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Carlos J. Valdivia Biedma (Priego
de Córdoba, 1993) se graduó en
Traducción e Interpretación por la
Universidad de Córdoba y cursó un
máster de Traducción Literaria por la
Universidad Complutense de Madrid.
Comenzó a desarrollar una faceta
artística tras salir de la universidad, bajo BODÍDDDDníBBnBm™
[ I ][
el pseudónimo artístico Apiade. En sus
obras, de estilo minimalista, son temas i 3 i
recurrentes la cultura pop, el folclore, la
religión y lo queer. Hasta el momento,
g
ha realizado los diseños de portada de iÕ

varios libros de las editoriales Egales


y Flores Raras, así como traducido He
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venido a reclutaros y Sufragio femenino,


y publicado Devocionario queer, santoral ¡^1
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de la diferencia.
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Cl primer orgullo fue uno revuelto

CAR LOÓ VALDIVIA BIEDMA

BARCELONA - MADRID
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© Carlos Valdivia Biedma, 2019 El espíritu que nació en 1969 de un bar


llevado por la mafia se convirtió en la fuerza
© Editorial EGALES, S.L., 2019 de la comunidad gay e inspiró no ya una
Cervantes, 2. 08002 Barcelona. Tel.: 93 412 52 61 manifestación anual, sino formas de expresar
Hortaleza, 62. 28004 Madrid. Tel.: 91 522 55 99 el orgullo gay en las vidas individuales.
www.editorialegales.com
Stonewall ocurre cada día.
ISBN: 978-84-17319-70-0
Depósito legal: M-19931-2019
Ann Bausum
© Texto e ilustraciones: Carlos Valdivia Biedma Stonewall, Breaking Out
in the Fightfor Gay Rights
Revisión y corrección: Nacho Esteban Fdez.

Imprime: Ulzama Digital. Rol. Ind. Areta, calle A-33


31620 Huarte (Navarra)

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transfor-


mación de este obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares,
salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos
Reprográfícos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento
de esta obra.
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50 años son nada

En junio de este año hará 50 años que un grupo de personas se rebelaron


a las puertas del bar Stonewall Inn en Nueva York contra la brutalidad
policial, la discriminación y la desigualdad de las personas no norma­
tivas. Ese grupo de personas lo constituían mujeres lesbianas, hombres
gays, personas trans, travestis, jóvenes, sintechos, latinas, negras. Todas
marcaron, sin saberlo, el inicio del activismo LGTB moderno estadou­
nidense y mundial.

Este libro nace para recuperar esos acontecimientos, que vuelan por
nuestro movimiento como mitos, y fijarlos basándose en los relatos
históricos de las personas que estuvieron en Christopher Street aquel
fin de semana.

También para celebrar y recordar nuestro pasado, aprender de nues­


tros aciertos y errores, para poder construir un mundo más plural e
igualitario en los próximos 50 años.
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los Qisruroios de btonewall,
disturbios 06 debemos retro-
Stonewall, debemos
ceder hasta la Europa de finales del siglo XIX, donde empezaba a
crearse una corriente por los derechos homosexuales en varios países
europeos como Alemania, Francia o Inglaterra. Era un movimiento
no organizado, repartido en distintas ciudades y que se alimentaba
de los avances médicos del cambio de siglo. Poco a poco se fue crean-
do un discurso reivindicativo
------ - —-• ■ que se resumía en un "existimos y no
somos aberraciones contra natura".

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En la cresta de esta ]primera
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ola se encontraba el sexológo Karl
Heinrich Ulrichs, que en 1862 publicó una serie de investigaciones Çí.':f4'>T'^^''^
sobre el uranismo, el primer
primer término positivo para
término positivo para referirse perso­
referirse aa perso-
nas que mantienen, relaciones sexuales o románticas con su mismoj
venía a sustituir, entre otros, a pederasta o al delito del
sexo y que venia
sodomita, por el que fue condenado Oscar Wilde varios años después
en Inglaterra. ^“>-3

