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Instituto de neurociencias aplicadas al desarrollo

Hidalgo del Parral Chihuahua


Teléfonos: 627 13 9 51 58 y 627 12 0 47 91

Clase música y practicas meditativas

La respiración y movimiento

Ampliamente, entendemos por respiración de un organismo todo proceso en el que se produce


una incorporación de oxígeno y una expulsión de dióxido de carbono en el mismo. Este proceso,
vitalmente fundamental para los animales aeróbicos, empieza en los seres humanos en los
pulmones, los cuales captan y expulsan el aire. Seguidamente se produce la hematosis, en la cual
los alvéolos pulmonares se encargan de realizar el intercambio gaseoso de la sangre,
incorporándole oxígeno y liberándola del dióxido de carbono. Este proceso se realiza sin consumo
energético. La sangre es la encargada del transporte del oxígeno a las células del cuerpo, las cuales
respiran en un proceso en que se produce una reducción del oxígeno molecular en agua.
Esta es la base, a grandes rasgos, de la respiración celular y la importancia de la oxigenación del
cuerpo a través de la misma. Pero la respiración no sólo oxigena la sangre, sino que además
desencadena una serie de cambios anatómicos que contribuyen a un beneficio global de nuestro
cuerpo.

En nuestra vida cotidiana utilizamos la respiración para hacer un esfuerzo suplementario


exhalando el aire con fuerza, contenemos la respiración en los momentos de tensión o respiramos
hondo cuando nos sentimos angustiados y nos queremos calmar. Veamos cuáles son los beneficios
de aprender a respirar.

Mecánica respiratoria

Los dos procesos mecánicos de la respiración son la inspiración o inhalación y la espiración o


exhalación.

La inhalación es el proceso mediante el cual se produce una contracción del músculo


diafragmático y una dilatación de los músculos intercostales. Este movimiento provoca una
elevación de las costillas y un aumento del volumen de la caja torácica con la consecuente
reducción de la compresión de los gases alojados en los pulmones y, debido a la diferencia de
presión con el exterior, permitiendo la incorporación de aire en ellos.

La exhalación es el proceso opuesto al anterior. Al producirse una dilatación del diafragma con un
movimiento ascendente, se provoca una disminución del volumen de la caja torácica que conlleva
la lógica expulsión de los gases contenidos en los pulmones. Aunque, desde el punto de vista
mecánico, se considera la exhalación como un proceso pasivo desencadenado involuntariamente
por el cese de la inspiración, veremos que esto no es del todo así.

Tanto la inhalación como la exhalación tienen un papel activo en la mayor parte de los procesos
motores.
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Tipos axiales de respiración

Según el eje espacial la respiración actúa aumentando la movilidad en tres direcciones:

Eje vertical o respiración diafragmática o abdominal. Este tipo de respiración consiste en “llenar
el vientre”. Aunque esta es la sensación que produce, es evidente que el abdomen no se llena de
aire, sino que éste penetra llenando los pulmones. El hecho real es que el movimiento
descendente del diafragma en la inhalación hincha el abdomen debido al empuje de las vísceras
de la cavidad abdominal, aumentando el diámetro vertical de la caja torácica. La relajación del
diafragma, el parénquima pulmonar y los músculos intercostales provocan la exhalación del aire
inspirado y la cavidad abdominal crece hacia arriba haciendo disminuir el abombamiento frontal.

La respiración diafragmática es muy relajante, lleva gran cantidad de oxígeno a la sangre y masajea
los órganos de la cavidad abdominal.

Eje anteroposterior o clavicular. En esta respiración lo que hacemos es introducir aire en la zona
superior de los pulmones mediante el reclutamiento de los cartílagos costales, costocondrales y
costoesternales con el consiguiente movimiento del esternón hacia arriba en la inspiración y hacia
abajo durante la exhalación.

Esta respiración es la respiración característica de los estados ansiosos o de nerviosismo. Suele ser
una respiración rápida pues el aire alojado en cada inhalación es muy poco.

Podemos practicarla contrayendo el abdomen, cruzando los brazos y respirar manteniendo los
músculos abdominales en tensión.

Eje transversal o respiración costal. La respiración costal es también una respiración torácica,
pero pone el énfasis en la amplitud lateral del tórax. Para ello mantenemos el abdomen contraído
y los brazos en jarra sobre las costillas. Es importante mantener la tensión en los abdominales para
evitar un movimiento amplio del diafragma de manera que el aire circule hacia los lados
ensanchando los pulmones y no en dirección vertical.

En este tipo de respiración es la parrilla costal inferior la que más movilidad tiene. No obstante,
con la práctica, es posible también una respiración costal en las costillas superiores, aunque el
músculo serrato anterior fija con mayor fuerza la zona.

De las modalidades de respiración descritas arriba, la respiración diafragmática es la que más


utilizamos en nuestra vida cotidiana. La respiración costal, aunque profunda, no dispone de
ergonomía práctica, aunque es muy útil en disciplinas y ejercicios que exigen una posición
contraída del abdomen como Pilates, y la respiración clavicular es una respiración demasiado
pobre. No obstante, estas tres respiraciones se funden en una para desarrollar lo que se conoce
como respiración completa o respiración tridimensional.

Referencia

http://www.ontiquiro.com/respiracion-y-movimiento-i/

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