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Paso a paso
Después de arduo día de trabajo en lo último que se piensa es en
limpiar el rostro, por lo que es común irse a acostar con la cara
sucia, pues se cree que no pasará nada. Con el paso del tiempo se
pagan las consecuencias, ya que el cutis luce opaco y con
imperfecciones, lo que además puede derivar en infecciones debido
a que diversos elementos se van acumulando en la piel, por ejemplo:
Residuos de maquillaje.
Sudor.
Polvo.
Contaminantes ambientales.
Aceites naturales.
Células muertas.
Aunque al siguiente día se lave el rostro durante el baño no es
suficiente, pues durante la noche no respiró adecuadamente ni
descansó; por tal motivo, es necesario sacudir la flojera y lavarse
la cara dos veces al día. Además, 1 ó 2 veces por semana es
recomendable aplicar tratamientos intensivos en forma de
mascarillas.
Ahora bien, para que la limpieza del rostro sea exitosa es
recomendable tomar en cuenta los siguientes pasos:
Exfoliación
Constantemente nuestra piel se regenera, proceso que se completa
en 28 días y durante el cual algunas células viejas se eliminan de
forma natural, pero otras se depositan sobre la epidermis. Si éstas
no se remueven del cutis los productos que se apliquen sobre él no
podrán ser totalmente absorbidos, además lo hacen lucir opaco y
descuidado.
Mascarillas
Se aplican una vez a la semana y ayudan a mantener el rostro
saludable, suave y bello, pues sus efectos llegan hasta las capas
más profundas de la piel. De acuerdo con los beneficios que
proporcionan se les ha clasificado de la siguiente manera: