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Facultad de Psicología
2. Marco Teórico...............................................................................p. 3
5. Metodología..................................................................................p.14
8. Bibliografía …………………………….….…………………………..p. 41
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Introducción
Tanto el niño, su familia como el entorno educativo van formando un campo
dinámico en interrelación en el que todos están involucrados, de manera tal que
cualquier suceso que acontece en una de ellas, incide en las demás y en la
estructura total. Dentro de este campo se gesta un proceso muy complejo que
involucra contexto, recursos y posibilidades que propician situaciones únicas dentro
de un proceso de inclusión escolar. El presente trabajo de tesis aborda -a partir del
análisis de dos casos presentados-, el rol del contexto social, delineando la
complejidad del entorno familiar y escolar, sus metas, y actitudes por parte de cada
uno de ellos. Se enfocará en cómo estos aspectos pueden favorecer u obstaculizar
la construcción de vínculos y aprendizajes en la trayectoria escolar para el niño con
discapacidad.
Este interés por dicho tema surge en la autora a partir de cursar la asignatura
¨Psicología Educacional¨ (041), a cargo por el Prof. adjunta regular Cristina
Eurasquin, desde allí se produjo el acercamiento a la temática que concierne a la
presente tesis: la Inclusión Educativa. Al poco tiempo de cursar la materia el
desempeño de la autora como Acompañante Externo a la inclusión, promovió la
oportunidad de acompañar a dos niñas con discapacidad y vivenciar el proceso de
inclusión educativa que cada una de ellas tuvo en su respectiva escuela común
dentro del nivel primario.
Dichas experiencias acercaron a la complejidad de la temática; en el día a día
escolar expresando las visiones, disposiciones y posicionamientos que promovía
cada dispositivo escolar y las familias, que daban cuenta de una manera de
abordar el proceso de inclusión educativa. Es a partir de esto que surge la
motivación por realizar un trabajo de investigación recogiendo material
documentado de ambas experiencias, junto con una articulación teórica para
analizar y describir el impacto que tiene la familia y el entorno educativo dentro de
estos procesos, más específico en la construcción de vínculos y aprendizaje. Por
otra parte, es de destacar que los trabajos que se abocan a investigar las prácticas
de educación inclusiva, en general no abordan el lugar de las familias en esta trama.
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Marco Teórico
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desarrollan los autores Greco y Toscano (2014) considerándolo como un recorrido
que está en construcción permanente poniendo en evidencia las condiciones
institucionales de la escolarización, y haciendo visibles a los sujetos en la situación
educativa que implica una relación y una construcción junto a otros sujetos, ya que
estos se constituyen a través de la experiencia que sucede en una zona de
interacción entre lo individual y lo compartido social y culturalmente.
Para entender la evolución de la escuela tradicional hacia la escuela
inclusiva, es importante hacer un breve recorrido sobre la existencia de escuelas de
educación especial, de la misma será de ayuda para comprender el posicionamiento
que se vislumbra en algunas prácticas escolares de hoy en día. Durante las épocas
del siglo XX, se crean las primeras instituciones para atender y diseñar un proceso
rehabilitador a la “persona diferente” (Aguilar, 2004), es decir de aquellas personas
con discapacidades físicas y mentales que tienen dificultades para seguir el ritmo
promedio de las respectivas escuelas tradicionales. De la extinción al encierro y del
encierro a la Escuela Especial, así transitaron las personas con discapacidad
(Casal, V. & Lofeudo, S., 2011). Predominaba entonces en ese momento el enfoque
médico rehabilitadora de la discapacidad, en donde las personas con capacidades
diferentes eran identificados como “diferentes”, “deficientes”, “retrasados”,
“anormales”, la mirada estaba puesta en la deficiencia del sujeto. Hoy en día, desde
la Propia Ley Nacional de Educación se considera la educación especial como una
de las modalidades del sistema educativo destinada a asegurar el derecho a la
educación de las personas con todo tipo de discapacidades. Constituye un conjunto
de propuestas educativas y recursos de apoyo educativo, especializados y
complementarios, orientados a la mejora de las condiciones de enseñanza y
aprendizaje para quienes presenten discapacidad y dificultades. Se rige por el
principio de inclusión educativa y brinda atención educativa en todas aquellas
problemáticas específicas que no puedan ser abordadas por la educación común
(Ley de Educación Nacional, art. 42.). Ha sido un gran giro considerar a la
educación especial como modalidad, lo cual nos permite romper con este modelo
organizativo que “divide las aguas” de intervención de lo especial y lo común (Casal,
V. & Lofeudo, S., 2011).
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La integración, por su parte, se plantea como un momento de transición entre
el paradigma de la segregación de las personas con discapacidad en las escuelas
de educación especial y el paradigma de la complejidad e inclusión. También se
puede considerar como un “medio estratégico – metodológico” (Ministerio de
Educación de la Nación, 2009) para llegar a la inclusión. Por lo tanto, la integración
es la estrategia educativa que ha hecho posible la posibilidad de que los alumnos
con discapacidades se incorporen al sistema ordinario de educación. Hace énfasis
en el principio de normalización, sectorización e individualización, los cuales
pretenden brindar a las personas con necesidades educativas en condición de
discapacidad los recursos y el apoyo necesarios, interviniendo en la elaboración de
planeamientos individuales y en la aplicación de las adecuaciones curriculares en
función de las necesidades específicas de los integrados. También enfatizan en las
adecuaciones de acceso, así como, en la creación de servicios de apoyo en
Educación Especial. Si bien la integración escolar ha reflejado un intento inicial de
dejar de lado el enfoque del déficit, cuestionando y rechazando la segregación y el
aislamiento en el que se veían inmersos estas personas con discapacidades, hoy en
día, el término integración está siendo abandonado, ya que implica que la meta es
integrar en la vida escolar y comunitaria a alguien está siendo ciertamente excluido,
basándose en el concepto de “normalización” a un supuesto estándar. Concepción
que pone el peso central en la persona, que es la que tiene que adecuarse al medio.
Surge entonces, la idea de Inclusión. Según la Ley de Educación Nacional,
“implica la valoración de las diferencias en la escuela, la valoración de las
capacidades de todos/as y la promoción y el refuerzo de las habilidades de
socialización y aprendizaje de cada estudiante” (Ley de Educación Nacional, 2006.
Pg. 8). Para poder lograr y dar respuesta a estas cuestiones, es necesaria una
reorganización y transformación de todo el sistema educativo y otros entornos de
aprendizaje tales como la disposición y acción de las familias durante el proceso de
decisiones ante las prácticas educativas (Unesco, 1994). Se presenta como un
desafío, que plantea como basamento la relación entre políticas, culturas y prácticas
(Ainscow y Booth, 2000).
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En primer lugar, se generan políticas desde el Estado y a nivel internacional
que están orientadas a asegurar y promover la inclusión para que todos los
estudiantes gocen del derecho a la educación.
En segundo lugar, las culturas tienen que ver con los discursos y con la
posibilidad de que la escuela genere verdaderamente un espacio de inclusión dando
lugar a lo diverso. Según el Ministerio de Educación de la Nación (2011), “Inclusión
implica una visión de la educación basada en identificar y responder a la diversidad
de las necesidades de todos los estudiantes”. Se pone el énfasis en la
transformación de los vínculos evitando actitudes que discriminan o que establecen
cualquier tipo de exclusión. Es por lo tanto, una actitud, un sistema de valores y
creencias adoptada por el entorno escolar que concibe las diferencias individuales
no como problema sino como oportunidades para enriquecer el aprendizaje. Se
piensa a la diversidad como una característica de toda población escolar, “todos
somos distintos entre sí”, por lo cual, el logro de la inclusión sería que la sociedad y
la comunidad educativa puedan llegar a tener una actitud de aceptación, respeto y
valoración de estas diferencias (Blanco, 1999).
Por último, las prácticas son aquellas que abordan la inclusión a partir del
trabajo en red y de distintas propuestas educativas. Involucra modificaciones en
contenidos suponiendo más bien que el docente pueda ofrecer diferentes
propuestas basadas en diferentes tipos de apoyos, distintas aproximaciones tanto
en estructuras como en estrategias, con una visión común que incluye a todos los
alumnos en un aula sin un trato diferencial. La idea de adaptación entonces, ya no
es del sujeto a los contenidos o a la situación de aprendizaje, sino que también se
fomenta la adaptación de todo el entorno educativo frente a esta multiplicidad
propiciando mejoras en las condiciones de enseñanza, aprendizaje y desarrollo de
vínculos. Desde esta perspectiva la preocupación se centra en el contexto
educativo, sostienen que las barreras al aprendizaje y a la participación surgen de la
interacción entre los estudiantes y sus contextos, y no únicamente de las
características individuales del niño. Se basa en el giro Contextualista planteado por
Baquero (2002) que toma la noción de contexto inherente que los configura y no
solo los bordea. Por lo tanto, la inclusión supone la participación activa de todos los
actores de la comunidad educativa; la participación de los padres se considera uno
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de los factores claves. el logro de una real inclusión presupone el establecimiento de
una imprescindible unidad entre la familia, la escuela y la comunidad. El tipo de
relación establecida entre la familia y la escuela, afecta al niño. Todo lo que sucede
en cada microsistema por separado influye en su desarrollo, por este motivo, los
esfuerzos deben ser articulados entre dichos agentes para que se logre realmente
un proceso de inclusión, en el que el niño se sienta querido, deseado, aceptado y
que forma parte esencial de ese núcleo o círculo social.
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pensamiento que va a dificultar el hacer vincular. Fainblum (2004) hace alusión a
que ese “encuentro” con el hijo con discapacidad se convierte en un proyecto donde
se pone en juego el narcisismo de los padres, pues se les dificulta identificarse con
la imagen que el hijo le devuelve, y es que viene a ocupar un lugar que no le
corresponde, que no coincide con el designado, en vez, se tiene un hijo diferente al
esperado.
Trabajo de duelo y filiación: Ocurre entonces que cada familia tiene que
iniciar un proceso de duelo, un duelo por esa pérdida del hijo soñado que no pudo
ser para luego después de elaborar ese duelo, poder comenzar a relacionarse con
el hijo real que se tiene adelante. Se toma el concepto de trabajo de duelo en base a
lo desarrollado por Freud en Duelo, Melancolía y Narcisismo (1917), allí define el
proceso intrapsíquico del duelo, como una serie de fases que una persona atraviesa
en reacción a la pérdida de un objeto o abstracción equivalente al que se estaba
fuertemente vinculado. Tomamos como referencia a John Bowlby (1993) que define
las fases del proceso del duelo en relación a estas familias: Shock o embotamiento,
Negación: Anhelo y búsqueda de la figura perdida, Desesperanza y Reorganización.
