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Despido directo

Acciones derivadas del despido directo El despido es: “la causa de extinción de la
relación laboral debida al desistimiento de emplear del empresario. Puede obedecer a
distintas razones, si bien las legislaciones laborales modernas tienden a garantizar una
mínima estabilidad en el empleo, restringiendo la facultad de despido, para la que suele
exigirse una causa justa.”
El despido es la acción a través de la cual un empleador da por finalizado unilateralmente
un contrato laboral con su empleado. “Acción y efecto de despedir o despedirse.
Decisión del empresario por la que pone término a la relación laboral que le unía a un
empleado. Indemnización o finiquito que recibe el trabajador despedido. El que en un
juicio se declara no ajustado a las causas legales. Es procedente cuando se ajusta a las
causas legales.”
Existen diversas modalidades, entre las que se cuentan las siguientes. Despido
disciplinario; se fundamenta en el incumplimiento previo del trabajador, como faltas
repetidas e injustificadas de asistencia o puntualidad, ofensas verbales o físicas al
empresario, a los compañeros de trabajo o a los familiares que convivieran con uno u
otros, indisciplina o desobediencia, proceder contrario a la buena fe, abuso de confianza,
disminución continuada e intencionada del rendimiento normal o pactado, y embriaguez
habitual o toxicomanía.
Despido indirecto
Acciones derivadas del despido indirecto
El Código de Trabajo, recoge lo relativo a la terminación de los contratos de trabajo; así
el Artículo 76 expresa que hay terminación de los contratos de trabajo cuando una o las
dos partes forman la relación laboral le ponen fin a ésta, cesándola efectivamente, ya
sea por voluntad de una de ellas, por mutuo acuerdo o por causa imputable o la otra, o
en que ocurra lo mismo, por disposición de la ley, en cuyas circunstancias se extinguen
los derechos y obligaciones que emanan de dichos contratos.
Una afirmación adecuada es la siguiente: “El despido injustificado es también una de las
formas en que los patronos pueden abusar de su derecho a dar por terminada la relación
laboral, puesto que tienen la ventaja de argüir faltas de los trabajadores en el
cumplimiento de sus obligaciones”.
Las causas que facultan al patrono para dar por terminado el contrato de trabajo, sin
responsabilidad para él, las encontramos en el Artículo 77; asimismo las causas que
facultan al trabajador para dar por terminado su contrato de trabajo, sin responsabilidad
de su parte, están reguladas en el Artículo 79.
Efectos consecuentes del despido indirecto
En el mundo de las relaciones que el trabajo subordinado o dependiente origina, por
despido se entiende estrictamente la ruptura o disolución del contrato o relación de
trabajo por declaración de voluntad unilateral del patrono, que de tal modo extingue el
vínculo jurídico, que lo une con el trabajador a su servicio.
El despido puede ser directo o indirecto, y también justo o injusto. El directo ocurre
cuando es el patrono el que da por terminada la relación laboral; el indirecto se da cuando
es el trabajador el que le pone fin al contrato de trabajo. Se dijo que también el despido
puede o no, ser justo o injusto; las causas del despido justificado deben estar reguladas
en la ley, igualmente para el trabajador como para el patrono.
La demanda laboral:
Definición:
Guillermo Cabanellas define a la demanda así: “Procesalmente en su acepción
principal para el derecho, es el escrito por el cual el actor o demandante, ejercita
en juicio una o varias acciones o entabla un recurso en la jurisdicción contencioso
administrativa”. Para el licenciado Landelino Franco López, demanda es: “el acto
procesal propio del actor, por medio del cual éste expone sus pretensiones ante el
juez de trabajo y previsión social, que serán las que sirvan de base al desarrollo
del litigio que tendrá lugar dentro del juicio y sobre las cuales deberán emplazarse
al demandado para obligarlo a pronunciarse sobre ellas”.
