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Mas Alla Del Instante Decisivo
Mas Alla Del Instante Decisivo
)
Hernán Hernández Kcomt (ed.)
Versión castellana: Miguel Fernández
Diseño de la edición: Michael Prado
Ilustración de la cubierta: Muerte de un miliciano, 1936
Printed in Peru
ISBN 84-252-1973-6
Depósito legal: B. 38.397-2004
Impresión: Impreso, Lima
Índice
Prólogo
Más allá del instante decisivo
Hernán Hernández Kcomt ............................................................... 11
Etimología de Código:
Distancia , yuxtaposición y espacio ficticio
Thomas P. Mackey .......................................................................... 17
De la antropología espúrea
Joan Fontcuberta ............................................................................ 173
De píxeles y paradojas
Fred Ritchin .................................................................................. 181
Epílogo
Una historia verosímil
Hernán Hernández Kcomt ............................................................. 213
Porque había muerte en esa foto. Una muerte tal vez instan-
tánea o tal vez diferida, pero era la muerte, al fin y al cabo.
Tanto si era una imagen capturada en el momento preciso en
que Federico Borrell, denominado Taino, recibía el impacto
de bala al descender de cerro Muriano. Tanto si era una re-
construcción dirigida por Capa de forma parecida a como ha-
bía compuesto Goya sus testimonios de horror y de muerte
durante las invasiones napoleónicas. Era la muerte en ambos
casos y no cabía duda sobre ello. Un país se desangraba y todo
el mundo lo sabía: el miliciano muerto, con el rostro borro-
so por la obturación insuficiente, podría haber sido cualquier
otro, también anónimo - pues la identificación de Borrell fue
muy posterior – en un lugar cualquiera de la sierra española.
Era, más bien, esta indeterminación lo que hacía universal una
11
muerte que poco podría haber importado más allá de los ce-
rros perdidos de Córdoba en el contexto de un conflicto que
era ya internacional.
II
12
riormente sobre su fotografía más célebre y polémica. La mito-
logía, como con toda religión, fue alimentada por el misterio.
La imagen se convirtió en reliquia y en fetiche; y la verdad, en
el monopolio de una ascética y de una gramática inalterable:
la del instante decisivo de Cartier-Bresson, cofundador, junto a
Capa, de la agencia Magnum en 1947.
¿Es posible que el marco negro de la base más velo – tal cual
era copiada del negativo original por Cartier-Bresson para
demostrar su mínima intervención en la escena – constriñera
la historia del Miliciano? De otro modo, ¿por qué habría de
callar Capa respecto a su fotografía más famosa sin aclarar ni
desmentir nada? La tan defendida independencia de los fotó-
grafos de Magnum, debemos recordar, no se fundaba tanto en
la subjetividad de ellos mismos como autores, sino en la inal-
terabilidad de la imagen pura, que no era sino la confluencia
de los actos del mundo en un momento único visto a través del
encuadre y capturado en un proceso que sintetizaba lo racional
con lo intuitivo. El fotógrafo se convertía, así, en un medium que
revelaba la verdad del instante decisivo: el medium de un medio, de
una técnica que, hasta unos años antes – con el colodión húme-
do, por ejemplo - hubiera resultado insuficiente para capturar
cualquier escena en movimiento. Los niños de rostros difusos
en los solemnes retratos de los daguerrotipos jamás habrían
soñado con una filosofía austera del momento congelado.
13
Al dogma del instante decisivo – que, en realidad, ya había existi-
do, aún innombrado, nebuloso, desde la adopción de la nueva
técnica – no le hacía falta sino institucionalizarse. Con Mag-
num como guía (y el Miliciano como uno de sus íconos), eran
pocos los fotógrafos, cuyo interés fuera retratar una realidad,
que no se vieran influenciados, directa o indirectamente, por el
trabajo impecable de Cartier-Bresson, Robert Capa y sus com-
pañeros. Dicho de otra manera, en palabras de Simon Watney:
“las diversas ‘verdades’ que se le pueden hacer ‘revelar’ a la
fotografía derivan, precisamente, de la autoridad que se atribu-
ye a ciertas instituciones privilegiadas para definir ‘la verdad’
a semejanza de sus propias creencias, valores y metodologías,
inscritas, por así, decirlo, en las mismísimas apariencias del
mundo por la tecnología del medio”1.
III
14
verdad tal cual es comprendido aún por la técnica fotográfi-
ca e institucional dominante. Es por eso que, desde el primer
daguerrotipo, en el que la silueta de los hombres capturada en
la larga exposición fue consecuencia de una puesta en escena
opuesta al carácter inicialmente científico de la fotografía, has-
ta la portada de la National Geographic, considerada como la pri-
mera manipulación digital, en la que se modificó el encuadre
horizontal de las pirámides para que calzaran en el formato
vertical de la revista, todas las fotografías seleccionadas, ade-
más de relevantes históricamente, han resultado controversia-
les como registros “directos” de la realidad.
15
la revolución rusa. Los fotógrafos de la Farm Security Adminis-
tration - como los ya mencionados Lange, Evans y Rothstein
- erigieron toda una mitología de la pobreza americana con-
forme a las políticas del New Deal tras la Gran Depresión, de
manera similar a la mitología humanista y universal que luego
construirían Edward Steichen y el MOMA tras la catástrofe
de la Segunda Guerra Mundial con la exposición The Family of
Man. O, durante esta guerra, las posiciones propagandísticas
de Rosenthal, Jaldéi o del mismo Capa durante la Guerra Civil
Española.
Notas
16
Etimología de Código:
Distancia , yuxtaposición y espacio ficticio
Thomas P. Mackey
17
crear significado. De cierta manera, estos fragmentos digitales
interconectados son similares a los papiers collées (papel pegado)
de los primeros artistas del collage. El programa Adobe Pho-
toshop, por ejemplo, permite a los desarrolladores producir fá-
cilmente capas de gráficos y el texto de la misma manera que
Picasso pegaba objetos sobre los lienzos para reconfigurar y
volver a imaginar el espacio pictórico. Sin embargo, la ima-
gen digital es única entre las técnicas de collage debido a la
impecabilidad de la alteración de la imagen y a la inmediatez
de su transmisión. Como Andruid Kerne ilustra con su página
web CollageMachine, collage es uno de los conceptos artísticos
más importantes de la era de la información. Para Kerne, este
proceso implica más que el simple posicionamiento de los ele-
mentos del collage, incluyendo también la recombinación de
formas dispares para darle sentido a la relación semiótica. “La
máquina de collage” de Kerne funciona como un motor de
búsqueda dinámico que le permite al usuario producir collages
basados en fragmentos visuales digitales en cada consulta.
18
usuarios nos conectamos a una variedad de formatos de me-
dios a través de enlaces de hipertexto que crean asociaciones
virtuales:
“el principio fundamental detrás de la Web era que una vez que al-
guien, en algún lugar, pusiese a disposición un documento, base de
datos, gráficos, sonidos, video, pantalla o en algún momento en un
diálogo interactivo, este debería ser accesible (sujeta a la autorización
por supuesto) para cualquier persona, con cualquier tipo de ordena-
dor, en cualquier país”1.
19
tación gráfica de los datos extraídos de los bancos de todos los orde-
nadores del sistema humano. Complejidad impensable. Líneas de luz
oscilando en el espacio de la mente, conglomerados y constelaciones
de datos. Como las luces de una ciudad cuando uno se aleja” 2.
20
En particular, el trabajo de Louis Jacques Mandé Daguèrre
ejemplifica la tensión entre el espacio real y el virtual. El uso
que éste hace de la cámara oscura y el diorama, así como su
invención del daguerrotipo ilustran cómo influye la tecnología
en nuestra experiencia con la naturaleza y la forma en que lo
hacemos a través de la asociación de las formas de represen-
tación.
21
ma que fue construido para la exposición de grandes pinturas
ilusionistas de 46 x 72. Newhall describe los equipos de capas
múltiples de Daguerre de la siguiente manera:
Daguerrotipo y Telégrafos
22
miento de cómo ciertos químicos interactuaban con superficies
sensibles a la luz para desarrollar “un nuevo medio que revo-
lucionaría las técnicas de producción gráfica”. En 1837, diez
años después de “La vista desde la ventana del Le Gras” (1827)
de Nicéphore Niepce , una de las primeras imágenes fotográ-
ficas utilizando placas bituminosas1 , Daguerre creó el primer
daguerrotipo “Naturaleza muerta” en 1837. El proceso de Da-
guerre se basó en “ la sensibilidad a la luz del yoduro de plata”
y produjo resultados que fueron visualmente más eficaces que
el proceso de Niepce, aunque los dos inventores estuvieron en
conversaciones sobre el desarrollo de esta tecnología. Newhall
describe este primer daguerrotipo como “ totalmente detalla-
do, mostrando una amplia gama de tonos entre luces y som-
bras, texturas de convincente realismo, contorno y volumen”,
escribe:
23
Este invento tan revolucionario también reveló uno de los pro-
blemas centrales que pueden ser inherentes a las tecnologías
de la representación. Es decir, ¿hasta qué punto la imagen de
un lugar y de un evento real documenta plenamente la verdad?
24
Louis Daguerre, Boulevard du Rue du Temple, 1838
25
ya que los tiempos de exposición de la técnica de Daguerre fue-
ron de tal longitud que las personas no podían ser registradas.
Es por eso que esta imagen de un bulevar de París en 1838 no
muestra figuras humanas, ya que ellas se desplazaban demasia-
do rápido para ser capturadas por el daguerrotipo. La persona
que aparece en la primera imagen sólo está presente en ella
porque permaneció sentada mientras le lustraban los zapatos
al no poder salir de dicha posición hasta que concluyese su
tarea. También vemos otra figura parcial - la del lustrabotas -
cuyo cuerpo es capturado por la cámara, sin pasar lo mismo
con sus manos y brazos en movimiento.
26
nada ni nadie en movimiento en el daguerrotipo. Esta realidad
virtual naciente se encuentra, en realidad, mediada por el dis-
positivo que se utiliza para capturar la imagen - la cámara -,
la que altera nuestro sentido de lo que tuvo lugar en el espacio
real de la escena, transfiriéndose una imagen-espejo de ella
permanentemente a la placa de plata. Es interesante observar
que, al menos en este extracto, Morse no cuestiona las impli-
caciones de esta ausencia - aunque es claramente consciente
de ellas -, sino que las acepta como parte del proceso y toma
nota de la calidad general del daguerrotipo para representar
esta escena. Las observaciones de Morse sobre la velocidad y
el movimiento resultan particularmente convincentes dado el
impacto de su propia invención, el telégrafo para reconfigurar
nuestra comprensión de la velocidad, el movimiento y el tiem-
po para transmitir información.
27
Morse introdujo una nueva forma de experimentar la infor-
mación a través de una tecnología de código binario, datos,
y velocidad. Daguerre representaba el espacio real a través de
una tecnología pictórica de transformación química. Mientras
que Morse reconfiguraba la manera como vemos la transmi-
sión de datos a través de la aceleración del tiempo, Daguerre
desaceleró las cosas. “Los objetos en movimiento no son im-
presos”. Todas las cosas en movimiento se encuentran ausentes
de este cuadro, como si realmente nunca hubieran existido.
La representación visual del bulevar de París es también una
abstracción de lo que realmente ocurrió - un fragmento de in-
formación - transmitida a través del tiempo por los límites de la
tecnología desarrollada para registrar con precisión el momen-
to. Pero, a pesar de ser interesante y detallado, daguerrotipo
resulta aún (como lo señaló Morse en su descripción de esta
imagen) una imagen incompleta de los hechos reales, es decir,
un registro virtual, una visión fragmentada de una escena real.
28
riencia con la información. De acuerdo con Taylor y Saarinen,
con la expansión inexorable del paisaje mediático, toda la rea-
lidad está mediatizada y esto la convierte en virtual. Estas in-
fluencias resultan especialmente relevantes en la actualidad en
la medida en que la palabra, la imagen y el sonido confluyen
en la transmisión a través de una vasta red de colaboración.
Alfabetización de la Información
29
Notas
30
Fenton: Fotografías de la Guerra de Crimea
Woody Woodis
La Guerra de Crimea
31
mantuvieron una presencia naval en el Mar Báltico, obligando
a Rusia a desviar sus tropas para la defensa de San Petersburgo,
hacia el norte.
32
pocos veteranos aguerridos entre las fuerzas británicas durante
la guerra de Crimea. Durante este periodo de calma, se habían
tomado, además, medidas drásticas para reducir el costo de
mantener un ejército permanente. Además, la mayoría de sus
comandantes había visto acción por última vez durante las
guerras napoleónicas, en particular, en Waterloo (1815), o ya
se habían retirado.
33
afectaron principalmente a las fuerzas británicas y, en cierta
medida, a las francesas. Las bajas de la batalla del Alma se
debieron más a las enfermedades y al deficiente tratamiento de
las heridas más que al producto mismo del combate. Por estos
motivos, los informes de Russell se vieron pronto sazonados
con críticas.
34
con sus ayudantes, fotografías y equipos, al hundirse su barco
durante el huracán que afectó al puerto de Balaklava el 14
de noviembre de 1854. En la primavera de 1855, al mismo
tiempo en que Fenton estuvo en Crimea, se hizo otro intento
patrocinado por el gobierno. Dos subtenientes, Brandon y
Dawson, fueron capacitados a toda prisa por el fotógrafo
londinense J. E. Mayall, antes de ser enviados al frente.
35
realizó tres pinturas costumbristas aceptadas por la Real Aca-
demia, aunque sin ninguna distinción particular, lo que puede
haber influido para su ruptura definitiva con esta práctica el
el año 1851.
36
Roger Fenton, El valle de sombra de la muerte, 1855
37
documentado la atención y calidad de vida en el campamento
de los soldados británicos, así como escenas adentro y alrede-
dor de Balaklava, y en la meseta delante de Sevastopol, abste-
niéndose sin embargo de realizar imágenes del combate o de
sus secuelas. Esta táctica puede haber permitido la difusión
de informaciones y opiniones que de otro modo hubiesen que-
dado fuera del alcance de artistas y corresponsales de guerra
como William Howard Russell, que eran críticos del liderazgo
del gobierno británico y de la manipulación de los oficiales en
la guerra.
