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Diego Salcedo Fidalgo: Candidato a Doctorado, Universidad Nacional de Colombia,

Master en Museología, Universidad de Valladolid, B.A Historia del arte y Estudios

cinematográficos, Universidad de Montreal. En la actualidad se desempeña como

Profesor Asociado en el Departamento de Humanidades en la Universidad de Bogotá

Jorge Tadeo Lozano. Dentro de sus publicaciones más recientes se encuentran: “Nuevas

geografías del patrimonio y su relación con la práctica curatorial” en Morales, L.G.

Editor. (2015). Tendencias de la Museología en América Latina. ENCRYM- INAH.

México. P.p. 223- 231. “El trazo a ciegas” en Revista Hallazgos, 12, No. 23, 2015. Pp.

19-29.“The Body as Manifestation of Memory” in International Journal of Social Science

and Humanity (IJSSH). P.p. 64-67. 2014. “Reflexión y aplicación de la práctica curatorial,

nuevos modos de exhibición y circuitos alternativos”. Revista Española Museo y

Territorio. P.p. 96-101. 2011 (4).

Resumen

La pregunta por “lo propio” fue la reflexión en la que se centró el V Simposio de

historia del arte de la Universidad de los Andes en homenaje a la investigación de la

profesora Ivonne Pini. El recorrido de esta investigación incluye por primera vez un

enfoque desde un concepto contemporáneo y crítico de cómo aproximar y entender la

historia del arte colombiano desde una mirada de la identidad latinoamericana. las

reflexiones giraron en torno al diálogo sobre esta idea de lo propio como construcción

cultural y artística. Es desde este punto desde esta perspectiva partida que este artículo se

propone exponer un primer esbozo de la investigación Cuerpo, sexualidad, enfermedad y

afecto en la obra de tres artistas colombianos: Lorenzo Jaramillo Fernando Arias y

1
Daniel Santiago Salguero (1980- 2014). Se sugiere una revisión historiográfica de

conceptos poco o nada elaborados alrededor de la identidad sexual y la intimidad artística,

la relación obra-vida y testimonio, enfoques hasta el momento reservados en el relato

oficial de la historia del arte colombiano.

Palabras claves: lo propio, cuerpo, sexualidad, afecto.

En lo propio de “cuerpo, enfermedad, sexualidad y afecto”

Una de las inquietudes más complejas encontradas en el camino de la

investigación doctoral ha sido la precisión y utilización de los términos. ¿Cómo decir,

nominar, nombrar? Sin caer en los acertijos de los significados. ¿Cuáles son los términos

propios de la historia del arte colombiano? O de cualquier otra historia?

Son las primeras preguntas que me surgen al evocar y pensar en la energía intelectual de

Ivonne Pini y su búsqueda de lo propio. En los dos años transcurridos en el Doctorado

con énfasis en historia del arte colombiano y latinoamericano lo propio se convirtió en

cuerpo, sexualidad, enfermedad y afecto para mi proyecto. Solo hasta hoy puedo

comprender la acepción del término y de cómo los derroteros de su (Ivonne Pini)

investigación permiten pensar lo propio así como lo común y diferente de una identidad.

Cuerpo, sexualidad, enfermedad y afecto en las obra de tres artistas colombianos:

Lorenzo Jaramillo, Fernando Arias y Daniel Santiago Salguero (1980-2014), es el título

de mi tesis en la que busco entender por qué las aproximaciones historiográficas

colombianas han evitado e invisibilizado la diferencia. ¿Tal vez el miedo a darle un

2
nombre propio? ¿Por qué se condena a este tipo de relato? ¿Es posible contarla desde la

no autoridad, el ego patrístico y el complejo de violencia?

Estos y otros interrogantes, son los que me permiten, para este homenaje,

reflexionar sobre lo propio.

1. Indicios para una historiografía del arte muda

Es claro hoy en día, que la historia no solo se encarga de estudiar el pasado si no

de reconfigurarlo desde el presente y para el futuro en la comprensión del tiempo y del

espacio social y cultural humano. A su vez se ha encargado de legitimar la variedad de

acontecimientos sociales y culturales, pero esa diversidad sigue siendo un asunto

restringido. Tal es el caso de la homosexualidad que hace parte de la complejidad y

combinación de lo que somos como seres humanos, pero excluida desde siempre como

parte integral de la historia. Se propone desde esta perspectiva y desde la historia del

arte, comprobar por qué es necesario incluir en el relato histórico, la reflexión sobre la

identidad homosexual.