En 1867 Ulrichs se convirtió, que sepamos, en la primera persona


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en salir dei armario públicamente durante un discurso ante el Con­


greso de Juristas Alemanes en Múnich, y así lo recogió en un texto
que escribió poco después y que es toda una declaración de intencio
intencio-­
nes, aún válida hoy en día, contra la homofobia de la sociedad en la
que vivía.
Á r
12
Aunque fracasó en su tarea, su trabajo sirvió para que, años después,
; Magnus Hirschfeid crease en 1919 el Instituto para la Ciencia Sexual,
que contenía la biblioteca de Alejandría de la homosexualidad, y en
1928 la Liga Mundial para la Reforma Sexual sobre Bases Científicas,
que buscaba internacionalizar y coordinar la lucha por los derechos
; homosexuales. Y, a pesar de que no se consiguieron, se pudo plan­
tear la cuestión en debates que, poco a poco, fueron abriendo algunas
mentes.

Sin embargo, el 6 de mayo de 1933,


con la proclamación del régimen
nazi en Alemania, se tomó la deci­
sión de limpiar las bibliotecas de r
libros "poco alemanes", y el Insti­
tuto para la Ciencia Sexual era un
I L
claro objetivo. Miles de libros, fo­
tografías, informes e investigaciones
sobre la diversidad sexual
se perdieron aquel día,
y cortaron las alas a un
V
movimiento de libera­
ción que se vio ahogado
por una guerra mundial
que lo recluyó a campos
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de concentraciónn donde
fue diezmado.
I

Una de estas llamas llegó hasta Estados Unidos, donde Henry Gerber,
un soldado que había luchado en Alemania y había conocido el trabajo
de Hirschfeld, decidió crear una asociación que luchara por los dere­
chos de las personas homosexuales. En 1924 se creó la Sociedad para
los Derechos Humanos en Chicago, que llegó a editar
__ la primera publicación dirigida a público homo-
sexual en EE. UU., Friendship and Freedom. No
r obstante, debido al arresto de varios de sus
I B miembros (la homosexualidad estaba pro-
I __ 1 hibida por ley), la sociedad se disolvió a
1
los pocos meses.
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Pero la llama no se apagó, y de entre las cenizas del movimiento


surgieron algunos pétalos rojos que volaron a distintas partes del -

mundo, donde fueron plantadas por muchas y muchos activis­


tas, casi siempre a escondidas y contra la ley.
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16
Unas décadas más tarde, a principios de 1950, el Gobierno es­ Para luchar contra todo esto, Harry Hay creó la Mattachine Society, que
tadounidense empezó a realizar una lista de personas ho- defendía que los homosexuales eran una minoría oprimida y que hacía
FX. mosexuales conocidas, gracias a la cual registraban falta crear un sentimiento de comunidad y eliminar la discriminación le­
correspondencia y hacían un seguimiento de gislativa. Tomaba su nombre de la Société Mattachine, una hermandad
los locales que frecuentaban y sus círculos musical secreta de hombres solteros que actuaban en público con la cara
y de amistades. Se persiguió al profesorado cubierta por máscaras. Harry Hay consiguió poco a poco expandir la
/ sospechoso de ser homosexual, se prohibió asociación a otras ciudades, como San Francisco, Chicago o Nueva York.
t vestir prendas de ropa del género opuesto y Llegaron incluso a crear una revista de temática homosexual que per­
se normalizaron las terapias de conversión, dura hasta nuestros días: One Magazine. Años después de su creación, la
que aún siguen vigentes a día de hoy en organización sufrió una dura escisión: por un lado,
muchos de los estados. La mayoría de las los que querían seguir el camino radical que ha­
personas que no seguían la norma tuvieron que bían llevado hasta entonces, y, por otro, los que
optar por una vida en silencio y represión. I preferían llevar un camino más pacifista. Cuan­
do el activismo gay se volvió más agresivo en
los 60, la Mattachine se disolvió a nivel nacional
y solo quedaron algunas pequeñas ramificacio­
nes. En 1979, Hay creó las Radical Faeríes, un gru­
5 po cultural y anfisistema de hadas de los bosques
que abrazaba la feminidad de los hombres gays y
apostaba por un modelo de vida sostenible en el
‘ que cada hombre adoptaba la identidad de un
hada y vivía en comtmidad con el resto.
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one MAGAZINE
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QUI VIVE

