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REVERSO DE FOTO

& DOSSIER

Premio Calendario
Asociación Hermanos Saíz
1998
REVERSO DE FOTO
& DOSSIER
Reynaldo García Blanco
JURADO
EDEL MORALES
BASILIA PAPASTAMATÍU
CARLOS AUGUSTO ALFONSO

Edición y composición: JacquelineTeillagorry Criado


Diseño: Eloy Barrios Alayón
Corrección: Marbelys Sánchez Águila
Realización computarizada: Bárbara Dorta Alfonso
Mayra Fuentes Mesa

© Reynaldo García Blanco


© Sobre la presente edición:
Casa Editora Abril, 2000

ISBN: 959-210-162-0

Casa Editora Abril


Prado No. 553, entreDragones y Teniente Rey,
La Habana Vieja, Ciudad de La Habana. Cuba.
C.P. 10200
...los furiosos vientos que suenan tanto...
LOPE DE VEGA
I PARTE

Helena camina sobre las aguas


The budding twigs spread out their fan
To catch the breezy air,
And I must think, do all I can,
That there was pleasure there
S. T. COLERIDGE
CARTA A MI HERMANO THEO

He puesto mi cabeza sobre el cierzo de la noche


y me pongo a escribir como otro cualquiera
que se va a morir mañana
que va a ignorar las marcas de agua
y no tiene otra salvación
otro alpiste para dar a los pájaros que vienen a picotear en su
ventana. He puesto mi cabeza de tal modo que mi hermano
Theo no vaya a dudar de la gloria, no se vaya a poner triste de
estas mañanas en que el oro se derrama sobre la cabeza de los
perros. Voy a poner un poco de música y agua en el fuego, dejar
que se quemen esos atuendos que ayer me salvaban de escribir
o maldecir.

No va a ser posible que vuelva a mirarme a los espejos


y orinar de perfil
para que ese ruido del silencio o de mis desechos
no vayan a despertar al vecino.

Voy a dejar testimonio del hombre que ha cruzado el umbral


y cuenta las manchas del techo mientras allá abajo una muchacha
se viste como un ciego que a tientas pone el tocadiscos y una
Tocata y Fuga adereza el humillo que sale del café.
Aquí estoy sobre el cierzo y sin bandera. He abierto la ventana.

Dios quiera
que mi hermano Theo no dude de la gloria.

9
UN ALGO QUE REDUNDA

Esto es/ un algo que redunda en tu cabeza


y viene a morder

Te has levantado como un hombre común


y los árboles allá abajo

Esto es/ pedazos de cualquier cosa


un fiambre para sostener la mesa
unas astillas para el fuego

Como otro cualquiera comienzas a dudar del cartero


y su bicicleta celeste

Esto es/ explicarle a un niño la palabra crepúsculo


dibujar un rinoceronte
leerle un poema del siglo XIX

Va a llover y otro será el paisaje


Como si Dios no supiera
como si Dios y las palabras que vendrán

Esto es/ un algo que redunda los días que nos cercan
y perfilan como animalitos de la otra creación sin más Arca
de Noé que el cuenco de las manos

Mira eso/ las noticias caen a destajo


no sabemos a ciencia cierta cómo será un abedul al centro
de la nieve
o un tigre en la levedad del horizonte

10
Esto es/ un algo que redunda
golpea la cabeza
una cruda letanía que te quema las manos

Febrero se revienta
y estás mirando al cielo/ y eso basta.

Para Ángel Escobar

11
DISCURSILLO DEL ASERE

Ea. Mira que puedo poner la calle en estado de sitio, desarmar


los días. Ea, que puedo morir de ese vecino tan. A lo mejor
me repliego, me dinamito me. Ea, que no es Diciembre, cero
Navidad. Humos que hacen flores, pretiles de agua para que yo
me joda. Ea, puedo poner la calle en estado de sitio. Jineteros
al fin discurriendo por la lengua de asfalto. Negritos como
clarines a ese borde o te pegas a la pared, matrimonios que no
combinan. Oh Policía-Azafrán y violeta forma que se desplaza
y no mira y no pretende este aguijonazo. Ea, País/ ¿Qué pasa?
Todo se va destilando. Alambique que viene sobre ruedas
y esa multitud
y esa música
y esos otra vez
Ea, mira que puedo poner la calle en estado de sitio.

