y volver a subir, donde en cada vuelta de este círculo
vicioso se va intensificando la sensación de angustia, frustración, debilidad e impotencia. (11) El
Coach o líder interviene al escuchar este ¡Basta!, dónde la persona toma posición y quiere hacer
algo con su realidad, facilitando la ruptura de este círculo vicioso, generando un círculo virtuoso
que posibilite alcanzar los resultados deseados y mantenerlos en el tiempo. Generar un entorno
favorable, permite realizar un cambio de afuera hacia adentro el cual facilitará alcanzar el
cambio de adentro hacia afuera.
3) REESTRUCTURACIÓN COGNITIVA: Reconocer y trabajar sobre los
pensamientos negativos (baja autoestima, culpabilidad) que atentan contra los buenos resultados
del tratamiento; proponer metas realistas y aceptar como satisfactorias las pequeñas pérdidas de
peso. (12)
4) MANEJO DEL STRESS: El stress juega un rol principal en la distribución de la
grasa, al estimular su almacenamiento a nivel abdomino-visceral secundario a la
hiperestimulación glucocorticoidea (13). Por lo tanto, se recomienda realizar actividades que
permitan trabajar en el control de stress, por ejemplo, meditación, yoga, ejercicios de
respiración, etc
5) APOYO SOCIAL: La familia, compañeros de trabajo, facilitan y aportan motivación
desde el entorno. Armar una red de contención que le permite al paciente encontrar un respaldo
en el medio en que se encuentra. (14,15)
.
5
Existen distintos recursos que el profesional puede utilizar ante en la etapa pre-
contemplativa. Entre ellos se destaca el balance decisional que intenta reflejar el peso relativo
que el individuo otorga a pros y a contras de cambiar su comportamiento de riesgo para la salud.
Otra manera para comprender la situación del paciente es conocer la auto-eficacia: es la
confianza que una persona considera que tiene para enfrentar una situación de riesgo sin tener
una recaída en el comportamiento indeseado o nocivo para su salud. En el proceso de cambio, la
auto-eficacia demostró ser un factor predictor altamente confiable de la progresión en las etapas
de acción y mantenimiento. Durante el cambio, la auto-eficacia aumenta linealmente y los
niveles de tentación disminuyen. (16)
Se analizaron los beneficios de asociar a los cambios del estilo de vida (dieta + ejercicio)
con la terapia conductual y la terapia farmacológica. La implementación de programas
conductuales grupales con contacto semanal, permitieron obtener un descenso de 8-10 kg de su
peso inicial, en tanto las intervenciones con mínimo contacto reportan la pérdida de sólo 1-5 kg
en 6 meses. (18) Mantener el descenso de peso a largo plazo, se facilita cuando el paciente
realiza un nivel de actividad física de alta intensidad. Asimismo, mantener un contacto frecuente
con el especialista, minimiza las posibilidades de reganancia de peso. (19).
7
4- Incapacidad para perder peso luego de reiterados intentos o dificultad para
mantener el peso perdido por métodos no farmacológicos. (22).
Para que una droga para el tratamiento de la obesidad sea considerada efectiva debe
reunir los siguientes criterios (OMS):
Un fármaco antiobesidad debe ser capaz de inducir un descenso de peso del 5-10% del
peso corporal, y sostenerlo a través del tiempo. La mayor dificultad para obtener y mantener el
descenso de peso, con o sin tratamiento farmacológico, se integra con el concepto de que la
regulación de la alimentación presenta numerosos mecanismos que permiten compensar
adecuadamente las vías bloqueadas o estimuladas en el descenso de peso, con la finalidad de
protegernos de la desnutrición. (23). Con el descenso de peso, se produce una disminución del
gasto energético, a expensas de una menor liberación de hormonas tiroideas y una menor
activación del sistema simpático. Debido a esta respuesta fisiológica del organismo, se
comprende la posibilidad de reganancia del 30% del peso perdido, al año de finalizado el
tratamiento. Esta situación desalentadora, se amplifica si entendemos que al recuperar peso, el
8
organismo interpreta a este aumento de peso como el “nuevo peso”, lo cual determinará una
serie de estímulos, aumento del apetito y disminución del gasto de energía, con el objetivo de
protegerse de un nuevo descenso de peso. (24)
La mayoría de los tratamientos antiobesidad están aprobados para su uso por períodos
cortos de tiempo (12 semanas). Recién en los últimos años, se iniciaron estudios a largo plazo
con sibutramina (2 años) y orlistat (4 años), drogas aceptadas por la FDA para el tratamiento de
la obesidad obteniendo resultados favorables, como será expuesto a continuación.
