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CUERPO Y ENFERMEDAD
El cuerpo como objeto primordial de la teoría social; en este sentido han trabajado Elias (1988),
Feher y otros (1991), Laquer y Gallagher (1987), Laquer y Bourgois (1992) y Sennett2 (1997),
representantes de la escuela anglosajona. Norbert Elias (1988) señala las formas en que nuestra
comprensión y nuestras experiencias modernas sobre el cuerpo son históricamente específicas y
surgen de procesos sociales y psicológicos que se remontan al siglo XVI. Examina de qué modo los
desarrollos históricos, como la centralización cada vez mayor del poder en manos de un número más
reducido de señores con la aparición de la aristocracia y cortes reales, sirvieron para frenar la
violencia entre las personas y los grupos e inducir a un mayor control social sobre las emociones y
una mayor conciencia de uno mismo como «individuo» en un cuerpo.
Enfermedad es la “Alteración o desviación del estado fisiológico en una o varias partes del cuerpo,
por causas en general conocidas, manifestada por síntomas y signos característicos, y cuya
evolución es más o menos previsible”.
La salud de una persona puede ser afectada por factores internos o externos, dichos factores
reciben el nombre de noxas, que viene del griego nósos que significa enfermedad o afección de la
salud. La Salud es definida por la Constitución de 1946 de la Organización Mundial de la Salud como
“el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o
enfermedades.
La mayoría de las enfermedades suelen aparecer o revelarse con algunos síntomas, es decir, con
expresiones del cuerpo, de la mente o de la actitud de una persona que no son “normales”. El cuerpo
tiene una historia y ésta ha ayudado a respaldar.
Entendemos a los movimientos sociales urbanos como diferentes formas de acción colectiva
organizadas que se desarrollan en el seno de las ciudades contemporáneas. Nuestro hincapié no se
hace necesariamente en la definición de movimiento social –el cual podríamos definir como una
pluralidad de actores (grupos, individuos) que se organizan en torno a una problemática política o
cultural común- sino más bien en “lo urbano. Junto al desarrollo en América Latina de las ciudades
modernas, han surgido distintos movimientos sociales como formas de resistencia urbana por los
derechos a la ciudad. En otras palabras, categorías como ciudadanía y espacio público se presentan
más como un ideal en el discurso de los gobernantes que como una realidad concreta en la vida de
las personas.
RELACIONES INTERETNICAS Y MULTICULTURALIDAD
Aun cuando somos testigos de la presencia y cambio de personas en diversas latitudes, no deja de
ser necesario pensar en la reconfiguración del mundo y, con esto, de todos los procesos que le son
intrínsecos; la globalización, la migración, la transnacionalización del capital y la pobreza, pero
también el exotismo, la presencia de los medios de comunicación y el cambio cultural, procesos que
cada día se nos presentan casi como naturales.
El resultado es siempre un conjunto de relaciones entre personas que pueden ser analizadas por las
ciencias sociales, que a través de teorías y conceptos pueden plantear interrogantes como ¿cuáles
son las relaciones entre globalización y expresiones culturales?, ¿cómo impacta a las personas el
hecho de convertirse en migrantes?, ¿cuáles son las problemáticas sociales que traen consigo los
movimientos poblacionales?, ¿cómo analizar teóricamente situaciones de naturaleza cambiante?,
¿qué categorías analíticas se han de construir para dar cuenta de esos cambios y contradicciones?,
etcétera.
Si bien las interrogantes parece que parten del presente y nos encausan al futuro, este texto plantea
una revisión al origen antropológico de los referentes teóricos en torno a la cultura y las relaciones
humanas. Se inicia exponiendo una premisa que será el eje de la argumentación: las relaciones
entre culturas son siempre relaciones interculturales.