La historia del arte presume ser una disciplina inclusiva e integradora, por tanto

puede incluir en la narración las historias de lo común y diferente. Este fue uno de los

enunciados del trigésimo quinto Coloquio del Comité brasilero de historia del arte:

Nuevos mundos, fronteras, inclusiones y utopías realizado entre el 24 y el 29 de agosto

de 2015 en Río de Janeiro.

Situándome en este punto de referencia la pregunta por lo propio cobra sentido en

mi investigación: La revisión historiográfica y la realización de una historia del arte en la

que mi visión se refleje.

3
2. Los tres artistas

Lorenzo Jaramillo constituye el punto de inicio de la pesquisa, perteneciente a

la generación de los ochenta, su obra se caracterizó por la influencia de la pintura

expresionista. Incursionó también en la producción gráfica la cual incluye, el dibujo, la

escenografía y la ilustración. Hasta el momento no se ha planteado un discurso

especializado sobre él, se conoce más como el “artista prolífico e imaginativo”1 o artista

de “fulgurante trayectoria”2 según Germán Rubiano, pero los estudios sobre su pintura y

las otras técnicas han quedado relegadas a las meras notas y descripciones, luego de la

revisión hemero-bibliográfica que se hizo desde 1979 a 2013.

Fernando Arias (1963) es el segundo artista de la investigación y pertenece a la

segunda década de este estudio, los años 90 en pleno auge de los medios tecnológicos

como el video, la fotografía y la imagen digital, volcados desde el arte a intervenir en la

cultura y en lo social3, como lo afirma Natalia Gutiérrez, estos a su vez rompen con el

arte tradicional. Su postura ética ante la práctica artística determina sus enfoques políticos

y de denuncia. La serie sobre la enfermedad del Sida, lo consolidará durante la década de

los años noventa como artista de la posmodernidad. Cuarto Frío (1993) gana el premio

1
Lorenzo Jaramillo: Lorenzo (2002). Seguros Bolívar, Bogotá. P. 20.
2
Rubiano, Germán. (2002). Lorenzo Jaramillo: exposición retrospectiva, Banco de la
República, Bogotá. P. 12.
3
Gutiérrez, Natalia. (2010). Miguel Ángel Rojas. Esencial. Bogotá. Planeta y Paralelo.

4
del Salón Nacional de artistas colombiano y Cero positivo (1994) participa en la V Bienal

de la Habana.

Por último Daniel Santiago Salguero completa la serie temporal de tres décadas

e integra el concepto de intimidad en los tres artistas, puesto que su obra se centra en los

asuntos del transcurrir del tiempo y la experiencia de lo cotidiano y su vida. En sus

propias palabras “convierto en obra mi propio paso por la vida”4. Estas vivencias a su vez

se transfiguran en instalaciones, en registros de video y fotografía.

¿Cómo discurrir sobre lo propio para estas tres generaciones de artistas?

Los tres tienen en común: a) un territorio geográfico, social y cultural que los une,

la región paisa de Colombia, una tradición “patriarcal”. b) La búsqueda de sí mismo y el

transcurrir de la vida por medio de la obra, además de los viajes y las residencias en

países extranjeros. c) Lorenzo Jaramillo, Fernando Arias y Daniel Santiago Salguero

constituyen un hilo conductor a través de tres generaciones la relación entre cuerpo,

sexualidad, enfermedad y afecto. ¿Qué los diferencia? Las experiencias de vida, los

enfoques artísticos, la construcción de identidad.

3. Las obras

Los desnudos yacentes de Lorenzo Jaramillo son una serie de 60 dibujos de

hombres tendidos horizontalmente en tinta de papel de arroz de 71 x 137 cm, realizados

4
Entrevista realizada en septiembre de 2013, Bogotá.

5
entre 1987 y 1990. Se encuentran en diferentes poses, de frente, acurrucados, en cuatro,

la mayoría fragmentados o decapitados. También hay rastros de tinta, puntos y manchas

que hacen parte de la traza que constituyen la línea y la forma de los cuerpos. En sus

palabras, con los pinceles “sólo quiero crear una tensión frente al espectador”5. ¿A través

de sus dibujos qué es lo que siente su cuerpo? No son desnudos eróticos. ¿Por qué la

frialdad y su mutilación? ¿Qué significan su horizontalidad y el título Yacentes dado por

su madre después de la muerte? ¿Los puntos de tinta, como el arrastre del pincel sobre el

papel de arroz pueden considerarse como indicios de la enfermedad?