La demanda es el típico acto introductorio en el proceso laboral para poder promoverse
por parte del actor, y por el lado del demandado encontramos como acto de iniciación
del proceso laboral la interposición de excepciones dilatorias o bien al acto de la
contestación de la demanda.
Requisitos de la demanda:
A pesar de que el derecho procesal laboral y el juicio ordinario en particular se rigen por
el principio de antiformalidad, esto no implica que se exima a las partes de cumplir con
toda clase de requisitos, debido a que existen requisitos en la demanda que no pueden
omitirse de ninguna manera los relacionados a la identificación de las partes, la
designación del tribunal, objeto del juicio etc. Los requisitos que deben observar la
demanda laboral se encuentran contenidos en el Artículo 332 del Código de Trabajo y
se clasifican en esenciales y secundarios.
Requisitos esenciales:
Designación del Juez o Tribunal a quien se dirija la demanda.
Identificación de la persona del actor y del demandado y lugar para recibir notificaciones.
Todos los datos relativos a los hechos en que se funda la petición.
Los relacionados a señalar los lugares para recibir notificaciones por parte del actor para
notificar al demandado.
La proposición de la asesoría si la hay.
Requisitos secundarios:
Los dirigidos a identificar cada una de las condiciones de contratación individual del
trabajo, especialmente en los casos de reclamo por despido, o aquellos hechos que
fundamenten el reclamo en otros casos.
La individualización de las peticiones que se persiguen en la demanda.
Enumeración de los medios de prueba que se proponen, a excepción de los juicios en
los que se reclama despido injusto, ya que en este caso la carga de la prueba está a
cargo del empleador, a menos que el trabajador ofrezca prueba.
En los juicios en los que se promueva el pago de prestaciones, debe individualizarse el
nombre de cada una de ellas, así como el período de tiempo a que correspondan y el
importe en dinero por el que se reclama.
Las peticiones formuladas en términos precisos partiendo con las relacionadas al trámite
del proceso, hasta concluir con las que se relacionan con el fondo de lo juzgado en el
mismo proceso.
Lugar y fecha.
La firma del demandado o su impresión digital si no pudiere firmar, o bien firma de la
persona que lo haga a su ruego.
Continúa diciendo el licenciado Landelino Franco López, que de los requisitos
enumerados no se exige citar el fundamento de derecho en que se funda la demanda,
pero por razones de técnica jurídica y con el fin de ilustrar al juzgador, sobre la
fundamentación de las pretensiones, resulta conveniente citar las normas en la
demanda.
De conformidad con el Artículo 334 del Código de Trabajo, la omisión de cualquiera de
los requisitos tanto esenciales como secundarios no faculta al Juez a rechazar el trámite
de la demanda, por el principio de antifomalidad que rige el proceso, limitándose a
ordenar que se subsanen los requisitos omitidos, como un aspecto previo a darle trámite
a la demanda y así no perder los derechos que prescriben con el transcurso del tiempo,
en virtud de que desde el momento que se presenta la demanda al Juzgado de Trabajo
y Previsión Social, la prescripción queda interrumpida.
La demanda laboral puede modificarse mediante sustitución o cambio, también por
ampliación o reducción de la misma, la oportunidad procesal para ampliar la demanda
según el Artículo 338 del Código de Trabajo, puede ser en cualquier momento
comprendido entre la citación del demandado y la primera audiencia y la segunda
oportunidad puede darse dentro de la celebración de la primera audiencia, pero, antes
de contestarse la demanda, en éste caso el Juez suspenderá la audiencia y señalará
una nueva, resultando ser conveniente para el actor ampliar la demanda antes de la
celebración de ésta audiencia y posterior a la citación del demandado para que
comparezca a la misma a contestar la demanda y su ampliación, la sustitución o cambio
de la demanda puede darse cuando los términos en que originalmente se había
redactado, relativos al objeto y las pretensiones se cambien por otros.
