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Sobre Los Ceros Reales de Funciones Enteras
Sobre Los Ceros Reales de Funciones Enteras
FACULTAD DE CIENCIAS
SECCIÓN DE POSGRADO Y SEGUNDA ESPECIALIZACIÓN PROFESIONAL
ELABORADO POR:
CARLOS ANDRÉS CHIRRE CHÁVEZ
ASESOR:
DR. OSWALDO JOSÉ VELÁSQUEZ CASTAÑÓN
LIMA-PERÚ
2014
Dedicado para mi padre Andrés Chirre y mi madre Lupe Chávez, quienes son mi apoyo
incondicional y mi motor para realizar todos mis objetivos.
2
AGRADECIMIENTOS
Gracias a Dios, el creador de todas las cosas, por permitirme avanzar en mis sueños y alcanzarlos.
Por enseñarme que siempre está allı́ para ayudarnos.
Gracias a mis padres Andrés Chirre y Celia Chávez, por apoyarme incondicionalmente de diferentes
maneras durante toda mi vida. Son mi motivo para continuar en mis estudios y alcanzar todos mis
objetivos, para que ellos se sientan orgullosos de mı́. Igualmente a mis hermanos y familia en general,
por estar siempre atentos a mi persona.
Gracias a mi asesor Oswaldo Velásquez por la confianza depositada en mı́ para poder trabajar juntos
desde la universidad hasta mis estudios de posgrado. Por la dirección en mi trabajo y por motivarme
a realizar estudios más avanzados en las apasionantes áreas de la teorı́a de números y el análisis com-
plejo.
Gracias a los profesores Emanuel Carneiro y Julio Alcántara por ser jurados en mi defensa de la tesis
de maestrı́a, y por motivar a los jóvenes estudiantes a alcanzar sus metas.
Gracias al Instituto de Matemáticas y Ciencias Afines (IMCA), por aceptarme desde el 2009 como
estudiante, y brindarme los conocimientos necesarios para desarrollarme como matemático. Al pro-
fesor Félix Escalante, director del IMCA, por apoyar siempre a los estudiantes que desean alcanzar
sus objetivos. De igual manera agradecer a los docente del IMCA, por la orientación y dirección en
cada materia dictada. En particular agradecer al profesor Johel Beltrán, por apoyarme en el área pro-
babilı́stica necesaria para el trabajo, más aún, por dictar un curso para poder aprender los conceptos
necesarios para concluir el trabajo.
Gracias a mis docentes de la facultad de Ciencias de la UNI, por brindarme los primeros conocimien-
tos en la carrera de matemáticas y orientación en las diferentes materias dictadas.
Gracias a David A. Cardon, por la publicación de artı́culos sobre temas que realmente me interesan,
y por la comunicación por correo electrónico.
Gracias a mis amigos de la facultad de Ciencias, pues junto con ellos hemos pasado muchas expe-
riencias que nos ayudaron a madurar como estudiantes y como personas.
Finalmente agradecer a la Iglesia Adventista del Séptimo Dı́a, por su apoyo, amistad y darme guı́as
espirituales que me ayudan a desarrollarme como persona.
3
Índice general
1. Introducción 9
4
3.3.1. Preliminares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90
3.3.2. Comportamiento asintótico de las funciones ΞF (s) y WF (s) . . . . . . . . . 93
3.4. Estudio de la función ψF (s) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
3.4.1. La función ψF (s) como polinomio de Dirichlet . . . . . . . . . . . . . . . . 103
3.4.2. La función ψF (s) como función casi-periódica . . . . . . . . . . . . . . . . 106
3.5. Prueba del teorema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109
4. Conclusiones 112
A. PROBABILIDADES 116
A.1. Teorı́a de probabilidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 116
A.2. Sobre teorı́a de la medida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120
A.3. Continuación de la teorı́a de probabilidades I . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124
A.4. La integral de Riemann-Stieltjes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135
A.5. Continuación de la teorı́a de probabilidades II . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 142
5
NOTACIONES
Las letras N, Z, R y C son el conjunto de números naturales, enteros, reales y complejos respec-
tivamente.
Un número complejo será denotado por s o z. Además será escrito de la forma s = σ + iτ , donde <s
representa la parte real de s y =s representa la parte imaginaria de s.
Por abuso de notación, para un número real a, escribiremos σ > a como el semiplano {s ∈ C : <s >
a}. Del mismo modo se indicará en los casos σ ≤ a, σ < a, σ ≥ a.
La conjugada de un número complejo s = σ + iτ será denotado por s = σ − iτ .
Para las funciones f : C → C y g : C → R, la notación f = O(g) denota que existe C > 0 tal que
|f (s)| ≤ C.g(s) para s ∈ C con |s| suficientemente grande, es decir, para |s| > r0 , con r0 un número
muy grande.
Para una función h(s) definiremos las funciones f + (s) = h(s) + h(−s) y f − (s) = h(s) − h(−s).
En virtud que las propiedades que se demostrarán lo comparten ambas funciones, por un abuso de
notación denotaremos a ambas funciones como f (s), entendiendo que puede el resultado vale para
ambas funciones, salvo se indique lo contrario.
La función máximo entero se denotará por [[x]], que es el mayor número entero menor o igual a x, es
decir, [[x]] ≤ x < [[x]] + 1, donde [[x]] ∈ Z.
La abreviación c.t.p. significa: en casi todo punto.
Considerando la sucesión de conjuntos {En }n∈N y el conjunto B, escribimos En ↑ B para denotar
E1 ⊂ E2 ⊂ · · · En ⊂ · · · ⊂ B.
Considerando la sucesión de funciones {fn }n∈N y la función f , definidas en D, escribimos fn ↑ f
para denotar f1 (x) ≤ f2 (x) ≤ · · · fn (x) ≤ · · · ≤ f (x), para todo x ∈ D.
6
SOBRE LOS CEROS REALES DE FUNCIONES ENTERAS
Tema. En el primer capı́tulo mostraremos que ciertas sumas de productos de funciones enteras de
la clase de Hermite-Biehler con funciones enteras de género 0 o 1, tienen solo ceros reales. Como
aplicaciones de este teorema, construimos sumas de funciones exponenciales que solo poseen ceros
reales. Además, en este capı́tulo consideramos una función entera real f (z) de orden menor que 2 que
solo posee ceros reales y clasificaremos ciertas funciones de distribución F , tal que la transformada
de Fourier Z +∞
H(z) = f (it)eizt dF (t)
−∞
tiene solo ceros reales. Estos resultados son dados por David A. Cardon. En el segundo capı́tulo,
consideramos la hipótesis de Riemann análoga para la función zeta de Ramanujan, que establece que
todos los ceros de la función Ξ de Ramanujan son reales. Estudiamos los ceros de las aproximaciones
de la función Ξ de Ramanujan. Este estudio es dado por Haseo Ki. Además, en este capı́tulo mos-
tramos una nueva demostración de un teorema de Ki. Nuestro prueba es basada en los resultados de
Oswaldo Velásquez.
7
ABOUT THE REAL ZEROS OF ENTIRE FUNCTIONS
ABSTRACT. In the first chapter we show that certain sums of products of Hermite-Biehler entire
functions with entire functions of genus 0 or 1, have only real zeros. As applications of this theorem,
we construct sums of exponential functions having only real zeros. Also, in this chapter we consider
a real entire f (z) of order less than 2 with only real zeros. Then we classify certain distribution
functions F such that the Fourier transform
Z +∞
H(z) = f (it)eizt dF (t)
−∞
has only real zeros. These results were given by for David A. Cardon. In the second chapter, we
consider the analogue of the Riemann hypothesis for the Ramanujan zeta function, that states that all
zeros of the Ramanujan Ξ-function have only real zeros. We study the zeros of approximations of the
Ramanujan Ξ-function. This study was given by Haseo Ki. Also, in this chapter we show a new proof
of a Ki’s theorem. We will base our proof in the results of Oswaldo Velásquez.
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Capı́tulo 1
Introducción
Una de las teorı́as más importantes del análisis complejo es la teorı́a de funciones enteras. Entre
los resultados más importantes se destaca el teorema de factorización de Hadamard en 1890, que
demostró que una clase de funciones, llamadas funciones enteras de orden finito, tienen un compor-
tamiento similar a los polinomios. Las funciones enteras de orden finito son aquellas que tienen una
cota de la forma
k
|f (z)| < er ,
para algún k > 0, donde |z| = r, con r suficientemente grande. Definamos el orden de la función
entera f (z) (denotado por ρ) como el ı́nfimo de todos los valores k > 0 que cumplen esta desigualdad
asintótica. Gracias al teorema de factorización de Hadamard, las funciones enteras de orden finito ρ
pueden ser factorizadas, en el sentido que pueden ser escritas de la forma
+∞
m P (z)
Y z
f (z) = z e Eκ ,
an
n=1
[[ρ]] − 1 ≤ g ≤ [[ρ]] ≤ ρ.
En el primer capı́tulo de mi tesis estudiaré los casos particulares de esta factorización, cuando
el género es 0 o 1. Un resultado conocido dice que la suma de dos funciones de orden finito es una
función de orden finito, y es de orden menor o igual que los órdenes de las funciones. Además la
derivada de una función de orden finito es una función de orden finito, y el orden es el mismo. Esto
me llevó a preguntarme acerca del comportamiento del género bajo la adición y la diferenciación;
9
si es que se cumple resultados análogos como el orden de una función. Laguerre fue uno de los
matemáticos interesados en este tema y mostró que en el caso que la función tiene un número finito
de raı́ces imaginarias, el género se preserva bajo diferenciación. Con respecto a la adición, se pierde
la propiedad que tiene el orden. Lindelöf demostró en [32, p. 77] que si definimos la función
+∞
Y
z
f (z) = 1− 3 ,
n=1 n(log n) 2
que es de género 0, entonces la función G(z) = f (z) + f (−z) es de género 1. Este ejemplo muestra
que el género no hereda la propiedad que tiene el orden, respecto a la adición. La razón principal
del aumento de género en este caso es el comportamiento de los ceros de la función G(z). Por ello,
me concentraré en estudiar los ceros de sumas particulares de funciones, cuando son de la forma
G(z) = f (z − ia) + f (z + ia), con a > 0. El interés por estudiar estas sumas se da en virtud que el
resultado dará una función cuyos ceros tienen un comportamiento muy particular. Esto fue analizado
por Pólya, y en su interés por estudiar los ceros de la función zeta de Riemann obtuvo el siguiente
resultado.
Proposición 1.0.1 (Pólya-1926). Sean a > 0, b ∈ R y f (z) una función entera de género 0 o 1, real
sobre la recta real, que posee por lo menos un cero y todos sus ceros son reales. Entonces la función
Tanto Laguerre como Pólya fueron matemáticos interesados en resultados respecto a funciones de
género 0 o 1. Un subconjunto muy especial de las funciones de orden finito, son las funciones de la
clase de Laguerre-Pólya. Una función f (z) es de la clase de Laguerre-Pólya(LP) si su factorización
de Hadamard es de la forma
p
m δz 2 +αz
Y z z
cz e 1− e an ,
an
n=1
10
dada por Pólya. En el caso que la función f (z) solo posea una cantidad finita de ceros demostraron el
siguiente teorema
Teorema 1.0.1. Sean a > 0 y b ∈ R. Si f (z) es una función entera de género 0 o 1, real sobre la
recta real, que posee una cantidad finita de ceros y tiene por lo menos p ≥ 1 ceros, repetidos según
multiplicidad, entonces la función
es también una función entera de género 0 o 1, real sobre la recta real, que tiene por lo menos
p − 1 ceros (contando multiplicidades) y todos son reales. En particular si f (z) ∈ LP ∗ entonces
G(z) ∈ LP ∗ .
En el caso que la función f (z) posea infinitos ceros mostraron el siguiente teorema
Teorema 1.0.2. . Sean a > 0 y b ∈ R. Si f (z) es una función entera de género 0 o 1, real sobre la
recta real y posee una cantidad infinita de ceros. Entonces la función
es también una función entera género 0 o 1, real sobre la recta real, que posee infinitos ceros y todos
son reales.
Cuando analicé este resultado, pude comprender todas las conclusiones, salvo el hecho que G(z)
sea una función de género 0 o 1. De hecho, Cardon se basó en el hecho que la función G(z) es
de género 0 o 1 para afirmar la infinitud de sus ceros. Por ende, me puse a investigar más acerca del
género de la suma, y encontré el resultado ya mencionado de Lindelöf. Además, revisando los trabajos
de Boutroux [11, p. 140] (quien tuvo comunicación con Lindelöf sobre estos temas) menciona que
es complicado determinar el género de la suma de dos funciones. En última instancia decidı́ enviarle
un correo electrónico a Cardon para que me comente acerca de su resultado. Sin embargo, él me
comentó que no se habı́a percatado de ese detalle en la prueba, y que él tampoco podı́a afirmar acerca
del género de esta suma. A partir de ese momento decidı́ encontrar información acerca del género, lo
cual me hizo llegar al siguiente resultado.
Proposición 1.0.2. Sean a > 0 y b ∈ R. Si f (z) es una función entera de género 0 o 1, real sobre la
recta real, que posee infinitos ceros y todos son reales, entonces la función
Más aún, es posible extender este resultado para funciones en LP. Además respecto a la infinitud
de los ceros, usando las ideas dadas por Cardon, mostré el siguiente resultado para funciones en LP ∗ .
11
Teorema 1.0.3. Sean a > 0 y b ∈ R. Si f (z) ∈ LP ∗ y tiene infinitos ceros, entonces la función
En virtud de esto, pese a la omisión de Cardon, sus resultados en el artı́culo [1] se pueden aplicar
para funciones en LP ∗ . Continuando con el análisis del artı́culo, Cardon menciona las funciones de
la clase de Hermite-Biehler. Decimos que la función entera w(z) pertenece a la clase Hermite-Biehler
si satisface las siguientes propiedades.
donde H es el semiplano superior. Una propiedad importante de estas funciones es que la función
w(z) + w∗ (z) posee ceros reales. Como lo mencioné antes, el objetivo era mostrar que esta propiedad
de poseer ceros reales se hereda para sumas y productos complejos, que se dará entre funciones en
LP ∗ con funciones de la clase de Hermite-Biehler. El teorema principal del artı́culo [1] es el siguiente.
Teorema 1.0.4 (Adams, Cardon-2007). Si f (z) ∈ LP ∗ y {wn (z)} ⊂ HB, entonces la función Hn (z)
definida por las siguientes recurrencias,
H0 (s, z) = f (s)
Hn (s, z) = Hn−1 (s − ian , z)wn∗ (z) + Hn−1 (s + ian , z)wn (z) para n ≥ 1,
Una aplicación importante de este teorema será obtener sumas de funciones exponenciales que
solo poseen ceros reales
Corolario 1.0.1 (Cardon-2004). Suponga que f (z) ∈ LP ∗ . Sean a1 , ..., an , b1 , ..., bn números reales
positivos. Definamos la suma exponencial
X
hn (z) = f (±ia1 ± · · · ± ian )eiz(±b1 ±···±bn )
obtenida sobre la suma de todas las combinaciones de signo, usando la misma combinación para el
argumento de G(z) como en el exponente. Entonces hn (z) ∈ LP ∗ .
Finalmente, terminaré este capı́tulo estudiando otro teorema dado por Cardon acerca de la cons-
trucción de una transformada de Fourier que solo posee ceros reales [13], pero cuya integral no está
12
dada con la medida de Lebesgue, sino con una medida que será el lı́mite de funciones de distribución
asociadas a una sucesión de variables aleatorias independientes.
Teorema 1.0.5. Sea f (z) una función entera real de orden < 2 que solo tiene ceros reales. Sean
{an }n∈N una sucesión decreciente de números reales positivos, {Xn }n∈N una sucesión de variables
aleatorias independientes que solo toma los valores ±1 con igual probabilidad, y sea Fn la función
distribución de la suma normalizada
a1 X1 + · · · + an Xn
Yn = ,
sn
donde s2n = a21 + · · · + a2n . Las funciones Fn convergen puntualmente a la distribución continua
F = lı́m Fn . Sea H la transformada de Fourier de t 7→ f (it) con respecto a la medida dF , es
n→+∞
decir Z +∞
H(z) = f (it)eizt dF.
−∞
Entonces H(z) es una función entera real de orden ≤ 2. Si H 6≡ 0, entonces H solo posee ceros
reales.
Este teorema muestra la estrecha relación entre la teorı́a de probabilidades y la teorı́a de funciones
enteras. Este resultado es motivado con la equivalencia de los ceros reales de cierta transformada de
Fourier y la hipótesis de Riemann. En primera instancia me interesé en estudiar la parte probabilı́stica
para comprender la medida que se estaba presentando. Uno de los resultados que usó Cardon en su
trabajo fue un corolario dado por Pinelis [34].
Corolario 1.0.2 (Pinelis). Consideremos las variables aleatorias independientes η1 , η2 , ..., ηn tales
que E(ηj ) = 0 y |ηj | ≤ 1 c.t.p, para 1 ≤ j ≤ n. Si consideramos la variable aleatoria ξ1 con
n
X
n
distribución normal estándar, y {xj }j=1 ⊂ R con x2j = 1, entonces para u ≥ 0 se cumple que
j=1
2e3
P(η1 x1 + η2 x2 + · · · + ηn xn ≥ u) < P(ξ1 ≥ u).
9
Este corolario se adapta a nuestras hipótesis respecto a las variables aleatorias que tenemos, y
permite encontrar una acotación que se necesitará en el trabajo. Usando este corolario se encuentra
esta acotación Z +∞ −t2
1 − Fn (u) < β e 2 dt,
u
2e 3
donde β = √ .
9 2π
Realizando un cálculo se llega a que para u ≥ 2β
u2
1 − Fn (u) < e− 2 .
13
Cardon solo necesitó esta relación para poder realizar acotaciones que permitieron concluir su trabajo.
Sin embargo, daré otra demostración de esta acotación para no recurrir al resultado dado por Pinelis.
Para ello usaré un teorema dado por Wassily Hoeffding [23, p. 6] cuya demostración es mucho más
sencilla que el corolario de Pinelis.
Teorema 1.0.6 (Wassily-1962). Si X1 , X2 , ..., Xn son variables aleatorias independientes tales que
bj ≤ Xj ≤ cj para todo j ∈ {1, 2, ..., n}, entonces para t > 0 se cumple
2n2 t2
−
P(X − µ ≥ t) ≤ e (c1 −b1 )2 +(c2 −b2 )2 +···+(cn −bn )2 ,
X1 +X2 +···+Xn
donde X = n y µ = E(X).
Corolario 1.0.3. Con las notaciones del teorema 1.0.5, la función definida por
está en LP ∗ .
donde
n n
! !
−2πmet −2πme−t
X X
−2π cosh t
φF (t) = e am e am e .
m=0 m=0
En [26, p. 132], Ki estudia el comportamiento asintóticos de los ceros de esta función. Uno de los
teoremas que prueba acerca de la distribución de los ceros de la función ΞF (s) es el siguiente.
14
Teorema 1.0.7 (Ki-2008). Para ΞF (s) se cumple que
T T
N (T, ΞF ) = log + O(log T ),
π eπ
donde N (T, ΞF ) denota el número de ceros de ΞF tal que 1 ≤ <s ≤ T y N1 (T, ΞF ) denota el
número de ceros simples de ΞF (s), con 1 ≤ <s ≤ T y =s = 0. En el semiplano izquierdo se
mantiene la misma propiedad.
Este teorema dado por Ki permite describir el comportamiento de los ceros en bandas verticales.
Ademá, también demuestra otro teorema con respecto al comportamiento de los ceros en bandas
horizontales. Para ello, definamos
n
X
ψF (s) = π −s am (2m + 1)−s ,
m=0
Teorema 1.0.8 (Ki-2008). Sean 0 < δ < ∆∗ < ∆∗∗ tres números reales positivos. Si la función
ψF (is − k) tiene una cantidad finita de ceros en la banda −∆∗ < =s < ∆∗∗ , entonces todos los
ceros de ΞF (s), salvo una cantidad finita, que están en la banda |=s| ≤ δ son reales. En particular,
todos los ceros de ΞF (s), salvo una cantidad finita, son reales si ψF (is − k) tiene una cantidad finita
de ceros en =s < ∆∗∗ .
Es interesante notar este comportamiento de los ceros de ΞF (s) con una condición suficiente: la
cantidad finita de los ceros de la función ψF (is − k). De hecho, la relación predominante entre la
función ΞF (s) y la función ψF (is − k) es dada por
+∞
X +∞
X
ΞF (s) = bm ψ(is − m)Γ(is − m) + bm ψ(−is − m)Γ(−is − m).
m=k m=k
Para la demostración de este teorema, Haseo Ki se basa en la factorización de Hadamard. Más aún,
la función ΞF (s) es una función entera de orden menor que 2. En esta sección del trabajo, daré otra
demostración de este teorema sin usar la factorización de Hadamard, sino usando el principio del
argumento. Para ello analicé el artı́culo de Oswaldo Velásquez [43], que estudia el comportamiento
asintótico de los ceros de sumas particulares de funciones meromorfas, en bandas verticales. De
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hecho, la aplicación de sus resultados proporciona información sobre el comportamiento asintótico
de los ceros de ciertas funciones estudiadas en teorı́a de números. Su motivación fue usar el método de
Taylor, quien realizaba trabajos con el objetivo de obtener resultados afines a la hipótesis de Riemann.
Velásquez enunció el siguiente resultado.
Teorema 1.0.9 (Velásquez-2008). Sean a ∈ R, h(s) una función meromorfa en C, real sobre la recta
real, con un número finito de polos en C, con un número finito de ceros en el semiplano σ > a,
holomorfa y no nula sobre la recta crı́tica σ = a. Definamos la función
1. Para cada η > 0 existe σ0 = σ0 (η) > a tal que |F (s)| < η para σ ≥ σ0 , τ ∈ R.
2. Para todo ε > 0 y σ0 > a existe una sucesión {Tn }n∈N de modo que lı́m Tn = +∞ y
n→+∞
|F (s)| < eε|s| para a ≤ σ ≤ σ0 , |τ | = Tn , n ≥ 1.
Entonces
nf,a
N (T ) − N0 (T ) ≤ N (T ) − N00 (T ) ≤ u± − nf,σ>a − + Pf,σ>a + Nh,σ>a − Ph,σ>a ,
2
para T > 0, donde N (T ) es el número de ceros de f (s) con 0 < τ < T , N0 (T )(N00 (T )) es el
número de ceros de f (s) en la recta σ = a y 0 < τ < T contando(sin contar) multiplicidad, u+ = 21 ,
u− = 1, nf,0 = 0 (caso +) ó nf,0 ≥ 1 es impar (caso −), nf,σ>a es el número de ceros reales de f (s)
tal que σ > a, nf,a es la múltiplicidad de s = a como ceros de f (s), Pf,σ>a (Ph,σ>a ) es el número
de polos de la función f (s)(h(s)) tal que σ > a y Nh,σ>a es el número de ceros de h(s)(reales o
complejos) con σ > a. En particular todos los ceros de f (s), salvo un número finito, se encuentran
sobre la recta σ = 0 y son simples. Es más, el lado izquierdo de la desigualdad anterior es un número
positivo par.
Para probar esto se calcula N (T ) con la ayuda del principio del argumento. Luego se estima
N00 (T ), usando un lema que me permite obtener una cota inferior para esta función. La diferencia
N (T ) − N00 (T ) contiene un término de error. Entonces se muestra que la contribución de este término
es insignificante, y ello se da en virtud de un teorema de Littlewood [41, p. 220]. La aplicación de este
teorema y más versiones permite obtener resultados acerca de la función zeta de Riemann. Además,
Velásquez proporciona múltiples versiones para este teorema, incluyendo el caso para bandas verti-
cales. Sin embargo, no siempre se tendrá una función entera real sobre la recta real. En el caso de la
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ausencia de la simetrı́a real, Velásquez también demuestra teoremas que son generalizaciones de los
casos anteriores. Modificaré un poco la versión general en bandas, y la adaptaré a nuestro análisis de
funciones enteras. Denotamos la función h(s) = h(s).
Teorema 1.0.10. Sea h(s) una función entera que no se anula en las recta σ = 0 y σ = σ0 , donde
σ0 > 0, y h(s) solo posee una cantidad finita de ceros en la banda 0 ≤ σ ≤ σ0 . Definamos la función
entera
f (s) = h(s) ± h(−s).
2. Para todo ε > 0 existe una sucesión {Tn }n∈N tal que lı́m Tn = +∞ y |F (s)| < eε|s| donde
n→+∞
0 ≤ σ ≤ σ0 y τ = ±Tn , n ≥ 1.
Entonces
0
N (T, σ0 ) − N0 (T ) ≤ 2Nh,0<σ<σ0 + 2,
donde N (T, σ0 ) denota los ceros de f (s) tales que −σ0 < σ < σ0 y −T < τ < T . En particular
todos los ceros de f (s) que están en la banda −σ0 ≤ σ ≤ σ0 , salvo un número finito, se encuentran
sobre la recta σ = 0 y son simples.
Para poder aplicar este teorema a la función ΞF (s), podemos escribir tal función de la siguiente
manera. i i
ΞF (s) = WF s − + WF s + ,
2 2
donde Z +∞
WF (s) = φ̂F (t)eist dt,
−∞
n n
! !
e−2π cosh t X
−2πmet
X
−2πme−t
φ̂F (t) = t −t am e am e .
e2 + e 2
m=0 m=0
De esta manera obtenemos que la función ΞF (s) es expresada como suma de dos funciones. Para
poder expresarla tal como lo pide el teorema 1.0.10, lo que haremos será una rotación. Definiendo las
i
funciones enteras C(s) = ΞF (−is) y h(s) = WF − is − , entonces la relación anterior se puede
2
escribir de la forma
C(s) = h(s) + h(−s).
Por lo tanto, para probar nuestro resultado acerca del comportamiento de los ceros de la función ΞF (s)
en bandas horizontales, cambiaré nuestro estudio por la función C(s) y estudiaré el comportamiento
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de sus ceros en bandas verticales, y de esta manera podré usar el teorema 1.0.10. Por lo tanto, el
teorema que probaré será el siguiente.
Teorema 1.0.11. Sean 0 < δ < ∆∗ < ∆∗∗ tres números reales positivos. Si la función ψF (s − k) no
posee ceros en la banda −∆∗∗ < <s < ∆∗ , entonces todos los ceros de C(s), salvo una cantidad
finita, que están en |<s| ≤ δ están en la recta <s = 0. En particular, todos los ceros de C(s), salvo
una cantidad finita, están en la recta <s = 0, si ψF (s − k) no posee ceros en <s > −∆∗∗ .
Para ello, nos basaremos en resultados asintóticos de dados por Haseo Ki. La técnica que usó fue
la de Bruijn [18, p. 210]. En base a ello, logró obtener los comportamiento asintóticos de las funciones
ΞF (s) y WF (s).
donde bk 6= 0.
En este comportamiento asintótico aparece la función ψ(is − k), lo que nos llevará a estudiarla de
un modo particular. Esta función es un polinomio de Dirichlet, y gracias al estudio dado por Velásquez
[44, p. 23] acerca de los polinomios exponenciales y la casi-periodicidad, podemos obtener mucha
información acerca de los ceros de esta función, y usarlos para concluir nuestro resultado.
18
Capı́tulo 2
En este capı́tulo estudiaré una serie de artı́culos de David A. Cardon. La alineación de ceros de
una función entera es un problema muy relacionado con la teorı́a de números, lo que será el factor
motivante en nuestro trabajo. En la primera sección del capı́tulo estudiaré las funciones de género 0
o 1 con ceros reales y el teorema de Pólya, que menciona que al considerar estas funciones como
sumandos con cierta simetrı́a, la función resultante mantendrá la propiedad de mantener solo ceros
reales [35, p. 316]. Esto será consecuencia de una simple propiedad de las funciones w(z) de la clase
Hermite-Biehler, pues la función w(z) + w∗ (z) tambı́en posee ceros reales. Extenderé este resultado
para funciones en LP ∗ . En la segunda sección mostraré ciertas sumas de productos de funciones de
la clase LP ∗ con funciones de la clase de Hermite-Biehler que aún mantienen esta propiedad [1].
Una aplicación de este resultado será un resultado análogo para suma de funciones exponenciales que
poseen solo ceros reales [14]. En la tercera sección de este capı́tulo construiremos una transformada
de Fourier con solo ceros reales [13]. Si consideramos la función ξ(z) como la continuación analı́tica
de la función zeta de Riemann, entonces una observación importante [41, cap. 10] es que la función
ξ(1/2 + iz) puede ser estudiada como una transformada de Fourier, y la hipótesis de Riemann será
equivalente a que tal transformada solo posea ceros reales. En esta sección se construirá una transfor-
mada de Fourier donde la medida no será la medida de Lebesgue. Para ello recurriremos a conceptos
probabilı́sticos que son tratados en el apéndice.