Cada quien va a hacer este proceso de distintos modos, con su tiempo y su ritmo
propios. Tal como lo dice B. Núñez (2003), “Enfrentar esta crisis para la familia
representa tanto la oportunidad de crecimiento, madurez y fortalecimiento, como el
impedimento o desarrollo de dificultades a nivel vincular” (pág. 21). Este duelo no se
elabora de una vez y para siempre, surgirán distintas situaciones a lo largo de la
vida de su hijo, ya sea la elección de una escuela y durante el transcurso de la
misma, o en la adolescencia que promoverán una reelaboración del duelo (Núñez,
2010).
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la hora de pensar el lugar del contexto. Propone el concepto llamado, “La reducción
del individuo”, concepto que ocurre cuando se reduce el abordaje de éste a sus
procesos mentales y cognitivos, se cree que el problema es del sujeto y no de la
actividad educativa. De este modo, no habría un sujeto situado, en contexto, sino
todo lo contrario, un sujeto descontextualizado.
Otro concepto que nos aporta este autor, es el de “giro contextualista” al
momento de analizar la problemática de la educabilidad. Baquero en “Educabilidad
bajo sospecha” (2001), explica el concepto de Educabilidad como la capacidad de
ser formado/educado. Es bajo esta noción que discursos y prácticas
psicoeducativas tienden a entender a la educabilidad en términos solamente de
capacidades que portan los sujetos. Ante esto, Baquero hace una crítica y comenta
que, “el problema de la educabilidad no debe buscarse en fallas de la naturaleza de
los hombres, sino en el efecto de las prácticas de crianza o educación humana”
(pág, 7) . Hay que descentralizar y desnaturalizar la mirada en el sujeto y en vez de
ponerla en el todo, en el contexto, ampliando así la variedad de sujetos.
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Baquero, bajo el enfoque contextualista, menciona también que el aprendizaje es
algo que se produce en situación y se considera el aprendizaje como una
“experiencia” educativa que se construye en actividades intersubjetivas. Esto implica
que los docentes puedan llevar a cabo una lectura situacional, teniendo en cuenta
las experiencias personales y escolares a la hora de enseñar, con una vuelta
reflexiva y con un análisis multidimensional (Baquero, 2002).
Autoridad y Confianza
Otros conceptos relevantes para el análisis psicoeducativo situacional son los
de Autoridad y Confianza. Para ello tomamos a los autores Miguel Benasayag y
Maria Beatriz Greco.
Por un lado, Benasayag (2010) diferencia el concepto de autoritarismo y
autoridad. Definiendo al primero como aquel que domina al otro en la medida en que
su fuerza es la única garantía y el único cimiento de la relación. Por otra parte Greco
(2014) propone concebir la autoridad, como una “Autoridad Emancipatoria”. Es una
autoridad que funda y sostiene, habilitante de posibilidades, alejada del dominio y
obediencia. Por tanto, cabe indicar que se ubica a la autoridad “por pertenecer a un
mundo común y asumir una responsabilidad en él, por contar con una experiencia
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que habilita a la fundación. El poder de dar comienzo a algo. Una autoridad que se
constituye entre dos o más de dos, donde algo más que ella misma y sus palabras o
gestos está incluido” (Greco, 2014. pág. 86). Otro punto a destacar, es el de la
importancia de la confianza entre sujetos como base del proyecto. Para Greco
(2014), la confianza es un factor esencial dentro del ejercicio de una autoridad
emancipatoria y pedagógica y toma el concepto de “Confianza Instituyente”
desarrollada por la autora Laurence Cornu (1999). Cómo lo caracteriza Cornu, la
confianza es vital en es espacio de la clase, tiene vínculo directo en la manera que
el alumno se remite, se relaciona con el docente y cómo el adulto se dirige al niño.
La confianza es una experiencia inicial, el niño aprende creyendo en el adulto, hay
una relación asimétrica. El deber del docente tiene que ver con responder a la
confianza del niño dando confianza al niño, como dice Cornu, la autoridad es
aquello que permite, a aquellos que son menores, crecer, volverse mayores
(Cornu,1999)
Marco Normativo
Los marcos normativos permiten sentar las bases y brindar un encuadre
potente que orientan las prácticas y promueven nuevos conceptos. En este apartado
se pretende entonces plasmar el marco normativo y las políticas públicas que se
rigen y han procurado una dirección, un desarrollo y acompañamiento del proceso
de inclusión educativa y discapacidad.
A nivel internacional, la Convención sobre los Derechos del Niño (ONU,
1989) hace referencia a la igualdad y el derecho de todos los niños a tener acceso a
la educación. A nivel nacional, en el año 2006 se promulga en nuestro país la Ley
de Educación Nacional Nº 26.206, que describe la garantía por parte del Estado de
proveer una educación integral, permanente, de calidad y gratuita para todos los
habitantes de la Nación. Se consideran tanto la educación como el conocimiento, un
bien público así como un derecho personal y social.
Ahora, diferentes tratados a nivel internacional fueron puntales y dieron
marco a la posibilidad de una educación inclusiva. La Declaración y Marco de
Acción de Salamanca (1994) proclama la inclusión como el medio más eficaz para
educar a todos los alumnos en el sistema educativo ordinario. A partir de esta
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declaración, se empieza a enunciar con más fuerza la idea de que el sistema
educativo es el que debe transformarse para poder responder a las diferentes
necesidades de los estudiantes, conteniendo las diferencias, y no considerándolas
como deficiencias. Se abandona la concepción de que el alumno es el que debe
adecuarse a la escuela.
Más recientemente, la Resolución N.º155, del Consejo Federal, define
puntualmente que la educación especial es aquella que acompaña la trayectoria
escolar de las personas con discapacidades. La Resolución CFE N.º174, es una
normativa que expone grandes desafíos a la educación común y promueve la
inclusión con propuestas puntuales, formatos flexibles, promoción acompañada y
unidad pedagógica. Ambas resoluciones abren temáticas que nos ayudan a pensar
algunas preguntas y ayudan a promover “la inclusión educativa a partir de
propuestas y contextos inclusivos, de trabajo en redes, habilitando la posibilidad de
ofrecer trayectorias singulares, acompañadas, andamiadas, con los apoyos
suficientes y razonables” (Casal V., 2017. pág 1. )
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comprobado que cuando existe una “cultura de cooperación” o una articulación
entre las intervenciones de las familias, escuelas y equipos intervinientes, se
produce una influencia positiva en la actitud de los niños y por ende en sus logros
escolares. Otras investigaciones (Talou et al, 2010; Villegas et al, 2014; Torrealba y
López, 2013.) dan cuenta que las situaciones más comunes que afectan a la
convivencia y el desempeño escolar tienen relación con el escaso compromiso de
las familias en el proceso educativo. “Los padres no son conscientes de su
corresponsabilidad y terminan siendo solo receptores” (Calvo et al, 2016. p.101) o
“clientes” de la acción de la escuela, en vez de agentes o participantes activos del
mismo. Villegas et al (2014), a partir de los trabajos realizados con familias de
estudiantes con discapacidad que han accedido a la educación regular pudieron dar
cuenta de las limitaciones que existen en el intercambio de información entre padres
y profesionales. Limitaciones que se traducen a una desarticulación entre ambos en
el ámbito pedagógico y didáctico, dado que no se brinda herramientas pertinentes al
respecto. Por el otro lado, se han realizado investigaciones acerca de los beneficios
que aporta la participación de los padres en el proceso de Inclusión. Sanchez
(2006), menciona que cuando los padres participan en la educación de sus niños, se
obtienen beneficios, tanto para los padres como para el niño. Mejora la autoestima
del niño, ayuda a los padres a desarrollar actitudes positivas hacia la escuela y les
proporciona una mejor comprensión del proceso de enseñanza.
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Resulta pertinente acercarse a distintos estudios que examinan la importancia
que presenta para el proceso de inclusión, el tipo de vínculo que establecen los
niños con discapacidad con los profesores y compañeros del aula. No podemos
dejar de lado las investigaciones acerca del vínculo afectivo entre el niño y los
padres y cómo esta influye dentro del proceso. Marta Schorn (2013) a través de su
registro clínico, describe los modos de vinculares que sostienen los padres frente al
hijo con discapacidad y la respuesta que genera en ambos. La autora destaca tres
tipos de vínculos que afectan el aprendizaje y la autonomía del hijo; vínculos
sobreprotectores, apegos distantes y los vínculos desorganizados. Por otro lado,
también muestra que los padres autónomos que muestran un estable equilibrio
emocional al sentirse seguros y esperanzados, aumenta la capacidad cognitiva del
hijo y pueden lograr con pares y docentes vínculos plenamente satisfactorios.
Objetivos
Objetivo general
● Indagar y profundizar acerca de los modos en que las familias y los entornos
educativos inciden en la construcción de vínculos y trayectoria escolar durante
los procesos de inclusión educativa.
Objetivos específicos
● Analizar los acontecimientos que viven las familias durante los procesos de
inclusión y los efectos posibles en relación a la participación y elaboración
psíquica respecto a la discapacidad del niño/a.
● Analizar la importancia del entorno educativo que opera como facilitador y/o
barreras en el proceso de aprendizaje y construcción de vínculos.
● Analizar la relación entre las prácticas docentes y equipo directivo y sus
concepciones respecto de la inclusión y diversidad que subyacen a estas
prácticas y las instancias de participación y aprendizaje que promueven dentro
del aula.
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● Analizar las dinámicas presentadas entre las familias y el entorno educativo en
ambos casos y profundizar en los efectos del trabajo conjunto para lograr la
Inclusión.
Metodología
Teniendo en cuenta que se trata de una investigación exploratoria de carácter
descriptivo, la metodología que será utilizada para abordar los objetivos propuestos
de esta tesis, será del tipo cualitativo. (Hernández Sampieri et al, 1997).
Dicha investigación toma como referente empírico dos casos de estudio que
posibilitase la comparación. Para ello se emplean dos tipos de instrumentos de
indagación; Entrevistas semiestructuradas a diversos actores del ámbito escolar y
observaciones realizadas en diario de campo durante el tiempo de permanencia
como A.E de la tesista en ambas instituciones.
El tipo de diseño es exploratorio y de orden descriptivo recurriendo a una
revisión bibliográfica y articulación entre los distintos autores cuyas teorías y
miradas nos permitirán ahondar en las diversas maneras en que el entorno
educativo y la familia de ambos casos presentados inciden a lo largo de un proceso
de inclusión educativa. Se tendrán en cuenta principalmente conceptos y teorías
expuestas en las materias Psicología Educacional y Psicología de la Discapacidad.