En el caso de reducción de la demanda, solo puede darse cuando no implique para el
trabajador la renuncia a prestaciones que originalmente se habían reclamado, a menos
que la reducción se funde en que estas prestaciones fueron ya pagadas al trabajador y
por último la demanda puede ampliarse por nuevos hechos y por nuevas reclamaciones,
siendo la más común, expresamente regulado en el Artículo 338 del Código de Trabajo.
Medidas precautorias:
Guillermo Cabanellas, define las medidas precautorias como: “El conjunto de
disposiciones tendientes a mantener una situación jurídica para asegurar un
derecho futuro”. El licenciado Giovanni Orellana, define las medidas precautorias
“como aquellas que tienen por objeto sujetar a una persona a un futuro proceso y
evitar que salga del país, o garantizar el cumplimiento de una obligación”, las
medidas precautorias que se pueden solicitar dentro de la demanda son: el arraigo,
anotación de demanda, embargo, secuestro, intervención y providencias de urgencia.
El arraigo: es aquella medida que se decreta cuando hubiere temor de que se ausente u
oculte la persona contra quien deba entablarse o se haya entablado una demanda podrá
pedirse por el interesado que se le arraigue al demandado en el lugar en que deba
seguirse el proceso. El arraigo tiene como efectos, prevenir al demandado que no se
ausente del lugar en que se sigue o halla de seguirse el proceso sin dejar apoderado que
haya aceptado expresamente el mandato y con las facultades suficientes para que le
represente en juicio.
Anotación de demanda: es aquella que se decreta cuando se discute la declaración,
constitución, modificación o extinción de algún derecho real sobre inmuebles, es decir
procede cuando se discute la propiedad de un bien inmueble, por lo que al decretar dicha
medida el juez ordenará un despacho al Registrador de la
Propiedad para que en el registro respectivo del bien inmueble en litigio se anote que
hay una demanda y no pueda disponerse de dicho bien. Es importante resaltar que
cuando se trate de bienes muebles, sujetados a registro, también pueden anotarse de
demanda, tal es el caso de vehículos, semovientes etc.
El embargo: podrá decretarse precautoriamente sobre bienes que alcancen a cubrir el
valor de lo demandado, intereses y costas, para el efecto son aplicables las normas
relativas al proceso de ejecución, el embargo procede sobre los bienes de una persona,
cuando lo que se está litigando es una cantidad líquida y exigible de dinero, con lo cual
se va a garantizar el cumplimiento de la obligación adquirida.
El secuestro de bienes: es una medida precautoria que consiste en el desapoderamiento
de la cosa en manos del deudor, para ser entregada en depósito a un particular o a una
institución legalmente reconocida, con prohibición de servirse en ambos casos de la
misma, en igual forma procederá el secuestro de bienes cuando se demande la
propiedad de bienes muebles, semovientes, derechos o acciones, o que se constituya,
modifique o extinga cualquier derecho sobre los mismos.
La intervención: cuando las medidas de garantía recaigan sobre establecimientos o
propiedades de naturaleza comercial, industrial o agrícola, podrá decretarse la
intervención de los negocios con el objeto de evitar que los frutos puedan ser
aprovechados indebidamente por un condueño o acreedor en perjuicio de los demás, es
importante que el interventor que se nombre tenga las características de un
administrador, porque lo que se pretende con esta medida es permitir en todo lo posible
la continuidad del funcionamiento de la empresa, lo cual permitirá que con los bienes
producto del buen funcionamiento se garantice el cumplimiento de la obligación.
Providencias de urgencia: son aquellas que se decretan como medidas cautelares
cuando el objeto no se puede encuadrar en los casos regulados en las medidas
cautelares anteriores, entonces procede solicitar providencias de urgencia por quien
tenga fundado motivo para temer que durante el tiempo necesario para hacer valer su
derecho a través del proceso, se halle tal derecho amenazado por un perjuicio inminente
e irreparable, pudiendo pedir al Juez las providencias de urgencia que según las
circunstancias parezcan más idóneas para asegurar provisionalmente los efectos de la
decisión sobre el fondo.
