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Vázquez, L. L. Experiencia de Cubana en el manejo agroecológico de plagas en

cafeto y avances en broca del café. En: Simposio sobre Situación Actual y
Perspectivas de la Investigac...

Conference Paper · January 2005

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Luis L. Vázquez Moreno

INIFAP Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agricolas y Pecuarias
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Diagnosis and management of functional biodiversity to contribute to pest regulation and conservation of natural regulators in suburban farms. View project

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 L.L. Vázquez-Moreno: Manejo agroecológico de plagas en cafeto

Simposio sobre Situación Actual y Perspectivas de la Investigación y Manejo de la Broca del Café en
Costa Rica, Cuba, Guatemala y México. J.F. Barrera (ed.). Sociedad Mexicana de Entomología y El
Colegio de la Frontera Sur. Tapachula, Chiapas, México, 2005, p. 46-57. ISBN 970-9712-17-9.

EXPERIENCIA CUBANA EN EL MANEJO AGROECOLOGICO DE PLAGAS EN

CAFETO Y AVANCES EN LA BROCA DEL CAFE
The Cuban experience of ecological management of coffee pests and advances on the coffee berry
borer

LUIS L. VÁZQUEZ-MORENO
Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal (INISAV), Calle 110 No. 514 entre 5ta B y 5ta F. Playa. CP 11600.
Ciudad de La Habana. Cuba. Correo electrónico: lvazquez@inisav.cu

Palabras clave: cafeto, manejo agroecológico de plagas, Cuba.

INTRODUCCIÓN influenciada por las corrientes tecnológicas imperantes y

El cultivo del cafeto se considera de gran importancia
en Cuba, no solo por su influencia en el producto interno
bruto, sino por su relevancia social al constituir fuente
de sustento de un amplio segmento de la población en
las zonas montañosas. Al igual que en otros países, la
cafeticultura está transitando por una etapa de crisis,
como consecuencia de la reducción de los precios en el
mercado y las limitaciones de insumos, entre otros
factores, lo que ha contribuido a que en los últimos diez
años los centros científicos hayan introducido
alternativas agroecológicas para el manejo del cultivo y
las plagas, con un alto grado de aceptación por los
productores. Desde luego, debido a la introducción de la
broca del café Hypothenemus hampei (Ferrari)
(Coleoptera: Curculionidae: Scolytinae) a mediados de
los noventa, en las áreas más infestadas se ha
generalizado el uso del insecticida endosulfán,
alternativa muy rechazada por los cafeticultores, que se
ha reducido paulatinamente. Precisamente, debido a
que los productores conocen las ventajas de las
prácticas agroecológicas en el manejo de las plagas, se
ha observado que para el manejo de la broca adoptan
con mayor facilidad las alternativas no químicas, lo que
ha contribuido a que estén demandando con intensidad
la lucha biológica y otras tácticas afines a las que ya
habían logrado antes de la introducción de esta plaga.
Por ello, en la actualidad los cafeticultores contribuyen
con gran interés en un proyecto de innovación
participativa, que tiene el propósito de validar un
programa de manejo agreoecológico de H. hampei, que
integra las experiencias anteriores en el manejo de las
plagas tradicionales del cafeto y facilite la producción
sostenible, que es la proyección del país para este
importante cultivo.
ANTECEDENTES
La caficultura cubana ha sido muy similar a la del
resto de los países de la región, grandemente
las exigencias del mercado internacional. En el caso de
los problemas fitosanitarios, sucede que las plagas de
mayor importancia se manifiestan en la mayoría de los
países y casi todas son específicas del cultivo del cafeto,
mientras que las nuevas que arriban a la región se
dispersan con relativa rapidez. Con respecto a la
tecnología de producción de café en Cuba, como ya se
expresó, también ha tenido los efectos del llamado
periodo de la Revolución Verde y muy similar al resto de
los países de la región, pues se sustituyó la caficultura
tradicional para buscar altos rendimientos y satisfacer
las demandas del mercado (Cuadro 1), transitando más
recientemente hacia las producciones sostenibles y
orgánicas, como consecuencia de las tendencias y
exigencias actuales. Esta tendencia es influenciada
fundamentalmente por el paradigma de la
sostenibilidad, que cada día es más contextual y se ha
enfocado hacia el desarrollo endógeno, con gran
demanda de producciones agroecológicas, en
consecuencia con las exigencias del mercado y
procurando, según Del Angel (1997), dar respuesta
simultánea e independiente a tres objetivos centrales: la
competitividad, la equidad y la conservación de los
recursos naturales y el medio ambiente.
Referente a los insectos, a finales del siglo XIX en
Cuba constituyó un problema la Guagua Verde Coccus
viridis (Green), cuando el cultivo tenía un gran auge en
áreas de La Habana (Bruner, 1929) y con posterioridad
se ha manifestado con intensidad cuando se han
realizado aplicaciones excesivas de plaguicidas foliares
(insecticidas y fungicidas), ya que esta especie tiene
eficientes enemigos naturales (Bendicho et. al., 1990).
A medida que se extendió el cultivo al resto del país y
se establecieron cafetales en las regiones montañosas,
fue ascendiendo la significación del minador de la hoja
del café (Leucoptera coffeella Guérin-Méneville) (Cook &
Horne, 1905), que se ha mantenido como la principal
plaga del cultivo (Bruner et al., 1945; Mendoza &
Gómez, 1982; CNSV, 1989) hasta que se generalizó un
programa de manejo que se sustenta en la conservación
de los enemigos naturales (Simón, 1989).

46
 L.L. Vázquez-Moreno: Manejo agroecológico de plagas en cafeto

CUADRO 1. RESUMEN DE LAS ETAPAS TECNOLÓGICAS DE LA CAFETICULTURA EN AMÉRICA LATINA (MODIFICADO DE LÓPEZ
DE LEÓN, 1997).