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Varios años después de la creación de la Mattachine, Del Martin y í


Phyllis Lyon crearon en San Francisco las Daughters of Bilitis, la pri­
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mera asociación estadounidense que luchaba por los derechos de las
mujeres lesbianas. Le pusieron este nombre ('las Hijas de Bilitis' en
español) por un poema de Fierre Louys dedicado a Bilitis, una amante
de Safo. A través de su publicación, The Ladder, buscaban acabar con
la invisibilización de las mujeres lesbianas en todos los ámbitos. Años ¡í rv' }j
más tarde, al igual que la Mattachine, se produjo una escisión entre las I /
que querían integrarse en el movimiento gay y las que querían hacer lo
propio en el feminismo. Acabaron disolviéndose a finales de los años
70. En 2008, Del y Phyllis fue­ I
ron la primera pareja de mu­ tertesf' o

ne ladder jeres en casarse en San Fran­


cisco tras 58 años de relación. í___
30 UP- 30UF-
La Mattachine y Ias Daughters of Bilitis crearon,
junto a otras organizaciones que habían
surgido después, la Conferencia Nortea­
HOMOSEXUALS mericana de Organizaciones Homófílas
I
(NACHO, por sus siglas en inglés), que 5
organizaba el Recordatorio Anual en el rií^
should be HO
Independence Hall de Filadélfia para
jG«T5 judged oó recordar que no todo el mundo disfru­
taba de los mismos derechos civiles. Su
civi^ *• individualó objetivo era demostrar que las personas
homosexuales no eran tan diferentes del
estadounidense heterosexual de a pie, así
que se manifestaban ordenadamente, ellos
con traje y ellas con vestido. Los orga­
nizadores prohibían a los participan­
tes tener muestras de afecto entre ellos
mientras durase la manifestación, que f
nunca conseguía reunir a más de una
veintena de personas.

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Mientras todas estas asociaciones daban sus primeros pasos, otras Las redadas eran muy habituales y algunas llegaron incluso a provo­
muchas personas del colectivo que no encajaban en la reivindicación car disturbios, que, aunque no tuvieron la repercusión que tuvieron los
más normativa (personas trans, travestís, sin techo, menores, latinas, de Stonewall, son de mucha importancia para entender la lucha por la
negras) se reunían en las calles y en determinados locales desperdiga­ liberación del colectivo. Una de estas redadas-revueltas tuvo lugar en
dos por todo el país para bailar, relacionarse y olvidar su otra vida. A agosto de 1966 en la cafetería Compton's de San Francisco, donde un
pesar de que la ley prohibía servir a personas homosexuales, la mafia grupo de travestís, mujeres trans y chicos gays disfrutaban del sábado
italiana de EE. UU. supo sacar partido y pronto consiguió el mono­ noche. Todo parece indicar que fue el dueño del local quien llamó a la
polio de estos locales sirviendo alcohol aguado y robado a precios policía, para evitar que el alboroto provocado por este llamativo grupo
desorbitados. Gracias a sobornos semanales, la mafia evitaba que la ahuyentara al resto de clientes. La policía intentó arrestarlas, pero, harta
policía hiciese sus habituales redadas en fin de semana, lo que supon­ de la brutalidad policial y de la situación, una de ellas cogió una taza de
dría grandes pérdidas para los dueños. café y se la estampó en la cara a un policía. El resto siguió su ejemplo
y pronto volaron los azucareros, los vasos, las botellas y hasta las me­
sas. Cuando la policía hubo arrestado a las alborotadoras y despejado
el local, el dueño prohibió la entrada expresamente a las mujeres trans.
La comunidad no se calló y organizó un boicot contra la cafetería, que
terminó con el ventanal de la fachada hecho añicos y un descenso de las
ventas. Después de esto, en San Francisco se creó una red de atención
para personas trans que se formalizó con la creación en 1968 de la Uni­
dad de Orientación para Personas Transexuales (NTCU), la primera en
todo el mundo.