19
2.1. Funciones de género 0 o 1 y el teorema de Pólya
2.1.1. El teorema de Hadamard
Consideremos {an }n∈N una sucesión de números complejos no nulos, creciente en módulo tal
que lı́m |an | = +∞.
n→+∞
Definición 2.1.1. Definamos el exponente de convergencia de la sucesión {an }n∈N , denotado por
λ0 , como el ı́nfimo de los números reales λ > 0 para los cuales es convergente la serie
+∞
X 1
.
|an |λ
n=1
Definición 2.1.2. Definamos el orden de la sucesión {an }n∈N , denotado por κ, como el mayor núme-
ro entero no negativo tal que es divergente la serie
+∞
X 1
.
|an |κ
n=1
Observación 2.1.1. El exponente de convergencia de una sucesión es finito, si y solo si, el orden de
la sucesión lo es. Además se tiene la desigualdad
κ ≤ [[λ0 ]] ≤ λ0 ≤ κ + 1.
Teorema 2.1.1 (Hadamard-1890). Sea f (z) una función entera de orden finito ρ. Sea {an }n∈N la
sucesión de sus ceros no nulos, repetidos según multiplicidad y ordenados de modo que la sucesión
de los módulos es creciente. Entonces f (z) puede expresarse de la forma
+∞
m P (z)
Y z
f (z) = z e Eκ ,
an
n=1
Demostración. Para la prueba ver [29, p. 26]. La idea es usar la fórmula de Jensen de un logaritmo
holomorfo, derivar y usar un resultado de Hadamard que dice que el exponente de convergencia de
los ceros de la función no excede el orden de la función.
20
Teorema 2.1.2 (Borel). Sea f (z) una función entera que admite la factorización siguiente
+∞
m P (z)
Y z
f (z) = z e Eκ ,
an
n=1
donde P es un polinomio de grado q, κ es el orden de la sucesión {an }n∈N de los ceros no nulos de la
función f (que suponemos finito), m la multiplicidad de z = 0 como cero de f . Si λ0 es el exponente
de convergencia de la sucesión de ceros, entonces f es orden finito ρ = máx{q, λ0 }.
Definición 2.1.3. Con las hipótesis del teorema 2.1.1 definamos el género de la función f como
g = máx{κ, q}.
donde α, β ∈ C, p ∈ N ∪ {0} o p = +∞, {an }pn=1 son los ceros no nulos de la función f , repetidos
según multiplicidad y m la multiplicidad de z = 0 como cero de f .
Definición 2.1.4. Una función entera f es real, si para todo z ∈ R se tiene que f (z) ∈ R.
Observación 2.1.3. Si f (z) es una función entera real de género 0 o 1, que posee solo ceros reales,
entonces su factorización de Hadamard es de la forma
p
Y z az
f (z) = cz m eαz 1− e n,
an
n=1
donde α, c ∈ R, c 6= 0, p ∈ N ∪ {0} o p = +∞, {an }pn=1 son los ceros no nulos de la función f (z),
repetidos según multiplicidad, m la multiplicidad de z = 0 como cero de f (z).
Demostración. Como f (z) es una función expresada de la forma dada en la observación 2.1.2, en-
tonces para todo z ∈ R que no es un cero de f (z) cumple que eαz+β ∈ R. En virtud que el conjunto
de ceros de la función f (z) es un conjunto aislado y que el lı́mite de una sucesión de números reales
es un número real, se tiene que para todo z ∈ R se cumple que eαz+β ∈ R. En particular para z = 0
se tiene que c = eβ ∈ R. Por lo tanto eαz ∈ R para todo z ∈ R. Finalmente haciendo un simple
21
cálculo tenemos 1
eα n − e0
lı́m 1 = α ∈ R.
n −0
n→+∞
Ejemplo 2.1.1. Dado α ∈ h1, 2i, consideremos la sucesión {n(log n)α }n∈N , cuyo exponente de
convergencia es λ0 = 1 y su orden es κ = 0. Podemos definir la función entera real f (z) cuya
factorización de Hadamard es
+∞
Y
z
f (z) = 1− .
n(log n)α
n=2
La noción de género dada en la definición 2.1.3 nos lleva naturalmente a preguntarnos si el género
se conserva bajo la diferenciación o la adición. Más preciso, si las siguientes proposiciones son ciertas
en todos los casos.
Laguerre demostró el primero de estos teoremas, asumiendo que la función admite un número finito
de raı́ces imaginarias. Analizaremos este resultado en una sección posterior. En cuanto al segundo
teorema, los resultados de Hadamard mostraron que es posible afirmar ello en la gran mayorı́a de
casos, pero existen excepciones a este teorema. Por ejemplo, existen funciones de género 0 cuya
suma puede originar una función de género 1.
+∞
Y
z
f (z) = 1−
n=2
n(log n)3/2
es una función de género 1, pues los ceros de la función G son de orden κG = 1; mientras que las
funciones enteras f (z) y f (−z) son de género 0. Boutroux generalizó esta propiedad en su tesis de
doctorado en la facultad de ciencias de Parı́s [11, p. 140]. Es fácil ver que las funciones F1 (z) =
f (z 2 ), F2 (z) = f (−z 2 ) son de género 1, pues el conjunto de ceros de cada una de las funciones tiene
22
orden 1. De la igualdad (2.1) se tiene que
Los ceros de la función G(z) tiene orden κG = 1, entonces es fácil ver que los ceros de la función
H(z) tiene orden κH ≥ 2, sin embargo como las funciones F1 (z) y F2 (z) son de orden a lo más 2 la
función H(z) es de orden a lo más 2. Por lo tanto la función H(z) es de género 2. Entonces se tiene
que F1 (z) y F2 (z) son funciones de género 1 cuya suma es una función de género 2.
Definición 2.1.5. La clase de funciones de Laguerre-Pólya, denotado por LP, consiste de todas las
funciones enteras reales que tienen solo ceros reales y su factorización de Hadamard es de la forma
p
m δz 2 +αz
Y z z
cz e 1− e an ,
an
n=1
Observación 2.1.5.
Definición 2.1.6. Se dice que una función entera w(z) pertenece a la clase Hermite-Biehler, deno-
tada por HB, si satisface las siguientes condiciones.
23
Ejemplo 2.1.2. Dado b > 0, la función entera w(z) definida por w(z) = eibz pertenece a la clase de
Hermite-Biehler.
Sabemos que w(z) no posee ceros, luego se satisface la primera condición de la definición 2.1.6.
Se tiene que w∗ (z) = eibz = e−ibz . Entonces para z ∈ C se cumple
w(z) 2ibz
w∗ (z) = e
.
Lema 2.1.1. Si w(z) es una función entera tal que para z ∈ H se tiene que
entonces todos los ceros de la función w(z) + w∗ (z) son reales. En particular una función de clase
Hermite-Biehler cumple esta propiedad.
Demostración. Dado z0 ∈ C tal que w(z0 ) + w∗ (z0 ) = 0. Esto implica que |w(z0 )| = |w∗ (z0 )|.
Tenemos los siguientes casos.
1. Si z0 ∈ H, entonces cumple |w(z0 )| < |w∗ (z0 )|, lo que nos da una contradicción.
2. Si z0 ∈ H, entonces tenemos que |w(z0 )| < |w∗ (z0 )|. De la definición de w∗ (z0 ), tenemos lo
siguiente
|w∗ (z0 )| = w(z0 )= |w(z0 )| = |w∗ (z0 )| = w∗ (z0 )= |w(z0 )|,
Por lo tanto z0 ∈ R.
En 1926, Pólya estaba tratando de entender los ceros de la función zeta de Riemann. En su trabajo
[35, p. 316] incluye la siguiente observación:
Proposición 2.1.1 (Pólya-Hilfssatz II). Sean a > 0 y f (z) una función entera real de género 0 o 1,
que posee por lo menos un cero y todos sus ceros son reales. Entonces la función
24
Vamos a generalizar este resultado para funciones de la clase de Laguerre-Pólya.
Proposición 2.1.2. Sean a > 0 y b ∈ R. Si la función f (z) ∈ LP posee por lo menos un cero,
entonces la función
G(z) = f (z − ia)e−ib + f (z + ia)eib
w(z) = f (z − ia)e−ib .
pues f (z) es una función entera real. Veamos que para z ∈ H se tiene
donde la única desigualdad se da en virtud que a, y > 0. Considerando que f (z) es de la forma
p
m δz 2 +αz
Y z z
f (z) = cz e 1− e an ,
an
n=1
25
donde la última desigualdad se da en virtud que δay ≤ 0. Por lo tanto se tiene que
δ(z−ia)2 +α(z−ia)+β δ(z+ia)2 +α(z+ia)+β
e ≤ e .
= |f (z + ia)|,
donde la última desigualdad se da en virtud que f (z) posee al menos un cero, es decir, se cumple
algunas de las desigualdades estrictas (2.2), (2.3). Esto implica que
Observación 2.1.6. Dados a > 0, b ∈ R y f (z) una función entera real, entonces la función
26
2.1.3. Consecuencias del teorema de Pólya: caso finito
En esta sección, para una función entera real f (z) de género 0 o 1 que posee una cantidad finita
de ceros p ≥ 1 y todos sus ceros son reales, analizaremos la función G(z) dada en la proposición
2.1.2. Estudiaremos su género y demostraremos que la cantidad de ceros de G(z) también es finita.
Teorema 2.1.3. Sean a > 0 y b ∈ R. Si f (z) es una función entera real de género 0 o 1, que posee
una cantidad finita de ceros y tiene por lo menos p ≥ 1 ceros, repetidos según multiplicidad, entonces
la función
G(z) = f (z − ia)e−ib + f (z + ia)eib
es también una función entera real de género 0 o 1 que tiene por lo menos p − 1 ceros (contando
multiplicidades) y todos son reales. En particular si f (z) ∈ LP ∗ entonces G(z) ∈ LP ∗ .
Demostración. Por la observación 2.1.6 y la proposición 2.1.2 se tiene que G(z) es una función
entera real que solo posee ceros reales. Supongamos que f (z) posee l ceros, donde l ≥ p. En virtud
que f (z) es de la forma
l−m
Y
m βz z
f (z) = cz e 1− ,
an
n=1
donde
dl = cl e−i(βa+b) + ei(βa+b) = 2cl cos (βa + b), (2.6)
y además
dl−1 = lcl (ia) −e−i(βa+b) + ei(βa+b) +cl−1 e−i(βa+b) + ei(βa+b)
27
Usando (2.6) tenemos que si cos(βa + b) 6= 0 entonces dl 6= 0, luego G(z) posee l ceros contando
multiplicidades. Si cos(βa + b) = 0 entonces dl = 0, pero por (2.7) se tiene que dl−1 6= 0, lo cual im-
plica que G(z) posee l − 1 ceros contando multiplicidades. Por lo tanto, ordenando convenientemente
los términos de G(z) en (2.5) se tiene que
k−m0
0 Y z
0 β z m0
G(z) = c e z 1− ,
bn
n=1
0
0
donde m0 ≥ 0 c0 , β ∈ R, c0 6= 0, {bn }k−m
n=1 ⊂ R y k = l o k = l − 1. Como l ≥ p, se tiene
que k ≥ p − 1. Concluimos que G(z) es una función entera real es de género 0 o 1 y tiene por lo
menos p − 1 ceros. En particular, si f (z) ∈ LP ∗ se tiene que la función f (z) es de orden menor
que 2, luego las funciones f (z − ia)e−ib y f (z + ia)eib también son funciones de órdenes menores
que 2, lo que implica que la función G(z) también es de orden menor que 2. Por lo tanto la función
G(z) ∈ LP ∗ .
En el caso que la función f (z) posee infinitos ceros, se requiere tener unos resultados previos
para poder analizar el género de la función G(z) y también la infinitud de sus ceros.
Teorema de Laguerre
Laguerre introdujo la noción de género en [10, p. 25] y demostró que el género de una función
entera f (z) permanece constante bajo la derivación, cuando f (z) posee una cantidad finita de raı́ces
28
imaginarias. Estudiaremos este teorema para nuestro caso, donde la función f (z) entera real es de
género 0 o 1 y que solo posee ceros reales.
Teorema 2.1.4 (Laguerre). Si f (z) es una función entera real de género 0 ó 1, que posee infinitos
ceros y todos son reales, entonces f 0 (z) también posee infinitos ceros y todos son reales. Mas aún,
los ceros de f 0 (z) están separados entre sı́ por los ceros de f (z). Además la función f 0 (z) posee el
mismo género que la función f (z).
+∞
Y
m αz z z
f (z) = cz e 1− e an ,
an
n=1
+∞
f 0 (z)
m X 1 1
= +α+ + , (2.8)
f (z) z z − an an
n=1
para z ∈ C, exceptuando los ceros de f (z). Escribiendo z = x + iy, y tomando la parte imaginaria
en (2.8) se tiene
+∞
f 0 (z)
m X 1
= = −y 2 + . (2.9)
f (z) x + y2 (x − an )2 + y 2
n=1
f 0 (z) f 0 (z)
n o
Si f 0 (z) = 0 y f (z) 6= 0, se tiene que f (z) = 0, luego = f (z) = 0 Usando (2.9) se tiene que y = 0,
lo que implica que z ∈ R. En otro caso, si f 0 (z) = 0 con f (z) = 0 también se tiene que z ∈ R. Por
lo tanto todos los ceros de f 0 (z) son reales. Derivando la igualdad (2.8) se tiene que
0 +∞
f 0 (z)
m X 1
=− 2 − . (2.10)
f (z) z (z − an )2
n=1
f 0 (t)
g(t) = .
f (t)
Usando la relación (2.10) tenemos que g 0 (t) < 0 para todo t ∈ hβ, θi. Entonces la función g es
estrictamente decreciente. Como z = β es un cero de f , se tiene que existe h ∈ O(C) tal que
29
donde h(β) 6= 0 y k ∈ N. Derivando logarı́tmicamente, se tiene para cada t ∈ hβ, θi
f 0 (t) k h0 (t)
g(t) = = + . (2.11)
f (t) t−β h(t)
Por lo tanto lı́m g(t) = +∞. Haciendo el mismo análisis para el cero de f (z), z = θ, se cumple
t→β +
que lı́m g(t) = −∞. Por la continuidad de la función g, usando el teorema del valor intermedio
t→θ−
se tiene que existe ξ ∈ hβ, θi tal que g(ξ) = 0, lo que implica que f 0 (ξ) = 0. Por lo tanto, en el
intervalo hβ, θi existe un cero de f 0 (z) y en virtud que g es estrictamente decreciente es el único
cero de f 0 (z) en dicho intervalo. Además, si la multiplicidad del cero de f (z) es mayor o igual que
2, entonces es también un cero de f 0 (z). De esta manera, en virtud que f (z) posee infinitos ceros
entonces f 0 (z) también posee infinitos ceros. Como la sucesión de ceros de f (z) no es acotado, se
tiene que la distribución de los ceros de f 0 (z) solo presenta 3 casos.
1. Si el conjunto de ceros de f (z) no posee ni mı́nimo ni máximo, entonces entre cada par de
ceros distintos consecutivos de la sucesión existe un único cero de f 0 (z).
2. Si el conjunto de ceros de f (z) solo posee mı́nimo, llamemos a1 , posiblemente existan ce-
ros menores que a1 , pero en virtud que la función g se puede definir en h−∞, a1 i y tiene la
propiedad que es estrictamente decreciente, a lo más f 0 (z) puede tener un cero en h−∞, a1 i.
3. Si el conjunto de ceros de f (z) solo posee máximo, el análisis es parecido al caso anterior.
Para ver la prueba que el género de la función f 0 (z) es el mismo género de la función f (z), ver [10,
p. 37].
Lema 2.1.2. Si G(z) es una función entera real de género 0 o 1 que solo posee ceros reales, las
siguientes proposiciones son equivalentes.
+∞
Y
m αz z z
G(z) = cz e 1− e an ,
an
n=1
+∞
Y t2
2 2 2m
|G(it)| = c t 1+ 2 .
an
n=1
30
Dado k ∈ N, para cada m > k definamos las funciones
m +∞
t2 t2
Y Y
Pm (t) = 1 + 2 , P (t) = 1+ 2 .
an an
n=k+1 n=k+1
Probemos que lı́m P (t) = +∞. En virtud que la función P es creciente en [0, +∞[, bastará probar
t→+∞
que no es acotada. Supongamos que dicha función es acotada, entonces existe M > 0 tal que
lo que nos da una contradicción. Por lo tanto la función P es creciente y no acotada, lo que implica
que
+∞
t2
Y
lı́m P (t) = lı́m 1+ 2 = +∞. (2.12)
t→+∞ t→+∞ an
n=k+1
+∞
Y t2
1+
|G(it)|2 an 2
= c2 t2m n=1
tk tk
k
t2
Y
1+ 2 +∞
an Y t2
2 2m n=1
=c t 1 + . (2.13)
tk an 2
n=k+1
Como el grado del polinomio de coeficientes positivos del numerador es mayor que el grado del
polinomio mónico del denominador, se tiene que
k
t2
Y
1+ 2
an
lı́m c2 t2m n=1 = +∞. (2.14)
t→+∞ tk
31
Finalmente, haciendo t → +∞ en (2.13) y usando los lı́mites (2.12) y (2.14) obtenemos
|G(it)|2
lı́m = +∞.
t→+∞ tk
Veamos el recı́proco por contradicción. Si suponemos que G(z) tiene solo una cantidad finita de
ceros, entonces para cada t ∈ R se tiene
p
t2
Y
2 2 2m
|G(it)| = c t 1+ 2 ,
an
n=1
|G(it)|2
lı́m = 0,
t→+∞ tk
lo que nos da una contradicción. Por lo tanto G(z) posee infinitos ceros.
Lema 2.1.3. Sean a > 0 y b ∈ R. Si f (z) es una función entera real de género 0 o 1, que posee tiene
infinitos ceros y todos sus ceros son reales, entonces para cada k ∈ N la función
|G(iT )|2
lı́m = +∞.
T →+∞ Tk
Demostración. Primero supongamos que f (0) 6= 0. Sin pérdida de generalidad podemos suponer que
f (0) = 1. En virtud que la función f (z) es de género 0 o 1, se expresa de la forma
+∞
Y
αz z z
f (z) = e 1− e an .
an
n=1
+∞
X 1
Por la convergencia de la serie y por el teorema 23.5 en [42, p. 93] podemos definir la
|an |2
n=1
función entera
+∞
Y z2
g(z) = 1− 2 (2.15)
an
n=1
que es de género 0 o 1. Si denotamos bn = an 2 para todo n ∈ N, se tiene que bn > 0 y que la sucesión
32
{bn }n∈N tiene orden 0. Análogo a la definición de g(z), definamos la función entera
+∞
Y
z
h(z) = 1− (2.16)
bn
n=1
En virtud del orden de la sucesión {bn }n∈N , la función h(z) es de género 0 y por el teorema de
Laguerre la función h0 (z) también es de género 0. Denotemos los ceros de h0 (z) por la sucesión
{cn }n∈N . En virtud de la distribución de los ceros de h0 (z) dada en el teorema de Laguerre se tiene
que cn > 0 y el orden de la sucesión {cn }n∈N es 0. Note que podrı́a darse el caso que algún cero
de h0 (z) menor que 0. Los cálculos correspondientes a este caso son análogos a los que haremos a
continuación, pues a lo más se aumentará solo un cero que sea menor que 0. Ademá se mostrará que
h0 (z) no posee a z = 0 como cero. Sabemos que h0 (z) es de la forma
+∞
Y
z
h0 (z) = C 1− . (2.18)
cn
n=1
Es fácil ver que h(0) = 1, y derivando logarı́tmicamente la expresión (2.16) se tiene que
+∞
h0 (z) X 1
= .
h(z) z − bn
n=1
+∞
Y t2
0 0 2
ig (it) = h (−t )(−2t) = −2Ct 1+ .
cn
n=1
+∞ 1
Y t2 2
α(t) = |f (it)| = 1+ ,
bn
n=1
+∞
Y t2
β(t) = ig 0 (it) = Dt 1+ ,
cn
n=1
donde D = −2C > 0. Como la función f (z) solo posee ceros reales, la función f (it) no se anula y
como f (z) es una función entera tenemos que la función α es diferenciable. Además se tiene que la
función β no se anula y también es diferenciable, pues g(z) es entera. Nuestro objetivo será probar
33
que α0 es una función creciente en h0, +∞i Es fácil ver que se tiene la relación α2 (t) = g(it).
Derivando esta expresión y despejando α0 se tiene que
β(t)
α0 (t) = . (2.19)
2α(t)
En virtud que las funciones α y β son diferenciables se tiene que α0 es diferenciable y positiva, luego
α es creciente. Derivando la expresión anterior se tiene
Es decir, para demostrar que α0 es creciente o equivalentemente α00 (t) > 0 para todo t ∈ h0, +∞i,
debemos probar que β 0 (t)α(t) > α0 (t)β(t), que es equivalente a probar que
β 0 (t) α0 (t)
(ln β(t))0 = > = (ln α(t))0 .
β(t) α(t)
+∞
t2
X
1
2. ln α(t) = 2 ln 1 + ,
bn
n=1
+∞
1X 2t
2. (ln α(t))0 = ,
2 t2 + bn
n=1
En virtud del teorema de Laguerre, de la distribución de los ceros de h(z) y h0 (z) tenemos que
bn ≤ cn ≤ bn+1 para todo n ∈ N. Restando las dos expresiones obtenidas antes se tiene
+∞ +∞ +∞
0 1 1X 0 2t 1 X 2t 1 X 2t
(ln β(t)) − (ln α(t)) = + 2
+ −
t 2 t + cn 2 t2 + cn 2 t2 + bn
n=1 n=1 n=1
+∞
1 1 2t 1 X 2t 2t
> − 2 + − 2
t 2 t + b1 2 t2 + cn t + bn+1
n=1
b1
> > 0.
t(t2 + b1 )
34
Por lo tanto, se tiene que
(ln β(t))0 − (ln α(t))0 > 0.
De esta manera, hemos probado que α0 es una función creciente en h0, +∞i. Para cada t > a, por el
teorema del valor medio existe θt ∈ h−a, ai tal que
β(t − a) α(t − a)
α(t + a) − α(t − a) ≥ 2aα0 (t + θt ) ≥ 2aα0 (t − a) = 2a
2α(t − a) α(t − a)
β(t − a) 0
ig (it − ia)
≥a α(t − a) = a α(t − a). (2.20)
g(it − ia) g(it − ia)
En virtud que f (z) tiene infinito ceros, por el lema 2.1.2 se tiene para cada k ∈ N
|f (it)|2
lı́m = +∞,
t→+∞ t2k
En virtud que el lı́mite al infinito del cociente entre dos polinomios mónicos del mismo grado es 1,
entonces
+∞
ig 0 (it) X 2t
= .
g(it) t2 + bn
n=1
+∞
α(t + a) − α(t − a) X 2(t − a) α(t − a) 2a(t − a) α(t − a)
k
≥a 2 k
≥ .
t (t − a) + bn t (t − a)2 + b1 tk
n=1
35
Haciendo t → +∞, usando el lı́mite (2.21) y un lı́mite simple entre polinomios, obtenemos
α(t + a) − α(t − a)
lı́m = +∞,
t→+∞ tk
Por lo tanto para una función entera real f (z) con las hipótesis dadas y además que f (0) 6= 0, hemos
probado que:
|f (it + ia)| − |f (it − ia)|
1. lı́m = +∞, para cada k ∈ N.
t→+∞ tk
2. La función |f (it)| es creciente y positiva en h0, +∞i.
|f (it + ia)| − |f (it − ia)| |(it + ia)m F (it + ia)| − |(it − ia)m F (it − ia)|
=
tk tk
(t + a) |F (it + ia)| − (t − a)m |F (it − ia)|
m
=
tk
m
(t + a) (|F (it + ia)| − |F (it − ia)|)
≥ .
tk
|f (it)| = tm |F (it)|,
36
Como las funciones |F (it)| y |F (it)|0 son crecientes para t > 0, la función |f (it)|0 es creciente para
t > 0. Por lo tanto, hemos probado que para una función entera real de género 0 o 1 que solo posee
ceros reales cumple las siguientes propiedades.
|f (it + ia)| − |f (it − ia)|
1. lı́m = +∞.
t→+∞ tk
2. La función α(t) = |f (it)| es creciente y positiva en h0, +∞i.
|G(it)|2 |f (it − ia)e−ib + f (it + ia)eib |2 (|f (it + ia)| − |f (it − ia)|)2
k
= k
≥
t t tk
(α(t + a) − α(t − a))2 (α(t + a) − α(t − a))
= ≥ 2aα0 (t − a)
tk tk
(α(t + a) − α(t − a))
≥ 2aα0 (a) .
tk
|G(it)|2
lı́m = +∞.
t→+∞ tk
Teorema 2.1.5. Sean a > 0 y b ∈ R. Si f (z) ∈ LP ∗ y tiene infinitos ceros, entonces la función
Demostración. Por la observación 2.1.6 y la proposición 2.1.2 se tiene que G(z) es una función
entera real que solo posee ceros reales. Como f (z) ∈ LP ∗ se tiene que la función f (z) es de orden
menor que 2, lo que implica que la función G(z) es de orden menor que 2. Por lo tanto la función
G(z) ∈ LP ∗ , en particular es una función de género 0 o 1. Finalmente usando los lemas 2.1.3 y 2.1.2
concluimos que la función G(z) tiene infinitos ceros.
Debemos notar que en el teorema 2.1.3 hemos probado el resultado para funciones de género 0
o 1, en cambio en el teorema 2.1.5 solo para funciones en LP ∗ . Para funciones de género 0 o 1 con
infinitos ceros, podemos dar el siguiente resultado
Proposición 2.1.3. Sean a > 0 y b ∈ R. Si f (z) es una función entera real de género 0 o 1, que posee
infinitos ceros y todos son reales, entonces la función
37
es una función en LP.
Demostración. Por la observación 2.1.6 y la proposición 2.1.2, G(z) es una función entera real que
solo posee ceros reales. Como f (z − ia)e−ib y f (z + ia)eib son funciones de orden a lo más 2,
entonces la función G tiene a lo más orden 2. Por el teorema de Hadamard se tiene
p
m δz 2 +βz
Y z
G(z) = dz e Ek , (2.23)
bn
n=1
+∞
X 1
= +∞,
b2n
n=1
+∞
Y t2 2
2 2 2m −2δt2 − t
|G(it)| = |d| t e 1 + 2 e bn 2 . (2.24)
n=1
bn
En virtud que 1 + x ≤ ex para todo x ≥ 0, entonces para cada n > n0 se cumple que
t2 2
− t
1 + 2 e bn 2 ≤ 1.
bn
38
Finalmente, haciendo t ∈ +∞ y mediante un simple cálculo de lı́mite concluimos que
|G(it)|2
lı́m = 0,
t→+∞ t2m
lo que nos da una contradicción con el lema 2.1.3. Por lo tanto k 6= 2, lo que implica que k ∈ {0, 1}.
Probemos ahora que δ ≤ 0. En virtud que f es de la forma
+∞
Y
q αz z z
f (z) = cz e 1− e an ,
an
n=1
tal que se tiene la convergencia uniforme en compactos fm → f cuando m → +∞. Por lo tanto la
sucesión de funciones enteras
km z
qm βm z
Y z
Gm (z) = dm z e 1− e bl,m ,
bl,m
l=1
39
Por la convergencia se tiene que lı́m s2,m = s2 . Dado N ∈ N se tiene
m→+∞
N N
X 1 X 1
= lı́m ≤ lı́m s2,m = s2 .
b2n m→+∞ b2n,m m→+∞
n=1 n=1
+∞ +∞
X 1 X 1
≤ −2δ + .
b2n b2n
n=1 n=1
Generalizaremos este último resultado para funciones en LP, usando una equivalencia de las
funciones de la clase de Laguerre-Pólya. En el año 1913, Pólya [37, p. 279] demostró que la clase de
funciones LP coincide con el lı́mite uniforme por compactos de polinomios que solo poseen ceros
reales.
Proposición 2.1.4. Sean a > 0 y b ∈ R. Si f (z) ∈ LP, entonces la función
la sucesión Gn son polinomios con solo ceros reales, en virtud de la proposición 2.1.2. Además, se
tiene la convergencia Gn → G uniforme en compactos. Por la equivalencia de las funciones en LP,
concluimos que G ∈ LP.
40
2.2. Suma de funciones enteras que tienen solo ceros reales
2.2.1. Estudios de los ceros de la función Hn
Definición 2.2.1. Sea f (z) una función entera, {an }n∈N números reales positivos y {wn }n∈N ⊂ HB.
Denotemos los conjuntos T = {1, 2, ..., n}, S ⊆ T y S 0 = T \S.
H0 (s, z) = f (s)
Hn (s, z) = Hn−1 (s − ian , z)wn∗ (z) + Hn−1 (s + ian , z)wn (z) para n ≥ 1.
para n ≥ 1.
