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Brexit: Reino Unido abandona la UE: qué pasará ahora y cuáles son
los retos más urgentes para los británicos
Lucía Blasco

¿Qué implica la salida de la UE?

En primer lugar, que los británicos ya no estarán representado en instituciones


europeas. Y segundo que comenzó un periodo de transición clave para saber cómo
será la futura relación entre británicos y europeos. Durante el periodo de transición,
Reino Unido seguirá acatando las normas de la UE y contribuyendo a su
presupuesto.
De hecho, permanece en la unión aduanera y en el mercado único, pero queda
fuera de las instituciones políticas y del Parlamento.

Se aproximan una serie de fechas importantes en el calendario de este complejo


proceso que se puso en marcha hace tres años y medio con el referendo sobre la
salida de Reino Unido de la UE en el que votó "Sí" un 52%. La más importante,
seguramente, es el 31 de diciembre de 2020, cuando termina la transición. El
primer ministro Johnson se comprometió a no extender la fecha. Pero no es la
única.

¿Cómo abordará Reino Unido los desafíos a los que se enfrenta ahora?

1. El futuro acuerdo comercial

En el periodo de transición se trabajará para negociar un acuerdo comercial que se


antoja una de las cuestiones más urgentes que el gobierno británico post-Brexit
debe resolver.

El gobierno británico quiere que sus bienes y servicios tengan el mayor acceso
posible al bloque europeo, pero dejó claro que abandonará la unión aduanera y el
mercado único, y que deberá poner fin a la jurisdicción general del Tribunal de
Justicia de la Unión Europea (TJUE). Johnson argumentó que, dado que Reino Unido
está completamente alineado con las normas europeas, la negociación no debería
tener muchas complicaciones. Sin embargo, sus críticos señalan que su deseo de
tener la libertad de divergir de las reglas europeas para poder establecer acuerdos
con otros países como Estados Unidos podría dificultar las negociaciones.

También hay que tener en cuenta que el "divorcio" de la UE le cuesta dinero a


Reino Unido, aunque el (repetido) retraso del Brexit redujo la cantidad, pues ya se
abonó una parte en contribuciones habituales. Según investigaciones del equipo
Reality Check de la BBC —con datos de la Oficina para la Responsabilidad
Presupuestaria de Reino Unido— la "factura" de ese divorcio asciende a
unosUS$39.000 millones.
La mayor parte se pagará en 2022, aunque habrá pagos menores hasta la década
de 2060. Con ese dinero, Reino Unido contribuirá al presupuesto de la UE para
2020 y también a compromisos que asumió cuando aún era miembro del bloque.

2. Las áreas de cooperación (seguridad y otras cuestiones legales)


Pero no se trata solo de llegar a un acuerdo comercial o de pagar una factura de
"divorcio". Reino Unido también deberá gestionar acuerdos en una serie de áreas
en las que se requiere cooperación:

. Orden público, intercambio de datos y seguridad


. Normas de aviación y seguridad
. Acceso a aguas de pesca
. Suministro de electricidad y gas
. Licencia y regulación de medicamentos

Según le dijo a BBC Mundo el corresponsal de la BBC en Bruselas Adam Fleming,


uno de los retos principales de la etapa de transición del Brexit es acordar cuán
intensas serán esas negociaciones y qué sectores se priorizarán. También señaló
que es posible que no se lleguen a acuerdos en algunas áreas antes de que finalice
el periodo de transición. Boris Johnson insistió en que ese periodo de transición no
se extenderá, aunque la Comisión Europea advirtió que el cronograma del Brexit es
muy exigente.
Entre otras cosas, el gobierno británico debe acordar cómo va a cooperar con la
Unión Europea en materia de aplicación de leyes y de seguridad.

El país abandonará la orden europea de detención y entrega, un procedimiento


judicial simplificado y transfronterizo que facilita procesos judiciales entre miembros
de la UE. "Las órdenes de detención europeas emitidas por las autoridades
judiciales de cualquier país de la UE son válidas en todo el territorio de la Unión
Europea", explica el Portal Europeo de Justicia. Esa ley deberá ser reemplazada por
una orden internacional.

Varios miembros del Parlamento europeo dijeron que están"gravemente


preocupados" respecto a los aspectos del plan de gobierno británico relativos a
proteger los derechos de ciudadanos europeos en Reino Unido tras el Brexit (y
viceversa).Algunos ciudadanos comparten esa inquietud.

"Me preocupa que el entorno sea algo menos hospitalario no solo para nosotros, los
ciudadanos europeos, sino también para los británicos", le dijo a la BBC un joven
llamado Guillermo, quien tiene pasaporte español pero nació (y vive) en Reino
Unido.
"Creo que aquí preocupa mucho que esto [el periodo de transición del Brexit] no
sea el final de un proceso, sino el comienzo de un nuevo capítulo", así como los
"efectos de la vida real que la gente ve y siente".

