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Revista CES Derecho Camilo Piedrahita

Volumen 2, Número 1 Enero-Junio 2011Vargas Derecho laboral

Proceso laboral y bilateralidad de la audiencia*


Labor procedure and bilateral nature of the audience

Camilo Piedrahita Vargas**


**
Abogado Universidad de Medellín. Magíster en Derecho Económico Universidad Ex-
ternado de Colombia. Doctorando en Derecho Procesal contemporáneo Universidad
de Medellín.

Recibido: 8 de Abril de 2013 Aprobado: 30 de Abril de 2013

Resumen
Este escrito presenta la ubicación general de las facultades ultra y extra petita del juez laboral, la prohibi-
ción de reforma en peor para el juez Ad Quem en asuntos de trabajo, la restricción a la negociación de de-
rechos por parte de los trabajadores, la presunción legal de existencia de contratos de trabajo gracias
a la verificación de una prestación personal de un servicio y el grado jurisdiccional de consulta, como ins-
tituciones procesales laborales que pretenden un favorecimiento para uno de los sujetos procesales con
el fin de contrastarlas con el postulado de “igualdad de armas” derivado de la bilateralidad de la audiencia.
Palabras Claves: Proceso laboral, bilateralidad de la audiencia

Abstract
This paper exposes the general location of the ultra-and extra powers of the judge, the prohibition for appella-
tion judges for impair the employees situation, the restriction on trading rights for workers, the legal presumption
existence of employment contracts by verifying a personal service and the jurisdictional consultation as legal
procedure institutions in labor trials that favor one of the parties in order to compare them with the postulate
of “equality of arms “derived from the bilateral nature of the audience.
KeyWords: Labor procedure, bilateral nature of the audience.

Introducción
El procedimiento laboral colombiano establece una serie de instituciones procesales en favor de
una de las partes: el trabajador, trasladando la desigualdad material o sustancial de las partes
fundada en la propiedad de los medios de producción y las facultades de subordinación y de-
pendencia continua del empleador frente al trabajador, al ámbito procesal, bajo el argumento de

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El texto es un avance de la investigación Doctoral del autor sobre la “Bilateralidad de la Audiencia en el
proceso laboral colombiano.”

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la necesidad de equilibrar en el juicio a partes la moralidad, el orden en los actos propios de


que son desiguales (en lo sustancial) o de lograr los juicios. Usualmente el juez tiene facultades
la justicia social. Esta orientación de los juicios amplias para determinar si alguna conducta me-
laborales resulta problemática para el garantis- rece reproche y además graduar su nivel de gra-
mo procesal, corriente para la cual, el proceso vedad para así establecer la sanción.
se erige como la única garantía para las partes
y en éste, el respeto al debido proceso implica Por último, las facultades decisorias, relativas al
necesariamente la absoluta bilateralidad de la deber de fallar, entre las cuales podríamos ubi-
audiencia, la plena igualdad de armas. car las relativas a los fallos ultra y extra petita,
las cuales pretenden una adecuada heterocom-
A continuación se analizarán las instituciones posición del litigio (Alvarado, 2011:372-378).
procesales que establecen un favorecimiento al En concordancia con un sistema procesal pre-
trabajador en el juicio laboral en Colombia para dominantemente inquisitivo y coherente con la
luego contrastar las mismas con el debido pro- naturaleza de orden público de las normas sus-
ceso y el principio de bilateralidad de la audien- tantivas que establecen los derechos y garantías
cia. mínimos laborales irrenunciables, el artículo 50
de CPT establece las facultades ultra y extra pe-
tita para el juez laboral; en este sentido el juez
Instituciones procesales a favor del tra- puede condenar más de lo pedido por el deman-
bajador dante (ultra petita) o incluso aquello no pedido
por aquél (extra petita) siempre y cuándo aque-
Facultades ultra y extra petita del juez. llo que pretende condenarse haya sido probado.
Esta facultad implica claramente un rompimien-
En general por facultad del juez se entiende la to de la regla técnica de la congruencia, la cual
aptitud de hacer algo en un sentido previamente se refiere a la concordancia que debe darse en-
determinado, con el objetivo de mejorar su fun- tre los hechos las pretensiones, lo exceptuado y
ción. No existe libre determinación para el juez la sentencia (art. 305 CPC). (Vallejo, 2008, p. 60).
de obrar o abstenerse de hacerlo pues la ley lo
establece de forma imperativa. Esta facultad se insertó por primera vez en el
Código de Procedimiento laboral de 1948 (De-
Las facultades del juez son de 4 tipos: ordenato- creto 2158) el cual fue expedido en situación
de turbación del orden público (Daza, 2002: 6).
rias, conminatorias, sancionatorias y decisorias.
Para autores como Vallejo, la necesidad de la
Las primeras se relacionan con los deberes de institución de las facultades ultra y extra petita
dirección del proceso asignados al juez, y de está justificada en la naturaleza irrenunciable de
manera más específica buscan que pueda lo- los derechos y garantías laborales, cuyos míni-
grar la eficiencia funcional en la conexión de las mos se establecen en normas sustanciales de
instancias de ambas partes. Algunos ejemplos orden público. No debería tratarse de una sim-
de este tipo de facultades son las medidas para ple facultad de juez sino de un deber (Vallejo,
evitar la parálisis del proceso, la habilitación de 2008: 60).
días y horas hábiles, suspender o interrumpir
plazos. Las facultades conminatorias le permi- Por el contrario autores como Alvarado Velloso
ten al juez establecer el mecanismo para ejecu- y Loutayf Ranea consideran este tipo de faculta-
tar lo decidido en la sentencia declarativa res- des un vicio de congruencia, es decir, el hecho
pecto del litigio. de que una decisión no se refiera de manera ex-
clusiva a lo pretendido y resistido por las par-
Las sancionatorias se encuentran ligadas con tes, lo cual violaría el debido proceso (Alvarado,
los deberes procesales de dirección que buscan 2010:19) (Loutayf, 2011:20,21). “Por congruen-