38
Después de la guerra de Crimea: Fenton y sus fotografías
39
Más tarde, los historiadores de la fotografía con frecuencia han
reconocido los logros notables de Fenton ya que, durante su
breve carrera de 10 a 11 años hizo mucho para establecer a
la fotografía como forma de arte. A sus retratos, estudios de
trajes costumbristas, paisajes, vistas arquitectónicas y fotogra-
fías estáticas de la vida cotidiana trajo una estética digna del
gran arte . A través de su temprana formación como pintor fue
capaz de llevar el ojo de un artista para la composición de sus
fotografías, lo que lo diferencia de otros fotógrafos ingleses que
trabajaban en aquel entonces.
40
Aleksander Rodchenko, fotógrafo revolucionario
Óscar Colorado Nates
Un mundo de vanguardias
41
Tendemos a olvidar que cuando se presentó el invento de la
fotografía en la Academia de Ciencias de París (1839) el me-
dio de transporte más rápido del mundo era todavía el de las
palomas mensajeras. Aún no se había inventado el ferrocarril
ni la máquina de vapor. Sin embargo, en unos cuantos años, la
tecnología invadió el mundo de manera sin precedente. Se tra-
taba de la revolución industrial, en la que la máquina invadió
el imaginario colectivo y la esfera artística formó parte de su
ámbito de influencia.
42
originado en la producción asimilada a la idea de la fabrica-
ción en serie y la mecanización “Tatlin y sus seguidores más
directos, desde planteamientos formalmente abstractos, apues-
tan por un arte productivista, dado su interés en la búsqueda
de la creación de una cultura artística obrera”.1 “Bajo el lema
“el arte a la producción”, los artistas iban a ir a las fábricas mo-
dernas para crear diseños fabricados en serie, ya que el nuevo
orden social exigía nuevos materiales y formas”. 2 El Manifiesto
Productivista de 1921 también gritaría: «¡Abajo el arte, viva la
técnica». 3
43
obreras. Los artistas se convierten en creadores, en auténticos
productores (productivismo) y de ahí en constructores (cons-
tructivismo) de realidades visuales.
44
¿Adiós a la pintura?
45
Chagall, Lyubov Popova, Varvara Stepanova, Rodchenko, El
Lissitzky y otros enseñan en las VkhuTEMAS de nueva crea-
ción, Svomas y otras escuelas de arte, donde fueron pioneros
de innovadores métodos pedagógicos que influirían en la Bau-
haus”. 10 A la larga esta influencia también acabaría llegando a
Estados Unidos llevada por László Moholy-Nagy.
46
“[El constructivismo] Fue una importante influencia tempra-
na en el movimiento moderno europeo, y se convirtió en una
fuente de inspiración permanente para artistas y diseñadores
occidentales a través de la enseñanza de los emigrados cons-
tructivistas”. 15 La influencia e importancia del constructivismo
en el arte contemporáneo ha llegado a la “abstracción, el arte
pop, op art, minimalismo, expresionismo abstracto, el estilo
gráfico del punk y post-punk, brutalismo, postmodernismo, hi-
tech y el deconstructivismo”. 16 Ha sido tan grande la influencia
del constructivismo que ha llegado hasta nuestros días imbuido
en el diseño de las interfaces digitales de software. El construc-
tivismo es, de esta manera, omnipresente en nuestra cultura.
47
De esta manera, la fotografía devino en un nuevo medio de
comunicación, ideal para la «propaganda de agitación». Po-
día unificar la nación y promulgar los ideales revolucionarios
a una población mayoritariamente analfabeta”. 19 Lenin mismo
había sugerido durante la guerra civil “…que cada uno de sus
soldados debía empuñar no solamente un arma, sino también
una cámara”.20
48
Tanto para los artistas como para el propio sistema, la fotogra-
fía se convierte en el medio ideal que mezcla arte y tecnología
(mecánica, ingeniería, química, óptica) al tiempo que trastoca
el carácter único y atesorado (burgués) de la pintura para po-
der producir (productivismo) piezas reproducibles en un cierto
sentido industrial. La cámara es una auténtica máquina foto-
gráfica y el artista se convierte en el operador de dicho apara-
to. La sociedad se convierte en la fábrica y el imaginario es el
resultado de toda la operación fabril.
49
do los dadaístas berlineses como una práctica crítica y contra-
cultural del momento bélico vivido y de su fracaso revanchista,
durante la posguerra”.24
50
El parteaguas
51
de apartamentos para que el edificio pareciese tambaleante y
delgado, sus balcones y escaleras de incendios convertidos en
formas semi-abstractas. Otras fueron hechas desde arriba, la
transformación de una mujer subiendo las escaleras en una
composición de la severidad modernista”. 34
52
Aleksandr Rodchenko, Escape contra incendios, 1925
53
derecha, este nuevo ángulo de visión me ofreció una impresión
de su masa y su construcción, en comparación con la cual, la
vista desde el ombligo era apenas un bello cuadrito, como los
de las postales, ya bastante conocidas”. 38
54
posición antagónica a las típicas convenciones y “dispara con
ellos hacia los criterios de la lógica para inculcar pensamientos
revolucionarios”. 43
Víctima de la revolución
55
Estos gestos burgueses habían sido ridiculizados por Rod-
chenko desde 1923. Kirsanov declara que “A menudo se alude
al ascetismo de la izquierda artística […] Fue un ascetismo de
la simplicidad, un ascetismo de la línea recta que puso fin a la
ornamentación. Nuestro alejamiento del ascetismo ha condu-
cido a la proliferación de un arte de clase media a gran esca-
la”.49
56
cidos, la búsqueda por salvar el pellejo se convirtió –como ocu-
rre frecuentemente en los totalitarismos- en moneda de cuño
corriente.
57
Stalin. Incluso “…era peligroso reconocer la fama y talento
individuales, a menos que de alguna manera pudieran ser iden-
tificados con la causa trabajadora”.58
El BBK
Adiós a la fotografía
58
siempre amenazado ante la posibilidad de algún nuevo ataque
político. Escribió desesperado en su diario: “Creo que he vivi-
do mi vida sin sentido alguno y descuidamente. Al acercarme
a la vejez me he convertido en un excéntrico que no necesita
a nadie y no es interesante para nadie. No aguardo nada, no
tengo ninguna esperanza”. 63
59
Aunque siempre han saltado a la vista sus ángulos inusuales
Rodchenko fue más allá en sus fotografías. Incluso “…su uso
innovador de las luces y la sombras influyó en el cineasta Ser-
guéi Eisenstein”. 68
60
de las portadas de revistas o los carteles de películas hasta la
consolidación de la fotografía como una forma de expresión
artística emancipada.
Notas
61
7 Dedica Berlín exposición a artista del bolchevismo, Disponible en
http://www.eluniversal.com.mx/notas/513981.html Consultada
el 10 de mayo de 2013
8 Hacking Juliet (Ed.), Fotografía toda la historia, Edit. Blume,
Barcelona, 2013, Pág. 213
9 (Traducida) Dorment Richard, Op. Cit.
10 (Traducida) Lindey Christine, Op. Cit.
11 Hacking Juliet (Ed.), Op. Cit., Pág. 209
12 (Traducida) Lindey Christine, Op. Cit.
13 (Traducida) Hoy Anne H., The book of photography: The histo-
ry, the technique, the art, the future, Edit. National Geographic
Society, Washington, 2005, Pág. 282
14. Alexander Rodchenko acomoda las vanguardias a la Barcelo-
na de Guadí. Disponible en http://www.elmundo.es/elmun-
do/2008/10/13/cultura/1223910592.html Consultada el 10 de
mayo de 2013
15. (Traducida) Rawsthom Alice, The enduring legacy of So-
viet Constructionism, Disponible enhttp://www.nytimes.
com/2009/02/06/arts/06iht-design9.1.19991303.html?page-
wanted=all Consultada el 10 de mayo de 2013
16. (Traducida) Hatherley Owen, Op. Cit.
17. (Traducida) Hoy Anne H., Op. Cit. Pág. 280 (Las negritas son nuestras)
18. Ibídem
19. Ibídem
20. (Traducida) Secher Benjamin, Alexander Rodchenko: A man who
took life lying down. Disponible enhttp://www.telegraph.co.uk/
culture/art/3671028/Alexander-Rodchenko-A-man-who-took-
life-lying-down.html Consultada el 10 de mayo de 2013
21. (Traducida) Jobey Liz, Revolutionary photographs by
Alexander Rodchenko. Disponible enhttp://www.ft.com/
intl/cms/s/2/b8cbd3fe-28ee-11e0-aa18-00144feab49a.
html#axzz2Stwbnyh4 Consultada el 10 de mayo de 2013
22 Sougez, Marie-Loup (coord.), Op. Cit.
23 (Traducida) Dorment Richard, Op. Cit.
24 Molina Ángela, Op. Cit.
25 Bilbao Fullaondo Josu, Rodchenko. Disponible enhttp://elpais.
com/diario/2003/12/16/paisvasco/1071607213_850215.
html Consultada el 10 de mayo de 2013
62
26 Gunthert André, Poivert Michel, El arte de la fotografía. Edit.
Lunwerg Editores, S.A., Barcelona, 2009, pág. 489
27 Bañuelos Capistrán Jacob, Fotomontaje, Edit. Cátedra, Madrid,
2008, Pág. 141
28 Molina Ángela, Op. Cit.
29 (Traducida) Genoccio Benjamin, ART REVIEW; From Every
Angle, A Revolution Disponible enhttp://www.nytimes.
com/2003/05/18/nyregion/art-review-from-every-angle-a-
revolution.html Consultada el 10 de mayo de 2013
30 Molina Ángela, Op. Cit.
31 Molina Ángela, Op. Cit.
32 Castellanos, Paloma, Diccionario histórico de la fotografía. Edit.
Istmo, Madrid, 1999, Pág. 193
33 (Traducida) Secher Benjamin, Op. Cit.
34 Ibídem
35 Molina Ángela, Op. Cit
36 Cartier-Breson Henri, Fotografiar del Natural, Ed. Gustavo Gili,
Barcelona, 2003, Pág. 25
37 (Traducida) Hoy Anne H., Op. Cit., Pág. 280
http://www.circulobellasartes.com/fich_minerva_articulos/
La__nueva__fotografia,__una__polemica_(5325).pdf
Consultada el 12 de mayo de 2013
38 Minerva 7.08, La nueva fotografía, una nueva polémica:
Alexander Rodchenko y Boris Kuschner (Traducción Pedro
Piedras). Disponible en http://www.circulobellasartes.com/fich_
minerva_articulos/La__nueva__fotografia,__una__polemica_
(5325).pdf Consultada el 12 de mayo de 2013
39 Molina Ángela, Op. Cit.
40 Gunthert André, Op. Cit., pág. 47
41 Castellanos, Paloma, Op. Cit., Pág. 193
42 Gunthert André, Op. Cit. pág. 477
43 Bilbao Fullaondo Josu, Op. Cit.
44 (Traducida) Raine Craig, Making strange. Disponible en http://
www.guardian.co.uk/books/2008/jan/26/photography?INTC-
MP=SRCHhttp://www.guardian.co.uk/artanddesign/2008/
feb/10/photography.art?INTCMP=SRCH Consultada el 10 de
mayo de 2013
45 Ibídem
63
46 Hacking Juliet (Ed.), Op. Cit., Pág. 210
47 (Traducida) When photography was revolutionary. Disponible
enhttp://www.mor ningstaronline.co.uk/index.php/news/
content/view/full/56807 Consultada el 10 de mayo de 2013
48 (Traducida) Searle Adrian, At full tilt. Disponible enhttp://www.
guardian.co.uk/artanddesign/2009/feb/10/rodchenko-popova-
tate?INTCMP=SRCH Consultada el 10 de mayo de 2013
49 Ades Dawn, Fotomontaje, Edit. Gustavo Gili, Barcelona, 2002,
Pág. 95
50 Hacking Juliet (Ed.), Op. Cit. 3, Pág. 210
51 Jeffrey Ian, Cómo leer la fotografía: Entender y disfrutar
los grandes fotógrafos de Stieglitz a Doisneau, Edit. Electa,
Barcelona, 2009, Pág. 90
52 Jeffrey Ian, Op. Cit. Pág. 86
53 (Traducida) Hoy Anne H., Op. Cit. , Pág. 285
54 (Traducida) Conrad Peter, Hollywood, without the songs. Disponible
en http://www.guardian.co.uk/artanddesign/2008/feb/10/
photography.art?INTCMP=SRCH Consultada el 10 de mayo de
2013
55 Stepan, Peter, 50 photographers you should know. Edit. Prestel
Verlag, London, 2008, Pág. 55
56 (Traducida) Hoy Anne H., Op. Cit., Pág. 285
57 Jeffrey Ian, Cómo leer la fotografía: Entender y disfrutar
los grandes fotógrafos de Stieglitz a Doisneau, Edit. Electa,
Barcelona, 2009, Pág. 88
58 (Traducida) Lindey Christine, Rodchenko And His
Circle. Disponible en http://www.morningstaronline.co.uk/
index.php/news/content/view/full/101277 Consultada el 10 de
mayo de 2013
59 (Traducida) Secher Benjamin, Op. Cit.
60 Dedica Berlín exposición a artista del bolchevismo,
Disponible en http://www.eluniversal.com.mx/
notas/513981.html Consultada el 10 de mayo de 2013
61 (Traducida) When photography was revolutionary. Op. Cit.
62 Dedica Berlín exposición a artista del bolchevismo, Op. Cit.
63 Mitchell Paul, Rodchenko: The impact of revolution and coun-
terrevolution, Disponible en http://www.wsws.org/en/arti-
cles/2008/04/rodc-a10.html Consultada el 12 de mayo de 2013
64
64 (Traducida) Hoy Anne H., Op. Cit. Pág. 285
65 Molina Ángela, Op. Cit.
66 Bilbao Fullaondo Josu, Op. Cit.
67 Bilbao Fullaondo Josu, Op. Cit.
68 La excitante geometría rusa. Disponible en http://www.
eluniversal.com.mx/estilos/61273.html Consultada el 10 de
mayo de 2013
69 (Traducida) When photography was revolutionary. Op. Cit.