2. Definamos la secuencia de polinomios {Pn (s, x)}n∈N donde x = (x1 , x2 , ..., xn ), de la si-
guiente manera:
P0 (s, x) = f (s)
Pn (s, x) = Pn−1 (s − ian , x) + Pn−1 (s + ian , x)xn para n ≥ 1.
para n ≥ 1.
El objetivo de esta sección es relacionar el lema 2.1.1 y la proposición 2.1.1 para obtener funciones
más complejas formadas por sumas y productos entre funciones de la clase de Hermite-Biehler y
funciones f (z) ∈ LP ∗ , y que la función obtenida mantenga la propiedad de poseer solo ceros reales.
Nos proponemos a probar el siguiente teorema.
Teorema 2.2.1 (Adams, Cardon-2007). Si f (z) ∈ LP ∗ y {wn }n∈N ⊂ HB, entonces con las no-
taciones de la definición 2.2.1 la función Hn definida como Hn (z) = Hn (0, z) solo posee ceros
reales.
41
Lema 2.2.1. Con las notaciones de la definición 2.2.1, para todo n ∈ N se cumple
w1 (z) wn (z) Hn (s, z)
Pn s, ∗ , ..., ∗ = ∗ .
w1 (z) wn (z) w1 (z)...wn∗ (z)
Demostración. Probaremos este resultado usando inducción matemática. Para n=1 se cumple
w1 (z) w1 (z) w1 (z) w1 (z)
P1 s; ∗ = P0 s − ia1 ; ∗ +P0 s + ia1 ; ∗
w1 (z) w1 (z) w1 (z) w1∗ (z)
w1 (z)
= f (s − ia1 ) + f (s + ia1 ) ∗
w1 (z)
f (s − ia1 )w1∗ (z) + f (s + ia1 )w1 (z) H1 (s, z)
= ∗ = .
w1 (z) w1∗ (z)
42
donde m + p ≥ n ó p = +∞. Probaremos la primera parte de esta proposición usando el segundo
principio de inducción matemática. La segunda parte de la proposición se demuestra análogamente.
Sea f (z) ∈ LP ∗ , definaremos nuestro conjunto inductivo de la siguiente manera
n ∈ N : f posee por lo menos n ceros, y sean A > 0, {ak }nk=1
números positivos, tal que el polinomio de recurrencia asociado
X= Pn cumple con la siguiente propiedad:
Si Pn (iA; x1 , ..., xn ) = 0, y se tiene que |x1 | ≥ 1, ..., |xn−1 | ≥ 1,
entonces |xn | < 1.
Sean s, r ∈ R tal que 0 ≤ |s| < |r|. A partir de esta desigualdad se tiene
is ir
1 − < 1 −
an an
43
la proposición válida para k ∈ N con 1 ≤ k < n, es decir {1, 2, ..., n−1} ⊂ X. Nuestro objetivo será
verificar la condición para n, es decir dados A > 0, {ak }nk=1 números positivos, tal que el polinomio
de recurrencia asociado Pn cumple la propiedad
entonces se tiene que |xn | < 1. Veamos por contradicción, es decir supongamos que |xn | ≥ 1. Como
f tiene por lo menos n ceros, en particular tiene por lo menos k ceros, donde 1 ≤ k < n. Se tiene que
Por hipótesis inductiva se tiene que Pn−2 (iA + ian + ian−1 ; x1 , ..., xn−2 ) 6= 0. Definamos
Pn−2 (iA + ian + ian−1 ; x1 , ..., xn−2 )x0n−1 + Pn−2 (iA + ian − ian−1 ; x1 , ..., xn−2 ) = 0
Por la hipótesis inductiva se tiene que |x0n−1 | < 1. Veamos además que
Pn−2 (iA − ian + ian−1 ; x1 , ..., xn−2 ) + Pn−2 (iA + ian + ian−1 ; x1 , ..., xn−2 )xn 6= 0.
∗ ∗ ∗
Pn−1 (iB, x1 , ...xn−2 , xn ) = Pn−2 (iB − ibn−1 , x) + Pn−2 (iB + ibn−1 , x)xn
= Pn−2 (iB − ibn−1 , x) + Pn−2 (iB + ibn−1 , x)xn
= Pn−2 (iB − ian , x) + Pn−2 (iB + ian , x)xn .
44
Si B = A + ian−1 > 0, por hipótesis inductiva se tiene que
∗
Pn−1 (iB, x1 , ...xn−2 , xn ) 6= 0,
Pn−2 (iA − ian + ian−1 ; x) + Pn−2 (iA + ian + ian−1 ; x)xn 6= 0. (2.28)
−Pn−2 (iA − ian − ian−1 ; x1 , ..., xn−2 ) − Pn−2 (iA + ian − ian−1 ; x1 , ..., xn−2 )z
g(z) = ,
Pn−2 (iA − ian + ian−1 ; x1 , ..., xn−2 ) + Pn−2 (iA + ian + ian−1 ; x1 , ..., xn−2 )z
De la relación (2.27), se tiene que g(xn ) = xn−1 , luego |g(xn )| = |xn−1 | ≥ 1. Supongamos que
|g(xn )| = |xn−1 | > 1. En virtud que
n−2 (iA + ian − ian−1 ; x)
P
lı́m |g(z)| = < 1,
|z|→+∞ Pn−2 (iA + ian + ian−1 ; x)
con |g(zn )| = 1 y |zn | ≥ |xn |. Si |g(xn )| = |xn−1 | = 1, entonces se cumplirá lo mismo. Es decir, al
final obtenemos una nueva solución descrita de este modo
donde |xi | ≥ 1 para 1 ≤ i ≤ n − 2, |un−1 | = 1 y |un | ≥ |xn | ≥ 1. Repitiendo este proceso, para los
ı́ndices 1, 2, ..., n − 2 en lugar de n − 1, obtenemos una solución descrita de este modo
45
donde |uj | = 1 para 1 ≤ j ≤ n − 1 y |un | ≥ |xn | ≥ 1. Luego
En virtud que |uk | = 1 para 1 ≤ k ≤ n − 1, entonces existen θk ∈ R tal que uk = e2iθk , luego las
relaciones recursivas se pueden escribir de la forma
para 2 ≤ k ≤ n − 1. Por los teoremas 2.1.3 y 2.1.5 las funciones gk (s) están en LP ∗ . Por las mismas
proposiciones, se tiene que g1 (s) tiene por lo menos n − 1 ceros, luego g2 (s) tiene por lo menos n − 2
ceros. Gracias a la definición recursiva de las funciones gk (s), tenemos que gn−1 (s) ∈ LP ∗ y tiene
por lo menos un cero real. Luego, en virtud que |A − an | < |A + an |, por un proceso análogo al caso
n = 1 se tiene que
|gn−1 (iA − ian )| < |gn−1 (iA + ian )|.
Pero |un | ≥ |xn | ≥ 1 lo que nos da una contradicción. Por lo tanto |xn | < 1.
Observación 2.2.1. Sea f (z) ∈ LP ∗ que posee al menos un cero. Sean A > 0 y z ∈ C, entonces
con las notaciones de la definición 2.2.1, tenemos que
46
Demostración. Esto es fácil ver, en virtud de la observación 2.1.6.
3. Si Hn (0, z) = 0, entonces z ∈ R.
Si =(z) ≥ 0, entonces por la definición 2.1.6 y por continuidad de las funciones de Hermite-Biehler
se tiene que
w (z)
k
∗ ≤ 1
wk (z)
para cada 1 ≤ k ≤ n. Por el ı́tem 2 de la proposición 2.2.1, se tiene que Hn (−iA, z) 6= 0. Es decir, si
Hn (−iA, z) = 0 entonces =(z) < 0, es decir, se cumple el ı́tem 2. En virtud de la observación 2.2.1,
tenemos que también se cumple el ı́tem 1. A continuación, probaremos que el lı́mite
para cada 1 ≤ k ≤ n, y z ∈ K. Usando las notaciones de la definición 2.2.1 para cada z ∈ K se tiene
X X X Y Y
Hn (iA, z) − Hn (0, z) = f iA − iak + ial wk∗ (z) wl (z)
S⊆T k∈S 0 l∈S k∈S 0 l∈S
X X X Y Y
− f 0− iak + ial wk∗ (z) wl (z).
S⊆T k∈S 0 l∈S k∈S 0 l∈S
47
Usando las desigualdades de (2.29), obtenemos
X X X X X
Hn (iA, z) − Hn (0, z) ≤ f iA − iak + ial −f − iak + ial M n .
0 0
S⊆T k∈S l∈S k∈S l∈S
Dado ε > 0, por la continuidad de f (z) tenemos que para cada S ⊂ T , existe un δS > 0 tal que si
0 ≤ |A| < δS , entonces se tiene que
X X X X ε
f iA − iak + ial −f − iak + ial < n n .
0 0
2 M
k∈S l∈S k∈S l∈S
Como tenemos 2n subconjuntos de T , consideramos δ = mı́n{δS }S⊂T > 0, lo cual implica que para
0 ≤ |A| < δ se tiene X ε
Hn (iA, z) − Hn (0, z) ≤ M n = ε.
2n M n
S⊆T
{z ∈ C : g(z) = 0} ∩ D(z0 , δ) = z0 ,
y además que se tenga =(z) < 0 para z ∈ D(z0 , δ). Por el teorema de Hurwitz [42, p. 97] existe
m0 ∈ N tal que gm0 (z) posee por lo menos un cero en D(z0 , δ), lo que implica que posee un cero con
parte imaginaria negativa. Pero aplicando el ı́tem 1 a la función gm0 (z) (con A = 1/m0 ) tenemos
que sus ceros están en H, con lo que llegamos a una contradicción. Por lo tanto se tiene que =(z0 ) ≥ 0.
Por un razonamiento análogo con las funciones definidas por
−i
gm (z) = Hn , z , g(z) = Hn (0, z),
m
48
junto con el ı́tem 2, obtenemos que =(z0 ) ≤ 0. Finalmente, se tiene que =(z0 ) = 0. Por lo tanto, si
Hn (0, z) = 0 entonces z ∈ R.
Demostración. Analizaremos el caso que n ≥ 1. Si f (z) posee por lo menos n ceros, por la propo-
sición 2.2.2, obtenemos lo pedido. A continuación estudiaremos el caso en el cual la función f (z)
posee una cantidad de ceros menor que n. Entonces f (z) es de la forma
p
m αz
Y z z
f (z) = cz e 1− e an ,
an
n=1
lo cual es equivalente a
n−(p+m)
z
fN (z) = 1− f (z).
N
Luego fN (z) tiene n ceros reales. Denotemos por HN,n (z) la suma correspondiente a fN (z) definida
como X
X X Y Y
HN,n (z) = fN − iak + ial wk∗ (z) wl (z).
S⊆T k∈S 0 l∈S k∈S 0 l∈S
Como las funciones fN (z) cumplen las hipótesis de la proposición 2.2.2, para cada N ∈ N se cumple
que HN,n (z) solo tiene ceros reales. Ahora probemos que el lı́mite
49
que
X X X Y Y
HN.n (z) − Hn (z) = fN − iak + ial wk∗ (z) wl (z)
S⊆T k∈S 0 l∈S k∈S 0 l∈S
X X X Y Y
− f − iak + ial wk∗ (z) wl (z).
S⊆T k∈S 0 l∈S k∈S 0 l∈S
Denotemos por
X X
JS = − iak + ial .
k∈S 0 l∈S
JS n−(m+p)
X
= 1− N
−1|f (JS )|M n ,
S⊆T
es uniforme en K. Por lo tanto, dicho lı́mite es uniforme en compactos de C. Sea z0 ∈ C tal que
Hn (z0 ) = 0; probaremos que z0 ∈ R. Supongamos que =(z0 ) < 0, entonces podemos tomar un
δ > 0 suficientemente pequeño tal que
{z ∈ C : Hn (z) = 0} ∩ D(z0 , δ) = z0 ,
y además que se tenga =(z) < 0 para z ∈ D(z0 , δ). Por el teorema de Hurwitz se tiene que para
algún N0 ∈ N, HN0 ,n posee por lo menos un cero en D(z0 , δ), es decir, posee un cero con parte
imaginaria negativa. Pero como los ceros de esta función son reales tenemos una contradicción. Si
suponemos que =(z0 ) > 0, por un razonamiento análogo llegamos a una contradicción. Por lo tanto,
si Hn (z) = Hn (0, z) = 0 entonces z ∈ R.
50
2.2.5. Suma de funciones exponenciales teniendo solo ceros reales
Enunciaremos el teorema probado en la sección anterior.
Consideremos {an }n∈N una sucesión de números reales positivos y {wn (z)}n∈N ⊂ HB. Denotemos
T = {1, 2, ..., n}, S ⊆ T , S 0 = T \S, y definamos para n ∈ N la función
!
X X X Y Y
Hn (z) = f − iak + ial wk∗ (z) wl (z),
S⊆T k∈S 0 l∈S k∈S 0 l∈S
entonces Hn (z) solo posee ceros reales. En virtud de este teorema tenemos el siguiente corolario.
Corolario 2.2.1 (Cardon-2004). Suponga que f (z) ∈ LP ∗ . Sean a1 , ..., an , b1 , ..., bn números reales
positivos. Definamos la suma exponencial
X
hn (z) = f (±ia1 ± · · · ± ian )eiz(±b1 ±···±bn )
obtenida sobre la suma de todas las combinaciones de signo, usando la misma combinación para el
argumento de G(z) como en el exponente. Entonces hn (z) ∈ LP ∗ .
Demostración. Para cada k ∈ {1, ..., n}, consideremos la función wk (z) = eibk z , y por el ejemplo
2.1.2 se tiene que wk∗ (z) = e−ibk z y que wk (z) es una función de la clase de Hermite-Biehler. Con
las notaciones anteriores, tenemos que la función
!
X X X Y Y
hn (z) = f − iak + ial e−ibk z e−ibl z
S⊆T k∈S 0 l∈S k∈S 0 l∈S
solo tiene ceros reales. A continuación veamos que hn es una función entera real. Dado z0 ∈ R,
debemos probar que hn (z0 ) ∈ R. De la observación 2.1.6, para a1 > 0, b1 ∈ R, la función
es entera real. Repetimos este argumento, reemplazando la función f por la función G1 y a1 , b1 por
a2 , b2 , lo que implica que
51
es entera real. Entonces para z = 0 tendrı́amos que Tn (0) ∈ R, pero en virtud que
Tn (0) = hn (z0 ),
concluimos que hn (z0 ) ∈ R. Como z0 ∈ R fue arbitrario, tenemos que hn (z) es una función entera
real. Consideremos ahora M = máx{|f (±ia1 ± · · · ± ian )|}, N = máx{| ± b1 ± · · · ± bn |}, donde
ambos máximos se toman sobre las combinaciones de signos. Luego M > 0, N > 0, y se tiene que
X
|hn (z)| = f (±ia1 ± · · · ± ian )eiz(±b1 ±···±bn ) ≤ 2n M e|z|N .
Esto implica que el orden de la función hn es menor o igual que 1. Por lo tanto tenemos que hn es
una función entera real de orden menor que 2 y solo posee ceros reales. Por lo tanto hn ∈ LP ∗ .
52
2.3. Teorema de los ceros de la transformada de Fourier
Pólya [36] sugirió que la determinación de la clase de funciones cuyas transformadas de Fourier
tienen solo ceros reales serı́a una cuestión bastante artificial, si no fuera por la hipótesis de Riemann.
Para <(s) > 1, la función zeta de Riemann es definida por
+∞
X
ζ(s) = n−s .
n=1
1
ξ(s) = s(s − 1)π −s/2 Γ(s/2)ζ(s)
2
es entera. La hipótesis de Riemann establece que todos los ceros de ξ(s) satisfacen <(s) = 1/2.
La prueba de la hipótesis de Riemann serı́a el mayor avance para la teorı́a analı́tica de números.
Consideremos Ξ(z) = ξ 21 + iz . Es conocido [41, cap. 10] que
Z +∞
Ξ(z) = Φ(x)eizx dx,
−∞
donde
+∞
X
4n4 π 2 e9x/2 − 6n2 πe5x/2 exp (−n2 πe2x ).
Φ(x) =
n=1
De esto se tiene que la hipótesis de Riemann es verdad si y solo si la transformada de Fourier Ξ(z)
tiene solo ceros reales. Pólya escribió varios trabajos acerca de los ceros reales de transformadas de
Fourier. En particular mostró el siguiente resultado.
Teorema 2.3.1 (Pólya [38]). Sea f una función integrable de variable real t tal que para todo t ∈ R
b
se tiene f (t) = f (−t) y f (t) = O e−|t| para t → ±∞, donde b > 2. Supongamos que la función
Z +∞
f (t)eizt dt
−∞
tiene solo ceros reales. Sea φ(z) una función entera real que solo posee ceros reales, y consideremos
que su factorización de Hadamard es de la forma
+∞
Y
m δz 2 +αz z z
φ(z) = cz e 1− e an ,
an
n=1
53
Entonces la función Z +∞
φ(it)f (t)eizt dt
−∞
En esta sección del trabajo nos concentraremos en construir una transformada de Fourier que solo
posee ceros reales, y en el cual la medida que asumiremos no será la medida ordinaria de Lebesgue
dt. Nos proponemos a probar el siguiente teorema.
Teorema 2.3.2. Sea f (z) una función entera real de orden < 2 que solo tiene ceros reales. Sean
{an }n∈N una sucesión decreciente de números reales positivos, {Xn }n∈N una sucesión de variables
aleatorias independientes que solo toma los valores ±1 con igual probabilidad, y sea Fn la función
distribución de la suma normalizada
a1 X1 + · · · + an Xn
Yn = ,
sn
donde s2n = a21 + · · · + a2n . Las funciones Fn convergen puntualmente a la distribución continua
F = lı́m Fn . Sea H la transformada de Fourier de t 7→ f (it), con respecto a la medida dF . Es
n→+∞
decir Z +∞
H(z) = f (it)eizt dF.
−∞
Entonces H(z) es una función entera real de orden ≤ 2. Si H(z) 6≡ 0, entonces H tiene solo ceros
reales.
a1 X1 + · · · + an Xn
Yn = ,
sn
Lema 2.3.1. La sucesión Fn converge puntualmente a una distribución continua F . Mas aún, si la
sucesión {sn }n∈N no es acotada se tiene que F es una distribución normal.
Demostración. En virtud que para todo n ∈ N la variable aleatoria Xn solo toma valores ±1 con
igual probabilidad, se tiene las siguientes propiedades.
54
1. |Xn | ≤ 1, es decir, |Xn (w)| ≤ 1 para todo w ∈ Ω.
2. EXn = P Xn = 1 − P Xn = −1 = 0.
n
X
Consideremos el caso que la sucesión {sn }n∈N es acotada. Como la sucesión a2j es monótona y
j=1
acotada se tiene que converge, luego lı́m an = 0. Entonces para a1 > 0 existe n0 ∈ N tal que
n→∞
a1
an0 = |an0 | < .
3
an0
an1 = |an1 | < .
3
Prosiguiendo de esta manera obtenemos una subsucesión de {an }n∈N , denotada por {bn }n∈N que
cumpla
bn
bn+1 <
3
para cada n ∈ N. Denotemos por {Zn }n∈N la subsucesión de {Xn }n∈N asociada a la subsucesión
{bn }n∈N . Definimos la variable aleatoria
+∞
X
Wn = bm Zm ,
m=n
con función de distribución Sn . La serie anterior tiene sentido, pues recordando que Xn solo toma
valores ±1 se cumple que
+∞
X X bn 3bn
|Wn | ≤ bm < < .
3i 2
m≥n j=0
Vamos a probar que existe una variable aleatoria de la sucesión {Wn }n∈N que posee función de
distribución continua Sn . Supongamos que todas las funciones de distribución son discontinuas. Dado
n ∈ N, en virtud que la función de distribución Sn es creciente, solo posee una cantidad numerable
de puntos de discontinuidad. Sea {ξk }pk=1
n
el conjunto de puntos de discontinuidad de Sn . Entonces
55
usando la proposición A.1.1 se tiene para cada k ∈ N que 0 < P(Wn = ξk ) = µn ({ξk }). Por lo tanto
pn pn
!
X [
0< µn ({ξk }) ≤ µn {ξk } ≤ µn (R) = 1,
k=1 k=1
donde pn ∈ N o pn = +∞. Si pn = +∞ se tiene que la serie anterior existe, luego lı́m µn ({ξk }) =
k→+∞
0. Por lo tanto para µn ({ξ1 }) > 0 existe k0 ∈ N tal que si k ≥ k0 entonces µn ({ξk }) < µn ({ξ1 }).
Se tienen los casos
2. Si k0 > 1 entonces sup{µn (ξk )} = máx{µn ({ξ1 }), ..., µn ({ξk0 −1 })}.
k∈N
Por lo tanto, podemos escribir Mn = máx{µn ({ξk })}. En caso que pn ∈ N simplemente se escoge el
k∈N
mayor. De esta manera se tiene que para todo n ∈ N, el mayor salto de discontinuidad de la función
de distribución Sn es la probabilidad que la variable Wn toma un valor determinado. En virtud que
la sucesión {bn }n∈N decrece rápidamente, se tiene que las funciones bn + Wn+1 y −bn + Wn+1 no
tienen valores en común, pues si no fuese ası́, se tendrı́a que
X X
bn + (−1)kj bj = −bn + (−1)ij bj ,
j>n j>n
bj
Pero por la relación bj+1 < 3 para cada j ∈ N, tenemos que
X bn X
bj < →− 2bj > −bn .
2
j>n j>n
Entonces
X X
(−1)kj − (−1)ij bj > −2
bj > −bn
j>n j>n
Sumando 2bn a ambos miembros y usando (2.31), se obtiene que 0 > bn lo que nos da una contradic-
ción. Por lo tanto, tenemos que bn + Wn+1 y −bn + Wn+1 no tienen valores en común. Consideremos
ahora la sucesión {ek }k∈N la sucesión de los posibles valores de Wn+1 . Para cada n ∈ N, en virtud
56
que bn + Wn+1 y −bn + Wn+1 no toman valores en común, se tiene para todo k ∈ N
en virtud de la independencia de Zn y Wn+1 . Por lo probado antes, se tiene que para algún ek :
P(Wn+1 = ek ) es el salto más grande de discontinuidad de la función de distribución Sn+1 . Y
Mn+1
como {±bn + ek }k∈N son todos los valores que toma Wn , se tiene Mn = 2 , lo que implica que
Mn+1 = 2n M 1 para todo n ∈ N. Veamos que M1 = 0 por contradicción. Suponga que M1 > 0,
entonces existe n0 ∈ N de tal manera que 1 < 2n0 M1 = Mn0 +1 , pero sabemos que |Mn | ≤ 1 para
n ∈ N , lo que nos da una contradicción. Por lo tanto M1 = 0, y esto implica que la función W1
tiene función de distribución continua, lo que también nos da una contradicción. Por lo tanto, existe
n0 ∈ N tal que Wn0 posee una función de distribución continua. Descomponemos la suma
+∞
X 0
X
an Xn = Wn0 + an Xn ,
n=1
donde la sumatoria del lado derecho es la sumatoria total, excluyendo los términos de la sucesión
necesarios. La variable aleatoria del lado izquierdo tiene sentido en virtud del corolario A.3.4. Por
X
lo tanto, usando el corolario A.3.3, obtenemos que la variable aleatoria an Xn tiene función de
n∈N
distribución continua. Denotemos por Fn∗ a la función de distribución de la variable aleatoria Yn∗ =
Xn +∞
X
an Xn y por F ∗ la función distribución de la variable aleatoria Y ∗ = an Xn . Acabamos de
m=1 n=1
probar que la función F ∗ es continua. En virtud que Yn → Y en c.t.p, por el teorema de convergencia
dominada, se tiene que las funciones caracterı́sticas asociadas a Yn convergen puntualmente a la
función caracterı́stica de Y ∗ en todo R. Usando el teorema A.5.5 obtenemos que la sucesión Fn∗ ⇒
F ∗ , y en virtud del lema A.5.1 obtenemos que la convergencia es uniforme en cada compacto [−A, A],
con A > 0. Relacionemos ahora Fn∗ con Fn . Dado t ∈ R
a1 X1 + · · · + an Xn
Fn (t) = P ≤ t = P(a1 X1 + · · · + an Xn ≤ tsn ) = Fn∗ (tsn ). (2.32)
sn
En virtud que la sucesión {sn }n∈N es acotada y creciente, se cumple que sn → σ, con σ ∈ R.
Tomando A > 0 suficientemente grande, tal que |tsn | ≤ A para todo n ∈ N, por la convergencia
uniforme haciendo n → +∞ en (2.32) obtenemos
57
Por lo tanto Fn converge puntualmente a una función de distribución continua.
Supongamos que la sucesión {sn }n∈N no es acotada. Definamos las variables {Zn }n∈N como Zn =
an Xn . Es fácil ver, por la proposición A.3.1 que las variables aleatorias {Zn }n∈N son independientes
y además
|Zn | = |an ||Xn | ≤ |an | = an ≤ a1
para todo n ∈ N, pues la sucesión {an }n∈N es decreciente. Se cumple también que
+∞
X +∞
X
var(Zn ) = var(an Xn ) = lı́m s2n = +∞.
n→∞
n=1 n=1
n
X
Si definimos la variable aleatoria Sn = Zi , por el corolario A.5.5 tenemos que
i=1
S − ESn
pn ⇒ χ. (2.33)
var(Sn )
Lema 2.3.2. Para cada A > 0 la sucesión {Fn }n∈N converge uniformemente en [−A, A] a la función
de distribución F .
Demostración. Se tiene este resultado en virtud del lema A.5.1.
Lema 2.3.3. Dado A > 0, para toda g función continua en R se cumple que
Z A Z A
g dFn → g dF.
−A −A
58
Demostración. Dado g es continua en el conjunto compacto [−A, A], se tiene que es uniformemente
uniformemente. Luego para ε > 0 existe δ > 0 tal que si
ε
x, y ∈ [−A, A], |x − y| < δ → |g(x) − g(y)| < .
2
Análogamente al lema anterior podemos tomar una partición uniforme −A = t0 < t1 < · · · <
tk−1 < tk = A de [−A, A], de tal manera que para cada 0 ≤ j ≤ k − 1 se tiene
ε
sup |g(t) − g(tj )| < .
t∈[tj ,tj+1 ] 2
Acotando se tiene
Z k−1
k−1 Z k−1 Z tj+1
A X X tj+1 X
gdF − g(tj )(F (tj+1 ) − F (tj )) ≤ gdF − g(tj )dF
−A tj tj
j=0 j=0 j=0
k−1 Z tj+1
X
≤ |g(t) − g(tj )|dF
j=0 tj
k−1 Z tj+1
X ε
< dF
tj 2
j=0
k−1
εX
= F (tj+1 ) − F (tj )
2
j=0
ε
= F (A) − F (−A) < ε,
2
donde la última desigualdad se da en virtud que 0 ≤ F (±A) ≤ 1, lo que implica que −1 ≤ F (A) −
F (−A) ≤ 1. Por lo tanto se cumple que
Z
A k−1
X
gdF − g(tj )(F (tj+1 ) − F (tj ))< ε
−A
j=0
59
En virtud de estas dos desigualdades, usando la desigualdad triangular se tiene
Z A Z A
Z A k−1
X
gdFn − gdF ≤ gdFn − g(tj )(Fn (tj+1 ) − Fn (tj ))
−A −A −A
j=0
k−1
X k−1
X
+ g(tj )(Fn (tj+1 ) − Fn (tj )) − g(tj )(F (tj+1 ) − F (tj ))
j=0 j=0
k−1
X Z A
+ g(tj )(F (tj+1 ) − F (tj )) − gdF
j=0 −A
k−1
X
<ε+ g(tj ){(Fn (tj+1 ) − F (tj+1 )) − (Fn (tj ) − F (tj ))}+ε.
j=0
pues sabemos que Fn → F puntualmente. Finalmente como ε > 0 fue arbitrario se tiene que
Z
A Z A
lı́m sup gdFn − g dF = 0.
n→∞ −A −A
En virtud que el lı́mite inferior de una sucesión es menor o igual que el lı́mite superior de dicha
sucesión, obtenemos que Z
A Z A
lı́m gdFn − g dF = 0.
n→∞ −A −A
Corolario 2.3.1 (Pinelis). Consideremos la sucesión de variables aleatorias independientes {ηn }n∈N
tal que E(ηj ) = 0 y |ηj | ≤ 1 c.t.p, para 1 ≤ j ≤ n. Si consideramos la variable aleatoria ξ1 con
60
n
X
distribución normal estándar, y sean {xj }nj=1 ⊂ R, tal que x2j = 1, entonces para u ≥ 0 se
j=1
cumple que
2e3
P(η1 x1 + η2 x2 + · · · + ηn xn ≥ u) < P(ξ1 ≥ u).
9
Adaptaremos este corolario a nuestro estudio particular de probabilidades.