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cia ha de entenderse aquél principio normativo rece fundamentar la tesis de que la congruencia
dirigido a delimitar las facultades resolutorias encuentre una justificada excepción en la prime-
del órgano jurisdiccional por el cual debe exis- ra instancia de los procesos laborales, durante
tir identidad entre lo resuelto y lo controvertido, la segunda aquélla regla si tiene completa apli-
oportunamente, por los litigantes, y en relación cación pues allí no es viable para el juez conde-
con los podres atribuidos en cada caso al órga- nar más de lo pedido o aquello no pedido por el
no jurisdiccional por el ordenamiento jurídico” demandante.
(Aragoneses: 1957, 87).
Esta situación cambió en alguna medida con
La incongruencia de la sentencia puede presen- la sentencia C-662 de 1998, en la cual la Corte
tarse de dos formas: la denominada incongruen- Constitucional estableció que las facultades ul-
cia cuantitativa la cual opera por la concesión tra y extra petita son viables no sólo para el juez
de algo adicional a lo pretendido o resistido (ul- de primera instancia sino para el juez de única
tra petita) o cosa distinta a la pedida (extra peti- instancia.
ta). De otro lado, la incongruencia cualitativa, la
cual opera cuando el órgano jurisdiccional falla
en razón a hechos no aducidos por las partes o Prohibición de reforma en peor
atendiendo a excepciones no formuladas por la
parte demandada (ultra petita) o cuando el órga- La prohibición de reforma en perjuicio del ape-
no jurisdiccional no resuelve todas las cuestio- lante único era un principio legal consagrado en
nes planteadas (citra petita) (Aragoneses: 1957, el artículo 357 del Código de Procedimiento Civil
88,89). que luego fue constitucionalizado en el artícu-
lo 31 de la Constitución Política, que establece
Las facultades mencionadas no pueden ser uti- la prohibición para el juez (Ad Quem) de agra-
lizadas de manera arbitraria; en el caso de las var la pena impuesta cuando el condenado sea
condenas extra petita, deben haber sido discu- apelante único. Esta prohibición no se ha limi-
tidos en el juicio y estar debidamente probados tado al proceso penal sino que se ha extendido
los hechos; para las condenas ultra petita debe a toda sentencia judicial siguiendo la acepción
tenerse en cuenta que es necesario que las su- dada por la Corte Constitucional al vocablo
mas demandadas sean realmente inferiores a las “sentencia” en dicho artículo que no es el otro
adeudadas al trabajador y que las mismas no le que el de sanción (Vallejo, 2008:46).
hayan sido pagadas (Rodriguez, 2001: 34).
De acuerdo con este principio “el ámbito de la
Inicialmente el artículo 50 del CPT estableció las apelación lo determina la parte que recurre, y en
mencionadas facultades sólo para los jueces de consecuencia el asunto se examina en la exten-
primera instancia; aparentemente el Ad quem sión que le desfavorezca, pero en la extensión
no podría ejercerlas en la medida en que el prin- que ella lo pida. Por eso, el apelante limita el
cipio de la no reformatio in pejus (con apelante recurso a la parte de la providencia que le desfa-
único) se lo imposibilitaría. Bajo esta perspec- vorece, sin que el Ad Quem tenga competencia
tiva, es evidente una contradicción frente a la para desmejorar en apelación la situación del
regla de la congruencia: mientras el carácter pre- apelante” (Prieto, 2008: 641).
dominantemente irrenunciable de los derechos
laborales y de orden público de sus normas pa- De acuerdo con la Corte Constitucional1, el prin-

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SU 327 de 1995. MP Carlos Gaviria Díaz