Tipos de
Características tecnológicas Rendimientos
cafeticultura
• Variedades de porte alto (Typica, Magarogype, Robusta, Bourbon)
• Densidades de 1,400 a 286 plantas/ha
Café oro o verde: 454
Tradicional • Sombra abundante (bosque natural, Inga spp., Gliricidia spp.
kg/ha
Erythrina spp., Albizzia spp., Gravillea spp.)
• Bajos insumos agroquímicos
• Nuevas variedades, de mayor rendimiento y porte bajo (Carturra,
Tecnificada
Catuai, Mundo Novo, etc.). Café oro o verde: 1,425
(posterior a los
• Densidades altas, por encima de 5,000 y hasta 7,100 plantas/ha. kg/ha
años cincuenta)
• Alta dependencia de insumos de agroquímicos
• Sustitución de insumos agroquímicos por orgánicos.
Sostenible Rentabilidad aceptable
• Incremento de prácticas agronómicas y de conservación.

Otras especies de importancia han sido las cochinillas
harinosas [Planococcoides sp., Planococcus minor
(Maskell), Planococcus angelicus Martínez & Suris y
Planococcus albi Martínez & Suris], manifestándose de
forma muy variada, pues afectan el follaje y las raíces
de las plantas (Martínez, 1990), constituyendo una
problemática de difícil solución en algunas localidades.
En el cafeto inciden 61 especies de insectos (Vázquez,
1989) y se consideran otras plagas importantes, la
bibijagua (Atta insularis Guerin); los cóccidos (Saissetia
spp.); el perforador de ramas (Xylosandrus compactus
Eichhoff) y el picudo cenizo (Lachnopus spp.), entre
otros ocasionales (Bruner et al., 1975; Mendoza &
Gómez, 1982; Vázquez & Monteagudo, 1988a, 1988b;
CNSV, 1989).
Más recientemente, la Broca del Café (H. hampei) se
han convertido en la principal plaga del cultivo,
distribuyéndose en la actualidad desde las áreas
inicialmente infestadas en las provincias de Santiago de
Cuba y Granma (Vázquez, 2001) hasta el resto del país.
Las enfermedades fungosas han constituido
problemáticas significativas en algunas regiones,
principalmente la antracnosis (Colletotrichum coffearum
Nocack), la cercosporiosis (Cercospora coffeicola Berk. y
Ckc.), el ojo de gallo (Mycena citricolor Berk. y Curt.) y
la llaga macana (Ceratocystis fimbriata Ell Harst), entre
otras (CNSV, 1989) y más recientemente, la roya
(Hemileia vastatrix Berk. & Br. (Prieto et. al., 1990);
esta última de mayor repercusión económica, aunque
sus afectaciones no son tan intensas cuando se maneja
correctamente la sombra, pues se reduce su incidencia y
aumenta el parasitismo natural (Simón, 1993, Simón &
García, 1990) y en la actualidad no constituye una
problemática de importancia en la mayoría de las áreas.
Respecto a los nematodos, cuatro especies del género
Meloidogyne son conocidas: M. arenaria (Neal)
Chitwood, M. incognita (Kofoid & White) Chit Wiid, M.
javanica (Treub) Chit Wood y M. mayaguensis
(Fernández et al., 1993) y se consideran de gran
importancia económica después que se establecen en
los cafetales. Estos nematodos, además de atacar el
cafeto, se pueden hospedar en 30 especies de malezas,
así como en los árboles que se emplean como sombra
en los cafetales como Samanea saman, Gliricidia
sepium, Guazuma tomentosa, Ricinus comunis y
Erythrina poeppigiana, entre otros, así como en la
especie de cobertura viva Commelina diffusa (Acosta et.
al., 1990).
Las malezas que habitan en los cafetales han sido
ampliamente estudiadas en las diferentes regiones del
país (Alvarez, 2000; Caro, 1996; Martínez, 1991), son
enemigos importantes del cultivo del cafeto, toda vez
que como es conocido compiten con esta planta en la
extracción de nutrientes al suelo, entre otros aspectos y
se considera que las pérdidas pueden ascender al 15 %
(CNSV, 1989). Según resultados de Alvarez (2000),
existen 266 especies de arvenses pertenecientes a 189
géneros y 64 familias registradas en los cafetales de
Cuba, de las cuales 85 se consideran dominantes y 36
especies comunes, estando mayormente representadas
las familias Poaceae, Asteraceae, Papilionaceae y
Pteridaceae y los géneros Adiatum, Paspalum y
Thelypteris, determinándose un promedio de 48
especies por cafetal.
Como se resumió anteriormente, los organismos
nocivos asociados al cultivo del cafeto en el país son
bastante conocidos y la manifestación de los mismos en
la categoría de plagas ha sido un proceso dinámico,
dada la influencia de los cambios tecnológicos, entre
otros. Ejemplo de ello ha sido lo ocurrido en los años
noventa, cuando se generalizaron prácticas
agroecológicas y de conservación de los enemigos
naturales de plagas producto de las limitaciones
económicas del país, que favoreció la introducción en la
caficultura de resultados científicos que proponían
alternativas al uso de los agroquímicos (CNSV, 1989),
entre otras que contribuyeron a que plagas tan
importantes como el minador de la hoja y la roya, entre
otras, se manifestaran a niveles por debajo de los
índices económicos (Vázquez, 2001). Por ello se
recomienda que en el fomento de los cafetales y su
manejo posterior, es importante conocer los organismos
nocivos que más inciden, tanto en las plantas que
tradicionalmente existen en el agroecosistema, como en

