Está en la página 1de 20

Facebook: www.facebook.

com/mulinian
Youtube: www.youtube.com/watch?v=wgsZwnLrp5Q
Bandcamp:
www.laureanocoronel.bandcamp.com/album/muli-
andupelicascaripluma
Instagram: @mulinian4
También disponible en Spotify
EL BOSQUE AZUL

CUENTO DE CONSTANCIO VIGIL

40 1
Laureano Coronel se encargó de transcribir el
texto a formato digital a partir de una copia
original antigua.

La edición, compaginación y encuadernación ha


sido realizada por Aion Ediciones.

Rosario – 2019

LA CULTURA SE PROTEGE COMPARTIENDOLA.

Asi es que nos motiva dejar expresado que esta


editorial incentiva la copia, distribución,
préstamo, regalo. Con la única petición de que
los términos del intercambio no excluyan
ninguna de las libertades aquí otorgadas.

2 39
Parece que todos los animales que están en el
mundo entraron por las tres puertas que había
al principio. Por una puerta pasaron los que
andan por el agua; por otra, los que vuelan, y
por otra, los animales que viven en la tierra.
Por esta última puerta pasaron, antes que
todos, el elefante, el león, el tigre y el oso y la
cerraron, para que no entrara nadie sin su
permiso.
Uno de ellos, por turno, era portero. El animal
que llegaba debía explicar cuáles eran los
servicios que prestaría en el mundo. Si no
servía para nada, no lo dejaban entrar.
Al mono fue al que más pronto lo aceptaron,
porque cuando el león le preguntó para que
servía, él dijo: “Para portero”, y les pareció esto
excelente, ya que les resultaba muy molesto
quedar siempre uno de guardia.
Pero el pícaro mono, cuando estuvo dentro,
abandonaba de continuo la portería, porque
según aseguraba se moriría de hambre si no
hallaba cierta frutita que era su alimento. Con el
pretexto de buscar esa frutita se internaba en el
bosque profundo y costaba encontrarlo y
38 3
hacerlo venir a cumplir su obligación. Tanto Inspirados por este cuento de Constancio Vigil es que
costaba, que el elefante prefirió quedarse de hemos bautizado a nuestra banda “Muliñan”.
portero. Somos una banda de la ciudad de Rosario con 2 años de
actividad, y un disco editado:
El tigre, el león y el oso se dispusieron a “Muliñandupelicascaripluma”.
castigar al mono por su informalidad; pero ello
Hacemos temas nuestros presentándonos en bares de la
se les hizo muy difícil, porque el mono, en
cuanto los veía venir, subía a la copa de un ciudad y alrededores, siempre con la canción como eje,
árbol. Desde allá arriba les pedía disculpas y con arreglos emparentados con el folk, rock.
les decía que estaba acostumbrándose poco a
poco a comer hierba como el elefante y que en León Pedrouzo:
cuanto se acostumbrara del todo iría a ocupar teclados
su puesto, sin dejar ni un minuto la portería.
Mientras tanto entraban numerosos animales, Camilo Pistol:
después de explicar cada uno su utilidad.
Batería
Bueno será aclarar que algunos muy
pequeños, como el piojo, la pulga y el
mosquito, se colaron en este mundo de Iván Ortiz: Bajo
contrabando, agarrados a los pelos de algunos
mamíferos, porque si piden permiso para pasar Laureano
o si el elefante los llega a ver, con certeza que Coronel:
no entran. guitarra y voz
Si el postulante no explicaba sus medios de
vida y su utilidad en forma bastante clara, los
animales que ya estaban en el mundo se

4 37
reunían y entre todos resolvían si se le
aceptaba ose le rechazaba.
Cuando fueron muchos los que ya estaban
dentro, las reuniones eran numerosas y hubo
que buscar un sitio donde nadie pudiera
sorprenderlos ni estorbarlos.

Para estas reuniones eligieron El Bosque Azul,


que no había sido visto jamás por ningún
hombre y en donde podían juntarse con
seguridad y tranquilidad absolutas. En El
Bosque Azul trataban cuanto les interesaba y lo
que allí se resolvía era ley para todos los
animales.
En uno de aquellos días llegó a la puerta de
entrada de los animales terrestres uno que
poseía cuatro patas escamosas y largas,
amplia cola con plumas blancas y negras, el
pico chato y los ojos grandes, que tenía en la
barriga plumas y en el lomo un caparazón
como el armadillo llamado mulita. Este animal
tan raro golpeó la puerta y esperó que le
abrieran para entrar.
El elefante preguntó:
– ¿Su nombre?
– Muliñandupelicascaripluma.
36 5
– No entiendo. Escríbalo. secretario a recoger los votos y a redactar la
– No sé escribir. resolución que corresponda.
– Bien ¿Usted quiere entrar en el mundo? La resolución de la asamblea fue la siguiente:
– Para eso he venido. “Considerando que todos los seres de la
– ¿Usted sabe que aquí todos trabajan y que creación llenan funciones útiles;
es preciso ser útil en alguna forma? “Considerando que el Muliñan no serviría para
– Desde luego que, si usted lo dice, así ha de nada;
ser. “Se resuelve: encargar al elefante portero de
rechazarlo, por las buenas o las malas.
– Usted no tiene trompa. ¿Cómo hace para “En caso necesario, requerirá el auxilio de los
comer? búfalos y de los ciervos, para alejarlo de la
– Como se puede. puerta de entrada.
– ¿Y qué es lo que usted come? “Si la resistencia reclamara el empleo de
– Lo que venga. medios más decisivos, se dejará el asunto en
El elefante consideró el caso complicado y garras del señor león y del señor tigre, que se
llamó al león. El león dijo: repartirán el botín por partes exactamente
– ¿Cuáles son los servicios que prestará usted iguales”.
en el mundo? Y así se explica que aquel rarísimo animal no
– Los que me correspondan –fue la respuesta haya entrado en el mundo.
– ¿De qué se alimenta usted? –preguntó el
león.
– De lo que conviene –contestó él.
El león juzgó también embrollado el asunto e
hizo llamar al mono, pues ya el pícaro mono se
había hecho perdonar sus travesuras y
conseguido que el león lo nombrara su
6 35
mosquitos, que se colaron indebidamente en el secretario para las reuniones en El Bosque
mundo, nosotras durante el día y los Azul.
murciélagos durante la noche, no hacemos otra Vino el mono, miró a aquel bicho tan raro y le
cosa más que matarlos. preguntó:
– Así es –dijo el murciélago-. ¡Pena de muerte – ¿Usted come bananas?
contra los mosquitos! ¡No ha de quedar uno – Si es cosa buena…
vivo! – ¿Le gustan los cocos?
– Por mi joroba aseguro –dijo el dromedario- – Deme uno para probarlo.
que todavía forman nubes y no deben estar – ¿Sabe usted abrirlos? –preguntó el mono.
muertos, porque agujerean la piel de nuestro – Démelos abiertos –respondió.
hocico. – Aquí no se da nada –dijo el mono-, y cada
– La verdad es –dijo la cebra- que El Bosque cual se arregla como puede. El señor león
Azul ha condenado a muerte a los mosquitos y desea saber de qué se alimentará y cuáles son
a los tábanos, pero ellos continúan los servicios que prestará usted en el mundo.
chupándonos la sangre. – Y ya le he contestado –dijo el bicho raro- que
– Es intolerable este desorden –exclamó el comeré lo que corresponde y prestaré los
tigre-. ¡No hay suficiente energía en la servicios que convienen.
presidencia! – ¡Este quiere engañarnos! –exclamó el mono.
– ¡Señores! –dijo el león-. Aquí sobra energía Rugió el león y asustado el que pretendía
en la presidencia y nadie puede hablar sin mi entrar, dijo:
permiso, de modo que las palabras del tigre – Los servicios que prestaré serán muy
han sido dichas violando el reglamento… Y grandes. Para alimentarme libraré al mundo del
ahora ordeno que se proceda a la votación, y animal más inútil que hay en él.
que nadie diga más que sí o no. Sí, significa – Eso –declaró el león- ya es decir algo, y por
que entre el Muliñan; no, significa que no entre ahí debía usted haber empezado. Vamos a