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cipio de prohibición de reforma en peor, es un enfrenta al hecho de que la misma es una fa-
principio de general del derecho procesal y una cultad del empleador que puede o no ejercerse;
garantía que hace parte del debido proceso. Se en este último caso la situación probatoria del
trata de una manifestación del principio de con- empleador no solo se dificulta por el hecho de
gruencia por medio del cual, las pretensiones del tener que probar la ausencia de algo, el vacío,
recurrente y la efectiva interposición del recurso la omisión por así decirlo, sino que aún en caso
condicionan la competencia del juez, impidién- de probarse que no hubo o no se ejerció la sub-
dole fallar de manera que empeore su situación. ordinación, por tratarse de una facultad, su falta
de ejercicio no excluye necesariamente la exis-
tencia del contrato de trabajo, bajo la referida
Presunción de existencia del contrato presunción legal.
de trabajo
Respecto a la presunción bajo estudio y la carga
De acuerdo con el artículo 24 del Código Sus- de la prueba, debe recordarse que en principio
tantivo del Trabajo, se presume la existencia de bajo el viejo adagio latino actori incumbit pro-
un contrato de trabajo, cuando exista (y se prue- batio se consideró que la prueba correspondía
be al menos de manera sumaria) una relación de al actor - demandante. Hoy ambas partes tienen
trabajo. La relación de trabajo implica que una la obligación de probar sus afirmaciones (CAM-
persona natural le preste a otra de manera per- POS, 2003:205-206).
sonal un servicio a otra, natural o jurídica. Esta
presunción implica que a un trabajador que pre- De acuerdo con el Código Civil, quien alega
tenda establecer la existencia de un contrato de una obligación o su extinción debe probarla
trabajo con un supuesto empleador, debe solo (art.1757); incumbe a las partes probar los su-
probar sumariamente que ha prestado un servi- puestos de hecho de las normas que consagran
cio de manera personal a aquél; en ese momen- el efecto jurídico que ellas persiguen, reza el ar-
to, el juez presume la existencia del contrato de tículo 177 del CPC. Esta regla general de la prue-
trabajo, es decir, presume los otros dos elemen- ba “tiene su génesis en el sistema dispositivo, a
tos de la existencia de los contratos de trabajo: partir de las tendencias que surgen a finales del
la subordinación y dependencia y la remune- siglo XIX con la Revolución francesa” (Ramirez,
ración. El efecto de la presunción mencionada 2009:267)
resulta en carga de la prueba para el supuesto
empleador, de desvirtuar la ocurrencia de uno La flexibilización de la carga de la prueba se ha
o varios de los elementos constitutivos del con- modulado de tal forma que se entiende que a
trato de trabajo. cada parte le corresponde aportar la prueba del
supuesto de hecho de la norma que le favorece;
A pesar de ser una presunción legal desvirtuable en caso de no hacerlo se encontrará en desven-
(iuris tantum), nótese el hecho de que la misma taja al momento de la decisión judicial. Este es
opera tras la prueba sumaria de uno de los ele- el denominado principio de autorresponsabili-
mentos del contrato (la prestación personal de dad (Ramirez, 2009: 284).
un servicio), prueba que no ha sido aún discuti-
da, o controvertida por el supuesto empleador. Como en materia laboral no se establece una fa-
Como agravante aparece el hecho de que al in- vorabilidad en materia probatoria, (se establece
tentar desvirtuar la existencia de los elementos una favorabilidad normativa que ordena aplicar
constitutivos del contrato, y en particular aquél la norma más favorable al trabajador ante dos
que resulta característico de las relaciones de ó más normas vigentes aplicables a un mismo
trabajo reguladas por un contrato de trabajo: la caso y una favorabilidad interpretativa que orde-
subordinación y dependencia, el empleador se na al juez interpretar una norma oscura, es decir,

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que admita al menos dos interpretaciones, de mínimos laborales establecidos en la Constitu-