47
 L.L. Vázquez-Moreno: Manejo agroecológico de plagas en cafeto
los suelos, ya que para algunas plagas como los
nematodos y los patógenos del suelo, resulta muy difícil
realizar intervenciones exitosas para su control una vez
establecido el cafetal.
La lucha contra las plagas del cafeto ha pasado por
diferentes etapas, las que han estado influenciadas por
las tendencias y las soluciones al alcance entonces
(Cuadro 2). Así, una primera etapa se caracterizó por las
aplicaciones programadas de insecticidas granulados al
suelo y de foliares según necesidades, el uso de
fungicidas programados de acuerdo a la presencia de
enfermedades y las aplicaciones de herbicidas después
de la cosecha, entre otras. Aunque esta etapa pudiese
considerarse en general hasta el año 1988, desde
algunos años antes ya se utilizaba la metodología de
señalización de Konnovova & Murguido (1986) para
decidir las aplicaciones foliares contra L. coffeella y las
regulaciones sobre índices de nematodos para el uso de
suelos y plántulas se desarrollaba progresivamente.
Podemos considerar que a partir del año 1989
aproximadamente, en que se elabora el programa
integral de defensa fitosanitaria (CNSV, 1989), se
desarrolla una segunda etapa en la solución de los
problemas fitosanitarios del cafeto, en coincidencia con
la ejecución del primer programa de investigaciones
(1986-1990) en que participaron diferentes centros
científicos del país (ACC, 1990).
Durante esta etapa se iniciaron sub-programas de lucha
que concebían nuevos criterios para decidir el uso de
productos químicos, a partir de los resultados de las
investigaciones que de forma organizada se realizaban,
así como se establecieron diferentes medidas
agrotécnicas para la lucha contra estos organismos
(CNSV, 1989). Fue crucial en esta etapa la implantación
del programa de lucha integrada contra el Minador de la
Hoja (Simón, 1989), que introdujo nuevos elementos
como el manejo del hábitat y la conservación de los
enemigos naturales y consideraba en el índice o umbral
económico para la aplicación el nivel de parasitismo. Se
puede considerar que este programa revolucionó la
protección fitosanitaria en nuestros cafetales y sentó las
bases para una tercera etapa. Precisamente, con los
resultados que se alcanzaron en las investigaciones,
surgieron nuevos elementos en el conocimiento de los
principales organismos nocivos y se desarrollaron
experiencias en cuanto a los métodos de manejo,
principalmente la lucha biológica, tanto la conservación
de enemigos naturales como el uso masivo de
bioplaguicidas, el manejo del hábitat y algunas prácticas
agronómicas con efecto fitosanitario, con la tendencia a
minimizar o eliminar el uso de productos químicos en
estos agroecosistemas. Es necesario enfatizar que estos
elementos se han desarrollado y aplicado con más
intensidad en la región oriental del país, principalmente
en la provincia Santiago de Cuba, por haber sido donde
se generaron la mayoría de las alternativas
agroecológicas.
Precisamente, debido a la situación económica del
país, se ha reducido sustancialmente el consumo de
48
plaguicidas en el cafeto (herbicidas para algunas áreas y
endosulfán para campos con índices elevados de H.
hampei) y ante la necesidad de mantener las
producciones de este importante cultivo, los métodos
agroecológicos constituyen la principal estrategia
fitosanitaria, no solo por su aceptación por los
cafeticultores, sino porque ha sido la principal línea de
investigación con resultados prácticos en este cultivo.
Así, el cultivo del café en el país se realiza básicamente
por productores organizados en cooperativas del sector
campesino (Cooperativas de Créditos y Servicios y
Cooperativas de Producción Agropecuaria) y productores
del sector estatal (Unidades Básicas de Producción), así
como parceleros o productores que explotan tierras del
estado, por lo que la estructura de tenencia y
explotación de las áreas es diversificada, favoreciendo
unidades de producción pequeñas y medianas, lo que
facilita las decisiones sobre las practicas agronómicas y
otras de enfoque sostenible.
DISCUSIÓN
Las relaciones entre la planta del cafeto, la tecnología
de cultivo, sus organismos nocivos y biorreguladores
tienen particularidades que denotan un fuerte proceso
coevolutivo en la región de origen de esta especie de
planta y que de forma general caracterizan a la
caficultura en todas las regiones del mundo, a saber:
La mayoría de los organismos nocivos son
monófagos.
Los problemas fitosanitarios (plagas) son bastante
similares en las diferentes regiones cafetaleras, con
algunas excepciones en especies y razas o biotipos.
La tecnología del cultivo muestra semejanzas, con
algunas particularidades influenciadas por las
características edafo-climáticas locales, entre otras.
El manejo de los problemas fitosanitarios se ha
enfocado de manera muy similar y ha sido más
exitoso cuando se otorga importancia a las prácticas
relacionadas con el manejo del cultivo.
Esto sugiere que para lograr éxitos futuros en el
manejo de las plagas hay que buscar estrategias que
influyan sobre esas relaciones evolutivas, tratando de
manejar el cultivo y el hábitat (agroecosistema), que es
donde están las causas principales por las cuales dichos
organismos alcanzan la categoría de plagas, y dejar a un
lado el viejo enfoque reduccionista de "controlar" la
plaga y "proteger" el cultivo (Vázquez, 2004).
Los resultados alcanzados por los cafeticultores
cubanos en manejo de plagas han permitido demostrar
en la práctica las ventajas de manejar el cultivo, el
sistema de producción o el agroecosistema, mediante la
integración de tácticas a su alcance, minimizando los
insumos externos, aunque, por supuesto, los
rendimientos se han visto afectados básicamente por
limitaciones económicas (herramientas, implementos y
equipos agrícolas, energía, etc.).
 L.L. Vázquez-Moreno: Manejo agroecológico de plagas en cafeto

CUADRO 2. ETAPAS DE LA LUCHA FITOSANITARIA EN EL CAFETO EN CUBA.

Etapas Estrategia Principales tácticas de lucha
principal Insectos Enfermedades Malezas Nematodos
Controlar las Aplicaciones
I Aplicaciones Aplicaciones de
plagas: calendariadas de Rechazo de áreas
(hasta calendariadas herbicidas por
plaguicidas insecticidas granulados y infestadas para viveros
1988) de fungicidas programa
sintéticos foliares por programa
Aplicaciones de
Decisiones para
Lucha integrada contra herbicidas por
aplicar
del minador de la hoja. composición y
II plaguicidas Aplicaciones de Regulaciones sobre suelo
Aplicaciones de tipos de
(1989- (señalización). fungicidas e índices para plántulas.
insecticidas granulados enmaleza-
1993) Manejo según índice
por programa y foliares miento. Siembra
Integrado de
según índice de la plaga de cobertura
Plagas (MIP)
viva
Prácticas
III Manejo Prácticas agronómicas.
Prácticas Prácticas agronómicas.Regulaciones
(1993- Agroecólogico Conservación de
agronómicas agronómicas sobre suelo e índices para
1998) de Plagas enemigos naturales
plántulas
Programa de Prácticas
IV Aplicaciones de
Defensa contra Prácticas Prácticas agronómicas.Regulaciones
(1998- insecticida endosulfán
la Broca del agronómicas agronómicas sobre suelo e índices para
2004) según índices de la plaga
Café plántulas
V Manejo Agroecólogico de Plagas. Adopción por el cafeticultor de prácticas agronómicas (suelo y cultivo),
(2004 en conservación de enemigos naturales, lucha biológica por aumento (entomopatógenos y entomófagos),
adelante) entre otras

