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La ley 42-08 en su artículo 2 garantiza el derecho a la libre empresa, comercio e

industria, añadiendo que la misma debe ser compatible con la eficiencia económica,
la competencia efectiva y la buena fe comercial. Dicho derecho fue
constitucionalizado con la reforma constitucional del 2010 estableciendo en su
artículo 50, el derecho a la libertad de empresa, siendo que el Estado reconoce y
garantiza la libertad de empresa, comercio e industria, y que todas las personas
podrán dedicarse libremente a la actividad económica de su preferencia. Dicha
libertad acarrea límites establecidos en el numeral 1), prohibiendo los monopolios
privados, y que los públicos serán creados y organizados por ley, pudiendo
establecer las medidas necesarias con el fin de evitar los problemas causados por
los monopolios y del abuso desde una posición dominante. Continúan los límites en
el numeral 2), en el que el Estado podrá establecer medidas para regular la
economía y la competitividad en el país.

La ley 42-08 desde su creación que su objeto es promover y defender la


competencia efectiva con el fin de incrementar la eficiencia económica en los
mercados de bienes y servicios. Para poderse ejecutar dichas medidas se
establecen unos límites al derecho a la libertad de comercio y empresa entre los
cuales se encuentran la persecución a los acuerdos, decisiones y prácticas
contrarias a la libertad de empresa, el art. 5 de la ley anteriormente mencionada
establece varias prácticas concertadas y acuerdos anticompetitivos y continúa en su
art. 6 prohibiendo el abuso de la posición dominante, siendo que las conductas que
se consideren abusos de la posición dominante de agentes económicos en un
mercado relevante susceptibles a crear barreras injustificadas a terceros, se listan
varias conductas de abuso de posición dominante.

El artículo 10 de la ley 42-08 establece la prohibición de cualquier acto o


comportamiento realizado en el ámbito comercial o empresarial que resulte contrario
a la buena fe y ética comercial que tengan por objeto un desvío ilegítimo de la
demanda de los consumidores.

Habiendo mencionado anteriormente los límites a la libertad de comercio y empresa


nos encontramos con un espectro más amplio de la relación del estado con el
mercado. La República Dominicana como la mayoría del mundo tuvieron un cambio
radical a partir del siglo XIX, y en menor medida el siglo pasado. Como menciona
Eduardo Jorge Prats, en el texto “Tribunal Constitucional y la cláusula Constitucional
del Estado regulador” la relación del Estado en los distintos ámbitos posibles ha
acompañado los cambios globales, económicos y políticos, afirmando que entre
dichas transformaciones se encuentran las de la aparición del Estado de Derecho y
del Estado social.
Para poder garantizar ser un Estado de Derecho y Social, el estado es un ente
Regulador, como menciona Prats, “Y es que el fenómeno regulatorio emerge en el
momento mismo en que el Estado abandona su rol de empresario, los servicios
públicos son liberalizados y privatizados, y la intervención económica estatal es
echada de lado o cambia profundamente de signo. 1”

El Estado limita e interviene a través de la administración pública y como menciona


Prats2, ordena y controla a través de : 1)Reestructuración de sectores económicos ;
2) Imposición de obligaciones de servicio público; 3) Información sobre empresas y
mercados; 4) Regulación de la seguridad y la calidad; 5) Certificaciones, auditorías y
otras tecnicas de verificacion; 6) Acceso al mercado; 7) Acceso a infraestructuras,
redes, instalaciones y servicios; y 8) Tarifas, precios y peajes. En cuanto a la
finalidad de la regulación del estado, Prats 3 recolecta los diversos artículos de la
constitución (arts. 7, 8, 39.3, 217) en los que el Estado se establece como garante
de unos derechos que para ser eficaces se debe contar con la herramienta
reguladora con lo que se puede concluir que dichos límites de una forma paradójica
terminan garantizando una verdadera libertad de comercio

1Prats, E.. (-). EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL Y LA CLÁUSULA CONSTITUCIONAL DEL


ESTADO REGULADOR. Santo Domingo: PUCMM. página.3
2 Idem .página 12
3 idem .página 13

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