10
Aprobada Disponibilidad
por FDA comercial
B) Inhibidores de recaptación de NA
- Mazindol 1 mg tid si si
C) Inhibidores de recaptación de NA
y Serotonina
- Sibutramina 10-15 mg si si
D) Inhibidores de recaptación
NA, Serotonina y Dopamina
- Bupropion 100-400 mg no si
E) Agentes serotorinérgicos
- Fenfluramina 20-40 mg dia si no
- Dexfenfluramina 15 mg bid si no
- Fluoxetine y Sertralina no si
11
3- Agentes que incrementan termogénesis
- Cafeína 200 mg no si
- Efedrina 20 mg no si
Adaptado de DeWald T, Khaodhiar L, Donahue MP, Blackburn G. Pharmacological and surgical treatments for
obesity. American Heart Journal 2006;151(3):604-24
La fluoxetina tendría utilidad limitada para el tratamiento del sobrepeso, pero existiría un
beneficio en los pacientes que presentan Binge Eating Disorder. Asimismo resulta interesante
como tratamiento complementario en los pacientes que inician un tratamiento para dejar de
fumar, previniendo la ganancia de peso (32).
12
A continuación se describen las drogas aceptadas actualmente para el tratamiento por
tiempo prolongado por la FDA.
Sibutramina
13
dihidroergotamina, sumatriptán, antibióticos (eritromicina, rifampicina, ketoconalzol),
antiarrítmicos, descongestionantes y antihistamínicos (riesgo de incrementar el intervalo QT).
Los pacientes con terapia combinada que realizaron auto monitoreo alimentario frecuente
perdieron más peso comparado con los pacientes cuyo monitoreo fue menos frecuente (18.1 ±
9.8 vs 7.7 ± 7.5 kg p = 0.04). La combinación de terapia conductual grupal + medicación
determinó un impacto favorable al alcanzar una mayor pérdida de peso a un año de seguimiento,
sensiblemente superior a las intervenciones aisladas de medicación/terapia conductual (Figura 2)
(43)
15
●Sibutramina
■Modificaciones Estilo de Vida
Pérdida de Peso (kg)
○Terapia combinada
Semanas
Otros estudios evaluaron el efecto del modesto descenso de peso con sibutramina y su
impacto en la concentración de adipocitokinas valorando los cambios antropométricos en una
reducida población de mujeres no diabéticas. Luego de 6 meses de tratamiento, se observó un
descenso del 5.4% del peso (p< 0.001) y una reducción del Perímetro de Cintura (PC) del 4.5
cm; los niveles de resistina, leptina y PCR disminuyeron, en tanto la adiponectina aumentó
significativamente. (44-45). Interesantes beneficios con la administración de sibutramina se han
reportado en pacientes con diabetes tipo 2 : reducción significativa del colesterol total (-12.5%),
LDL (-18.2%), Triglicéridos (-16%), apoB (-13.5%) y Lp(a) (-7.7%) (p < 0.05) a 6 meses de
tratamiento (46). En tanto otro estudio con un seguimiento a 12 meses, el impacto favorable se
observó principalmente en los niveles de HDL (+4.4% vs -3.4% con placebo) (47)
Orlistat
MG MG
Acidos biliares Micela
17
Desde los primeros trabajos en 1998, la administración de orlistat 120 mg, 3 veces
por día, asociado a modificaciones en el estilo de vida, demostró ser eficaz en el tratamiento de
la obesidad. El descenso de peso fue significativo (10.3% orlistat vs 6.1% placebo) y no se
acompañó de reganancia de peso en el seguimiento a dos años, a diferencia de otros fármacos
antiobesidad (49) El orlistat fue aprobado por la FDA para su uso en 1999 en dosis de 120
mg con desayuno, almuerzo y cena. Su acción sistémica es mínima y prácticamente no
interfiere con otras drogas. Es prudente realizar un suplemento con vitaminas liposolubles para
prevenir el desarrollo de deficiencias vitamínicas.