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Análisis y Articulación Teórica
Ante todo, sabemos que las familias y el entorno educativo como primeras
instituciones socializadoras y garantes de funcionamiento, constituyen pilares
fundamentales por su incidencia en este camino que es el proceso de inclusión
escolar del niño con discapacidad.
Se debe tener en cuenta que, hoy en día hablar de familia es mucho más
complejo de delimitar, sobre todo cuando entendemos el concepto de familia, “como
una unión sostenida por sus operatorias y procesos conscientes e inconscientes de
cada uno de los miembros que la componen” (Schorn, 2013, p.19). Por otro lado,
cuando hablamos de escuela tampoco podemos hacerlo de modo general, todas
son diferentes entre sí; sus procesos de transformación, se imparten distintas
modalidades de enseñanza, su metodología de trabajo, y en especial, la relación
interpersonal que se dan entre todos los integrantes de la comunidad educativa.
Resulta entonces necesario reconocer a estas dos familias e instituciones escolares
presentadas como formaciones complejas que se despliegan y concretan en
múltiples configuraciones acuñadas en el seno de procesos culturales e históricos y
prácticas cotidianas (Blanca Núñez, 2010).
Una vez presentados los dos casos, damos inicio a la articulación teórica, en
la cual identificamos y analizamos las diversas actitudes y maneras en que las
familias y su entorno educativo inciden en la construcción de vínculos afectivos y los
aspectos cognitivos de las respectivas niñas con discapacidad durante su
transcurso del proceso de inclusión educativa.
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las familias no resulta nada fácil, pues el duelo de cada uno de ellos se vuelve a
renovar. En el caso N1, se renueva al empezar y atravesar en una nueva institución
educativa, y en el caso N2, al empezar un nuevo año escolar con un nuevo equipo
de apoyo a la integración. En otras palabras, para estas familias, el empezar una
nueva etapa, profundizó y reabrió el duelo inicial. La manera en cómo atraviesan
este duelo, va a incidir en el tipo de actitudes y recursos que estas dos familias
toman y pueden actuar como facilitadores y barreras a lo largo de este proceso de
inclusión (Núñez, 2010).
Al entrar a esta nueva etapa, con el proceso de duelo nuevamente renovado,
tanto en el primer caso como en el segundo caso se evidencia el concepto que
Blanca Núñez (2010) sostiene cuando define el lugar de la escuela ante las
prácticas de inclusión; “la escuela y el docente como depositarios de dudas,
disconformidades y exigencias por parte de las familias” (pág. 90). Las emociones
depositadas por cada familia van a depender según el grado de elaboración del
duelo. En el caso de R. (Caso N2), se visibiliza en la familia, especialmente en la
madre de la niña, una actitud de dudas y exigencias demandantes ante la escuela y
el equipo de apoyo a la integración. Esto mismo se ve reflejado cuando la directora
de la escuela describe a la mamá como alguien que “nunca estaba conforme,
evaluaba todas las actividades que se le proponía a la niña (…) alegaba a cada rato
que las propuestas de la acompañante no eran interesantes (…) Nos mandaba un
mail por día actividades para que nosotras podamos hacer con R.”.
La familia de F. (Caso N1) por otra parte, justo antes de empezar las clases,
se mostraban expectantes y confiados acerca de esta nueva escuela. Pero una vez
que las cosas no empezaron a salir de la manera en cómo ellos esperaban,
empezaron los reclamos permanentes y actitudes de disconformidad, especialmente
por parte de la madre de F. La coordinadora del centro de Apoyo comentaba que la
mamá estaba “furiosa con el colegio”, con la manera en cómo manejaban las
situaciones. También acusaban a los demás; los compañeros de aula y el equipo
directivo de todas las dificultades de la niña. Siguiendo los conceptos de Blanca
Núñez (2010), estas actitudes mencionadas tienen como base una cierta
idealización de la escuela como “hacedora de milagros”, y es posible que ambas
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familias sigan atrapadas dentro de la fase de negación del duelo, caracterizada por
una falta de aceptación sobre la realidad de sus hijas.
En el caso de F., tomando los conceptos de Blanca Núñez (2010), es
probable que los padres puedan encontrarse detenidos en la fase de Desesperanza
del proceso del duelo. La coordinadora del centro expresaba que, “los padres se
desalentaban, (...) dudaban a cada rato de los posibles avances de la niña y que
pudiera adaptarse al nuevo colegio”. Justamente, la coordinadora expresaba su
preocupación en que F. no quedara en ese lugar del “No puedo, impuesto por los
padres cada vez que la cambiaban de colegio”. Según la autora Núñez (2010), esta
fase de desesperanza se caracteriza por la renuncia a toda esperanza de
reencuentro con el “hijo sano”. Y es común que, en vez, se ponga al hijo en un
lugar de descalificación, dada la poca confianza que tienen en sus posibilidades y
capacidades. Esta descalificación se podría ver reflejada cuando la coordinadora del
centro de integración refiere que; “la mamá tiene una mirada muy negativa de su
ue a cada rato habla de F. cómo que “está insoportable”, también relata que;
hija”, q
“muy en el fondo la mamá tiene un rechazo muy fuerte hacia F”. A consecuencia de
esto, se va formando una carencia de vinculación real con la hija; la mamá “no llega
a formar ese vínculo armonioso y amoroso con F. y F., para llamar la atención de la
mamá, lo que hace es molestarla. No sabe vincularse de otra manera que no es
molestar”. Justamente, estas carencias y modos de vinculación se trasladaban al
aula con sus pares. Cuando F. presentía un rechazo por parte de sus compañeros,
su manera de captarles la atención era molestándolos; “les sacaba y escondía los
materiales, les rayaba el cuaderno.” F. entonces buscaba el vínculo llamando la
atención por algo que al otro le podía molestar. No encontraba una forma de
acercamiento desde un lugar positivo pero porque en la casa tampoco lo tenía. A
raíz de esta desesperanza y descalificación según la autora Núñez (2010), se puede
generar una falta de compromiso real por parte de los padres para ayudar en el
proceso educativo de su hija. Estando F. en un en una nueva escuela, necesitaba
mucho acompañamiento por parte de los padres en cuanto a lo pedagógico, pero la
participación de los padres tan solo residía en “depositar” (Schorn, 2013) a su hija
para que la institución escolar y los demás profesionales se ocupacen; “Los padres
suspendían constantemente los esfuerzos del equipo de profesionales para poder
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dialogar y trabajar con ellos (...) tampoco ayudaban a empujar a que este proyecto
de Inclusión se diera y en vez pensaban que era el colegio que se iba a encargar de
todo”, d
ecía la coordinadora del centro. Otro ejemplo muy claro de esto es cuando
los padres expresaban su desinterés por hacer un ejercicio de 20 minutos diarios
con su hija para que ella pueda mejorar su lectoescritura. Según Marta Schorn
(2013), estos son “padres que no son conscientes de su corresponsabilidad para el
desarrollo de aprendizaje en su hija y no llegan a involucrarse realmente como
agentes activos para el proceso de aprendizaje de su hija” (pág. 15).
Los cambios de institución por parte de la familia en el caso N1. y los
cambios constantes de equipos de apoyo a la integración o de la escuela especial
por parte de la familia del caso N2, es la respuesta y efecto a estas actitudes y
emociones por parte de estos padres. Según Núñez (2010), estas familias van
“migrando de una institución a otra, intentando recobrar el sentimiento de esperanza
fundado en un constante anhelo y búsqueda de la figura perdida” (pág. 27).
Podríamos decir entonces, que estas familias, ubicadas dentro de la fase de
negación del duelo según el autor Bowlby, J. (1993), transfieren su propio fracaso
inconsciente por haber engendrado un “hijo dañado” al supuesto fracaso de la
institución o del docente interviniente.
En varias de las entrevistas realizadas, aparecen indicadores que Marta
Schorn (2013) señalaría como ciertas actitudes de rigidez hacia la nena por parte de
la mamá; “Es una mamá extremadamente exigente, terapista ocupacional de
profesión (...) toda propuesta pedagógica y de juego, estaban dadas dentro de un
marco de la actividad pedagógica donde todo contenido de aprendizaje era
anticipado, encuadrado y estimulado anteriormente por parte de la madre.” Desde
Blanca Núñez (2010), se puede decir que esta familia, sobre la base de una no
aceptación, se vale de normas del “deber ser” dándole tan solo importancia a las
cuestiones del orden de lo pedagógico. Dejan por completo de lado cuestiones que
tienen que ver con lo afectivo y lo emocional afectando su proceso de poderse
vincular con sus pares. Marta Schorn (2013) sostiene que estas familias emplean un
vínculo del tipo evitativo, en el que están más ocupados en el que hacer que en el
sentir. Desde esta perspectiva teórica podríamos afirmar que a raíz de estas
familias que suelen exigir y esperar demasiado de sus hijos, estos hijos a menudo
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se terminan perdiendo como sujetos deseantes, reafirmando apegos ansiosos y
fracasando en sus logros cognitivos por una pérdida de motivación en el desarrollo
de sus habilidades. En el caso de R, ella empezaba mostrar una conducta más
desafiante, escapándose del aula a cada rato y en los recreos tendía a realizar un
juego más individual.
Marta Schorn (2013) nos explica que cada familia hace uso de diferentes
recursos o soluciones para enfrentar y elaborar el duelo. Por un lado, hay familias
que identifican a ese hijo marcado por su discapacidad y “viven solo para él
renunciando a un verdadero desarrollo personal” (Schorn, 2013. Pág. 22). Esto
mismo se podría ver reflejado en el caso N2, cuando la directora de la escuela y la
coordinadora del centro de apoyo a la integración comentan que ésta mamá; “dejó
su carrera y trabajo como terapista ocupacional para ocuparse 100% de la nena”, y
en vez, traslada su profesión a “tratar” a la hija, renunciando así a un verdadero
desarrollo personal. Por el otro lado, otra de las soluciones que estas familias suelen
emplear es aceptar al hijo/a de tal forma que lo único que aspiran es que sea feliz.
Esta solución es empleada por la mamá de F., ya que la coordinadora del centro de
integración comenta que es frecuente escuchar a la mamá discursos como “a mí no
me interesa que mi hija aprenda el 2x2, realmente todo esa parte no me importa,
realmente lo que me importa es que sea feliz, y tenga amigos y pueda socializar
bien y que la acepten como es”. Tomando en cuenta esto y las actitudes de
desesperanza mencionadas anteriormente, ¿será entonces que está presente la
imagen de aquella que no puede, de la pobrecita? (Núñez, 2007). Según ambas
autoras (Schorn, 2013; Núñez, 2007), esta imagen resulta ser un impedimento en
estas familias para la puesta de límites puesto que los sentimientos de culpa por
parte de los padres entran en escena al no disponer de una solución que “repare”
los daños; “Primero ese rechazo hacia su hija y después le da todo lo que quiere y
la quiere proteger a toda costa”. La coordinadora comentaba que la madre suele
decir, “Yo protejo a mi hija, que no sufra y que esté lo mejor posible”. De lo expuesto
podemos decir que estas familias encuentran dificultades para ayudar a que la hija
pueda descubrir sus límites y frustraciones. La familia, al ver que F. regresaba a la
casa todos los días angustiada de la escuela, deciden cambiarla de escuela al poco
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tiempo dificultando la preparación de la niña para asumir riesgos, complicando con
ellos su integración a la escuela.