A Oscar Rojas Olsina


y Marino Wilson

12
P/D

Ahí están
Sordos y levantiscos
como si una bicicleta sirviera para llevar a remolque esta
enjundia de ciudad

Yo los veo cómo se esconden en los herbazales


y enarbolan sus banderitas
se regodean con las trompetas y los huesos

Es el ascua y la dictadura del agua encima del girasol

Son los ciegos que no se atreven a salir

No es más que el polvoriento silencio que se nos viene encima

Han roto botellas y no es Abril

Será fácil adivinar las crueldades que vendrán.

13
LOS FURIOSOS VIENTOS QUE
SUENAN TANTO

Mira esto. Me obligan a escribir sobre una mesa


en la que han puesto la palabra Dios. Ahora no sé si Dylan
Thomas o Gonzalo Rojas dibujan una estrella de alcohol
que de un modo u otro va a alumbrar mi mano.
Mira esto. Se disponen a arrancarme los ojos
que no vea los gusanillos de la madera
las piadosas herrumbres que Dios me concede.
Mira esto. Sobre un cáncer cabalga mi cuerpo. Mi mujer viene con
un alfanje y de un tajo corta mi ombligo. Dios se compadece
de estos silencios que sobrevienen.
Así. Luna o apocalipsis
cuchillos o címbalo: me obligan a escribir sobre una mesa en la
que han puesto la palabra Dios. Y lloro. Quiero explicar el salitre
aquellos abracadabras de amanecer clamando por las novias o los
granos.

14
EL BARÓN
ALEJANDRO DE HUMBOLT
ENCARGA UN CUADRO
A SU MAJESTAD FIDELIO PONCE

gilberto girón salta del bergantín


el obispo altamirano va delante con los pies rotos
las nereidas que suben como una orla
dinero/ carne/ tocino/ cueros
y luego gregorio ramos que entra con la cabeza de gilberto
girón y la pliega en la plaza y esas moscas levantiscas y el país es
de hojaldre de octavas reales y de contrafondo silvestre de
balboa que fuma un tabaco y el cocuyo en la mano da un
relumbre de azules más abajo el mar de manzanillo y el alférez
cristóbal de la caba regidor que va atenuando el lienzo así lo
quiero su S.M. don fidelio ponce a los trece días de abril de mil
novecientos y 97 ea pinte no más lo que le pido que yo pago
con espejo y paciencia no más que con espejo y paciencia.

15
EL MAR Y HOMERO:
TODO SE MUEVE POR AMOR
Mandelstan

Mi querido Lautréamont yo también he dormido sobre las rocas


y perseguí a un avestruz a través del desierto, sin poder alcanzarlo.
Y también vi cómo la tempestad ha empujado verticalmente
un barco, con la palma de su mano, hasta el fondo del mar
y sobre la jangada sólo quedaba un hombre que no decía adiós
ni daba vivas.
Mi querido Lautréamont hasta los fenicios escribieron cartas
de amor y se besaron hombres con hombres en el fragor
de la arena. Yo vi un círculo de humo y dentro una mujer
en ascuas que no tenía más memoria que un guerrero con las
vísceras al aire. Yo vi otras cosas mi querido Lautréamont
niños que un día se marcharon de su casa en busca de los reyes
magos y volvieron con el corazón roto de sífilis y nostalgia.
Paul Claudel habló del instrumento complicado del cautiverio
y un monje benedictino se enamoró del crepúsculo.
Así las cosas mi querido Lautréamont, el mar y Homero,
Helena o Itaca, cartas que vienen de Ontario y preguntar por
Ulises, John Donne escribe la palabra paraíso y se pone
a llorar/ en Mar del Plata hay una muchacha que se llama María
y nadie le escribe poemas, Laura duerme desnuda en la pinacoteca
del Vaticano, Bob Dylan se masturba a orillas del mar y Cleo
no puede creer el suicidio de Alfonsina. Oh Lautréamont ten
misericordia del hombre que ha dormido sobre las rocas y ha
perseguido a un avestruz a través del desierto, sin poder
alcanzarlo.