Por su parte el licenciado Landelino Franco López, expone que las medidas precautorias
tienen como propósito garantizar la ejecución de lo resuelto en el juicio ordinario laboral,
pues sería imposible ejecutar la sentencia laboral, si no existen al momento de la
ejecución, bienes sobre los cuales hacer recaer el remate.
El Artículo 332 del Código de Trabajo, establece que en la demanda pueden solicitarse
todas las medidas precautorias reguladas en el derecho común, sin embargo, a pesar de
que todas las medidas mencionadas pueden solicitarse existe en el contenido de este
Artículo una gran limitación para el decretamiento de las mismas, la cual es que al
momento de solicitarlas se debe acreditar la necesidad de las medidas, a excepción del
arraigo que debe decretarse con la sola solicitud.
Continúa exponiendo el licenciado Landelino Franco López, que es precisamente en
relación a acreditar la necesidad de la medida que existe una errónea interpretación por
parte de la mayoría de los tribunales de trabajo y previsión social del país, para quienes
la acreditación de la necesidad de la medida solo puede darse acreditando el estado de
insolvencia del empleador, mediante poder probar que se encuentra siendo objeto de
ejecución por cualquier acreedor común, y que acreditar esta circunstancia se transforma
en una situación prácticamente imposible para el trabajador, pues aunque el empleador
efectivamente se encuentre en esa situación no puede el trabajador disponer de los
medios para demostrarlo ante el juez de trabajo. Ahora bien, aquella interpretación es
errónea, confrontada con la propia interpretación que la Corte de Constitucionalidad ha
hecho del Artículo 332 del Código de Trabajo, al producirse en mas de tres fallos dictados
en el mismo sentido, ha pasado a constituir doctrina legal, que imperativamente deben
observar los tribunales de trabajo y previsión social de todo el país, la interpretación que
al respecto ha hecho la Corte de Constitucionalidad dentro del expediente número 537-
93 en fecha doce de enero de 1995 es que: acreditar la necesidad de la medida debe
entenderse en una acepción acorde con los principios rectores del derecho laboral, es
decir, sencilla y antiformalista, bastando que se exponga en forma razonada el porqué
de la necesidad de la medida, de esto se advierte que para acreditar la necesidad de la
medida precautoria bastará con explicar al Juez de Trabajo la razón en la que descansa
la solicitud; sin embargo en la práctica laboral algunos tribunales hacen caso omiso de
esta doctrina legal y continúan exigiendo al trabajador que acredite el estado de
insolvencia del empleador como requisito para decretar la medida precautoria solicitada,
la repercusión de aquella incorrecta interpretación del Artículo 332 del Código de Trabajo
se traduce en que el juicio ordinario laboral se desarrolla sin el decretamiento de medidas
precautorias, que genera en un buen número de casos que la sentencia sea inejecutable,
derivado de que el empleador en su calidad de demandado, al no tener limitada la
disposición de sus bienes por la inexistencia de medidas precautorias, ha transferido la
propiedad de los mismos y con ello hace imposible el que pueda ejecutársele.
“Decíamos que la única medida precautoria que el Juez de Trabajo decreta con la sola
solicitud del actor, es la del arraigo, que desafortunadamente es la que menos eficacia
presenta, derivado de que la insolvencia en el pago de prestaciones laborales no genera
para el empleador la necesidad de huir del alcance de la justicia”.
Despacho saneador
Artículo 334. Si la demanda no contiene los requisitos enumerados en el artículo 332, el
juez de oficio, debe ordenar al actor que subsane los defectos, puntualizándolos en forma
conveniente; y mientras no se cumplan los requisitos legales no se le dará trámite.
