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Los artículos científicos y periodísticos, los informes de investigación y los textos de literatura están

lejos de formar parte de las prioridades de lectura de los universitarios colombianos. De hecho,
muchos se conforman, principalmente, con sus apuntes de clase y con los materiales que elaboran
para ellos los docentes de cada asignatura.
 
A esa conclusión llegaron investigadores de 17 universidades  en un estudio en el que participaron
3.719 estudiantes de pregrado de este número de instituciones de educación superior, públicas y
privadas, del país. La mayoría de ellos (grupo del cual hacen parte alumnos que se están formando
en la carrera docente) mostraron buen desempeño académico.
El estudio '¿Para qué se lee y se escribe en la universidad colombiana?', financiado por Colciencias
y coordinado por las universidades Javeriana y del Valle se llevó a cabo con el propósito de
determinar de qué manera las políticas de lectura y escritura de las instituciones influyen en los
desempeños de los universitarios en estas áreas. En otras palabras: qué hacen los docentes para que
sus estudiantes ni lean ni escriban bien.
 
"Los profesores dan por hecho que los estudiantes saben leer, pero no es así. No hay cursos de
lectura de textos especializados de una disciplina y cuando uno ve lo que escriben los alumnos, se
da cuenta de que sus vacíos no son gramaticales sino conceptuales. No tienen claro qué decir",
afirma el investigador Mauricio Pérez Abril, docente de la Javeriana y uno de los autores del
estudio.
 
Los apuntes propios son el texto más leído, en el 82 por ciento de los casos, seguido por el material
docente, con el 80 por ciento, y las páginas web o blogs, con el 78 por ciento. Un 72 por ciento lee
libros o capítulos propios de la carrera; menos del 30 por ciento lee literatura y menos del 40 por
ciento informes de investigación y artículos científicos. 
Lo anterior muestra que los jóvenes solo leen para propósitos académicos, siguiendo las
instrucciones del docente. "Algunos estudiantes afirman que es responsabilidad del profesor 
explicarles los libros que él ya leyó y que tiene la obligación de elegir aquellos elementos que
considera prioritarios, para su formación", indica Pérez.
 
En este sentido, agrega, las universidades carecen de políticas claras de lectura y escritura en las
disciplinas y en su lugar ofrecen cursos genéricos que, si bien buscan fortalecer las competencias
comunicativas de los estudiantes, no les enseñan a escribir para sus áreas de formación, que exigen
el dominio de textos específicos.
 
"El profesor de neurofisiología debe enseñarles a sus estudiantes a leer y a escribir sobre
neurofisiología... Se está invirtiendo mucho esfuerzo en estos cursos que no resuelven del todo la
lectura y escritura en las disciplinas", agrega el investigador.

http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-12124342

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