16
MARCEL DUCHAMP PINTA
BIGOTES A LA MONNA LISA

Es la hora de pisar el césped


poner la mano en el pájaro que huye
y cercenar la palabra que cae

Ya nadie saluda al Rey


y la gente viene a ver el trono
como si fuera un circo
como si fuera la extrañeza misma

Vamos a voltear la página


no rendir las cuentas
dejar a un lado el leve asombro de la nada

Marcel Duchamp pinta bigotes a la Monna Lisa


y la pimavera resume la sangre
las pleitesías
los padres crueles que seremos si nos quedamos así
viendo pasar los nagües y las bicicletas
los normandos y los jineteros
las divas y los generales

Es la hora de tatuarle el culo a Madonna


y sembrar un geranio a la memoria del Padre de la Patria

Oh Marcel
se acaba el siglo y la puerta está entreabierta.

17
NO QUEDA OTRO TÉRMINO
QUE PONERSE A REZAR

Ahí está el muro. Como soldados que vienen a paso doble


los pájaros han crucificado mi cabeza. Es la sal quien deja
estas manchas como sombras. Ahora soy la ballesta y el arco.
Soy un hombre que mira al mar y piensa en Helena. Soy el que
dijo un día la palabra país como el que siembra un ciprés
y espera la sombra con espanto.
Ahí está la cuerda floja por la que vienen mis antepasados.
Ya no soy el triste ni el tonto de la colina. Me pongo a escuchar
el redoble por los ahogados y todo es un espejismo. Helena
camina sobre las aguas. No queda otro término que ponerse
a rezar.

18
II PARTE

Dossier (A)
¿Orden interno? ¿Intimación exterior?
RENÉ CHAR
I

O se va a caer la tierra
O el oro de la cerveza avanza
Y me quita la memoria.

21
II

Me dan un sitio en el trono de Dios


¿Será la manera de comprar mi silencio?

22
III

Yo vi caer la nieve y no pasó nada


A mi lado acuchillaron a un hombre
y no vino la policía
y en el suelo una mancha parecía el devenir.

23
IV

Te voy a leer un soneto de Anthero de Quental


–le dije–
y comenzó a sangrar por la nariz.

24
V

Ya no se escuchan hosannas
ni amoladores de tijeras.

25
VI

Los rusos. Las madreselvas. Los chocolatines


Te va a matar la nostalgia.

26
VII

Todo es atroz
hasta ese gorrión que anida en el patio.

27
VIII

No tenemos nada
Acaso la primavera.

28
IX

Hay dos palabras que me gustan:


Cianuro y Pompeya.
No sé cómo son. Pero las sueño.

29
X

Mira estas cenizas. Pedacitos de vidrio


y mendrugos. Los dejó Penélope.

30
III PARTE

Los tres desastres capitales


Los hombres y mujeres que vi me fueron próximos
WALT WHITMAN
PRIMER DESASTRE

Miren con qué arrogancia el ave del paraíso se ha posado en el


pomo de la puerta. Miren que no puedo hacer nada con ese
discurso mudo del que aletea y va a picotear mi nombre, hacerlos
pedacitos, engullirlo de una vez y para siempre. Miren este oficio
de levantarse y arremeter contra el desayuno, contra la inercia que
me empuja las palabras, los tiernos sabotajes. Miren la orgía de
quedarse callado y que se caigan las estatuas y los que hacen las
estatuas. Miren con qué arrogancia el ave del paraíso nos llama,
nos quita el aliento como si fuera Dios el que se ha posado en el
pomo de la puerta.

SEGUNDO DESASTRE
No suena el invierno
no veremos pasar muchachas con bufandas
pájaros grises volando al sur

Hoy se van a volar los techos


se van a partir en dos las bicicletas
te van a asaltar los toros de la memoria

Hoy no vas a poder con tanta podredumbre


con tanta algarabía

Hoy te vas a reventar o te pones a escribir que no suena


el invierno, que no veremos pasar muchachas con bufandas,
que no veremos pájaros grises volando al sur. A la casa que te
has inventado se le volarán los techos y has preferido desandar
la ciudad por el temor a que los toros de la memoria o el auto
de tu vecino te aplasten para siempre.
Hoy no vas a poder con tanta podredumbre. Ya son muchos
los que no pueden con tanta algarabía, con tantas vidrieras
relucientes, con tantos carlitos sin trabajo, con tantas economías
que suben una escalera que solo Dios sabe si lleva al cielo.