3. La situación en Irlanda

La frontera que divide Irlanda e Irlanda del Norte ha resultado ser el mayor
obstáculo del Brexit desde el referendo de 2016. Es la única frontera terrestre de
Reino Unido con la UE y el delicado acuerdo de paz que se llevó a cabo en su día ha
sido crucial durante las negociaciones. "Irlanda del Norte es la parte más
claramente afectada por el Brexit. La introducción de una 'frontera dura' con la
República de Irlanda plantea una especial preocupación, con probables controles
aduaneros y migratorios", dijo el Parlamento europeo en un informe que elaboró en
2017.
Una de las cuestiones principales "para una fuerte relación bilateral" es la libre
circulación en la isla, señalaba el organismo.
El acuerdo definitivo del Brexit evitó que se levantara una frontera física entre
Irlanda del Norte y la República de Irlanda, y a la vez mantuvo la integridad del
mercado único europeo gracias a la llamada "salvaguardia irlandesa".

Sin embargo, el Parlamento norirlandés podría decidir en el futuro si deja de aplicar


las concesiones que se pactaron entre Londres y Dublín, cuando decida (el 1 de
noviembre de 2023) si ratifica o rechaza el acuerdo.

¿Qué pasará entonces con los ciudadanos europeos y británicos que viven en
Irlanda del Norte? ¿Cómo afectará el Brexit a sus vidas?
"La verdad es que nadie puede saberlo con total seguridad", dice Tara Mills, del
servicio de la BBC para Irlanda del Norte. Colin Harvey, profesor de Derechos
Humanos en la Universidad de Belfast, dice que deberán abordarse muchos
problemas.

"Lo que preocupa es que muchos ciudadanos británicos e irlandeses en estas


islas den por sentados ciertos derechos que puede que hayan sido escritos sobre
arena".

Pero las aduanas también plantean serios problemas, considera John Campbell, jefe
de Economía de la BBC para Irlanda del Norte.

"Las negociaciones se centrarán en cómo hacer que esos procesos aduaneros


tengan la menor fricción posible".

¿Y si no se llega a un acuerdo comercial tras el periodo de transición del Brexit?

"Un Brexit sin acuerdo afectaría a Irlanda del Norte y a Reino Unido de muchas
formas diferentes", dice Campbell. "Puede que no haya una 'frontera dura', pero
significaría importantes barreras comerciales".

¿Será "dura" también la frontera con sus otros vecinos europeos?


Todavía no sabemos si el divorcio será amistoso. Lo que sí sabemos es que no fue
una separación de mutuo acuerdo.

Análisis de Adam Fleming, corresponsal de la BBC en Bruselas, para BBC


Mundo

Reino Unido abandonará la Unión Europea y comenzará inmediatamente un periodo


de transición en el que la ley y las políticas europeas todavía se aplicarán. Eso
significa que la mayoría de la gente no notará muchos cambios hasta el 1 de enero
de 2021.

Los próximos meses estarán dominados por negociaciones para construir una
nueva relación entre Reino Unido y Estados Unidos que abarque el comercio, la
seguridad, los servicios, la agricultura, la pesca, la investigación y muchas más
áreas.
El primer retó será acordar una estructura para las negociaciones: ¿cuán intensas
serán y qué sectores se priorizarán?

Es probable que haya una discusión sobre cómo se vincularán las diferentes partes
de las negociaciones. La UE insiste en que Reino Unido tendrá que permitir el
acceso europeo a aguas pesqueras británicas y comprometerse a una competencia
económica justa para desbloquear todo lo demás.
Ambas partes celebrarán una cumbre en junio para evaluar el progreso. Existe la
posibilidad de que no haya acuerdo en algunos sectores cuando termine el periodo
de transición a finales de este año.

Al mismo tiempo, Reino Unido negociará sus propios acuerdos comerciales con
otros países por primera vez en décadas. Construirá un nuevo sistema de
inmigración y asumirá tareas que antes hacía la UE. Todo parece muy complicado.
Pero, en realidad, lo que están sucediendo aquí son dos grandes experimentos.

¿Es bueno para la Unión Europea tratar a su vecino más grande, más cercano y
más rico como si fuera cualquier otro país no perteneciente a la UE? ¿Y podrá Reino
Unido obtener más del resto del mundo de lo que pierde de la UE? revés?
Cualquier persona que esté viviendo en Reino Unido a finales de año puede rellenar
una solicitud para quedarse, y el gobierno británico dice que sus derechos para vivir
y trabajar serán protegidos por la ley de manera permanente.

"Lo tenemos muy claro", le dijo a la BBC el ministro del Interior Brandon Lewis.
"Queremos que esos ciudadanos se queden, juegan un papel sumamente
importante. Contribuyen enormemente no solo con nuestra economía, sino también
con nuestras comunidades".

¿Qué cambiará con el Brexit a partir del 1 de febrero

Cuando los relojes marquen la medianoche del 31 de enero del 2020 el Reino Unido
dejará de formar parte de la Unión Europea (UE), un cambio que alterará
profundamente el escenario político y económico del país pero que, en la práctica,
los ciudadanos y las empresas apenas percibirán hasta 2021.