Teorema 2.3.3. Sea {Xn }n∈N variables aleatorias independientes tal que Xn solo toma los valores
±1 con igual probabilidad. Sea {an }n∈N una sucesión decreciente de números reales positivos y sea
s2n = a21 + · · · + a2n y para cada n ∈ N consideremos la variable aleatoria Yn definida de la forma
a1 X1 + · · · + an Xn
Yn = .
sn
Demostración. Para cada n ∈ N se tiene que las variables aleatorias {Xj }nj=1 son independientes.
Del lema 2.3.1 sabemos que E(Xj ) = 0 y |Xj | ≤ 1, para 1 ≤ j ≤ n. Consideremos la variable
aleatoria ξ con distribución normal estándar y definamos para cada j ∈ {1, 2, · · · , n} los números
aj
xj = sn . Por la hipótesis se obtiene
n
X
x2i = 1.
i=1
2e3
P(x1 X1 + x2 X2 + · · · + xn Xn ≥ u) < P(ξ ≥ u).
9
61
En virtud que la función Φ es una función de distribución se cumple que
Z +∞
1 −t2
√ e 2 dt = 1.
−∞ 2π
2e3
donde c = 9 .
En su investigación, Cardon usa una consecuencia de este teorema para realizar una acotación.
Para ser más especı́ficos, reescribiendo la conclusión del teorema 2.3.3, para todo u ≥ 0
Z +∞ −t2
1 − Fn (u) < β e 2 dt,
u
2e3
donde β = √ .
9 2π
Analizando la integral derecha, para u ≥ 2β integrando obtenemos
u2
+∞ +∞ +∞
e− 2
Z Z Z
2
− t2
2
− t2 t − t2
β e dt = βe dt ≤ e 2 dt < . (2.34)
u u u 2 2
u2
1 − Fn (u) < e− 2 .
Cardon solo necesitó esta propiedad, consecuencia del trabajo de Pinelis, para poder realizar acota-
ciones que permitieron concluir su trabajo. Nosotros nos proponemos a demostrar esta desigualdad
mediante otro camino. Para ello nos basaremos en un resultado enunciado y demostrado por Wassily
Hoeffding [23, p. 6], el cual demostraremos en esta sección. Primero veamos un teorema gracias a
Chebyshev.
62
Integrando estas desigualdades concluimos.
Teorema 2.3.5 (Wassily-1962). Si X1 , X2 , ..., Xn son variables aleatorias independientes tales que
bj ≤ Xj ≤ cj para todo j ∈ {1, 2, ..., n}, entonces para t > 0 se cumple
2n2 t2
−
P(X − µ ≥ t) ≤ e (c1 −b1 )2 +(c2 −b2 )2 +···+(cn −bn )2 ,
X1 +X2 +···+Xn
donde X = n y µ = E(X).
n
X
Demostración. Denotemos por S = Xj y µj = EXj . Para cada h ≥ 0 consideremos la función
j=1
ϕh (x) = ehx . Dado t > 0, usemos el teorema 2.3.4 con A = [0, +∞i y la variable aleatoria
X = S − ES − nt. Entonces la función iA = ı́nf{ehy : y ≥ 0} = 1 y obtenemos la desigualdad
P(X ≥ 0) ≤ Eeh(S−ES−nt) .
Por lo tanto
P(X − µ ≥ t) = P(S − ES ≥ nt) = P(X ≥ 0) ≤ Eeh(S−ES−nt) .
En virtud que las variables aleatorias X1 , X2 , ..., Xn son variables aleatorias independientes, usando
el corolario A.3.2 con mj = 1 y fj (x) = h(x − µj ) para j ∈ {1, 2, ..., n}, se cumple que las variables
aleatorias h(X1 − µ1 ), h(X2 − µ2 ), ..., h(Xn − µn ) son independientes. Como cada variable acotada
está acotada, entonces las variables |h(Xj − µj )| también están acotadas lo que implica que posee
esperanza finita. Por lo tanto, usando el teorema A.3.3 se tiene que
n
Y
Eeh(S−ES−nt) = e−hnt Eeh(Xj −µj ) .
j=1
63
µj −bj
Si definimos pj = cj −bj , ordenando convenientemente se tiene que
donde
Lj (h) = −h(cj − bj )pj + ln 1 − pj + pj eh(cj −bj ) .
1
L00j (h) ≤ (cj − bj )2 (2.36)
4
Como la función Lj es 2 veces derivable en todo [0, +∞i, usando la fórmula de Taylor con resto de
Lagrange [31, p. 104] se tiene que para cada h > 0 existe θh ∈ h0, +∞i tal que
L00j (θh ) 2
Lj (h) = Lj (0) + L0j (0)h + h .
2
(cj − bj )2 h2
Lj (h) ≤ .
8
Por lo tanto
(cj − bj )2 h2
Eeh(Xj −µj ) ≤
8
para todo h ≥ 0 y j ∈ {1, 2, ..., n}. Multiplicando todos estos términos, y usando la relación (2.35)
se tiene
1 2 [(c 2 2
P(X − µ ≥ t) ≤ e−hnt+ 8 h 1 −b1 ) +···+(cn −bn ) ]
, (2.37)
para todo h ≥ 0. Es fácil ver que el lado derecho alcanza su valor mı́nimo en el punto
4nt
h= .
(c1 − b1 )2 + · · · + (cn − bn )2
2n2 t2
−
P(X − µ ≥ t) ≤ e (c1 −b1 )2 +...+(cn −bn )2 .
64
Apliquemos este teorema a nuestro estudio particular de probabilidades.
Corolario 2.3.2. Con las hipótesis del teorema 2.3.3, se cumple que
u2
1 − Fn (u) < e− 2 .
naj
Demostración. Consideremos la variables aleatorias Z1 , Z2 , ...., Zn definidas como Zj = sn Xj ,
donde j ∈ {1, 2, ..., n}. Esto implica que
Z1 + Z2 + · · · + Zn a1 Z1 + a2 X2 + · · · + an Xn
Z= = = Yn .
n sn
Usando el corolario A.3.2, es fácil ver que estas variables son independientes. Además en virtud que
Xj solo toma los valores ±1 con la misma probabilidad, se tienen las propiedades
naj naj
bj = − ≤ Zj ≤ = cj , EZj = 0,
sn sn
para cada j ∈ {1, 2, ...n}. Esto implica que µ = EZ = 0. Por lo tanto del teorema anterior se tiene
para t > 0
2 t2
− 22n 2
n2a1 n2an t2
1 − Fn (t) = P(Yn > t) = P(Z − 0 ≥ t) ≤ e sn +···+ sn = e− 2 .
a1 X1 + · · · + an Xn
Yn = ,
sn
está en LP ∗ .
65
Demostración. Por el corolario 2.2.1 tenemos que la función Hn (z) ∈ LP ∗ . Probemos la última
igualdad con la integral de Riemann-Stieltjes. Veamos la prueba para el caso n = 2, los demás casos
son totalmente análogos siendo solo más extensos por la cantidad de variables usadas. Para el caso
n = 2, tenemos que la variable aleatoria Y2 es de la forma
a1 X1 + a2 X2
Y2 = .
s2
En virtud de la independencia de las variables aleatorias X1 y X2 , tenemos que Y2 toma solo los
±a1 ±a2
valores s2 con igual probabilidad. Por hipótesis se tiene que se pueden ordenar estos valores
como x1 < x2 ≤ x3 < x4 . Supongamos que x2 < x3 , el caso x2 = x3 se analiza análogamente.
Hallemos los valores de la función de distribución F2 . En virtud que Y2 solo toma los valores x1 <
x2 < x3 < x4 con igual probabilidad 14 , se tiene que
Dados A, B ∈ R tales que {x1 , x2 , x3 , x4 } ⊂ [A, B]. Considere la partición punteada P ∗ tal que
g(t) = f (it)eizt .
4
X X g(ξj )
(P ∗ ) = .
4
j=1
En particular podemos tomar la partición punteada con ξj = xj para 1 ≤ j ≤ 4. Esto implicará que
la suma anterior será
4
X
∗
X g(xj )
(P ) = .
4
j=1
66
que al realizar su respectiva suma de Stieljtes, también se obtiene
4
X X g(xj )
(Pλ∗ ) = .
4
j=1
Por lo tanto podemos considerar una sucesión de refinamientos {Pn }n∈N de la partición anterior tales
que Pn → 0. Usando la condición de Cauchy (teorema A.4.1) y reemplazando los valores x1 , x2 , x3
y x4 , se tiene que la integral de Riemann-Stieltjes es
Z B Z B 4 X ±ia1 ± ia2 iz ±a1 ±a2
izt
X g(xj ) −2
g(t)dF2 = f (it)e dF2 = =2 f e s2 .
A A 4 s2
j=1
Asumamos el caso que las desigualdades entre estos números es estricta. En caso que alguna de-
sigualdad no sea estricta, se realiza un procedimiento análogo al que haremos a continuación. Ha-
ciendo un análisis sobre la función distribución Fn , en virtud que Yn toma cada valor con probabili-
dad 1/2n , se obtiene para j ∈ {2, ..., 2n−1 }
2n−1 1
3. Si t ∈ h−x2n−1 , x2n−1 i entonces Fn (t) = = .
2n 2
2n − j + 1
4. Si t ∈ hxj , xj−1 i entonces Fn (t) = .
2n
2n
5. Si t ∈ hx1 , +∞i entonces Fn (t) = = 1.
2n
67
De esta manera para cada t ∈ R\{−x1 , −x2 , ..., −x2n−1 , x2n−1 , x2n−1 −1 , ..., x2 , x1 } se tiene que
Fn (t) + Fn (−t) = 1,
lo que implica que para t, k ∈ R\{−x1 , −x2 , ..., −x2n−1 , x2n−1 , x2n−1 −1 , ..., x2 , x1 } se cumple
Lema 2.3.4. Sea ε > 0, f (z) ∈ LP ∗ , y K ⊂ C compacto. Entonces existe A > 0 que depende solo
de ε y K, tal que Z
f (it)eizt dFn < ε,
|t|≥A
para todo n ∈ N y z ∈ K.
Demostración. Consideremos ρ el orden de la función f (z), que sabemos que cumple ρ < 2. Con-
sideremos máx{1, ρ} < δ < 2. Por definición de orden de una función entera existe δ1 tal que
ρ < δ1 < δ de tal manera que
δ1
sup |f (z)| < er ,
|z|=r
para r > r0 . En virtud de esto, tenemos que para |t| > r0 , se tiene que
δ1
|f (it)| < e|t| .
Como K es compacto existe R > 0 tal que |z| < R para todo z ∈ K. Luego
existe C > 0(considerando C > r0 ) de tal manera que para |t| ≥ C, se tenga que
δ1 +R|t| δ
e|t| < e|t| .
68
Ası́ obtenemos que para |t| ≥ C se cumple
1. Si C ≤ t ≤ B, obtenemos
Z B Z B
δ
f (it)eizt dFn ≤ e|t| dFn .
(2.38)
C C
2. Si −B ≤ t ≤ −C, obtenemos
Z −C Z −C
δ
f (it)eizt dFn ≤ e|t| dFn .
(2.39)
−B −B
a) Si −C < −x1 , entonces por la observación 2.3.1 se cumple Fn (t) = 0 para todo t ∈
[−B, −C]. Por lo tanto
Z −C Z B
δ
f (it)eizt dFn = 0 = et dFn .
−B C
b) Si existe algún j0 ∈ {1, 2, ..., 2n−1 } tal que −xj0 < −C, vamos a probar que se cumple
Z −C Z B
|t|δ δ
e dFn = e|t| dFn .
−B C
Sabemos que estas integrales de Riemann-Stieljtes existen, en virtud del teorema A.4.2.
Por la condición de Cauchy (teorema A.4.1), podemos obtener dichas integrales como
lı́mites de sumas de Riemann-Stieljtes de una sucesión de particiones punteadas cuyas
normas convergen a 0. Consideremos entonces una partición P ∗ formada por los pun-
tos medios entre dos puntos consecutivos del conjuntos {−x1 , −x2 , ..., −xj0 −1 , −xj0 }.
Además podemos refinar esta partición y obtener una sucesión de particiones cuyas nor-
mas convergen a 0, y además que ninguno de estas particiones pertenezca al conjunto
{−x1 , −x2 , ..., −xj0 −1 , −xj0 }. Usando la observación 2.3.1 obtenemos para la suma de
Stieltjes de cada partición −B = −t0 < −t1 < · · · < −tk−1 < −tk = −C, con
69
−ξj = −tj para j ∈ {1, 2, ...k}
k k
δ δ
X X
e|−tj | [Fn (−tj ) − Fn (−tj−1 )] = e|tj | [Fn (tj−1 ) − Fn (tj )]
j=1 j=1
k
δ
X
= e|pj−1 | [Fn (pj ) − Fn (pj−1 )],
j=1
donde pj = tk−j , j ∈ {0, 1, 2, ...k} y ξj = pj−1 , que es una partición punteada de [C, B].
Por lo tanto considerando la sucesión de particiones punteadas explicado arriba, por el
teorema A.4.1 se tiene que
Z −C Z B
δ δ
e|t| dFn = e|t| dFn .
−B C
c) Si existe algún j0 ∈ {1, 2, ..., 2n−1 } tal que −xj0 = −C, podemos tomar ε > 0 sufi-
cientemente pequeño tal que −xj0 < −C + ε. Por lo tanto, por el ı́tem anterior tenemos
que
Z −C+ε Z B
δ
|f (it)eizt | dFn ≤ e|t| dFn .
−B C−ε
Integrando por partes la integral del lado derecho de la desigualdad anterior, acomodando convenien-
70
temente y recordando que 0 ≤ Fn (x) ≤ 1 para todo x ∈ R, obtenemos
Z B
δ δ δ
2eB (Fn (B) − 1) − 2eC (Fn (C) − 1) − 2 (Fn (t) − 1) d(et )
C
Z B
Cδ δ
≤ 2e (1 − Fn (C)) + 2 (1 − Fn (t))δtδ−1 et dt.
C
t2
1 − Fn (t) ≤ e− 2 . (2.42)
Z B
δ − t2 δ − B2 δ − C2
=2 (et 2 )0 dt = 2eB 2 − 2eC 2 . (2.43)
C
existe M > 0 suficientemente grande(considerando M > C), tal que para t > M se cumple
δ − t2 1
tet 2 < .
t2
En virtud de la convergencia de la integral desde M hasta +∞ de la función del lado derecho de esta
desigualdad, concluimos la convergencia de la integral impropia
Z +∞
δ − t2
tet 2 dt.
C
71
Por lo tanto, haciendo B → +∞ en (2.44) y por el lı́mite
δ − B2
lı́m eB 2 = 0,
B→+∞
se tiene que Z Z +∞
δ − t2
f (it)eizt dFn < 2 tet
2 dt.
C≤|t| C
Por lo tanto, para ε > 0 existe A > 0 (podemos considerar A > 1), tal que
Z
f (it)eizt dFn < ε,
|t|≥A
para todo n ∈ N y z ∈ K.
Lema 2.3.5. Sea K ⊂ C compacto. Para A > 0 del lema anterior, se tiene que la convergencia
Z A Z A
f (it)eizt dFn → f (it)eizt dF
−A −A
es uniforme en K.
Demostración. En virtud del lema 2.3.3, tenemos la convergencia puntual. Probaremos que la con-
vergencia es uniforme sobre K. Como f (z) y f 0 (z) son continuas en el conjunto compacto [−iA, iA],
podemos escoger M > 0 tal que |f (it)| ≤ M , |f 0 (it)| ≤ M para cada t ∈ [−A, A]. En virtud de la
compacidad de K, existe N > 0 tal que |z| ≤ N para todo z ∈ K. Para cada z ∈ K definamos la
función
gz : [−A, A] → R
t 7→ gz (t) = f (it)eizt
Derivando tenemos que
|gz0 (t)| = f 0 (it)ieizt + izgz (t) ≤ f 0 (it)ieizt + |izgz (t)| ≤ M eAN + N M eAN .
72
Entonces escogemos R > 0 de tal manera para todo z ∈ K, t ∈ [−A, A] se cumpla
Dado ε > 0, en virtud del lema 2.3.2, sabemos que existe un n0 ∈ N tal que si n ≥ n0 se tiene que
ε
|Fn (t) − F (t)| < .
6AR
uniformemente en K, cuando n → ∞.
73
Lema 2.3.6. Si f (z) ∈ LP ∗ , entonces
Z +∞
H(z) = f (it)eizt dF
−∞
define una función entera real. Si H(z) no es idénticamente nula, entonces solo posee ceros reales.
para todo z ∈ K. Por lo tanto Hn → H uniformemente en compactos Por el corolario 2.2.1 las
funciones Hn (z) son enteras, y en virtud de la convergencia uniforme en compactos se tiene que
la función H(z) también es entera. Probaremos ahora que H(z) es una función entera real. Dado
z0 ∈ R, sabemos que {Hn (z0 )}n∈N es una sucesión de números reales y en virtud que Hn (z0 )
converge a H(z0 )(la convergencia uniforme en compactos implica la convergencia puntual) tenemos
que H(z0 ) es real. Probemos ahora que si H no es idénticamente nula entonces H(z) solo posee
ceros reales, es decir, si z0 ∈ C tal que H(z0 ) = 0, entonces z0 ∈ R. Supongamos que =(z0 ) > 0,
entonces para un δ > 0 suficientemente pequeño de tenemos que
{z ∈ C : H(z) = 0} ∩ D(z0 , δ) = z0 ,
y además podemos escoger dicho δ de tal manera que se tenga =(z) > 0 para z ∈ D(z0 , δ). Por
74
el teorema de Hurwitz, se tiene que para algún n0 ∈ N, Hn0 (z) posee por lo menos un cero en
D(z0 , δ). Entonces tiene por lo menos un cero con parte imaginaria positiva, pero como los ceros de
esta función son reales llegamos a una contradicción. Si suponemos que =(z0 ) < 0, realizando un
proceso análogo, llegamos a una contradicción. Por lo tanto, si H(z) = 0 entonces z ∈ R.
Z +∞
Lema 2.3.7. Si f (z) ∈ LP ∗ , el orden de H(z) = f (it)eizt dF es ≤ 2.
−∞
Demostración. Consideremos λ el orden de f (z). Sabemos que λ < 2, y por definición de orden
podemos encontrar λ < δ < 2, de tal manera que
δ
sup |f (z)| < er
|z|=r
para |z| > r0 . Como el disco D(0, r0 ) es compacto, por la continuidad de f (z) existe M > 1 tal que
|f (z)| < M para z ∈ D(0, r0 ). Por lo tanto para todo z ∈ C se cumple
δ
|f (z)| < M e|z| .
t2
1 − Fn (t) < e− 2 ,
y haciendo n → +∞
t2
1 − F (t) ≤ e− 2 . (2.45)
para t, k ∈ R\{−x1 , −x2 , ..., −x2n−1 , x2n−1 , x2n−1 −1 , ..., x2 , x1 }. Usando las sumas de Stieltjes, es
75
fácil ver que ello implica Z +∞ Z +∞
2|z||t|
e dF = 2 e2|z||t| dF.
−∞ 0
t2
−e− 2 2e2|z|t ≤ 2e2|z|t (F (t) − 1) ≤ 0
Por lo tanto +∞
2e2|z|t (F (t) − 1) = 2(1 − F (0)).
0
es convergente. Análogamente se prueba que la primera integral del producto es convergente, y más
76
aún independiente de z ∈ C. Denotemos esta integral por T ∈ R. Ası́ hemos obtenido que
Z 2
+∞ √ 2
|H(z)|2 = f (it)eizt dF ≤ M 2 T 2(1 − F (0)) + 4|z| 2πe2|z| .
−∞
2+ε
sup |H(z)|2 < e2r .
|z|=r c
2+ε
Mh (r) = sup |H(z)| < er .
|z|=r c
77
Capı́tulo 3
+∞
X
y[(1 − y)(1 − y 2 ) · · · ]24 = τ (n)y n .
n=1
+∞
X τ (n)
L(s) = ,
ns
n=1
donde la serie y el producto convergen uniformemente para <s > 13/2. Sabiendo que para cualquier
número primo p se cumple
obtenemos
Y −1
L(s) = 1 − τ (p)p−s + p11−2s
p:primo
que es convergente para <s > 13/2. La función zeta de Ramanujan satisface la identidad
Z +∞
−s−6
ΞR (is) = (2π) L(s + 6)Γ(s + 6) = xs+5 g(e−2πx ) dx,
0
78
donde
+∞
X
g(y) = τ (n)y n .
n=1
obtenemos que Z +∞
ΞR (s) = φ(t)eist dt,
−∞
donde
+∞
t −t 12
Y
φ(t) = e−2π cosh(t) 1 − e−2πke 1 − e−2πke
.
k=1
La hipótesis de Riemann para la función zeta de Ramanujan afirma que todos los ceros de ΞR (s) son
reales.
Consideremos F un conjunto finito de números complejos a0 , a1 , ..., an no todos nulos. Definamos
la función Z +∞
ΞF (s) = φF (t)eist dt,
−∞
donde
n n
! !
−2πmet −2πme−t
X X
φF (t) = e−2π cosh t am e am e .
m=0 m=0
para s ∈ C. Se puede probar que existe una secuencia {Fk }k∈N tal que la sucesión de funciones
ΞFk (s) converge uniformemente en compactos de C para ΞR (s). En este capı́tulo mi objetivo es
estudiar los ceros de la función ΞF (s). Este estudio es realizado por Haseo Ki en su artı́culo On
the zeros of approximations of the Ramanujan Ξ-function [26], donde el muestra el comportamiento
asintótico de los ceros de la función. Uno de sus teoremas muestra la relación entre los ceros de
ΞF (s) con un polinomio de Dirichlet. En este capı́tulo daré otra prueba de este teorema, basado en
el principio del argumento. Para ello, analizaré un artı́culo de Oswaldo Velásquez [43] y demostraré
una versión de uno de sus teoremas, que permitirá probar el teorema dado por Ki.
79
3.1. Sobre el número de ceros de una función entera fuera de una recta
vertical
3.1.1. Preliminares
Dado s ∈ C, lo escribiremos de la forma s = σ + iτ , donde σ = <(s) y τ = =(s). Para una
función h(s) entera definamos
h(s) = h(s).
1. N (T, σ0 ) denota la cantidad de ceros de f (s) en el interior del rectángulo con vértices −σ0 −
iT, σ0 − iT, σ0 + iT y −σ0 + iT , contando multiplicidad. Es decir
0
3. N0 (T ) denota la cantidad de ceros de f (s) en la recta crı́tica σ = 0, sin contar multiplicidad.
0
0 ≤ N0 (T ) ≤ N0 (T ) ≤ N (T, σ0 ),
0
0 ≤ N (T, σ0 ) − N0 (T ) ≤ N (T, σ0 ) − N0 (T ).
80
Esta función es la determinación continua del argumento de h(s) sobre la recta σ = 0. Es decir, se
cumple que
h(iτ )
eiϕ(τ ) = ,
|h(iτ )|
para todo τ ∈ R. Esto es posible, si definimos un logaritmo para h(s) en un abierto simplemente
conexo que contiene a la recta σ = 0 y la función h(s) no se anula. Tomando la parte imaginaria de
dicho logaritmo obtenemos la determinación continua del argumento.
Lema 3.1.1. Sea g : [0, +∞i → R una función continua tal que g(0) ≤ 0. Definamos
2. Si g(T ) = n ∈ N, se tienen los puntos x1 < x2 < · · · < xn tales que xi ∈ [0, T [ y
g(xi ) ≡ 0 mod 1 para todo i ∈ {1, ..., n}. En virtud de la continuidad de g es fácil ver que
g(x1 ) ≤ 0, |g(T ) − g(xn )| ≤ 1, |g(xi ) − g(xi−1 )| ≤ 1 para todo i ∈ {2, ..., n}. Luego
n
X
g(T ) ≤ g(T ) − g(x1 ) = g(T ) − g(xn ) + g(xi ) − g(xi−1 ) ≤ n = g(T ),
i=2
3. Si g(T ) = 0, debemos probar que 0 ≥ g(T ). Supongamos que g(T ) > 0; como en este caso se
tiene que g(0) < 0, por el teorema del valor intermedio se tiene que existe xi ∈]0, T [ tal que
g(ξ) = 0. Por lo tanto g(ξ) ≡ 0 mod 1, lo que nos da una contradicción pues g(T ) = 0. Por lo
tanto 0 ≥ g(T ).
Finalmente concluimos que g(T ) ≥ g(T ). Mas aún g(T ) ≥ [[g(T )]].
Lema 3.1.2. Sean h(s) una función entera sin ceros en la recta σ = 0. Consideremos arg h(iτ ) la
determinación continua del argumento de h(s) sobre la recta crı́tica σ = 0. Definamos la función
entera
f (s) = h(s) ± h(−s).
Entonces para cada T > 0, el número de ceros de f (s) tales que |τ | < T , sin contar multiplicidad,
sobre la recta σ = 0 está acotado inferiormente por
1 1
N00 (T ) ≥ arg h(iT ) − arg h(−iT ) − 1.
π π
81
Demostración. Probemos el resultado para el caso f − (s). Si consideramos ih(s) en lugar de h(s) ob-
tenemos el resultado para if + (s). En virtud de la simetrı́a de f − (s), podemos suponer que arg h(0) ∈
] − π, 0]. Entonces
f − (iτ ) = h(iτ ) − h(−iτ ) = h(iτ ) − h(iτ ) = |h(iτ )|ei arg h(iτ ) − |h(iτ )|e−i arg h(iτ )
= 2i|h(iτ )| sin(arg h(iτ )).
Como h(iτ ) 6= 0, entonces f − (iτ ) = 0 si y sólo si arg h(iτ ) ≡ 0 mod π. Por lo tanto
0 1
N0 (T ) = # τ ∈ R : |τ | < T, arg h(iτ ) ≡ 0mod1 .
π
0 1
N0 (T ) = # τ ∈ R : |τ | < T, arg h(iτ ) ≡ 0mod1
π
1
= # τ ∈ R : 0 ≤ τ < T, arg h(iτ ) ≡ 0mod1
π
1
+ # τ ∈ R : 0 ≤ τ < T, − arg h(−iτ ) ≡ 0mod1 − 1.
π
Una doble aplicación del lema 3.1.1 permite obtener el resultado. Análogamente se prueba para el
caso f − (0) 6= 0.
Teorema 3.1.1. Sea h(s) una función entera que no se anula en las rectas σ = 0 y σ = σ0 , donde
σ0 > 0, y h(s) solo posee una cantidad finita de ceros en la banda 0 ≤ σ ≤ σ0 . Definamos la función
entera
f (s) = h(s) ± h(−s).
82
1. F (s) 6= ±1 sobre la recta σ = σ0 , y |F (s)| < 1 para σ = σ0 , |τ | ≥ τ0 .
2. Para todo ε > 0 existe una sucesión {Tn }n∈N tal que lı́m Tn = +∞ y |F (s)| < eε|s| donde
n→+∞
0 ≤ σ ≤ σ0 y τ = ±Tn , n ≥ 1.
Entonces
0
N (T, σ0 ) − N0 (T ) ≤ 2Nh,0<σ<σ0 + 2.
En particular todos los ceros de f (s) que están en la banda −σ0 ≤ σ ≤ σ0 , salvo un número finito,
se encuentran sobre la recta σ = 0 y son simples.
Demostración. Por el cambio h(s) con −h(s) si fuera necesario, podemos asumir que h(0) > 0. Si
definimos la función meromorfa g(s) = 1 ± F (s), tenemos que f (s) = g(s)h(s). Un fácil cálcu-
lo muestra que la propiedad 2. de la función F (s) se mantiene para la función g(s). Para T > 0
consideremos los rectángulos R, R1 , R2 , R3 definidos respectivamente por
−T ≤ τ ≤ T, −σ0 ≤ σ ≤ σ0 ,
−T ≤ τ ≤ T, 0 ≤ σ ≤ σ0 ,
0 ≤ τ ≤ T, 0 ≤ σ ≤ σ0 ,
−T ≤ τ ≤ 0, 0 ≤ σ ≤ σ0 ,
Podemos definir un logaritmo de g(s) tal rectángulo R1 de la siguiente manera: Como F (s) 6= ±1
en σ = σ0 , entonces g(s) no se anula en σ = σ0 . Luego, en la recta σ = σ0 podemos definir un
logaritmo log g(s). Para los demás puntos s del rectángulo definimos log g(s) como el valor obtenido
desde log g(σ0 + it) por la variación continua a lo largo de t =constante de σ0 + it hasta σ + it,
considerando que el camino no cruza por un cero de g(s). Si se da el caso, definamos el logaritmo
como log g(s) = lı́m log g(σ + it + iε). Por un teorema de Littlewood [41, p. 220], se tiene que
ε→0+
Z Z σ0
log g(s) ds = −2πi ν(σ) dσ,
∂R2 0
donde ν(σ 0 ) denota el número de ceros de g(s) en la parte del rectángulo donde σ > σ 0 , incluyendo
los ceros en t = T , pero no los ceros en t = 0. En particular se tiene que
Z !