Su reafirmación es presentarlos como cuerpos vulnerados, es silenciosa en

términos de identidad.

Cuarto Frio de Fernando Arias es una instalación que hace parte de la serie sobre

el sida y sus consecuencias en el contexto social e histórico del momento. Realizada en

1993, la obra relata la experiencia médica y social de la enfermedad. Constituida por unas

columnas de plaquetas con sangre “contaminada” contenida en tubos de neón, Arias

habla de la estigmatización, la soledad, el dolor, el pánico del virus. Arrancada, la

intimidad del que la padece, nos enfrenta a un espacio de terror clínico donde el sujeto

deja de existir para convertirse en experimento de laboratorio. El efecto que produce el

neón en las plaquetas es similar al de los dibujos de Lorenzo, solo que aquí son indicios

de la sangre y de las marcas médica y social. El silencio anterior, se vuelve palabra en

esta obra, se nombra y se expone. Poner la enfermedad en plaquetas es contar una historia

(de igual manera lo hace en cero + con su cuerpo). ¿Cómo se representan y presentan los

5
Lorenzo Jaramillo: Lorenzo (2002). Seguros Bolívar, Bogotá. P. 217.

6
rastros de la intimidad simbólica en esta obra? ¿De qué ciclo vida-muerte estamos

hablando? ¿Cuáles son las fronteras de la intimidad a las que nos vemos expuestos?

La serie diarios de Daniel Santiago Salguero son bitácoras que cuentan el

transcurrir del artista en el cotidiano. Son libretas de aproximadamente 14 x 9 cm

colmadas de clips que encuentra en la calle. ¿Qué hay al interior de recolectar un objeto

tan banal como un clip? Salguero reconstruye su propia cotidianidad y el paso del tiempo

día a día, entreteje una historia que cobra sentido en el registro de la colección. Ya no es

la caligrafía de los Yacentes, ni las plaquetas de Cuarto frío, los indicios, si no el acto de

reunir y plegar los clips página por página. Ya tampoco es el silencio, ni la denuncia y el

miedo. Es: sostener el arte en su propia intimidad en el acto de pegar, plegar. ¿Qué tipo

de intimidad puede inferirse? La experiencia de vida, la operación de abrir y cerrar. ¿Qué

es lo que se abre y se cierra? La justicia de dos generaciones anteriores.

Los aspectos descriptivos, compositivos y materiales permiten acercarme a

significados simbólicos que se complementan con los experienciales y los del archivo.

Son lo propio en términos metodológicos. En particular enfatizo en los elementos que

llevan más a lo sensorial, por ejemplo como las texturas “radiográficas” de la instalación

de Cuarto Frío de Fernando Arias, nos remiten a la no intimidad. La ausencia de

individuos, el cuarto abierto y limitado por tubos de neón que significan el sida, rompen

con la calidez del espacio interior de la persona que no existe porque ha sido violentada,

por un lado por la medicina, por el otro por la dolencia. Aquí la materialidad se vuelve

significado. Así mismo el tema de la obra, su identificación, permiten indagar y pensar

7
sobre las posibles representaciones y qué significan. Así mismo, El “observador

vulnerable” que propone la antropóloga Ruth Behar explora la mirada interior y la

búsqueda de sí misma en la mirada del investigador como crítica a la objetividad

convencional. Sus propias implicaciones emocionales entran en relación con el objeto de

estudio. Esta crítica sugiere que las distancias, y los modos impersonales de presentar

objetivamente el objeto de estudio son incompletos. Para analizar las obras de estos tres

artistas, sus experiencias, sus relatos (entrevistas, testimonios) se vuelven reveladores en

el momento de interpretarlas. Esos testimonios también se acercan a mis experiencias.