en el mundo. Proceda de inmediato el
34 7
considerar su asunto en El Bosque Azul. – ¡Se ha ido de vergüenza! –ladró el perro.
Quédese afuera y aguarde la decisión. – Dura lección –dijo el cóndor- recibimos de
Al llegar la noche de aquel mismo día, reunidos quien está tan abajo, tan abajo que ni sabía yo
en El Bosque Azul los representantes de todos que existiera.
los animales, consideraron la solicitud del – Usted vive en las alturas, señor cóndor –dijo
nuevo postulante. el búho-, y no puede reparar en pequeñeces.
– Se trata –dijo el león- de la entrada en el – Supongo –dijo el león- que ya no puede
mundo de… -Y volviéndose al mono secretario haber dos opiniones… ¡Con todo mi poder, yo
agregó-: Tenga la bondad de leer el nombre. no sería capaz de realizar una insignificante
El mono leyó, tartamudeando y con pausas: parte de la preciosa obra que realiza la lombriz!
– Muli… ñandú… peli… cascari… pluma. – ¡Un aplauso, señores, para estas palabras,
Al oír este nombre sonaron risas y voces de que son justicia para todos los humildes! –
protesta. zumbó el mosquito.
Restablecida la calma, pidió la palabra el tigre, – ¡Alto ahí! –exclamó el mono secretario–. El
fastidiado y celoso de que el león presidiera la que acaba de hablar no tiene voz ni voto en El
asamblea, y dijo: Bosque Azul. Es de los que han entrado de
– Yo no puedo creer que exista un animal con contrabando y hay contra él pena de muerte.
semejante nombre. Estoy por afirmar que el Más el mosquito, al oír las primeras palabras
señor presidente se burla de nosotros. del mono, había huido, temeroso.
Ante tal duda los carnívoros protestaron – Pido –dijo el cascarudo– que lo escuchado
ruidosamente. sirva para que se nos tenga más consideración
– ¡Silencio! –rugió el león–. Vuelva a leer el a los humildes y no seamos hollados por los
señor secretario el nombre del postulante, que soberbios.
es tal como se ha dicho. – Ya veis –agregó la golondrina– que todos los
seres son de alguna utilidad, aunque a veces
se ignoren sus beneficios. Y en cuanto a los
8 33
ventilamos y la purificamos. Sin nosotras, el Así lo hizo el mono, y esta vez nadie se atrevió
suelo sería una masa compacta, dura, a chistar, pues con su fiera actitud y su
corrompida y estéril. No en balde el Creador encrespada melena el león impuso respeto.
determina nuestra abundancia prodigiosa; no El hipopótamo, que había probado repetir en
en balde nos ha juzgado necesarias, lo mismo voz baja aquel nombre tan largo y que al
en las heladas estepas de Siberia, que en las hacerlo se fatigaba mucho, pidió la palabra y
cálidas regiones tropicales; lo mismo en las dijo:
llanuras y en los valles, que en las más altas – Propongo a la asamblea que se acorte ese
montañas… ¡Lo más inútil del mundo! ¡Decid lo nombre.
más insignificante, lo más humilde; pero decid – Hago moción –dijo el lobo– para que se
también lo indispensable para que en la tierra suprima la pluma. Eso no sirve más que para
exista vida! engorro, dondequiera que se halle.
Ante el asombro y la admiración de la – Hago moción de que se suprima la cáscara –
asamblea, terminó su discurso la lombriz, dijo el zorro.
contrajo el cuerpo y desapareció en el agujero Las dos mociones fueron aprobadas por
por donde había salido. unanimidad.
El león, estupefacto ante lo que acababa de Entonces dijo el león:
escuchar, dijo: – Tenga la bondad el señor secretario de leer el
– ¿Dónde está el autor de la moción? ¿Dónde nombre con las modificaciones aceptadas. Y
está el señor lobo, que no lo veo, y que dijo que leyó el mono:
la lombriz era lo más inútil en el mundo? – Muliñandupeli.
Pero el lobo, avergonzado del disparate que – Todavía sobra –observó la comadreja-. ¡Que
había dicho, no aparecía por ninguna parte. se suprima más!
– Señores –dijo el zorro-, el señor lobo ha Después de una nueva poda, leyó el mono.
debido retirarse por un asunto urgente y me ha – Muliñan.
rogado que pida disculpas por su ausencia.
32 9
– Está bien –dijo el hipopótamo–. Mu-li-ñan… muchos, es porque soy necesaria, quizá más