forma tal que resulte más conveniente al tra- ción y la ley de la facultad exclusiva de transigir y
bajador) (Vallejo, 2008: 46), la regla general de conciliar (negociar) únicamente cuando se trate
carga de la prueba establecida en el Código de de derechos inciertos y discutibles.
Procedimiento Civil resulta aplicable.
Adicionalmente el Código sustantivo del trabajo
En ese sentido, el trabajador que pretenda un (CST), establece en su artículo 13, la regla impe-
fallo en algún sentido deberá probar de manera rativa de no atentar, por medio de pacto alguno,
suficiente los fundamentos de dicha pretensión, en contra de los derechos y garantías mínimas
de lo contrario “esa duda no se desatará a favor de los trabajadores, que son aquéllos estableci-
del trabajador demandante sino el demandado” dos en su articulado y las leyes y disposiciones
(Vallejo, 2008: 67). que las modifiquen y complementen. Adicional-
mente, el artículo 14 establece, producto de la
La presunción mencionada, en contra de la característica de orden público, atribuida a las
regla general de la carga de la prueba libera al normas laborales, la irrenunciabilidad de los de-
trabajador demandante de probar todos los ele- rechos y garantías mínimos otorgados a los tra-
mentos constitutivos del contrato de trabajo, bajadores, salvo por excepción legal. Dicha ex-
trasladando la carga de la prueba al empleador cepción puede encontrarse en el artículo 15 del
demandado. Tal como lo aclara Campos Rivera mismo estatuto o en el mencionado artículo 53
“la función principal de las presunciones es la constitucional: la transacción y la conciliación
de eximir a las partes de la necesidad de probar. de derechos laborales individuales puede reali-
En este sentido no pueden, lógicamente, consi- zarse válidamente cuando se trata de derechos
derarse medios de prueba” (Campos, 2003:204). inciertos y discutibles.
Este fenómeno encuadraría en la denominada
carga dinámica de la prueba - de origen legal e Debe tenerse en cuenta que las mencionadas
indirecto, que se refiere a la inversión de la regla figuras jurídicas (transacción y conciliación) son
general y estática de la prueba. Esta inversión formas de negociación individual de derechos.
se produce por razones legales, caso en el cual La transacción, reglada por el artículo 2469 del
puede ser directa (la ley invierte expresamente Código Civil Colombiano, es un contrato me-
la regla estática) o indirecta (la carga se invierte diante el cual las partes de una relación jurídica
en razón de un indicio, una presunción o reglas ceden o renuncian a parte o a la totalidad de sus
de la experiencia positivizadas); también puede intereses o pretensiones con el fin de terminar
producirse por razones convencionales o judi- un proceso iniciado o por iniciar. La concilia-
ciales (Ramirez, 2009: 296). ción, por su lado es un mecanismo de solución
de conflictos, extra o intra - judicialmente, que
pretende lo mismo que la transacción, solo que
Prohibición de negociar derechos in- el acuerdo se realiza ante un tercero investido
ciertos y discutibles con la facultad de conciliar más no de decidir
por ellas y que en materia laboral no constituye
El artículo 53 constitucional, establece proba- requisito de procedibilidad pero que sólo puede
blemente el marco normativo más importante realizarse ante el inspector del trabajo o el juez
en materia laboral, al fijar los principios mínimos laboral.
fundamentales de todo estatuto laboral proferi-
do en Colombia, entre los cuales se incluyen: la Según lo mencionado hasta este punto, la li-
prohibición de negociar individualmente los de- bertad negocial individual en materia laboral se
rechos laborales a través del establecimiento de encuentra profundamente restringida cuando se
la irrenunciabilidad de los derechos y garantías refiere a derechos ciertos e indiscutibles, per-

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mitiéndosele al trabajador sólo disponer sobre El principio de bilateralidad de la au-


lo incierto y discutible (Campos, 1997:191). De diencia y la igualdad de las partes en el
ahí que solo se admita la transacción y la con- proceso.
ciliación respecto de tales derechos. “Sobre los
derechos ciertos, por ser el derecho laboral una Una vez descritas las instituciones procesales
disciplina protectora del trabajador, no proce- que engendran un favorecimiento al trabajador
den estas figuras” (Cadavid, 2008: 394) en el juicio es necesario analizar si las mismas
implican una violación al debido proceso, es-
pecíficamente de la audiencia bilateral, a partir
Grado jurisdiccional de Consulta de determinadas concepciones del proceso y su
finalidad.
Según el artículo 69 del Código de Procedimien-
to del Trabajo y de la Seguridad Social “existirá
un grado de jurisdicción denominado de consul- El concepto y el fin del proceso
ta”.
Las diversas concepciones sobre el proceso y su
Contrario a la naturaleza del recurso, que re- finalidad pueden agruparse en dos corrientes: la
quiere solicitud expresa y sustentación del in- subjetiva y la objetiva. Las primeras consideran
teresado en un término legalmente establecido, que el proceso la discusión con arreglo a las le-
la consulta no se utiliza para impugnar las deci- yes que sostienen dos o más personas respecto
siones jurisdiccionales (Campos, 2003:238) sino a intereses contrapuestos, y formulan la función
que opera por mandato legal como una revisión privada del proceso, entendida como la resolu-
oficiosa de la sentencia totalmente adversa ción de dicha controversia.
(dentro de esta categoría entrarían también las
sentencias inhibitorias) de las pretensiones de Las objetivas, atribuyen al juez (y al proceso) una
una de las partes: el trabajador o cuando se tra- función pública, encaminada al mantenimien-
te de sentencias total o parcialmente adversas to del orden jurídico establecido en las normas
a entidades territoriales como la Nación, el De- sustantivas. (Alsina: 1963, 401-403).
partamento o el Municipio, que no hayan sido
apeladas por aquél o habiéndose interpuesto el Desde la teoría clásica, el proceso jurisdiccional
recurso de apelación, este hubiere sido negado tiene una finalidad general y objetiva de “actuar
por cualquier razón (incluso si el recurso ha sido la ley”. En esa medida resultan inaceptables las
declarado desierto); en el caso de las entidades concepciones del pasado que pretendían asig-
territoriales no se exige la condición de haber narle al proceso la función de dimisión de con-
formulado recurso de apelación. troversias (éstas pueden resolverse fuera del
proceso o puede haber proceso sin controver-
La providencia frente a la cual procede el grado sia) o de ser un medio de coacción para el cum-
jurisdiccional solo quedará en firme y por ende plimiento de los deberes (puede existir proceso
gozará de todos los efectos de ejecutoriedad y sin coacción). Estas posturas confunden el fin
de cosa juzgada una vez se lleve a cabo la con- inmediato y actual con su remoto aunque posi-
sulta. ble resultado (Chiovenda, 1954:51,52)

