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wer NOTA SOBRE “LA AFRENTA DE CORPES” Y LA UNIDAD EXPRESIVA DEL POEMA DE MIO CID por Davin Witttam Foster PILLILILIIILIIIIILIEA AAAI, SI est acertada Ja critica sobre el Poema de Mio Cid en que la accién central de la obra —su tema, en términos mds pedestres— es la larga lucha del Cid por recuperar su honra perdida ante los hombres por la calumnia de sus enemigos, podemos hablar de una unidad estructural en la composicién. Todos los elementos de la gesta, los histéricos tanto como los ficticios,! se destinan a la elaboracién de un contraste entre un Cid de origen social més bien modesto, pero de gran honor, y un rey de la més alta cuna, pero de flaquezas serias de cardcter. La accién del poema seria, seguin esta critica unificadora, el lento convencer al rey de que el Cid es un vasallo honrado que culmina en Ia afirmacién real de que “mejor sodes [Cid] que nos...” (v. 3116) — mejor, no en sentido social, sino en sentido moral y feudal. Edmund De Chasca, en las dos versiones de su magistral estudio del Poema,* sigue esencialmente la linea de este concepto unificador de la obra, para llegar con amplias pruebas textuales, a la conclusién de 1 Lao Spine tat, con ceo ail. de subrayar el Beco que se ende 3 at de sue sumone les idee ms portato ate ‘Corson econ, Ver “Sobre el care hes de Cantar de Mie "NRFH 2 (940, 1017. Le conten Menénder Pde eco oe mt ‘amend aloe hte Ge obra en “Poes estrs ene) Ml Cu Nari 3 (oa ts2 Edmund De Chase, Belson el “Cant de Mio Cit (Madi 1967) Se pubes la pera veri en 1985 port lw Sate Univery Pest {no tale, Exuctray form ome “Poona de Mio Cid La prmera ver {Sy etalon Spigot ans foe eto oma eh teas et Gof. 33 eh, SHO" De Chace cane mas Veron ums vahosfuma biopic spots sobre I cocton Ge 220 ROMANCE NOTES que el poeta andnimo le impuso a su obra una bien clara unidad de ac- cién dentro de una especifica estructura literaria. El estudio de De Chasca aporta valiosas observaciones de una orientacién neo-Aris- totélica sobre la forma general y los detalles expresivos del primer texto de importancia literaria en Espafia. Sin embargo, a pesar de Jo wtil que sea su trabajo, dedica poca atencién a un segmento que creo representa uno de Jos momentos culminantes de la composicién y un trozo que proporciona un apoyo fundamental a la estructura compacta de ella. Me refiero a la afrenta de Corpes, donde los malvados hijos de Carrién se vengan del Cid al maltratar y abandonar a sus esposas, dofia Sol y dofia Elvira en el robledo de Corpes.? Este segmento de la tercera parte del Poema viene a ser no sélo una miniatura de la totalidad de la composicién, sino también un momento culminante en Ia accién de la obra que busca su resolucién en las siguientes Cortes, donde recupera plenamente el Cid la honra por la cual ha venido luchando por mas de quince afios. En este segmento del Poema, el papel que hacen las dos hijas es bastante facil de delinear. No sufren la afrenta por lo que hacen ellas, sino por lo que representan. Los Infantes de Cartién han sido cobardes en més de una ocasién —aunque se tiende a recordar solamente su cobardia en el episodio cémico del viejo leén— y no pueden vengarse directamente del Cid, quien es demasiado fuerte para dos hombres de tan poco valor varonil, Pero si pueden vengarse en el cuerpo de las dos hijas, tan amadas de su padre, que son las esposas de los Infantes. No seria una venganza fisica del Cid; serd una venganza psicolégica por el dolor y la humillacién que sufriré el Campeador al saber lo que les ha pasado a Elvira y Sol a manos de los Infantes. El que las dos mujeres sean una proyeccién poética de su padre es evidente en el momento en que los Infantes se preparan a azotarlas, Rompiendo su casi total silencio en la composicién, dofia Sol se dirige a los dos con estas palabras: 3 G. Cirot estudia las fuentes de los episodios centrales de los Infantes en “Liépisode des Infants de Carri6n... dans le ‘Mio Cid’ et la Chronique générale,” BH, 47 (1945), 124-33; 48 (1946), 64-74. P. D. Jimeno comenta el escenario en “Castillejo de Robledo, escenario de la afrenta de Corpes,” Boletin de la Institu- cién “Fernin Gonedlez.” 34 (1955), 719-21. Leo Ulrich estudia los matices de cardcter y la naturaleza psicoldgica en “La ‘afrenta de Corpes', novela psicol6- ica,” NRFH, 13 (1959), 291-304, NOTA SOBRE ‘LA AFRENTA DE CORPES’ Y LA UNIDAD... 21 ‘or Dios vos rogamos, don Diago e don Ferrando, nos! “dos espadas tenedes fuertes ¢ tajadores, Luna dizen Colada ¢ al ora Tiz6n, “cortandos las cabesas mértires seremos nos. “Moros cristianos departirdn desta raz6n, ‘que por lo que nos meregemos no lo prendemos nos. “Aan malos enssienplos non fagades sobre nos: “si non fuéremos majadas abiltaredes a vos; “retraer vos lo an en vistas en cortes.”