Mu-li-ñan… Puede repetirse sin cansarse. que ningún otro de los animales.
– Ahora –dijo el presidente– corresponde Las risas, cacareos, aullidos, chillidos,
resolver si se le permite o no la entrada. El estornudos, rebuznos y siseos obligaron a la
asegura que librará al mundo del animal más lombriz a suspender su discurso. Cuando volvió
inútil, comiéndolo. el silencio, prosiguió así:
– Pido la palabra –dijo el búho–. Para entrar en – Me obligan a decirles una verdad capaz de
el mundo hemos comprobado todos nuestra avergonzarlos. ¡Todos ustedes viven gracias a
utilidad. Es, pues, un disparate lo que el nosotras! ¡Gratitud, no menosprecio, debieran
Muliñan propone. ¡Aquí todos servimos para expresarme!
algo! – Vamos, vamos –gritó el lobo-. ¡Nada de
– Puede haber habido algún error –observó el sentimentalismos! ¡Hay que hablar claro y sin
cóndor–. El señor búho, por ejemplo, todavía rodeos! La asamblea estalló en una carcajada.
no se sabe para qué sirve. – ¡Silencio! –rugió el león.
– Sirvo –respondió el búho– para destruir Todos callaron y la lombriz continuó así:
muchos bicharracos perjudiciales. Yo no ataco, – Sin la tierra en las necesarias condiciones no
como algunos, a las aves más hermosas y más existirían vegetales, y tampoco, por
buenas. consiguiente, habría animales. ¿Y quiénes son
– ¡Nada de cuestiones personales! –exclamó el los encargados de trabajar para que la tierra
benteveo, que temió verse aludido por sus tenga la debida fertilidad?
crímenes en los nidos de los pajaritos-. El Estas palabras causaron viva emoción en la
Muliñan podrá desempeñar alguna tarea asamblea y el silencio se hizo tan cabal que
conveniente y es lo que ha de resolverse. molestaba la respiración del hipopótamo.
– ¡Apoyado! –exclamó el lirón, medio dormido y – Nosotras somos quienes sometemos la tierra
sin saber lo que decían. a un incesante trabajo de renovación. Como
barrenas vivientes, las excavamos, las
10 31
y pasado este minuto, la sanción será – Pido la palabra –dijo el burro –. Propongo que
irrevocable! se le destine a reemplazarnos en nuestros
trabajos. ¿Por qué hemos de andar cargados?
En el silencio que siguió a las palabras del ¿Por qué hemos de tirar de un carro y recibir
león, y ante la sorpresa de la asamblea, la en pago tundas de azotes? ¡Estamos hartos de
humilde lombriz asomóse a la superficie de la que se aprovechen en beneficio ajeno nuestras
tierra y preguntó tímidamente si podía hablar y virtudes! ¡Que entre, pues, en el mundo ese
si contaba con suficientes garantías para salir animal y que ocupe el lugar del asno junto al
del todo afuera. hombre!
Contestósele que sí, y una vez que hubo – Quisiera yo saber –preguntó la martineta–
extendido su cuerpo, dijo: cuáles serían los servicios que prestaría el
– Vez pasada casi se condenó a la pena de burro en el caso de que se hiciera lo que él
muerte a unos pobres cascarudos que, según propone.
la mayoría, no servían para nada. Resultó – Me dedicaría a la música. Creo que mis
comprobado que esos cascarudos sepultan rebuznos son una prueba de mis aptitudes para
diariamente innumerables animales muertos el arte.
que envenenarían la atmósfera, cumpliendo así Estas palabras provocaron una tempestad de
una tarea de importancia… Ahora, dicen gritos y en medio de ellos púsose el burro a
ustedes que no sirvo para nada. rebuznar con tanta fuerza que por poco
– ¡Para nada!... ¿Quién lo duda? –rebuznó el revienta.
asno. Impuso silencio el león, y concedió la palabra al
– Menos sirven sus orejas y sus rebuznos, oso hormiguero, que se expresó así:
señor asno –respondió la lombriz-, y usted no – Opino, señor presidente, que ha llegado la
repara en ello. Considérese, señores, que si el oportunidad de tomar alguna resolución sobre
Creador me ha protegido contra la voracidad de el burro. No se realiza una asamblea sin que
repita lo mismo y sin que nos aturda con sus
30 11
rebuznos. Para mí que son pocos los azotes de – Hago notar que en ciertos casos las