70 Linhart Lubomir en Koetzle Hans-Michael, Fotógrafos de la A a
la Z, Edit. Taschen, Colonia, 2011, Pág. 333
71 Larrauri Eva, Una exposición de fotografías y montajes de
Rodhneko muestra el traslado de la revolución al ámbito de la
mirada. Disponible en http://elpais.com/diario/2003/11/25/
paisvasco/1069792802_850215.html Consultada el 10 de mayo
de 2013
72 (Traducida) Lindey Christine, Op. Cit.
73 (Traducida) Conrad Peter, Hollywood, without the songs. Op. Cit.
74(Traducida) Secher Benjamin, Op. Cit.
65
“¿Qué tiene la fotografía de documental?”
Del fotoperiodismo dirigido al digital
John Mraz
67
En este artículo mi intención es analizar la fotografía
documental y el fotoperiodismo, más que la fotografía que
podríamos llamar abiertamente manipulada. La credibilidad
documental se basa en la creencia de la no-intervención en el
arte fotográfico, y su lenguaje se estructura dentro de “códigos
de objetividad” que ocultan el efecto causado por la presencia
del fotoperiodista. En contraste, la fotografía explícitamente
construida declara desde un principio que ha sido realizada
por un creador de imágenes, y de esta manera se establece a sí
misma, a la imagen fotográfica, como una realidad - aunque
al mismo tiempo afirma que es ilusorio creer que una imagen
fotográfica pueda mostrarnos el mundo real.
68
Los fotoperiodistas han utilizado una variedad de estrategias
para dirigir sus imágenes. Aquí he elegido describir este
género fotográfico desde una perspectiva temática y en orden
aproximadamente cronológico. Algunas de las categorías
que utilizo son muy conocidas entre los historiadores del
arte y han sido empleadas en el análisis de la fotografía
construida: las estrategias de creación y/o re-escenificación de
“paisajes vivientes” (lo que los historiadores del arte llaman
tableaux vivants narrativos), y el arreglo y/o reacomodación
de naturalezas muertas. La práctica fotoperiodística también
ha sugerido otros modos de agrupación: intervención en los
sucesos “reales”, y utilización de “catalizadores” para suscitar
reacciones que el fotógrafo cree razonablemente que pueden
ocurrir en la “realidad”.
69
Las complejidades en la “reconstrucción” de fotografías
narrativas se pueden ilustrar con las controversias que han
surgido en relación con la imagen tomada por Joe Rosenthal
en 1945, ganadora del premio Pulitzer, en la cual una bandera
estadounidense está siendo enarbolada en Iwo Jima. La
perfección misma de la imagen hizo que los editores de la
revista Life sospecharan que había sido posada; preocupados
por proteger la credibilidad que ellos sabían era su savia,
dudaron inicialmente en publicarla. Aunque no está dirigida,
la imagen es una especie de re-creación. Un poco antes de esto,
se había izado una pequeña bandera bajo el fuego enemigo,
y un fotógrafo del cuerpo de marines alcanzó a tomar una
foto. Mientras el primer grupo bajaba del Monte Suribachi,
Rosenthal y otro grupo de marines subían con un asta y una
bandera más grandes. Cuando la alzaron, Rosenthal hizo
la fotografía que llegó a convertirse en el icono quizá más
insistentemente distribuido de la historia. Para Martha Rosler,
este acto constituyó “un reemplazo posbatalla por un grupo
diferente de marines de la pequeña bandera original alzada
bajo el fuego.” Rosler implica que había una diferencia
significante entre el peligro enfrentado por los dos grupos y
argumenta que, por los intereses de las relaciones públicas de
los marines, “Los dos grupos de hombres -los que alzaron la
pequeña bandera durante el combate y los que participaron en
el segundo izamiento- fueron obligados a mentir repetidamente
con relación al suceso.” Parece claro que el combate no cesó en
Iwo Jima con el alzamiento de la bandera y tres de los hombres
involucrados murieron luego en la isla.
70
aparecido en la fotografía. Una de estas parejas incluso llegó
a interponer una demanda, y la situación se complicó más
cuando la mujer que realmente había posado para la escena
también exigió su parte de las regalías. En 1994 el caso fue
resuelto a favor de Doisneau, quien finalmente pudo probar que
la modelo había sido pagada para posar en el fotorreportaje de
la revista Life en 1950, a pesar de que allí se afirmaba que las
personas retratadas en las fotos no habían posado.
71
que constituían el público de las imágenes de la FSA, Lange se
vio obligada a excluir de la escena al marido y cuatro de sus
siete hijos.
72
a su hogar, aparentemente caminando a través de una de esas
terribles y sofocantes tormentas de polvo que en innumerables
ocasiones devastaron la zona central del oeste norteamericano
en la década de 1930. El padre lucha contra la fuerza del vien-
to; el hijo mayor le sigue el paso con la mirada en alto, como
buscando orientación hacia algún refugio. El hijo menor se ha
quedado atrás, y alza los brazos como suplicando que no lo
abandonen.
73
gráfica. Así, en mi opinión, es lógico hacer que ocurran cosas frente
a la cámara, y controlar las acciones del sujeto en la medida en que
sea posible.”
74
una casita derruida podía servir de telón de fondo a varias pilas
de cadáveres dispuestas como las víctimas de la guerra. Había
quienes se aprendían con esmero un papel y caían como heri-
dos de bala al sonar un silbato”.
75
Esto podría deberse al hecho de que estos soldados eran aque-
llos “combatientes fanáticos pero ignorantes” que Capa descri-
bió a John Hersey mientras conversaban sobre la realización
de la fotografía; o, quizá, a que las fotos fueron tomadas du-
rante una sesión de entrenamiento previa a la batalla, como
ha argumentado en varias ocasiones el corresponsal de guerra
O.D. Gallagher.
76
del Dr. Ceriani durante las cuatro semanas que pasaron juntos,
sintiendo cómo su persona “se desvanecía en el papel tapiz...
[y] dejaba que las ideas fluyeran del propio sujeto”. No obstan-
te, la última fotografía del ensayo, una poderosa imagen que
muestra a un doctor a las dos de la madrugada, fatigado y des-
alentado por la muerte tanto de la madre como del bebé tras
una operación de cesárea que ha durado toda la noche, parece
haber sido dirigida, pues los negativos que aparecen después
de la imagen muestran al médico de pie en una posición extre-
madamente incómoda.
77
“Nos llevó casi un maldito día conseguir que actuaran la escena como
él quería, y tardó casi tres horas en tomar la foto. Yo estaba encargado
de arrastrar a la gente de un lado para el otro, señalándoles hacia dón-
de tenían que caminar: ‘Tú camina por aquí, tú por allá’; ‘Tráete a tu
mula’; ‘Párate allí’. Finalmente él decía ‘Listo’ y yo me escabullía por
una puerta mientras él apretaba el botón. Entonces nos decía: ‘Vamos
a hacerla otra vez’” (Hughes)
78
con las que los soldados habían erigido una pared entre dos
peñas constituían un trasfondo de magnífica textura. Como no
encontraron cadáveres alrededor de este escenario, Gardner
mandó que transportaran el cadáver cuarenta metros arriba
sobre una sábana hasta la “Devil’s Den” y que lo colocaran fren-
te al fondo fotogénico (Frassanito). Los fotógrafos luego colo-
caron el rifle contra la pared de rocas para atraer la atención
visual hacia sus contornos, y voltearon la cabeza del cadáver
hacia la cámara.
79
thstein, las cinco fotografías del cráneo colocado en distintos
lugares fueron el fruto de “pruebas”realizadas con texturas y
sombras. Sin embargo, los opositores de los programas del New
Deal instaurado por Franklin Roosevelt se sintieron ofendidos
por lo que ellos consideraban una obra de propaganda guber-
namental. Incluso un periódico de Dakota del Norte criticó la
imagen denominándola “moneda de madera”.
80
pios». Quedó horrorizado cuando se reveló que su colega de la FSA,
Arthur Rothstein, había movido el cráneo de vaca, pues «es en eso
en lo que se basa la palabra ‘documental’: no tocar absolutamente
nada. Puedes ‹manipular›, si quieres, encuadrando una imagen ha-
cia un lado o hacia el otro unos treinta centímetros. Pero no le estás
agregando nada». Para Evans, el documental es la realidad intacta...”
81
Walker Evans, Cocina de granjero, 1936
82
no ser del todo verdaderas ni del todo áridas, las invenciones
estéticas de Evans desmienten doblemente la noción de su co-
laborador sobre la fotografía
83
nadas personalidades pasaron junto a ellas, y en ese instante la
dejó sola para salirse del cuadro, con la esperanza de que su
interlocutora permaneciera parada en el mismo sitio el tiempo
suficiente para tomar la foto. Las mujeres adineradas están tan
ocupadas con la cámara que no parecen percatarse de la “crí-
tica”, a quien sin duda tomaron por una más de las aficionadas
que habían acudido en tropel a recibirlas.
84
Weegee, Vicitma de accidente de transito, 1939
85
También los cineastas documentalistas han empleado la táctica
de provocar reacciones, con el argumento de que ésta produce
acontecimientos más “reales” de los que se pueden conseguir
con una fotografía o con el cine “cándido”. Para sus puestas
en escena, tanto Orkin como López se valieron de una forma
de instigación muy parecida a la que más tarde emplearía el
cineasta documental Jean Rouch en Chronique d’un été (Crónica
de un verano, 1961). En esta película, Rouch quería provocar
en sus sujetos “momentos de revelación” mediante la pregunta
“¿Eres feliz?”, y mediante la presencia de la cámara. El cineas-
ta estaba convencido de que ambas constituirían “estimulantes
psicoanalíticos” que harían que la gente actuase en formas que
de alguna manera fuesen más reales que una realidad no inter-
ferida. Rouch llamó cinéma verité a esta estrategia que consistía
en precipitar crisis en vez de esperar a que sucedieran.
86
la seriedad solemne del empleado producían en la calle una sensación
extraña e incongruente. Él iba muy despreocupadamente, mientras
sucedían incidentes muy simpáticos: sorpresa, repudio, admiración,
pudor, recato, extrañeza, etc. y hasta un hecho procaz impublicable.
Creo que este reportaje puede servir de ejemplo como el resultado
de una ‘previsualización’ organizada anticipándose a las reacciones
humanas provocadas por objetos, gestos o sensaciones.”
V. Documentalismos
87
pasaba alrededor, ser receptivo al azar y comprometerse con
la revelación; esto daba como resultado una “autenticidad sin
intervención” fundada en la creencia de que la falsificación
no era aceptable dentro de esta convención. Evidentemente,
las escenificaciones se han basado en la credibilidad que esta
estética produce, y se han aprovechado de igual forma de este
nuevo y original estatus de la fotografía como un índice autén-
tico del mundo fenoménico.
88
ficiente en este ensayo para discutir sobre lo que constituye
la “realidad”, pero baste decir que existe un mundo real que
no depende de nuestra percepción del mismo. Aunque nuestra
manera de verlo esté condicionada por constructos a priori, sin
embargo, nunca estamos más conscientes de esta otredad que
en el momento en que nos tropezamos con ella.
89
vida en el mismo acto de vivir. Deseaba abarcar dentro de los
confines de una sola fotografía toda la esencia de una situación
que estaba empezando a desarrollarse ante mis ojos”.
90
pasan desapercibidas hasta que el fotógrafo las revela mediante
un proceso intuitivo y una reproducción mecánica similar a la
escritura automática. Cartier-Bresson se ponía a caminar por
las calles y capturaba cualquier yuxtaposición cuyos contras-
tes irónicos pudieran sorprender a su público y hacerle ver el
mundo con nuevos ojos; de esta manera lo que hacía era con-
tinuar el proyecto surrealista, vinculándolo con el ideal fotope-
riodístico que ve al fotógrafo de prensa, armado con su cámara
de 35mm, como un depredador al acecho de su presa: las ines-
peradas sorpresas reales/surreales, ordinarias/fantásticas que
el mundo ofrece en su infinita variedad.
91
yectos de largo plazo. Entre otros proyectos, desde 1986 has-
ta 1992 Salgado se dedicó a tomar fotografías alrededor del
mundo, una empresa que culminó con una enorme exhibición
y un importante libro, ambos titulados Trabajadores. En 1993
retrató con sus cámaras la situación de los refugiados y los
emigrantes, para producir otra enorme exhibición y otro libro,
Éxodos. La humanidad en transición, 1993-99, publicado éste
y exhibida aquélla en el año 2000. Estos compromisos alarga-
dos le permiten evitar quedarse en la superficie, donde sólo se
ve lo que se espera ver. En varias ocasiones ha expresado la
necesidad de adentrarse en lo que uno está fotografiando:
92
VI. Digitalizar al fotoperiodismo
93
Pedro Meyer, el precursor mexicano de la fotografía digital,
argumenta que tales alteraciones después del hecho no son sig-
nificativamente diferentes a la coincidencia anticipada del con-
tenido y la forma de los fotógrafos clásicos: “La única diferen-
cia es que ellos esperan antes que el obturador dispare, y yo lo
hago después”. (Meyer 1995). Por supuesto, alterar imágenes
fotoperiodísticas en el cuarto oscuro ha sido una práctica cono-
cida mucho antes de la digitalización. Eugene Smith insertó el
mango de una sierra -y la mano para agarrarlo- en la primera
foto de su ensayo sobre Albert Schweitzer (una metáfora quizá
un poco forzada para la construcción del hospital que el doctor
llevaba a cabo). Yevgeni Khaldei (o los censores de Stalin) evi-
dentemente quitaron unos relojes robados de los brazos de los
soldados soviéticos que ondeaban la bandera para el fotógrafo
sobre el Reichstag en Berlín, después de que el ejército había
tomado la ciudad en 1945. Los excesos en la manipulación
fotográfica bajo los regímenes fascistas de Alemania e Italia,
las dictaduras soviéticas, el gobierno de Mao en China y el
macartismo en los Estados Unidos están bien documentados.