Una síntesis de los resultados científico-técnicos
generalizados se ofrece a continuación, para cada una
de las prácticas agroecológicas que más se han
estudiado en la caficultura cubana.
Tecnología de producción de plántulas
La obtención de plántulas de cafeto generalmente se
ha realizado en grandes viveros tecnificados, donde se
garantizan atenciones especiales (riego, nutrición,
control de plagas, etc.) y se logra la producción de
material de siembra de alta calidad (DNCC, 1987), lo
cual es muy importante para garantizar el desarrollo del
cultivo posterior al trasplante; sin embargo, en los años
noventa se incrementó significativamente la tecnología
de micro-viveros, considerada más acorde a la
producción sostenible, ya que se reduce el numero de
insumos externos, se ofrece una atención más directa a
cada plántula y se favorece el empleo de la lucha
biológica, entre otras ventajas. Muy exitoso y de gran
aceptación por los cafeticultores ha sido la micorrización
de las plántulas y el tratamiento al suelo de las bolsas
con el hongo antagonista Trichoderma harzianum, que
además de disminuir sustancialmente le incidencia de
los patógenos del suelo (Phytium, Fusarium,
Rhizoctonia, etc.), contribuye a un crecimiento más
vigoroso de éstas (Simón & García, 1990). Para
garantizar que las plántulas no sean portadoras de
nematodos, lo cual repercutiría en el establecimiento y
afectaciones de los mismos en la nueva plantación, se
logró un programa de manejo que se sustenta en
prácticas agronómicas, lucha biológica, regulaciones
legales y decisiones sobre la base de índices (Acosta et.
al., 1990, Simón & García, 1990), que se ha ido
enriqueciendo en la práctica posteriormente, con
magníficos resultados y aceptación por los
cafeticultores.
Manejo del sitio de siembra
En el fomento de nuevas áreas y en la resiembra
resulta eficiente para la lucha contra los nematodos
alterar previamente el sitio donde se va a plantar, lo que
consiste en realizar el hoyado seis meses antes de la
siembra, con remoción del mismo cada dos meses y
aplicar el hongo Paecilomyces lilacinus antes de la
colocación de la plántula, proceso que resulta altamente
eficiente contra Meloidogyne spp. (Acosta et. al., 1990;
Simón y García, 1990; Fernández et. al., 1993).
Siembra de cobertura viva y barreras vivas
La cobertura viva se emplea con éxito como un
método de control biológico de malezas (Caro et. al.,
1984; CNSV, 1989; Martínez, 1991; Caro, 1996) y según
los resultados de Simón (1989), tanto la Zebrina
pendula como la Commelina diffusa constituyen refugio
y alimento de los adultos de los parasitoides del minador
de la hoja del café, por lo que no debe regularse en los
períodos de mayor incidencia de esta plaga. Sucede de
igual forma con las especies utilizadas como barreras
vivas para prevenir la erosión en los cafetales de
montaña, aunque, como señalara Acosta et. al. (1990),
esta última es hospedante de nematodos del género
Meloidogyne, por lo que debe manejarse su utilización