21
cuentas, comenta la directora de la escuela que a la larga, esta familia logró
construir un vínculo autónomo y seguro con su hija. Después de varios meses y
mucho trabajo por parte de la familia, la directora de la escuela comenta, “estos
padres han logrado correrse, saber cuándo intervenir, saber cuándo separarse y eso
me parece que a R. le ayudó a ganar más territorio, más seguridad y autonomía”.
Realizan el duelo por el hijo que se esperaba y lo terminan acogiendo de verdad;
“La mamá, pudo correr un poco la mirada, y correr esto de que hay que hacer todo
por ella, y en vez decirle “estás preparada para esto”, dándole así más
independencia a la hija. Según Marta Schorn (2013), estos padres al tener una
visión real de lo que pueden esperar de su quehacer y en su accionar, contribuyen a
que su hija genera vinculaciones del tipo seguras. Estos hijos/hijas al sentirse
seguros y esperanzados aumentan su capacidad cognitiva y logran con pares y
docentes vínculos plenamente satisfactorios (Schorn, 2013). Son padres que
disfrutan sinceramente de los avances tanto cognitivos como lúdicos y emocionales
de su hijo. Tomando los conceptos de Núñez (2003), son padres que logran hacer
una correcta discriminación entre el niño deseado y el niño real, es decir, hacen una
elaboración adaptativa del duelo. Lo proyectado entonces por la familia en el
proceso serán sentimientos de confianza ante el hijo y la participación de las
familias ante el proceso mejora.
22
(2002), explica que lo diverso se puede entender de dos maneras; la versión débil y
fuerte. La versión débil, define a lo diverso como una alteridad con respecto a un
tipo de homogeneidad. Es la lógica de la escolaridad “común”. Se piensa que hay
que incluir a lo diverso y ser tolerantes con lo diverso. Esto se puede ver cuando la
A.E. entrevistada en el caso N1 comenta, “al alumnado con discapacidad
simplemente no los consideran, están ahí porque “no les queda de otra”, hacen
como si les importara, tiene un equipo pedagógico etc pero no es un colegio que
suele estar a disposición y acompaña a estos chicos”. P
or el otro lado, la versión
fuerte piensa a la diversidad como una característica de toda población escolar. “La
heterogeneidad está presente como lo diverso en donde las diferencias son
elementos singulares de cada alumno” (Baquero, 2002. Pág. 24). En el caso N2,
esto se visibiliza cuando la directora de la escuela comenta la importancia y el
desafío que hay en “la gran diversidad de niveles, de comprensión, y el desafío en
poder estar atentos a las diversidades que uno se encuentra en el aula y atender a
todas las características de los chicos”. Acá claramente se muestra una versión
fuerte de la diversidad, es decir, “todos somos diversos”.
23
diversidad que se tiene de base estimula este acercamiento. La docente participa y
dinamiza el establecimiento del vínculo donde todos promueven la participación y la
solidaridad, “tiene que ver con verlos a todos en lo que cada uno necesita. Me llena
de orgullo en que los chicos naturalizan esto, (...) hay una compañera en especial
que la ayuda mucho, la entiende, le tiene paciencia”. De esta manera, es posible
decir que el entorno escolar que comprende sus pares y docentes, impulsan a su
compañera con discapacidad en la consecución de logros y objetivos, afianzando la
autoconfianza de la niña, permitiéndole a su vez, reconocer y aceptar al otro.
24
prácticas homogeneizadoras basadas en el paradigma del déficit. A propósito de
ello, los entrevistados declaraban que; “la institución profecía un sistema de
creencias que consideraba a estos alumnos como “desaventajados”, también
relatan que; “La psicopedagoga estaba mucho más presente para los chicos que no
tenían propuesta inclusiva, es como la psicopedagoga para los pibes que no tienen
tanta dificultad, y es que es así, no les gusta la discapacidad”. En este sentido, en
un ámbito en el cual se siguen manteniendo este tipo de creencias y prácticas,
podríamos decir que posiblemente se obstaculiza el proceso de integración del
niño/a. Esta situación puede ser pensada a través de lo que Benasayag y Schmit
(2010) designan cómo las “escuelas fachadas”. Es decir, son escuelas que creen
ser inclusivas bajo la única práctica de las adaptaciones de los contenidos
curriculares basadas en la homogeneización, sin realmente hacer un cambio real en
el pensamiento y actitudes. Estas entonces no serán más que un "como si", una
fachada de la inclusión que se rige por el concepto erróneo de diversidad;
considerando que la escuela inclusiva es aquella que admite el niño con
discapacidad “dándole la oportunidad” de recibir un servicio educativo adecuado. La
A.E entrevistada describe justamente esto; “La sede original de este escuela tiene
reputación de “integrar a aquellos chicos que tienen dificultades” y cuando abrieron
esta nueva sede, seguían con ese verso, se vendían como LA escuela inclusiva y se
jactan de que son avanzados por hacer eso. Pero una vez adentro te dabas cuenta
que no lo eran en lo absoluto, (..) cuando empezaron las clases en esta nueva sede
fue todo un caos, desde la organización de tareas con las docentes hasta el manejo
de los estudiantes en el día a día, las aulas eran un caos. Las directoras no podían
ni sabían cómo manejar ciertas situaciones.” Teniendo en cuenta que los cambios
hacia un nuevo modelo de escuela y educación no son fáciles ni rápidos, desde
Blanca Núñez (2013), se hipotetiza que en estas escuelas suele existir una
resistencia de la escuela al cambio. Su base es el miedo al cambio, miedo a salir de
esa zona de confort y esa mentalidad caracterizada por la homogeneidad. Como
consecuencia, se obstaculiza la implementación de la integración como dimensión
de transformación de todo el entorno educativo. En el caso N1, dentro del aula,
estas resistencias se pueden ver en los docentes y equipo directivo; les cuesta
adaptarse a tener que pensar estrategias didácticas de abordaje y al hacer las
25
adaptaciones curriculares a partir de las habilidades del niño con discapacidad y no
desde sus limitaciones. Este miedo al cambio se refleja entonces en el proceso de
aprendizaje de la niña con discapacidad, ya que no se está contemplando la
subjetividad, sometiéndose a “la estructura formal de la escuela común”, obligándola
a borrar esa singularidad o característica especial, generando malestar tanto en el
docente como en la niña (expresado en: un mal comportamiento, distracción, bajo
rendimiento, etc.).
26
diferencias de todos los alumnos y construyen un contexto de aprendizaje
cooperativo, realzando así la calidad de la enseñanza, el aprendizaje y la vida
escolar.
Por el contrario, en el caso N1, la A.E. y coordinadora del centro de
integración comentaban varias veces la manera en cómo la institución se manejaba
ante situaciones difíciles, y cuando frente a estas diversidades se presentaban con
sus diferencias.
1. “el cuerpo directivo como no sabían cómo actuar, su forma de resolver todo
era decir “esta todo bien” o no, no lo está pero nunca se implicaron, es como
un “no es nuestra culpa, es la del nene que no puede y son ustedes los que
tienen que hacer algo al respecto”.
2. “cuando había alguna situación difícil o conflicto entre el chico y sus
compañeros, la escuela siempre pareció preferir desentenderse de aquellos
inconvenientes, los directivos a veces relegaban la responsabilidad a los
docentes “Que fueron ellos que no supieron manejarlos.”
Según Schorn (2013), estos son conflictos que se manejan de forma destructiva, es
decir que ante un conflicto que no saben cómo manejar, estos son negados en vez,
ignorados o evitados, frente a los cuales, a falta de un accionar por parte de la
institución, muchos alumnos, familias y docentes terminan empleando sus propias
técnicas y más de una vez estas pueden ser inadecuadas. Algunos compañeros
luchan, se maltratan verbalmente, o no pueden seguir las actividades pedagógicas
propuestas. El docente frente a esto no sabe cómo actuar, y automáticamente se
van disminuyendo y debilitando las chances que tiene el niño con discapacidad de
vinculación tanto con el compañero como también con el docente, sin poder dar
cauce a su singularidad. Al final de cuentas, no se trata de desestimar el conflicto o
negarlo, sino de poner a circular los sentidos como tensiones.
27
se ven en problemas y sufren no poder acomodarse; “el aula era un caos”. El
malestar de los docentes, que en varias ocasiones se sienten agredidos y reclaman
ser cuidados por la institución al observar las nuevas formas de manifestarse de los
chicos. En el caso N1, la docente entrevistada nos describe el malestar que tenían
estos docentes durante los primeros meses; “el grado las desbordaba, no podían
dar la clase y sentían que ya habían agotado recursos, una de ella había pedido
ayuda al equipo de orientación y nada. En ese momento no nos sentíamos muy
acompañadas por el equipo directivo. Creo que no veían ningún tipo de avance o
progreso”. Por último, también contribuyen al malestar y frustración de los padres
que muchas veces provoca rabia, reproches y reclaman soluciones. La mamá de F.
estaba sumamente frustrada y “furiosa” ante la manera en cómo la escuela había
manejado el conflicto que F. tuvo con una compañera, “La llamaron a dirección a F.
haciendo como si esto fuera toda su culpa (...) la sentaban en otra mesa, etc.”. Tales
malestares contribuyeron a la decisión de parte de esta familia a cambiarla
nuevamente de escuela.
28
terminaba afectando en tanto en las prácticas que se empleaban cómo también en
el vínculo de la docente del aula con la F. La docente de F. decía, “Estaba más
frustrada en sí por el aula y todos que por llegar a formar un vínculo con F.”