Esta revisión oficiosa se justifica en la necesidad Para autores como Taruffo, puede pensarse en
de “proteger en forma inmediata los derechos que el proceso civil sirve para resolver conflictos
irrenunciables del trabajador o el patrimonio pú- simplemente o puede pensarse también en que
blico y en forma mediata la ley que en ambos aquél sirve para resolver conflictos de median-
casos es de orden público” (Vallejo, 2008: 214). te decisiones justas. Bajo la primera percepción

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basta con garantizar la existencia de un procedi- que el objeto de aquél es lograr la emisión del
miento que resuelva el conflicto sin importar la acto de autoridad que resolverá el litigio: la sen-
calidad de la decisión final; la segunda supone tencia” (Alvarado, 2011:201).
resolver empleando sólo medios que “se con-
sideren justos, correctos, certeros, ecuánimes” Contrario a esta perspectiva, la crisis judicial ha
(Ortells: 2010, 425). generado un activismo judicial que entre otros
se ha traducido en una mayor aceptación de la
Desde una perspectiva garantista, el proceso ju- prueba de oficio, la inversión de la carga de la
risdiccional se define como un “método pacífico prueba, la tutela anticipada de todo tipo de pre-
de debate dialogal y argumentativo, provocado tensiones, la eliminación del proceso como me-
por un conflicto intersubjetivo de intereses” (Al- dio de debate y la flexibilización de la regla de la
varado, 2010:2). Para esta corriente la búsqueda congruencia, abandonando la idea de proceso
de la verdad no es el fin ni el objeto del proce- como medio de debate para transformarlo en
so. Lo que se pretende es el irrestricto respeto un medio de investigación (Alvarado, 2010:29,
por la Constitución y los Pactos internacionales, 31, 32, 33).
a través del proceso judicial, máxima garantía
para la defensa de los derechos desconocidos,
en el cuál el individuo puede igualarse jurídica- Los principios procesales
mente ya que está frente a un tercero que le
otorga un trato de tales características (Alvara- De acuerdo con Clemente Diaz, los principios
do, 2010:21,22) generales del Derecho Procesal son “los presu-
puestos políticos que determinan la existencia
El garantismo procesal, como tesis, se opone funcional de un ordenamiento procesal cual-
a la idea de un proceso autoritario y publicista quiera” (Diaz, 1968:212). Estos presupuestos es-
desde su función, en el cual tiene una tarea “casi tablecen unas garantías constitucionales proce-
mística de esclarecer en los litigios la verdad ju- sales concretas, que una vez han sido admitidas
rídica objetiva”, para lo cual se dota al juez de “el legislador no puede optar entre la afirmación
representativas facultes y funciones de investi- positiva del principio general o su negación, tal
gación, prueba y decisión (Benabentos: 2001, como sucede con referencia a los tipos (o siste-
3). Esta corriente “se contenta modestamente mas) procesales que generalmente se presentan
con que los jueces – insisto que comprometi- apareados disyuntivamente, pues a diferencia
dos sólo con la ley- declaren la certeza de las de éstos que son neutros a toda consideración
relaciones jurídicas conflictivas otorgando un axiológica, los principios generales están fuerte-
adecuado derecho de defensa a todos los in- mente determinados por un criterio valorativo”.
teresados y resguardando la igualdad procesal” (Diaz, 1968:212).
(Alvarado, 2010:22).
Para Alvarado Velloso, los principios se diferen-
El fin inmediato del proceso, si se quiere, el cian de las demás instituciones jurídicas que
objeto del proceso, no es más que emitir una regulan o caracterizan el proceso, en la medida
sentencia: “cuando se produce el litigio, el actor en que se presentan como entidades unitarias,
pretende algo del demandado y éste le opone es decir, no admiten una entidad antinómica. Se
resistencia. Y como ello ocurre en el plano jurídi- reconoce la igualdad como principio (procesal)
co del proceso, es de suponer que fue imposible porque la lógica no admite su inverso: la des-
autocomponer el conflicto desatado en el plano igualdad. Esta apreciación de Velloso resulta
de la realidad social. Como el proceso es solo bastante importante para el problema bajo es-
un medio de debate para lograr la heterocompo- tudio ya que la mayoría de los autores en ma-
sición de las partes, parece razonable sostener teria de procedimiento laboral, tienden a rela-