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Nueva York se preparaba a principios de los 60 para la Feria Mundial
que acogería en 1964. El recién elegido alcalde, Robert F. Wagner Jr., es­
taba preocupado por la imagen de la ciudad y aprobó una campaña para
limpiar la ciudad de bares homosexuales. Ya que no podía prohibirlos
Al año siguiente, la noche del 31
de diciembre, un grupo de perso­
tal cual, amenazó con retirar las licencias a los locales que fomentaran
nas trans, travestis y gays estaban conductas "inapropiadas". Por tanto, la gran mayoría de los bares de la
celebrando la llegada de 1978 en la ciudad prohibieron el acceso a personas homosexuales, travestís o trans.
taberna Black Cat de Los Ángeles.
Entre ellas, un grupo de policías
infiltrados, que aprovecharon el
clásico beso de medianoche para
detener a dieciséis personas. En
apenas unas horas, doscientas
personas se reunieron frente a la
The puerta del local para defender a
sus compañeras. La policía sofo­
có los disturbios, que se prolon­
BLACK garon durante toda la noche. Al
igual que había ocurrido en San
Francisco con la NTCU, en Los

CAT Ángeles nació a raíz de estos dis­


turbios The Advócate, una revista
de temática LGTB que aún sigue
publicándose hoy en día.

26
(Ípfíl-.

Como ya hemos visto, la mafia aprovechó muy bien esta situación. Co­ La mayoría de estos locales se encontraban en el Greenwich Village, un
menzaron a alquilar locales ruinosos en zonas poco frecuentadas, los barrio que tras la II Guerra Mundial se había convertido en una zona en
restauraban ligeramente y los abrían como clubs privados. Después la que se asentaron personas que no encajaban eixel resto de la ciudad:
compraban alcohol de contrabando, lo aguaban y lo servían a precios travestis, gays afeminados y lesbianas mascytühas, jóvenes menores de
desorbitados. A pesar de contar con miembros gays y lesbianas entre edad, personas trans, prostitutos mascy.iinüs, sintechos y negros. Allí
sus filas, la mafia detestaba al colectivo, y los veía tan solo como una podían bailar y ligar tranquilamente sin nadie que los molestara. Era su
gran fuente de ingresos. ambiente seguro. En el corazón del Greenwich se encontraba un peque­
ño local de fachada de ladrillo visto: el Stonewall Inn.

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Ambos edifícios, el 51 y el 53, habían sido construidos en 1840 Tan solo cuatro años después pasó a ser un restaurante llamado
como establos. Más adelante, en 1930, se unificaron las fachadas Stonewall Restaurant. En 1967 la mafia lo transformó en el bar gay
en una sola, hecha de ladrillo visto, con dos grandes puertas tras que conocemos hoy en día.
las que se abría una panadería.

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Era un local bastante ¡pequeño, de fachada en ladrillo visto, un

