Para encontrarnos con el germen de la actual Seguridad Social
tal y como hoy la conocemos habría que remontarnos a la Restauración y a nuestra Segunda República con una serie de reformas sociales con el fin de mejorar y procurar el bienestar de la clase obrera o más bien menos favorecida.
Esta inicial Seguridad Social fue sufriendo a lo largo del tiempo
una serie de altos y bajos a lo largo de nuestra historia pasando también por el periodo de la dictadura franquista con distintos seguros y fueros que irán tendiendo a cubrir las distintas necesidades sociales más perentorias de esos tiempos. Más tarde pasó a formar parte importante de nuestra transición democrática dónde se mantendrán en nuestra Constitución de 1978 en su artículo 41 (“Los poderes públicos mantendrán un régimen público de Seguridad Social para todos los ciudadanos, que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad, especialmente en caso de desempleo. La asistencia y prestaciones complementarias serán libres.”) y su evolución con los Pactos de la Moncloa y el posterior y más importante Pacto de Toledo como acuerdo actual para garantizarla, y también cabe reseñar el hecho de nuestra pertenencia a la Comunidad Europea por su efecto estabilizador y de estímulo respecto del tema que estamos tratando. Desde su nacimiento ha ido sufriendo una serie de altibajos y problemas hasta llegar a los que afronta actualmente entre los que se cuentan:
1. El envejecimiento de la población con el consiguiente aumento
del número de pensiones .
2. El aumento de la esperanza de vida que genera más pensiones,
más altas y durante más tiempo.
3. Reducción de los cotizantes debido a las importantes tasas de
paro, así como el peso de las cotizaciones respecto de los salarios actuales , dado que no han aumentado los salarios con respecto a los tiempos lo que supone una carga más para el sistema.
Respecto de todo lo visto hasta ahora, reseñar la inestabilidad
del sistema por el ingente gasto y las difíciles situaciones económicas actuales y las tendencias respecto del empleo con las nuevas tecnologías, digitalización y robotización ocupando cada vez más el espacio de los trabajadores.
Encontrar una solución respecto a este gigante con pies de barro,
pasa por realizar una serie de reformas tendentes a su sostenibilidad, pues si bien la idea de una Seguridad Social es un elemento indiscutible de la sociedades actuales y de la dignidad humana (éticamente loable).
Es cierto que ha de tender a cubrir unos mínimos y el resto
debería venir de las aportaciones personales de cada cotizante así como una aportación más solidaria de la empresas tecnológicas que no aportan al sistema lo que deberían y las empresas más automatizadas y robotizadas que restan al sistema gran número de trabajadores que serían por los que tendrían que cotizar realmente. También sería muy decisiva la necesidad de perseguir más seriamente el fraude fiscal ,la economía sumergida, los paraísos fiscales y la corrupción que detraen del sistema gran número de recursos (afectan directamente al bienestar de nuestras sociedades).