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tivizar el principio de igualdad o bilaterialidad, autoridad, economía procesal y moralidad (RA-


estableciendo argumentos de equidad por ejem- MIREZ: 1999, 51).
plo, para argumentar a favor de la tesis de que la
igualad o la bilateraliad no son principios o dere- Sin embargo la concepción del Estado como
chos absolutos y que por ende existen algunos Social, surge históricamente como un meca-
casos en los cuales pueden moderarse para dar nismo de adaptación de aquél a las condicio-
paso a instituciones que los vulneran. nes sociales de la sociedad industrializada; esta
concepción se funda en la dignidad humana y
Bajo esta concepción de principios, Alvarado la prevalencia del interés general y promueve la
identifica solo cinco de ellos como esenciales al esperanza de una igualdad real y efectiva (Rami-
proceso: la imparcialidad del juzgador, la igual- rez: 1999, 66,67). Bajo esta perspectiva Lachina,
dad de los parciales (partes), la transitoriedad citado por Ramírez considera que “la ley proce-
del proceso como medio de debate, la eficacia sal debe propender porque sus procedimientos
de la serie procedimental establecida por el le- sean adaptados a las nuevas exigencias de la
gislador y la moralidad en el debate. (Alvarado, justicia, fortaleciendo una igualdad más real y
2010:7). menos formal de las partes y evitando el control
de las partes económicamente fuertes o de los
abogados más astutos” (Ramírez: 2007, 181).
El debido proceso
Para Alvarado Velloso la definición de debido La igualdad en el proceso: bilateralidad
proceso es simple: “es aquél que se adecúa ple- e igualdad de las partes
namente a la idea lógica de proceso: dos su-
jetos que actúan como antagonistas en pie de La Constitución Política establece en su artícu-
perfecta igualdad en el instar ante una auto- lo 13 la igualdad de todas las personas ante la
ridad que es un tercero en la relación litigiosa.” ley; este mandato constitucional se particulariza
(Alvarado, 2010:20). El debido proceso implica para los trabajadores en el artículo 53 del men-
el respeto de 5 principios: igualdad de las partes, cionado texto constitucional. A nivel interna-
imparcialidad del juzgador, eficacia del método cional la igualdad de todas las personas ante la
de debate, transitoriedad de la serie y moralidad ley (y en el juicio) se establece en la Declaración
del debate. (Benabentos, 2001: 88) Universal de los Derechos Humanos así:

Gozaíni, citado por Benabentos, considera que Artículo 10. “Toda persona tiene derecho, en
“en un debido proceso la audiencia se interpre- condiciones de plena igualdad, a ser oída públi-
ta como el derecho al proceso: a tener un juez camente y con justicia por un tribunal indepen-
que escuche y provea y que permita desarrollar diente e imparcial, para la determinación de sus
el conflicto en el marco de los principios de bi- derechos y obligaciones (…)”
lateralidad y contradicción, equilibrando, en su
tiempo y circunstancia las desigualdades proba- Por su parte el Pacto Internacional de Derechos
bles que sucedan (justicia de acompañamien- civiles y políticos en su artículo 14 apartado 1,
to).” (Benabentos: 2001, 83). establece: “todas las personas son iguales ante
los tribunales y cortes de justicia”.
Por su parte, Clemente Díaz parte de la identi-
ficación de dos garantías constitucionales: la Esta igualdad tiene su reflejo en el campo pro-
preeminencia de la Constitución y el debido cesal en el mandato de igualdad para las partes
proceso, los cuales se concretan en cinco prin- en el proceso. Este mandato deriva del principio
cipios: bilateralidad de la audiencia, formalismo, denominado de la bilateralidad de la audiencia

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o contradictorio aunque a veces se considera la antagónica. Para Alvarado si no aceptamos” la