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Hoy te vas a reventar o te pones a escribir, a inventarte un
invierno, una sonata, un ábrego, un poema en el que bajas
una calle, al cuello una bufanda y te pones a decir adiós a unos
pájaros que vuelan al sur, pues el invierno se llevó el techo de
tu casa y los toros de la memoria pastan en el jardín y no es
posible soportar tanta algarabía.

TERCER DESASTRE

Tú no sabes la devastación:

1) La brizna y el cuchillo junto al café en una mesa de centro.


2) La mar picada y Uno que se muerde los labios.
3) Un ave del paraíso en el pomo de la puerta.
4) Vas a cruzar la calle y encuentras un amigo de la infancia.
5) El cartero te entrega unas señales de ultramar que ya fueron
leídas por Otro.
6) Así de pronto no conoces el significado de la palabra alfanje
y no tienes un diccionario a mano.
7) Sales convencido de que no va a llover y ciertamente no
llueve; pero te queda un regusto a patio florecido,
a hombre que se va a morir o que siembra unas palmeras
y silba y se toma un café. Un pedazo de pan preside la mesa.
Con el cuchillo se va cortando de a poco las venas.
No tiene tiempo para morderse los labios. Y llegas a tu casa
y el pomo de la puerta sigue siendo el mismo del año
pasado. Nadie te visita. Nadie te escribe. No lees.
Tú no sabes la devastación.

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IV PARTE

Dossier (B)
La nostalgia es el miedo a crecer
ANDRÉS CAICEDO
I

Después de esos árboles


hay una llanura que no puedes imaginar.

37
II

¿Cómo será un dictador que agoniza?


¿Cómo será reirnos frente al espejo?

38
III

En una sala de hospital todo se permite


menos tener un geranio a los pies de la cama.

39
IV

Al otro lado de esa puerta está el paraíso.


Esos esperan en vano.
En Diciembre toman vacaciones.

40
V

Me pusieron un cirio encendido en los labios.


No dije nada.
El verdugo se puso a podar el jardín.

41
VI

Esto es
el peso específico de las palabras
un arranque
un volver la cara y encontrarse con el cuchillo.

42
VII

De un sopetón
como un anciano que se corta las venas
así de lento
nos ponemos rabiosos o enaltecidos.

43
VIII

Que va a llover como Dios manda


–dicen–
y una claridad sobreviene
(apenas un relámpago).

44
IX

La mesa está servida


–a la ensalada le falta un no sé qué
de tu mano o el temblor de vinagre–
no sabemos a ciencia cierta. No sabemos.

45
V PARTE

Reverso de foto
Cierro los ojos y el mundo todo muere,
subo los párpados y ha vuelto a nacer
SYLVIA PLATH
ASUNTOS DEL FERVOR

También, como Eugenio de Andrade


yo me he sentado a veces a las puertas del crepúsculo

Era el mes de envenenar a los perros


(quiero decir: Agosto que aplasta los cerezos y la cifra)
y buscaba las palabras en el pocillo del café
yo buscaba a los leales adversarios
las tristes consonancias de la penumbra

Asuntos del fervor


con toda la amargura
en el flanco ensombrecido del río.

49
ESTOY FELIZ/ (DIOS Y MIS
ENEMIGOS LO SABEN)

Todo es posible/ hasta la resurrección


Pongo los dedos encima del silabario y nadie los corta
Pongo estas palabras encima del carbón y no quieren arder

El breve parentesco de Dios con las cosas que me rodean


(me salva)
–La belleza será convulsiva o no será–
y somos pobres de oficio
tan pobres como terrestres que dibujan un pájaro en el cielo
Así vamos en busca del premio o del paraíso
como Los Caballos Blancos de Wessex
como Las Señoritas de Avignon
como tú o éste que pone palabras en el carbón
y espera que ardan
espera que le corten los dedos

Esto es no creer en la rueda de la historia


no confundir palmeras con abedules
dejar que los huesos se pudran y florezcan

Todo es posible/ que nos interroguen despiadadamente/


quedarnos mudos/ insolentes/ como cenizas
(me han puesto un pétalo amargo en los labios para que diga
tu nombre y no tengo memoria de tus piernas, de aquellos
potajes, de las cervezas que se doraban en el horizonte)

50
Todo es posible/ que los ruiseñores ariscos y hechiceros
hagan un nido en la cabeza del Padre de la Patria

Pero estoy feliz


Dios y mis enemigos lo saben/ me sobrecoge este
minúsculo desayuno.