18
Figura 4: Descenso de peso inducido por Orlistat
0
Placebo
–2 (n=340)
Orlistat 120 mg
(n=343)
–4
**p<0.001
–6.1%
–6
–8
–10 * –10.2%
Cambio en el
peso –12
corporal
(%) 100
52
400
300
–44
200
Semanasa
Semanas
19
Figura 5: Comparación de la incidencia de nuevos casos de diabetes en pacientes con glucosa en ayunas
normal y en los intolerantes, según tratamiento recibido: orlistat o placebo. (50)
21
En conclusión, el beneficio que se obtiene con el uso de orlistat abarca no solo a los
pacientes con sobrepeso/obesidad, sino que se extiende a los portadores de alteraciones
metabólicas asociadas al sobrepeso, diabéticos tipo 2 con un mejor manejo de las glucemias, y a
su vez previene la reganancia de peso una vez discontinuado el tratamiento. Es una medicación
segura, con mínima acción sistémica, de fácil utilización y que tiene un impacto beneficioso
tanto en pacientes jóvenes como añosos, por tal motivo, la recomendamos como fármaco de
primera línea en pacientes con hipertensión arterial, diabéticos, con alteraciones del perfil
lipídico, asociado siempre a un cambio de hábito, ejercicio físico y terapia conductual.
22
Gran cantidad de comida
Comidas ricas Estímulos externos
Obesidad (Nicotina)
Rimonabant
Adiposidad abdominal
(-)
VLDL Insulina
Intolerancia a Glucosa Síntesis Apo A 1
Figura 7: Adaptado de J-P Despres, Lemieux I, Alméras N. CB1 blockade to the management of high-
risk abdominal obesity. International Journal of Obesity (2006) 30, S44–S52
Cirugía bariátrica
25
IMC > 40 kg/m2 o bien cuando el paciente no logra el objetivo de descenso de peso con
dieta y ejercicio (en combinación o no con tratamiento farmacológico)
IMC > 35 con comorbilidades asociadas a obesidad como diabetes o HTA. (75)
Existen múltiples técnicas quirúrgicas, las más usadas son la banda gástrica ajustable
(BGAL) que consiste en colocar una banda de silicona en el área subcardial conectada a una
válvula intracorpórea que permite regular el diámetro de la banda. La función de la banda es
crear un reservorio gástrico de menor tamaño generando saciedad precoz.
Figura 8
El “By pass” gástrico (BPG) y la derivación biliopancreática (DBP), son dos técnicas
quirúrgicas que se realizan vía laparoscópica. El “by pass” gástrico y la derivación
biliopancreática (complejas), incorporan la mala absorción de lo ingerido en poca (BPG) o en
26
gran medida (DBP), a la restricción gástrica. En el primero, el reservorio superior (estómago
subcardial) drena al yeyuno y excluye al resto del estómago. En la segunda se realiza un
cortocircuito intestinal con un asa alimentaria y una biliopancreática que se unen a menos de
75cm. de la válvula ileocecal. La elección de la técnica depende de las preferencias personales,
pero la BGAL es la técnica más sencilla con menor morbilidad. El exceso de peso perdido (EPP)
que se logra con la BGAL es aproximadamente 60% a los 2 años
El by pass gástrico produce un descenso de peso más significativo comparado con los
procedimientos de Gastroplastia (banda gástrica). Los pacientes deben conocer los riesgos
asociados a la cirugía bariátrica: reoperación, colelitiasis, y síndrome de malaabsorción. La
mortalidad precoz asociada a la cirugía bariátrica es menor al 1%, pero puede alcanzar el 5% en
manos no experimentadas. (77)
Figura 9. Modificaciones del peso en pacientes del estudio SOS con seguimiento a 10 años
27
especialmente entrenados. Además, requiere de apoyo nutricional cercano, y fundamentalmente
una modificación en los hábitos.
Figura 10
Cabe mencionar que entre el 10 y 20 % de los pacientes no alcanzan a perder el 40% del
peso. La inadecuada respuesta al tratamiento quirúrgico probablemente se relacione con una
28
incapacidad de continuar en el post operatorio, con las recomendaciones de la conducta
alimentaria necesarias para mantener en el tiempo el descenso de peso logrado. (80)
Conclusiones
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