Londres continuará cumpliendo las regulaciones de la Unión Europea y


contribuyendo al presupuesto comunitario durante los próximos once meses, un
periodo de transición durante el cual debe forjar una nueva relación tanto con el
bloque comunitario como con el resto del mundo.

Desde mañana ya no habrá eurodiputados británicos en el Parlamento Europeo, ni


asiento para el jefe de Gobierno del Reino Unido, el conservador Boris Johnson, en
las reuniones de líderes. Los británicos abandonarán asimismo las agencias técnicas
y las magistraturas reservadas para ellos en el Tribunal de Justicia de la Unión
Europea (TJUE).

En clave nacional, Johnson abolirá el Ministerio del Brexit, un gesto con el que


quiere recalcar que ha cumplido su objetivo de materializar la salida de la UE,
aunque las complejas negociaciones con Bruselas sobre la futura relación bilateral
todavía están por comenzar -previsiblemente a principios de marzo-.

De ese diálogo depende el incierto escenario que se abrirá el 1 de enero de 2021, la


fecha en la que el Reino Unido comenzará a ejercer realmente como un país
independiente de la UE.

Hasta entonces, las cuatro libertades de circulación del mercado único -de
mercancías, personas, servicios y capitales- seguirán vigentes en suelo británico.

Cambios para los europeos en el Reino Unido


Los cerca de 3,8 millones de europeos que residen en el Reino Unido, así como
aquellos que lleguen al país durante este año, pueden solicitar el estatus de
"asentado" o "preasentado", que protegerá tras el Brexit sus derechos adquiridos.

A partir de 2021, cuando termine la libre circulación de personas entre el Reino


Unido y la UE, los comunitarios que quieran viajar o residir en el país deberán
cumplir las normas migratorias que establezca el Gobierno británico.

El Gobierno aún no ha hecho públicos los detalles de su futura ley de inmigración,


aunque el informe de un comité asesor en materia migratoria ofrece pistas sobre
sus posibles planes.

Ese documento prevé dos vías para solicitar el permiso de residencia en el Reino
Unido. Aquellos que lleguen con una oferta de trabajo deberían tener asegurado un
salario mínimo -actualmente los extracomunitarios necesitan cobrar más de 30.000
libras anuales (35.400 euros) para obtener el visado-.

Quienes tengan intención de viajar al Reino Unido para buscar trabajo, en cambio,
deberían someterse a un sistema de puntos similar al de Australia, la legislación
que sirve de referencia a Johnson.

Bajo ese régimen, los inmigrantes deben superar un umbral determinado de


puntos, que se otorgan en función de criterios como nivel educativo, nivel de renta,
dominio del idioma,

Cambios para los británicos en la UE

Los cerca de 1,3 británicos que viven en otros países de la UE tampoco percibirán
grandes cambios hasta el próximo diciembre.

Una de las pocas transformaciones tangibles para ellos será que el Gobierno
recuperará este año el color azul de los pasaportes británicos, en lugar del burdeos
de la UE, una medida meramente simbólica, pero muy celebrada por los partidarios
del Brexit.

Los 27 socios de la Unión se han comprometido a mantener los derechos adquiridos


de los británicos que ya viven en esos países tras el Brexit, si bien cada Estado
debe regular de forma independiente su nuevo estatus legal.

Esos arreglos nacionales complicarán que los británicos residentes en un país


comunitario puedan cambiar su residencia de forma automática a otro, por ejemplo
entre Francia y Alemania.

Los jubilados británicos que ya están retirados en países de la UE tienen asegurada


una pensión actualizada de por vida. Sin embargo, la retribución de aquellos que
lleguen a su país de destino después de diciembre de 2020 dependerá de los
arreglos a los que llegue el Reino Unido con los respectivos Estados.

Cambios para las empresas

Las importaciones y exportaciones de mercancías a través del canal de la Mancha,


así como el acceso recíproco de las firmas de servicios, continuarán sin fricciones al
menos durante los próximos once meses.

Londres quiere pactar con Bruselas un acuerdo de libre comercio que asegure los
intercambios sin aranceles a partir del 1 de enero de 2021, pero al mismo tiempo
mantiene su intención de divergir paulatinamente de las regulaciones de la UE, lo
que puede envenenar las negociaciones.
La UE ha advertido de que es "imposible" alcanzar un acuerdo comercial completo
en el plazo previsto, pero el primer ministro británico ha recalcado que no tiene
intención de solicitar una prórroga.

El objetivo de Johnson de comerciar con cero tarifas, pero divergiendo de la


normativa comunitaria implica que podrían establecerse nuevos trámites y
controles en las aduanas, lo que podría perjudicar especialmente a las empresas
que mantienen cadenas de producción a ambos lados del canal de la Mancha.

En el sector financiero, Bruselas debe estudiar si acepta un régimen de equivalencia


para que los bancos, las aseguradoras y el resto de firmas de la City de Londres
puedan continuar accediendo a sus clientes continentales.

En la negociación con la UE, el Reino Unido tratará de hacer valer el preciado


acceso a sus aguas pesqueras y a su mercado laboral como palanca para favorecer
sus intereses. 

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