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“LASER-TERAPIA “
La diferencia entre la luz blanca ordinaria y es laser es que, la luz blanca ordinaria
está formada por hacer divergentes de ondas de diferentes frecuencias o colores.
Una lámpara de infrarrojos emite en un amplio espectro de longitudes de onda
dentro de una gama del rojo e infrarrojo. El láser, en cambio, es monocromático, lo
que significa que todos los rayos tienen exactamente la misma longitud de onda.
La luz ordinaria no es coherente y las diversas ondas que la forman están en fase
distinta. En la luz láser todas las ondas están en la misma fase y esta coherencia
espacial hace que sumen sus intensidades con un aumento de potencia.
Cuando la luz ordinaria sale del foco, diverge en varias direcciones dando una
iluminación difusa que se va debilitando en razón del cuadro de la distancia. En el
láser los haces son paralelos, sin divergencia y con una elevada colimación.
Puede dirigirse a un punto en concreto y pierde poca intensidad con la distancia.
El láser es un tipo especial de luz. Por lo tanto, las diferencias que existen entre el
láser y la luz convencional es que emiten cualquier objeto luminoso, como podría
ser una bombilla incandescente. La luz es una energía electromagnética o cerca
del rango del espectro visible. La luz de cualquier fuente, excepto la luz láser, tiene
diferentes longitudes de onda. Así, la luz blanca del sol está formada por la
combinación de frecuencias de ondas de luz que al pasar por un prisma se
descomponen y podemos verlas.
Entre las características físicas comunes de todos los láseres cabe señalar:
Longitud de onda
Potencia de salida
Intensidad
Salida continua o en pulsos
Divergencia y direccionalidad del haz
Coherencia
Componentes de un láser
Una fuente de láser está formada por una parte de material activo que es
estimulado con energía, generalmente eléctrica, y limitada en sus extremos por
dos espejos. Estos están vueltos hacia el interior, y uno es totalmente reflectante
(100%), mientras que el otro lo es solo parcialmente (99%), para así permitir a la
luz salir del láser. Es decir, se forma luz láser al hacerse incidir un rayo de luz
normal sobre el material activo, excitando sus átomos y generando fotones de
igual longitud de ondas, que al reflejarse en el espejo atraviesan repentinamente el
material activo, excitando nuevamente sus átomos e incrementando, en
consecuencia, el número de fotones. El material activo puede estar constituido por
varias sustancias: rubí con átomos de cromo difundido en su retículo cristalino,
anhídrido carbónico, argón, etc.
Los efectos del láser empleados en la fisioterapia, como, en otros términos, las
aplicaciones de láser de baja magnitud con estos tipos de láser se van a producir
reacciones no térmicas en los tejidos, o con elevaciones de la temperatura dentro
de los limites fisiológicos.
Cuando la luz láser incide sobre los tejidos corporales, puede provocar dos tipos
de interacción:
Efecto Bioeléctrico: La acción terapéutica del láser va a ser doble: por una parte,
y de una forma directa, va a actuar sobre la movilidad iónica; por otra parte, y de
forma indirecta, va a aumentar la cantidad de ATP producido por la célula. De esta
manera, el efecto bioeléctrico del láser va a contribuir a normalizar la situación
iónica a ambos lados de la membrana, actuando sobre los canales de calcio y
restableciendo el equilibrio iónico.
Efecto analgésico: Se ejerce una analgesia muy rápida, pero de poco tiempo de
beneficio terapéutico (de 12 a 24 h). Sin embargo, por el efecto acumulativo, en el
transcurso de las sesiones, se transforma en perdurable o definitivo.
Efecto antiinflamatorio y antiedematoso
Los efectos más importantes a este nivel, estudiados, entre otros, se pueden
resumir en la estimulación en la producción de ATP mitocondrial y el incremento
de la síntesis de proteínas. Así, la producción de ATP por las mitocondrias
después de la aplicación de radiación láser ha sido estudiada y cuantificada por
numerosos autores, y se registran aumentos de hasta el
La potencia final aplicada al paciente depende del tamaño del punto luminoso en
el que se concentra la potencia de emisión y se expresa en W/cm2 (Watios por
centímetro cuadrado = potencia total del aparato en W/área del haz en cm2).
Las dosis elevadas pueden producir una lesión fotodinámica, que se ha visto
experimentalmente ya con dosis de 2-4 J/cm2consideradas al margen terapéutico.
En general se recomiendan dosis bajas (0.05- 1 J/cm2) en procesos agudos y
elevadas (hasta 4 J/cm2) en crónicos, siendo preferible dar la misma energía total
en aplicaciones breves con energía elevada que largas con menos intensidad.
Frecuencia y duración
Algunos aparatos ajustan la duración del pulso a la frecuencia, de manera que dan
siempre la misma potencia media a todas las frecuencias seleccionables. Otros
aparatos tienen una duración de pulso fija, pero se puede elegir de forma
independiente la potencia media y la frecuencia.