49
 L.L. Vázquez-Moreno: Manejo agroecológico de plagas en cafeto
con precaución. Se ha determinado además que, si no
es factible la siembra de cobertura viva, debe manejarse
las malezas y procurar dejar algunas que florecen en la
época de mayor incidencia del minador de la hoja, para
que sus flores sirvan también a los adultos de los
parasitoides (Simón, 1989; Vázquez, 1999), siendo esto
más factible para las especies consideradas como
malezas nobles, de las cuales según Alvarez (2000) se
han identificado 15 especies en nuestros cafetales. La
siembra de cobertura viva en los cafetales ha sido una
práctica muy aceptada por la mayoría de los productores
y hemos podido comprobar que ofrece las siguientes
ventajas:
Contribuye a la conservación del suelo.
Contribuye al incremento de la materia orgánica en
el suelo
Evita el desarrollo de las plantas competidoras
(arvenses, malezas).
Favorece un microclima más fresco (humedad
relativa y temperatura).
Protege a los adultos de los parasitoides de la
acción del intemperismo (radiaciones solares,
corrientes de aire).
Protege a los adultos de los parasitoides del
contacto directo con los plaguicidas (químicos y
biológicos).
Sus flores son fuentes de alimentación de los
adultos de los parasitoides.
Contribuye al desarrollo de la microflora y
microfauna del suelo (microorganismos
descomponedores, hormigas, etc.).
Favorece la descomposición del fruto que cae al
suelo durante la cosecha.
Mejora las condiciones del suelo para lograr una
mejor actividad y sobrevivencia de los nematodos
entomopatógenos (habitantes del suelo o aplicados
como bioplaguicidas).
En estudios recientes (Vázquez et. al., sin publicar)
hemos podido comprobar que los cafetales que tienen
cobertura viva manifiestan menores cantidades de frutos
en el suelo de una cosecha a la siguiente (Fig. 1), ya
que dichos frutos se descomponen con mayor rapidez,
reduciendo las condiciones para la sobrevivencia de H.
hampei, además de que las migraciones de hembras
adultas durante esta etapa son menos exitosas por no
encontrar suficientes frutos óptimos para su ataque;
desde luego, los índices de infestación en el suelo en el
periodo precosecha son más altos, precisamente por
haber menor cantidad de frutos con las características
que requieren las hembras.
De hecho, los diferentes factores meteorológicos y
otros propios de los procesos que ocurren sobre la
superficie del suelo, tienen efectos sobre la
descomposición del fruto desde que caen, lo que
muestra diferencias cuando se maneja éste con
herbicidas (suelo limpio), con cobertura viva o con
arrope (Cuadro 3), lo cual puede variar según la
50
topografía del terreno, el tipo de sombra, la edad del
cafeto, entre otros.
Cultivos asociados
Como consecuencia del fomento de frutales como
fuente de alimentación en la montaña, se ha ofrecido un
servicio ecológico a los cafetales, pues además de
constituir fuente de alimento para los biorreguladores de
las principales plagas del café, suministra especies de
enemigos naturales que se desarrollan en las plagas de
estos frutales, principalmente los parasitoides de los
Coccoideos.
Estas y otras plantas melíferas son recomendadas y
se están fomentando desde hace algunos años en todas
las áreas cafetaleras del país (Simón & García, 1990).
De igual forma, en los últimos años se ha incrementado
la siembra de cultivos como es el caso del plátano y el
banano, entre otros, favoreciendo la diversidad de
plantas, aspecto muy importante para reducir los
efectos del unicultivo bajo estas condiciones, ya que los
cafetales diversificados y multiestratos, cuando son bien
atendidos (saneamiento, regulación de sombra, etc.), se
favorecen efectos muy variados sobre los organismos
nocivos al cafeto, principalmente los siguientes:
Microclima (humedad relativa, temperatura,
iluminación, corrientes de aire, etc.).
Barreras físicas para poblaciones inmigrantes.
Confusión de adultos migrantes (colores y
semioquímicos).
Incremento de las fuentes de alimentación (flores)
de los adultos de los parasitoides y depredadores.
Desde luego, existen productores que prefieren la
caficultura tecnificada (café y sombra de una sola
especie), pero se aprecia un incremento sustancial de
los que manifiestan la tendencia hacia la diversificación
de plantas en el cafetal y sus alrededores,
contribuyendo de esta forma a la conservación de la
biodiversidad en estos agroecosistemas. Precisamente,
hemos observado que esta diversificación florística en
los cafetales tiene efectos sobre la incidencia de la broca
del café, todo lo cual debe ser estudiado con mayor
precisión, pues aparentemente hay alguna influencia en
la orientación (visual u olfativa) de las hembras que
migran en busca de frutos óptimos, además del efecto
sobre el microclima del campo cultivado. Investigaciones
en curso (Vázquez et. al., sin publicar) están
demostrando que tanto los arboles de sombra, como los
cultivos asociados (dentro y en los alrededores del
cafetal), tributan una biomasa vegetal sobre la
superficie del suelo (hojas caducifolias, labores
culturales, restos de cosecha, etc.), que como es
conocido, contribuyen a la nutrición y el microclima,
además de favorecer la descomposición del fruto en el
suelo, como sucede con el arrope (Cuadro 3) de los
restos de la poda y la regulación de la sombra.
 L.L. Vázquez-Moreno: Manejo agroecológico de plagas en cafeto

Total de frutos Infestados (%)

50
40
30
20
10
0
Final cosecha Precosecha

FIGURA 1. COMPORTAMIENTO DE LA INFESTACIÓN RESIDUAL DE H. HAMPEI EN FRUTOS CAÍDOS AL SUELO EN CAMPOS CON
COBERTURA VIVA DE ZEBRINA PENDULA. COMPARACIÓN ENTRE EL FINAL DE LA COSECHA Y EL INICIO DE LA COSECHA
SIGUIENTE.

CUADRO 3. EFECTO RELATIVO DE DIFERENTES FACTORES SOBRE LA DESCOMPOSICIÓN DEL FRUTO DEL CAFÉ EN EL SUELO
Principales factores Sistema de manejo del suelo
Limpio Cobertura viva Arrope
Radiación solar + ++ +++
Corrientes de aire ++ + +
Lluvia + ++ +++
Humedad del suelo + ++ +++
Temperatura del suelo + ++ +++
Organismos del suelo + ++ +++

Regulación de la sombra que es necesario conocer la situación nematológica del

Simón (1989, 1993) determinó que la regulación de la
sombra, además de ser vital para el cultivo, tiene
influencia en el comportamiento del minador de la hoja
(L. coffeella) y la roya (H. vastatrix). Este autor concluyó
que a un aumento de la iluminación le correspondió un
aumento en la incidencia de estas plagas, y que la
condición de sombrío adecuada desde todo los puntos
de vista (fisiológicos, agrotécnicos y fitosanitarios) fue la
del cafeto bajo sombra regulada con un 70% de
iluminación difusa (no directa), y agregó que las
condiciones extremas (a pleno sol o alta densidad de
sombra) son perjudiciales. Desde luego, la regulación de
sombra es una labor compleja, que requiere experiencia
y la consideración de varios elementos colaterales, tales
como la topografía, el tipo de árbol de sombra, la época
del año, los regímenes de pluviosidad, etc., aunque
según estudios realizados en la región oriental del país
por Machado et. al. (1991), las plantaciones con sombra
temporal manifiestan los menores índices de infestación
y los mayores porcentajes de parasitoidismo de las
principales plagas. En nuestras condiciones se ha
prestado mucha atención a este aspecto y se ha
determinado que en esencia los nemátodos pueden
desarrollarse en S. saman, G. sepium, G. tormentosa, R.
comunis , E. poepnigiapa; sin embargo, en Inga spp. y
Albizzia spp. no se presentan (Acosta et al, 1990), por lo
área antes de decidir el tipo de sombra a emplear. De
igual forma, G. sepium hospeda al agente causal de la
llaga macana (C. fimbriata) (CNSV, 1989), por lo que es
necesario prestar atención a esta enfermedad cuando se
emplea esta sombra en el cafetal.
Poda del cafeto
La poda también es considerada como un elemento
importante en la lucha contra L. coffeella, pues, además
de cumplir con su objetivo que es rejuvenecer la planta,
dar el equilibrio arquitectónico natural del cafeto, una
armazón robusta y estimular el crecimiento y de los
nuevos órganos, sobre todo con vistas a la fructificación,
tiene también influencia directa desde el punto de vista
fitosanitario, ya que las plantas en libre crecimiento
muestran un mayor índice de daños por este insecto, lo
cual está dado por el mayor número de ramas y hojas
viejas y el total desequilibrio anatómico de la planta
(Simón; 1989, Simón et al., 1990). La poda contribuye
además a eliminar ramas improductivas o enfermas, que
constituyen reservorios de patógenos como C.
gloesporioides y C. fimbriata, así como de perforadores
como X. compactus e H. seriatus y los cocoideos (C.
viridis, Saissetia spp.), entre otros (Vázquez, 2001). Para
el manejo de la broca del café, la poda contribuye a
lograr una arquitectura y tamaño de la planta que

