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UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL TÁCHIRA

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES


ESCUELA DE ADMINISTRACIÓN Y CONTADURÍA
SAN CRISTÓBAL – EDO TÁCHIRA

Integrante:
Guerrero Figueredo Jesus Enrique CI: 26.594.154

Junio, 2020
ANALISIS
IMPACTO FINANCIERO QUE GÉNERO EN LAS EMPRESAS
EL COVID-19

El COVID-19 afecta a la economía mundial de tres maneras principales:


afectando directamente a la producción, creando trastornos en la cadena
de suministro y en el mercado, y por su impacto financiero en las
empresas y los mercados financieros. Sin embargo, mucho depende de la
reacción del público a la enfermedad. El impacto económico dependerá
en parte de cómo reaccione el público ante el virus

Los países que aplican recomendaciones similares al estilo de los CDC


en relación con COVID-19 pueden experimentar una menor dislocación,
aunque todavía puede haber un impacto económico. El cierre de escuelas
y el distanciamiento social podrían reducir la mano de obra disponible en
un área que experimente una pandemia, por ejemplo. Podríamos
entonces observar leves impactos económicos en marcha a medida que
se produzcan brotes en diversas regiones.

El Impacto directo en la producción. La producción china ya se ha visto


sustancialmente afectada por el cierre de la provincia de Hubei y otras
zonas. Algunos otros países también están empezando a sentir un
impacto directo a medida que sus autoridades ponen en práctica medidas
similares. La desaceleración de China tiene efectos en los exportadores a
ese país. Según el Banco Mundial, las mayores fuentes de importaciones
de China son Corea, el Japón y otros países asiáticos.

La Interrupción de la cadena de suministro y del mercado. Muchas


empresas manufactureras dependen de los insumos intermedios
importados de China y otros países afectados por la enfermedad. Muchas
empresas también dependen de las ventas en China para alcanzar sus
objetivos financieros. La desaceleración de la actividad económica -y las
restricciones de transporte- en los países afectados probablemente
repercutirá en la producción y la rentabilidad de determinadas empresas
mundiales, en particular en el sector manufacturero y en las materias
primas utilizadas en la fabricación. En el caso de las empresas que
dependen de los bienes intermedios de las regiones afectadas y que no
pueden cambiar fácilmente de fuente de abastecimiento, la magnitud del
impacto puede depender de la rapidez con que se desvanezca el brote.
Las empresas pequeñas y medianas pueden tener mayores dificultades
para sobrevivir a la perturbación. Las empresas vinculadas a los viajes y
el turismo se enfrentan a pérdidas que probablemente no sean
recuperables.

Las Repercusiones financieras en las empresas y los mercados


financieros. Las perturbaciones temporales de los insumos y/o la
producción podrían poner en tensión a algunas empresas, en particular
las que tienen una liquidez insuficiente. Los comerciantes de los
mercados financieros pueden o no prever o comprender correctamente
qué empresas pueden ser vulnerables. El consiguiente aumento del
riesgo podría revelar que uno o más agentes clave del mercado financiero
han adoptado posiciones de inversión que no son rentables en las
condiciones actuales, lo que debilita aún más la confianza en los
instrumentos y mercados financieros. Un posible acontecimiento
(probablemente de baja probabilidad) sería una importante perturbación
de los mercados financieros a medida que los participantes se preocupan
por el riesgo de contraparte. Una posibilidad algo más probable es una
disminución significativa de los mercados de valores y de bonos
corporativos, ya que los inversores prefieren mantener los valores
gubernamentales (en particular los del tesoro de los Estados Unidos)
debido a la incertidumbre creada por la pandemia.
En Respuesta a la pandemia mundial. Los centros económicos de todo el
mundo están sujetos a cierres al estilo de Wuhan mientras la gente entra
en pánico por la propagación del virus. Decisiones descoordinadas país
por país interrumpen el movimiento de personas y bienes. La manufactura
global declina, ya que los negocios con cadenas de suministro
internacional pueden operar sólo de manera intermitente. El turismo y las
empresas conexas disminuyen drásticamente, y las empresas y regiones
basadas en el turismo se ven afectadas. Se necesita más de un año para
que la Organización Mundial de la Salud y las Naciones Unidas elaboren
una respuesta mundial aceptada que dé prioridad a las medidas sanitarias
basadas en la eficacia y el costo para la economía en general, y para que
esa respuesta sea aceptada en las principales economías mundiales. El
PIB mundial se estanca, el comercio internacional cae, y una recesión
mundial es una posibilidad evidente.

Crisis financiera. Los retrasos en los envíos y en los calendarios de


producción crean problemas financieros a las empresas con grandes
deudas, especialmente en los Estados Unidos. El declive de los mercados
de valores mundiales y la huida de los inversores de riesgo que venden
activos como bonos de alto rendimiento y acciones volátiles exponen a los
inversores que han subvalorado el riesgo. La preocupación por el riesgo
de contrapartida acelera la disminución y seca la liquidez en los mercados
financieros. Los bancos centrales se apresuran a gestionar el problema.
Los mercados financieros -y la economía mundial- se recuperan después
de una recesión en forma de V.