* Estas palabras revelan en realidad, no la personalidad de dofia Sol, quien ha sido no més que una pilida figura hasta este punto en la obra, sino In personalidad de su padre: la valentia de la mujer frente a a situacién que no puede remediar, su stiplica de que las maten una vez por todas, y su prefiguracién de la dura justicia que caer sobre Ja cabeza de los Infantes si se empefian en su plan. El parlamento de dofia Sol, que se representa en la voz de ella y no la del juglar, es significativa por encerrar las virtudes de la mujer que ha heredado del Campeador. Si Ia hija es indistinguible en sus palabras de su padre y si es que debe ser considerada s6lo como una proyeccién de ésie, el papel de los Infantes es un poco mas complejo. * Claro es que en general ellos representan las fuerzas que obran contra el Cid para disminuir su nobleza como el hombre tipico feudal. Las palabras de los Infantes al abandonar a sus esposas revelan el grado en que se alfan con los mismos hombres envidiosos que ocasionaron con sus mentiras el des- tierro del Ci “De nuestros casamientos agora somos vengados. “Non las deviemos tomar por varraganas, si non fosiemos rogados, pues nuestras parejas non eran por en bragos “la desondra del ledn assis ird vengando."* 4 Cito por ta edicién “Clésicos Castellanos” de Menéndez Pidal (Madrid, 1951), w. 2725-2733. 3 Los infantes reciben un estudio aparte en Thomas R. Hart, “The Infantes de Carrién,” BHS, 33 (1956), 17-24. Hart los presenta como Ia antitesis de los valores personales del Cid, una interpretacién que apoya direciamente nuestro entendimiento de su funciéa estructural en la accién de la obra. No he podido ‘consultar el trabajo de Louis Chalon, “A propos des filles du Cid,” Le Moyen Age, 73 (1967), 217-37. 6 Ea. cit, w. 2759-62. 222 ROMANCE NOTES En su estudio, De Chasca subraya una y otra vez la importancia del estado social del Cid y el del rey y los otros nobles, para llegar a Ia conclusién de que, aunque el Cid sea de posicién inferior, Hega a tener en los mismos ojos de Alfonso una posicién moral que es superior por Ia nobleza de su cardcter.’ Ya hemos citado Ins palabras del monarca al respecto. Antes de la afirmacién generosa de Alfonso Quinientos.versos més tarde, la afrenta de Corpes es un momento narrativo en que enemigos del Cid, después de vengarse otra vez de 1, hacen destacar su envidia feroz y desbordante En cierto sentido los Infantes de Carrién son representantes de Alfonso, La personalidad del monarca es compleja y cambiante en la ‘obra, tuna eircunstancia necesaria, segiin De Chasea, primero para poner de relieve la firmeza del cardcter del Cid, y segundo para que el rey se vaya convenciendo poco a poco de la lealtad y el valor de su. vasallo. Si el Campeador ha sufrido una gran humillacién desde €l principio por la estupidez y por la falta de nobleza de un rey venga tivo, en este momento esté sufriendo una segunda humillacién gracias 4 los errores de Alfonso al querer honrar a su vasallo casando a sus is con los Infantes. Como dice el Cid, es el rey quien casa a doa Elvira y dofia Sol, no su padre: —"Mugier dona Ximena, grado al Criador. "A vos digo, mis fijas, ‘don Elvira e doi So ‘dese wuestro casamientocregremos en nor: "mas bien sabet verdad que non lo levanté yo edidas vos ha ¢ rogadas el mio sefior Alfons, sn firme mientre e de todo coragén ‘que yo nulla cosa nol sope devie de no. ‘Meiivos en sus manos, fas, amas ados; pien me lo creades, que él vos casa, ca non yo." Los Infantes de Carrién llegan a ser los maridos de las dos hijas gracias ‘al monarca, un monarca que puede ser tanto un instrumento en las ‘manos de los envidiosos de] Cid como un rey cabal que luego sabré restaurar al Campeador su gloria y su honra perdidas. Los Infantes, 7 Bate aspecto de la obra, ya lo habia discutido De Chasea en “The King: vessal relationship in “El poema de Mio Cid” HR, 31 (1953), 183-92. © Bd. cit. wv. 2196-2204 NOTA SOBRE ‘LA AFRENTA DE CORPES’ Y LA UNIDAD... 