En el caso N2, tal como lo señala la autora Blanca Nunez (2010), pareciera
que la integración de la niña con discapacidad le produjo en la docente entrevistada
respuestas emocionales más positivas relacionadas con el orgullo y la satisfacción
que le brinda esta oportunidad de ser la maestra de esta niña y el haber superado
las dificultades que le plantea el ejercicio de su tarea. “Al principio me dio miedo
esto de ver cómo lo voy a manejar (..) pero siempre me sentí acompañada por los
directivos, tenemos una relación muy cercana entre nosotros los docentes (...) hoy
en día el haber pasado dos años con este grupo de chicos y con R. y ahora saber
que está en 3ro ya y que lo pasé y la veo bien y eso me pone contenta.” Se destaca
en la docente un sentimiento de alegría y satisfacción ante esta tarea emprendida y
los logros obtenidos. Pero esto no es sin un apoyo constante por parte del equipo
directivo, la familia y las distintas configuraciones de apoyo. Blanca Núñez (2016)
menciona que cuando “una escuela a la cual pertenece se está construyendo entre
todos: directivos, docentes, familia, disminuirá en el docente sentimientos de
soledad, desamparo, responsabilidad y sobrecarga” (pág. 108). En este caso, se
podría decir que la institución funcionaba como sostenedora y contenedora de todas
las emociones contratransferenciales en juego en el desempeño de su rol como
docente. En conclusión, cómo podemos ver, estas manifestaciones emocionales
que presentan los docentes inciden sobre sus formas de enseñanza, el proceso de
aprendizaje y la forma de vincularse con el niño.
29
Benasayag y Schmit (2010), por un lado, definen el concepto de autoritarismo
diferenciándolo de aquel del de autoridad. Definiendo al primero como aquel que se
impone al otro en la medida en que su fuerza es la única garantía y el único
fundamento de la relación. En el caso N1, se describen varias situaciones que
pasaban al inicio cuando la escuela abrió sus puertas y que vislumbraba una
posición de autoritarismo por parte del equipo directivo hacía con los docentes, las
configuraciones de apoyo y mismo con los alumnos; “eran directoras que le gustaba
tener el control de todo y la última palabra de todo, mucho no confiaban en las
docentes”. Podríamos pensar que las relaciones que se promovían dentro del aula
en el caso N1 tendían a este modelo de autoritarismo caracterizado por el dominio
hacia el otro y no a la emancipación. Este tipo de relación terminaba incidiendo
dentro del aula, en las estrategias de enseñanza empleadas y las adaptaciones
curriculares; cuando la A.E comentaba que “las maestras las hacían (las
adaptaciones) pero siempre las revisaban las directoras (...) las quienes daban la
última palabra eran las directoras (...) pero la directora no conoce a nuestros
alumnos y ella se va a lo muy básico”.
Para el caso N2, observamos que se da otro tipo de relación pedagógica
basada en la emancipación. Como señala Greco (2014), se piensa este tipo de
autoridad como habilitante de posibilidades, alejada del control y la obediencia. La
directora de la escuela comenta; “siempre tratamos de que estén presentes la MI o
la A.E a nuestras reuniones para juntos poder armar bien un plan y también que se
puedan hacer bien las adaptaciones”. Greco define a la autoridad emancipatoria
cómo aquel que; “se constituye entre dos o más de dos, donde algo más que ella
misma y sus palabras o gestos está incluido. (...) es el espacio que habilita lo que
subraya la autoridad” (Greco, 2014. Pág. 86). En el caso del N2, si bien el equipo
directivo siempre mantuvo el lugar de asimetría, lo mantuvo sin superioridad de uno
sobre el otro. No necesitaban el control, renunciando así a la omnipotencia. En vez,
se trata de un trabajo “con otros”, juntos y no “sobre otros”. Se distingue de un mero
ejercicio de poder sobre otro, implica “estar presente”, haciéndose cargo, para
promover un recorrido propio en el alumno, su búsqueda personal, una
transformación subjetiva que la filosofía llama “emancipación”.
30
La confianza en las relaciones pedagógicas
Para Greco (2014), la confianza es un factor esencial dentro del ejercicio de
una autoridad emancipatoria y pedagógica y toma el concepto de “confianza
instituyente” desarrollada por la autora Laurence Cornu (1999). Tal concepto se
refiere a una autoridad que autoriza a liberar al otro del control y la sospecha
permanente, haciendo que la otra persona se pueda sentir reconocida y valorada.
En estos dos casos en particular, la confianza cumple un rol vital en los
vínculos entre directora y docente, como también de enseñanza dentro del espacio
de clase. En cuanto a las relaciones entre la directora y docente, en el caso N1, se
podría decir que existe una cierta falta de confianza por parte de la autoridad; el
equipo directivo, hacia los docentes. Como se planteó anteriormente, las directoras
están todo el tiempo revisando y supervisando el trabajo de las docentes. Esto en
vez de que la docente se sienta valorada, se termina sintiendo insegura y no
valorada. Esto tiene vínculo directo en la manera que el docente se remite, se
relaciona con su entorno y cómo también se dirige al niño. (Cornu,1999). Cuando la
A.E comenta que, “las directoras ponían en duda todo lo que decían los niños, no
les creían a los nenes”, acá claramente hay una desconfianza sobre la educabilidad
de estos niños integrados, su capacidad de ser educados. Se ponen en juego esta
concepción reductivista y aplicacionista acerca del niño con discapacidad, ideas que
serán cruciales para su progreso (Baquero, 2001). En el caso del N2, en base a lo
expresado por la directora de la escuela con respecto a la docente de grado de R.;
“El vínculo que R. ha desarrollado con la maestra de grado es importantísimo para
su aprendizaje, a esto me refiero a el trabajo que hace la maestra de cómo puede
guiar el aprendizaje de ella, el hecho de que sea su mayor referente para R., que es
ella la que debe de poner los límites (...) y bueno también es importante la propia
motivación de la maestra, lo que la maestra transmite como persona, para todos”, se
evidencia una relación de confianza instituyente entre el equipo directivo y la
docente, por ende, la forma en cómo la docente se dirige y se vincula con la niña
con discapacidad es totalmente distinta al del caso N1. La docente cree en la niña,
en que va a aprender. Como dice Cornu (1999), la autoridad es aquello que
permite, a aquellos que son menores, crecer, volverse mayores. En parte esto es lo
31
que se trata, como dice la directora y la docente en la entrevista, “de fomentar”. Por
un lado, haciendo que los contenidos sean aprehendidos para que en un futuro
puedan ser independientes. Por otro lado, también es importante recalcar que es un
ambiente donde “se busca conciencia y visibilizar la condición de sus compañeros”.
“Que R. haya logrado pasar al frente a presentar algo o escribir en el pizarrón con lo
que a ella le cuesta hablar y escribir, eso lo logra el colegio, su entorno, la maestra,
los compañeros que hacen que se sienta respaldada y segura”. En este caso en
particular, el vínculo de confianza es esencial. También lo es el lazo que hay entre la
niña con discapacidad y sus pares, generando así un espacio que propicia y habilita
realmente miradas habilitantes para que las potencialidades de estos niños con
discapacidad puedan desarrollarse.
32
escucha a los padres por parte de la escuela. Los distintos actores entrevistados
todos comentaban que las familias estaban muy disconformes en especial con el
tema de la comunicación de la escuela hacia las familias. Estas familias terminan
estando en el lugar pasivo de receptores de las voces “oficiales” de la escuela. Es
la familia quien recibe la información y requerimientos de la escuela y no se pondera
a la familia con capacidad de brindar información acerca de su hijo/a (Vanesa Casal,
2013). Según las autoras Aizencang y Bendersky (2013), la falta de comunicación
muchas veces se manifiesta con un malestar que afecta a ambos y en numerosas
ocasiones termina en exclusión (la escuela lo expulsa, o no muestra interés en el
niño/a y lo deja de lado, lo etiqueta como “problemático”). En el caso N2, la escuela
se terminó agobiando, la familia se cansó, no comprendía y se terminó retirando
(cambio de escuela) y quien resulta perjudicada es la niña.
33
tener otros tiempos y objetivos que le son ajenos al niño o mismo se deja afuera de
la propuesta social-escolar.
En el caso N2, nos encontramos con una escuela que, ante las nuevas
manifestaciones que presentaba de la niña (se escapa de la clase, actitud
oposicionista, etc), pudieron enfrentar esta situación y durante un largo tiempo
acompañar y generar condiciones que posibilitaron avances y aprendizajes
importantes en la niña. En cuanto a expectativas de la escuela, ellos sabían que
requería de un tiempo largo para que la nena se pudiera acomodar y construir
nuevos lazos con sus A.E. Es una institución que intenta asumir los tiempos
subjetivos de niño y construir entre todos estos sentidos y nuevos lazos con la nena,
entendiendo que “no hay aprendizaje ni sujeto sin él y sin un espacio que lo aloje”
(Aizencang y Bendersky, 2013. Pág. 53) Cuando estos chicos encuentran un lugar
donde se los aloja, y hay otros que apuestan a sostener su encuentro y ellos
también disponen algo de sí para que ese encuentro sea posible, las condiciones de
partida están dadas. Todo esto implica un tiempo esencial: un tiempo para la
confianza y para construir una verdadera transformación tanto en el pensamiento,
como en las dinámicas institucionales, familiares y prácticas educativas que traen
consigo una nueva forma de enfrentarse a “lo esperado”.
34
aprendizaje basado en el lugar re-normalizadora y desde un rol jerárquico de
experto.
Por el contrario, las diferentes situaciones relevadas en el caso N2, podrían
indicar que el aprendizaje acá es concebido como algo social e interactivo. La
construcción del proceso de aprendizaje de la niña es facilitada por las interacciones
horizontales con pares y verticales con la docente y las condiciones de las
experiencias en las que interactúan. Esto nos explica también la directora, haciendo
referencia a que los factores que facilitan el aprendizaje; se construye el aprendizaje
en función de las relaciones sociales que se van estableciendo. “Hay que trabajar
primero desde lo conductual, el vínculo, lo social como quieras decirlo y dejar de
lado las sumas (...) es importante que los chicos se sientan contenidos,
acompañados entre sus pares, y que si logramos que sean escuchados y atendidos
ellos van a aprender”. Los chicos tienen que estar en relación con sus pares,
integrados y también en relación con los adultos. Es una interpretación que no
desconsidera el impacto de las características personales, intelectuales y
emocionales, en la emergencia de una dificultad, pero atiende al mismo tiempo a las
expectativas y acciones de otros actores; familiares y escolares que forman parte
del individuo. Se amplía el foco de lo exclusivamente individual, atendiendo a las
capacidades tanto del individuo como de todo su entorno para superarla.
35
mismo tiempo la tratan como “una más”, poniéndoles límites a R como a cualquiera
de sus otros compañeros. Comenta la profesora que es gracias a este tipo de
vínculo que R tiene con sus pares, es que le brinda la seguridad como para pararse
al frente de toda su clase a presentar su trabajo o hacer un ejercicio en el pizarrón.
En el caso de F, entran en juego otros factores en esa construcción de
vínculos con sus pares y que son totalmente distintos al de R., pues F. y sus
compañeros de aula son niños que ya están entrando a la etapa de la adolescencia.