La crisis generada por la pandemia global del Covid-19 ya es una realidad


en América Latina, su esparcimiento y las medidas para contener el
contagio están provocando una disrupción sin precedentes en los
mercados y los negocios.
Las empresas deben responder y acelerar sus planes de contingencia,
pensando que las acciones y decisiones que se tomen hoy, pueden
cambiar definitivamente el curso del negocio. Ante una emergencia global,
que genera tal volatilidad e incertidumbre en los mercados, es importante
que los negocios sean proactivos en evaluar sus capacidades de hacer
frente a la disrupción desde un punto de vista operativo y financiero.

Los principales desafíos que están enfrentando las compañías, los cuales
están causando la mayor disrupción, incluyen: equipos de trabajo en
cuarentena, fallas en las cadenas de suministro, inventarios
perdidos/agotados y caídas repentinas en la demanda de productos y
servicios.

Las condiciones comerciales de algunas empresas están presentando


retos, por lo tanto, es importante anticipar que esta situación podría poner
una presión inesperada en el capital de trabajo y en la liquidez del
negocio.

Por lo anterior, las decisiones y medidas aplicadas para contener la


crisis pueden impactar positiva o negativamente tanto en este periodo de
contracción como en la posterior fase de recuperación y crecimiento.

Ni en los ejercicios de riesgo más extremos se había pensado en un


escenario como el provocado por la pandemia del COVID-19. La oferta de
bienes y servicios se ha afectado de manera importante, mientras la
demanda se ha reducido en forma sustancial. Las autoridades en cada
país se han empeñado en aplanar la curva de la pandemia y ahora deben
tratar de suavizar el deterioro de la actividad económica.

Ante esta situación, es necesario tomar medidas dirigidas a enfrentar la


reducción del ingreso de los hogares y a mitigar el deterioro del sistema
productivo de cada país. Es importante lograr que los hogares se afecten
lo menos posible, sobre todo los más vulnerables, por medio de políticas
dirigidas a limitar el despido de empleados, la creación y/o fortalecimiento
del seguro de paro o de desempleo o de salud, la suspensión transitoria
del pago de servicios públicos, el diferimiento de obligaciones fiscales y/o
la reducción de cargos a las empresas, entre otras.

Se deben tomar acciones para que los agentes económicos cuenten con
suficiente liquidez, para que los deudores del sistema financiero continúen
siendo sujetos de crédito, para asegurar que las instituciones financieras
sigan prestando los servicios con la calidad debida y para asegurar la
adecuada y continua prestación de los servicios financieros.

De manera especial se deben considerar ajustes transitorios a la


regulación que apoyen el desempeño de los deudores, sobre todo de las
personas naturales o físicas y a las Pequeñas y Medianas Empresas.

En primer lugar, hay que poner a disposición del sistema financiero


suficiente liquidez para que responda a las exigencias de corto plazo
derivadas de una posible reducción de sus flujos de ingresos o por
posibles retiros, y flexibilizar los modelos de liquidez exigidos por los
entes de control.

Además, los bancos centrales pueden reducir sus tasas de intervención,


revisar la estructura de encajes sobre los depósitos cuando sea el caso,
comprar papeles comerciales y ofrecer de manera proactiva líneas de
liquidez.

En segundo lugar, para mantener continuidad en los flujos financieros a


los hogares, hay que facilitar la situación de los deudores ante este
evento de fuerza mayor, permitiendo la refinanciación de sus deudas,
incluidos períodos de gracias, sin que se deteriore su calificación. Esto
debe venir acompañado de la respectiva autorización a las entidades
financieras a continuar con la causación de intereses durante un lapso
determinado, que las centrales de riesgo o burós de crédito mantengan
inalteradas las calificaciones de los deudores y que no se restrinja la
disponibilidad de los cupos de crédito vigentes. De igual forma, se pueden
suspender la constitución de provisiones contracíclicas y que pasen a la
fase de desacumulación, a la vez que se autorice que las provisiones
generales de cartera se utilicen para cubrir las provisiones individuales y/o
se suspenda la constitución de provisiones generales.

También, se debe exigir a las entidades que adopten medidas para


garantizar la disponibilidad de funcionarios, colaboradores o terceros que
desempeñen funciones críticas en cada una, incluido el trabajo en casa o
trabajo remoto y, de manera muy importante, informar a los consumidores
sobre las medidas derivadas de los planes de acción.

Finalmente, otra medida que un muchos casos puede resultar de gran


utilidad es facilitar y fortalecer el apoyo de los fondos de garantías de
depósitos de cada país, principalmente para las entidades medianas y
pequeñas, tanto bancarias como del sector cooperativo y solidario, que
puedan requerir ayudas para solventar problemas de solvencia y,
excepcionalmente, estar dispuestos a capitalizar algunas empresas
estratégicas del sector.

En conclusión, debemos incrementar la resiliencia del sector financiero


frente al impacto económico derivado de la crisis sanitaria, por medio del
ajuste de la regulación prudencial de los riesgos de liquidez, de crédito,
operativo y de deterioro de su sostenibilidad
BIBILIOGRAFIA

CAF: Miguel Arango. Gestión del Covid-19 en el Sector Financiero 13 de


Abril de 2020

DELOITTE: Atendiendo el Impacto Financiero del Covid-19


w2.deloitte.com (2020)

DELOITTE: El Impacto Económico de Covid-19 (nuevo coronavirus)


w2.deloitte.com (2020).

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