que se queja, puesto que le quedan ánimos lombrices son medicina y alimento. Las
para mortificarnos en esta forma. zancudas apoyaron al hornero.
– ¡Apoyado! –dijo la cebra-. Propongo que en lo Diversos animales alegaron que en la gran
sucesivo no se le conceda al burro el uso de la miseria de algunos inviernos es necesario
palabra. Ya sabemos de antemano lo que dirá recurrir a todo.
y que rebuznará hasta enloquecernos. Ya parecía seguro que la asamblea aprobaría
– Se votará –aseguró el león, y enseguida la moción del lobo, que se refocilaba orgulloso
concedió la palabra al elefante, que dijo: de su magnífico talento.
– Voto por la entrada. Propongo que se La hiena y otros seres que se alimentan de
dedique el Muliñan a perseguir a los ratones, y carroña la aprobaban vivamente, convencidos
que no haga otra cosa, y que se alimente nada de que el huésped perecería de hambre ante la
más, nada más que de ratones. dificultad de excavar la tierra para extraer
Todos sabían que estos roedores hacen lombrices, y entonces ellos se lo comerían a él.
temblar de miedo al elefante, pues le roen las – Por mí –dijo la jirafa- puede comérselas a
pezuñas y hasta se le introducen en el oído. todas.
– Muchos disparates se oyen –dijo el búho–, – Que se las coma y que le aprovechen –gruñó
pero ninguno como éste. El elefante olvida que el hipopótamo.
ya existimos los encargados de comernos a los – Bien –rugió el león imponiendo silencio-. La
ratones. asamblea ha decidido que el Muliñan entrará
– Hago moción –dijo el lobo– para que se en el mundo siempre que se alimente de lo
levante la asamblea y que con más calma y más inútil. La asamblea ha decidido que la
más conocimiento del asunto, mañana por la lombriz de tierra es lo más inútil. Por
noche se considere esta cuestión. La propuesta consiguiente: ¡Que salga la lombriz, que salga
del lobo fue aprobada y la reunión terminó. y que hable, que hable y se defienda! ¡Se le
concede un minuto para que se haga presente,
12 29
– Los más inútiles –dijo el cóndor– son los En la siguiente noche, al empezar la asamblea,
buitres, las arpías, los milanos, los caranchos; dijo el león:
toda la chusma de las aves de rapiña. – Se ha esperado para abrir este acto porque
– ¡Apoyado! –exclamó el águila. faltaba la lechuza. Ella llegó hace un momento
– Sin embargo –dijo el ciervo–, limpian el y quiere hablar.
campo al devorar a los animales muertos. Son – Pido la palabra –dijo la lechuza- para un
por esto indispensables. Es raro que el cóndor asunto muy importante y muy urgente que
y el águila ignoren la importancia de tales reclama resolución de la asamblea.
servicios. – En tal caso –dijo el león- hay que votar si se
– ¡Los inútiles son ellos, ellos, la chusma! – trata este otro asunto. Se votó y el mono dijo:
afirmó el carancho, mirando al cóndor y al – La asamblea ha resuelto considerar el caso
águila con desprecio y altivez. de la señora lechuza.
– Los inútiles –dijo la ardilla– son los peces. – Tiene ella la palabra –dijo el león.
Imposible comerlos… ¡No sirven para nada! Afirmó bien las patas la lechuza en el tronco en
– ¡La que no sirve es usted para opinar sobre que se hallaba y habló así:
peces! –repuso la gaviota. – Era muy conocida en nuestro campo la casa
– Señores –exclamó el lobo–, ¡que se pasa otra de los peludos, junto al caminito que va al
noche y no se come! Lo único inútil es lo que pajonal. Sucedió que una noche de luna
está debajo de la tierra. ¡Que se alimente el salieron los peludos de paseo y vino un
Muliñan de las lombrices de la tierra! hombre, los agarró, los puso en una bolsa y se
Aunque hubo algunas débiles protestas, la idea los llevó.
pareció excelente. Nadie presumía que el lobo – Bueno, bueno –dijo la jirafa-, si eso es todo,
fuese capaz de proponerlo, y lo miraban con asunto terminado.
admiración. El hornero dijo:
– El asunto –contestó la lechuza- no ha
empezado todavía y tenga la bondad la señora
28 13
jirafa de conseguirse paciencia, ya que gritaba era el faisán, rascándose desesperado
pescuezo no le falta… Por aquellos días, la cabeza.