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gran escaparate con vidriera y un letrero con luces de neón que
solía estar apagado. La fachada estaba pensada para que pasara
desapercibida, sin luces ni signos de vida en el interior. Legalmen­
k- te estaba registrado como club privado, por lo que no requería una
■I ; licencia para vender alcohol, ya que se suponía que cada miembro
j del club traía su propia bebida. Era un local relativamente peque­
ño, sin agua corriente (enjuagaban los vasos en un barreño y
volvían a usarlos) ni salidas de emergencia, y todo el mundo sa­
bía que allí ocurrían cosas prohibidas por la ley.
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Se accedía por una puerta maciza, cerrada siempre a cal v canto en
a que tan solo había una nurilla. Un
una mirilla. Un ojo
ojo decidía si entrabas
decidía si entrabas o n"
Los porteros eran normalmente miembros de la propia mafia, cuyos ■
criterios
Ttotalmenteeran totalmente arbitrarios y susceptibles de sobornos. Uno 1
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Así, el Stonewall puede enorgullecerse de haber contado entre? sus
miembros a personas de la categoría de Judy Garland, el Pato Donald
5 o Elizabeth Taylor. A la derecha, se abría la sala grande, con una barra
y la pista de baile al fondo, en la que bailaban los hombres y los chicos
más jóvenes, pues el Stonewall también era conocido por ser un buen
Se pasaba entonces alla taquilla y al vestidor. Allí se compraba lugar para los maduritos que querían ligar con algún yogurín. A la
la entrada, que incluía dos bebidas y cuyo precio era de un dólar izquierda, entre dos columnas, se llegaba a otra sala más pequeña y
entresemana y tres dólares los fines de semana. Para justificar que (escondida, que servía de "refugio"
_ para travestis y mujeres trans, que
aquello era un club privado, todo el mundo debía firmar antes de estaban al mando de la rocola. Entre ambas salas se encontraban los
entrar, pero prácticamente nadie lo hacía con su nombre verdadero. aseos, casi siempre atascados y sin apenas luz.
- 38 - - 39 -
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Sin embargo, la noche del 27 al 28 de junio de 1969 fue diferente. Pasa-
da la medianoche, llegaron a la puerta del bar seis policías que habían
sido informados por otros policías vestidos de paisano de que en el in-
teriorse»estaba sirviendo alcohol. Encendieron las luces del local y ce-
--------------------
H rraron la puerta para comenzar a evacuarlos ordenadamente. Aquella
podría haber sido otra redada cualquiera, pero la clientela dijo "Basta"
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fe y se negó a colaborar con la policía.

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Todas las redadas seguían un mismo modelo: si había recibi­


do su soborno, la policía avisaba con antelación para que pu­
diesen esconder el alcohol; después llegaba al bar y lo vaciaba
poco a poco, pidiendo la identificación a las personas que es­
taban dentro. Aquellas que no tuviesen o que fuesen vestidas ,5í-
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con al menos tres prendas del género contrario eran arrestadas.


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negando _
a identificarse, y la
policía las fue sacando para meterlas con violencia en el furgón policial.'
I Pero la presencia del furgón alteró aún más a la multitud que se había

Esto ocasionó un desfile de reinas que provocaban vítores


que provocaban y gritos
vítores y
de complicidad y admiración, como si fuera el photocall de alguna
gritos
I reunido en la calle y empezó a abuchear a la policía. La mayoría de
las personas que habían podido presentar una identificación, aunque
fuera falsa, habían
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--------- ------------------- ------------------------------------ resto“seguía
al exterior.-----El----------------- dentro.
'O------------ Todo es-
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ceremonia de premios. taba relativamente en calma. Hasta que alguien tiró la primera piedra.
42 - 43 -
t

Sobre es^hay varias versiones. Unas dicen que la primera en tirar la piedra
fue Marsha P. Johnson, pero ella misma aseguró en una entrevista que llegó
cuando ya todo había empezado. Otras dicen que fue Tammy Novak la que
golpeó a un policía que no dejaba de empujarla. Otras, que fue una mano en­
tre la multitud al ver a una mujer lesbiana (cuyo nombre no ha trascendido) ÍÃ

vestida con ropa de hombre resistiéndose a entrar en el furgón y pidiendo s


ayuda a la impasible multitud. También se dice que no fue una mujer lesbia­
na, sino Raymond Castro, un pastelero puertorriqueño que se defendió “con I
la fuerza de un animal”, según el policía que lo intentaba meter en el furgón.
Nadie sabe realmente qué pasó; lo más probable es que ocurrieran muchas
de estas versiones a la vez, rompiendo la tensión que se mascaba en la calle,
pero a esa primera piedra la siguieron monedas, latas, botellas, ladrillos, con­
tenedores... e incluso cacas de perro.