51
 L.L. Vázquez-Moreno: Manejo agroecológico de plagas en cafeto
facilita las labores de recolección, reduciendo por tanto
la caída de los granos al suelo.
Arrope al hilo
El arrope de los restos de la poda, la regulación de
sombra y los deshierbes se convierte en una biomasa de
gran importancia para la nutrición y microclima del
cafetal, así como para impedir el desarrollo de las
plantas o malezas competidoras, contribuyendo al
incremento de los rendimientos del cultivo (Caro et. al.,
1984; Martínez, 1991; Caro, 1996). Para la lucha contra
la broca es frecuente recomendar que el suelo esté
limpio, generalmente mediante aplicaciones de
herbicidas, para facilitar la recolección del fruto que cae
durante la cosecha, constituyendo esta una práctica
para reducir la infestación de la plaga en la cosecha
siguiente (CNSV, 1998); sin embargo, se ha demostrado
que esta labor no resulta del todo eficiente y por demás
tiene costos económicos y ambientales, estos últimos
relativos a la conservación del suelo, entre otros. Como
ya expresamos (Cuadro 3), cuando arropamos toda la
biomasa que se deriva de la diversidad de plantas que
existe dentro y en los alrededores del cafetal, sea por
las labores culturales o la que se aporta producto de la
caída de las hojas y otros órganos, etc., se favorecen las
condiciones climáticas para el desarrollo de
microorganismos descomponedores de dicha biomasa,
en la cual también están incluidos los frutos que han
caído.
Manejo de variedades
Las variedades comerciales de café por lo general son
susceptibles a la mayoría de los problemas fitosanitarios,
no obstante las investigaciones demuestran las
potencialidades de realizar un manejo de las mismas
para contribuir a reducir la incidencia de algunas de las
principales plagas. En este sentido, se han realizado
evaluaciones de variedades comerciales y las plagas (CNSV, 1989), y que en el programa de lucha
precomerciales, así como de bancos de clones, para
conocer la susceptibilidad al minador (L. coffeella), la
roya (H. vastatrix), la mancha de hierro (C. coffeicola),
la antracnosis (Colletotrichum spp. ), el ojo de gallo (M.
citricolor), el nematodo agallero (Meloidogyne spp.)(
Rodríguez & Cabrera, 1984, Carracedo et al., 1991,
Prieto, 1990), el perforador de ramas vivas (Xylosandrus
compactus) (Vázquez et al., 2002) y la broca (H.
hampei) (Vázquez et al.,1999), observándose que no
existen grandes diferencias en el comportamiento ante
las principales plagas, aunque algunas variedades
muestran índices bajos de infestación, lo que merece
estudios mas detallados y otras varían su susceptibilidad
a determinadas plagas en función de las características
del cafetal y su manejo (Carracedo et al., 1991). Con
buenos resultados se han generalizado los Catimores y
la Robusta como variedades tolerantes a la roya y los
nematodos de agallas (Prieto et al., 1990; Acosta et al.,
1990; Carracedo et al., 1991), aunque en el caso de la
variedad Robusta y los nematodos se requieren estudios
más detallados (Fernández et al., 1993).
52
Lucha biológica
El cafeto es uno de los cultivos en Cuba en que se
han desarrollado las tres estrategias de la lucha
biológica: la conservación de los enemigos naturales, el
aumento mediante aplicaciones de microorganismos
(bioplaguicidas) y el clásico o importación de enemigos
naturales eficientes. Precisamente, la conservación en
un sentido amplio es un conjunto de tácticas
encaminadas a proteger y favorecer el desarrollo de los
enemigos naturales o biorreguladores de las plagas,
estrategia que se relaciona con la conservación de la
biodiversidad en los agroecosistemas (Simón, 1999;
Vázquez, 1999). En los cafetales de Cuba se han
determinado diversos organismos que constituyen
enemigos naturales de las principales plagas (Cuadro 4),
aunque, por supuesto, los inventarios y los estudios
biológicos y demográficos de éstos aún son insuficientes
para lograr un mayor éxito en las tácticas
conservacionistas, aunque como ha demostrado Simón
(1989, 1993), para L. coffeella y H. vastatrix, la
regulación de la sombra del cafetal tiene un gran efecto
sobre la actividad de las plagas y sus biorreguladores
(Fig. 2).
Como ya se ha expresado, uno de los problemas
fitosanitarios donde más exitosa ha sido la conservación
de los enemigos naturales en el país es el caso del
minador de la hoja del café, porque constituye un
programa con amplia adopción por los productores y
resultados de gran impacto, que ha repercutido sobre
otras plagas en el cultivo, como los coccoideos (C.
viridis, Saissetia spp.), el perforador de ramas (X.
compactus) y la roya principalmente.
La principal táctica de conservación de este programa
es la no utilización de insecticidas foliares y la reducción
de las aplicaciones de fungicidas (Simón, 1989). A pesar
de que se había recomendado utilizar estos insecticidas
en casos absolutamente necesarios y según el índice de
integrada contra el minador se decidía la aplicación de
insecticidas foliares según nivel de parasitismo y se
delimitaba el área real a aplicar (Simón, 1989), la
experiencia demostró que estos productos son
considerablemente negativos para los biorreguladores
de las principales plagas (Simón, 1999), de tal forma
que en la práctica se logró que los cafeticultores dejaran
de utilizarlos.
Así, la reducción de estos productos ha incrementado
el nivel de parasitismo global de las poblaciones de L.
coffeella hasta más de 50 % y los índices de la plaga
disminuyeron considerablemente en todas las regiones
cafetaleras del país (Soto et al., 2001; 2002).
Ejemplo de estos resultados se ilustran en la Fig. 3,
donde se representa una correspondencia entre la
disminución de las áreas tratadas con plaguicidas y de
los índices de la plaga, los que se redujeron
sensiblemente y el crecimiento del parasitismo global
hasta niveles del 60 %.
Desde luego, como ya se ha expresado, este