justamente mi compañera y yo andábamos en Y replicó la golondrina:
busca de casa. Esperamos un día y una noche – He dicho que el único que cabalmente sabe
y, como los peludos no volvieron, ni volverán la misión encomendada a cada ser es el
jamás, nos instalamos en aquella cueva, que Creador. Pero en el caso particular que se
era amplia y cómoda. Poco después hicimos plantea, a mí me parece que los piojos entraron
nido y mi compañera puso ocho huevos. para que el señor mono tenga su parte en los
– Bien –dijo el dromedario-. Ya estamos trabajos y mortificaciones de la vida, pues sin
enterados, y pasemos a otra cosa. ellos se pasaría echado a la bartola en los
– Un poco de paciencia, y no jorobe –le chilló la árboles cargados de apetitosa fruta, sin más
lechuza-. Tuvimos la poca suerte de que tarea que extender el brazo y elegir la que le
aparecieran por allí dos hurones que agrade.
comenzaron a escarbar, se hicieron una cueva Miró el mono con rabia a la golondrina y se
y se instalaron muy cerca de nosotras. Una rascó a dos manos la barriga, dispuesto a
tarde, poco antes de la noche, salimos en contestar, pero la comadreja pidió la palabra y
busca de alimento y al regreso quedamos dijo:
horrorizadas. ¡Nuestro nido estaba deshecho! – Propongo que se le permita la entrada, con la
¡De los hermosos huevos sólo quedaban las expresa condición de que el Muliñan se
cáscaras! ¡No cabía la menor duda, viendo las alimente de lo más inútil, que son, como es
huellas en la tierra, de que los hurones eran los bien sabido, las víboras y las serpientes.
bandidos responsables de tan espantoso – ¡Qué disparate! –exclamó la perdiz–. Víboras
crimen! y serpientes destruyen una cantidad inmensa
– También nosotros sabemos –dijo el ratón- de de ratas y ratones, grandes enemigos de las
otros espantosos crímenes y de bandidos que cosechas y de las aves, cuyos nidos visitan con
agarran a sus víctimas de improviso y se las espantosos resultados.
14 27
la Luna. Yo creo que con ideas tan geniales llevan por el aire. Si eso es todo, ¡justicia hay
como ésta y la del burro y la del pavo, vamos a en este mundo!
estar discutiendo un siglo entero. Si el Muliñan – ¡Ya la tendrás a tu hora! –sentenció la
ha de alimentarse del ser más inútil, estoy lechuza, echándole al ratón una mirada que lo
dispuesto a insistir y a demostrar que el perro, hizo temblar de miedo-. Nosotras esperamos y
ese parásito humano, comparable a la pulga, esperamos, en continua vigilancia, hasta que
ese adulón del hombre, ese servil esclavo… La vimos que los hurones no andaban juntos como
algarabía no le dejó continuar el discurso que el antes. Salía uno y el otro permanecía en la
muy astuto se tenía preparado y tuvo que cueva. Ello significaba que tenían cría.
callarse. Entonces redoblamos la atención, y cuando
– Señores –dijo la golondrina-, yo he viajado salieron juntos una vez, entramos en la cueva y
mucho, conozco las más diversas regiones del sorprendimos a cuatro huroncitos dormidos.
planeta, y puedo asegurarles que perdemos el Rápidamente los despedazamos y los
tiempo. Todos los seres son de alguna utilidad, comimos.
ninguno es tan inservible como para destinarlo – Así que ustedes –dijo el Martín Pescador-
al Muliñan. Aunque nosotros ignoremos para fueron todavía más asesinos que ellos. El
qué sirve cada ser, lo sabe en su infinita asunto es bastante desagradable.
sabiduría el Creador. – Nosotras –dijo la lechuza- no hicimos más
– ¡Permiso! –exclamó el mono secretario, que que vengarnos del daño recibido, y
hacía ya rato se mordía las uñas impaciente quedábamos mano a mano. Pero los crueles
por hablar-. Quisiera yo que la golondrina nos hurones volvieron a comerse nuestros huevos,
dé una idea de la utilidad del piojo, que entró y nosotras otra vez les matamos a los hijos, y
en el mundo sin permiso. otra vez nos destruyeron nuestro nido, y otra
– ¡Apoyado! –gritaron los animales vez les devoramos vivos los huroncitos, y otra
atormentados por los piojos. Y el que más vez…