51
CAMPO MINADO

Sobre este campo minado pudo estar la sangre o la espuma.


Ahora hay un gladiolo que se pudre. Y del humo que sube
y parte en dos se dibuja una ciudad parecida a la palabra Babel.
Al fondo unos regidores caen como estatuas, como banderitas
luego del desfile. Los cosecheros miran con largueza al cielo.
Sobre este campo minado no está Dios ni están tus huesos,
tus pezones, tus gripes. Ya te decía que se pudre un gladiolo.
Sobre este campo minado hay que caminar como ciegos, no
salir del borde de ese mar donde te calcinan y te merodean los
peces. Dios lo ha dicho. Te persiguen los guardas. Te persiguen
con un alfanje, con un fémur, con el húmero. «Dad al César lo
que es de César Vallejo» y seguimos aquí sobre un campo
minado, humo que sube, que tiembla y dibuja una Babel, una
enciclopedia, unos regidores que caen como estatuas, como
banderitas luego del desfile.

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NO ACONTECE

Bastos. Sólo aquellos bastos de las crueles barajas encima


de la mesa retornan del olvido y se abren en abanicos. Mustios
y célebres hacedores de tijeras asisten al memorable suplicio de
la hora en que la ciudad echa a rodar sus mujeres echa a rodar
sus miedos echa a rodar las infancias que ya no perdonan que
ya no perfilan. Nada tan bello como la mujer de uno en un
landó de seis caballos. Todo eso recostado a los salientes del
país. Ah, costas y peces, barbaries que traen escozor. Barajas
de un dorado que ya no acontece.

53
O LOS FELICES

O los griegos no decían tálasa, tálasa, al ver el mar


O yo corro a tomar las píldoras
Bailar en punta de pie
Que el teléfono suene largo
O los griegos no llegaron a esta ciudad
O yo averiguo cada tarja
Cada auto, cada mujer
(Pensar que el vendedor de flores
finge de inválido)
O los griegos son culpables de la guerra
O la guerra fiadora del sol
O el sol cae –no digo ceremonioso–
Para suerte
Para leer los periódicos
Ojalá
O los griegos o los felices.

54
LA MUERTE, AY
(Como dijo Baudelaire)

Pobre del que pensaba tomarse una cerveza y un infarto lo


llevó de la espuma al trapecio, quedándose ciego por unos
círculos parecidos a la muerte, justo a la hora de poner el
tocadiscos y entregarnos a este baile que se acaba la vida,
que la vida se acaba.

55
VOLVERES
¿Cuánto durará tu viaje y cuándo volverás?
NEHEMÍAS 2: 6

Que hay una estrella que se llama Ajenjo/ –dicen


y que hay unas aguas amargas/ –vuelven a decir
No así los cuerpos en estas tardes de caer a plomo sobre los
pretiles del país esas cambiantes músicas sin otro címbalo que
el replicar de los barcos
¿Te vas a poner a flamear tu bondad?
¿Te vas a poner a tiro de gracia?
(Este iba a ser el poema del estío. La sacra limpieza del hollín
en aquellas cartas donde te preguntaba por el muro de Jerusalén
y no era el mes de Nisán sino este Octubre de calma y regreso
de los ahogados.)
Jarcia enmohecida
pájaros que desde los toldos anuncian Tierra, Tierra.
Nehemías al fin regresando.

56
QUE SEAS TÚ QUIEN DIGA LA
PATRIA ES TAL, ES BASTANTE

Ahora el mapa es tal que mi mano dibuja unos cuchillos para


no perderte. Ya no serás ese oscuro gobierno que conocí en
Febrero (recién llegado) y de la Alameda subía un aire de
piedra. Otros aromas comienzan este conocerte no más. Otros
alfiles se aprestan para la pleitesía y el rumor. ¿Quién sabe la sal
y sus poderes? ¿Cuáles pájaros dormitan al otro lado de los
muros? ¿Quién de nosotros va a calcinar sus papeles? ¿Qué
novia volverá cuando todo esté iluminado?
Ahora, el verano es tal y no importa el menguante ese atisbo
de agricultura vista en los cuadros de Boticelli
Es la mano y su levantisco signo que un día de estos no nos
va a pertenecer.
Que seas tú quien precise, vale
Que seas tú quien diga la patria es tal, es bastante.