programa integra la regulación de la sombra, la poda
 L.L. Vázquez-Moreno: Manejo agroecológico de plagas en cafeto
cíclica del café, la siembra de cobertura viva, entre otras
practicas agronómicas con efectos comprobados sobre
la reducción de la plaga y el incremento de los enemigos
naturales (Simón et al., 1990).
La lucha biológica por aumento se ha caracterizado
por las aplicaciones de bioplaguicidas. Este método de
lucha se ha ido extendiendo paulatinamente en nuestros
cafetales, para lo cual se han creado Centros
Reproductores de Entomófagos y Entomopatógenos
(CREE), que son laboratorios existentes en las
localidades, donde por métodos semi-artesanales se
producen diferentes medios biológicos eficientes
(Cuadro 5) contra las principales plagas. Estos
productos, elaborados con tecnologías obtenidas en el
Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal
(INISAV), se producen con la calidad requerida y
garantizan un control eficiente de dichos organismos
nocivos. La aplicación en cada caso obedece a un
muestreo previo y a consideraciones ecológicas
particulares de cada localidad, ya que por ejemplo, en el
caso de la guagua verde (C. viridis), en muchos lugares
ésta es bien controlada por sus biorreguladores, no
siendo necesarias acciones de lucha.
Por otra parte, X. compactus no es una plaga
habitual, por lo que sólo se emplea B. bassiana cuando
alcanza los índices establecidos para iniciar la aplicación
del biopreparado.
En otros casos como los nematodos, Paecilomyces
lilacinus se aplica según un análisis integral de la
situación fitonematológica del área, aunque
generalmente es utilizado de forma preventiva.
El uso de Trichoderma se ha limitado a los patógenos
del suelo que afectan durante la fase de vivero, con
buenos resultados.
Para la lucha contra la broca inicialmente se comenzó
a utilizar una cepa nacional (LBb-32) de Beauveria
bassiana que se emplea para otros coleópteros y que
resulta efectiva contra esta plaga (CNSV, 1998);
posteriormente se han estado manifestando epizootias
de este basidiomiceto en todas las zonas cafetaleras del
país, lo que ha permitido aislar cepas autóctonas y
organizar las producciones de los CREEs mediante un
manejo de cepas que está en fase de mejora.
Desde luego, como se ha demostrado, el empleo de
bioproductos de B. bassiana requiere de ciertas
características del mismo y de su tecnología de
aplicación que no se logran con las producciones
artesanales en soporte sólido ni con los equipos de
aspersión convencionales, ya que las oportunidades de
que el bioproducto este en contacto con la hembra
adulta de broca son mínimas, lo que requiere de
mejoras sustanciales en la formulación del bioplaguicida
y su tecnología de aplicación, aspecto que está en fase
de investigación bajo las condiciones propias de la
caficultura del país.
Más recientemente, se han realizado introducciones
desde Tapachula, Chiapas, México, de los parasitoides
Cephalonomia staphanoderis Betrem (Hymenoptera:
Bethylidae) y Phymastichus coffeae LaSalle
53
(Hymenoptera: Eulophidae) para la lucha contra la
Broca del café, los que se encuentran en diferentes
fases del proceso de post- introducción, antes de su
liberación en las áreas cafetaleras del país,
considerándose hasta el presente como muy promisorios
para la lucha contra esta plaga, al igual que los
nematodos entomopatógenos, que se están
generalizando en la práctica.
PERSPECTIVAS
Indiscultiblemente la caficultura es uno de los rubros
agrarios con mayores potencialidades para las
producciones agroecológicas y para la comercialización
como productos orgánicos, no solo por las
características de los ecosistemas donde se cultiva esta
planta, sino por la tecnología que se emplea, aunque,
como es de esperar, esta última debe sufrir cambios
sustanciales en cuanto a variedades, distancia de
plantación, sistemas de cultivo y plantas asociadas,
entre otros aspectos; de forma tal que permita la
sustitución de los insumos (agroquímicos, energía, etc.)
por biológicos y los recursos del agroecosistema,
procurando otorgar mayor autosuficiencia al cafeticultor.
Está demostrado que el empleo de agroquímicos en
los ecosistemas de montaña donde se cultiva el cafeto
tiene efectos detrimentrales sobre la biodiversidad y
éstos pueden variar en función de las características
ecológicas de los cafetales, que también influyen en la
recuperación de los enemigos naturales y otros
componentes de estos agroecosistemas (Simón, 1999).
Como ya se ha expresado, los principales problemas
fitosanitarios del cultivo del cafeto están relacionados
con un proceso coevolutivo producto de la interacción
siguiente: tecnología de cultivo-agroecosistema-
organismos asociados; por lo que para disminuir sus
efectos negativos hay que actuar sobre las causas por
las cuales éstos se manifiestan al nivel de plagas y no
directamente sobre éstas (plaguicidas, etc.).
Está demostrado que el enfoque reduccionista de
atacar la "plaga" y "proteger" el cultivo (generalmente
con plaguicidas), es uno de los principales errores que
se han cometido por los agricultores desde el periodo de
la Revolución Verde y para lograr éxitos en la
prevención y disminución de las afectaciones por las
plagas hay que manejar el cultivo y el sistema de
producción (Vázquez, 2004), tratando de modificar el
hábitat mediante cambios tecnológicos que favorezcan
la actuación de la biodiversidad y la reducción (arribo,
establecimiento, incidencia) de los organismos nocivos.
Debido a las experiencias en el caso del minador (L.
coffeella), es posible realizar tácticas de conservación de
los enemigos naturales y manejar el cultivo de forma tal
que las afectaciones por esta plaga sean mínimas. Eso
es precisamente lo que se debe realizar en el caso de la
broca del café, que es una plaga muy importante en la
actualidad.
 L.L. Vázquez-Moreno: Manejo agroecológico de plagas en cafeto