26 15
– ¡Basta! –exclamó el león-. Ni las fieras somos – Quienes lo escuchan –chilló el papagayo-
capaces de tanta ferocidad. ¿Qué es lo que supondrán que habla de envidia.
pides? – ¡Envidiar yo ese pico repelente!... ¡No diga
– Lo menos que se puede. ¡Que se condene a usted disparates! –exclamó el erizo.
muerte a los hurones! – Lo eriza a usted de envidia mi plumaje –
– ¡Que hable el hurón! –decidió el presidente replicó el papagayo-. Pero ¡tenga paciencia!...
de la asamblea. ¡Ya florecerán las rosas en medio de sus
Y el hurón dijo: espinas!
– Algo ha dicho la lechuza, pero no todo. – ¡Silencio! –exclamó el león-. Bien saben que
Tenemos igual derecho que ellas a vivir en está prohibido tratar en El Bosque Azul asuntos
aquel sitio; vivimos en casa propia, obra de personales. Tiene la palabra el lagarto.
nuestras uñas, y no en casa robada. El lagarto, en efecto, había pedido la palabra, y
– Robada, no; abandonada –aclaró la lechuza. dijo:
El hurón, sin hacerle caso, prosiguió diciendo: – Yo votaré por la entrada, y la considero
– Las lechuzas nos consideraron desde el conveniente, siempre y cuando el Muliñan se
primer día como enemigos. Paradas en los alimente de avispas; con la condición de que
palos del alambrado, nos espiaban con su cara ha de atacarlas cuando hayan terminado su
de bruja y nos denunciaban con sus chirridos panal. Vendrá, se las comerá a todas, porque
cada vez que salíamos, cada vez que ya son inútiles, y hará el servicio de dejarme la
regresábamos a nuestra casa. En esta forma miel, que me gusta con locura.
buscaban nuestra ruina. Teníamos miedo de – Mucho no había que esperar –observó el
andar. Esos chirridos eran sentencia de zorro- de la cabeza de un lagarto, pero sería
muerte. Si hombre o perro los oían, nos sin duda preferible que pensara con la cola. Si
hubieran buscado y descubierto. Podíamos el Muliñan, como propone, se comiera las
haberlas sorprendido en la cueva juntas o avispas, ya no habría más panales, y siempre y
cuando quisiera él comer miel la iría a buscar a
16 25
– ¡Que calle el pavo! ¡Que calle! –Y era porque separadas, de día o de noche, y librarnos de
sabían lo que les esperaba si se irritaba el tan peligrosos enemigos.
zorrino. – ¡Eso, hay que verlo! –exclamó la lechuza-. Y
Por suerte, no insistió el pavo en su idea, bajó cuando gusten, pueden hacer la prueba.
el zorrino la cola y volvió a imperar la calma. – Preferimos –agregó el hurón- lo menos malo
La cebra hizo notar que el armiño había y les destruimos el nido para infundirles
solicitado la palabra. Concedida que le fue, dijo: respeto. Y ellas, las muy asesinas, nos mataron
– Era para rogar que se fije otra ubicación al a los pequeños. Y nosotros, ante tanta
papagayo, el cual se ha posado en esa rama ferocidad, les destruimos nuevamente el nido.
que está encima de mí, y creo que todos me Y ellas, en vez de arrepentirse, reincidieron en
entienden, y no digo más. A lo que respondió el el horrendo crimen de despedazar nuestra
aludido: cría… ¡Asesinados nuestros pobres hijitos por
– Si algo cae sobre el armiño, debo advertirle unas viles lechuzas! ¡Pena de muerte reclamo
que esté tranquilo, porque no tengo psitacosis. para ellas!
– Que tenga o no esa peste es lo de menos – – Pido la palabra –dijo la cigüeña.
dijo el armiño-, pues lo demás es lo que me – Tiene la palabra –contestó el león.
preocupa. – Quisiera yo saber –preguntó la zancuda-
– Basta de cosas –exclamó la pantera- que hasta cuando piensan los hurones seguir
nada tienen que ver con lo que estamos destruyendo el nido de las lechuzas.
tratando. Noto que el puerco espín ha erizado – ¡Hasta siempre! –gritó el hurón furioso.
las púas. ¿Tiene algo que decir? – ¿Y hasta cuando piensan las lechuzas
– Simplemente me erizo al oír los chillidos del destrozar a los huroncitos?
papagayo –dijo el puerco espín-. Es algo que – ¡Hasta siempre! –gritó la lechuza más furiosa
me hace daño, algo que, francamente, no todavía.
puedo soportar. – Bien –prosiguió la cigüeña-; así es el odio;
tales son sus frutos. Ustedes mismos se han
24 17
condenado a vivir cada día más flacos y más Desde muy lejos escupió el guanaco y le
rabiosos, privados del placer de criar en paz a estampó un salivazo en aquel enorme pico que
los hijos, privados de vivir como los demás le daba el aspecto de enmascarado con
seres en el tranquilo goce de la abundancia y descomunal nariz postiza.
de la paz que la naturaleza les ofrece… ¡Y – ¡Señor presidente! –exclamó el tucán-.
vienen a pedir pena de muerte! ¡Ya la tienen!... ¡Reclamo las debidas consideraciones! –Y al
¡Nada quedará de ustedes en la tierra más que volver a abrir el pico le llegó otro salivazo
los frutos del odio, que son lágrimas y ruinas! lanzado con la misma puntería. En medio de
Después de las palabras de la cigüeña, hubo las risas de la asamblea dijo el león con su
un silencio. Luego, pidió el cuervo la palabra y imponente voz:
dijo: – Hago notar al representante de los guanacos
– Nos habíamos reunido para resolver la su manifiesta falta de respeto a El Bosque Azul.
entrada del Muliñan. Esto es poco, esto es Mando que se sitúe a mayor distancia, y si aun