57
QUE ABRE SUS PIERNAS Y TRIUNFA

Mira este cielo


–como se divide Dios en tantos pedazos–
He subido unas escaleras
tiranuelo que va oliendo su manera de matar

Mira este cielo


la innombrable patria que se cae a tus pies
herida por los ripios de este mediodía
de este mierdecilla como un rocío
de este rocío sabe Dios cómo

Tú. Yo. O el acantilado


van a nombrar esta desazón
lebreles que nadie dibuja o discursea

Oh, mira este cielo


azul que viene de cuchillo
y te apuñala
y te desvirga
y Dios no se pone a regar tus plantas, a contar los pagarés, las
veces de no desayunar los días de otear tus presuntas ganas de
irte a otro lugar
O vas a mirar el cielo ramera
que abre sus piernas
y triunfa.

58
REVERSO DE FOTO

Amigo
Está por acabarse el siglo
y me gustaría que vieras esta foto
antes que los copos de nieve y sangre
borren de por siempre esas noticias

De izquierda a derecha
con una mirada de ángel hay una mujer con bigotes ella es
Frida Khalo y su mano reposa sobre el hombro de un tal
Trotsky (que se lleva a los ojos una manzana) luego hay una
columna dórica (ahora está sepia pero en el momento de la
foto era roja). Le sigue un hombre con un cocuyo en la mano
y un tabaco en la boca (hace círculos de luz para que veamos en
esta oscuridad) y parece darle la espalda a una niña que se llama
Greta Garbo (ella juega con un papalote y esa mano que sale
de la nada en un ademán de arrebatarle su juguete es Salvador
Dalí. Muy al fondo puedes leer un cartel que dice «Proletarios
de todo el mundo Uníos» hacia el extremo derecho un
hombre agrega con un pincel «Último Aviso» la memoria me
falla pero me jugaría la vida que es Pablo Picasso. Le siguen
otras personas que a juzgar por las vestimentas son cuáqueros
y rusos o chechenios sabe Dios. Sobre la mesa hay cebollitas
búlgaras y unos vinos René Barbier Rosado. La muchacha y el
viejito son María Kodama y Jorge Luis Borges. El que se está
bajando de la cruz es Jesús. La del traje de enfermera de la
Segunda Guerra Mundial es Isadora Duncan y ese de mirada
tenue que tiene un disco de Los Beatles en la mano
es Mao Se Tung.

59
Amigo mío
está por acabarse el siglo
y me gustaría que vieras esta foto
antes que los copos de nieve y sangre
borren de por siempre estas noticias aunque lo más importante
es que recuerdes que esto fue hace tiempo cuando no éramos
de dos bandos y había cebollitas búlgaras y unos vinos René
Barbier Rosado y un hombre con un cocuyo en la mano y un
tabaco en la boca.

60
ÍNDICE
I PARTE
H E L E N A C A M IN A SO B RE LA S A GUAS
Carta a mi hermano Theo /9
Un algo que redunda /10
Discursillo del asere /12
P/D /13
Los furiosos vientos que suenan tanto /14
El barón Alejandro de Humbolt
encarga un cuadro a su majestad Fidelio Ponce /15
El mar y Homero: Todo se mueve por amor /16
Marcel Duchamp pinta bigotes a la Monna Lisa /17
No queda otro término que ponerse a rezar /18

II PARTE
DOSSIER (A)
I /21
II /22
III /23
IV /24
V /25
VI /26
VII /27
VIII /28
IX /29
X /30
III PARTE
LOS TRES DESASTRES CAPITALES
Primer desastre /33
Segundo desastre /33
Tercer desastre /34

IV PARTE
DOSSIER (B)
I /37
II /38
III /39
IV /40
V /41
VI /42
VII /43
VIII /44
IX /45

V PARTE
REVERSO DE FOTO
Asuntos del fervor /49
Estoy feliz (Dios y mis enemigos lo saben) /50
Campo minado /52
No acontece /53
O los felices /54
La muerte, ¡ay! /55
Volveres /56
Que seas tú quien diga la patria es tal, es bastante /57
Que abre sus piernas y triunfa /58
Reverso de foto /59

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