94
digitalización vuelve tentador el evitar el contacto con la reali-
dad que es distintiva de la fotografía documental. Así, al crear
escenas a través de la digitalización, se puede prescindir de las
investigaciones largas y costosas como las de Sebastião Salga-
do, eludir la búsqueda atenta de Henri Cartier-Bresson para
“el momento decisivo” (el cual se puede construir en cualquier
momento en la computadora), o soslayar aún la interacción
con el mundo imprevisible que requirió Nacho López para
provocar las reacciones de los hombres en la calle a la mujer
guapa que pasaba frente a ellos.
95
bajando en labores agrícolas, agachados en un campo debajo
de un anuncio espectacular que dice “Caesars”, un hotel que
ofrece Free Luxury Service From Your Hotel (Servicio de lujo gratis
desde su motel); un gladiador romano está parado esperando
junto a un lujoso taxi, abriendo sus puertas para los posibles
clientes entre quienes, presumiblemente, no se incluirá a los
pobres diablos que trabajan abajo. Meyer dijo, “No tenía in-
tención de esperar una semana, diez días o el tiempo necesario
para que algo sucediera, para que pudiera conseguir un ‘mo-
mento decisivo’, de esos buscados a menudo por los fotógra-
fos…. Ese ‘momento decisivo’ sencillamente no ocurrió, había
que crearlo”.
96
Dorothea Lange, Rumbo a Los Angeles, 1937
VII
97
bien, en que su interés se encuentra enfocado en la experiencia
de observar y en las nuevas maneras de ver instauradas por
la digitalización que ofrecen la posibilidad de construir una
visión histórica al incorporar el pasado en la percepción del
presente:
“Yo argumentaría que esta imagen tiene mucho que ver con las me-
morias a través de las cuales percibimos. Mientras caminamos del
punto A al punto B, continuamente hacemos asociaciones con lo que
vemos en el recorrido. No es sólo cuestión de lo que se presenta in-
mediatamente en la imagen, el comentario “social” inherente en la
ironía del anuncio y los trabajadores, sino que lo más importante es un
nuevo discurso sobre la fotografía. Aunque el “estilo” parecería caer
dentro del género de la fotografía documental, lo estoy utilizando de
ese modo para derribar ese género. Esto es exactamente lo opuesto de
lo que hacen los fotógrafos documentales en su obsesión por mantener
la credibilidad de sus imágenes. Mientras más nos quieren convencer
de que la fotografía es un referente, más convencidos estamos de lo
contrario. La subjetividad del autor se encuentra necesariamente en
la raíz de cualquier fotografía”.
98
Aquí, aunque hubiera podido limitarse a señalar que la imagi-
nería digital no produce necesariamente un tipo de imágenes
diferentes a las de la fotografía química, él apoya alteraciones
que puedan “realzar la veracidad de una imagen”. Meyer cree
que “la fotografía en sí equivale a la manipulación” y pregun-
ta: “¿Cuál es la diferencia entre la modificación que hago con
la computadora, y la del fotógrafo que elige su ángulo para co-
locar una cámara? O cuando el fotógrafo le pide a los sujetos,
a veces empujándoles ligeramente, que se cambien de lugar ha-
cia adonde hay una luz o una posición más favorable.” Argu-
menta Meyer que “la suerte” ha sido la fuente de la fotografía:
99
carteles existían, aunque sólo fuera por un instante, cerca unos de
otros…. En lugar de ser una confluencia feliz de una figura brincan-
do capturada en el momento decisivo por el fotógrafo, la posibilidad
de la manipulación digital haría que la imagen pareciera mucho más
artificial y yo creo que nos daría menos deleite o, por lo menos, un
deleite de un tipo diferente… Aquellos que crecen en una edad en la
cual la imagen fotográfica está vista como manipulable podrían tener
problemas en apreciar el aura de la autoridad evidencial que rodea la
fotografía tradicional.”
100
sus implicaciones. ¿Tiene que incluir la digitalización necesa-
riamente la alteración? ¿Desaparecerá la estética documental
-basada en el descubrimiento, la investigación y la apertura al
azar- junto con el proceso químico? Yo argumentaría que -a
pesar de las muchas instancias de dirección, de alteración y de
manipulación de la fotografía química- el medio que se inventó
en 1839 proporcionó al mundo una nueva forma de comunica-
ción y una nueva manera de preservar los trazos del pasado: las
imágenes técnicas. Este medio resultó en el desarrollo de una
nueva estética, la cual hemos llegado a llamar “documental”,
que está amarrada al mundo real de una manera diferente a
la de otras formas de representación visual. Si cometemos el
error de tirar este bebé junto que el agua de la tina, me temo
que empobreceremos todos.
101
Documentos de desastres: “La calavera”
de Rothstein y el uso de evidencia fotográfica
en la narrativa política y ambiental
James Hewitson
103
Varios grupos opositores de la Administración de Roosevelt y
las iniciativas del New Deal usaron esta y similares fotografías
como evidencia de un fraude mayor por parte de los mismos
programas gubernamentales. El debate sobre la imagen fue lle-
vada adelante en periódicos, revistas populares y caricaturas.
104
soluciones propuestas por la Administración de Reasentamien-
to estaban basadas en un diagnóstico del desarrollo económico
de los Estados Unidos y los excesos que habían, en su opi-
nión, entorpecido la producción agraria, causada, entre otros
motivos por la desenfrenada expansión de la agricultura en
áreas no adecuadas para el desarrollo agrario sostenido; y que
los intentos para desarrollar esa tierra crearon una intolera-
ble presión sobre el ambiente, causando la pérdida de bosques
ecológicamente valiosos, el agotamiento del suelo, y la erosión
del suelo por el agua. Bajo la dirección de Rexford Tugwell, el
objetivo de la Administración de Restablecimiento era triple:
proporcionaría préstamos con bajos intereses para ayudar a los
empobrecidos agricultores a reubicarse en un mejor terreno;
emprendería proyectos de reforestación y conservación a gran
escala; y finalmente restablecería a los trabajadores agrarios
migrantes en nuevas comunidades. 2
105
social.” Esto debido a que los agricultores a pequeña escala
generalmente no estaban dispuestos a implementar el tipo
de cambios masivos requeridos para colocar su industria en
una base financiera más firme: como Tugwell acusa, ellos
típicamente “quieren que su actividad sea rentable como es;
no la quieren cambiar”. Además, afirma que las presiones
económicas inmediatas que experimentan los agricultores a
menudo les hace difícil considerar las consecuencias a largo
plazo de sus acciones: “(un) agricultor que anhela unos años de
arrendamiento, o vender sus posesiones en un futuro cercano,
no se guiará, por sus expectativas de ganancia, a plantar árboles
que requieren cuarenta años para madurar, ni a prevenir la
erosión, que toma una generación para arruinar sus campos”.
106
Así, la celebración del agricultor independiente como figura
heroica en el crecimiento de la nación se había puesto en el
camino de los enfoques racionales para administrar la tierra.
Los problemas que confrontaban esta industria, sin embargo,
eran tales que se requiere algún tipo de acción gubernamental
y social coordinada.
107
la tierra apropiada para el pastoreo deberían ser usada para
el pastoreo, y no, por ejemplo, para sembrar trigo.” Mucha
de la tierra que se siembra iba a ser cedida para otros usos
no agrarios. Este reporte de nuevo estipulaba que “(I) y la
tierra comprada por la Administración no quedará inactiva.
Será usada para fines públicos como bosques, parques, áreas
recreativas, refugios de vida salvaje, cordilleras mejoradas y
reservaciones Indias.”
108
documental” para La Enciclopedia de la Fotografía, donde explica
los tipos de verdades que él entendía era capaz de comunicar
la fotografía documental. Aquí afirma que la fotografía
documental se distingue por una relación con la realidad
como opuesta a la ilusión: “los ‘documentalistas’ difieren de
los fotógrafos estrictamente pictóricos principalmente en
el grado y la calidad de su amor por la vida. Ellos insisten
en que la vida como está siendo vivida diariamente en todas
partes es tan emocionante que no necesita embellecimiento”.
El documentalista en consecuencia era “un realista más que
un escapista”. La realidad que ellos van a documentar – lo
que Stryker denomina la “verdad” de la fotografía documental
– no consiste en su correspondencia con una situación, sino
más bien en su capacidad para revelar una verdad mayor que
informar la situación que es en sí misma sólo intermitentemente
aparente. Al discutir las técnicas documentales, Stryker se
refiere a esta verdad como un “rostro fugaz”– es decir, una
revelación momentánea de la realidad más grande de la cual
una imagen particular constituye un ejemplo.
109
Arthur Rothstein, Calavera de ganado, 1936
110
agrietada, las cavidades de sus ojos frente al visor. La calavera
ocupa la sección media izquierda de la fotografía, y su sombra,
que es más larga que la misma calavera, ensombrece el centro
de la imagen. La calavera resulta en sí misma la imagen de la
muerte – su sombra extendiéndose sobre la tierra en ruinas la
representa apocalíptica e implícitamente, mostrando la tierra
bajo el dominio de la muerte.
111
sean vistos. Con tal que los resultados sean una reproducción fiel de
lo que el fotógrafo cree ver, cualquier cosa que ocurra al tomar la foto
se justifica”.
“La utilería a menudo es esencial al producir una foto que tiene cuali-
dades para contar una historia. En este caso, aplico el término “utile-
ría” a un paisaje, así como también a un objeto pequeño. Las escenas
de fondo usadas con dirección apropiada crean imágenes visuales que
requieren un mínimo de explicación y llevan un significado claro y
definido. Esto se vuelve particularmente importante en la ilustración
de una idea abstracta”.
112
de fotografías mostrando a la calavera en diferentes ubicacio-
nes. Sus objeciones en vez de eso se enfocaron en el hecho de
que la fotografía describía las condiciones en las Dakotas como
peores de lo que realmente eran. El periódico denunció espe-
cialmente que la fotografía era engañosa en dos reportes. En
primer lugar, la calavera de novillo se fotografió sobre un llano
alcalino, que es una característica topográficamente común en
la región y no es indicativo de sequía. El editor escribió: “no
había año en que no se produjera esta escena en la Dakota del
Norte, incluso en años cuando los niveles de lluvia eran mayo-
res de lo normal”. En segundo lugar, argumentó Paulson, tales
calaveras también eran características comunes en esta región,
que las vacas morían por varias causas y que de nuevo eso no
era de ninguna forma un indicativo de sequía. Describió a la
calavera como “utilería movible, que llega a estar a la mano
para los fotógrafos que quieren darle a sus fotos un toque ma-
cabro”. Estos cargos fueron recogidos y aumentados por otros
periódicos. Como la Tribuna de Chicago comentó:
113
suministró una tesis general respecto a las prácticas agrarias
americanas y las regiones a las cuales fueron asignados y luego
se les instruyó para buscar imágenes que sustentaran esa tesis.
Desde esta perspectiva, la verdad de la fotografía consistía en
su habilidad para reflejar las mayores realidades que repor-
taban la situación. Para los opositores de estas iniciativas, sin
embargo, que rechazaban la tesis dominante de la Administra-
ción de Reasentamiento, la fotografía era evaluada de acuerdo
a cómo reflejaba exactamente las realidades existentes. De esta
manera, las objeciones de Paulson a la fotografía estaban basa-
das en observaciones personales: que realmente no documentó
condiciones de sequía y que, por lo tanto, toda su afirmación
era falsa.11
114
cimiento es una espantosa farsa, basada en ideas simuladas, y de que
resulta más natural de lo que debería ser promovido por métodos fal-
sos, similares a aquellos usados por hombres comunes de confianza”.
115
talmente una rendición a las ciegas fuerzas de la naturaleza. Es
una admisión de que el hombre es, hasta cierto punto, incapaz
de dirigir el progreso social y económico como un todo”.
116
preocupación de que estas imágenes estuvieran siendo usadas
para justificar los cambios masivos en la sociedad y economía
americanas:
117
Los eventos políticos evitaron que el debate sobre la calave-
ra de novillo llegara a alguna conclusión. En gran medida, la
campaña contra la fotografía y la Administración de Reasen-
tamiento demostró lo que realmente era: un asunto de eleccio-
nes; y la reelección de Roosevelt en 1936 terminó atenuando
los ataques. Después de los comicios, los cambios instituciona-
les dentro del gobierno también tranquilizaron a algunos crí-
ticos del New Deal.
118
Unidos: “No fue culpa del fotógrafo que pidamos sandeces en
nuestras fotografías también como en nuestra oratoria y la po-
lítica; y probablemente no fue divertido ir retumbando por el
país arrastrando la calavera de un vacuno junto con su maleta
y todos los artefactos y carritos que un fotógrafo tiene que lle-
var en su línea de trabajo”.
“Lo que había hecho, veamos, fue que estaba manejando a través de
Dakota del Sur en el área de Badlands y encontré este lugar que se
veía tan interesante – la luz del sol, y la calavera, y la tierra agrietada –
y empecé a jugar alrededor – usted sabe, como un fotógrafo artista ha-
ría. Y tomé fotos de la calavera con la luz de esta forma y las sombras
119
de esta forma. Y la arrastré por casi 10 pies hasta un grupo de cactus y
la tomé con el cactus, y así sucesivamente. E hice esto en la primavera,
en Mayo, antes de que hubiera una sequía. Pero las fotos estaban en el
archivo – en los archivos del gobierno en Washington. En Julio, cuan-
do hubo una sequía severa, un editor de fotos para Associated Press
con el nombre de Max Hill (quien nunca había ido al oeste) vio la foto
y dijo, “Ah, este es el símbolo de la sequía.” Entonces él la publicó
y la vendió por todo el país. Y por supuesto estaba equivocado. Era
algo que podías encontrar en cualquier época del año. Y así todos me
acusaron de ser un fraude, un camarógrafo de Hollywood”.
