Su origen está en la medicina oriental y ayurvédica. Es una de las técnicas que
hoy incluye en todos los centros de tratamientos terapéuticos y de bienestar. Las pindas son saquitos de tela 100% algodón hipoalergénico que se rellenan con hierbas medicinales y aromáticas que se calientan al vapor o en el microondas. Se aplica sobre el cuerpo con el fin de potenciar sus propiedades (relajantes, hidratantes y desintoxicantes) que penetrarán en la piel. Antes de empezar el masaje deberemos tener en cuenta estas recomendaciones: Se colocan toallas calientes bajo la cabeza del paciente y en los hombros. Sobre la piel extenderemos una ligera capa de aceite con un masaje muy suave para que el deslizamiento de las pindas sea más accesible. Una vez hidratada la piel iniciaremos el masaje con las pindas, el cual recorrerá todos los músculos y tendones, con movimientos fuertes, pero a la vez ligeros y armoniosos. Al finalizar el masaje se cubrirá el cuerpo con toallas calientes y dejaremos reposar al paciente por algunos minutos. Pasos del masaje con pindas Paso 1 Le pediremos a la persona que se tumbe boca abajo, empezaremos por los pies. Hacemos presiones con las pindas en la planta del pie en forma circular, de manera lenta, suave y firme, mientras masajeamos el otro pie. Paso 2 Sin despegar las pindas de los pies, subimos de forma lenta pero firme por el tobillo gemelos y pantorrilla hasta el hueco poplíteo y de ahí desplazándonos hacia la parte alta de la pierna. Este paso podemos hacerlo de dos formas: Pierna por pierna primero una y luego la otra Las dos piernas al mismo tiempo Paso 3 Nos deslizamos hasta los músculos internos y externos de la pierna haciendo movimientos rotatorios, ondulantes, con presiones intermedias. Vamos subiendo y bajando, repitiendo sólo de una a dos veces, de arriba hacia abajo siempre con armonía y suavidad. Paso 4 Llegamos a los glúteos, donde las presiones se hacen un poco más fuertes, con deslizamientos de costado y en la parte central del glúteo (es importante la respiración del terapeuta, cuanto más lenta sea, el masaje será más lento más suave y penetrante). Se contorsiona el glúteo, levantándolo, amasándolo de izquierda a derecha con las pindas a un ritmo un poco más energético. Paso 5 Subiremos a la cintura y continuaremos con la misma técnica de presión de las dos manos al mismo tiempo, subiendo desde la cintura hasta la espalda. La mano derecha con la pinda se queda en la cintura presionando de vez en cuando, mientras con la mano izquierda avanza un poco más llegando al borde de la espalda (omóplato). Repetimos el paso con la mano derecha, trabajamos los hombros y el brazo. Paso 6 Trabajamos los brazos de forma ascendente, deslizándonos por las manos, luego daremos la vuelta y empezaremos a masajear el antebrazo y el brazo hasta el hombro, de forma perpendicular al brazo, subiremos presionando con las pindas de forma suave, lenta y penetrante, sin despegar las pindas del cuerpo salvo cuando se cambie de posición. Paso 7 Se deslizan las pindas hasta el cuello en forma muy suave y sólo cuando se llega a los tendones y músculos de la parte alta del cuello (debajo de la nuca) se presiona un poco más. No se deben presionar los lados del cuello porque allí hay venas y arterias, esa zona está prohibida para los masajes, salvo que se trate de masajes muy suaves Paso 8 Por último, el masaje debe realizarse de forma ordenada, lo cual ayudará a que la piel y el resto de los tejidos se relajen, además la postura del terapeuta y la posición del paciente es de suma importancia al brindarlo, pues de ello depende el buen resultado que obtengamos. Dejaremos las pindas puestas por toda la espalda durante unos cinco minutos, una vez transcurridos se las quitaremos y finalizamos tapando con una toalla caliente.
Los beneficios de este tipo de masaje son múltiples:
Su acción de termo terapia superficial actúa sobre los poros de la piel, facilitando así la acción y absorción de las plantas. A nivel muscular, su acción favorece la de los músculos, tendones y articulaciones. Mejorar la relajación. A nivel sedativo, la colocación de los pindas en puntos estratégicos del cuerpo ayuda no solo a la relajación profunda, sino también a contener y aliviar molestias y dolores, aliviando gradualmente los estados del estrés tanto físico como mental. Calmante de Dolores o molestias musculares o contracturas. Ayuda a mejorar la estabilidad emociona