44 45
Cincuenta, cien, doscientas, mil... La
protesta empezaba a ponerse cada
vez más violenta, pero nadie parecía
tener miedo ya no tenían nada que
perder. La fachada recibía botellazos
y golpes con casi todo lo que podían
coger y arrojar contra la cristalera del
bar, que se hizo añicos.
(

Alguien aprovechó esto para


meter la mano por una rendija
en la madera y prender fuego
(
,\ a las cortinas del interior. La
chispa que había volado des­
de Alemania hacía tan solo
treinta años se mostraba aho­
ra de la forma más aterradora:
La policía decidió resguardarse en el interior del bar. Estaban asediados el Stonewall estaba en llamas.
j
por una multitud enfurecida, que empezó a entonar algunas de las con­
signas que se oyeron durante toda esa semana. Nadie podía salir ni entrar.
I
Justo cuando el fuego amenazaba con descontrolarse y tragarse el
bar, con los agentes, los trabajadores y algunos clientes aún dentro,
llegó una brigada antidisturbios con cascos, porras y gas lacrimóge­
no que poco a poco fue dispersando a la multitud, la cual se burlaba
i- de la brigada imitando su formación romana y con canciones a coro.
I
La brigada no dudó en golpear, arrastrar, perseguir y dispa­
'-'t, rar Ias bombas de gas contra Ia multitud. La sangre cubría Ias
calles. Ia ropa y Ias caras de Ias que hasta hacía solo un par de
horas bailaban dentro dei bar. Era una lucha encarnizada por
sus derechos y no había marcha atrás.

1 Después de casi cuatro horas de disturbios, la bri­


gada consiguió despejar las calles. Con el amane­
cer llegó la luz y la fatal evidencia: el Stonewail
estaba destrozado por dentro y por fuera.

inasm

^■Sí-

5Z
El sábado Ia actividad fue frenética. Mientras algunos, como Craig Se acercaron muchos curiosos para ver el estado del Stonewall y com­
RodweII, preparaban folletos informativos o contra el control de la probar con sus propios ojos que lo que habían oído era completamente
mafia sobre los bares gays, otros hacían pintadas reivindicativas en cierto. Un gran cartel indicaba que el Stonewall abriría esa noche. El sá­
la fachada del Stonewall o empezaban a organizarse. Durante todo bado 28 se volvieron a concentrar miles de personas en la calle. Perso­
el día y llegada la tarde, se concentraron en las zonas de alrededor nas que antes se quedaban en casa o se escondían en bares oscuros a los
muchas personas que aún sentían el espíritu de la noche anterior en que se entraba con santo y seña ahora salían a las calles de la mano con
sus cuerpos, compartiendo experiencias y creando lazos entre ellas, sus parejas besándose y no dudando en hacer visible su forma de ser o
sintiéndose parte de una comunidad que hasta ahora se había oculta­ querer. Volvieron a quemar contenedores, a tirar piedras y monedas,
do en las cloacas de la ciudad, pero que hasta ese momento caminaba hasta que la brigada antidisturbios, que ya estaba preparada, volvió
por sus calles a la luz del día sin miedo. buscando venganza por el ridículo al que la habían sometido la noche
del viernes. Tras una noche mucho más intensa, cruel y coreografiada
por algunos grupos ajenos al colectivo, la multitud se disolvió.

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r NOSOTROS, LOS HOMOSEXUALES, SUPLICAMOS


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A NUESTRA GENTE QUE MANTENGA LA PAZ
.í Y UNA CONDUCTA TRANQUILA EN
LAS CALLES DEL VILLAGE.
- MATTACHINE
La lluvia calmó un poco los ánimos durante los si­
guientes días, pero el miércoles volvió a repetirse todo
una última vez. A pesar de la enorme participación, la
opinión estaba dividida: aparecieron panfletos a favor
y en contra de lo que había ocurrido e incluso artículos
en periódicos locales. Para muchos, la violencia no era el
camino a seguir y preferían no llamar la atención.
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Al igual que años antes se había creado el Frente Nacional de Liberación
IItí de Vietnam, muchos y muchas activistas, entre ellos Bob Kohler, Mar-
L tha Shelley y Jim Fouratt, aprovecharon el sentimiento instaurado por
í- los disturbios de Stonewall para crear el Gay Liberation Front (Frente
» << e? t de Liberación Gay) unos días después de los disturbios. Totalmente
opuesto a las estrategias "demasiado blandas" de las organizaciones
anteriores, el GLF buscó la confrontación pública y se declaró además
■ en contra del capitalismo, el racismo, el patriarcado y el imperialismo,
1- luchas que se han ido perdiendo en el activismo LGTB mainstream y que
entonces se consideraban necesarias para conseguir sus objetivos. Sin
‘l*' í', embargo, las discrepancias entre varios miembros fundadores hicieron
I Ia asociación fuese perdiendo intensidad apenas unos meses des-
que la
pues de haberse fundado.