120
que la información transmitida por la imagen final fuera ver-
dadera. Como Rothstein nota en la entrevista para Fotografía
Popular, muchos periódicos habían usado la fotografía de la
calavera de novillo como “un símbolo de los efectos de la se-
quía”. Para posteriores fotografías documentales, sin embargo,
se aplicaron normas más rigurosas de precisión, y desde una
perspectiva periodística cualquier manipulación física de una
escena que es fotografiada debería considerarse poco ética. La
entrevista para Exposure puede leerse como intentos de Roths-
tein para alinear su conducta con estas normas. Al hacerlo,
paradójicamente adoptó muchas de las posiciones y técnicas
argumentativas de sus anteriores críticos, describiéndola como
si conociera Badlands a través de su experiencia personal y
comprendiera que esta fotografía fácilmente podría haber sido
tomada en cualquier momento en esta región. Además, atri-
buyó el error a un editor sin conocimiento de primera mano
sobre esta área, reiterando los muchos cargos hechos contra
él y la Administración de Reestablecimiento – que muchas de
sus iniciativas estaban basadas en una mínima experiencia de
las geografías que ellos afirmaban comprender, realizando en
consecuencia imágenes de poco valor. El uso indebido de Ro-
thstein de la perspectiva de Paulson iguala las críticas sobre el
proyecto del New Deal, pero puede de hecho estar motivado por
un deseo de alinear su conducta con las nuevas normas vigen-
tes en el fotoperiodismo.
121
diferentes respecto al rol del gobierno en la vida económica
americana y hasta qué punto la agricultura y otras industrias
deberían regularse. Estas narrativas también fueron construi-
das, además, por las necesidades y ambiciones personales de
las figuras involucradas. Cada una de estas afirmaciones con-
flictivas ha añadido niveles de complejización y ambigüedad
a las historias que contaron las fotografías, por lo que, debido
a que muchos de los asuntos implicados todavía no se han re-
suelto para la satisfacción general, las fotografías siguen siendo
controversiales. Que estas fotografías pudieran acomodarse a
tantas narrativas dispares, sin embargo, ejemplifica la natura-
leza problemática de la fotografía documental en general: a
una fotografía le da significado la narrativa maestra en la cual
está incluida, pero cuando esta narrativa es desafiada, revisada
y aumentada también lo es el significado de la fotografía.
122
Notas
123
7. Para ejemplos de las lecturas y guiones de rodaje asignados por
Stryker, ver Lesy, 114-27 y 224-35.
8. Finnegan describe la forma en que la fotografía de la calavera de
novillo corresponde a las normas proporcionadas por Stryker en
“The Naturalistic Enthymeme,” 145.
9. Curtis nota que la imagen de calaveras y esqueletos animales se
anticipó mucho al material de la Administración de Reasenta-
miento: un texto geográfico común que Stryker asignaba a todos
sus fotógrafos era Norte América de J. Russell Smith, que incluía
fotografías de esqueletos de ganado en las planicies; estas imá-
genes se usaron como ejemplo del frío y húmedo ganado y así
ilustraban los problemas de adaptar ciertos tipos de agricultura al
ambiente de la pradera. Curtis también observa que otra fuente
para la imagen fue el documental El arado que destruyó los valles,
otro trabajo completado bajo los auspicios de la Administración
de Reestablecimiento; incluye muchas imágenes similares de de-
vastación, en este caso atribuidas a las malas prácticas agrarias.
10. Para más especificaciones sobre la oposición a las iniciativas del
Nuevo Trato y la Administración de Reestablecimiento, ver Bald-
win.
11. Huang examina con más detalles las diferentes teorías de la ob-
jetividad fotográfica que se pusieron en uso en la fotografía de la
calavera de novillo.
12. En este estudio de la administración de Stryker, Kidd observa
que un tema general fue la relación íntima entre un pueblo y una
región: había, escribe, el “terrible reclamo…de la agencia de que
estas deberían tomarse donde fuera posible, mostrando la rela-
ción de la tierra con la decadencia cultural”.
13. Baldwin observa que “el Comité Nacional republicano acusó a
la administración de Roosevelt de patrocinar comunidades agra-
rias que eran ‘comunistas en concepción’ y siguió haciendo la
acusación de que, ‘la Administración de Reestablecimiento del
Presidente Roosevelt está estableciendo…ranchos comunales que
siguen el modelo ruso’”. El estudio de Conkin proporciona una
visión exhaustiva del programa de restablecimiento desde su ini-
cio hasta su colapso, y específicamente con alguna profundidad la
orientación colectivista de Tugwell.
124
La tecnología en el análisis visual:
el ejemplo de Robert Capa
José Manuel Superregui
125
De estas tres versiones lo que sorprende es la diferencia en-
tre cada una y la inverosimilitud de obtener la instantánea sin
mirar por el visor de la cámara, cuando, como decía antes, la
fotografía posterior comparte el mismo encuadre. Si “disparó”
sin mirar no podía conocer el encuadre, y si no lo conocía es
imposible la coincidencia con la segunda toma.
126
Robert Capa, Muerte de un miliciano, 1936
127
compañero Federico Borrell “TAINO”, publicado en noviembre de
1937, el autor describe el escenario: “Aún le veo parapetado
detrás de un árbol, con la sonrisa en la boca, disparando con
serenidad y presteza sobre la mesnada mercenaria que se nos
echaba encima”. Documento de relevancia principal para
investigar la fotografía de Capa, que nunca fue mencionado
por su biógrafo Richard Whelan porque en la fotografía no
se ve ningún árbol, pues todo es un campo de rastrojos, por lo
que, como primera conclusión se puede afirmar que la línea de
investigación testimonial no aportó ninguna información veraz
sobre la famosa y controvertida fotografía.
128
1936, tiene una relación de sus dimensiones de 3΄75 (ancho)
por 2΄15 (alto). El coeficiente de ambas dimensiones es de
1΄74, es decir, ligeramente más apaisado que el formato de la
Leica 36 (ancho) por 24 milímetros (alto) que da un coeficiente
de 1΄5. En la segunda versión de la revista Life, publicada el 12
de julio de 1937, la relación es de 13 (ancho) por 10 (alto), con
un coeficiente de 1΄3, que resulta una superficie cuadrangular.
Si a esto añadimos que la información de la parte inferior de
la fotografía en ambas versiones, o sea, lo que se ve desde el
lado izquierdo hasta el lado derecho, es exactamente la misma,
significa que la fotografía fue tomada con una cámara Rolleiflex
de formato 6 x 6 centímetros; en la versión de Life fue recortada
ligeramente por la parte superior de la composición, y en la
de Vu fue recortado la mayor parte del cielo para que el editor
pudiera incluir las dos fotos de dos milicianos muertos en la
misma página. De origen queda demostrado que esa fotografía
fue hecha por Robert Capa con la cámara Rolleiflex y no con
la Leica, porque el signo fotográfico que aparece corresponde
al formato cuadrado. Si la foto hubiera sido realizada con la
cámara Leica, habría sido imposible que en las dos versiones
la parte inferior de la foto mantuviera la misma información
visual, porque de un formato rectangular para conseguir una
versión cuadrangular resulta necesario “sacrificar” uno de
los lados de la fotografía. En este caso no se produciría la
coincidencia exacta de información visual en la parte inferior
de las fotografías de ambas versiones.
129
disparaba. Si tenemos en cuenta las circunstancias en las que
Robert Capa hizo la fotografía del miliciano según su propia
versión, con una ametralladora disparando mientras alzaba la
cámara para captar la imagen a ciegas, este testimonio resulta
totalmente increíble. Además, es necesario tener en cuenta
que Capa nunca menciona al segundo miliciano muerto; y la
versión oficial de Richard Whelan apenas lo hace pues atenta
contra la credibilidad de la misma. La única manera de que
en ambas fotografías se diera la coincidencia de que, también,
la información de los costados izquierdo y derecho fuera la
misma, era que ambas imágenes se hubieran tomado con la
cámara Rolleiflex montada sobre un trípode.
130
dos fotografías que repetían algunos signos visuales, de forma
que se podía establecer una secuencia que lleva desde Muerte
de un miliciano, que aparentemente no aporta información
suficiente para su localización, aunque sí tiene un signo
visual importante en una mancha clara de forma trapezoidal
en el costado derecho. En otra página del mismo libro se
encuentra la imagen de un tercer miliciano muerto sobre un
campo de rastrojos. En ese encuadre también se reproduce
la misma mancha clara pero de manera incompleta; se trata
de un triángulo, que se repite en ambas imágenes, así como
las crestas que se ven al horizonte, en la primera fotografía
en el costado izquierdo y en la segunda en el derecho. Esta
segunda foto del tercer miliciano muerto, siguiendo la línea
de las crestas montañosas, se puede enlazar con una tercera
imagen en la que se aprecia un paisaje amplio y reconocible,
donde un grupo de milicianos dispara al horizonte.
Conclusiones
131
a Robert Capa y los de la segunda a Gerda Taro. Pero esta
observación es errónea al haber utilizado Capa la Rolleiflex
en todas las guerras que cubrió, como muestran sus tomas de
formato cuadrado de los diferentes campos de batalla.
132
Representando la identidad cívica:
la bandera izada en Iwo Jima
Robert Hariman y John Louis Lucaites
133
icanos.” 2 El punto no se perdió en Washington, D.C., puesto
que varios miembros del Congreso rápidamente instaron a la
aprobación de una ley que financiara la construcción de un
monumento basado en la imagen. El monumento permanente
no fue desvelado hasta 1954, pero para mediados de marzo el
Congreso se había adueñado de la imagen de Rosenthal como
el símbolo para la Séptima Colecta de Bonos de Guerra; al
mismo tiempo la fotografía se convirtió en el sujeto de una
campaña pública para hacer que el Correo de los Estados Uni-
dos emitiera una estampilla especial de “Iwo Jima”. Más de 3
500 000 afiches con una interpretación de la fotografía según
el artista se reprodujeron para la colecta de bonos, también
como casi 15 000 grandes vallas publicitarias y más de 175 000
tarjetas para colocarse a los costados de los carros y autobuses;
la estampilla vendió más de tres millones de copias el primer
día y 137 millones de copias antes de agotarse en 1948. La fo-
tografía original fue premiada con el Premio Pulitzer, la única
vez que se otorgó el premio en el mismo año en que fue tomada
la foto ganadora.
134
Como imagen distintiva y duradera en los medios públicos,
la imagen de la bandera izada en Iwo Jima presenta una
oportunidad especial para explorar el rol de la imagen
visual en la formación de la cultura pública. A tal fin, este
ensayo busca explicar su poder retórico; ¿por qué ha logrado
tal estatus distintivo en el discurso público y la memoria
colectiva? En vez de proporcionar una sola respuesta, nuestro
análisis sigue una lógica interpretativa que creemos encaja
mejor para comprender la elocuencia visual. La emblemática
foto representa la función constitutiva del discurso público y
coordina múltiples transcripciones del evento histórico para
organizar las contradicciones fundamentales de la vida pública.
Esta valiosa articulación de acción cívica en la fotografía de Iwo
Jima proporciona una resolución performativa de la tensión
entre el liberalismo y la democracia en la cultura pública de
post guerra de los Estados Unidos. Los variados usos de la
imagen a lo largo de sucesivas generaciones demuestra cómo la
vida pública liberal-democrática es continuamente redefinida
respecto a una variedad de actitudes que van desde la devoción
cívica hasta el cinismo.
135
a las audiencias y típicamente modelan formas preconcebidas
de responder; sus diferentes contenidos palabras e imágenes,
anuncios y avisos, noticias y entretenimiento pueden estructu-
rar la conciencia de maneras que no pueden reducirse única-
mente a determinaciones de influencia sobre específicas deci-
siones politicas.
136
los conceptos públicos. Como Warner observa, “Es difícil ima-
ginar tales modos abstractos de ser como personalidad con de-
rechos, de ser especie, y de la sexualidad, por ejemplo, sin ma-
neras para dar forma concreta a la interactividad de aquéllos
que no tienen idea de con quienes interactúan.”5 Por supuesto,
esto explica precisamente por qué hay una contradicción fun-
damental en la identidad pública. Conceptos tales como ciu-
dadanía, emociones tales como el amor a la patria, actos tales
como defensa pública, y prácticas como reflexión crítica sólo
pueden ser emprendidas por otros si también proveen algu-
na base para identificación, algún fundamento en el conteni-
do positivo de la experiencia vivida. Las formas abstractas de
la vida cívica tienen que llenarse con señales vernaculares de
membresía social. En este punto, los conceptos supuestamente
universales inmediatamente se vuelven auto limitantes, exclu-
sivistas, y justamente sujetos a la crítica ideológica.
137
Este dilema persiste en posteriores usos de la imagen que han
sustituido mujeres y gente de color para los soldados. Así, tanto
la legitimidad y el poder de la esfera pública está en la cuerda
floja en cualquier articulación específica para abordar al pú-
blico, aunque algunas alternativas pueden ser más apropiadas
que otras para negociar esta contradicción en la representa-
ción moderna. Uno podría esperar, además, que tales formas
serían percibidas como más probables de proporcionar con-
texto que un argumento, y ser medios de manipulación ideo-
lógica más que deliberación racional. Así es con las imágenes
visuales, particularmente aquellas en asociación íntima con el
modo de representación pública: la cobertura de noticias del
periodismo impreso.
138
Definimos las fotografías emblemáticas como imágenes foto-
gráficas producidas de forma impresa, electrónica, o en medios
digitales que son ampliamente reconocidas como represen-
taciones de eventos históricamente significativos, que activan
una fuerte respuesta emocional y son reproducidas en una
gama de medios, géneros o tópicos. Los ejemplos incluyen a la
madre emigrante mirando fijamente pasar a la cámara mien-
tras tres niños se aferran a ella en medio de la Gran Depresión,
John-John rindiendo homenaje a la carroza militar que pasa
llevando a su padre muerto, la chica vietnamita corriendo ate-
rrorizada de un ataque con napalm, y el manifestante solitario
mirando fijamente a un tanque cerca a la Plaza Tiananmen.
139
Como un “teatro primitivo,” la fotografía está fundamentada
en mecanismos fenomenológicos cruciales para crear la expe-
riencia performativa. Encuadrar, por ejemplo, por el arco del
proscenio o por los límites rectangulares de cualquier fotogra-
fía, marca el trabajo como una selección especial de la realidad
que adquiere mayor intensidad que el flujo de la experiencia
antes y después de él. Mientras son encuadradas, las fotos se
marcan como actos especiales de exhibición.
140
grafía opera no sólo como un registro de cosas vistas sino como
una forma de ver que está atento a lo que es estéticamente dis-
tintivo, socialmente característico y emocionalmente evocador.