nada, si se le compara con la vil pasión de los así no guarda la debida compostura, se le
hurones y de las lechuzas; pasión que padecen obligará a colocarse un bozal. El tucán ya no
también otros muchos animales… ¡Millares de habló más. Pidió la nutria la palabra y dijo:
seres mueren diariamente por culpa de los – Declaro que en mi vida oí una pavada más
celos, de las envidias y de las venganzas!... grande que la que acaba de decir el pavo.
¡Millares de seres son asesinados cada hora ¡Bien puesto el nombre! ¡Hasta el lirón se ha
por los malvados!... ¡Vótese ahora mismo una despertado y ríe!
resolución para que la vida sea respetada!... – Pavada o no –gritó el pavo-, es la solución
¡Ordene El Bosque Azul que no se persiga a para el problema. Y voy a demostrarlo…
nadie, que todos los animales busquen y hallen Entonces el zorrino alzó la cola. Al ver esto,
el sustento sin recurrir al crimen! centenares de gritos reclamaron:
– ¡Apoyado!¡Apoyado! –gritaron enérgicamente
muchas voces.
18 23
Cantó el ruiseñor, y todos lo escucharon Al oír esto, se alarmaron los que se alimentan
embelesados, sin acordarse de lo que estaban de seres vivos, temerosos de que el cuervo
discutiendo. consiguiese la aprobación de la mayoría. Y los
Calló y por aclamación le rogaron que cantara más alarmados fueron los carniceros, que
de nuevo. Cantó otra vez y volvieron a rugían y bramaban todos juntos sus protestas.
suplicarle que derramara sus armonías. Trabajo tuvo el león, también indignado por las
Y hubieran continuado escuchándolo palabras del cuervo, para calmar los ánimos.
extasiados hasta el amanecer, si no expresaran Cuando por fin pudo imponer silencio, dijo:
su disconformidad los animales que solamente – La asamblea está reunida nada más que para
de noche consiguen su alimento. Estos no se resolver si entra el Muliñan o no.
resignaban a quedarse en ayunas y reclamaron – ¡Señor presidente! –exclamó el tigre en tono
que continuara la discusión y se terminara con campanudo–. Para eso estamos reunidos y no
el asunto a resolver. para juzgar la vida ajena.
– Pido la palabra –dijo el pavo–. ¡Nadie ignora – ¡Señor presidente! –agregó el lobo con
que nuestra situación es intolerable! Ya se acento compasivo-. ¡El Muliñan se muere de
sabe que tras las copas de vino, las sopitas de hambre en espera de nuestra resolución y ello
leche y las nueces enteras viene la degollatina. me afecta en lo íntimo!
¡Me extraña que a nadie se le haya ocurrido la – ¡Señor presidente! –añadió el leopardo en
sustitución tan sencilla, que se nos presenta tono plañidero-. ¡Me aflige la situación de ese
ahora como llovida del cielo!... ¡Sean los animal que quiere entrar y nada se resuelve!
manjares para el Muliñan, y que engorde, y que Y la pantera lloraba a lágrima viva, mientras
lo metan en el horno y se lo coman en las decía:
Navidades! – ¡Pobrecito Muliñan!… ¡Esperando tanto
Tales manifestaciones provocaron tiempo!... ¡Y no se decide nada!...
estruendosas carcajadas. La verdad es que sólo les importaba que no se
– ¡Pido la palabra! –dijo el tucán. prohibiera la matanza.
22 19
– Queda para mejor oportunidad –dijo el león- búfalo no ha calculado los millares de tábanos
el asunto de los hurones y las lechuzas. Repito que necesitaría el Muliñan por día. Yo
que la asamblea se ha reunido nada más que propongo que se alimente de lo más inútil y
para resolver la suerte del Muliñan, y del molesto, que es el perro.
reglamento y de mi deber no ha de apartarme La ocurrencia del zorro provocó una batahola
nadie. de bufidos, cacareos, soplidos y silbidos. Bien
– ¡Muy bien! ¡Bravo! ¡Bravo! –exclamaron las sabían todos que el perro era de gran utilidad.
fieras. A esta altura del debate llegó y se aproximó al
El benteveo pidió la palabra, y dijo: presidente el elefante portero y le habló al
– Estoy conforme con que el Muliñan entre y se oído. Cuando se hubo retirado, el león dijo:
alimente de lo más inútil del mundo. – El elefante ha venido a anunciarme que el
– Nadie lo es más que tú –gritó el gorrión-, que Muliñan suplica a la asamblea una rápida
devoras a los pichoncitos en el nido. resolución, porque se muere de hambre.
– ¡Cállate! –repuso ásperamente el benteveo-. – ¿Se muere? –dijo la hiena-. Pido permiso
Yo creo que lo más inútil es lo más feo y lo más para ausentarme un momento. Ya sabían todos
feo es el murciélago. a qué iba. El ganso dijo entonces:
– El murciélago, señores –mugió el búfalo–, – Voy a proponer la forma de abreviar las
aunque no sirva para el buche del señor deliberaciones y zanjar dificultades. Que entre
benteveo, es un animal muy útil. Durante las ese animal, que se alimente de los cisnes y
noches de luna no descansa en la tarea de todo quedará en paz.
limpiar la atmósfera de una cantidad inmensa – ¡Calla! –trinó el ruiseñor.
de molestos bichitos que luego mortifican Al oír ese trino, la asamblea aplaudió y pidió
durante el día. Yo propongo que se alimente el entusiasmada al ruiseñor que hiciera oír su
Muliñan de tábanos. opinión.
– En esta forma –dijo sentenciosamente el
zorro– nunca se llegará a una solución. El
20 21

También podría gustarte