o II Desencantadas con el declive del GLF, algunas personas crearon en L


diciembre de 1969 la Gay Activist Alliance (Alianza Gay
Activista), que, al contrario que el GLF, decidió cen­
trarse en asuntos que tuviesen solo relación directa

1
con la homosexualidad. Se dividió en varios comités
j específicos como el de Poder policial, el de Liberación
1 lésbica, el de Lesbianas negras o el de Información a jóve-
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pp 1i nes, entre otros. Una de sus estrategias más conocidas es
sel zap, por la cual abordaban en público a personali-
dades políticas y Ies preguntaban sobre temas LGTB,
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; forzándolos a tomar una postura al respecto.
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i' 4 - 55 -
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Street
A pesar de todo, las personas trans, travestis y sintecho no encontraban
Transvestite I su lugar en aquellos ambientes tan normativos y políticos, por lo que
I Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera crearon STAR, Street Transvestite
Action [ Action Revolutionaries (Acción Travesti Callejera Revolucionaria), que
Revolutionaries V buscaba dar apoyo a jóvenes trans sin techo, travestis, prostitutas e inmi­
grantes. Juntas consiguieron alquilar parte de un edificio abandonado a
; un mafioso,
] lo reformaron y acogieron en él a las que llamaban sus hijas-

En 1992, el cuerpo de Marsha


era encontrado sin vida en
río Hudson.

A día de hoy, aún no se ha


L esclarecido si fue un accidente,
un suicidio o un asesinato, como
parecen indicar todos las pruebas
t recogidas por Victoria Cruz, ami­
ga de Marsha y parte del Proyecto
Antiviolencia de Nueva York.

57
Dentro de este ambiente de movimiento y
B
cambios, la Mattachine volvió a celebrar su
Recordatorio Anual en el Independence
Hall, pero la nula repercusión evidenció
que aquel modelo ya no funcionaba:
todas las miradas estaban dirigidas a
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las chicas del Stonewall. Craig Rod-
well pensó que sería buena idea
darle una vuelta y unirlo a los su-
Liberation oa^
cesos de Stonewall para crear así
el Día de la Liberación de Chris-
topher Street. En un principio se
fijó la marcha para el 27 de junio,
1970
aniversario de los primeros distur-
bios, pero caía en sábado y se pen­
só que iría más gente si fuese un do­
mingo, así que el primer Día de la Liberación de Christopher Street,
GAY
el primer Orgullo, se celebró el 28 de junio de 1970. La marcha em­
pezó frente a la fachada del Stonewall y recorrió media ciudad hasta
Central Park. Aunque al principio solo había algunos centenares de
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personas, la mayoría pertenecientes a las asociaciones, poco a poco se
fue uniendo más gente durante el recorrido, consiguiendo una asis­ GOO -Z" A." fvj
tencia masiva. Cuando llegó a Central Park, la marcha ocupaba más f,us
de quince manzanas de la Sexta Avenida. .lE
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Con los participantes de
los disturbios ya organiza­
dos en distintas asociaciones
s. y el boicot que se organizó a la mafia,
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el Stonewall Inn quedó prácticamente vacío
y no pudo recuperar las pérdidas de aquellos días,
por lo que cerró en octubre de 1969. En las dos décadas si­
guientes, el local fue ocupado por distintos negocios sin relación al­
guna con los sucesos que habían tenido lugar allí, como una tienda de
! sándwiches o un restaurante chino.
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I
En 1990 se abrió de nuevo bajo el nombre de Stonewall como bar noc­
turno, aunque la mala gestión llevó a su cierre en 2006. En manos de
h
nuevos inversores, se reformó y se volvió a abrir al público en 2007,
, con un ambiente que recordaba mucho más al del pub de los 60. En
» estos cincuenta años desde los disturbios, el edificio se ha convertido
en una visita obligada para las personas LGTB que visiten Nueva York.
I
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I

