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La terapia del deseo, teoría y práctica en la ética helenística

“La terapia del deseo”, a través de su estudio a las escuelas filosóficas helenística conciben al

filósofo como aquel médico que soluciona todos sus sufrimientos de la vida humana, donde

Michel Foucault (p.23), en el tercer volumen de su Filosofía de la sexualidad, presenta

nuevamente a la filosofía como un conjunto de prácticas para formación del “yo”, entre tanto

invita a crear una comunidad de seres que pueden hacerse cargo de la historia de su propia vida y

de su propio pensamiento, por medio de la reflexión.

El autor recomienda la búsqueda de la excelencia en los actos y las ideas, a fin de convertirlas en

un arte que incida en la mejora de la vida humana.”. Y uniéndose a Séneca, Marco Aurelio,

Epicteto, Cicerón, Plotino y otros, destacando que la filosofía es sinónimo de "vida buena", Por

lo tanto, Nussbaum tiene presente aquellos filósofos que hicieron un análisis de nuestras

creencias, deseos, pasiones, emociones y percepciones que viene a ser lo que originó la filosofía

ética actual.

El análisis del amor, la amistad, el deseo y la indiferencia son punto de partida de las prácticas

helenísticas del “cuidado de sí” como técnicas de producción del “yo”, comparte con esta

corriente filosófica la idea de que el efecto terapéutico del filosofar libera de aquellas falsas

creencias. Los deseos y valores se han formado socialmente y constituye un logro perdurable del

estoicismo y del epicureísmo, que relacionan el ejercicio solidario de la filosofía como medio a

través del cual analiza y transforma el deseo y el pensamiento, desde la práctica educativa,

representada en la relación entre maestro y discípulo como ejemplo de ideal de comunidad.

Cabe resaltar del texto, las principales fuentes de felicidad entre ellas, la amistad, la vida sencilla,

el amor, no temerle a la muerte, y la satisfacción de las necesidades básicas del ser humano,
permitiendo distinguir que lo placentero de la vida es fácil de conseguir y que lo hallamos en

elementos y situaciones que están a nuestro alrededor como lo es un vaso con agua, la compañía

de nuestros seres amados, un lugar limpio, un día soleado, aspectos tan sencillos que traen

satisfacción a nuestras vidas.

EL ARTE DE VIVIR, Reflexiones socráticas de Platón a Foucault

La filosofía como “arte de vivir”, es filosofía concebida y practicada como construcción de sí

mismo. Nos habla del “yo” como una entidad construida, integrada por materiales que se van

incorporando inicialmente de forma accidental, los cuales provienen de aspectos como las ideas

que desencadenan, las situaciones y vivencias particulares, estos materiales son el carácter, los

defectos, las virtudes, la originalidad y coherencia entre otros, que contribuyen específicamente

en su construcción y, por lo tanto, cada uno es indispensable para el “todo”.

El ejercicio de la construcción del “yo”, es una tarea similar a la que hacen los escritores

literarios, en el proceso de creación de sus personajes, ya que es preciso ensayarse una y otra vez,

además de conocer las distintas dimensiones del personaje para llevarlo a la práctica englobando

con su sabiduría ética, conduciendo a llevar una vida basa en la prudencia, y el análisis de las

situaciones para saber obrar en cada caso.

Quién crea un “yo”, posteriormente se convierte en individuo, proceso en el cual se adquiere un

carácter, que posee un conjunto de figuras y ese estilo de vida que lo hacen distinto al resto del

mundo, transformándolo en un ser memorable ya sea por lo que dijo, hizo, pero también por lo

que no fue. Esto se realiza mediante el examen de nuestras fortalezas y debilidades lo que

permite la realización de un plan que paso a paso, conduciendo la persona a la adquisición de la


fuerza necesaria para el desarrollo continuo de ese carácter, y obtener la capacidad de tomar

cualquier situación en la que se encuentre asertivamente, manteniendo el mismo carácter en todo

momento.

Medios, regímenes de creencia y formas de vida, Fontanille.

Nos invita a abordar a la semiótica como un proceso de comunicación en el cual se desencadena

un significado en definido grupo cultural llegando a comprender la comunicación como un arte o

elemento transcendental en los procesos culturales y sociales.

La semiótica no puede más sino defender la diversidad de los regímenes de creencia, “solo

estamos en el mundo, justamente, en la medida en que creemos en eso que nos propone, en que

creemos que él soporta la significación de nuestro estar en el mundo (Fontanille, 2013, p. 81)” al

estar en la necesidad de la diversidad de regímenes de creencia es importante preservar,

desarrollar y dinamizarla, pues es así como se soportaran y pueden ser percibidas las formas de

vida. Las formas de vida como las denominamos solo estructuran o forman nuestra relación con

el mundo por la manera de oponerse y de transformarse y además gracias a sus distintivos la

facilidad de nuestra elección. Es decir solo se posibilita nuestra diversidad en la capacidad del

sentido de contradicción y en la posibilidad de elección.

Esta posibilidad de elección habla o se centra en las maneras de ver la vida y la oportunidad de

reconstruir nuestro pensamiento, convirtiéndose en un instrumento de posibles cambios

evidenciados.
Referencias Bibliográficas

Nussbaum, M. (2003). La terapia del deseo. Teoría y práctica de la ética helenística.

Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica, S. A.

Nehemas, A. (2005). El arte de vivir. Reflexiones socráticas de Platón a Foucault. Valencia:

Pre-Textos. Disponible en línea: t.ly/DvLr

Fontanille, J (2013) Medios, regímenes de creencia y formas de vida. Université de Limoges -

Institut Universitaire de France Disponible en línea:

https://www.researchgate.net/publication/321354090_Medios_regimenes_de_creencia

_y_formas_de_vida

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