141
tuimos la única autoridad para gobernar. Comúnmente, esta
tensión es experimentada como una turbia área gris de culpa y
libertad entre el egoísmo y el sentido común. Esta tensión llega
a un momento decisivo en la definición de la ciudadanía. La
ciudadanía liberal-democrática es necesariamente definida de
forma ambigua, obligatoria en líneas generales, relativamente
abstracta y, por tanto, una base cuestionable para la acción
colectiva. Si la ciudadanía va a ser un modelo real de participa-
ción más que un concepto meramente legal o el ideal regulador
para la toma de decisiones, entonces tiene que ser articulado
de forma que anime la identificación emocional con otros ac-
tores cívicos. De verdad, en la era moderna, que es definida
en parte por los grandes estados heterogéneos mantenidos a
través de las tecnologías de comunicación de masas, la ciuda-
danía puede depender de las modalidades visuales que pueden
representar la relación de individuo abstracto con el Estado
impersonal. Asimismo, el moderno Estado-Nación requiere la
transferencia de una identificación apasionada con las institu-
ciones orgánicas locales para una mejor gobernabilidad pro-
cedimental; y este cambio en la identificación es logrado en
parte a través de imágenes de encarnación virtual que simul-
táneamente reenmarcan la localización dentro de un contexto
nacional mientras que fundamenta los símbolos nacionales en
la experiencia social de la vida diaria.
142
to a la autonomía personal y la afiliación colectiva. Creemos
que las imágenes fotográficas se vuelven emblemáticas cuando
proporcionan resoluciones artísticamente poderosas de estas
tensiones endémicas en la moderna cultura pública liberal-de-
mocrática. En consecuencia, un icono puede seguir formando
la comprensión y acción pública mucho después que el evento
ha pasado o la crisis ha sido resuelta pragmáticamente. Puesto
de otra manera, la fotografía emblemática proporciona a la au-
diencia el “equipo para vivir” como una cultura pública vital.
143
Joe Rosenthal, Izando la bandera en Iwo Jima, 1945
144
el telón de fondo para un momento de celebración nacional
y el campo de batalla se convierte en un mundo que va a ser
hecho a nuestra imagen.
145
aunque la imagen permanece como un símbolo de victoria mi-
litar culminando en la rendición incondicional del enemigo.
Como es el caso para cada dimensión de la fotografía, puede
leerse tanto como símbolo de ideas convencionales de conquis-
ta y superioridad cultural y como un modelo más flexible de
acción ciudadana que se extiende más allá del campo tópico de
la guerra precisamente porque ya encarna estructuras amplia-
mente disponibles de motivación. Estos patrones de represen-
tación política incluyen el igualitarismo, nacionalismo y el re-
publicanismo cívico. Estos no son los únicos motivos actuando
en la imagen, pero son los principios cruciales del diseño y el
atractivo, ya que, por su articulación conjunta, cada uno tiene
una inflexión ligeramente diferente de lo que podría esperar-
se. Al identificar cada una brevemente en su turno, se puede
empezar a explicar la riqueza de composición del icono, una
riqueza que prueba ser un recurso inventivo para una amplia
gama de usos.
Igualitarismo
146
de género. Los hombres en la foto están inmersos en los ritmos
profundos y las emociones resonantes de su labor mientras es-
tán bañados en un aura sublime que apenas pueden reconocer.
La implicación completa de este retrato de la clase trabajadora
es que ellos son iguales a la tarea porque son iguales uno junto
al otro, justo como están preparados para trabajar para lo mi-
litar sin importar su seguridad personal puesto que todos son
iguales en la muerte. Este icono visual de la idea de igualdad
política fusiona el menor sacrificio requerido en cualquier so-
ciedad igualitaria – poniendo a un lado el rango, el privilegio
u otras ventajas recibidas por el bien común – con el último
sacrificio de dar la vida por la nación o por un compañero. Así
la foto apela directamente a un valor nacional fundamental,
aunque también refigura ese valor al presentar la acción mi-
litar como la forma más pura de su expresión. Que lo militar
sea una organización jerárquica es irrelevante, una conciencia
desplazada por otras jerarquías en la foto: la subordinación de
los hombres ante la bandera izada sobre ellos, y su posición
superior ante los invisibles japoneses ubicados debajo.
147
limitación viene de colocar el recurso igualitario dentro de dos
patrones mayores de motivación: la estructura simbólica del
nacionalismo y un estilo cívico político republicano.
Nacionalismo
148
Estos elementos entonces adquieren un significado adicional a
través del enlace como traducción de la identidad nacional en
un valor igualitario y una estética cívica republicana. El resul-
tado es que la imagen fundamenta la identidad nacional en la
vida social mientras atribuye estatus trascendental a la nación.
149
abstracta de la imagen es posible porque las conductas mode-
ladas no son específicamente acciones militares, y porque los
actores no se están comportando como si estuvieran afirmando
conscientemente una causa. Los soldados no están comprome-
tidos en los actos instrumentales de implementar, maniobrar,
o pelear; y, sin embargo, aunque estén comprometidos en un
acto de exposición, no se nota indicio alguno de que alguien
esté actuando para la cámara. El significado de esta ausencia
es evidente al comparar la siguiente fotografía, que de acuer-
do al sentido común de la fotografía de aficionados, debería
ser la foto preferida: Hay un grupo de hombres un poco más
variado y más grande frente a la cámara; están sonriendo, mo-
viendo sus armas, y aclamando ante la bandera cuyo tamaño
es evidente ahora que está totalmente desplegada. Esta foto,
por supuesto, carece de poder, una toma de los hombres com-
pletamente convencional obviamente actuando en el momento
justo. Por contraste, el poder de la emblemática imagen viene
en gran medida de la naturalidad de quienes están en la foto.
Por la aparente falta de artificios (incluido el artificio de la
exhibición emocional) dentro de la emblemática fotografía, la
imagen puede convertir una acción de guerra en un evento
nacional. Al fundir un momento puro de acción con un sentido
de transparencia visual, la fotografía crea un efecto de verdad:
(Parece que) esta es la imagen a través de la cual puede verse el
significado de la guerra. Aún más importante, ese significado
es teleológico. La guerra es significativa porque terminará en
victoria, una victoria pronosticada por la bandera izada e igua-
lada al levantamiento de la nación.
150
yendas para la fotografía que se refieren a la bandera como la
“Vieja Gloria” y colocaban la batalla de Iwo Jima en línea con
otras grandes batallas de la Guerra de la Revolución, situaban
a la Segunda Guerra Mundial dentro de un cuadro histórico
que enmarcaba el propósito común de esta guerra, como con
todas las guerras de los Estados Unidos desde la creación del
país; es decir como construcción de la nación. Así, la bandera
sola no articula un sentido particular del nacionalismo o na-
cionalidad; en realidad, es un símbolo abstracto y no definido
que falla al expresar cualquier acción con suficiente particula-
ridad para ser la base de la lealtad. Más bien, es sólo cuando
la bandera está situada dentro del contexto de tipos sociales
específicos o signos de vida popular que resuena como una
acción de la sociabilidad que es la base de la política y motiva-
cional para tomar el estandarte de la lealtad al país. La escena
y figuras descritas por la fotografía definen a la bandera, y la
fotografía como un todo representa una acción específica del
nacionalismo que enfatiza el esfuerzo coordinado por personas
ordinarias para un bien colectivo.
151
aquellos estirándose hacia arriba, desde los que tienen todo
el cuerpo inclinado hacia el asta hasta aquellos dejándolo ir,
desde la figura hacia adelante sin ningún equipo hasta el apa-
rato complementario en la espalda de la última figura. Estas
oposiciones se extienden hasta la más profunda estructura de
la imagen, que es una fusión de la dinámica hombre-acción
esforzándose para izar la bandera y desplegarla en un cuadro
estático y permanente. La conclusión es clara: la acción en la
historia se vuelve trascendental, el esfuerzo moral individual
alcanza la inmortalidad colectiva.
El Republicanismo Cívico
152
vés de su ropa, labor y subordinación al símbolo de la unidad
nacional. Ellos representan el propósito común y ejemplifican
una amplia gama de virtudes encontradas en la acción militar.
Finalmente, todo el conjunto de valores es presentado y refor-
zado por las nociones convencionales de masculinidad. Esta
inflexión está diciendo que, aunque la guerra proporciona un
ambiente natural para describir a los hombres como agresivos,
físicamente poderosos, y totalmente realizados en la conquis-
ta, estos hombres completan una versión más doméstica de la
masculinidad. Ellos están afuera, trabajando, como un equipo,
en una labor manual, para erigir un símbolo de organización
colectiva. Las muchas descripciones de la foto reflejan estos
recursos: su belleza es sinónimo de su descripción de virtud, y
esa virtud es profundamente codificada en la jerarquía conven-
cional y los hábitos para organizar la vida cívica.
153
nes privadas de los individuos ignoradas en sus rutinas diarias.
La fotografía discute esta tendencia a través de la reproduc-
ción inadvertida de los detalles de la vida diaria, tales como la
muestra de tela del chaleco en el brazo del último soldado o
las arrugas en la chaqueta del primer soldado. Este sentido del
detalle fotográfico puede socavar los valores que son evocados
por las dimensiones del icono, pero aquí se complementa ésta.
Las características sociales de la fotografía proporcionan una
base adicional para la identificación con las figuras, una que es
menos heroica porque es más ordinaria, confirmando así que
el evento es personalmente significativo.
154
Iwo Jima, el futuro de la fotografía habría sido breve. Tuvo
éxito, sin embargo, porque estuvo lleno de una forma estética
la necesidad de estatuas cívicas, porque fue un ejemplo de arte
republicano transpuesto en el medio público de la época. Un
mural o escultura real habría sido consignado inmediatamente
a los cuartos traseros de un museo militar, pero este fue un lo-
gro de arte cívico en el fotoperiodismo, es decir, al frente y en
el centro del espacio público creado por los periódicos, revistas
de noticias, afiches gubernamentales, y otros medios masivos.
Dentro de ese espacio, la foto podía funcionar como un modelo
para imitar, no respecto a futuras batallas, sino a todo el cam-
po de la acción cívica. El estilo republicano valoriza las artes
que pueden enfocar la atención del público sobre los valores
públicos y la necesidad de la comunidad cívica por el servicio
continuo, lo cual incluye el desempeño de la acción desintere-
sada ante otros miembros de la comunidad.
155
Creemos que la foto sigue siendo una fuerza en el discurso
público porque es un desempeño de acción cívica que pare-
ce estar “sobre” los muchos conflictos sociales que surgieron,
primero en el periodo post guerra, luego con la revolución cul-
tural de la era de Vietnam, después con el fin de la Guerra
Fría, y ahora después de los eventos del 11 de Setiembre del
2001, con el advenimiento de una nueva guerra fría que recrea
un estado de seguridad nacional definido contra un fenómeno
transnacional. Los detalles históricos que definen a la foto no
dirigen su uso. Esta guerra, esa época, no importa. Lo que
importa es que la foto se ha convertido en la única imagen más
poderosa de la solidaridad democrática en nuestra cultura. Ha
establecido el modelo de la acción colectiva: Allí están ellos, la
“más grande generación”, individuos trabajando juntos, levan-
tándose como uno ante la obligación inesperada, y en silencio,
sin cuestionamiento o toque de cinismo. 13 Siguen siendo indi-
viduos que seguirán sus formas de ser en la vida privada, pero
cuando el deber llama, responden sin consideración personal y
con la coordinación inconsciente que viene de una aceptación
de buena fe de las disciplinas de las instituciones a gran escala.
Y lo hacen humildemente; la defensa de la libertad es garanti-
zada por los trabajadores que se enorgullecen no de sí mismos
sino de hacer que se realice el trabajo.
156
moverse fácilmente a través de contextos desde la vida militar
a la vida civil, y de una generación a aquéllas que la siguieron,
también la hace un vehículo para el pathos republicano de los
defensores de la libertad teniendo que observar su sacrificio
siendo desperdiciado por los que disfrutan sus beneficios.
157
querían que significara.”14 La bandera izada significa “todo lo
bueno,” y puede llevar a la audiencia a sentirse bien con todo
lo “americano”, pero ese sentimiento carece de un ancla espe-
cífica. A diferencia de muchas fotografías, las figuras en la foto
no proporcionan pistas faciales sobre cómo sentirse. En vez de
eso, la reacción emocional es evocada conductualmente e in-
directamente a través de la relación del grupo con la bandera
sobre ellos y por sus gestos de compromiso con la tarea.
158
enfrentó la Guerra Fría. Sus reproducciones y usos son dema-
siado numerosos para mencionarlos; su presencia en la cultura
pública ha sido ubicuo.
159
Ejemplos incluyen las afirmaciones claras de discrepancia con-
tra la máquina de guerra americana (con una flor sustituida
por la bandera o con un símbolo de paz enaltecido en la ban-
dera), o más desempeños indirectos de perspectivas alterna-
tivas (reemplazando a la bandera y el poste con un monolito
de piedra). Se salen del tema aún más, incluyendo un anuncio
para una marca de blue jeans en la cual los adolescentes izan la
bandera que ahora tiene el nombre del producto en lugar de
las estrellas; la acción a ser imitada ha cambiado drásticamente
del sacrificio por el bien común a la acumulación individual en
una sociedad consumista.
160
tación de un evento particular en un símbolo para todo el es-
fuerzo de la guerra. Quizás el ejemplo más conmovedor de tal
nostalgia en los años recientes ha sido la publicación de Las
Banderas de nuestros Padres de James Bradley que estuvo más de
45 semanas en la lista de más vendidos del New York Times
del 2000 al 2001. Bradley detalla la historia de los seis hom-
bres que izaron la bandera (uno de los cuales fue su padre, el
médico de la Marina John Bradley) en una narrativa que va y
viene entre el realismo y el sentimentalismo, y finalmente se
queda en un nostálgico paternalismo donde “los chicos de la
virtud común” se convierten en hombres de batalla y padres en
pequeños pueblos, “es tan simple como eso.”
161
ha convertido en una sociedad en la cual las personas emanan
a través de colas de comida rápida mientras siguen sus caminos
separados. La conclusión total es una de traición: ¿seguramen-
te los hombres no murieron por esto? Pero, por supuesto, que
lo hicieron: la victoria democrática también fue en nombre del
derecho de individuo a comprometerse en la libre empresa.