Por ejemplo cómo el hecho de haber escogido una “profesión” como la de historiador del

arte, en mi caso, o la de artista en el de ellos, determina o forja una identidad. ¿Qué

significa ser homosexual, afirmarse como tal en un país como Colombia? En una ciudad

como Bogotá, en un contexto social y cultural con características marcadas por el

machismo. Una realidad que incomoda a los “otros”, a la norma establecida. “No soy

como los otros” afirmaba constantemente Lorenzo Jaramillo, sabía lo que no era, en la

negación. ¿Cuál es entonces la afirmación? ¿No se qué soy? O soy lo que puedo expresar

en mis obras, las mujeres extravagantes, por ejemplo.

Por último, el espacio biográfico 6 informa sobre la diversidad y la mezcla de

textualidades que describen a la cultura contemporánea. Los diarios de Daniel Santiago

Salguero son prueba de ello, los recorridos que establece en el cotidiano, los encuentros

fortuitos de miniaturas, específicamente los clips que significan “unir”. ¿Qué es lo que

quiere unir, integrar? En la entrevista realizada me encuentro con respuestas que

6
El término “espacio biográfico” es tomado del libro de Leonor Arfuch (2007). El
espacio biográfico Dilemas de la subjetividad contemporánea. Buenos Aires. Fondo de
Cultura Económico.

8
relacionan lo íntimo, su relación emocional, la familia alternativa que decide constituir

con su pareja masculina y la madre de su hijos y su obra: su propio relato.

En conclusión este breve recorrido por las obras de los tres artistas ubica el

concepto de lo propio desde tres perspectivas: 1) Lo propio en relación a los enfoques y

la escritura que propone el historiador del arte, esto es, el relato inclusivo de la historia

del arte 2) El espacio biográfico y el archivo que constituyen la posibilidad de pensar en

las propias aproximaciones 3) los acercamientos teóricos y metodológicos que se ajustan

y se “apropian” a lo propio de cada investigación.

4. El archivo: Suite de las muchachas extravagantes y la Gaité Parisienne

En esta última parte lo propio se refiere a lo que el archivo revela y como la

historia del arte lo vela. Por encima del análisis interpretativo de la obra están los

testimonios de quiénes lo conocieron. Lorenzo Jaramillo es el que inicia el relato por

tanto es a él y a su trabajo al que me he dedicado con mayor ahínco en esta primera etapa

investigativa. Lo que a continuación se expone es la recopilación de unas entrevistas

realizadas a las personas más cercanas y queridas por él. Mi intensión en esta parte, no es

analizar las obras, sino abrir las puertas de la imaginación. Lorenzo fue ante todo “un

gran mediador de las imágenes”, veía, las configuraba y las devolvía, en palabras de

Manuel Londoño7. Lo propio en él son los cruces aquí y allá, las experiencias recogidas,

las vivencias recolectadas, que aparecen luego en sus obras.

7
Asistente de la investigación “Lorenzo, no como los otros” realizada en el Museo
Nacional de Colombia y el MAV de la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano.
Junio a septiembre de 2016.

9
Es antes que nada una conversación cercana, en donde aparecen aspectos

implícitos, encontrar un punto de encuentro entre lo íntimo, la figura “personal” de

Lorenzo Jaramillo y su obra. Las entrevistas comienzan a revelar la relación entre un

aspecto interno (subjetivo) y otro externo, la obra, el resultado artístico (objetivo). Por lo

tanto es permitirle a la audiencia establecer y conectar sus propias interpretaciones.

El primer encuentro con Rosario se produjo en la entrega de unos trabajos de un

seminario de creatividad y performance de la Maestría en Artes Vivas de la Universidad

Nacional de Colombia, en la que en un momento rápido nos presentó Rolf Abderhalden.

Programamos la entrevista y allí comenzó una conversación que no ha llegado a su fin.

Volviendo a la idea de entrevista, en este caso y desde el primer contacto fue una especie

de “desnudamiento” en el que se sincronizaron las posibilidades de indagar sobre el

universo “interior” de Lorenzo.

No tenía nada preparado, pero sí, intuitivamente anticipaba las posibles preguntas;

al final surgieron en el terreno de la espontaneidad, se fueron construyendo en la

conversación. Quizás aquí sea importante mencionar que la entrevista permitió establecer

un acercamiento y a la vez un alejamiento sobre la personalidad del artista. Acercamiento

en el sentido de conocer y entrar por primera vez en contacto con un vínculo familiar,

íntimo y profundo. Cuando menciono el distanciamiento, me refiero a la necesidad de

separar la emotividad, para operar en la interpretación de una forma neutral y objetiva.