CUADRO 4. ENEMIGOS NATURALES CONOCIDOS DE LAS PLAGAS DEL CAFÉ EN CUBA

(KONNOROVA, 1982, 1987; SIMÓN ET AL., 1990; BENDICHO ET AL., 1990; MARTÍNEZ, 1990; PRIETO ET AL., 1990;
SIMÓN & VÁZQUEZ, 1993; VAZQUEZ ET AL., 1999).
Organismos nocivos Número de especies
Artrópodos Microorganismos
Leucoptera coffeella 12 0
Coccus viridis 6 2
Saissetia spp. 3 1
Pseudococcidae 9 0
Xylosandrus compactus 2 0
Hypothenemus hampei 3 1
Hemileia vastatrix 1 1

35
30
25
20
15
10
5
0
1 2 3 4 5 6

Sombra crecimiento normal Sombra regulada

FIG. 2. COMPORTAMIENTO DEL HIPERPARSITISMO (%) EN PÚSTULAS DE ROYA DEL CAFÉ (H. VASTATRIX) EN
CAMPOS CON SOMBRA EN CRECIMIENTO NORMAL Y SOMBRA REGULADA.
SANTIAGO DE CUBA (SIMÓN Y GARCÍA, 1990).

400 70
60
300 50
40
200
30
100 20
10
0 0
1985 1990 1992 1994

Insecticidas(AT) Fungicidas (AT)

Parasitismo (%) Indice danos (%)

FIG. 3. RESULTADOS DEL PROGRAMA DE CONSERVACIÓN [REDUCCIÓN DEL ÁREA TRATADA (AT) EN CABALLERÍAS CON
INSECTICIDAS Y FUNGICIDAS] SOBRE EL ÍNDICE DE DAÑOS Y EL PARASITOIDISMO GLOBAL
(%) DEL MINADOR DE LA HOJA
DEL CAFÉ (L. COFFEELLA). EMPRESA CAFETALERA CUMANAYAGUA, CIENFUEGOS.
RESUMEN DE LOS PRIMEROS AÑOS DEL PROGRAMA.

54
 L.L. Vázquez-Moreno: Manejo agroecológico de plagas en cafeto

CUADRO 5. SÍNTESIS DE LOS BIOPLAGUICIDAS¹
Microorganismos Plagas
Beauveria bassiana Broca del café (H. hampei)
Perforador de ramas vivas
(X. compactus)
Picudo cenizo del café
(L. buchanani)
Bibijagua (A. insularis)
Guagua Verde (C. viridis)
Cochinilla harinosa
(Planococcus spp.)
Verticillium hemileiae Roya del café (H. vastatrix)
Lecanicillium lecanii Guagua verde (C. viridis)
Guagua hemisférica
(S. coffeae)
Trichoderma Patógenos del Suelo (Fusarium, Rhizoctonia,
harzianum Phytium, etc.)
Paecilomyces
Nematodo de agallas (Meloidogyne spp.)
lilacinus
Heterorhabditis sp. Broca del café (H. hampei)
1
Producciones artesanales en los Centros Reproductores de Entomófagos y Entomopatógenos (CREEs) del país.
DE MAYOR EMPLEO EN EL CULTIVO DEL CAFETO EN CUBA.
Nivel de utilización
Regularmente. Generalizado en el país.
Ocasionalmente. En áreas de C. canephora (var.
Robusta) donde han existido índices
Ocasionalmente. En áreas de la región central
donde han existido índices
Ocasionalmente. En áreas de mayores
afectaciones
Ocasionalmente. En áreas donde han existido
índices
Ocasionalmente. En áreas donde han existido
índices en la región oriental del país
Ocasionalmente. En áreas de la región oriental
del país
Ocasionalmente. En áreas donde han existido
índices
Ocasionalmente. En áreas donde han existido
índices
Regularmente. Generalizado en todo el país
Regularmente. Generalizado en todo el país,
pero no se utiliza actualmente
En fase de generalización en todo el país.

Para el manejo de esta última consideramos como
muy promisorias, principalmente las siguientes prácticas,
las que por supuesto requieren evaluaciones bajo las
condiciones particulares de cada agroecosistema:
Manejo de la sombra y la diversidad de plantas
dentro y en los alrededores del cafetal.
Manejo del suelo, favorecimiento de reservorios y
condiciones para la actividad de los entomófagos y
entomopatógenos que se emplean.
Manejo de la cosecha.
Empleo de trampas de captura
Regulaciones legales específicas.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Precisamente, en estos momentos estamos
desarrollando un proyecto de validación de un programa
de manejo agroecológico de la broca del café en Cuba
(PROMABROCU), para lo cual hemos seleccionado
cafeticultores innovadores (según González & Vázquez,
2004) en cada uno de los 40 municipios cafetaleros del
país, los que están validando las diferentes tácticas
agroecológicas de dicho programa, en comparación con
el que actualmente se realiza en el resto de las áreas
(CNSV, 1998). El proyecto se realiza mediante un
modelo de investigación participativa (Innovación
Fitosanitaria Participativa), que involucra a los
especialistas de las Estaciones Territoriales de Sanidad
Vegetal, los Centros Reproductores de Entomófagos y
Entomopatógenos (CREEs), los técnicos de sanidad
vegetal de las empresas y cooperativas y los
productores (coperativistas, finqueros) mediante un
proceso de capacitación-diagnóstico, validación de
tácticas, seguimiento y evaluación de impactos
(Vázquez, 2004), que nos permitirá en un periodo de
tiempo relativamente corto disponer de programas
regionales de manejo agroecológico de la broca del
café, en que la actuación del cafeticultor sea elevada.
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