Algo está incorrecto, sin embargo, porque la relación entre la
democracia y el liberalismo está claramente opuesta en esta
imagen. La cursi arquitectura uniforme de la construcción de
la franquicia está en contraste con la distintiva cualidad escul-
tórica de los hombres debajo.
162
Winkler han documentado, los ejemplos incluyen reemplazar
el asta con un enorme bomba de gas, una soldado cuyo vesti-
do está siendo levantado, y un bate de béisbol. El argumento
es directo en cada caso: en vez de permitir a nuestros solda-
dos morir por beneficios del petróleo, deberíamos controlar
nuestro consumo excesivo. Los soldados del pasado no habrían
abusado de mujeres en las fuerzas armadas y los actuales solda-
dos no deberían tampoco. La sociedad debería ser consciente
de los pasados sacrificios hechos para asegurar las presentes
libertades, no para glorificar batazos de sacrificio. Otras técni-
cas funcionan de la misma manera: las figuras políticas son sus-
tituidas por soldados, u otras figuras son añadidas para hacer
el comentario irónico sobre el cambio social. En un reciente
ejemplo, cuatro banderas están en la foto, cada una sostenida
por los cuatro candidatos a presidente o vicepresidente en la
campaña del 2000; la inscripción se lee “Ego Jima”. En cada
ejemplo vemos un pronunciado cinismo público que gana fuer-
za retórica de su irónica tensión con la narrativa original de
devoción cívica. El punto de tales caricaturas es una crítica a
las circunstancias contemporáneas y en particular a las con-
ductas egoístas que fracasan en vivir los ideales encarnados en
el original.
163
de la nación con el consumo comercial y un fragmentado y
desenfrenado individualismo. El egoísta y heroico ciudadano
se ha convertido en el individuo consumista y adquisitivo; la
democracia liberal ha sido reducida al liberalismo.
164
tación de Franklin Roosevelt: ‘Esta generación de americanos
tiene una cita con el destino.’ Los americanos de una era com-
parable ahora tienen una cita con su destino punto.com, pero
así es.” 15
165
Por supuesto, esta combinación de inocencia pública y exce-
lencia artística es una receta tanto para la manipulación como
para el cinismo y la posibilidad de que el primero proporcione
una lógica continua para articular el segundo. Además, cuando
el icono es reproducido y difundido ampliamente en el tiempo,
se vuelve más fácil codificarlo cínicamente. Así, las transcrip-
ciones originales en turno motivan una trayectoria actitudinal
que puede estar integrada en el discurso público liberal demo-
crático. Esta gama de actitudes van desde la devoción cívica a
la ironía, de la nostalgia hasta el cinismo. Estas etapas están
representadas en el uso de Iwo Jima para la colecta de bonos
de guerra, las caricaturas editoriales criticando luego a la po-
lítica militar, las muchas reproducciones conmemorativas y las
alteraciones digitales de la foto para condenar al liberalismo
contemporáneo.
166
de la cultura pública, es un lugar para la discusión, contro-
versia, proyecciones múltiples, alusión visual, y otras articula-
ciones del pluralismo dentro de un medio decididamente aún
convencional.
Sea que nos inspire al deber cívico o nos condene por egoís-
mo personal, sea en nombre de la solidaridad o resentimiento,
lo que pueda darse en la continua articulación de la retórica
visual, la fotografía icónica del izamiento de la bandera en el
Monte Suribachi sigue siendo una medida de la vida pública
de los Estados Unidos y la fuerza dentro de ella, como una
imagen duradera y como un recurso vital para la representa-
ción pública.
167
Notas
168
La gran familia de los hombres
Roland Barthes
169
George Rodger, Africa Ecuatorial Francesa, 1951
170
mentalidad de penetrar en esa zona ulterior de las conductas
humanas en que la alienación histórica introduce “diferencias”
que nosotros llamaremos simplemente “injusticias”.
171
Y lo mismo con la muerte: ¿debemos cantar una vez más su
esencia, arriesgándonos a olvidar que todavía tenemos tanto
poder contra ella? Este poder todavía joven, demasiado joven,
es el que debemos magnificar, y no la identidad estéril de la
muerte «natural».
172
De la antropología espúrea
Joan Fontcuberta
173
y “guerra”. Carecían de cantos y no practicaban ninguna re-
ligión. Eran monógamos a pesar de que en la tribu sólo había
cinco mujeres, y, como única vestimenta, se tapaban púdica-
mente los genitales con hojas de plátano.
174
Portada de National Geographic, edición de agosto de 1972
175
ínfimas plataformas construidas sobre las copas de los árboles.
Poco a poco las cadenas de televisión y las revistas ilustradas
fueron difundiendo imágenes de la idílica vida de los tasaday.
El mundo occidental, en plena efervescencia de los hippies y
al albor de los movimientos ecologistas, cristalizaba en los ta-
saday la utopía del retorno a la naturaleza y de armonía con
el entorno que tanto habían alabado Ralph Waldo Emerson,
Henry David Thoreau y Walt Whitman, de los que National
Geographic se consideraba heredera espiritual. En los sucesivos
reportajes ofrecidos por esta publicación apreciamos imágenes
llenas de esta exaltación romántica de la naturaleza salvaje;
en la portada del mes de agosto de 1972 se nos presentaba a
un muchacho que trepaba por una liana como un mono: un
cromo genuino de El libro de la selva, el joven Mowgli en una
demostración de destreza...
176
¿Cuáles eran las razones que impulsaron a esta extraordinaria
impostura? Probablemente se trataba de una operación de
propaganda dirigida a la opinión pública internacional. En un
momento de represión de las libertades y de persecución de
la oposición democrática, Marcos se dio cuenta del impacto
positivo que significaría desviar la atención hacia la salvaguarda
de una minoría étnica en peligro de extinción. No sólo constituía
una inteligente cortina de humo tras la que se escondía la
cara sucia de la tiranía, sino que, invirtiendo los términos,
el régimen pasaba a presentarse como el gran protector de
los derechos de las minorías. Los estrategas del marketing
presidencial lanzaban asimismo un mensaje paternalista a la
población del interior: si tanta era la preocupación por dos
docenas de indígenas perdidos en la selva, ¿qué no se haría por
los ciudadanos que pagan impuestos y gracias a los cuales se
mantiene tan esplendorosamente la clase dirigente en el poder?
177
ce un pato, que tiene plumas como un pato, que nada como un
pato, y que hace “cuac-cuac” como un pato, entonces lo más
probable es que, no le demos más vueltas, nos encontremos de-
lante de un pato. Este principio homologador de la evidencia
en las apariencias fundamenta buena parte de la práctica de
la vida cotidiana, y de hecho la fotografía tiende a ratificarlo
generosamente. Pero, si convenimos que es un principio que
estadísticamente funciona, y precisamente por eso contribuye
a crear una rutina de lectura de la realidad, o al menos, un
espíritu ingenuo y desprevenido, también convendremos que lo
más interesante son las excepciones, es decir, los casos en que
las expectativas basadas en las apariencias han quedado frus-
tradas. Por ejemplo, hablamos de Jacques Vaucanson, uno de
los más famosos constructores de autómatas, que ideó ingenios
mecánicos autónomos que hacían de criados y lacayos, y po-
nían la mesa y servían a los invitados con bandeja los manjares
y con delicadas cristalerías las bebidas. El año 1738 Vaucanson
exhibió todos sus autómatas en un gran acto público; de todos
ellos sobresalió le canard, un pato que imitaba la vida orgáni-
ca, los latidos y los movimientos de las alas. Las crónicas expli-
can que el efecto ilusorio era tan grande que a cierta distancia
el público, reacio a aceptar que estaba frente a la presencia de
un simulacro de pato, tenían que pellizcarse para cerciorarse
de estar bien despiertos.
178
evidente que nos movemos en el terreno de la ética, de la valo-
ración de unos propósitos que consideramos reprobatorios. La
acción de manipular arrastra unas connotaciones peyorativas:
consistiría en actuar en beneficio propio y en perjuicio de otros
y, además, en hacerlo con deliberación y alevosía.
179
una clasificación rigurosa. En efecto, la “fotografía directa” se
fundamenta en un modelo de imagen fotográfica que se basa
en el cumplimiento de un código semiótico realista. Sus límites
son imprecisos y nos abocan a un territorio totalmente vago.
Según dicha interpretación, la esencialidad de la fotografía
dependería de criterios ideológicos y de teorías de representa-
ción, por lo tanto, contingentes y en constante cuestionamien-
to. Desde el daguerrotipo a la cámara digital, el medio fotográ-
fico ha evolucionado de forma contundente. Pero, aparte de la
génesis tecnológica de un producto al que seguimos llamando
“fotográfico”, también las funciones sociales han cambiado,
decantándose la definición hacia uno u otro lugar. Los fotogra-
mas abstractos de László Moholy-Nagy encajaban cuando fue-
ron realizados en la casilla de la “fotografía manipulada”; hoy
en cambio nos parecen el paradigma de la “fotografía directa”,
la quintaesencia de la creación fotográfica más pura: sólo un
objeto, luz y papel fotográfico, nada en medio, nada que se
interponga “manipuladoramente”. Por otro lado, la fotografía
manipulada se convierte en “manipulada” ¿después de cuántas
“manipulaciones”?
180
De píxeles y paradojas
Fred Ritchin
Paul Virilio
181
Las celebridades ya son presa fácil. En vista de que hace diez
años el editor de una importante revista me ofreció el cuerpo
de Mel Gibson para reemplazar el mío, puedo dar fe de la
insinuante seducción que representa el convertirse en imagen,
aunque sea la de alguien más.
182
Si tuviera que escoger una fecha para designar el inicio de la
era digitar en la fotografía, esta sería 1982. Fue entonces cuan-
do el personal de National Geographic modificó una fotografía
horizontal de las pirámides de Giza y la hicieron vertical, se-
gún el formato de la revista, para la edición del mes de febrero.
Trasladaron electrónicamente una sección de la fotografía que
mostraba una de las pirámides y la colocaron parcialmente de-
trás de otra pirámide, cuando en realidad tendrían que haber
aparecido una junto a la otra. Fu un cambio menor, después
de todo la fotografía original ya era una versión romántica de
la escena que excluía la basura, los autobuses de turistas y los
vendedores ambulantes, pero abrió la puerta digital. Robert
E. Gilka, director de fotografía en aquella época, dijo que la
introducción de una técnica tal era “como la guerra nuclear
con límites. No existe”. En una entrevista un par de años des-
pués, el editor en jefe, Wilbur E. Garreu, fue más arriesgado y
se refirió a la modificación de la imagen como un sencillo re-
posicionamiento retroactivo del fotógrafo de tan unos cuantos
metros hacia un lado para poder obtener otro punto de vista”.
183
Portada de National Geographic, edición de febrero de 1982
184
Grammy, o la película de animación póstuma realizada a par-
tir de los fotogramas de László Moholy – Nagy. En algunos
casos, esto se realiza a manera de homenaje, mientras que en
otros sólo son engaños. ¿Alguien animaría uno de los clásicos
de la fotografía de paisaje, el Moonrite, Hernández, New México, de
Ansel Adams para llevar la imagen hasta el amanecer? La frac-
ción de segundo en que fue registrada la imagen se expande, el
famoso “instante decisivo” puede ocurrir con mayor facilidad,
y ser igualmente decisivo, décadas después de que la imagen
fuera tomada. La autoría se vuelve maleable, incluso al punto
de provocar una colaboración póstuma no planeada.
185
en la televisión?-, el hecho de modificar un documento histó-
rico importante casi al momento de ser creado fue una acción
que los editores de la revista en aquel entonces sin duda hubie-
ran criticado en cualquier otro medio que lo intentara. Igual-
mente, es difícil imaginar que alguien manipulara la película
amateur que hizo Abraham Zapruder del asesinato de John F.
Kennedy cuando salió a la luz, aunque décadas más tarde el
director Oliver Stone hizo exactamente eso.
186
gen de la Torre Eiffel, la Pirámide Transamérica y la Estatua
de la Libertad, encendimos las luces de un edificio de oficinas,
creamos un embotellamiento alrededor de la recién aparecida
Estatura de la Libertad y movimos unas cuadras más arriba un
edificio Empire State más alto, que el original. Más tarde, ese
mismo día, volé de regreso a Nueva York. Cuando viajaba en el
taxi observaba ese mismo horizonte, experimenté el recuerdo
de haberme sentido Dios por un momento, como si hubiera
sido capaz de mover en realidad grades construcciones. Para
mí, la fotografía había cambiado irremediablemente, sin em-
bargo, para la generación actual, educada con Photoshop, la
experiencia quizás la parezca mundana.
187
alterno que era sintetizado de acuerdo con metas discordantes
que yo sólo podía asumir como comerciales y subversivas. Dos
décadas después, mi reacción parece completamente ingenua.
188
ría un significante menos próximo, como hacen las palabras,
pinturas o dibujos, pero conservando la dualidad anterior de
lo que permanezca de su papel como trazo directo. El autor,
más que ignorado o rebasado como aquel que sencillamente
sostiene la cámara, puede surgir como central, con un punto
de vista al igual que otros creadores. Y así aquellos en el poder
no podrán usar a la fotografía para “probar” lo que el medio
ya no podrá confirmar más.
189
deja de ser automáticamente un mecanismo de registro, pierde
su capacidad para “apropiarse” del objeto fotografiado” y lo
que hace es simularlo. En la era de la imagen, la relación con
el mundo que se ofrece puede no ser de conocimiento ni poder,
sino algo más parecido a la presunción.
190
sión, es, en parte, el proporcionar al público una relatoría de
sucesos de valor social e histórico – tienen el derecho de con-
trolar el contenido de dicho documento para toda la vida? ¿Se
le debe permitir a los artistas decidir quién puede comentar su
trabajo y cómo? ¿Pueden las leyes de copyright, tal y como están
ahora, funcionar de otra manera que no sea la ley mordaza”.
191
En su serie de 1994 de cuarenta imágenes manipuladas, con
el título “Man Wichout Qualities” (El hombre sin cualidades), el
artista alemán Matthias Wahner se insertó en fotografías fa-
mosas, como la de la caravana del presidente John F. Kennedy
o, de nuevo, la joven que huye de un ataque de napalm en
un camino vietnamita. El pasado es revisado y cuestionado, y
se llega a ridiculizar a algunas de las imágenes icónicas de la
historia.