Notificaciones personales
Artículo 328. Se notificará personalmente:
a) La demanda, la reconvención y la primera resolución que se dicte al iniciarse cualquier
asunto.
b) Las resoluciones en que se mande hacer saber a las partes qué juez o tribunal es
hábil para seguir conociendo en virtud de inhibitoria, excusa o recusación acordada.
c) Las resoluciones en que se requiera la presencia de alguna persona para un acto o
para la práctica de una diligencia.
d) Las que fijan término para que una persona, haga, deje de hacer, entregue, firme o
manifieste su conformidad o inconformidad con cualquier cosa.
e) Las resoluciones en que se acuerde hacer un apercibimiento y las que se haga efectivo
éste.
f) Las que contengan el día para la vista.
g) Los autos y sentencias.
h) Los autos para mejor proveer; e
i) Las resoluciones en que se otorgue o deniegue un recurso.
Estas notificaciones no pueden ser renunciadas
Al hacer cualquiera de la notificación esa que se refiere el artículo anterior, se entregará
la copia de la solicitud con la transcripción de la resolución en ella dictada, o sólo la
resolución cuando no haya recaído en una solicitud, identificando en todo caso, el
expediente respectivo.
Toda notificación personal se practicará a más tardar dentro del término de seis días
hábiles, contado a para del día siguiente de dictada la resolución de que se trate. El
incumplimiento de esta disposición dará lugar a que el juez sancione al notificador con
multa de diez quetzales, la primera vez; de veinticinco quetzales la segunda; y con
destitución la tercera. Se hará constar el mismo día en que se haga y expresará la fecha,
la hora, el lugar en que fue hecha e irá firmada por el notificado, pero si éste se negare
a suscribirla, el notificador dará fe de ello y la notificación será válida.
Para hacer las notificaciones personales, el notificador o un notario designado por el juez
a costa del solicitante y cuyo nombramiento recaerá preferentemente en el propuesto por
el interesado, irá a la casa que haya indicado éste y en su defecto, a la de su residencia
conocida o lugar donde habitualmente se encuentre y si no hallare a la persona que deba
ser notificada, hará la notificación por medio de cédula que entregará a los familiares o
domésticos o a cualquier otra persona que viva en la casa. Si se negaren a recibirla, el
notificador la fijará en la puerta de la casa y expresará al pie de la cédula, la fecha y hora
de entrega y pondrá en el expediente razón de haber notificado en esa forma. También
podrán hacerse estas notificación es entregándose en las propias manos del destinatario
dondequiera que se le encuentre dentro de la jurisdicción del tribunal, la copia de la
solicitud y su resolución o sólo copia de ésta.
Cuando la notificación se haga por notario, el juez entregará a éste, original y copias de
la solicitud o memorial y de la resolución correspondiente, debiendo el notario firmaren
el libro la constancia de darse por recibido. Los notarios asentarán la notificación a
continuación de la providencia o resolución correspondiente. Los abogados de los
litigantes no podrán actuar como notarios notificadores en el juicio de que se trate.
La cédula debe contener: nombres y apellidos de la persona a quien se notifica, lugar,
fecha y hora en que se le hace la notificación, nombres y apellidos de la persona a quien
se entregue la copia de la resolución y la del escrito en su caso, la advertencia de haberse
entregado o fijado en la puerta, firma del notificador y sello del tribunal.
Las partes tienen la obligación de señalar lugar para recibir notificaciones en el mismo
lugar en donde se encuentra asentado el tribunal que conoce del caso. No se dará curso
a la primera solicitud si el interesado no señala lugar para recibir notificaciones. El
demandado y las otras personas a la que la resolución se refiere, serán notificados la
primera vez en el lugar que se indique por el demandante. Al que no cumpla con señalar
en la forma prevista el lugar para recibir notificaciones, se le seguirán haciendo por los
estrados del tribunal.