< log g(s) ds = 0. (3.1)
∂R2
83
Usando la misma idea, se puede demostrar (los cálculo son los mismos que usó Littlewood), que
Z !
< log g(s) ds = 0. (3.2)
∂R3
Usaremos ahora el principio del argumento para determinar el número de ceros de f (s) en R, es decir
N (T, σ0 ). Si T ni −T son la ordenada de un cero de f (s) entonces
1
N (T, σ0 ) = 4R arg f (s),
2π
donde 4R es la variación en el borde del rectángulo R. En virtud de la simetrı́a de f (s) dada por
±f (s) = f (s) se tiene que
4R arg f (s) = 2 4R1 arg f (s),
1
N (T, σ0 ) = 4R1 arg f (s)
π
= R(T ) + S(T ), (3.3)
1 1
donde R(T ) = 4R1 arg h(s) y S(T ) = 4R1 arg g(s). Si T es la ordenada de un cero de la
π π
función f (s) definamos R(T ) = lı́m R(T + ε) y S(T ) = lı́m S(T + ε). Análogamente se define
ε→0+ ε→0+
en caso que −T sea la ordenada de un cero de la función f (s). Analicemos ahora el valor de R(T ) y
S(T ). Para S(T ), por definición se tiene que
1 1
S(T ) = = log g(iT ) − = log g(−iT ),
π π
Z T Z σ0 Z T
2. = log g(−iτ ) dτ = − ln |g(σ − iT )| dσ + =log g(σ0 − iτ ) dτ + I(σ0 ),
0 0 0
Z σ0
donde I(σ0 ) = log |g(σ0 )| dσ. Restando estas dos expresiones, y reemplazando la definición de
0
S(τ ) se tiene que
Z T Z σ0 Z σ0
π S(τ ) dτ = ln |g(σ + iT )| dσ + ln |g(σ − iT )| dσ
0 0 0
Z T Z T
+ arg(σ0 + iτ ) dτ − arg(σ0 − iτ ) dτ − 2I(σ0 ).
0 0
84
Dado ε > 0, usando la propiedad 2. se tiene para 0 ≤ σ ≤ σ0
donde Z τ0 Z τ0
M= arg(σ0 + iτ ) dτ − arg(σ0 − iτ ) dτ.
0 0
donde D(T ) = 0 para T suficientemente grande(a partir de Th , donde contiene todos los ceros de
85
h(s) de la banda 0 < σ < σ0 ). Por lo tanto, reemplazando las relaciones (3.6) y (3.7) en (3.3) se
cumple
arg h(iT ) arg h(−iT ) D(T )
N (T, σ0 ) = S(T ) + − + 2Nh,0<σ<σ0 + .
π π π
Usando el lema 3.1.2 se tiene que
0 D(T )
N (T, σ0 ) − N0 (T ) ≤ B + + S(T ),
π
0 σ0
N (T, σ0 ) − N0 (T ) ≤ B + 2ε + 1.
π
Haciendo ε → 0 (es posible hacer esto pues la relación anterior no depende de Tn ) obtenemos lo
pedido.
De esta manera, podemos suponer que la función h(s) puede tener una cantidad finita de ceros en la
86
recta σ = 0, y el resultado aún se mantiene.
87
3.2. El teorema sobre los ceros de la función ΞF (s)
Sea F un conjunto finito de números complejos a0 , a1 , ..., an no todos nulos. Definamos la fun-
ción Z +∞
ΞF (s) = φF (t)eist dt,
−∞
donde
n n
! !
−2πmet −2πme−t
X X
φF (t) = e−2π cosh t am e am e .
m=0 m=0
donde
n n
! !
e−2π cosh t X
−2πmet
X
−2πme−t
φ̂F (t) = t −t am e am e .
e2 + e 2
m=0 m=0
Se cumple que tales funciones ΞF (s) y WF (s) son enteras reales. En virtud que φF (t) = φF (−t)
para todo t ∈ R, se tiene que
Z +∞ Z +∞ Z +∞
ΞF (s) = φF (t)eist dt = φF (t)e−ist dt = φF (−t)e−ist dt,
−∞ −∞ −∞
Nuestro objetivo será proporcionar información de los ceros de la función ΞF (s) a partir de la
88
función ψF (is − k). De hecho, probaremos que si la función ψF (is − k) tiene una cantidad finita de
ceros en cierta banda, entonces casi todos los ceros de la función ΞF (s) que están en dicha banda son
reales. Este teorema es demostrado por Haseo Ki en [26, p. 132]. La idea de su prueba se basa en usar
la relación (3.8) para poder estudiar los ceros de la función ΞF (s) a partir de los ceros de la función
WF (s), usando la factorización de Hadamard pues dicha función es de orden finito. El teorema que
Haseo Ki prueba es el siguiente.
Teorema 3.2.1. Sean 0 < δ < ∆∗ < ∆∗∗ tres números reales positivos. Si la función ψF (is − k)
tiene una cantidad finita de ceros en la banda −∆∗ < =s < ∆∗∗ , entonces todos los ceros de ΞF (s),
salvo una cantidad finita, que están en la banda |=s| ≤ δ son reales. En particular, todos los ceros
de ΞF (s), salvo una cantidad finita, son reales si ψF (is − k) tiene una cantidad finita de ceros en
=s < ∆∗∗ .
Nosotros proponemos dar otra demostración del teorema, sin necesidad de usar la factorización
de Hadamard. Nuestro plan será usar el teorema 3.1.1, pero para ello realizaremos una rotación y
i
traslación. Consideremos las funciones enteras C(s) = ΞF (−is) y h(s) = WF −is− . Mediante
2
un simple cálculo se tiene que
i i
h(−s) = h(−s) = WF is − = WF − is + .
2 2
Teorema 3.2.2. Sean 0 < δ < ∆∗ < ∆∗∗ tres números reales positivos. Si la función ψF (s − k) no
posee ceros en la banda −∆∗∗ < <s < ∆∗ , entonces todos los ceros de C(s), salvo una cantidad
finita, que están en |<s| ≤ δ están en la recta <s = 0. En particular, todos los ceros de C(s), salvo
una cantidad finita, están en la recta <s = 0, si ψF (s − k) no posee ceros en <s > −∆∗∗ .
89
3.3. Los resultados de Haseo Ki
En esta sección estudiaremos el comportamiento asintótico de las funciones ΞF (s) y WF (s) que
nos permitirán obtener información de los ceros de la función ΞF (s). El desarrollo de este comporta-
miento está basado en un artı́culo de Bruijn [18, p. 210-213]. En este trabajo él estudia el comporta-
miento de los ceros de integrales trigonométricas, y utiliza algunas resultados que usaremos para las
acotaciones. Antes de empezar a estudiar las cotas, daremos unos resultados previos necesarios.
3.3.1. Preliminares
Una información relevante que podemos dar sobre las funciones Ξ(s) y WF (s) es que son fun-
ciones enteras reales de orden finito.
Teorema 3.3.1. Sean b > 2 un número real y F (t) una función real o compleja es integrable sobre
todo R, y satisface
Demostración. Este es un resultado dado por Pólya. Se puede comprobar fácilmente que este teorema
proporciona que las funciones enteras Ξ(s) y WF (s) son de orden menor que 2. Para la prueba ver
[38, p. 6-18].
Teorema 3.3.2 (Phragmen-Lindelof). Sea f (s) una función holomorfa en un sector S, con centro
1
en el origen y ángulo π/β, donde β > 2 y continua en S. Si la función f (s) cumple las siguientes
propiedades
2. En S:
α
|f (s)| ≤ eC|s| ,
90
entonces |f (s)| ≤ M para todo s ∈ S.
Teorema 3.3.3 (Phragmen-Lindelof). Sea f (s) una función entera de orden menor que 2. Si para
α, β ∈ R se cumple que
1. En τ = α: f = O(σ a ).
2. En τ = β: f = O(σ b ),
Lema 3.3.1. Si definimos la función H(s) = Γ(s + 1)ψF (s + 1), entonces para b, c > 0 existen
constantes A, C ∈ R tales que para ρ ≥ 0 y s = σ + iτ , donde −b < σ < c|τ |, |s| > A se cumple
que
|H(s − ρ)| ≤ C(b, ρ)C 1+ρ |s|−ρ |Γ(s + 1)|,
Demostración. Primero probemos un resultado para H1 (s) = Γ(s + 1). Por la fórmula de Stirling
sabemos que
√
Γ(s + a) = 2πe−s ss+a−1/2 1 + O |s|−1 ,
para |s| > A suficientemente grande. Por lo tanto, para 0 ≤ ρ ≤ 1 se cumple que
para |s| > A. Probemos ahora este mismo resultado para cualquier ρ ≥ 0, y para ello usaremos
inducción matemática. Supongamos que (3.10) es válido para 0 ≤ ρ ≤ k, donde k ∈ N. Veamos que
91
el resultado es válido para k < ρ ≤ k + 1. Como ρ está en dicho intervalo, entonces el resultado es
válido para ρ − 1. Por lo tanto
Mediante un simple cálculo se tiene que para s ∈ C en la región −b < σ < c|τ |, |s| > A se cumple
que
|s − ρ + 1| ≥ |s|C −1 . (3.12)
válido para −b < σ < c|τ |, |s| > A. Note que el A es el mismo obtenido en la prueba para 0 ≤ ρ ≤ 1.
Acotemos ahora la función ψF (s−ρ+1) en la misma región. Recordemos que la función ψ(s−ρ+1)
está definida como
n
X am
ψ(s − ρ + 1) = .
((2m + 1)π)s−ρ+1
m=0
Dependiendo del valor de b y ρ se tienen dos casos para acotar esta suma:
1. Si −b − ρ + 1 ≥ 0 se tiene que
n+1
|ψ(s − ρ + 1)| ≤ M .
π −b−ρ+1
n+1
|ψ(s − ρ + 1)| ≤ M .
((2n + 1)π)−b−ρ+1
92
Por lo tanto para s ∈ C tal que −b < σ < c|τ |, |s| > A, usando (3.13) y (3.14) se cumple que
|H(s − ρ)| = |H1 (s − ρ)ψF (s − ρ + 1)| ≤ C(b, ρ)C 1+ρ |s|−ρ |Γ(s + 1)|.
donde bk 6= 0.
93
reescribimos la serie como
n
X +∞
X
e−πs am e−2πms = bm sm , (3.15)
m=0 m=k
1. W1 consiste en la semirecta desde 2πi + ∞ hasta el punto 2πi + 1, el segmento desde 2πi + 1
hasta 1 y la semirecta en el eje real desde 1 hasta +∞.
2. W2 es el contorno del rectángulo, tomado en sentido positivo, con vértices 1, 2πi + 1, 2πi − 1
y −1.
3. W3 consiste en la semirecta desde −∞ hasta el punto −1, el segmento desde −1 hasta 2πi − 1
y la semirecta desde 2πi − 1 hasta 2πi − ∞.
+∞ n
t t
X X
φF (t)eist = bm e−πe am e−2πme e−mt eist .
m=k m=0
Mediante un simple cálculo se obtiene la convergencia de dicha integral para todo s ∈ C. En par-
ticular, si =s < 0, podemos trasladar la parte vertical del camino W1 infinitamente hacia el lado
94
izquierdo. Vamos a formalizar esta idea. Para aligerar nuestra notación, escribimos
n
t t
X
g(t) = e−πe am e−2πme .
m=0
Dado N < 1, en virtud que nuestro integrando en (3.17) es una función entera(de variable t) implica
que la integral sobre cualquier camino cerrado es 0. Por lo tanto
Z Z N +2πi Z N Z +∞
ist ist ist
g(t)e dt = g(t)e dt + g(t)e dt + g(t)eist dt
W1 +∞+2πi N +2πi N
Es fácil ver que cada una de estas integrales está bien definida, es decir que son convergentes. Por un
simple cambio de variable en la primera integral obtenemos
Z Z +∞ Z N
ist −2πs ist
g(t)e dt = (1 − e ) g(t)e dt + g(t)eist dt.
W1 N N +2πi
Analicemos cada integral del lado derecho. Realizando un cambio de variable tenemos que
Z +∞ n n Z +∞
−πet −2πmet ist t
X X
e am e e dt = am e−(2πm+π)e (et )is dt
−∞ m=0 m=0 −∞
n +∞
e−t tis−1
X Z
= am dt
0 (2mπ + π)is
m=0
= ψ(is)Γ(is).
t+N
Además mediante un cambio de variable (considere u = 2πi ) y una simple acotación, recordan-
do que =s < 0, se tiene que
Z N
lı́m g(t)eist dt = 0.
N →−∞ N +2πi
Por lo tanto
Z Z +∞
−2πs
g(t)e ist
dt = (1 − e ) g(t)eist dt = (1 − e−2πs )ψ(is)Γ(is). (3.18)
W1 −∞
La función del lado derecho es una función entera, pues los polos de la función Γ(is), que son s = ik,
donde k ∈ N, se cancelan con los ceros de la función (1 − e−2πs ). Como tal desigualdad vale para
todo =s < 0, por el principio de identidad concluimos que la igualdad (3.18) se mantiene para todo
s ∈ C. De esta manera, haciendo el cambio de s por s + im se obtiene el valor de cada sumando en
95
la serie. Es decir
Z +∞
X
φF (t)eist dt = (1 − e−2πs ) bm ψ(is − m)Γ(is − m), (3.19)
W1 m=k
donde ψ(−is − m) = ψ(is − m). Note que en virtud que la función Γ(s) es entera real se tiene que
Γ(−is − m) = Γ(−is − m). Finalmente, como la función φF (t)eist es entera (con variable t), su
integral en el camino cerrado W3 es cero. Por lo tanto la igualdad (3.16), en virtud de las igualdades
(3.19) y (3.20), se escribe de la forma
+∞
X +∞
X
ΞF (s) = bm ψ(is − m)Γ(is − m) + bm ψ(−is − m)Γ(−is − m), (3.21)
m=k m=k
para todo s ∈ C con excepción de los puntos s = il, donde l ∈ Z. Dado ε > 0 suficientemente
pequeño, consideremos la región R dada por
donde A es suficientemente grande y de tal manera que cumpla las condiciones que necesitamos. Se
tiene que si s ∈R entonces
0
Usando el lema 3.3.1, escribiendo b = k + 1 − ε > 0 y c = 1, sabemos que existen C, A ∈ R tales
que si s ∈R (escogemos A = A0 ) entonces
|ψF (is − k − ρ)Γ(is − k − ρ)| ≤ C(k + 1 − ε, ρ)C 1+ρ |is − k − 1|−ρ |Γ(is − k)|, (3.22)
para todo ρ ≥ 0. Como τ < 0, entonces para todo l ≥ 0 consideramos ρ = is−is+l = −2τ +l ≥ 0,
lo cual reemplazaremos en la desigualdad anterior. Analicemos cada uno de los términos del producto
96
del lado derecho. Fácilmente se observa que
|ψF (is − k − l)Γ(is − k − l)| ≤ LD−2τ +l |is − k − 1|2τ −l |Γ(is − k)|. (3.23)
De esta manera, considerando |s| > A, con A > 0 suficientemente grande tal que
D |is − k − 1|
< 1, <2
|is − k − 1| |is − k − 1| − D
se tiene
+∞
!−2τ +l +∞
!2ε+l
X D X D
<
|is − k − 1| |is − k − 1|
l=0 l=0
!2ε +∞ !l
D X D
=
|is − k − 1| |is − k − 1|
l=0
!2ε !2ε
D |is − k − 1| D
= <2
|is − k − 1| |is − k − 1| − D |is − k − 1|
1
< C1 ,
|s|2ε
97
donde C1 > 0 es una constante. Finalmente se tiene que
+∞
X |Γ(is − k)|
bm ψ(−is − m)Γ(−is − m) ≤ BC1 .
|s|2ε
m=k
+∞
!
X |Γ(is − k)|
ΞF (s) = bm ψ(is − m)Γ(is − m) + O . (3.24)
|s|2ε
m=k
uniforme para todo s ∈R. Note que estamos considerando A con las condiciones necesarias. Reescri-
biendo la igualdad (3.22), para s ∈R se cumple
|ψF (is − k − ρ)Γ(is − k − ρ)| ≤ C(k + 1 − ε, ρ)C 1+ρ |is − k − 1|−ρ |Γ(is − k)|.
Agrupando esto con el factor C 1+ρ y reescribiendo de manera conveniente, obtenemos que
para todo ρ ≥ 0. Además, considerando B 0 > 0 cota superior de la sucesión {bn }n∈N se tiene
+∞ +∞
X X
B 0 |ψF (is − m)Γ(is − m)|
bm ψF (is − m)Γ(is − m) ≤
m=k+1 m=k+1
+∞ ρ
0
X G
≤ B F |Γ(is − k)| .
|is − k − 1|
ρ=1
Por lo tanto, considerando |s| > A, con A suficientemente grande, se tiene que
G G 2G
is − k − 1| < 1, <
|is − k − 1| − G |s|
98
lo que implica que
+∞
X 2G 1
bm ψF (is − m)Γ(is − m) ≤ B 0 F |Γ(is − k)| < C1 |Γ(is − k)|
|s| |s|
m=k+1
1
< C1 |Γ(is − k)| , (3.25)
|s|2ε
para todo s ∈R. Note que nuevamente elegimos A cumpliendo lo necesario. Consideremos ahora las
regiones S, R1 definidas respectivamente como
para s ∈R. Es fácil ver que en la frontera de R1 se cumple la relación (3.27). Definamos la función
entera
ΞF (s) 2
f (s) = s − bk ψF (is − k)s2
Γ(is − k)
Como el conjunto 4 es acotado, se tiene que |f (s)| ≤ N para s ∈ 4, donde N ∈ R. Por lo tanto, en
∂S se cumple que |f (s)| ≤ máx{M, N }. Sabemos que la función entera ΞF (s) es de orden menor
que 2 (ver el teorema 3.3.1) y además la función 1/Γ(s) es una función entera de orden 1. Esto
implicará que la función
ΞF (s) 2
s
Γ(is − k)
tiene un comportamiento asintótico de una función de orden menor que 2 en S. Es fácil ver que la
función ψF (is − k)s2 también tiene un comportamiento similar (lo veremos en la siguiente sección).
Por lo tanto, la función f (s) tiene un comportamiento asintótico de una función de orden menor que
2 en S. Además, usando (3.27) y considerando que 4 es compacto, se tiene que f (s) es acotada en
todo S, es decir
Ξ (s)
F 2 2
s − bk ψF (is − k)s ≤ máx{M, N },
Γ(is − k)
99
para todo s ∈ S, en particular para los números complejos que en S tales que |s| > A. Además, tal
desigualdad era válida para R. Por lo tanto, ordenando convenientemente se tiene que
ΞF (s) = Γ(is − k) bk ψF (is − k) + O |s|−2ε ,
WF (s)
= O(1)|σ|µ(τ ) ,
Γ is − k − 21
donde M > 0. Además en los rectángulos compactos de vértices −∆, −∆ − i∆, −1 − i∆, −1 y
1, 1 − i∆, ∆ − i∆, ∆, la función en (3.29) es continua, lo que implica que en tales regiones también
es acotada. Por lo tanto
WF (s)
= O(1), (3.30)
Γ(is − k − 12 )
100
1
Por el teorema 3.3.4 se tiene que para =s ≥ 2 se cumple que
1 1 −1
WF (s) = Γ is − k − bk ψ is − k − + O |s| ,
2 2
para |s| → +∞ suficientemente grande. Como la función WF (s) es entera real, entonces se cumple
WF (s) = WF (s). Por lo tanto se tiene
WF (s) WF (s) Γ is − k − 1 1
2 −1
= = b ψ is − k − + O |s| .
Γ is − k − 21 Γ is − k − 12 Γ is − k − 12 k
2
1
Por la desigualdad (3.28), para =s ≥ 2 se cumple
1
bk ψ is − k − + O |s|−1 ≤ M, (3.31)
2
para |σ| ≥ ∆, donde M > 0. En virtud de esto, nos concentraremos en analizar el comportamiento
asintótico de
Γ is − k − 12
, (3.32)
Γ is − k − 12
1 1 √
= 2πe−iσ (iσ)iσ−τ −k−1 1 + O |σ|−1 ) ,
Γ is − k − = Γ iσ − τ − k −
2 2
1 1 √
= 2πe−iσ (iσ)iσ+τ −k−1 1 + O |σ|−1 ) ,
Γ is − k − = Γ iσ + τ − k −
2 2
101
Por lo tanto
Γ is − k − 21 1 + O |σ|−1
2τ
= (iσ) .
Γ(is − k − 12 ) 1 + O |σ|−1
para 1/2 ≤ τ ≤ ∆. Además, el factor
1 + O |σ|−1
1 + O |σ|−1
es acotado para |σ| ≥ ∆1 > 1. Además, análogo al caso anterior podemos considerar rectángulo
compactos, lo que nos permite afirmar que para 1/2 ≤ τ ≤ ∆ y |σ| ≥ 1 se cumple que
WF (s)
= O(1)||σ|2τ . (3.33)
1
Γ(is − k − 2 )
La función WF (s) es una función entera de orden menor que 2 (en virtud del teorema 3.3.1), y un
resultado conocido es que la función 1/Γ(s) es una función entera de orden finito 1. Por lo tanto la
función
WF (s)
Γ(is − k − 21 )
es una función entera de orden menor que 2. Además, considerando de (3.30) que
WF (s)
= O(σ 0 ),
Γ(is − k − 21 )
Finalmente, obtenemos que para |τ | ≤ ∆ y |σ| ≥ 1 (se consigue esto en la última relación usando
compacidad como en los otros casos) se cumple que
WF (s)
= O σ µ(τ ) .
1
Γ(is − k − 2 )
102
3.4. Estudio de la función ψF (s)
En esta parte estudiaremos el comportamiento de los ceros de la función ψF (s), que está definida
como
n
X
−s
ψF (s) = π am (2m + 1)−s .
m=0
donde am ∈ C∗ y 0 = β0 < β1 < · · · < βn . En todos los teoremas que enunciaremos a continuación
consideraremos un polinomio de Dirichlet expresado de esta forma.
Note que no tenemos el término donde β0 = 0, para que nuestra función sea un polinomio de Diri-
chlet. Sin embargo, podemos factorizar e− ln πs de la función, y obtener
Las proposiciones que vamos a obtener sobre los ceros de los polinomios de Dirichlet también se
puede aplicar a la función ψF (s), en virtud que los ceros van a depender del factor
Lema 3.4.1. Todos los ceros de un polinomio de Dirichlet g(s) se encuentran en una banda a ≤
<s ≤ b, con a < 0 < b.
Demostración. Probaremos que existe una banda a ≤ σ ≤ b que contiene todos los ceros de g(s).
103
De la desigualdad triangular se tiene
n
X
|g(s)| ≥ |a0 | − |am |e−βm σ .
m=1
2n|am | 1
Si escogemos σ > ln |a0 | βm para todo 1 ≤ m ≤ n entonces
n
X |a0 |
|g(s)| ≥ |a0 | − |am |e−βm σ > |a0 | − > 0.
2
m=0
n on
m|
Entonces si tomamos b = máx ln 2n|a
|a0 |
1
βm , se cumple que para σ > b la función g(s) no
m=1
se anula. Por lo tanto, todos sus ceros deben estar en la región σ ≤ b. Análogamente se demuestra
que existe a ∈ R tal que |g(s)| es acotada inferiormente por número positivo. Para realizar ello se
factoriza el término e−βn s . Por lo tanto, en la banda a ≤ <s ≤ b están los ceros de la función g(s).
Más aún, podemos escoger c1 = máx{|a|, |b|} tal que |g(s)| ≥ C para |<s| ≥ c1 , donde C ∈ R.
Teorema 3.4.1. Consideremos g(s) un polinomio de Dirichlet, T1 < T2 números reales y N (T1 , T2 )
los ceros de g(s) en T1 < τ < T2 . Entonces se cumple que
N (T1 , T2 ) − T2 − T1 βn ≤ n.
2π
2π(1 + n)
T2 > T1 + − n,
βn
Corolario 3.4.1. Para todo ε > 0 existe una familia numerable de curvas cerradas {Cj }j∈N que
contienen los ceros del polinomio de Dirichlet g(s), cuyos puntos están a una distancia ≥ ε de sus
ceros, y además el diámetro de cada Cj (que contiene a lo más n ceros contando multiplicidad) es
≤ 2nε.
104
entero positivo N , no dependiendo de θ, tal que para cada θ ∈ Rθ la función f (z, θ) tiene a los más
N ceros en Rz . Entonces existe γ > 0 y µ > 0, independientes de θ, tales que si (z, θ) ∈ Rz × Rθ
y si z está a una distancia al menos γ de la frontera de Rz y de los ceros de f (z, θ), entonces
|f (z, θ)| ≥ µ.
Demostración. Para cada θ ∈ Rθ , sea E(θ) la región Rz menos los puntos que están distanciados
menos de γ de los ceros de f (z, θ) y de la frontera de Rz . Tomemos γ > 0 suficientemente pequeño
tal que E(θ) es no vacı́o, para todo θ ∈ Rθ . Esto es posible desde que el número de ceros en Rz es
uniformemente acotado en θ. Consideremos
Como E(θ) es un subconjunto compacto, tomemos z0 = z0 (θ) el valor que alcanza el mı́nimo, es
decir
µ(θ) = |f (z0 , θ)|.
Note que µ(θ) 6= 0. Probemos que µ(θ) posee una cota inferior µ para todo θ ∈ Rθ . La hipótesis
de nuestro lema garantizan que los ceros de f (z, θ) varı́an continuamente con θ. De esto podemos
probar que µ(θ) es continua en Rθ . Por lo tanto µ(θ) alcanza su valor mı́nimo µ en el punto θ0 . Desde
que µ = µ(θ0 ) = |f (z0 (θ0 ), θ0 )|, y como z0 (θ0 ) no es un cero de f (z, θ0 ) se tiene que µ > 0. Por lo
tanto para θ ∈ Rθ se cumple que
para z ∈ E(θ).
Teorema 3.4.2. Sea g(s) un polinomio de Dirichlet y F un subconjunto uniforme de los ceros de g(s),
es decir
γ 0 = ı́nf{|s − z| : s ∈ F, z ∈ C, g(z) = 0} > 0.
Entonces
ı́nf{|g(s)| : s ∈ F} > 0.
Demostración. De la demostración del lema 3.4.1 podemos escribir |g(s)| ≥ C para |<s| ≥ c1 ,
donde C > 0. Para cada a ∈ R definamos el rectángulo Ra
Si s ∈ Ra , entonces z = s − ia ∈ R0 . Luego
n
X
g(s) = pm eβm z eaβm i .
m=0
105
Sabemos que existen números θm , 0 ≤ θm ≤ 2π tales que eaβm i = eθm i . Denotemos por θ al vector
(θ0 , ..., θn ) y definamos la función
n
X
f (z, θ) = pm eiθm eβm z , (3.35)
m=0
lo que implica que g(s) = f (z, θ) para s ∈ Ra . Notemos que θ depende de a. Para δ 0 > 0 suficiente-
0
mente pequeño, consideremos el rectángulo R0
|<s| ≤ c1 + δ 0 , |=s| ≤ 1 + δ 0 ,
que encierra al rectángulo R0 . Aplicaremos el lema 3.4.2 para la función f (z, θ) considerando z ∈ R00
y 0 ≤ θm ≤ 2π. Por el teorema 3.4.1, se tiene que la función f (z, θ) tiene una cantidad de ceros en
R00 acotada uniformemente en θ. Por el lema 3.4.2, existen γ > 0(escogemos γ < mı́n{δ 0 , γ 0 }) y
además y µ > 0, independientes de θ tales que |f (z, θ)| ≥ µ > 0 para z distanciado por lo menos γ
de la frontera de R00 y los ceros de f (z, θ). Por lo tanto |g(s)| ≥ µ, para s ∈ Ra . Como µ no depende
de a, entonces |g(s)| ≥ µ para todo s en la banda |<s| ≤ c1 tal que está distanciado por lo menos γ
de los ceros de g(s). En particular como γ < γ 0 , para s ∈ F tal que |<s| ≤ c1 , los ceros de g(s) están
distanciados más de γ, luego
Por el lema 3.4.1 la función |g(s)| está acotado inferiormente en la banda |<s| > c1 . Por lo tanto,
también lo está en la región común con F. Luego, concluimos que
ı́nf{|g(s)| : s ∈ F} > 0.
Corolario 3.4.2. Con las condiciones del teorema 3.2.2, es decir, si consideramos los números reales
0 < δ < ∆∗ < ∆∗∗ y se tiene que la función ψF (s − k) tiene una cantidad finita de ceros en la
banda −∆∗∗ < <s < ∆∗ , entonces está acotada inferiormente en tal región para =s suficientemente
grande.
1. Un conjunto E ⊂ R es relativamente denso si existe L > 0 tal que cada intervalo de longitud
L contiene al menos un elemento de E.