Tal como lo plantea Marta Schorn (2013), los vínculos entre pares “adquieren
especial relevancia durante la adolescencia, pues es en esta etapa es donde
reconstituyen su sentido de identidad y permanencia a los grupos sociales de los
que forman parte” (pág. 107). El reconocimiento de la importancia de las amistades
en esta época de la vida siempre ha estado presente, y F. esto no era la excepción.
En base a lo recolectado, se puede ver que a F. le costó mucho construir vínculos
con sus pares, pues el grupo de chicas de su aula se relacionaban desde la
indiferencia hacia F., coexistían en un mismo espacio de convivencia, pero por
momentos mantenían una actitud como si ella no existiese, ignorandola. Según una
investigación realizada por la Universidad Iberoamericana de México (2016), en este
tipo de interacción, suele haber una concepción de base que tienen que ver con las
creencias de que lo diferente debe ser temido, rechazado, menospreciado.
Debemos reconocer que, para algunos adolescentes, las diferencias corporales
pueden angustiar, o una persona que hable en un tono distinto o de manera
diferente a veces asusta. Los intereses, gustos, apariencias también se hacen más
relevantes en la construcción de una amistad en la adolescencia. Como dice
Schorn, “la integración no es una imposición, es una elección de ambas partes”
(Pág. 61, 2013). En el caso de F, en ese momento no había una elección por parte
de sus pares y para F. esto la angustiaba mucho, al punto de no pasarla bien dentro
del aula. Tal como lo planteaba la coordinadora del centro de integración, se
requería más tiempo y de habilitar espacios por parte de la escuela para que ambos,
F. y sus pares, se conocieran un poco más y así encontrar un espacio en común
donde puedan vincularse de una manera sana.
36
El lugar que ocupa el trabajo en conjunto entre las familias y la escuela
37
por parte del equipo directivo para que esto pase; “Es fundamental un trabajo
interdisciplinario con profesionales, con los docentes, con los padres, entre otros,
para guiarlos en el camino para que logren un buen aprendizaje y desarrollo de
vínculos. Que estemos todos alineados y participando dentro de este proceso.” Es la
escuela que emprende una multiplicidad de intervenciones y marcos teóricos. Todos
deben participar en el desarrollo coordinado de la acción, discusión, reflexión y
revisión de los objetivos, con motivo de mejorar la calidad del proceso de inclusión
de cada niño.
38
cotidiano de la institución. A diferencia del caso N1, en donde al principio
predominaba el trabajo ‘unidireccional’ implementado por los docentes y equipo
directivo. Un ejemplo de esto que menciona la A.E entrevistada, son con respecto a
las adaptaciones curriculares. Las dificultades que tenía esta institución en torno a la
posibilidad de concreción de un trabajo en conjunto y una comunicación fluida,
terminaba produciendo una fragmentación en relación a quién planificaba las
adaptaciones, cómo se planifica, y en general el cómo se aborda la enseñanza de
estos niños con discapacidad dentro del aula. Sin embargo, a raíz de lo mencionado
por ambas la docente y A.E. del caso N1, existía esta modalidad con intentos de un
trabajo conjunto en forma creciente entre ambas.
Comentarios y Discusiones
39
Un trabajo en colaboración requiere tener que “ser parte de la situación”, y es
que tal como lo enuncia Baquero (2002), en un proceso de inclusión y
específicamente en el proceso de aprendizaje, es imprescindible “ser parte de la
situación” y lo que hace que una experiencia sea genuina es la implicación y el
resultado de la interacción, el encuentro entre quienes enseñan y quienes aprenden.
Para ser parte hay que involucrarse, es decir, seguir la historia de cada niño,
responsabilizarse por el otro, observar y atender la situación, construir categorías
que nos ayuden a leer lo singular que allí sucede para así poder generar modos
alternativos de construir conocimientos, siempre contemplando el contexto, aquello
de lo que disponemos tanto escuela como familia. De esta manera, se van
desarrollando prácticas inclusivas y estrategias colaborativas entre todos, para la
construcción de vínculos y aprendizaje de un niño, en base a un “saber sensible,
implicado y no aplicado sobre el otro, que habilite la posibilidad de resultados no
esperados sobre “el otro” (Casal V., 2015)
40
Este trabajo nos invita a pensar sobre varias cuestiones. Primero, de qué
manera los agentes psicoeducativos insertos en situaciones de acompañamiento de
inclusión desde los diversos roles pueden promover, planificar, y sistematizar
intervenciones que permitan generar encuentros genuinos entre familias y escuelas
donde no haya jerarquía de discursos sino colaboración.
Otros aspecto que fue surgiendo a lo largo del trabajo es la necesidad de
propiciar intervenciones indirectas y grupales dentro de los grupos de pares para
que la inclusión favorezca la convivencia y que genere aprendizajes duraderos.
En definitiva, el trabajo realizado ha permitido incluir y analizar un actor clave
que es la familia para la construcción de una inclusión educativa. Sin embargo, se
entiende que el rol que desempeñan las familias y la escuela es sumamente
extenso y complejo de analizar. Se espera que futuras investigaciones puedan
continuar indagando esta temática con el fin de extender los hallazgos dentro del
campo de inclusión educativa.
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47
ANEXO
(Resumen de casos + Entrevistas)
CASO N.1
Datos Generales/Familiares
Nombre: F.
Edad: 11 años
4to grado – Nivel Primario. Turno mañana
Diagnóstico: Retraso madurativo
48
padres, la mamá es profesora de jardín de infantes y el papá es productor de un
canal de radio. Tiene 2 hermanos, una de 13 años y el otro de 8 años. F. estuvo
durante sus primeros años escolares en un colegio Montessori, de ahí pasó a un
colegio con modalidad de integración y una A.E. que la acompañaba durante esos 2
años y medio que estuvo hasta que los padres decidieron cambiarla a esta nueva
institución al iniciar 4to grado en 2019, también con modalidad de integración. Es
importante aclarar que el colegio abrió sus puertas ese año.
Es en este colegio donde me desempeñe como A.E de F. durante los
primeros 4 meses desde el inicio del año escolar hasta que después de una serie de
acontecimientos que pasaron dentro del aula, entre F. y sus compañeros, los padres
decidieron volver a cambiarla a su anterior colegio.
Se describe a F. como una niña alegre y poco introvertida (tímida) que,
durante estos 4 meses, sus esfuerzos eran todo puestos en su deseo de poder
integrarse a su grupo de pares, el cual estaba conformado por 7 nenas y 21
varones. Hubo mucha dificultad para que el grupo de pares, especialmente el grupo
de las nenas, la pudieran integrar y comprenderla a F.
F. necesitaba de configuraciones de apoyo permanentemente. Las
configuraciones de acceso se vinculan a sus dificultades en la lectoescritura y
necesidad de adecuaciones curriculares en todas las áreas. Se hacían recortes de
contenidos. Su acompañante se encarga de bajar las exigencias de las actividades
diarias, al igual que las evaluaciones de todas las áreas.
Las principales cuestiones que se abordaron con la alumna dentro del marco
de institución escolar fueron vinculadas con la socialización e integración con sus
pares, y aquellas que se desprendían de la contención emocional y
acompañamiento, a los fines de anticiparse a situaciones disruptivas dentro del
colegio, a saber: enojos, berrinches, que podían en ocasiones derivar en
discusiones con sus compañeros.
El encuentro con sus pares, que en otro momento (colegio anterior) resultaba
tan enriquecedor, enfrentaba a F. con su punto frágil. Construir distancias y
diferenciarse de sus compañeros era un nudo que F. debía desatar. Ella solo quería
ser integrada por su grupo de pares, pero sus compañeros se alejaban frente a sus
angustias y diferencias probablemente como respuesta al nerviosismo y tensión que
49
percibían por parte de F. y que indeseadamente se había tejido en el espacio de la
sala. Sus padres confundidos con estas situaciones y en desacuerdo con el manejo
por parte de las directoras del colegio, decidieron cambiarla de colegio a los 4
meses de empezar el año.
- Mensaje de la A.E. para la mamá: “Para decirte que junto con las directoras del
centro de integración, la estamos acompañando a F. en todo este proceso,
tratando de darle distintas estrategias en el modo en el cual ella se puede
aproximar a sus compañeros, aprovechando este momento en el que todavía
las compañeras están abiertas a tener un vínculo con F., que si bien están estos
momentos que vos decís que la dejan a un lado, también te puedo asegurar que
hay otros momentos en que la tratan de integrar y ayudar. Así que se está
trabajando para que ella encuentre una forma de acercamiento desde un lugar
positivo, mismo yo en el cole lo que hago también es que a cada rato hablo con
sus compañeras para que de a poco puedan entenderla a F., sabiendo que lo
único que busca F. es el cariño de sus compañeras. Así que bueno, es todo un
proceso, un proceso de adaptación por parte de todos y nosotras estaremos
50
haciendo lo que sea necesario para que F. no tenga que pasar por estos malos
momentos”
51
Hace ya unos 4 años que me vengo desempeñando como A.E y maestra
integradora dentro de varias instituciones.
E: ¿Cuáles eran tus objetivos y tareas como A.E dentro de esta institución?
52
A: Ufff cómo y por donde empezar… A ver, no estuve mucho tiempo en este colegio,
estuve alrededor de un año pero pasaron muchas cosas. Ok, cuando abrió el
colegio sus puertas, como te comenté, empecé con dos integraciones, una en turno
mañana y la otra en turno tarde. La primera integración, turno mañana, solo estuve
los primeros 3 meses pero no fue del todo fácil, hubieron muchas situación
disruptivas dentro el aula que en ocasiones se derivaban a peleas entre el chico y
sus compañeros, ahí tenía que brindar mucha contención emocional. La madre era
muy controladora y perseguida y a veces chocaba un poco con ella, fue una lástima
porque para mí es sumamente importante mantener una buena relación y
comunicación con la familia pero con la mamá se me dificultaba mucho esto.