igualdad entre las partes como un principio en imprescindible necesidad que tienen ambas par-
sí mismo. tes de discutir en situación de exacta igualdad
jurídica y por tanto, se mantiene en el proceso la
Procesalmente este principio significa que to- natural desigualdad humana, ¿para qué hemos
das las personas litigan ante los mismos jueces, adoptado el proceso como método de debate?
con las mismas formalidades, derechos y obliga- ¿No es ello una simple hipocresía? ¿No es más
ciones. No hay entonces diferencias por razón fácil y honesto continuar la antigua tradición del
de la persona en el modo de ejercicio de la ac- uso de la fuerza?” (Alvarado, 2010:10)
ción, la admisión y eficacia de las pruebas o los
efectos de la sentencia (Alsina: 1963, 241). Para ejemplificar su tesis, Alvarado se refiere en
particular al pleito entre un trabajador contra su
Para autores como Vallejo, este principio proce- empleador; para él, durante todo el litigio, am-
sal implica “que no pueden existir actuaciones bos siguen siendo quiénes realmente son, uno
procesales privilegiadas y que dentro de ella las débil (trabajador), el otro fuerte (empleador); por
partes deben gozar de iguales derechos, oportu- más poderes que otorgue el sistema inquisitivo
nidades y garantías que el juez como director del al juez, éste nunca podrá lograr una igualdad
mismo tiene que garantizar” (Vallejo, 2008:47). real entre ellos, de ahí que lo que importe real-
Añade Vallejo citando a Calamandrei “las partes mente sea la igualdad jurídica, entendida como
en cuanto piden justicia, deben ser puestas en igualdad de trato (Alvarado, 2010:10).
el proceso en absoluta paridad de condiciones”.
No tiene sentido la simple afirmación de igual- Respecto a los fines transpersonales del derecho
dad jurídica de las partes si en el caso concreto, procesal, mencionados en el discurso de auto-
la desigualdad de cultura o de medios económi- res como Vallejo, y que normalmente se enun-
cos hace que finalmente las partes no puedan cian genéricamente con enunciados tales como
valerse de dicha desigualdad jurídica; la parte “el mantenimiento de la paz social”, Clemente
acaudalada y culta (empleador), contrario a lo Diaz considera que no son más que enunciados
que ocurre con la parte pobre (trabajador), pue- superficiales que no explican el querer finalista
de superar el costo y las dificultades técnicas del de la comunidad. Para Diaz, los individuos en
proceso (Vallejo, 2008: 48). En ese sentido, se el proceso persiguen un resultado favorable y
aboga entonces por un proceso que desarrolle el Estado un resultado jurídico legal; todo esto
instituciones que pongan en igualdad inicial a la integra un resultado justo y el fin social del dere-
parte débil frente a la fuerte. cho procesal es la decisión justa, pero quedaría
el interrogante qué es lo justo? Este interrogante
Por el contrario, Alvarado Velloso profundiza en no resulta baladí ni puede responderse con aspi-
su postura escéptica sobre la posibilidad real de raciones abstractas, más aún cuando la decisión
lograr la igualdad material y menos aún a tra- judicial debe ser concreta. (Diaz, 1968:157,158)
vés del proceso: “si la razón de ser del proceso Para Bidart Campos, citado por Loutayf, la bi-
es erradicar la fuerza ilegítima de una sociedad lateralidad implica que cada parte “debe poder
dada, y con ello, igualar jurídicamente las dife- controlar los actos procesales propios y ajenos;
rencias naturales que irremediablemente sepa- y en general, cada parte debe tener la ocasión
ran a los hombre, es consustancial de la idea suficiente de participación útil en el proceso
lógica de proceso el que el debate se efectúe (Loutayf, 2011:19)”
en pie de perfecta igualdad jurídica”. La igualdad
en el campo del proceso implica que las normas La bilateralidad de la audiencia permite efectivi-
que regulan el proceso no pueden constituir zar el derecho de defensa, y cumplir con el de-
ventajas o privilegios de una parte frente a su bido proceso constitucional. Como lo exponen

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Proceso laboral y bilateralidad de la audiencia

Prieto y Quintero, “La inviolabilidad de la de- Aclara aún más estas ideas Prieto citando a Cle-
fensa en juicio tiene que ser garantizada como mente Diaz “el principio político-constitucional
posibilidad y en consideración de la esencial de la igualdad de los habitantes ante la ley, se
bilateralidad del proceso implica el tratamien- transforma para la significación del derecho pro-
to igualitario de los litigantes, de ambas partes, cesal en una relativa paridad de condiciones de
de tal manera que estas en el proceso gocen de los justiciables, de tal manera que ninguno pue-
idénticas y recíprocas oportunidades de ataque da encontrarse en una posición de inferioridad
y de defensa. Este pensamiento corresponde al jurídica frente al otro. debe sin embargo, hacerse
aforismo non debet actore licere quod reo non hincapié sobre la idea de que la igualdad de tra-
permitutur, en igualdad de circunstancias” (Prie- tamiento haga referencia a lo de “en igualdad de
to, 2008:133). circunstancias” porque como bien puede intuir-
se, ella vuelve ya relativo el postulado absoluto y
Sin embargo Roberto Loutayf considera que la es que no existe absoluta igualdad jurídica por-
igualdad, como cualquier derecho civil tiene un que siempre existirá una razonable desigualdad,
carácter relativo, por lo cual la ley puede esta- la cual se busca, dentro de lo posible, tratar de
blecer tratos diferenciales utilizando criterios neutralizar, llegándose a una nivelación o equi-
válidos (razonables) de discriminación (Loutayf, librio de a condición procesal de los justiciables
2011: 9,10). y por eso es adecuado aludir a soluciones de
igualdad por compensación” (Prieto, 2008: 136).
La bilateralidad de la audiencia tiene su máxima
concreción en la igualdad procesal de los liti- La igualdad de las partes implica igualdad de
gantes, la paridad para demandar y el libre ac- trato en lo relativo a la concesión de los dere-
ceso de los justiciables al órgano jurisdiccional chos de acceder al proceso, formulando preten-
(Diaz, 1968: 218, 219, 220). Bajo la perspectiva siones de tutela y la posibilidad de defenderse
garantista del proceso, los sujetos implicados de las mismas. Pero una vez se está en juicio, la
en dicho conflicto, se encuentran materialmente igualdad de las partes conduce a tener iguales
en situación de desigualdad o son naturalmen- posibilidades y derechos, estar sometidos a las
te desiguales en palabras de Alvarado Velloso, mismas cargas y que se reparta de forma igua-
pero “se igualan jurídicamente a los fines de la litaria el riesgo de resultado del proceso, de lo
discusión”. Esta igualdad es puramente procesal contrario se obstaculizaría necesariamente el
ya que para este autor, ésta es la única igualdad equilibrio de la resolución (Ortells: 2010, 414).
posible de lograr y consiste en “otorgar y asegu-
rar a los antagonistas idénticas posibilidades de No debe pues haber diferencia alguna, en razón
audiencia” (Alvarado, 2010:3,4). de la persona, en lo relativo al ejercicio de la ac-
ción, la admisión y eficacia de los medios proba-
En este contexto el postulado de la igualdad torios o en los efectos de la sentencia. (Alsina:
procesal de los litigantes y de las partes aparece 1963, 249).
como un elemento de democratización del pro-
ceso; como garantía fundamental de la persona, La igualdad y el debido proceso constitucionales
el principio de igualdad, en el proceso, designa condicionan la estructura del proceso. La distri-
que las partes deben gozar de idénticas oportu- bución de deberes, cargas y facultades procesa-
nidades de ataque y defensa, deben encontrarse les debe hacerse de tal forma que se asegure el
en perfecta igualdad de oportunidades y cargas, perfecto o razonable equilibrio, la participación
de ahí que una norma procesal no pueda ni si- de las partes en la conformación del pronuncia-
quiera catalogarse como favorable o desfavora- miento judicial en recíproca y simétrica paridad
ble para alguien (Prieto, 2008:135, 136). (Hunter: 2011, 55).