106
2. Considere una función g : U → C y una banda a < σ < b. Dado ε > 0, un ε−casi periodo de
f (s) sobre a < σ < b es un número real T tal que para a < σ < b se cumple
3. Una función g : U → C es casi-periódica sobre una banda a < σ < b en U, si para cada
ε > 0 el conjunto de ε−casi periodos de g(s) sobre a < σ < b es relativamente denso. Si g(s)
es una función entera y es casi-periódica sobre toda banda en C entonces diremos simplemente
que g(s) es casi-periódica.
Observación 3.4.1. Una función periódica es casi-periódica y considerando que la suma de dos fun-
ciones casi-periódicas es casi-periódica ([9, p. 30]), podemos concluir que un polinomio de Dirichlet
g(s) es una función casi-periódica.
Demostración. Consideremos la banda a ≤ σ ≤ b que contiene todos los ceros de g(s)(ver lema
3.4.1). Dado ε > 0 fijo y sea 0 < δ tal que 2nδ < ε y consideremos Z = {sj }j∈I el conjunto de
ceros de g(s). Por el corolario 3.4.1 existe una familia de curvas cerradas {Cq }q≥1 que contiene a
los ceros de g(s), a una distancia ≥ δ, con diámetro ≤ 2nδ < ε. Por el teorema 3.4.2 sabemos que
|f (s)| ≥ m > 0 para todo el exterior de la región limitada por las curvas Cq . Por la casi-periodicidad
de g(s) existe un conjunto relativamente denso de m/2−casi periodos en la banda a − δ < σ < b + δ.
Si T es un m/2 casi-periodo , entonces por desigualdad triangular se cumple que
m
|g(s − iT )| ≥
2
m
|g(s) − g(s − iT )| < ≤ |g(s)|
2
107
para todo s en las curvas Cq y exterior a ellas, donde ni g(s) ni la traslación s 7→ g(s − iT ) tiene
ceros en el exterior de las curvas(ni en las curvas). Por el teorema de Rouché g(s) y g(s − iT ) poseen
el mismo número de ceros en el interior de cada curva Cq (a lo más n). Por lo tanto, podemos asociar
a cada cero sj de g(s), un cero skj + iT de f (s − iT ) a una distancia < ε, es decir,
Por lo tanto T es una ε−traslación de Z. Por lo tanto el conjunto de m/2−casi periodos está incluido
en el conjunto de ε−traslaciones de Z, y dicho subconjunto es relativamente denso. Por lo tanto el
conjunto de ε−traslaciones de Z es relativamente denso.
Corolario 3.4.3. Si s0 = σ0 + iτ0 es un cero del polinomio de Dirichlet g(s), entonces para todo ε >
0 se puede construir una sucesión {sn = σn + iτn }n∈N de ceros de g(s) tal que σn ∈]σ0 − ε, σ0 + ε[
para todo n ∈ N y además τn → ±∞.
Demostración. Dado ε > 0, por la casi-periodicidad de g(s) podemos considerar una ε−traslación
T1 > máx{4ε, 1}. Por lo tanto existe el cero s1 (note que s1 6= s0 ) tal que |s0 − (s1 − iT1 )| < ε.
Por lo tanto para el cero s1 = σ1 + iτ1 se cumple que τ1 > τ0 + 2ε. Consideremos ahora ε0 =
mı́n{dist(s1 , σ0 + ε),dist(s1 , σ0 − ε)}. Como el conjunto ε0 −traslaciones es relativamente denso,
podemos considerar una ε0 −traslación T2 > máx{4d, 4ε} que implica la existencia de un cero s2 tal
que τ2 > τ1 + 2ε. Continuando inductivamente podemos formar una sucesión de ceros de g(s) en la
banda ]σ0 − ε, σ0 + ε[ tal que τn → +∞. Análogamente se demuestra para encontrar una sucesión
con τn → −∞.
Observación 3.4.2. Este corolario implicará que, en el teorema 3.2.2, la posibilidad de que solo
haya una cantidad finita de ceros en la banda mencionada se reduce al caso que no posea ceros en
dicha banda, pues si posee al menos uno existen infinitos ceros en un subconjunto de dicha banda,
imposibilitando la hipótesis del teorema.
108
3.5. Prueba del teorema
Probaremos nuestro resultado usando el teorema 3.1.1. Vamos a reescribir los corolarios obtenidos
de la función WF (s) para nuestra funciones h(s) y h(−s), recordando que
i i
h(s) = WF − is − , h(−s) = WF − is + .
2 2
1
Usando el teorema 3.3.4, para ε = 2 se tiene que
i
h(s) = WF − is − = bk ψ(s − k)Γ(s − k) + O |Γ(s − k)||s|−1 , (3.36)
2
que reescribiendo y considerando lo necesario para nuestro análisis, obtenemos que para |τ | ≥ 1 y
0 ≤ σ ≤ ∆∗ se cumple
Usando las notaciones del teorema 3.1.1, consideremos σ0 = δ. Por la relación (3.9) se tiene que
Definamos la función
h(−s)
F (s) = .
h(s)
Sin pérdida de generalidad podemos elegir δ > 0 de tal manera que F (s) 6= ±1 y h(s) 6= 0 en σ = δ.
Para 0 ≤ σ ≤ δ y |τ | ≥ 1, usando las relaciones (3.37) y (3.36) se cumple que
109
En virtud del corolario 3.4.2 sabemos que existe M > 0 tal que |ψ(s − k)| > M , donde 0 ≤ σ ≤ δ
y |τ | es suficientemente grande. De esta manera se tiene que bk ψ(s − k) + O |s|−1 está acotado
C|τ |µ(σ)
|F (s)| ≤ . (3.38)
|s − k − 1|
a) Para σ = δ, se cumple
a) Para σ = δ, se cumple
C|τ |µ(σ) C
|F (s)| ≤ ≤ < eε|s|
|s − k − 1| |s − k − 1|
110
para 0 ≤ σ ≤ δ y |τ | > A2 , con A2 > 0 suficientemente grande.
Finalmente, sabemos que para σ ≥ 0 la función h(s) tiene un comportamiento asintótico dado por
que usando el corolario 3.4.2 implica que en la banda 0 ≤ σ ≤ δ la función sólo posee una cantidad
finita de ceros, pues donde posiblemente existan ceros es en un subconjunto compacto. Por lo tanto
h(s) posee a lo más una cantidad finita de ceros en la recta σ = 0. Usando el teorema 3.1.1 y la
observación 3.1.1 concluimos que C(s) posee todos sus ceros, salvo una cantidad finita, están en la
recta σ = 0. Más aún, estos ceros son simples.
111
Capı́tulo 4
Conclusiones
2. Una aplicación directa del teorema dado por Cardon, respecto a la suma de funciones enteras
con ceros reales, es obtener suma de funciones exponenciales que solo poseen ceros reales. To-
mando lı́mite a estas sumas, es posible clasificar ciertas distribuciones para que la transformada
de Fourier que resulta solo posea ceros reales.
2. En el trabajo se presenta una nueva demostración para el teorema dado por Ki sobre los ceros
de la función ΞF (s). Nuestro análisis no se basará en la factorización de Hadamard, sino en
el principio del argumento. El desarrollo de teoremas sobre información asintótica de los ceros
de sumas de funciones con cierta simetrı́a, usando el principio del argumento, es realizado por
Oswaldo Velásquez. Esto nos motivará a estudiar sus trabajos, y poder concluir el resultado
dado por Ki mediante otro método.
112
Bibliografı́a
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115
Apéndice A
PROBABILIDADES
para cada B ∈ R. Esta medida µ será llamada medida de Lebesgue-Stieltjes, medida de probabilidad,
o distribución asociada a la variable aleatoria X. De esta manera hemos dotado a R de un espacio de
probabilidad (R, R, µ). Consideremos además F la función de distribución definida mediante
F :R → R
x 7→ F (x) = P {w ∈ Ω, X(w) ≤ x} .
Lema A.1.1. Sea {xn }n∈N una sucesión de números reales y consideremos x ∈ R o x = ±∞, con la
propiedad que cada subsucesión {xnm }m∈N posee una subsucesión que converge a x. Por lo tanto,
se cumple que xn → x.
116
Proposición A.1.1. Si F es una función de distribución asociada a la variable aleatoria X, entonces
se cumple que
1. F es creciente.
Demostración.
2. Probaremos que lı́m F (x) = 1, el otro lı́mite se demuestra análogo. Consideremos una su-
x→+∞
cesión {xn }n∈N tal que xn → +∞. Debemos probar que F (xn ) → 1, y para ello usaremos el
lema A.1.1. Consideremos una subsucesión, la cual denotaremos también por F (xn ) y veamos
que posee una subsucesión que converge a 1. Como xn → +∞, podemos encontrar una sub-
sucesión {xnk }k∈N creciente tal que xnk → +∞. Definiendo los conjuntos Ak = {X ≤ xnk },
en virtud de las propiedades de xnk se tiene
3. Dado a ∈ R, debemos probar que lı́m F (x) = F (a). Consideremos una sucesión {xn }n∈N ,
x→a+
tal que xn → a y xn > a. Debemos probar que F (xn ) → F (a), y para ello usaremos el lema
A.1.1. Consideremos una subsucesión, la cual denotaremos también por F (xn ) y veamos que
posee una subsucesión que converge a F (a). En virtud de la convergencia de la subsucesión
xn , podemos encontrar una subsucesión {xnk }k∈N decreciente tal que xnk → a. Definiendo
los conjuntos Ak = {X ≤ xnk }, A0 = {X ≤ a} en virtud de las propiedades de xnk se tiene
117
4. Realizando una demostración análoga al caso anterior, se prueba que
lı́m F (y) = P X < x .
y→x−
Esto implica que P(X = x) = F (x) − lı́m F (y). En particular si F es continua se tiene que
y→x−
los lı́mites laterales anteriores son iguales, lo que implica que P(X = x) = 0.
Teorema A.1.1. Si F es una función que satisface las propiedades 1, 2 y 3 del teorema anterior,
entonces esta función es distribución de alguna variable aleatoria.
1. X está bien definido. Dado w ∈ h0, 1i, en virtud que lı́m F (x) = 0, para ε = w existe x0
x→−∞
que cumple F (x0 ) < w, lo que implica que el conjunto {x ∈ R : F (x) < w} es no vacı́o; y
como lı́m F (x) = 1, para ε = 1 − w existe M > 0, tal que si x > M entonces F (x) > w.
x→+∞
Por lo tanto el conjunto {x ∈ R : F (x) < w} está acotado por M . Por lo tanto el conjunto
{x ∈ R : F (x) < w} es no vacı́o y acotado, luego existe el supremo.
2.
Si w ≤ F (x), veamos que X(w) ≤ x. Supongamos que X(w) > x, por la definición de
X, se tiene que existe x0 ∈ R tal que x < x0 y además F (x0 ) < w. Como F es creciente,
se tiene que F (x) ≤ F (x0 ) < w, lo que nos da una contradicción. Por lo tanto X(w) ≤ x.
Consideremos ahora que X(w) ≤ x y probemos que w ≤ F (x). Supongamos que w > F (x).
Como F es continua por la derecha, se tiene que para ε = w − F (x), existe δ > 0 tal que si
x < y < x + 2δ entonces |F (y) − F (x)| < w − F (x), lo que implica que F (x + δ) < w. Pero
por la definición de X, se tiene que x < x + δ ≤ X, lo que nos da una contradicción. Por lo
tanto X(w) ≤ x.
118
Recordemos que el conjunto B = {h−∞, x], x ∈ R} es una base del sigma álgebra de los
borelianos de R, denotado por R. Además se tiene que el conjunto {h0, F (x)] : x ∈ R} es un
subconjunto de F. Definamos el conjunto
A = {D ∈ R : X −1 (D) ∈ F}.
Por la definición del conjunto se tiene que A ⊂ R y además por (A.2) se tiene que B ⊂ A.
Es fácil ver que A es un sigma álgebra de R, y sabiendo que B es una base entonces R ⊂ A.
Por lo tanto A = R. Por lo tanto, se tiene que para todo D ∈ R se cumple que X −1 (D) es
medible, luego la función X es medible.
Observación A.1.1. Con las definiciones dadas, es fácil ver que para a, b ∈ R se tiene
µ ha, b] = F (b) − F (a).
En virtud que los intervalos de la forma h−∞, x], donde x ∈ R generan el σ−álgebra de los
borelianos de R, se puede obtener la medida de probabilidad µ.
De esta manera, se tiene que la función de distribución y la medida de probabilidad están asociadas
unı́vocamente entre sı́.
Si la función de distribución F (x) = P X ≤ x tiene la forma
Z x
F (x) = f (y)dy,
−∞
119
Ejemplo A.1.1. Si la variable aleatoria X tiene una función de distribución de la forma
Z x t2
1
F (x) = √ e− 2σ2 dt,
2πσ −∞
se dice que posee una distribución normal con varianza σ 2 , σ > 0 y media µ = 0, y denotaremos
la variable aleatoria como σχ o N(0, σ 2 ). En caso particular que σ=1, entonces decimos que posee
una distribución normal estándar, y la variable aleatoria será denotado por χ o N(0, 1).
Sea X ≥ 0 una variable aleatoria en el espacio de probabilidad (Ω, F, P). Definimos la espe-
ranza de X como Z
EX = XdP.
Ω
EX = EX + − EX − ,
1. E(X + Y ) = EX + EY .
2. E(aX + b) = aEX + b.
3. Si X ≥ Y entonces EX ≥ EY .
120
Teorema A.2.1 (Convergencia monótona-1906). Sean {fn }n∈N y f funciones medibles no negativas
tales que fn ↑ f en c.t.p. Entonces se tiene que
Z Z
lı́m fn dµ = f dµ.
n→∞ Ω Ω
Demostración. Demostrado por el matemático italiano Beppo Levi en 1906 en su artı́culo Sopra
lı́ntegrazione delle serie de forma breve y clara. Para la prueba, ver [2, p. 52].
Lema A.2.1 (Fatou-1906). Sea {fn }n∈N una sucesión de funciones medibles no negativas. Entonces
se cumple que Z Z
lı́m inf fn dµ ≤ lı́m inf fn dµ.
Ω n→∞ n→∞ Ω
Demostración. Demostrado por el matemático francés Fatou en 1906 en su artı́culo Séries trigonom-
triques et séries de Taylor. Su largo artı́culo es uno de los más importantes del siglo, pues por primera
vez la nueva teorı́a de integración se aplicaba a la teorı́a de funciones de variable compleja y tam-
bién habı́a importantes aplicaciones al estudio de las series trigonométricas. Para la prueba, ver [2, p.
54].
Teorema A.2.2 (Convergencia dominada-1908). Sea {fn }n∈N es una sucesión de funciones medibles
tales que cumplen
Para todo n ∈ N se tiene que |fn | ≤ g en c.t.p., donde g es una función µ−integrable, es decir,
1. Z
g dµ < +∞.
Ω
2. fn → f en c.t.p.
Demostración. La potencia de este teorema se da en brindar otra condición suficiente para poder
pasar el lı́mite sobre la integral, solamente comparando las variables aleatorias con una variable inte-
grable. Históricamente, en 1902, el matemático francés Lebesgue publica su tesis en forma de artı́culo
en Annali di Matematica bajo el tı́tulo Intégrale, longueur, aire. Los intereses fundamentales de Le-
besgue eran las diferentes formas de construir la integral, la diferenciación y el teorema fundamental
del cálculo, y completar el estudio de la medida, iniciado y llevado bastante lejos por E. Borel. Los
teoremas de convergencia no eran su mayor interés, y la tesis solo contiene este teorema en el caso
particular que el espacio es de medida finita, y las integrales son acotadas por un número real. Recién
en 1908, el teorema de convergencia dominada aparece por primera vez en su artı́culo Lecons sur
lı́ntégration et la recherche des fonctions primitives. Para la prueba, ver [2, p. 57].
121
Teorema A.2.3 (Fubini). Sea (X × Y, A × B, µ × ν) el espacio producto de dos espacios de medida
σ−finitos (X, A, µ) y (Y, B, ν). Si f es medible en X × Y y cumple una de las dos condiciones
1. f ≥ 0
Z
2. |f | dµ < +∞,
X×Y
Demostración. Enunciado y demostrado por el matemático italiano Guido Fubini. Se observa que la
potencia de este resultado está en cambiar el orden de integración. Para la prueba, ver [19, p. 37].
Teorema A.2.4 (Desigualdad de Jensen-1906). Sea f una función medible en un espacio de proba-
bilidad (Ω, F, P) tal que P(f ∈ ha, bi) = 1 donde −∞ ≤ a ≤ b ≤ +∞ y sea ϕ : ha, bi → R una
función convexa. Entonces se cumple que
Z Z
ϕ f dP ≤ ϕ(f ) dP,
Ω Ω
Z Z
siempre que |f | dP < +∞ y |ϕ(f )| dP < +∞.
Ω Ω
Demostración. Probado por el matemático danés Johan Jensen en 1906 en su artı́culo Sur les fon-
ctions convexes et les inégalités entre les valeurs moyennes. Para la prueba, ver [2, p. 101].
Teorema A.2.5 (Cambio de variable). Sea X una función medible en (Ω, F, P) sobre (Rn , Rn ),
donde Rn denota los borelianos de Rn . La función X tiene distribución υ, es decir, υ(A) = P(X ∈
A) donde A ∈ Rn . Si f es una función medible de (Rn , Rn ) sobre (R, R) tal que f ≥ 0 o E|f (X)| <
+∞, entonces Z Z
f (X)dP = f dυ.
Ω Rn
Demostración. Para la demostración, primero se prueba el caso particular para funciones simples, e
ir generalizando a funciones caracterı́sticas, funciones positivas, hasta llegar a la función de borel.
Para la prueba, ver [19, p. 30].
En teorı́a de la medida, se estudian conjuntos que mantienen cierta propiedades entre sus elemen-
tos. Entre ellos destaca la definición de λ-sistema, σ−álgebra y otros conceptos los cuales definiremos
a continuación.
Definición A.2.1.
122
a) Ω ∈ L.
b) Si A, B ∈ L y A ⊆ B entonces B \ A ∈ L.
c) Si En ∈ L y En ↑ B entonces B ∈ L.
a) Ω ∈ F.
b) Si A ∈ F entonces Ac ∈ F.
c) Si A, B ∈ F entonces A ∩ B ∈ F.
Demostración. Desarrollado por el matemático ruso Eugene Borisovich Dynkin. Este teorema se
estudia al comenzar un curso de teorı́a de la medida. Para la prueba, ver [19, p. 43]
Lema A.2.2. Sea C una colección de subconjuntos de R. Para una variable aleatoria X : Ω → R se
cumple
X −1 (E) : E ∈ C = X −1 (E) : E ∈ σ(C)
σ
Es fácil ver que el conjunto del lado derecho es un σ−álgebra. Por lo tanto se tiene que
También es fácil ver que este conjunto es un σ−álgebra. Además se tiene que C ⊆ M. Por lo tanto
se cumple que σ(C) = M. De esta manera para todo E ∈ σ(C) se cumple que
X −1 (E) ∈ σ X −1 (E) : E ∈ C
.
123
Por lo tanto se tiene que
σ Xj = Xk−1 (A) : A ∈ R = Xk ∈ A : A ∈ R .
Decimos que las variables aleatorias X1 , X2 , ..., Xn son independientes, si los σ−álgebras
asociados σ X1 , σ X2 , ..., σ Xn ⊆ F son independientes. Si {Xn }n∈N es una colección
numerable de variables aleatorias, diremos que son independientes, si cualquier subconjunto
finito de la sucesión son independientes.
Observación A.3.1. Si se tiene que Ω ∈ Gj , para j ∈ {1, ..., n} entonces la definición de indepen-
124
dencia de G1 , G2 , ..., Gn ⊆ F, es equivalente a
n n
!
\ Y
P Aj = P Aj ,
j=1 j=1
Luego se tiene
P F ∩ B2 \ B1 = P F ∩ B2 − P F ∩ B1 = P(F )P B2 − P(F )P B1
= P(F ) P B2 − P B1 = P(F )P B2 \ B1 .
Esto demuestra que L es un λ−sistema. Además A1 ⊂ L, lo que en virtud del teorema A.2.6 implica
125
que σ(A1 ) ⊂ L. Esto demuestra que para A1 ∈ σ(A1 ) y Aj ∈ Aj con 2 ≤ j ≤ n se tiene
n n n
! !
\ \ Y
P Aj = P(A1 )P Aj = P(Aj ).
j=1 j=1 j=1
Por lo tanto σ(A1 ), A2 , ..., An son independientes. Aplicando el mismo razonamiento para los con-
juntos independientes A2 , ..., An , σ(A1 ). se cumple que σ(A2 ), A3 , ..., An , σ(A1 ) son independien-
tes. Continuando este procedimiento, concluimos que σ(A)1 , σ(A2 ), ..., σ(An ) son independien-
tes.
mj
[
Es fácil ver que Aj es π−sistema que contiene a Ω y además Fj,k ⊂ Aj . Usando el teorema
k=1
anterior se tiene que σ(A1 ), ..., σ(An ) son independientes, pero es fácil ver que σ(Aj ) = Lj para
j ∈ {1, 2, ..., n}. Por lo tanto L1 , L2 , ..., Ln son independientes.
126
Proposición A.3.1. Sean X1 , X2 , ..., Xn variables aleatorias. Si para cada x1 , ..., xn ∈ R ∪ {+∞}
se tiene que
n
Y
P X1 ≤ x1 , ..., Xn ≤ xn = P(Xj ≤ xj ),
j=1
C = {h−∞, x] : x ∈ R}.
Aj = {Xj ≤ x : x ∈ R ∪ {+∞}}.
En virtud que
{Xj ≤ x} ∩ {Xj ≤ y} = {Xj ≤ mı́n{x, y}},
se tiene que Aj es un π−sistema y Ω ∈ Aj para j ∈ {1, ..., n}. Entonces por la observación A.3.1
y por el teorema A.3.1 se tiene que σ(A1 ), ..., σ(An ) son independientes. Luego, en virtud del lema
A.2.2 se tiene
para j ∈ {1, ..., n}. Por lo tanto σ(X1 ), ..., σ(Xn ) son independientes.
127
Entonces las medidas υ y µ × ν coinciden en un π−sistema que genera R2 . Definamos el conjunto
C ⊆ D ⊆ R2 .
Por lo tanto, usando el teorema A.2.6, se tiene que D = R2 . Por lo tanto, las distribuciones υ y µ × ν
son iguales.
Ef (X)g(Y ) = Ef (X).Eg(Y ).
Demostración. Usando el teorema A.2.5, el teorema de fubini y el lema A.3.1, se tiene que
Z Z Z Z
Eh(X, Y ) = h(X, Y )dP = hd(µ × ν) = h(x, y)dµdν.
Ω R2 R R
Para probar el caso particular, es fácil ver que si f, g ≥ 0 se obtiene el resultado. En caso que
E|f (X)| < +∞ y E|g(X)| < +∞, aplicando el resultado anterior para las funciones positivas |f | y
|g|, se tiene que
E|f (X)g(Y )| = E|f (X)|.E|g(Y )|.
En virtud que cada esperanza por separado es finita, entonces se tiene que E|f (X)g(Y )| < +∞. Por
lo tanto, se tiene el segundo caso en el teorema general, y se obtiene el resultado.
Teorema A.3.3. Si X1 , X2 , ..., Xn son variables aleatorias independientes tales que cumplen alguna
de estas condiciones.
1. Xj ≥ 0 para cada j ∈ {1, 2, ...n}
128
es decir, la esperanza del producto de variables aleatorias existe, y su valor es el producto de las
esperanzas.
2. Para el caso donde E|Xj | < +∞ para cada j ∈ {1, 2, ...n}, en la igualdad (A.5) para m = 2
se tiene que E|Y | = E|X2 · · · Xn | < +∞, y usando el teorema A.3.2 con f (x) = x y g(y) =
y se tiene que E(X1 · · · Xn ) = E(X1 ).E(X2 · · · Xn ). Prosiguiendo con un simple proceso
inductivo, se obtiene el resultado.
hz : R2 → R
(x, y) 7→ hz (x, y) = 1{(x,y):x+y≤z} (x, y).
129
Usando el teorema A.3.2 para la función hz se tiene
Z Z Z
P(X + Y ≤ z) = 1{X+Y ≤z} dP = hz (x, y) dµ dν
ZΩ R R
= F (z − y) dν.
R
Corolario A.3.3. Con las hipótesis del teorema anterior, si F es continua, entonces la variable
aleatoria X + Y tiene función de distribución continua.
es continua en R. Dado z0 ∈ R, considere una sucesión {zn }n∈N tal que zn → z0 . Probaremos que
H(zn ) → H(z0 ), lo que implicará que H es continua en z0 ∈ R. Para cada n ∈ N, definamos las
funciones
gn : R → R
y 7→ gn (y) = F (zn − y)
En virtud de la continuidad de F , tenemos que gn es continua, y que gn converge puntualmente a la
función g, donde g(y) = F (z0 − y). Como F es una función de distribución, se cumple que |gn | ≤ 1,
y como la función constante 1 es ν−integrable, por el teorema de convergencia dominada se tiene
Z Z
gn dν → g dν.
R R
130
Además para a, b ∈ R se cumple
var(aX + b) = a2 var(X).
Teorema A.3.5. Sean X1 , X2 , ..., Xn variables aleatorias independientes, tales que E(Xj2 ) < +∞
para todo j ∈ {1, 2..., n}. Entonces se cumple que
n
!2
X
2
var(Sn ) = E(Sn − ESn ) = E (Xj − ej )
j=1
n X
n
!
X
=E (Xj − ej )(Xk − ek )
j=1 k=1
n
X j−1
n X
X
E(Xj − ej )2 + 2
= E (Xj − ej )(Xk − ek ) . (A.6)
j=1 j=1 k=1
Usando la función convexa ϕ(x) = x2 , por el teorema de Jensen (teorema A.2.4) se tiene que para
cada j ∈ {1, 2..., n}
Z 2 Z
0≤ |Xj | dP ≤ |Xj |2 dP < +∞.
Ω Ω
Por lo tanto, se tiene que E(|Xj |) < +∞ para todo j ∈ {1, 2..., n}. En virtud que las variables
aleatorias son independientes, entonces se tiene para j, k ∈ {1, 2, ...n} tales que j 6= k, las variables
Xj , Xk son independientes. Entonces por el teorema A.3.3 se cumple que
131
Por lo tanto, reemplazando esto en la relación (A.6), se cumple que
n
X
var(X1 + · · · + Xn ) = var(Sn ) = E(Xj − ej )2
j=1
n
X
= E(Xj − EXj )2 = var(X1 ) + · · · + var(Xn ).
j=1
1. EXj = 0.
3. Sj = X1 + · · · + Xn ,
A1 = {|S1 | ≥ λ},
para j ∈ {2, ..., n}. Entonces los conjuntos A1 , ..., An son disjuntos lo que implica que
n
X
1A = 1Aj , (A.7)
j=1
n
[
y además Aj = A, lo que implica que
j=1
n
X
P(A) = P(Aj ). (A.8)
j=1
132
En virtud que E(Xj ) = 0 para todo j ∈ {1, ..., n}, usando (A.7) se tiene
var(Sn ) = E Sn 2 ≥ E Sn 2 1A
n
X
= E(Sn 2 1Aj )
j=1
n h
X i
= E (Sn − Sj )2 + Sj 2 + 2(Sn − Sj )Sj 1Aj
j=1
n
X n−1
X
E S j 2 1Aj + 2
≥ E (Sn − Sj )Sj 1Aj . (A.9)
j=1 j=1
Usando adecuadamente el corolario A.3.2 se tiene, por la independencia de las variables aleatorias
Xn
X1 , ...Xn , que las variables aleatorias (Sn − Sj ) = Xk y Sj 1Aj son independientes para
k=j+1
1 ≤ j ≤ n − 1. Además por el teorema de Jensen (teorema A.2.4)
lo que implica que E|Xj | < +∞. Por lo tanto las esperanzas de |Sn − Sj | y |Sj 1Aj | son finitas, para
j ∈ {1, ..., n}. Luego usando el teorema A.3.3 se tiene
E (Sn − Sj )Sj 1Aj = E(Sn − Sj )E Sj 1Aj
= E(Sn ) − E(Sj ) E Sj 1Aj
= (0 − 0)E Sj 1Aj = 0.