I Y II. Potencia muy baja. Emiten luz roja visible. Lo calientan ni producen efectos
en la piel pueden producir lesiones oculares si se miran directamente y de forma
prolongada en el haz. Se utilizan en los lectores de barras de los comercios,
lectores de CD, impresión láser y punteros para conferencia. No tiene aplicaciones
médicas.
III A Y III B. Potencia media muy baja, generalmente inferior a 50 mW, con luz roja
visible o infrarroja no visible. Se utilizan en la fisioterapia en la llamada terapia por
láser de baja intensidad, laser frio o blando. No tiene un efecto térmico apreciable
ni producen lesiones cutáneas en una aplicación normal, pero pueden ser
peligrosas si alcanzan el ojo directamente o por reflexión especular en espejos,
metales pulidos etc. El riesgo es mayor con la radiación infrarroja, que no se ve y
no contrae las pupilas. Paciente y terapeuta deben usar gafas especiales de
protección y es aconsejable tomar otras medidas generales de seguridad en su
instalación y uso.
IV. Potencia elevada. Producen destrucción tisular, incluso con vaporización de los
tejidos. Se utilizan en cirugía para coagulación o corte, para el tratamiento de
tumores, para la eliminación de las capas superficiales de la piel y cauterizaciones
puntuales en oftalmología.
La mayoría son de tipo III A y III B y con potencias inferiores a 50-100 mW que no
llegan a calentar los tejidos, por lo que se denominan láseres blandos, fríos o de
baja intensidad.
Para fisioterapia hay tres tipos de láser con longitudes de onda distinta y muy
exacta a diferencia de lámparas infrarrojas, que comprenden una extensa banda:
Helio-neón (He-Ne).
Fue el primero que se aplicó en fisioterapia, en los años 70. Se genera en un tubo
o cámara con mezcla de gas helio y gas neón. Tiene una longitud de onda de
632.8nm, en la banda visible de luz roja. El haz tiene una divergencia mínima
(menos de 3 mrad) y se puede dirigir a distancia con espejos o llegar a un
aplicador por un cable de fibra óptica. Su potencia en emisión constante llega
hasta 15 mW en los equipos de consola y hasta 30 mW en los de cañón con
espejos.
Usado desde los años 80, se genera por diodo. El diodo de AsGa emite en una
longitud de onda típica de 904 nm y el de AsGaAl en las 780 o 830nm, siempre en
la gama infrarroja no visible.
Para mayor seguridad estos emisores de luz infrarroja invisible tienen un haz
paralelo de luz roja que señala su trayectoria y punto de aplicación.
Es un láser muy potente, absorbido intensamente por el agua de los tejidos, que
puede llegar a destruir y volatilizar, por lo que con potencias elevadas tiene utilidad
en cirugía y oncología.
De emisión múltiple.
Tiene dos emisores, por ejemplo, de laser visible e invisible, siendo el efecto
mayor que con una sola frecuencia, y con la ventaja de que el haz visible facilita la
orientación y localización.
Fotoquímicos.
Térmicos,
Acústicos
Los efectos acústicos son los resultantes de recibir una onda de choque,
propagada a través del tejido, y produciendo un daño en el mismo. Esto sucede
cuando el haz láser causa una evaporación localizada de tejido, generándose un
efecto similar al de las ondas propagándose al tirar una piedra en un estanque.
Los efectos fotoquímicos pueden también ser causados cuando los fotones
interactúan con células de tejido. Se puede producir un cambio en la química de
las células afectadas. Este efecto depende en gran manera de la longitud de onda.
Daños en el cuerpo:
Eritema
Cáncer de piel
Incremento de pigmentación de la piel
Quemadura cutánea
Quemadura de cornea
Reacciones de fotosensibilización
La visión de reflexiones difusas podría según casos, se peligrosa también.
Pueden causar daños oculares agudos y crónicos.
CONCLUSIÓN.
La mayor rapidez de resultados antiálgicos se obtiene con láser IR porque la forma
de aporte de energía en forma pulsátil interfiere el estímulo sensitivo elevando el
umbral doloroso del paciente, por lo que es muy usado en Medicina Deportiva y
Traumatología. Cuando se inventaron, en 1960, los láseres se calificaron como
"una solución a la espera de un problema". Desde entonces, se han vuelto
omnipresentes y actualmente pueden encontrarse en miles de aplicaciones, la
conclusión a la que hemos llegado tras realizar este trabajo es que el láser tan
sólo acaba de comenzar y aún le queda mucho camino por recorrer, que sus
aplicaciones actuales son sólo una muestra de lo que este portentoso aparato nos
ofrecerá en un futuro cercano.
BIBLIOGRAFÍAS
Plaja M.J. ANALGECIA POR MEDIOS FISICOS. McGraw-Hill Interamericana de
España, 2003.
Manual de Medicina Física M. Martínez Morillo J .M. Pastor Vega F. Sendra
Portero Barcelona. 2005