Cuando haya de notificarse o citarse a una persona residente fuera del lugar del juicio,
se hará la notificación o citación por medio de exhorto dirigido al juez de primera
instancia, si la persona residiere en la cabecera departamental o de despacho dirigido al
juez menor correspondiente, si residiere en un municipio. El juez comisionado para el
efecto está obligado a comunicar al juez comitente, sin demora de tiempo y por la vía
telegráfica, el haber practicado la notificación respectiva, indicando el lugar, día y hora
en que tuvo efecto.
El incumplimiento de esta disposición se sancionará con multa de veinticinco quetzales
que impondrá la Corte Suprema de Justicia al juez responsable.
Cuando el notificador sepa, por constarle personalmente o por informes que le den en la
casa de la persona que debe ser notificada, que ésta se halla ausente de la República,
se abstendrá de entregar o de fijar cédula y pondrá razón en autos, haciendo constar
cómo lo supo y quienes le dieron la información, para que el tribunal disponga lo que
deba hacerse.

Los Medios de Prueba.


Confesión Judicial: La confesión judicial es un medio de prueba legal que se produce
mediante una declaración de conocimiento por la que se reconoce una afirmación del
adversario y cuya verdad le es perjudicial a la parte que la declara; siendo la función
específica de tal medio de prueba la de provocar o intentar provocar el convencimiento
del juez sobre la existencia o inexistencia de ciertos hechos.
Declaración de Testigos
Testigo es toda persona extraña en el proceso cuya declaración se utiliza como medio
de prueba, por versar sobre hechos en él controvertidos y cuyo conocimiento ha
adquirido fuera del proceso.
Prueba Documental
Al documento se le identifica como un objeto en que se exterioriza cierto pensamiento
humano mediante algunos signos materiales y permanentes del lenguaje. Es todo objeto
que reproduce, representa o refleja una idea, un acto de voluntad o un acto del acontecer
humano.
Procesalmente documento es todo escrito que constituye prueba del hecho jurídico
realizado... el documento no es el hecho jurídico, sino la prueba del hecho jurídico.
Dictamen de Expertos
Este medio de prueba reviste especial característica en el proceso laboral, ya que en
muchas oportunidades las partes tienen necesidad de llevar al conocimiento del juzgador
hechos técnicos no jurídicos, para cuyo conocimiento se necesita de reglas de
experiencia no comunes, como por ejemplo, cuando se trata de determinar la pericia o
impericia de un trabajador, para determinar la calidad o perfección de un trabajo o de
una obra, aspectos de una contabilidad etc.
Por medio de la prueba de expertos o dictamen de expertos, se aporta al juicio material
probatorio de carácter técnico, por encargo del Juez, y que según nuestra legislación el
Juez tiene amplias facultades en cuanto a la aceptación y valoración del dictamen o
expertaje que se le rinda.
Inspección Ocular o Reconocimiento Judicial
En el Código de Trabajo, este medio de prueba no está denominado como
reconocimiento judicial, sino como INSPECCIÓN OCULAR; y es la prueba que tiene por
objeto la percepción directa e inmediata por el juez, de hechos y circunstancias tangibles,
para cuyo conocimiento y apreciación no se requiere conocimientos especializados. Los
únicos artículos del Código de Trabajo que se refiere a la inspección ocular o que tienen
alguna relación con ella son: el 332, 357 y 361.
Las presunciones
Al hacer una ordenación lógica de los medios de prueba, derivada de su naturaleza o de
su vinculación con los motivos de prueba, los clasificamos en tres grupos:
Pruebas por Percepción: como lo sería el Reconocimiento judicial (inspección ocular);
Pruebas por Representación, documentos, confesión, testigos;
Prueba por deducción o inducción: aquí la reconstrucción de los hechos se lleva a cabo
mediante deducciones lógicas, infiriendo de un hecho conocido otro desconocido. Si esta
labor está a cargo del propio juez, la realiza por el sistema de Presunciones; y si la
deducción la verifica un tercero, haciendo aplicación de su ciencia, nos encontramos
frente al examen pericial o sea el llamado dictamen de expertos.

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