Reemplazando esto en (A.9), usando (A.8) y considerando que Sj 2 ≥ λ2 en Aj para j ∈ {1, ..., n}
n
X n
X
2
λ2 P(Aj ) = λ2 P(A).
var(Sn ) ≥ E S j 1Aj ≥
j=1 j=1
Corolario A.3.4. Sea {Xn }n∈N una sucesión de variables aleatorias independientes, tales que para
todo n ∈ N se cumple que EXn = 0. Si
+∞
X
var(Xn ) < +∞,
n=1
133
+∞
X
entonces la serie Xn (w) converge en c.t.p.
n=1
+∞
X
2
E(Xn ) = var(Xn ) ≤ var(Xn ) < +∞,
n=1
para todo n ∈ N. Entonces por el teorema A.3.5 se tiene que la suma de varianzas es la varianza de la
suma. Dado N > M , consideramos las variables aleatorias independientes XM +1 , ..., XN . Usando
el teorema anterior para ε > 0 tenemos
P máx |XM +1 + · · · + Xk | ≥ ε = P máx |XM +1 + · · · + XM +k | ≥ ε
M +1≤k≤N 1≤k≤N −M
−2
≤ε var(XM +1 + · · · + XM +k )
N
X
−2
≤ε var(Xn )
n=M +1
+∞
X
≤ ε−2 var(Xn ).
n=M +1
n
X
Si definimos Sn = Xj para todo n ∈ N entonces la desigualdad anterior se escribe
j=1
+∞
X
−2
P máx |Sk − SM | ≥ ε ≤ ε var(Xn ).
M +1≤k≤N
n=M +1
134
se concluye que wM ≤ 2 sup |Sk − SM |. Luego, si wM (w) ≥ 2ε, se tiene que sup |Sk (w) −
k≥M k≥M
SM (w)| > ε, lo que implica que
P(wM ≥ 2ε) ≤ P sup |Sk − SM | ≥ ε .
M +1≤k
lo que implica que con probabilidad 1 la sucesión {Sn (w)}n∈N es una sucesión de Cauchy, lo que
implica que es convergente.
2. Dada una partición P = {a = t0 < t1 < ... < tk = b} de [a, b], definamos la norma de la
partición mediante
kP k = máx{tj − tj−1 : 1 ≤ j ≤ k}.
3. Una partición punteada P ∗ = (P, ξ) es una partición unido con un conjunto de números
{ξj }kj=1 tales que para todo 1 ≤ j ≤ k se cumple
tj−1 ≤ ξj ≤ tj .
Considere f, F : [a, b] → R dos funciones reales. A cada partición punteada P ∗ = (P, ξ),
135
P = {a = t0 < t1 < · · · < tk = b}, tj−1 ≤ ξj ≤ tj , del intervalo [a, b], asociaremos la suma de
Stieltjes (f, F, P ∗ ) = (P ∗ ) definida por
P P
X k
X
(P ∗ ) = f (ξj )[F (tj ) − F (tj−1 )].
j=1
en caso el lı́mite exista. Si dicho lı́mite existe decimos que f es Riemman-Stieltjes integrable relativo
a F . El significado del lı́mite es que para ε > 0, existe δ > 0 tal que
X Z b
(P ∗ ) − f dF < ε,
a
para cualquier partición punteada P ∗ con kP k < δ. Podremos usar cualquiera de estas notaciones
para la integral de Riemann-Stieltjes
Z b Z b Z b Z
f dF = f (t) dF = f (t) dF (t) = f (t) dF.
a a a t∈[a,b]
Teorema A.4.1. Sean f, F : [a, b] → R dos funciones reales. Son equivalentes las siguientes propo-
siciones.
X
1. Existe I ∈ R tal que lı́m (P ∗ ) = I.
kP k→0
2. Condición de Cauchy. Dado ε > 0 existe δ > 0 tal que si P y Q son dos particiones de [a, b]
tales que kP k < δ y kQk < δ, se cumple que
X ∗ X
∗
(P ) − (Q )< ε.
3. Para toda sucesión {Pn }n∈N de particiones de [a, b] tales que kPn k → 0 se cumple que
X
lı́m (Pn∗ ) = I, donde I ∈ R.
n→+∞
136
En caso afirmativo se tiene que
Z b
I= f dF.
a
Demostración.
para toda partición punteada P ∗ tal que kP k < δ. Si consideramos P y Q dos particiones de
[a, b] tales que kP k < δ y kQk < δ, se cumplirá que
X X X X
(P ∗ ) − ∗ ∗ ∗
(Q ) ≤
(P ) − I +
(Q ) − I
ε ε
< + = ε.
2 2
2. (2) → (3) Fijamos {Pn }n∈N una sucesión de particiones de [a, b] tal que kPn k → 0. Dado
ε > 0 existe δ > 0 de la condición de Cauchy, y por lo tanto existirá n0 tal que para n ≥ n0 se
tiene que kPn k < δ. Entonces si consideramos n, m ≥ n0 , obtendremos que
X ∗ X
∗
(Pn ) − (Pm )< ε.
Esto implicará que la sucesión { (Pn∗ )}n∈N es de Cauchy. Luego existirá I ∈ R tal que
P
X
lı́m (Pn∗ ) = I. Observamos que el valor de I depende de la elección de la sucesión de
n→+∞
particiones; faltarı́a probar que el lı́mite es el mismo cualquiera sea la sucesión de particiones.
Consideremos entonces {Pn0 }n∈N otra sucesión de particiones de [a, b] tal que kPn0 k → 0 y
X
sea I 0 ∈ R tal que lı́m (Pn0∗ ) = I 0 . Consideramos entonces la siguiente sucesión de
n→+∞
particiones
P1 , P10 , P2 , P20 , ..., Pn , Pn0 , ...
Entonces se sabe que esta nueva sucesión que denotaremos por {Qn }n∈N cumple que kQn k →
0, y por lo tanto existe I 00 ∈ R tal que se cumple
X
lı́m (Q∗n ) = I 00 .
n→+∞
Pero en virtud que { (Pn∗ )}n∈N y { (Pn0∗ )}n∈N son subsucesiones de { (Q∗n )}n∈N se tiene
P P P
que I = I 0 = I 00 .
3. (3) → (1) Veamos por contradicción, es decir supongamos que existe ε > 0 tal que para todo
137
δ > 0 existe una partición Pδ tal que
X ∗
(P ) − I ≥ ε.
δ
1
Haciendo δ = n para todo n ∈ N, encontramos una sucesión de particiones {Pn }n∈N tal que
X
(Pn∗ ) − I ≥ ε.
X
Esto implica que lı́m (Pn∗ ) 6= I, lo que nos da una contradicción. Por lo tanto existe
n→+∞
X
I ∈ R tal que lı́m (P ∗ ) = I.
kP k→0
Z b
Teorema A.4.2. Si f : [a, b] → R es continua y F : [a, b] → R es monótona, entonces existe f dF .
a
Demostración. Si F (a) = F (b) entonces F es una función constante, luego existe la integral de
Riemann-Stieltjes de f relativa a F y su valor es 0. Supongamos ahora que F (a) 6= F (b). Consi-
deramos el caso que la función F es creciente, el otro caso es análogo. Probaremos que se cumple
la condición de Cauchy (ver teorema A.4.1). Dado ε > 0, como f es continua en [a, b] entonces es
uniformemente continua en [a, b], luego existe δ > 0 tal que si
ε
x, y ∈ [a, b], |x − y| < δ → |f (x) − f (y)| < .
F (b) − F (a)
Sea P ∗ una partición punteada tal que P = {a = t0 < t1 < · · · < tk = b} con tj−1 ≤ ξj ≤ tj
con 1 ≤ j ≤ n, y otra partición punteada Q∗ tal que Q = {a = x0 < x1 < · · · < xm = b} con
xj−1 ≤ yj ≤ xj con 1 ≤ j ≤ m. Consideremos las sumas de Stieltjes asociadas
X k
X
∗
(P ) = f (ξj )[F (tj ) − F (tj−1 )],
j=1
X m
X
∗
(Q ) = f (yj )[F (xj ) − F (xj−1 )].
j=1
Unimos los puntos que forman las partición P con la de Q, a la que denotaremos por P ∪ Q =
{z0 , z1 , ..., zr } (r ≤ k + m − 1 pues algunos puntos de P pueden coincidir con algunos de Q).
Podemos escribir entonces
X r
X
(P ∗ ) = f (ξj0 )[F (zj ) − F (zj−1 )],
j=1
138
X r
X
∗
(Q ) = f (yj0 )[F (zj ) − F (zj−1 )],
j=1
donde los ξj0 son los mismos que los ξj (es decir, cuando [zl−1 , zl ] ⊆ [ξj−1 , ξj ] entonces ξl0 = ξj ).
Análogamente, yj0 son los mismos que los yj . Si consideramos las particiones P y Q tales que kP k <
δ
2 y kQk < δ
2 entonces para 1 ≤ j ≤ r se tiene que |ξj0 − yj0 | < δ. En virtud que F es creciente, y
usando la propiedad telescópica se tiene
r
X ∗ X
∗
X
0
(P ) − (Q ) =
(f (ξ j ) − f (y j ))[F (z j ) − F (z j−1 )]
j=1
r
X 0
≤ f (ξj ) − f (yj )F (zj ) − F (zj−1 )
j=1
r
X 0
= f (ξj ) − f (yj ) F (zj ) − F (zj−1 )
j=1
r
X ε
≤ F (zj ) − F (zj−1 ) = ε.
F (b) − F (a)
j=1
Por lo tanto se cumple la condición de Cauchy. Luego por las equivalencia del teorema A.4.1 se
cumple que existe la integral Riemann-Stieltjes de f relativa a F .
Teorema A.4.3. Si f es una función continua en [a, b] y F es de clase C 1 en [a, b] entonces se cumple
Z b Z b
f dF = f (t)F 0 (t)dt.
a a
Demostración. Sea M = sup{|f (t)| : a ≤ t ≤ b}. Como F 0 es continua en [a, b], entonces es
uniformemente continua en [a, b]. Luego para ε > 0 existe δ > 0 tal que si kP k < δ entonces
ε
|F 0 (x) − F 0 (y)| < . (A.11)
M (b − a)
Sea P ∗ una partición punteada tal que P = {a = t0 < t1 < · · · < tk = b}, kP k < δ con
tj−1 ≤ ξj ≤ tj donde 1 ≤ j ≤ n. Por el teorema del valor medio para derivadas se tiene
X k
X k
X
(P ∗ ) = f (ξj )[F (tj ) − F (tj−1 )] = f (ξj )F 0 (ηj )(tj − tj−1 ),
j=1 j=1
donde tj−1 < ηj < tj para todo 1 ≤ j ≤ k. Separamos la suma anterior de la siguiente manera
X k
X k
X
∗ 0
(P ) = f (ξj )F (ξj )(tj − tj−1 ) + f (ξj )[F 0 (ηj ) − F 0 (ξj )](tj − tj−1 ). (A.12)
j=1 j=1
139
En virtud que kP k < δ se tiene por (A.11) que
ε
|F 0 (ηj ) − F 0 (ξj )| < ,
M (b − a)
Esto quiere decir que cuando kP k → 0, este sumando tiene lı́mite cero. Por lo tanto, haciendo
kP k → 0 en (A.12) se tiene que
Z b X k
X
∗
f dF = lı́m (P ) = lı́m f (ξj )F 0 (ξj )(tj − tj−1 )
a kP k→0 kP k→0
j=1
Z b
= f (t)F 0 (t)dt.
a
,
Z b
Teorema A.4.4. Si f, F : [a, b] → R son dos funciones tales que existe f dF , entonces también
Z b a
existe F df y además
a
Z b Z b
F df = f (b)F (b) − f (a)F (a) − f dF.
a a
Dada una partición punteada P ∗ tal que P = {a = t0 < t1 < ... < tk = b} de [a, b] y tj−1 ≤ ξj ≤ tj
para 1 ≤ j ≤ k. Analicemos la suma de Stieljes (P ∗ , F, f ), usando la fórmula de Abel con
P
140
aj = f (tj ) − f (tj−1 ), bj = F (ξj ) y Aj = f (tj ) − f (t0 ) = f (tj ) − f (a) para 1 ≤ j ≤ n
X k
X
(P ∗ , F, f ) = F (ξj )[f (tj ) − f (tj−1 )]
j=1
k−1
X
= [f (tj ) − f (a)][F (tj ) − F (tj+1 )] + F (tk )[f (b) − f (a)]
j=1
k−1
X
= f (tj )[F (tj ) − F (tj+1 )] − [F (ξ1 ) − F (ξk )]f (a)
j=1
0∗
siendo P la partición punteada formada por los puntos P 0 = {a = ξ0 < ξ1 < · · · < ξk = b} de
0
[a, b] y ξj−1 ≤ tj ≤ ξj para 1 ≤ j ≤ k. Observamos que kP k ≤ 2kP k, por lo que tomando lı́mite
cuando kP k → 0 en la igualdad
X X 0
(P ∗ , F, f ) = − (P ∗ , f, F ) + f (b)F (b) − f (a)F (a)
Z b
obtenemos que existe F df y además
a
Z b Z b
F df = f (b)F (b) − f (a)F (a) − f dF.
a a
141
A.5. Continuación de la teorı́a de probabilidades II
Definición A.5.1 (Convergencia en distribución).
1. Sea {Fn }n∈N una sucesión de funciones de distribución. Decimos que la sucesión converge
débilmente para una función distribución F , denotado por Fn ⇒ F , si se cumple que
2. Sea {µn }n∈N una sucesión de medidas de probabilidad. Decimos que la sucesión converge
débilmente a una medida de probabilidad µ∞ , si sus funciones de distribución asociadas con-
vergen débilmente a una función de distribución asociada a la medida de probabilidad µ∞ .
Denotaremos esta convergencia por µn ⇒ µ∞ .
3. Sea {Xn }n∈N una sucesión de variables aleatorias. Decimos que la sucesión converge débil-
mente o converge en distribución a una variable aleatoria X∞ , si sus funciones de distribu-
ción Fn convergen débilmente a la distribución de X∞ . Denotaremos esta convergencia por
Xn ⇒ X∞ .
Teorema A.5.1. Considere una sucesión de funciones de distribución Fn , donde 1 ≤ n ≤ ∞, tal que
Fn ⇒ F∞ . Entonces existe una sucesión de variable aleatorias Yn , 1 ≤ n ≤ ∞ con distribución Fn
tal que Yn → Y∞ en c.t.p.
Demostración. Sean Ω = h0, 1i, F = El conjunto de borelianos de h0, 1i, P = La medida de
Lebesgue, y para cada 1 ≤ n ≤ ∞ definamos las variables aleatorias Yn como
Por el teorema A.1.1 se tiene que Yn tiene distribución Fn . Probaremos que Yn (x) → Y∞ (x) para
todo x, salvo un conjunto numerable. Dado x ∈ h0, 1i, en virtud que F∞ es distribución, podemos
definir los números
Es fácil ver que ax ≤ bx . Definamos el conjunto Ω0 = {x : hax , bx i = ∅}. Probemos que el conjunto
Ω\Ω0 es numerable.
1. En virtud de la definición de Ω0 , para cada x ∈ Ω\Ω0 se tiene que hax , bx i =
6 ∅.
2. Los conjuntos son disjuntos dos a dos, es decir, para x 6= z se tiene que hax , bx i ∩ haz , bz i = ∅.
Sin pérdida de generalidad, podemos suponer que x < z. Probaremos que bx ≤ az . Suponga-
mos lo contrario, es decir bx > az . Entonces podemos escoger ξ ∈ haz , bx i. Como ξ < bx ,
142
se tiene que F∞ (ξ) ≤ x, y como az < ξ se tiene F∞ (ξ) ≥ z. Por lo tanto, se tiene que
z ≤ F∞ (ξ) ≤ x lo que nos da una contradicción pues x < z.
De esta manera, podemos asociar al conjunto Ω\Ω0 una colección de intervalos no vacı́os y disjuntos
dos a dos. Por lo tanto, se cumple que dicho conjunto es numerable. Realicemos dos observaciones
para cada x ∈ Ω0 :
1. Si y < Y∞ (x) entonces F∞ (y) < x. Para probar ello, en virtud de la definición de Y∞ (x),
se tiene que existe ξ ∈ R tal que y < ξ con F∞ (ξ) < x. Como F es creciente, se tiene que
F∞ (y) ≤ F∞ (ξ) < x.
2. Si y > Y∞ (x) entonces F∞ (y) > x. Para probar ello, en virtud que x ∈ Ω0 , entonces se
cumple que ax = bx , y esto implica que
Por la definición de ı́nfimo, se tiene que existe ξ ∈ R tal que y > ξ con F∞ (ξ) > x. Como F
es creciente, se tiene que F∞ (y) ≥ F∞ (ξ) > x.
Ahora probemos que Yn (x) → Y∞ (x) para cada x ∈ Ω0 , en dos partes:
1. lı́m inf Yn (x) ≥ Y∞ (x).
n→∞
Sea y < Y∞ (x) donde F∞ es continua en y. Por la observación anterior se tiene que F∞ (y) <
x, y en virtud que lı́m Fn (y) = F∞ (y), para n suficientemente grande se cumple que Fn (y) <
n→∞
x, lo que implica que Yn (x) ≥ y. Sabemos que existe una subsucesión {Ynk (x)}k∈N tal que
lı́m Ynk (x) = lı́m inf Yn (x). En virtud que el conjunto de puntos de continuidad de F∞ es
k→∞ n→∞
denso en R, podemos obtener una sucesión {yj }j∈N con yj → Y∞ (x) tal que yj < Y∞ (x)
para todo j ∈ N. Por lo probado antes podemos encontrar para cada j ∈ N un elemento de la
subsucesión {Ynk (x)}k∈N , denotado por Ynkj (x), formando una subsucesión de {Ynk (x)}k∈N ,
que cumpla Ynkj (x) ≥ yj . Finalmente, haciendo j → +∞ se tiene que lı́m inf Yn (x) ≥
n→∞
Y∞ (x).
Lema A.5.1. Sea {Fn }n∈N una sucesión de funciones de distribución tal que Fn converge débilmente
a F , y F es continua en todo R, entonces para cada A > 0, la sucesión Fn converge uniformemente
en [−A, A] a F .
143
Demostración. Dado A > 0, tenemos que [−A, A] es compacto y F continua, lo que implica que es
uniformemente continua. Luego para ε > 0 existe δ > 0 tal que si
ε
x, y ∈ [−A, A], |x − y| < δ → |F (x) − F (y)| < .
2
Consideremos una partición uniforme −A = t0 < t1 < · · · < tk−1 < tk = A de [−A, A], con norma
δ
2. Entonces para j ∈ {0, 1, ...k − 1} se cumple
ε
|F (tj+1 ) − F (ji )| < . (A.13)
2
Para cada j ∈ {0,1,...k}, en virtud de la convergencia puntual, se tiene que existe ni0 ∈ N tal que si
n ≥ ni0 se cumple que
ε
|Fn (tj ) − F (tj )| < .
2
Escogiendo n0 = máx {nj0 , 0 ≤ j ≤ k}, tenemos que si n ≥ n0 se cumple que
ε
|Fn (tj ) − F (tj )| < (A.14)
2
para cada j ∈ {0, 1, ...k}. Dado x ∈ [−A, A] existe j0 ∈ {0, 1, ..., k − 1} tal que x ∈ [tj0 , tj0 +1 ]. En
virtud que las funciones de distribución Fn y F son crecientes y por las relaciones (A.13) y (A.14) se
tiene para que n ≥ n0
Por lo tanto para n ≥ n0 se tiene que |Fn (x) − F (x)| < ε. Como n0 ∈ N solo depende de ε, tenemos
que para cada ε > 0 existe n0 ∈ N tal que si n ≥ n0 entonces |Fn (x) − F (x)| < ε, para todo
x ∈ [−A, A]. Por lo tanto Fn converge uniformemente en [−A, A] a F .
Definición A.5.2. Una sucesión de funciones de distribución {Fn }n∈N es tight, si para todo ε > 0
existe Mε ∈ R tal que
lı́m sup 1 − Fn (Mε ) + Fn (−Mε ) ≤ ε.
n→∞
Teorema A.5.2. Para cada sucesión de funciones de distribución {Fn }n∈N existe una subsucesión
{Fnk }k∈N y una función F creciente y continua por derecha, tal que para todo x ∈ R donde F es
144
continua se cumple
lı́m Fnk (x) = F (x).
k→+∞
Demostración. Enumeramos los números racionales R mediante la sucesión {qk }k∈N . En virtud que
para cada k ∈ N se tiene que Fm (qk ) ∈ [0, 1] para todo m ∈ N, existe una sucesión mk (i) → +∞
tal que mk−1 (j) es una subsucesión de ésta (m0 (j) = j), tal que
Usando el método de la diagonal de Cantor, definamos Fn(k) = Fmk (k) . De esta manera, se tiene que
para cada q ∈ Q
lı́m Fn(k) (q) = G(q).
k→+∞
Definamos la función
F :R → R
x 7→ F (x) = ı́nf{G(q) : q ∈ Q, q > x}
Por lo tanto, si x0 < x < q0 se cumple, tomando q ∈ Q tal que x0 < x < q < q0
145
De esta manera, hemos probado que F es continua por la derecha en x0 ∈ R.
3. Dado x ∈ R punto de continuidad de F , probaremos que se tiene el lı́mite lı́m Fnk (x) =
k→+∞
F (x). Dado x ∈ R punto de continuidad de F , se tiene que lı́m F (y) = F (x), luego para cada
y→x
ε > 0 existe δ > 0 tal que podemos tomar r1 , r2 , s ∈ Q tales que x − δ < r1 < r2 < x < s <
x + δ cumpliendo
Es fácil ver que Fn(k) (r2 ) → G(r2 ) ≥ F (r1 ) > F (x) − ε y además Fn(k) (s) → G(s) ≤
F (s) < F (x) + ε, lo que implica que para k suficientemente grande se tiene que
F (x) − ε < Fn(k) (r2 ) ≤ Fn(k) (x) ≤ Fn(k) (s) < F (x) + ε.
Por lo tanto se tiene que la subsucesión {Fn(k) }k∈N converge a la función F en los puntos de conti-
nuidad de ésta, y además F creciente y continua por la derecha.
Teorema A.5.3. Sea {Fn }n∈N una sucesión de funciones de distribución. Las siguientes proposicio-
nes son equivalentes
1. Para cada subsucesión {Fnk }k∈N existe una subsucesión {Fnkj }j∈N y una función de distribu-
ción F tal que Fnkj ⇒ F .
Demostración.
1. Supongamos que {Fn }n∈N no es tight, entonces existe ε > 0 tal que para todo M ∈ R se
cumple
lı́m sup(1 − Fn (M ) + Fn (−M )) > ε.
n→+∞
En virtud de esto, podemos formar una subsucesión {Fnk }k∈N tal que para todo k ∈ N se
cumple
1 − Fnk (k) + Fnk (−k) > ε.
Por hipótesis, se tiene una subsucesión {Fnkj }j∈N y una función de distribución F tal que
Fnkj ⇒ F . En virtud de la definición de subsucesión, y sabiendo que Fnkj es creciente, se
obtiene para todo j ∈ N
1 − Fnkj (j) + Fnkj (−j) > ε.
146
Sean r, s ∈ R puntos de continuidad de F tal que r < 0 < s. Entonces se tiene que
Por lo tanto, para r < 0 < s puntos de continuidad de F se tiene que 1 − F (s) + F (r) ≥ ε.
En virtud que el conjunto de puntos de continuidad de la distribución F son no numerables y
densos en R, podemos tomar sucesiones rn → −∞ y sn → +∞ tales que 1−F (sn )+F (rn ) ≥
ε para todo n ∈ N. Finalmente, haciendo n → +∞ se tiene que 0 ≥ ε, lo que nos da una
contradicción.
2. Para una subsucesión {Fnk }k∈N , por el teorema A.5.2 se tiene que existe una subsucesión
{Fnkj }j∈N tal que Fnk (x) → F (x), donde x es punto de continuidad de F , y dicha función es
creciente y continua por la derecha. Para probar que F es una función de distribución, en virtud
de la proposición A.1.1 y el teorema A.1.1, debemos probar los lı́mites
Como la sucesión es tight, para ε > 0 existe Mε ∈ R que satisface cierta desigualdad.
Consideremos r, s puntos de continuidad de F tal que r < −Mε y s > Mε . Esto implica
Fnkj (r) → F (r) y Fnkj (s) → F (s). De esta manera se tiene que
En virtud que la función F es acotada (pues Fn (x) ∈ [0, 1] para todo x ∈ R), se tiene que
lı́m sup(1 − F (x) + F (−x)) ∈ R. Definiendo la función g(x) = 1 − F (x) + F (−x), probemos
x→+∞
que se tiene
lı́m sup g(x) ≤ ε.
x→+∞
Supongamos que lı́m sup g(x) > ε, lo que implica que existe r0 > 0, r0 > Mε tal que
x→+∞
147
se tiene que g(x) ≤ ε para todo x ∈ Ac y x ≥ r0 . Por la definición de supremo,en virtud
de la densidad de puntos de continuidad de F , podemos obtener una sucesión dk ∈ Ac con
dk ≥ r0 tales que g(dk ) → sup{g(x) : x ≥ r0 }. Por lo tanto, haciendo k → +∞ se tiene
que sup{g(x) : x ≥ r0 } ≤ ε, lo que nos da una contradicción con (A.16). Por lo tanto
lı́m sup g(x) ≤ ε. En virtud que g(x) ∈ [0, 2] para todo x ∈ R, entonces g es positiva y se tiene
x→+∞
Como ε fue arbitrario, se cumple que lı́m g(x) = 0. Como la función F es creciente y
x→+∞
acotada, entonces existen los lı́mites
Corolario A.5.1. Sea {Fn }n∈N una sucesión de funciones de distribución tight. Supongamos que
existe una función de distribución F tal que para cada subsucesión {Fnk }k∈N que converge débil-
mente, se tiene que Fnk ⇒ F . Entonces se cumple que Fn ⇒ F .
Como la sucesión {Fn }n∈N es tight, por el teorema anterior se tiene que la subsucesión {Fnk }k∈N
posee una subsucesión {Fnkj }j∈N que converge débilmente, y por hipótesis se tiene que Fnkj ⇒ F .
Como x ∈ R es punto de continuidad de F se tiene que Fnkj (x) → F (x). En virtud de la desigualdad
(A.17) se tiene que para todo j ∈ N se cumple que
Fn (x) − F (x) > ε.
kj
Finalmente, haciendo j → +∞ se tiene que 0 ≥ ε, lo que nos da una contradicción. Por lo tanto
Fn ⇒ F .
Definición A.5.3. Dada X una variable aleatoria en un espacio de probabilidad (Ω, F, P). Defina-
148
mos la función caracterı́stica de X como
ϕ:R → R
t 7→ ϕ(t) = EeitX = E cos tX + iE sin tX
2. ϕ(0) = 1.
3. |ϕ(t)| = EeitX ≤ E|eitx | = 1.
4. |ϕ(t + h) − ϕ(t)| ≤ EeihX − 1, y también ϕ es uniformemente continua en R.
Demostración.
1. Es fácil ver usando el teorema A.2.5.
3. En virtud que la función g(t) = t2 es convexa, usando el teorema de Jensen (teorema A.2.4) se
tiene
2
|ϕ(t)|2 = EeitX = |E cos tX + iE sin tX|2
≤ EeihX − 1.
Eeihn X − 1 → 0.
Entonces por el teorema de convergencia dominada, en virtud que eihn X → 0 se tiene que
Eeihn X − 1 → 0. Por lo tanto la función ϕ es uniformemente continua en R.
149
Proposición A.5.2. Si X1 y X2 son variables aleatorias independientes que tienen funciones carac-
terı́sticas ϕ1 y ϕ2 respectivamente, entonces X1 + X2 tiene función caracterı́stica ϕ1 .ϕ2 .
En virtud que la función coseno tiene inversa en su dominio restringido, se cumple que
[ [
Y1−1 (A) = X1−1 (An ), Y2−1 (B) = X2−1 (Bn ),
n∈N n∈N
donde se cumple que An , Bn son intervalos acotados para cada n ∈ N y además Ai ∩Aj = Bi ∩Bj =
∅ para i 6= j. Para cada n ∈ N denotemos los conjuntos Cn = X1−1 (An ) y Dn = X2−1 (Bn ), que
cumplen la propiedad Ci ∩ Cj = Di ∩ Dj = ∅ para i 6= j. De esta manera nuestro problema se reduce
a probar que ! ! !
[ \[ [ [
P Cn Dn = P Cn P Dn .
n∈N n∈N n∈N n∈N
En virtud que las variables X1 , X2 son independientes, para cada i, j ∈ N se cumple que Ci Y Dj
son independientes, entonces dado j ∈ N, se cumple que
i
[
Entonces, si definimos para cada n ∈ N el conjunto Ci∗ = Ck , se tiene que
k=1
150
expresión anterior, se tiene
! !
[ [
P Cn ∩ D j = P Cn P(Dj ),
n∈N n∈N
De esta manera, hemos probado que las variables Y1 , Y2 son independientes. De forma análoga se
demuestra que Z1 , Z2 ; Y1 , Z2 y Z1 , Y2 son independientes. Por lo tanto, en virtud que las funciones
coseno y seno son acotadas, las variables Y1 , Y2 , Z1 , Z2 tiene esperanza finita, y por el teorema A.3.3
se tiene para t 6= 0
Para t = 0 se cumple trivialmente la igualdad. Por lo tanto, se tiene que la función caracterı́stica de
la variable aleatoria X1 + X2 es ϕ1 ϕ2 .