Igualmente, al poco tiempo tuve que dejar ese acompañamiento por temas
personales que me hacían imposible estar en el turno mañana. Durante el turno
tarde también acompañaba a otro nene con síndrome de down. Este proceso fue
totalmente distinto, otra metodología, mi relación con la familia era muy buena, acá
mis tareas, además de brindarle acompañamiento en lo emocional y social, me
encargaba mucho de hacer las adaptaciones curriculares, el nene tenía una MI pero
venía muy poco, 1 vez cada 10 días por ejemplo y yo al estar en el día a día pues
terminaba haciéndole las adaptaciones. Es lo lindo de este trabajo, con cada chico
aparecen nuevas necesidades y nuevas cuestiones a abordar, lindas, algunas más
complicadas, otras fáciles, cada chico y su entorno/su familia es un mundo. Y bueno
mi experiencia como A.E. dentro de este colegio por momentos se hacía muy difícil,
no por los nenes a los que acompañaba pero en vez por los manejos del colegio y
sus directoras. Si bien estaba ahí todos los días, nunca me sentí parte del colegio, si
bien tenía una buena relación con las docentes, costaba que me incluyeran por
ejemplo en las reuniones, nunca sentí respeto por parte de las directoras acerca de
mi rol en esta institución, que le dieran importancia a mi trabajo. Dentro de este
colegio me sentía como que “al colegio no le quedaba otra” más que tenerme ahí y
no como en otros colegio donde si son realmente inclusivos y uno está ahí porque el
equipo directivo y docente acepta, entiende y adopta esta modalidad y realmente la
ven como algo importante para el proceso de inclusión de los chicos.
53
E: ¿Ok, y con esto último que me acabas de describir, entonces cómo describirías
vos a esta institución y su proyecto de inclusión?
A: Uff a ver, siendo realmente sincera no creo que sea un colegio realmente
inclusivo. En lo absoluto de hecho, soy consciente igual de que cuando yo estuve
ahí, era un colegio que acababa de abrir, por ende todo era nuevo, los docentes
eran nuevos, las modalidades y formas de trabajo era nuevas, y por lo menos ese
año que estuve ahí había mucha desorganización por parte de los directivos.
Entonces puede ser que no le daban mucha atención a los proyectos de integración
que tenían.
54
A: Mirá, te doy ejemplos muy puntuales: Cuando tuve que dejar el otro
acompañamiento con el que estaba durante turno mañana, el nene por unas
semana no tuvo A.E. y a mí las docente me contaron que una vez el nene tuvo
seguido 2 crisis en una semana y ante eso, las directoras le dijeron a los padres que
hasta que no consiguiera otra acompañante no podía volver al colegio. Hubo otro
caso de en 1er grado una nena que no pudo ir a un viaje extracurricular porque no
tenía su A.E. Y después en general, los modos de las directoras: hubo episodios
donde en pleno recreo podrías presenciar a la directora y la vicedirectora
discutiendo a los gritos, ¿A vos te parece que en una escuela esten los adultos
discutiendo a los gritos? No es el lugar ni el ejemplo que debemos dar. Las
directoras ponían en duda todo lo que decían los niños, no les creían a los nenes. la
verdad es que había situaciones que me re decepcionaron por parte del equipo
directivo.
E: Ok..
55
las que tienen el control y la última palabra de todo, y había entonces muchas
críticas por parte de los directivos hacia los docentes, les echaban mucho la culpa a
las docentes. Yo tenía una muy buena relación con una de las maestras principales
de N y me decía que estaba muy triste, que le sacaron las ganas de ir a trabajar,
que ella al principio era la que más motivada estaba y le ponían más garra. Me
decía, “ no soy mala maestra, pero ellos me hacen sentir inoperante”. Las aulas a
veces era un descontrol total y otra docente se vé que no pudo más de la angustia e
impotencia y se puso a llorar en una de las clases y a partir de ahí ya no daba más
clases, la habían sacado por ejemplo.
E: ¿Y el equipo de orientación?
A: Con los docentes ree bien, nos llevábamos muy bien. Tenía mucha comunicación
con las docentes de las materias principales, ella me pedían ayuda también. En el
aula me daban mi espacio y a veces yo era como la ayudante, ayudaba a otros
chicos y no solo al nene al que acompañaba, lo cual era una estrategia también
para poder darle independencia y espacio a mi chico. Con las directoras fue
totalmente lo opuesto, cero asistencia ni comunicación. No me trataban ni me
consideraban de la misma manera. Nunca me incluyeron en las reuniones con la
familia, lo cual para mí es una locura que no pueda participar de la reunión solo
porque no soy “parte” del colegio. Pero ¿Quién les va a contar lo que hace el chico
en el recreo?, ¿quién les va a contar lo que hace cuando interactúa con los otros
chicos? Los docentes solo pasan 2 horas con el chico porque tienen un montón de
docentes más y no solo eso, el docente también está a cargo de todos los 25
56
alumnos mas que estan en el aula. En cambio, nosotros estamos todo el día con el
chico.
Una vez la vicedirectora me dijo que yo no estoy preparada para adaptar una
evaluación, me dijo “Pero vos no sos MI, vos sos acompañante”. Y sí tiene razón,
soy acompañante pero a veces tengo que cumplir este rol de MI. Yo le dije que me
use, que se apoye en mí, ya llegamos a un punto en que no importa que sos y que
no sos, que haces, que debes hacer y no debes hacer, si no ya llegamos a un punto
en que estamos pensando en el alumno y estamos pensando en que necesita, y
hacemos eso que necesita, si necesita a alguien que le explique, que le modifique
los ejercicios, hacemos eso, si necesita a alguien que lo motive y lo incentive y sepa
qué teclas tocar para que lo active o no tocar para que no se engrane y no se enoje,
y que tiene que ver con el prestar atención y concentrarse en las actividades,
porque a veces yo a N lo dejo descansar y lo dejó pintar, y a veces una maestra
puede pensar que soy una vaga porque ella planificó otra cosa y N no lo está
haciendo pero a veces N necesita un descanso, pero bueno estamos posicionadas
en eso. Yo por suerte no trabajo sola, tengo la supervisión de mis coordinadoras, la
psicopedagoga externa del nene en donde juntas elaboramos distintas estrategias y
herramientas con justamente el objetivo de ayudar y fomentar el proceso de
aprendizaje y de vínculos también del niño.
57
A: No no, las maestras las hacían pero siempre las revisaban las directoras y las
modificaban, eran directoras que le gustaba tener el control de todo, mucho no
confiaban en las docentes, esto igual puede ser porque todo era nuevo en ese
colegio, ellos mismos se estaban adaptando pero bueno, las quienes daba la última
palabra eran las directoras.
E: A ok, y entonces me decías que las directoras se iban a lo básico, ¿en qué
sentido?
A: Al revisar una evaluación, decían “hay para que exigirle esto, si esto no lo va a
hacer nunca”, tenían muy pocas expectativas con los chicos integrados. Por eso
creía que era mejor hacer las adaptaciones entre la maestra y nosotras, pero bueno
creo que igual de a poco con el tiempo, la confianza y el vínculo las directoras
fueron soltaron las riendas.
Pero bueno al final de cuentas todas estas malas formas perjudicaban solo al nene
y por eso yo lo único que quería era que me usen, yo estaba haciendo mucho laburo
que por ahí las maestras no sabían qué nivel tenía el nene de atención, de
comprensión, por ejemplo habían muchos objetivos que a N no se le podía obligar a
evaluar porque es algo que en sus posibilidades tal vez no puede lograr y no se le
tiene que poner como objetivo eso, y en vez otras cosas. A los pocos meses de
empezar, la MI había tenido una reunión con el equipo de orientación en donde no
me incluyeron, y la mamá de N se fue a quejarse y hablar con el colegio para que a
mi me incluyeran un poco más en esto de los criterios de evaluación, adaptaciones
etc. porque la MI no venía nunca. Una de las cosas por las que se quejaba mucho
la mamá es que las docentes mandaban las evaluaciones más extensas y
detalladas donde ahí sí se basaban en otras cosas que no sea solamente la
calificación, como la responsabilidad, el compañerismo, etc, todo por la plataforma
santillana donde yo no tenía acceso, por ende yo no me enteraba nada de todo esto
y tampoco me consultaban a mí mi mirada de las cosas, entonces estaba muy
enojada la mama con esto y fue a hablar con el colegio y ahí me dijo la mamá que la
directora estaba re intransigente que le dijo que yo no puedo acceder a la
plataforma, que no debería meterme en las evaluaciones, etc. Ahí fue que la mamá
58
cambió su forma de opinar con respecto a la directora, que antes le parecía re
abierta y ahora le parece re intransigente. También decía que la vicedirectora
ocultaba la verdad, que es re mentirosa. Yo ante todo esto siempre trataba de darle
un poco más de tranquilidad a la mamá contándole que con la profesora nos
llevamos re bien y que cada vez trabajamos más en equipo.
E: ¿Cuáles piensas que son los factores que facilitaron y obstaculizaron el proceso
de aprendizaje de este niño con discapacidad al que acompañabas?
59
A: La verdad es que era excelente, tenía mucha comunicación con la madre y
mucho apoyo por parte de toda la familia. La familia por ejemplo me invitaba a todos
los eventos de la escuela, la mamá siempre me decía “somos un equipo”, ella me
tenía ahí arriba y la psicopedagoga se ve que habló muy bien de mí. Como te
comenté, hubo ocasiones en donde la mama se re enojaba con los directivos
porque no me integraban, y tenía razón en enojarse, yo soy una pata más de la
mesa. La familia siempre consideró mi rol como algo esencial para el proceso de
inclusión de su hijo, y yo la mamá la verdad es que es una mujer muy inteligente y
trabajadora, era investigadora del Conicet, docente en un colegio de Biología, la
tiene muy clara en cuestiones de pedagogía y está muy presente en todo lo que es
el proceso de inclusión educativa de su hijo.
E: Y esto que me comentas de que la mamá a veces se enojaba con las directoras,
¿Crees que los padres evalúaban de forma negativa el colegio?
A: Creo que los padres al cambiarlo a N en este colegio tenían la idea que iba a ser
un colegio totalmente innovador en los procesos de enseñanza y aprendizaje, que a
su vez iba a ser un colegio que acompañaban muy bien los proyectos de inclusión y
conforme pasaban los meses, ya a los dos meses los padres se empezaron a dar
cuenta que por ejemplo, el colegio hablaba de la metacognición pero que en
realidad era puro verso. Creo que los padres de N, y muchas otras familias estaban
muy disconformes en especial con el tema de la comunicación. Yo a la mama a
veces le comunicaba ciertas cosas que pasaban en el colegio porque mi intención
siempre fue mantenerla informada y se molestaba, no conmigo pero con la escuela
habían ciertos pedidos por ejemplo que le correspondía a la maestra hacerlos, y
tenía la razón, el colegio no usaba ni revisaba los cuadernos de comunicados.