L 61
R
1
La OMS retira la transexualidad
I La Asociación Estadounidense de Psicología quita Obama declara el Stonewail Inn de su lista de enfermedades
la homosexualidad de su lista de enfermedades monumento de interés nacional

Kathy Kozachenko, primera mujer abier aprueba ell matrimonio


tamente lesbiana en ser elegida para un ^igualitario a nivel federal
ir
I cargo público sen Estados Unidos a

Harvey Milk, primer hombre


I
abiertamente gay en ser elegido
para un cargo público

Encuentran el cuerpo de Marsha P.


Johnson en el río Hudson

Se crea ILGA
L
Crisis del VIH/sida
H
La OMS retira la homosexualidad
de su lista de enfermedades

Se funda GLAAD Se funda ACT UP


I d
Despenalización de las prácticas homosexuales y Acabar con las terapias
la transexual idad en los más de 70 países donde de conversión
se castiga con cárcel o pena de muerte I Visibilidad en ámbitos hasta ahora
f

tabú, como el deporte o la politic^

Educación universal inclusiva


y plural, que acabe con el
acoso escolar por LGTBfobia

Recuperación de la memoria
histórica LGTB
Reducir la tasa de
suicidio entre personas
LGTB, especialmente
jóvenes y mayores

k
Disminución de la tasa de desempleo
y mortalidad en personas LGTB, sobre
todo personas trans

¿Qué nos queda?


A Acabar con Ias agresiones por LGTBfobia
i

No podemos saber dónde estaremos dentro de 50 años, pero siempre


ayuda mirar atrás y aprender de nuestra historia para que las próxi­
mas décadas del activismo sean para todas y por todas las personas
que conforman el colectivo. Stonewall nos señaló que somos plurales,
que hay una parte que disfruta de ciertos privilegios y otra que sufre
la mayor parte de la discriminación. Busquemos un futuro en el que
no sea necesario otro Stonewall. Antes ' de.. . Stonewall
* hubo muchas y
muchos activistas que lucharon por nuestra liberación, pero los dis­ La llama que voló desde Europa hasta EE. UU. en los años 30 creó un
turbios de Stonewall dieron visibilidad a la lucha y la sacaron de la fuego vivo, poderoso y multicolor que lleva encendido cincuenta años.
clandestinidad para recorrer las calles a plena luz del día. No podemos dejar que se apague.

- 66 - - 67 -
I

Agradecimientos

A mi familia, por quererme y apoyarme incondicionalmente;

i*
a Ángel, Nacho, Ramón, Saúl y Víctor, por ser los mejores amigos que
uno podría dibujar;
/.i

a Mar y Mili, por acogerme en Berkana como a un gato callejero;

a Bob, Craig, Del, Harry, Jim, Marsha, Martha, Phyllis, Raymon, Sylvia,
Tammy, Victoria y tantas otras, por tener el valor de luchar por un
mundo más justo e igual para todas.
I

Para saber más

Acción Travesti Callejera Revolucionaria (S. T. A. R.), supervivencia, revuel­


ta y lucha trans antagonista, Sylvia Rivera

Becoming visible, Molly McGarry & Fred Wasserman, 1998

Behind the Mask ofthe Mattachine, James T. Sears, 2006

Dijferent daughters, History of the Daughters of Bilitis and the Birth of the
Lesbian Rights Movement, Mareia Gallo, 2006

Gay America, struggling for equality, Linas Alsenas, 2008

Stonewall, Breaking Out in the Fight for Gay Rights, Ann Bausum, 2016

Stonewall, el origen de una revuelta, Martin Duberman, 2018

The Stonewall Riots, the history and legacy of the protests that helped spark
the moden gay righst movement, Charles River Editors, 2019
■ I,

27 de junio de 1969.

Bar Stonewall Inn de Nueva York.

Una llama se enciende en la oscuridad.

Una lucha imparable por los derechos de las


personas LGTB.

i 1
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editoriales^
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