Con cada vez mayor frecuencia, gran parte del proceso foto-
gráfico ocurrirá después de que se accione el obturador. La
fotografía se convierte en la investigación inicial, un boceto de
una imagen tan vulnerable ahora la modificación como siem-
pre lo ha sido a la recontextualización.
192
derechos reservados a Algunos derechos reservados”. El autor original
puede escoger entre un abanico de posibilidades, entre las que
se puede decidir si la obra puede ser copiada, distribuida, mos-
trada o interpretada con un crédito específico, o si se pueden
crear obras derivadas a partir de ella, o si pueden utilizarse
con fines no comerciales únicamente, etcétera. En el entorno
fluido delo digital, para algunos el copyright puede parecerles un
concepto muy estático y que abarca todo.
193
Existe una gran competencia entre los fotógrafos por logra
la foto más arrebatadora (si no la más innovadora) para que
sea esa la que publiquen los medios. Si los lectores no ven las
fotografías, ¿entonces cuál es la razón para que el fotógrafo
arriesgue su vida en la batalla o simplemente cumpla con su
trabajo? David Rees, profesor de periodismo de la Universidad
de Missouri, sugiere que una razón detrás de las alteraciones
en el mundo de las imágenes de hoy podría ser que “las pelí-
cula son perfectas, por lo que tenemos la expectativa de que el
periodismo también tiene que serlo”.
194
Imágenes manipuladas de manera similar, que echan mano de
las sospechas y temores de los electores, podrían influir signi-
ficativamente en futuros comicios. A una fotocomposición de
1950 en la que aparecen el ex líder del Partido Comunista de
EUA, Earl Browder, y el senador por Maryland, Millard E.
Tydings, divulgada por el equipo del virulento senador antico-
munista Joseph McCarthy, se le atribuye no sólo haber sido el
factor que impidió la reelección de Tydings (el cual perdió por
40,000 votos), sino el haber sido también una advertencia para
otros políticos a fin de que no se metiesen con McCarthy. Aun-
que la imagen apareció etiquetada como una fotocomposición,
pocos lectores entendían dicho término.
195
Quizás el sitio de Internet más interesante que se aboca a la
manipulación digital de fotografías es un espacio educativo
sueco que muestra las diferentes alteraciones hechas a labios,
ojos, dientes, senos, nariz, cintura, sombras sobre las mejillas,
quijada, líneas faciales, caderas, cabello y ropa que ocurren
típicamente para transformar a una joven que en general se
podría considerar atractiva en una versión con cambios su-
perficiales pero que la convierten en el ideal para las revistas.
“How I Became Perfect” (Cómo me hice perfecta) le permite al
lector hacer clic sobre cada aspecto físico y ver los cambios rea-
lizados que transforman la imagen en un producto listo para
el consumo comercial. El espectador, por ejemplo, se puede
enterar respecto a los ojos y cejas: “El blanco de los ojos se
vuelve tan blanco como el gris, y al iris se le da un color azul
brillante. Las cejas se levantan y se delinean un poco más. Las
pestañas se alargan y a toda la foto se le da un brillo más suave,
ligero. (Esto nos recuerda el retoque manual que hacia Richard
Avedon de los lagrimales rosados, los cuales eliminaba para
ponerles a sus modelos los ojos completamente blancos). Si se
ofreciera al menos una pizca de educación sobre los medios, el
sitio bien podría aligerar las inseguridades de algunas de sus
lectoras.
196
una parte de la imagen que haya sido duplicada, una línea
ajena que indique que un segmento específico proviene de otra
imagen, etcétera. Y, si bien no es un método infalible, si detecta
algunos impositores.
197
REVISTA PUBLICA FOTO ALTERADA DE MARTHA STEWART
198
– Margaret) y a Hillary Clinton en la portada de la mucho más
provocadora revista Spy (donde apareció como dominatrix vis-
tiendo piel y cadenas). A Rosanna Arquette le adornaron la
playera con el conejito logo de Playboy, cuando apareció en la
portada de la revista sin su consentimiento, y ella declaró estar
en desacuerdo con la filosofía de la empresa.
199
los medios masivos, a las personas se les asigna determinada
importancia global, en la medida que representan información
o una imagen.
200
por tan solo $1000 dólares y por correo, el genoma de un in-
dividuo ahora puede ser descrito y analizado, incluyendo su
propensión hacia ciertas enfermedades. Una buena parte del
personal del Vanity Fair se realizó pruebas de ADN para una
edición especial sobre África con la intención de tratar su le-
gado ancestral y los resultados fueron publicados en la página
legal y de créditos. De uan manera similar, la “replicante” de
Blade Runner, segura de su humanidad por las fotografías que
tenía de su infancia, fue engañada por partida doble, pues las
fotos eran inventadas, como también lo era ella. Su situación
comienza a pronosticar nuestra condición en la era digital y
los cyborgs.
201
Algunos de estos experimentos virtuales ya están ocurriendo,
incluido el extraordinario mundo sintético y multijugador Spo-
re, credo por Will Wrigth, en el que se puede escoger partes
de cuerpos para crear a sus propias criaturas. De manera más
prosaica existe la competencia Miss Digital World: Llana, una
de las concursantes del 2004, fue descrita como originaria de
Sao Paulo, de 1.55m. de estatura, piel “aterciopelada” y un to-
tal de 195,000 polígonos. Mientras tanto, también ha sugerido
el nuevo campo de la biología sintética un experimento de la
vida real, en el que los ingenieros van más allá de juguetear con
uno o dos genes y tratan de restablecer el cableado del circuito
genético de organismos vivos, incluso el código genético com-
pleto. Un proyecto bastante avanzado es el de la modificación
de microbios para generar petróleo de bajo costo a partir de
desechos vegetales, y el eventual diseño de organismos comple-
tos a partir de cero. Dadas las posibilidades de cambio existen-
tes masivas y a gran escala, del carácter y calidad de vida, con
seguridad veremos surgir una gran cantidad de opciones para
que la fotografía digital las aborde y visualice.
202
película convencional, me respondió que el clavecín tiene una
cantidad de tonos más limitada que el piano, pero que aún así
produce música hermosa, su “sistema de zonas” en fotografía,
en el que los tonos se organizan de negro a blanco y en pasos
de manera similar a como se organiza el sonido en el teclado
de un piano, determinó la arquitectura conceptual de la fo-
tografía. También produce en cierto sentido, las tonalidades
discretas y a base de valores enteros de la fotografía digital.
203
cuenta que sus movimiento eran más contorsionados cada vez
que pretendía lograr el sonido correcto; ella estaba acostum-
brada a bailar siguiendo a la música y no a crearla conforme
bailaba. Los estudiantes lograron un resultado azarosamente
afortunado al dirigir la cámara hacia la calle y permitir que
fueran los taxis, las bicicletas y los peatones quienes, sin saber-
lo, al estilo de John Cage crearon un tipo de música o lo que
podríamos llamar un sonido fotográfico, una de las muchas
maneras eventuales de “escribir con luz”.
204
“Pero el asombroso crecimiento de nuestras técnicas, la flexi-
bilidad y la precisión que han adquirido, las ideas y los hábitos
que están creando, otorgan la certeza de que los cambios pro-
fundos son inminentes en el antiguo oficio de lo bello. (…) ni
la materia ni el espacio ni el tiempo son desde hace 20 años lo
que fueron en tiempos inmemoriales”.
Igual que las artes, los medios informativos también dan for-
ma de manera esencial al mundo que pretenden representar, e
incluso podrían llegar a reemplazarlo. Como lo han explicado
muchos teóricos (el medio es el mensaje), el ser testigos de la
guerra en Irak por TV es en gran medida mirar la televisión
y no la guerra. Una guerra televisada requiere estrategias di-
ferentes – ideologías simplificadas, una narrativa visual cohe-
rente, un presidente telegénico - a las de aquellas guerras co-
municadas a través de medios impresos con una relación más
cercana a la causa y al efecto. Una guerra contra el terrorismo
permanente trasciende las limitaciones de un libro pero ese
ejemplo de un drama que genera la ansiedad suficiente para
ocupar muchas temporadas televisivas y vender incontables
miles de millones de dólares en publicidad que tranquiliza y
divierte. Los ataques del 11 de setiembre marcaron el inicio
de la serie y pocos parecen tener la intención de ponerle fin en
tanto drama televisado cumple bien su propósito.
205
Más de un siglo después como lo dijo uno de los fundadores
de Médicos sin Fronteras, “sin la fotografía, las masacres no
existirían”. De otra forma, sin ella, nadie, especialmente los
políticos, les pondría atención. El recuento de un testigo ocular
nos parece insuficiente, carece de la objetividad percibida y
la portabilidad de la fotografía. Como resultado, los sobrevi-
vientes de una masacre son victimizados dos veces: la primera,
por personas subjetivas cargadas de odio; y la segunda, por la
llamada máquina objetiva que trunca su viabilidad en tanto
testigos de su propia victimización. Y si algún día las personas
dejan de creer tanto en la validación de la fotografía como en
el testimonio de los testigos, entonces viviremos ensimismados
en un mundo en el que no hay masacress (o, al menos, no ma-
sacres creíbles).
206
Entre las muchas consecuencias de este acervo genético malea-
ble casi seguramente estará la búsqueda de la imagen perfecta
con una pérdida concomitante de la perspectiva: “en un mun-
do en el que todas las personas sean inteligentes, bien pareci-
das y agradables, todos estarán en condiciones de participar en
películas exitosas pero nadie estará en condiciones de reseñar-
las”, escribió David Brooks en el New York Times.
207
sualmente a YouTube, son más que capaces por su simple volu-
men, de “separar a un objeto de su concha”, así como eliminar
cualquier aura del original o su cualidad de originalidad.
208
ferente de la búsqueda de negativos e impresiones. Al asignarle
palabras clave, la ambigüedad de la fotografía a menudo se
define arbitrariamente y se anulan sus múltiples significados
al darle forma definida al fascinante carácter misterioso de la
existencia que la fotografía a veces puede evocar. La palabra
“atardecer” y “bebé” se vuelven palabras clave que cumplen
cualquier rastro de complejidad en la imagen; “sexy” es una
palabra clave que con frecuencia se asigna como estratagema
para atraer a un público más grande, es una forma de consumer
branding, hasta ahora pocos han tenido la intención de crear
juegos de palabras al asignar estas palabras clave, una disonan-
cia poética entre las palabras y la imagen.
209
comerciales y populares (se informó que escanear el resto sería
demasiado costoso), las que permanecerían disponibles. La co-
lección, un gran legado cultural de una idiosincrasia basada en
el papel, la cual contiene algunas de las fotografías de noticias
y documentales más fascinantes del siglo XX- cuyo origen fue
un acervo secreto llevado a EE.UU. en 1935 por Otto Bettman
cuando los Nazis llegaron al poder-, se volvió menos accesible,
una versión de la historia más comercial y accesible como por
ejemplo Einstein sacando la lengua se mantendría en circula-
ción como archivo digital. Las impresiones pasan a propiedad
del coleccionista aunque para la reproducción de los medios
actuales se prefieran los archivos digitales.
210
La luz que normalmente recorre los 386,242 Km. Que separan a la
luna de la tierra en menos de 2 segundos ha sido reducido a la veloci-
dad de un auto durante la hora pico 61.15 km. x hora.
“En este extraño estado de la materia, la luz cobra una dimensión más
humana, casi se puede tocar”. Dice Lene Hau física de la Universidad
de Harvard.
211
Epílogo – Una historia verosímil
Hernán Hernández Kcomt
Dorothea Lange
213
momento ellos – u otros migrantes igualmente anónimos, de
espaldas al mundo - iban a pasar por ese cartel, que ya advertía
de la cercanía de la gran ciudad. Dorothea no esperó el instante
decisivo (concepto que ahora relacionamos con verdad, pero que,
en ese momento probablemente recién comenzaba a ser in-
ventado por Cartier-Bresson al otro lado del océano), sino que
adelantó los acontecimientos para mostrar mejor una realidad,
la de las diferencias económicas que se amplían siempre en
cada gran crisis.
214
Acaso la ficción de una ficción. Tal vez un símbolo nuevo,
desapercibido entre las múltiples narraciones que crean
los íconos. Quizá solo una reiteración, una tautología, una
imagen-reflejo más entre el océano de imágenes y discursos.
Un documento cuyo origen es el sistema simbólico que se basta
a sí mismo para validar su autenticidad. Un engaño más. Una
doble mentira. Una historia verosímil (porque solo lo falso
puede serlo): la de un libro recopilatorio de ensayos sobre los
límites de la fotografía documental, en el que las ilustraciones
son las reproducciones digitales hiperreales de imágenes
icónicas.
215
insuficientes; y debido, sobre todo, a la autoridad cultural que
conlleva en sí mismo el formato del libro, a su gramática de
autenticidad. Este libro, del cual me he presentado como editor
aprovecha su publicación en el contexto del Centro de la Imagen,
institución que determina en gran medida lo fotográfico en el
Perú; es decir, qué imágenes son cultural y económicamente
importantes y cuáles no. De esta manera, el libro habrá de
resultar validado en un sistema simbólico mucho más amplio
como documento del documento y como representación de la
autoridad sobre lo fotográfico (y, por extensión, sobre lo real).
216
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223
Agradecimientos
225
Este volumen presenta un conjunto de ensayos en los que, a partir de casos
históricos controversiales, se cuestiona la noción de fotografía documental y su
pretensión de referencia directa de la realidad, debido tanto al mismo proceso
de construcción de las imágenes como a su manipulación técnica e ideológica.
Este conjunto de narraciones y procesos, según Hernández Kcomt, editor de
la selección, implican, antes que una falsedad absoluta, la contravención de una
inflexible gramática de la verdad, impuesta por la tecnología fotográfica y las insti-
tuciones que la dominan: la del instante decisivo. A través de escritos estructura-
dos en orden cronológico, planteamientos de Roland Barthes, Joan Fontcuberta,
Fred Ritchin, entre otros, confluyen en una reflexión sobre el rol histórico de la
fotografía en la construcción de una realidad siempre ideologizada.