5. Los silencios y omisiones

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Desde la entrada al apartamento se siente la presencia de Lorenzo, tres cuadros de

las Mujeres extravagantes y un oleo muy grande colorido. Cuando me senté pude

observar que el lugar estaba lleno de su obra en todos los formatos posibles. Un recorrido

por el espacio disparó la evocación de los recuerdos y el inicio del relato. Rosario se

detiene en unos grabados para explicarme, las diversas técnicas experimentadas por

Lorenzo. Más adelante se encuentra con un cuadro de Caballero, según ella, la herencia

que le dejó luego de su muerte. Regresamos al salón e inicia la conversación desde el

origen. Lorenzo Jaramillo, hijo de Jaime Jaramillo Uribe, historiador e intelectual de

procedencia paisa radicado en Bogotá y de Yolanda Mora, una de las primeras mujeres

antropólogas en el país. De su padre hereda la inquietud intelectual y el carácter interior y

espiritual (sin ser religioso). De su madre el contacto con la vida, la sensibilidad y el

gusto y curiosidad por la comida.

No por ende en la intervención que hace Luis Caballero en Nuestra Película8,

recuerda que “Lorenzo se comía todo”. Así mismo, la madre de Lorenzo es la que los

introduce al mundo artístico, realizaba los fines de semana con sus hijos visitas guiadas a

iglesias para mirar el arte religioso. Tanto para Rosario como para Lorenzo estos

recuerdos quedaron registrados en sus propuestas artísticas, los olores de la intimidad,

como nos lo recuerda Lorenzo en la película, sobre el olor de papel a té y las

rememoraciones olfativas de la India.

8
Lorenzo Jaramillo en Nuestra película, 1992.

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La inquietud intelectual despierta desde muy joven y su virtuosismo. A los doce

años escribe un ensayo en alemán sobre Thomas Mann, el cual es premiado y le forja un

reconocimiento en el Colegio Andino. Paradójicamente, sufre de matoneo donde lo

calificaban de “maricón” o “loca”. Rosario enfatiza en esta parte, en la “caricaturación”

que hacían sus compañeros por su pretendido amaneramiento. De esto se puede extraer el

contexto machista que siempre ha prevalecido en el ámbito social colombiano. Lo

abrumaban los locales, los alemanes por su lado manifestaban un profundo respeto hacia

él. Lorenzo esperaba dos cuadras lejos de la entrada del colegio, a su hermana con el fin

de no avergonzarla por su “condición”. Es sobre esto que me parece importante hacer

hincapié, ya que parte del enfoque teórico de la investigación, versará en revisar el asunto

de la identidad. Para Rosario Lorenzo siempre estuvo “enclosetado” de alguna manera,

así lo interpreta ella como una parte de su carácter excéntrico y hermético, más que como

una postura “política” si se quiere. Él mismo construye su propia imagen, desde entonces,

al vestirse todo de negro, extraño y diferente para el momento. “Un gesto”, así lo define

Rosario, simula una postura de la mano de Lorenzo, y referencia este gesto también en su

obra, en particular en los dibujos de los hombres de papel y Suite de las muchachas

extravagantes.

La década de los setenta significó un gran giro para los jóvenes del momento, el

movimiento hippie, la liberación femenina y la serie de demonstraciones de la comunidad

gay a favor de la liberación de los derechos y en contra de la opresión policial, iniciados

en Stone Wall, Nueva York, el 28 de junio de 1969. Acontecimientos que consciente e

inconscientemente irradiaron de manera global. Este punto contextual es clave para

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revisar y enfocar este aspecto de identidad en la lectura de la obra de Jaramillo. A pesar

de estar en cierta forma al margen, en un país donde los movimientos de liberación social

se han demorado, es interesante situarlo como un “baluarte” inconsciente de estos

derechos. Vale la pena una exploración de archivo y de testimonios de la época para

recrear y entender el mundo gay en Bogotá en ese momento. Un mundo clandestino y

secreto. Es la época en que Lorenzo transcurre entre los 18 y 25 años y aún no se ha

instalado en París.