223 como lo hace bien patente el juglar, constituyen en la mezquindad de su corazén noble simplemente otro ejemplo de las fuerzas injustas que acechan al héroe. (Ver al respecto la manera PreGigurativa de. que el juglar prepara la escena para la afrenta con el incidente de Abengalvén, el representante del Cid. Es este incidente una oportuni- dad para que el juglar demuestre Ia vileza fundamental de los Infantes ; también ¢s necesario estructuralmente para que Abengalvon los deje solos con las mujeres.) Asi que, la afrenta de Corpes, en vez de ser solamente otro in- fortunio del Cid, un infortunio que tiene toda la fuerza draméatica que cl pocta sabe imponerle, vendria a ser una culminacién de la férmula tematica de la composicion. Desde ¢l punto de vista del arte literario, es de una suma importancia el hecho de que ni el Cid ni el rey que en su flaqueza es el instrumento de las fuerzas anticidianas, estén presentes durante el incidente. Como ha observado Curtius, la afrenta es uno de los episodios més estilizados, mas artificiales de la composicién. A su comentario de la escena de la afrenta como sim- plemente otro ejemplo del venerable locus amoenus prefigurativo de la tradicién occidental, podemos agregar nuestras observaciones sobre Ja manera de que la misma afrenta constituye una sintesis correlativa de los problemas de] Campeador en su lucha de hombre honrado, Lo que es mis, se sabe que todo el episodio es una invencién de parte del juglar, y si no tiene valor histérico dentro de la accién central del Poema, cabe preguntar qué es, precisamente, su funcién estructural. Los elementos del incidente van bimembrados, una indicacién del valor literario que habré de tener, El hecho de que Rodrigo de Vivar tuvo en realidad dos hijas, no importa ac4 —ni se nombraron Sol y Elvira, y Io ahist6rico de Ia afrenta quita bastante significado a este detalle minimo de la biografia. Como ha tratado de demostrar Damaso % Ernst Robert Curtius, European Literature and the Latin Middle Ages (New York, 1953), p. 202, El comentario viene al final del capitulo 10, sobre “The ideal landscape,” que trata el t6pico del Iugar ameno (locus amoenus) en Ja poesfa occidental. Ramén Menéndez Pidal, siguiendo la linea de sus teorfas. espontdneas, poligenéticas, critica el andlisis de Curtius en “Férmulas épicas en el “Poema del Cid’,” RPA, 7 (1954), 261-67. El paisaje en general del Poema se estudia en E. Orozco Diaz, “Sobre el sentimiento de la naturaleza en el Poema del Cid," Clavilefio, nim. 31 (1955), 1-6; y en Ildefonso Manuel Gil, “Paisaje y escenario en el Cantar de Mio Cid,” CHA, Nim. 158 (1963), 246-58. 224 ROMANCE NOTES Alonso, la bimembracién estructural y expresiva tiene como fin principal el énfasis. ® En la afrenta, la resolucién de la lucha del Cid que existe en términos abstractos de honra y vasallaje feudales, se representa en dos partidos de dos figuras representativas, y cada uno refuerza el valor sintético y demostrativo del agravio contra el honor del Campeador, La afrenta sobre los dos cuerpos ¢s igual a una sola afrenta a la honra del héroe, y cuando las Cortes se deciden en su favor, cuando son vencidos los dos Infantes, cuando el rey da la mano de las dos hijas a los Infantes de Navarra y de Aragén, lo que se ‘engrandece es siempre la gloria de un solo individuo, el Cid. Debido a esta circunstancia formal del Poema, no hay otra conclusién posible sobre la funcidn artistica de la afrenta de Corpes: es un elemento integral en la contienda entre las fuerzas malévolas de los nobles y las fuerzas honradas de un héroe épico. Sin dedicar un andlisis detallado a Ja afrenta de Corpes, De Chasca comenta tres “4pices formales” 0 “Momentos culminantes” del Poema: quiere referirse a momentos en que el Cid recupera en grado ascen- diente su honra que ha perdido en el comienzo de la obra, Dentro de este esquema de apices formales en que vemos al héroe recobrar lo perdido y reintregarse con la corte feudal de su monarca, la afrenta de Corpes viene justamente entre el tercer épice (las Cortes) y los otros dos (la conquista de Valencia y la entrevista entre vasallo y rey a orillas del Tajo). En esta posicién tan importante, cuando la honra del Cid ya parece segura, tiene la funcién de lamarnos la atencién sobre las circunstancias de envidia, traicién y venganza que en primer término dieron impetu a la composicién. Toda la tercera parte del Poema trata de las repercusiones del breve episodio de Ia afrenta, un hecho que apoya significativamente la descripcién del incidente, no como mera- mente un desafortunado acto de cobardia y perfidia por parte de los Infantes de Carrién, sino como un elemento integral y sintético de la accién central que es la contienda entre Ia vileza y la nobleza del hombre feudal que es el Cid Campeador. ARIZONA STATE UNIVERSITY 1 Sobre esta cuestiGn, ver los miiltiples estudios de Démaso Alonso, pero en particular las Seis calas en la expresién literaria espaiola (prosa, poesia, teatro) (Madrid, 1951).

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