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Camilo Piedrahita Vargas

Para Hunter, citando a Andolina y Vignera, el le- rioridad técnica de una de las partes es posible
gislador está en la obligación de colocar a las facultar al juez para corregirla a través de institu-
partes en posición de paridad, asegurándoles un ciones como la inversión de la carga de la prue-
mismo tratamiento normativo así como la titula- ba en beneficio de la parte más débil (Hunter:
ridad sobre poderes, deberes y facultades simé- 2011, 65).
tricamente iguales y mutuamente relacionados,
sin conceder a ninguna de ellas un trato favora- A nivel judicial, autores como Taruffo o Barbosa
ble, salvo casos excepcionales en donde el trato Moreira, explican que con frecuencia los litigan-
desigualitario sea la única alternativa para obte- tes no se encuentran en igualdad de condicio-
ner el equilibrio (Hunter: 2011, 55 -56). nes, lo cual puede distorsionar la obtención de
la verdad a favor del más fuerte, lo cual implica
La idea del proceso sobre la base de la igualdad entonces que los poderes conferidos al juez de-
material aparece a finales del siglo XIX a través ben ser utilizados a favor del más débil con el fin
de autores como Klein y Chiovenda en contra de de lograr la igualdad material (Hunter: 2011, 57).
la concepción formal de aquélla derivada de las
ideas de la Revolución Francesa; con ella se pre- A pesar de que el principio de igualdad de las
tende que la igualdad jurídica en el proceso “no partes en el proceso tiene absoluta vigencia
sea letra muerta, impidiendo que cediera frente dentro del proceso laboral, “este principio signi-
a la desigualdad económica y cultural de los li- fica que las 2 partes, demandante y demandado
tigantes” (Hunter: 2011, 58). Montero Aroca, ci- (civil, laboral, contencioso administrativo etc.)
tado por Hunter, aclara más esta idea: “cuando (…) dispongan de las mismas oportunidades
uno de los sujetos procesales está en una situa- para formular sus cargos y descargos y ejercer
ción de desventaja en relación a su contrincan- los derechos tendientes a demostrarlos” (Azula:
te, el Estado debe desempeñar un rol activo en 2002, 29), aquél contiene instituciones proce-
las tareas procesales que le corresponden a la sales que claramente consagran ventajas para
parte débil para alcanzar la nivelación interpar- aquélla parte que indudablemente se encuentra
tes y lograr la paridad material” (Hunter: 2011, en situación de desventaja o desigualdad en el
59). pleno material, el trabajador. ¿Es esto reprocha-
ble desde el debido proceso constitucional? ¿Es
Cuando la desigualdad de las partes o litigantes menester del proceso eliminar las desigualdades
se presenta en el ámbito material o sustantivo materiales?
(como es el caso de la relación obrero – patro-
nal) “no es posible justificar un aumento de la
actividad probatoria del juez para lograr equili-
brios sustantivos, puesto que puede compro- Referencias
meter gravemente la imparcialidad del juez (…)”
“No es razonable pretender que la actividad del Agudelo Ramirez, Martín. Introducción al estu-
juez corrija la injusticia del contenido de la rela- dio del derecho procesal. 3ª edición. señal
ción sustantiva” (Hunter: 2011, 60, 61). editora, medellín, 2004.

Cuando la desigualdad refiera a la incapacidad Alsina, Hugo. Tratado teórico práctico de dere-
económica de una de las partes para probar, cho procesal civil y comercial. parte general.
ésta debe corregirse a través de mecanismos de 2ª edición. ediar, buenos aires, 1963.
asistencia jurídica gratuita, más no, a través de
poderes judiciales (Hunter: 2011, 63). Alvarado velloso, adolfo. El garantismo proce-
sal. en: revista jurídica la ley, 2010.
Por último, si la desigualdad radica en la supe-

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Proceso laboral y bilateralidad de la audiencia

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