Para Rosario, la personalidad de su hermano estaba impregnada de un profundo

dolor así mismo que de dignidad, “algo místico había en él, algo muy así”, se repliega las

manos y las lleva al pecho cruzadas. Llamo la atención en este gesto, porque es el gesto

“invisible” que logro ver en sus dibujos.

“Lorenzo un misterioso, o más culposo”, afirma Rosario. Si opto por un enfoque

psicoanalítico, es la posibilidad de verbalizar su mundo interno, lo vincularía a un factible

asunto con el abandono. Lorenzo desde muy pequeño fue criado con las monjas alemanas

de un internado en Bochalema, mientras su madre hacía un trabajo de campo en

antropología. Esta idea se reitera en la entrevista con Inés Reichel y Patricia Uribe, en la

que Reichel confirma que Lorenzo hablaba bastante del abandono. Incluso el no estar

interesado por la pareja, según Rosario, se manifiesta en la imposibilidad de este tipo de

construcción afectiva. Desde esta perspectiva, su trabajo artístico sería una probabilidad

de salir de la jaula psíquica que representan este tipo de experiencias.

6. El Cuerpo y la enfermedad

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Siguiendo la ruta de la identidad, le pregunté a Rosario por la relación de Lorenzo

con el cuerpo. Aquí sucede algo similar con lo de la pareja y el vínculo afectivo, Lorenzo

se sentía inconforme con su cuerpo, se percibía “gordito” y había un asunto con la

comida que lo preocupaba. Una incomodidad corporal lo azuzaba, otro aspecto

importante y relevante para el análisis de los hombre de papel, “detrás de estos hombres

yacentes hay un ser, un posible ser que podría ser él”, apunta su hermana. Al final de sus

días estaba devastado físicamente por la enfermedad, en Nuestra película que es una idea

original de Rosario, Lorenzo revela su profundidad, la “petite histoire” sobrepasa el

mismo documental, es inabarcable. Con esto quiero decir que subyace por encima del

testimonio, esa “pequeña cosa” que los revela como artista. En realidad esto se puede

descubrir mejor en sus obras:

¿Qué es aquello que se capta y que hace que su resultado artístico revele esa pulsión

singular en su creación?

Otro aspecto significativo respecto al cuerpo, era su forma de vestir, refinada al

igual que su comportamiento y el lenguaje que utilizaba. “Quería que fuera femenina, una

gran diva”. Cuando caminábamos por la calle repetía “Ita, Ita, ota, paralela, click”, que

significaba “meter la barriga, quitar la joroba, el mentón para arriba y el click para la

foto”. Anécdota que me hizo reír y entrever su sentido del humor, caustico e inteligente al

igual que su imaginación. Era muy protagonista y “pas comme les autres”, es decir que

sentía que era diferente, singular y esto revela otro aspecto bien narcisista, lo propio en él.

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7. El viaje

Lorenzo fue un gran viajero, estudia pintura en la Byam Shaw School of Art en

Londres entre 1977 y 1978. Así mismo viaja por Europa entre 1979 y 1980, para

establecer parte de su residencia en París entre 1983 y finales de los ochenta. Fue un

trasegar de idas y venidas, de itinerarios y desplazamientos por todo el mundo. No me

detendré en los múltiples travesías que hizo, ni en las exposiciones que realizó en

diferentes países. Mi interés lo constituye la entrevista a Patricia Uribe e Inés Reichel

con la que termino esta primera etapa.

Fueron amigas muy cercanas a Lorenzo en particular cuando vivió en París. Por el

lado de Inés, se conocieron a través de las familias pero una brecha generacional los

separó por un buen momento. Inés mayor de ocho años de Lorenzo. Se reencuentran en

París y consolidan una amistad muy profunda. Por el lado de Patricia, estudiaba en París

cuando a la llegada de Lorenzo. Lo interesante de esta primera parte es observar los

vínculos de amistad que establecía. En realidad no era de grupos, cada amigo, amiga,

ocupaba un lugar específico en su vida. Compartía con cada uno una amistad particular y

jamás hablaba con los amigos de otros amigos. Iba a cine de tres a cuatro veces por

semana y frecuentaba el taller de Caballero. Disfrutaba la compañía de las amigas

mujeres. “Lorenzo era tierno, amable, una persona que escuchaba”, asevera Reichel.

