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ESTADO DE ALARMA EN TODO EL TERRITORIO NACIONAL, POR

EPIDEMIA DEL CORONAVIRUS (COVID-19)

Antes de empezar el siguiente análisis es importante definir que es un “Estado de


Alarma” o “estados de excepción”.

El “estado de alarma” es una de las tres modalidades de “estados de excepción” que


se establecen en los artículos 337, 338 y 339 de la Constitución. El estado de alarma se
describe en el artículo 338:

“Podrá decretarse el estado de alarma cuando se produzcan catástrofes,


calamidades públicas u otros acontecimientos similares que pongan seriamente
en peligro la seguridad de la Nación o de sus ciudadanos y ciudadanas. Dicho
estado de excepción durará hasta treinta días, siendo prorrogable hasta por treinta
días más. Podrá decretarse el estado de emergencia económica cuando se
susciten circunstancias económicas extraordinarias que afecten gravemente la
vida económica de la Nación. Su duración será de hasta sesenta días, prorrogable
por un plazo igual. Podrá decretarse el estado de conmoción interior o exterior
en caso de conflicto interno o externo, que ponga seriamente en peligro la
seguridad de la Nación, de sus ciudadanos y ciudadanas, o de sus instituciones.
Se prolongará hasta por noventa días, siendo prorrogable hasta por noventa días
más. La aprobación de la prórroga de los estados de excepción corresponde a la
Asamblea Nacional. Una ley orgánica regulará los estados de excepción y
determinará las medidas que pueden adoptarse con base en los mismos.”

A raíz de la aparición del virus COVID-19; el cual ha causado una pandemia total,
generando millones de muertes nivel mundial, considerándose esta en nuestra doctrina
Venezolana como un “Fuerza Mayor” la cual recordemos que se trata de un
“ACONTECIMIENTO NO DERIVADO DE ELA ACTIVIDAD HUMANA, SINO DE
LAS FUERZAS NATURALES” por lo tanto en una palabra “catástrofe”.

Por lo ante expuesto se declara en emergencia todo el sistema de salud; ordena a


todas las personas el uso de mascarillas que cubran la boca y nariz en determinados sitios,
como terminales aéreos, centros de salud, supermercados; y fija las reglas para quienes sean
considerados como pacientes sospechosos de contagio o que hayan estado expuestos a
pacientes sospechosos, como la obligación de proveer a las autoridades toda la información
que sea precisa para determinar cómo se contagiaron y a quiénes podrían haber infectado.

El decreto ordena que los establecimientos dedicados al expendio de comidas y


bebidas podrán permanecer abiertos pero prestando servicios exclusivamente bajo la
modalidad de reparto, servicio a domicilio o pedidos para llevar. Delega en la
Superintendencia Bancaria la regulación en este contexto de los servicios de banca pública
y privada. También faculta al Presidente de la República para restringir la circulación en
determinadas áreas; suspender actividades educativas y laborales no esenciales, cualquier
tipo de evento público, los vuelos desde o hacia el territorio de Venezuela; y autorizar a los
cuerpos de seguridad para practicar las inspecciones que consideren necesarias donde se
presuma la violación de estas disposiciones.

Con ese decreto se crea una Comisión Presidencial para la Prevención y Control del
Coronavirus y se faculta al Ejecutivo para limitar o racionar el uso de servicios o el consumo
de artículos de primera necesidad, con el fin de asegurar el abastecimiento de los mercados
y el funcionamiento de los servicios, así como para requisar los bienes y servicios que sean
necesarios para enfrentar la pandemia. Finalmente, formaliza el derecho del Presidente a
ordenar la movilización de la Fuerza Armada durante esta crisis.

Este estado de emergencia si bien ha tenido resultados, ya que por los momentos
Venezuela no posee ningún muerto por el virus letal.

Mas sin embargo nuestro país que se encuentra en una de las peores época económica
y ha atravesado numerosos episodios de crisis y enfrentamientos catastrofistas en los últimos
años. Se ha pasado por desabastecimiento, hiperinflación, violencia política, emigración,
acontecimientos colectivos que generaron reflejos y capacidades ante adversidades y aunado
a esta situación (COVID-19) para un mayor porcentaje del país este año ha sido morir de
hambre.

El no trabajar para muchas familias Venezolanas ha resultado que este 2020 haya
sido lleno de tristeza, el no poder llevar el pan de cada día a sus casas. Por otra parte el
tenemos el sistema de salud, la falta de suministros y no contamos con hospitales óptimos
para atacar o para atender un escenario leve-moderado de la pandemia.

Otra desventaja el sector empresarial, las pocas empresas que encuentran


sobreviviendo en Venezuela tienen orden de cierre, ya que solo estarán abiertas sus puertas
el sector de alimentos y artículos de primera necesidad (BODEGONES, ABASTOS,
PANADERIAS ETC); mas sin embargo las ventas y producción no son las mismas por el
horario limitado para prestar sus servicios.

El sector de educación no se queda atrás; estudiantes desde la edad de educación pre-


escolar hasta la Universitaria cursando clases por medios de trabajos de investigación vía
whatsapp y correo electrónicos. Si bien sabemos que Venezuela no posee una red de
comunicación ni de servicio eléctricos óptimos para poder implementar este tipo de
mecanismos a un 100%; todo dependerá de cada madre de lo que le pueda enseñar a sus
hijos y de cada alumno en indagar y ser su propio instructor, mas sin embargo pienso que de
ser así no existieran nuestros educadores.

De continuar la pandemia, se recomienda que el Gobierno principal tome acciones


económicas-sociales; recordando los Derechos Humanos ya que se pone en juego el Derecho
a la Salud, Derecho a la Alimentación, Derecho al trabajo y todos los derechos naturales y
subjetivos de los particulares o ciudadanos.

Recordemos que el Estado es el que tiene la obligación y es el que nos da la garantía


de cumplir cada uno de nuestros derechos que se encuentran reconocidos en la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela.

De no cumplirse lo ante expuesto, corremos el riesgo de una revolución por el hambre


y desesperación de cada uno de los ciudadanos.

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