Z
Teorema A.5.4 (Fórmula de inversión). Sea ϕ(t) = eitx dµ la función caracterı́stica asociada a la
R
medida de probabilidad µ. Si a < b entonces
T −ita
− e−itb
Z
−1 e 1
lı́m (2π) ϕ(t)dt = µ(a, b) + µ({a, b}).
T →+∞ −T it 2
Es fácil ver que la función h es continua, lo que implica que es integrable según Riemann, en particular
151
Lebesgue integrable. Además en virtud que para cada t 6= 0 se cumple
−ita −itb Z b
Z b
e − e −ity
dy ≤ e−ity dy = b − a.
= e
it
a a
Por lo tanto, se tiene que |h(t)| ≤ b − a para todo t ∈ R. Consideremos la integral pedida, para cada
T >0 Z T Z TZ
itx
IT = h(t)e dt = h(t)eitx dµ(x)dt.
−T −T R
En virtud que
Z
h(t)eitx d(t × µ(x)) ≤ (b − a)(2T )µ(R) = 2T (b − a),
[−T,T ]×R
Recordando la expresión eiθ = cos(θ) + i sin(θ), y que la función coseno es par, se tiene que
Z Z
sin(t(x − a)) sin(t(x − a))
Z
IT = dt + dt dµ(x)
R [−T,0i t h0,T ] t
Z Z
sin(t(x − b)) sin(t(x − b))
Z
+ dt + dt dµ(x)
R [−T,0i t h0,T ] t
Z Z
sin(t(x − a)) sin(t(x − b))
Z
= dt + dt dµ(x)
R [−T,0i∪h0,T ] t [−T,0i∪h0,T ] t
Z Z T Z T
sin(t(x − a)) sin(t(x − b))
= dt + dt dµ(x),
R −T t −T t
sin t
las cuales existen, en virtud del lı́mite lı́m = 1. En virtud de estas funciones, podemos escribir
t→0 t
152
IT de la siguiente manera
Z
IT = R(x − a, T ) − R(x − b, T )dµ(x).
R
Además, si θ < 0 es fácil ver que R(θ, T ) = −R(|θ|, T ). Entonces obtenemos para cada θ ∈ R
π
De la relación anterior, en virtud que lı́m S(T ) = (ver [7, p. 251]), se tiene para cada θ ∈ R
T →+∞ 2
y probaremos este lı́mite por sucesiones. Dadas una sucesión Tn → +∞ y la sucesión de funciones
definidas en R
gn (x) = R(x − a, Tn ) − R(x − b, Tn ).
π
En virtud de la existencia del lı́mite lı́m S(T ) = , existe M > 0 tal que
T →+∞ 2
153
Por lo tanto, usando el teorema de convergencia dominada se tiene que
Z Z
gn (x)dµ(x) → g(x)dµ(x),
R R
es decir Z
lı́m ITn = g(x)dµ(x).
n→+∞ R
Corolario A.5.2. Sean µ1 , µ2 dos medidas de probabilidad con funciones caracterı́sticas asociadas
ϕ1 , ϕ2 respectivamente. Si se cumple que ϕ1 ≡ ϕ2 entonces µ1 ≡ µ2 . En particular las funciones de
distribución asociadas también son iguales.
Demostración. Dados a < b usando el teorema A.5.4, en virtud de la igualdad de las funciones
caracterı́sticas, se tiene que
2πµ1 (ha, bi) + πµ1 ({a, b}) = 2πµ2 (ha, bi) + πµ2 ({a, b}).
Como ambas medidas son iguales en un π−sistema que genera el σ−álgebra de los borelianos de R,
entonces se concluye que µ1 ≡ µ2 . De la observación A.1.1 se tiene que también las funciones de
distribución son iguales.
Proposición A.5.3. Sea {Xn }n∈N una sucesión de variables aleatorias. Las siguientes proposiciones
son equivalentes
154
1. Xn ⇒ X∞ .
Eg(Xn ) → Eg(X∞ ).
Demostración.
Eg(Xn ) = Eg(Yn ).
En virtud del teorema de convergencia dominada, como g es acotada se tienen los lı́mites
x − Xn
Z Z Z
Egx,ε (Xn ) = 1dP + 0dP + + 1dP
Xn ≤x Xn ≥x+ε x<Xn <x+ε ε
x − Xn + ε
Z
= P(Xn ≤ x) + dP.
x<Xn <x+ε ε
Es fácil ver que la integral del lado derecho es positiva, lo que implica que
155
b) Para n = ∞ se tiene que
x − X∞
Z Z Z
Egx,ε (X∞ ) = 1dP + 0dP + + 1dP
X∞ ≤x ε
ZX∞ ≥x+ε x<X∞ <x+ε
x − X∞
= P(X∞ ≤ x) + dP + P(x < X∞ < x + ε).
x<X∞ <x+ε ε
Es fácil ver que la integral del lado derecho es negativa, lo que implica que
Usando la hipótesis y las relaciones (A.18) y (A.19) se obtiene tomando lı́mite superior
lı́m sup P(Xn ≤ x) ≤ lı́m sup Egx,ε (Xn ) = Egx,ε (X∞ ) ≤ P(X∞ ≤ x + ε).
n→∞ n→∞
1
Como ε > 0 fue arbitrario, podemos tomar una sucesión εk = k y haciendo k → +∞ se
obtiene
Esta conclusión es válida para cualquier x ∈ R. Acotemos ahora la expresión Egx−ε,ε (Xn )
para 1 ≤ n ≤ ∞. Se tiene la definición de la función gx−ε,ε
1 si y ≤ x − ε
gx−ε,ε (y) = 0 si y ≥ x
x−y
si x − ε < y < x
ε
x − Xn
Z Z Z
Egx−ε,ε (Xn ) = 1dP + 0dP + dP
Xn ≤x−ε x≤Xn x−ε<Xn <x ε
x − Xn
Z
= P(Xn ≤ x − ε) + dP.
x−ε<Xn <x ε
156
Usando esto, se tiene que
x − X∞
Z Z Z
Egx−ε,ε (X∞ ) = 1dP + 0dP + dP
X∞ ≤x−ε x≤X∞ x−ε<X∞ <x ε
x − X∞
Z
= P(X∞ ≤ x − ε) + dP.
x−ε<X∞ <x ε
Es fácil ver que la integral del lado derecho es positiva, lo que implica que
Usando la hipótesis y las relaciones (A.21) y (A.22) se obtiene tomando lı́mite inferior
lı́m inf P(Xn ≤ x) ≥ lı́m inf Egx,ε (Xn ) = Egx,ε (X∞ ) ≥ P(X∞ ≤ x − ε).
n→∞ n→∞
1
Como ε > 0 fue arbitrario, podemos tomar una sucesión εk = k y haciendo k → +∞ se
obtiene
157
Teorema A.5.5 (Teorema de continuidad). Sea {µn }+∞
n=1 una sucesión de medidas de probabilidad,
con funciones caracterı́sticas asociadas {ϕn }+∞
n=1 . Se cumplen las siguientes proposiciones
Demostración. Para probar la primera parte, sabiendo que para cada t ∈ R las funciones con regla
de correspondencia sin(tx), cos(tx) son continuas y acotadas, por la proposición A.5.3 se tiene que
Es decir, para todo t ∈ R se cumple que ϕn (t) → ϕ∞ (t). Para la segunda parte, se tiene que
la sucesión ϕn converge puntualmente al lı́mite ϕ. Probaremos ahora que la sucesión asociada de
distribuciones es tight. Dado ε > 0, en virtud de la continuidad de ϕ en t = 0, sabemos que existe
u > 0 tal que si |t| ≤ δ entonces |ϕ(t) − 1| < ε. Para cada x ∈ R\{0} se tiene que
Z δ Z δ
2 sin δx
1 − eitx dt = 2δ − (cos tx + i sin tx) dt = 2δ − .
−δ −δ x
Diviendo la igualdad por δ, integrando respecto a la medida µn sobre el conjunto R\{0} se tiene
Z Z δ Z
1 itx 2 sin δx
1−e dt dµn (x) = 2− dµn (x).
δ R\{0} −δ R\{0} δx
Considerando que 1 − eitx se anula cuando x = 0, entonces usando los teoremas A.2.3 y A.2.5 se
obtiene
Z δ Z
sin δx
δ −1 1 − ϕn (t) dt = 2 1− dµn . (A.24)
−δ R\{0} δx
158
lo que implica que para todo x ∈ R\{0} se cumple
sin δx
1− ≥ 0.
δx
Por la continuidad de ϕ, como |t| ≤ δ entonces |1 − ϕ(t)| < ε. Integrando esta desigualdad, y
dividiendo por δ se tiene
−1 δ
Z Z δ
≤ δ −1
δ
1 − ϕ(t) dt |1 − ϕ(t)| dt ≤ 2ε. (A.26)
−δ −δ
De la hipótesis, se tiene la convergencia 1 − ϕn (t) → 1 − ϕ(t) para cada t ∈ [−δ, δ]. Por el ı́tem 2 de
la proposición A.5.1, usando el teorema de convergencia dominada se obtiene
Z δ Z δ
lı́m 1 − ϕn (t) dt = 1 − ϕ(t) dt.
n→+∞ −δ −δ
2
Finalmente de los resultados obtenidos, para todo ε ≥ 0 existe Mε = δ ∈ R tal que para n suficien-
temente grande se cumple
1 − Fn (Mε ) + Fn (Mε ) ≤ 3ε.
Concluimos tomando lı́mite superior. De esta manera hemos probado que la sucesión Fn de funciones
de distribución asociada a µn es tight. En virtud del teorema A.5.2 se tiene que existe una subsucesión
159
{Fnk }k∈N y una función F creciente y continua por derecha, tal que para todo x ∈ R donde F es
continua se cumple
lı́m Fnk (x) = F (x).
k→+∞
Como la sucesión de funciones de distribución es tight, usando el teorema A.5.3, dicha subsucesión
posee una subsucesión que converge débilmente a una función de distribución. En virtud de la uni-
cidad del lı́mite, se tiene que la función F es una función de distribución. Por lo tanto, se tiene que
Fnk ⇒ F . Consideremos µnk y µ las medidas de probabilidad asociadas a dichas distribuciones. Pro-
baremos ahora que toda subsucesión de {µn }n∈N que converge débilmente, converge a µ. Dada una
subsucesión tal que µnj ⇒ ν, por el primer ı́tem de este teorema, se cumple que las funciones carac-
terı́sticas asociadas convergen puntualmente, es decir para cada t ∈ R se cumple que ϕnj (t) → ϕν (t).
Por la misma razón se tiene que ϕnk (t) → ϕµ (t). Por hipótesis se tiene la convergencia puntual de
la sucesión de funciones caracterı́sticas ϕn . Por lo tanto se tiene que ϕµ ≡ ϕν , que por el corolario
A.5.2 implica que µ ≡ ν. De esta manera hemos probado que toda subsucesión de {µn }n∈N que con-
verge débilmente, converge para la medida de probabilidad µ. Además en virtud del lı́mite puntual
de la sucesión ϕn , se tiene que ϕ ≡ ϕµ . Finalmente, como la sucesión Fn es tight, concluimos por el
corolario A.5.1 que Fn ⇒ F , que es equivalente a µn ⇒ µ.
Teorema de Lindeberg-Feller
Antes de enunciar y probar este teorema, realizaremos algunos resultados previos necesarios.
Primero veamos la relación entre la integral de Lebesgue-Stieltjes y la integral de Riemann-Stieltjes.
Teorema A.5.6. Sea X una variable aleatoria en el espacio de probabilidad (Ω, F, P). Sea µ la dis-
tribución asociada, y F la función de distribución asociada. Si f : [a, b] → R es continua, entonces
Z Z b
f dµ = f dF,
ha,b] a
y escribiendo Z +∞ Z 0 Z +∞
f dF = f dF + f dF,
−∞ −∞ 0
se cumple que Z Z +∞
f dµ = f dF.
R −∞
160
Demostración. Podemos suponer que f ≥ 0, y para el caso general concluimos recordando que
f = f + − f − donde f + y f − son la parte positiva y negativa de f respectivamente, y sabemos que
ambas son positivas. Para cada n ∈ N, escogemos la partición uniforme del intervalo [a, b]
(b−a)
tal que kP k = n . Definamos las funciones fn : ha, b] → R
n
X
fn (x) = f (tnj−1 )1htnj−1 ,tnj ] (x).
j=1
Probemos que fn (x) → f (x) para todo x ∈ ha, b]. Dado x0 ∈ ha, b], como la función f es continua
en [a, b] entonces para ε > 0 existe δ > 0 tal que si
x ∈ [a, b], |x − x0 | < δ → f (x) − f (x0 ) < ε.
Sabemos que existe n0 ∈ N tal que si n ≥ n0 , entonces kPn k < δ. Además para x0 ∈ ha, b], existe
un único j0 ∈ {1, ..., n} tal que x ∈ htnj0 −1 , tnj0 ], lo que implica que fn (x) = f (tnj0 −1 ). Por lo tanto
para n ≥ n0 se tiene
Por lo tanto fn (x0 ) → f (x0 ). Concluimos que fn → f puntualmente en [a, bi. Si consideramos
M = máx f (t), en virtud que fn solo toma los valores de f , se tiene para todo n ∈ N, x ∈ ha, b]
t∈[a,b]
|fn (x)| ≤ M.
161
Luego
Z Z Z n
X
f dµ = lı́m fn dµ = lı́m f (tnj−1 )1htnj−1 ,tnj ] dµ
ha,b] n→∞ ha,b] n→∞ ha,b]
j=1
n
X Z
= lı́m f (tnj−1 ) 1[tnj−1 ,tnj i dµ
n→∞ ha,b]
j=1
Xn Z
= lı́m f (tnj−1 ) 1htnj−1 ,tnj ] dµ
n→∞ R
j=1
n
X Z b
= lı́m f (tnj−1 ) F (tnj ) − F (tnj−1 ) = f dF.
n→∞ a
j=1
Consideremos una sucesión {bn }n∈N tal que bn → +∞. Definiendo las funciones fn = f 1h0,bn ]
se tiene que fn → f en h0, +∞i. Además |fn (x)| ≤ |f (x)| para todo x ∈ h0, +∞i, donde |f | es
µ-integrable por hipótesis. Por lo tanto, usando el teorema de convergencia dominada se tiene que
Z Z
f dµ = lı́m fn dµ.
h0,+∞i n→+∞ h0,+∞i
162
Finalmente sumando las igualdades (A.27) y (A.28) se tiene que
Z +∞ Z 0 Z +∞
f dF = f dF + f dF
−∞ −∞ 0
Z Z
= f dµ + f dµ
h−∞,0] h0,+∞i
Z
= f dµ.
R
Corolario A.5.3. Con las hipótesis del teorema anterior, si c ∈ ha, bi entonces se cumple que
Z b Z c Z b
f dF = f dF + f dF.
a a c
Corolario A.5.4. Con las hipótesis del teorema anterior, si f es continua en R se tiene que
Z b Z b+ε
f dF = lı́m f dF.
a ε→0+ a
Demostración. Probemos dicho lı́mite por sucesiones. Considere {xn }n∈N una sucesión tal que xn →
0+ . Sin pérdida de generalidad podemos suponer que 0 < xn < 1 para todo n ∈ N. Como f es conti-
nua en R, entonces es acotada en el intervalo compacto [a, b+1]. Por lo tanto la sucesión de funciones
f 1ha,b+xn ] es acotada. Además es fácil ver que f 1ha,b+xn ] → f 1ha,b] puntualmente. Usando el teorema
de convergencia dominada se tiene
Z Z
lı́m f dµ = f dµ.
n→+∞ ha,b+x ] ha,b]
n
163
Proposición A.5.4. Sea X una variable aleatoria con distribución normal de varianza σ 2 . La función
caracterı́stica de la variable aleatoria es
−(σt)2
ϕ(t) = e 2 .
Demostración. Del ejemplo A.1.1, se sabe que la función distribución de la variable aleatoria X es
Z x t2
1
F (x) = √ e− 2σ2 dt,
2πσ −∞
Veamos que F es de clase C 1 . Para ello, veamos que la función F es diferenciable. Es fácil ver que
Z 0 t2
Z x t2
1 − 1
F (x) = √ e 2σ 2 dt + √ e− 2σ2 dt.
2πσ −∞ 2πσ 0
1 x2
F 0 (x) = √ e− 2σ2 .
2πσ
En virtud que la función F 0 es continua, se tiene que F es de clase C 1 . Por lo tanto para cada t ∈ R
usando el teorema A.5.6 con f (x) = eitx
Z Z +∞
itx
ϕ(t) = e dµ = eitx dF.
R −∞
donde esta integral impropia existe en el sentido de Riemann. Probemos ahora que
Z +∞ x2
1
0
ϕ (t) = √ −x sin(tx)e− 2σ2 dx.
2πσ −∞
Por la continuidad de la función que está dentro de la integral en (A.29), se cumple que
Z +∞ x2
Z
x2
1 − 1
ϕ(t) = √ cos(tx)e 2σ 2 dx = √ cos(tx)e− 2σ2 dx.
2πσ −∞ 2πσ R
164
Consideremos una sucesión de números reales {hn }n∈N tal que hn → 0. En virtud de
Z Z h 2
Z Z h
x2
−x
− x sin(x(t + θ))e 2σ2 dθ dx ≤ |x|e− 2σ2 dθ dx
R 0 R 0
Z
x2
≤ |h| |x|e− 2σ2 dx < +∞,
R
Solo falta probar que la función f es continua. Dado θ ∈ R, consideremos una sucesión θn tal que
θn → θ. Probaremos que f (θn ) → f (θ). Para ello, para cada n ∈ N consideremos la función
x2
gn (x) = −x sin(x(t + θn ))e− 2σ2
y la función
x2
g(x) = −x sin(x(t + θ))e− 2σ2
Es fácil ver que para todo x ∈ R se cumple que gn (x) → g(x), además la función g es integrable
165
en R con la medida de Lebesgue. Por lo tanto, usando el teorema de convergencia dominada, se tiene
que Z Z
gn (x) dx → g(x) dx,
R R
x2
lı́m sin(tx)e− 2σ2 = 0,
x→±∞
obtenemos
Z +∞
1 x2
0
ϕ (t) = √ −x sin(xt)e− 2σ2 dx.
2πσ −∞
Z +∞
1 x2
=√ −t cos(xt)σ 2 e− 2σ2 dx.
2πσ −∞
= −σ 2 tϕ(t).
ϕ0 (t) = −σ 2 tϕ(t).
σ 2 t2
ϕ(t)e 2 = ϕ(0) = 1.
2 t2
ϕ(t) = e−σ .
166
Lema A.5.2. Dado x ∈ R, para todo n ≥ 0 se tiene la desigualdad
n
( )
ix X (ix)m |x|n+1 2|x|n
e − ≤ mı́n ; .
m! (n + 1)! n!
m=0
lo que demuestra lo pedido. Asumimos la relación válida para n ∈ N, veamos que también se cumple
para n + 1. Usando la hipótesis inductiva y la relación (A.30) se tiene
n+1 n
ix
X(ix)m ix
X (ix)m (ix)n+1
e − =e − −
m! m! (n + 1)!
m=0 m=0
in+1 x (ix)n+1
Z
= (x − s)n eis ds −
n! 0 (n + 1)!
n+1
n+1 Z x
(ix)n+1
i x i n+1 is
= + (x − s) e ds −
n! n + 1 n + 1 0 (n + 1)!
n+2 Z x
i
= (x − s)n+1 eis ds.
(n + 1)! 0
Por lo tanto, el resultado es válido para todo n ≥ 0. Acotando la integral para x ≥ 0 se tiene
n
Z x Z
x
ix X (ix)m in+1
(x − s)n eis ds≤ (x − s)n eis ds
e − =
m! n! 0 0
m=0
Z x Z x
|x|n+1
≤ (x − s)n |eis | ds ≤ (x − s)n ds = .
0 0 n+1
En virtud que la igualdad (A.30) se cumple para todo n ∈ N, realizando el cambio de n por n − 1 y
167
ordenando se tiene que
x x
xn
Z Z
i n is
(x − s) e ds = − + (x − s)n−1 eis ds.
n 0 n 0
Z x
xn
Teniendo en cuenta que = (x − s)n−1 ds, reemplazando en la expresión anterior y acomodan-
n 0
do convenientemente se tiene que
x x
in+1 in
Z Z
(x − s)n eis ds = (x − s)n−1 (eis − 1) ds.
n! 0 (n − 1)! 0
Observación A.5.1. Para una variable aleatoria X, usando el lema A.5.2 haciendo x = tX y el
teorema de Jensen (teorema A.2.4) se tiene para n ∈ N
n n
(itX)m (itX)m |tX|n+1 2|tX|n
itX X itx X
Ee − E ≤ Ee −
≤ E mı́n ;
m! m! (n + 1)! n!
m=0 m=0
Lema A.5.3. Sean z1 , ..., zn y w1 , ..., wn números complejos tales que tiene módulo menor o igual
que θ. Entonces se cumple que
Yn n
Y n
X
zm − wm ≤ θn−1 |zm − wm |.
m=1 m=1 m=1
168
válido para n, veamos que cumple para n + 1. Usando la hipótesis inductiva se tiene
n+1 n+1 n n n n
Y Y Y Y Y Y
zm − wm ≤ zn+1 zm − zn+1 wm +zn+1 wm − wn+1 wm
m=1 m=1
n m=1 n
m=1 m=1 m=1
Y Y
≤ θ zm − wm +θn |zn+1 − wn+1 |
m=1 m=1
n
X
n
≤θ |zm − wm | + θn |zn+1 − wn+1 |
m=1
n+1
X
= θn |zm − wm |.
m=1
Lema A.5.4. Para cada n ∈ N considere los números reales {cn,m }nm=1 y λ ∈ R, tales que cumplen
las siguientes propiedades
n
X
2. lı́m cn,m = λ.
n→+∞
m=1
log(1 + x)
lı́m = 1,
x→0 x
se tiene que ε > 0 existe δ > 0 tal que si 0 < |x| < δ entonces
log(1 + x)
1−ε< < 1 + ε. (A.33)
x
En virtud del ı́tem 1 de la hipótesis, existe n0 ∈ N tal que si n ≥ n0 entonces se cumple que
máx |cn,m | < δ. En particular para n ≥ n0 , se tiene que para todo m ∈ {1, 2, ..., n} se cumple que
1≤m≤n
|cn,m | < δ. En virtud del ı́tem 3 en (A.33), se tiene para 1 ≤ m ≤ n
169
Sumando desde 1 hasta n se tiene que
n
X n
X n
X
(1 + ε) cn,m < log(1 + cn,m ) < (1 − ε) cn,m (A.34)
m=1 m=1 m=1
que implica
n
Y
lı́m (1 + cn,m ) = eλ .
n→+∞
m=1
Teorema A.5.7 (Lindeberg-Feller). Para cada n ∈ N, se tiene las variables aleatorias independientes
{Xn,m }nm=1 con EXn,m = 0. Supongamos que
n
X
2
1. EXn,m → σ2 > 0
m=1
n Z
X
2. ∀ε > 0 : lı́m |Xn,m |2 dP = 0,
n→∞
m=1 |Xn,m |>ε
170
Demostración. Para cada n ∈ N, 1 ≤ m ≤ n consideremos ϕn,m la función caracterı́stica de la
2
variable aleatoria Xn,m y además EXn,m 2 . De la proposición A.5.2 se tiene que la función
= σn,m
caracterı́stica de la variable aleatoria Sn es
n
Y
ϕn,m .
m=1
Usando el teorema A.5.5 y de la proposición A.5.4 es suficiente probar que para todo t ∈ R se cumple
que
n
Y σ 2 t2
lı́m ϕn,m (t) = e− 2 .
n→+∞
m=1
Nuestro primer objetivo será, usando el lema A.5.3 con θ = 1 probar que para todo t ∈ R se cumple
que n
n 2 t 2
Y Y σn,m
lı́m ϕn,m (t) − 1− = 0.
n→+∞ 2
m=1 m=1
Es fácil ver que el resultado es válido para t = 0. Dado t ∈ R\{0} fijo pero arbitrario, denotemos
y además
2
t2 σn,m
2 X (itX)m
wn,m =1− = E .
2 m!
m=0
2
Dado ε > 0 suficientemente pequeño(podemos tomar ε < |t| ), de la observación A.5.1 se tiene
171
Sumando desde m = 1 hasta n se tiene
n
X n Z
X n Z
X
3 2 2
|zn,m − wn,m | ≤ εt |Xn,m | dP + 2t |Xn,m |2 dP
m=1 m=1 |Xn,m |≤ε m=1 |Xn,m |>ε
Xn Z Xn Z
≤ εt3 |Xn,m |2 dP + 2t2 |Xn,m |2 dP.
m=1 Ω m=1 |Xn,m |>ε
2
lı́m máx σn,m = 0. (A.36)
n→+∞ 1≤m≤n
donde la última igualdad se da en virtud que las funciones ϕn,m son funciones caracterı́sticas. Por lo
172
tanto, usando el lema A.5.3 con (A.35) se tiene que
n n 2 t 2
Y Y σn,m
lı́m ϕn,m (t) − 1− = 0. (A.37)
n→+∞ 2
m=1 m=1
−t2 σn,m
2
Definamos para cada n ∈ N, 1 ≤ m ≤ n los números cn,m = 2 . En virtud del lı́mite en (A.36)
se tiene que lı́m máx |cn,m | = 0. Además en virtud del ı́tem 1 de la hipótesis se tiene que
n→+∞ 1≤m≤n
n
X −σ 2 t2
lı́m cn,m = e 2 .
n→+∞
m=1
Finalmente usando la desigualdad triangular y los lı́mites (A.37) y (A.38) concluimos que
n
Y σ 2 t2
lı́m ϕn,m (t) = e− 2 .
n→+∞
m=1
Corolario A.5.5. Sea {Xn }n∈N una sucesión de variables aleatorias independientes y escribimos
Xn
Sn = Xi . Se cumple que
i=1
Xm − EXm
Xn,m = p
var(Sn )
173
para 1 ≤ m ≤ n. Por la linealidad de la esperanza se tiene que
Xm − EXm
EXn,m =E p = 0.
var(Sn )
En virtud de la proposición A.3.1 se tiene para cada n ∈ N que {Xn,m }nm=1 son variables aleatorias
independientes. Además por el ı́tem 1 de la hipótesis se tiene que
Xm − EXm |Xm | + E|Xm | 2M
|Xn,m | ≤ p
≤ p ≤p .
var(Sn ) var(Sn ) var(Sn )
4M 2
Z
|Xn,m | dP ≤ < +∞,
Ω var(Sn )
n n 2 n
X
2
X E Xm − EXm X var(Xm ) var(Sn )
EXn,m = = = = 1. (A.39)
var(Sn ) var(Sn ) var(Sn )
m=1 m=1 m=1
+∞
X
Como var(Xn ) = +∞ se tiene que
n=1
n
X
lı́m var(Xi ) = lı́m var(Sn ) = +∞.
n→∞ n→∞
i=1
p
Luego existe n0 ∈ N tal que si n ≥ n0 entonces ε var(Sn ) > 2M . Para n > n0 , descomponemos
la sumatoria
n Z
1 X
√ |Xm − EXm |2 dP (A.40)
var(Sn ) |Xm −EXm |>ε var(Sn )
m=1
en dos sumandos, el primero donde los ı́ndices varı́an de 1 hasta n0 − 1 y el otro sumando desde n0
174
hasta n. Analicemos el segundo sumando, es decir
n Z
1 X
|Xm − EXm |2 dP
var(Sn ) m=n |Xm −EXm |>ε√var(Sn )
0
p
Sabemos que para n ≥ n0 se tiene que ε var(Sn ) > 2M , y además como |Xm − EXm | ≤ 2M , lo
que implica que el conjunto
p
w ∈ Ω, |Xm (w) − EXm (w)| > ε var(Sn )
es vacı́o. Por lo tanto esta sumatoria es cero. Luego para n ≥ n0 , la sumatoria en (A.40) corresponde
solo al primer sumando, es decir equivale a
0 −1 Z
nX
1
√ |Xm − EXm |2 dP
var(Sn ) |Xm −EXm |>ε var(Sn )
m=1
0 −1 Z
nX 0 −1 Z
nX
2
√ |Xm − EXm | dP ≤ |Xm − EXm |2 dP.
m=1 |Xm −EXm |>ε var(Sn ) m=1 Ω
1 1
Multiplicando ambos lados por var(Sn ) y en virtud que lı́m = 0, se obtiene
n→∞ var(Sn )
0 −1 Z
nX
1
lı́m √ |Xm − EXm |2 dP = 0.
n→∞ var(Sn ) |Xm −EXm |>ε var(Sn )
m=1
Finalmente por las relaciones (A.39) y (A.41) usando el teorema de Lindeber-Feller (teorema A.5.7)
se obtiene que
Xn,1 + · · · + Xn,n ⇒ χ.
S − ESn
pn ⇒ χ.
var(Sn )
175