Deduzco por los testimonios de estas tres mujeres que Lorenzo, las hacía sentir y ocupar

el lugar merecido tanto en el nivel social como en el cultural, de alguna forma se entrevé

una solidaridad si se quiere “femenina”.

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A Inés nunca le gustó el trabajo artístico de Lorenzo, siempre la perturbó. “Lo

único que me gustó fue su última etapa, la de los bodegones”, sostiene Reichel. Su

vínculo se centraba en la amistad profunda que llevaron durante muchos años. Al igual

que Rosario, la conmueve el recuerdo y la emociona la posibilidad de un trabajo que

recupere su memoria. Cuando Reichel se instala en India siendo Cónsul, lo invita para

realizar una exposición. Según Inés, Lorenzo andaba corto de dinero y aprovechó esta

oportunidad para vender unos cuadros. Los que llevó fueron los dibujos de papel de los

hombre yacentes. Luego de un recorrido por la región de Jaipur, Lorenzo llega a Delhi

muy enfermo, la exposición no logra consolidarse porque tienen que hospitalizarlo. En la

India lo diagnostican con VIH, siendo aún la enfermedad tema tabú y no verbalizable. La

única condición del gobierno indio es el de sacarlo inmediatamente del país. De vuelta a

Colombia Lorenzo se recupera superficialmente, da unas clases en la Universidad de los

Andes, antes de caer gravemente enfermo en 1992. Esta última etapa es clave para los

dos amigos, ella no lo desampara ningún día hasta el final. Aquí Reichel habla del

documental de Luis Ospina que considera algo efectista. No quiso aparecer en la

entrevista de la película, al considerar que muchos de los que salen como testigos no

fueron realmente cercanos a Lorenzo.

En cuanto a Patricia Uribe, la amistad surgió en París. Siempre admiró el trabajo

de Lorenzo y su cercanía se da más en el contexto del teatro. Me habló particularmente

de la escenografía de la “Arenas Tristes” una adaptación de la vida de José Asunción

Silva y realizada por Ricardo Camacho en 1986. El telón es una proyecto que nunca

culminó pero que se utilizó para la obra de teatro. Lo particular de ella es que hace parte

de un trabajo de escenografía. Otro aspecto que resulta relevante es la relación entre José

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Asunción Silva y Lorenzo Jaramillo, puntos en común: bogotanos, gays (aunque por el

lado de Silva no se ha podido del todo confirmar) y un amor por las hermanas particular.

Lorenzo le confesó a Patricia su homosexualidad, por el contrario con Inés Reichel jamás

habló del asunto. Pareciera que entre más íntima la relación más pudor se estableciera en

sus vínculos afectivos.

Si bien queda un largo camino por recorrer, las primeras entrevistas dan cuenta

del tono y propósito de la investigación. Los aportes sobre determinados aspectos de su

vida, sustentan el contenido de la subjetividad. La entrevista como herramienta lleva

implícitos los objetivos englobados. Se profundiza en las relaciones, la forma de vida y

percepciones del artista, es una respuesta subjetivamente sincera o propia.

Luego de este recorrido inicio de un esbozo del proyecto investigativo, puedo

deducir sobre lo propio como concepto y aporte potenciales a: 1) Cubrir un vacío

importante en el relato historiográfico a partir del relato de la intimidad de la identidad

sexual y la enfermedad: el testimonio de los artistas que está en la obra. 2) Proponer los 4

métodos de mirada y análisis de las obras como lectura de las obras. 3) Construir un

discurso especializado sobre las obras de los 3 artistas. 4) Contar la historia de tres

décadas de arte colombiano a través de la narrativa de la identidad sexual y la

enfermedad. 5) Abrir un campo de estudio ausente en la disciplina.

Bibliografía

Arfuch, Leonor. (2007). El espacio biográfico. Dilemas de la subjetividad


contemporánea. Buenos Aires. Fondo de Cultura Económico.

Behar, Ruth. (1996). The Vulnerable Observer. Boston. Beacon Press.

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Gutiérrez, Natalia. (2010). Miguel Ángel Rojas. Esencial. Bogotá. Planeta y Paralelo.

Jaramillo, L. (2002). Lorenzo. Bogotá: Seguros Bolívar.

Pini, Ivonne. 2000. En busca de lo propio. Bogotá. Universidad Nacional de Colombia.

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