Entonces pasaba mucho de que los padres no se enteraban de nada y eso era algo
que a los padres les molestaba mucho. Que de nuevo, creo que mucho tenía que
ver con la desorganización del colegio, el ser los primeros meses etc. Pero igual
creo que los padres sí estaban muy conformes y felices con el grupo de pares que
le había tocado a N en especial. Creo que sus compañeros siempre lo trataron bien
a N, lo trataban de incluir en los recreos en sus juegos, lo invitaban a jugar al fútbol,
60
en el aula lo ayudaban a cada rato y entendían que N. tenía otras dificultades. Pero
bueno, los padres de N. siempre los escuchaba hacer estos comentarios de que
creían que los chicos que van a escuelas especiales lo sienten que es como un
retroceso, entonces en su momento seguía apostando a la inclusión a pesar de que
estaba muy disconforme con el colegio.
61
2. Coordinadora del centro de Apoyo a la Integración (F.)
62
C: A esta familia en particular venimos trabajando con ellos desde hace 3 años y
medio , era nuestro segundo año cuando F. ingresó a este colegio nuevo y con
nueva A.E. A lo largo de estos años F. y la familia ha tenido y pasado por varios
profesionales, una psicopedagoga, fonoaudiologa, el equipo de su terapia asistida
con perros que está desde hace 2 años.
E: ¿Si podrías contarme cómo fue el proceso de integración con esta familia y la
niña con discapacidad en esta escuela en particular?
C: Fue un proceso muy breve dentro de este colegio en particular, duró apenas 4
meses desde el momento en que ingresó al colegio. Primero como contexto, F.
venía de un colegio que tenía un estilo de aprendizaje completamente distinto al de
este colegio en particular. Tenía una pedagogía del estilo muy tradicional; menos
trabajo en grupo, mucho más de copiar en el pizarrón, no tenía el nivel académico
que supuestamente tenía este colegio. Había entonces más resistencia todavía al
trabajo pedagógico porque no había ninguna adaptación. Se había pedido la
integración de la escuela especial pero el colegio no quería y no sabía cómo
responder a eso, y como no tenían un aval de escuela especial, tenían que poner
todo aprobado porque si no iban a tener un problema ellos. Es por eso que la familia
de F. decide cambiarla a la nueva sede de esta institución que, según los padres,
era de mejor calidad, y tenía una atractiva propuesta educativa e inclusiva.
Una de las cosas a tener en cuenta es que en el colegio anterior, si bien a nivel
académico era un desastre, el grupo de chicos, sus pares realmente eran amorosos
y F. a en cuanto a lo social estaba bien integrada ahí, pues sus compañeritos ya la
venían conociendo a F. desde hace 2 años, ya conocían sus formas, humores. y ella
conocía bien a sus pares.
F. entonces ingresó a 4to año de primaria a un colegio totalmente nuevo, no solo
para ella sino para todos, toda la comunidad educativa. En ese momento F. estaba
sin proyecto de integración y la discrepancia con el resto de los chicos era enorme,
no había consolidado la lectoescritura por ejemplo. Ya desde un principio,
empezando el ciclo lectivo empezaron a surgir ciertas situaciones con F. en relación
a toda la cuestión social con sus compañeros, específicamente las otras nenas de
63
su clase. Dentro del aula creo que de los 27 alumnos, solo habían 7 o 6 nenas que
entre ellas hacían grupito y en ante a tus observaciones como A.E me acuerdo que
nos contabas que este grupo de nenas mucho no la integraban y que ante esto, F.
se angustiaba mucho ya que quería la atención de sus compañeras. A los dos
meses entonces, la Mamá no sabe si la quiere cambiar de colegio de nuevo porque
por estos temas sociales, comentaba que F. volvía a casa siempre re angustiada
diciendo que no le gustaban sus compañeros. Además de que académicamente le
costaba mucho más. Este era un colegio que tenía otros métodos de enseñanza,
muchas actividades grupales, tenían mucho material para leer, y entonces era
normal que las diferencias a nivel académico entre F. y sus pares se notara mucho
más. Por todas estas razones, la mamá estaba muy frustrada, ver a su hija tan
angustiada pero la mamá no entendía que F. necesitaba un tiempo de adaptación, y
no solo ella, sus pares también necesitaban un tiempo para conocerla y a conocerse
entre todos en general. Es normal y entendible que estos primeros meses en un
colegio nuevo iban a ser difíciles.
C: Así es, querían regresar al anterior porque ahí F. iba contenta y sí, ahí los padres
tenían un problema menos, ya que tenía menos problemas de relación de vínculos.
A ver… es real que el otro grupo era muy amoroso, no hay duda de que era un
grupo divino. Pero pasa que los nenes crecen de todas maneras, y esta brecha,
estos intereses distintos que ahora estaba teniendo con sus nuevos pares, iba a
pasar también en el otro colegio. Y además hay que tener en cuenta que en el
colegio anterior no hubo acompañamiento desde lo pedagógico, absolutamente
nada, F. estuvo perdida todo el tiempo. Pero bueno, aún conversando con la familia
todo esto, al 4to mes de empezar a raiz de un pequeño desencuentro entre F. y una
de sus compañeras y que a esto se le sumaba un pésimo manejo por parte de la
escuela, lamentablemente eso fue la gota que rebalsó el vaso para que los padres
decidieran sacarla del colegio. La mamá ya venía sumamente frustrada aquellas
pequeñas situaciones, que F. llega mal del colegio, que las directoras le dijeron que
tiene un desfasaje muy grande, y otras cosas y bueno cuando pasó esto, los padres
64
estaban furiosos con el colegio, y de un día para el otro la mamá había decidido no
llevarla más al colegio. Ahí creo que nuestra preocupación era que F. no quedara en
ese lugar impuesto por los padres de “te vamos sacando porque igual vos no podes
o no te adaptas”, no terminaba siendo un mensaje bueno para F en lo absoluto. Los
padres tenían que darle más tiempo de adaptación, más allá de que es entendible
esta frustración de creer que su hija realmente la estaba pasando mal.
E: Claro, y si me tendrías que contar así en general, ¿Cuales pensabas vos que
eran las expectativas de estos padres sobre su hija al cambiarla a este nuevo
colegio?
65
C: Creo que cuando la familia no acepta la realidad de hijo, a veces el mayor
obstáculo es ese, hay veces que por una determinada edad o una determinada
situación la modalidad de inclusión puede que ya no sea favorable para el chico,
desde lo pedagógico quizás defasaje muy grande en donde no capta ni una o
mismo desde los intereses a veces tampoco está igual que los compañeros. Y que
va un poco de la mano con las expectativas que uno tiene no?, muchas veces
tenemos todos, la familia, incluyendo el equipo docente, los profesionales
tratantes,... que redefinir todo el tiempo el motivo por el cual nosotros estamos
haciendo la inclusión y saber que no es necesariamente que el chico pueda acceder
a todos los contenidos, sino que desde sus capacidades pueda incorporar la mayor
cantidad que pueda… Entonces la dificultad suele ser esa y se vuelve una traba
porque los padres y muchas veces el colegio también se ponen en el rol de buscar
lograr un “niño normal”, el niño que no tiene dificultades para vinculares, o de buscar
resultados iguales a los de un chico no incluido, tanto en conducta como en
capacidades cognitivas.
Y más en específico con esta nena durante este proceso, creo que la mayor
dificultad y traba es que la nena, como todos los demás chicos, vienen al colegio
desde la casa y F. en ese momento en especial venía al colegio con un montón de
cosas, un montón de angustias, y el no tener herramientas para lidiar con eso, para
dejar de lado un poco lo que pasa en su casa, dificultaba tanto su proceso de
aprendizaje como el de vinculación con sus compañeros, y al final de cuentas lo
único que pasa es que esta niña la pasaba muy mal dentro del colegio. Lo
emocional juega mucho en la educación y en la vida de cada niño y no podemos
estar exentos de que el niño siempre es un síntoma de una problemática por sobre
todo familiar, por eso hay que todo hablar, interactuar todo el tiempo con el equipo
directivo y docente, y especial con los padres…
66
parte del colegio, sus directoras y el personal docente no contribuyeron a poder
facilitar y construir un vínculo entre F. y sus compañeros.
E: ¿Por qué?
67
valores de convivencia que le sirvan para un futuro en sus nuevas interacciones
sociales.
E: Y con la escuela, ¿Cómo describirías vos el vínculo que tenían con la escuela?
68
C: La única reunión que tuvo el colegio con los padres, que de hecho solo había
asistido la mamá de F., me acuerdo que la mamá había salido muy angustiada de
esa reunión y nosotras estábamos muy enojadas porque ni enteradas estábamos
acerca de esto, no sabíamos qué le habían dicho a esta mamá acerca de su hija.
Así que sí, lamentablemente teníamos muy poca comunicación con el colegio. No
era una escuela inclusiva, estaba en proceso de querer se inclusiva peor creo que
tenían mucho por mejorar y perfeccionar, organizar otros modos de aprendizaje y
enseñanza, otros modos de concebir al estudiante con discapacidad y su proceso
de inclusión. La inclusión no se puede dar si no no hay un trabajo en equipo y una
interacción constante de todo aquel involucrado, el entorno educativo, los
profesionales externos y la familia.
E: Y por ejemplo con F. como respondía el equipo docente y directivo ante aquellas
acontecimientos difíciles que pasaban entre F. y sus compañeros?
69
C: Me acuerdo que vos nos contabas que la maestra y las directoras estigmatizaban
y reforzaban mucho estas situaciones, en vez de ayudarla a F. y a sus compañeros
también a comprender que no era nada, en vez la mandaban a dirección y esto F. la
angustiaba mucho.
C: Sí claro, decime.
C: A ver, creo que en ese momento estaban pasando muchas cosas dentro de la
casa, con la familia, y la mamá en específico, creo que estaba pasando por todo un
proceso emocional que se le hacía difícil su compromiso y participación con el
proceso de inclusión de F. Si bien, la mamá es muy comprometida con llevarla a F.
a todas sus otras terapias, fonoaudióloga, psicopedagoga, psicóloga nueva, terapia
con perros…. igual hay que tener en cuenta que F. llegó a 4to año todavía sin un
PPI. sin MI etc. Su defasaje con los otros chicos de 4to ya era cada vez más notorio
y lamentablemente los padres no ayudaban a empujar a que este proyecto de
Inclusión se diera.
Por el otro lado, estando en este nuevo colegio ahora sí se necesitaba mucha
atención y acompañamiento por parte de los padres en cuanto a lo pedagógico, y en
ese momento la mamá era justo lo que se quería sacar de encima. Te pongo un
ejemplo, la psicopedagoga trabaja con método griffin para el tema de lectoescritura
de F., pero para que haya resultados, se necesita sostener esa práctica de por lo
menos 20 minutos todos los días. La mamá ante eso dijo, “yo no lo voy a hacer”.
Hablando de expectativas yo creo que los padres al cambiarla a este nuevo colegio
pensaban que eran ellos (el colegio) los que se iban a encargar de todo. Y hasta
que pasó esa reunión con el colegio que acabamos de comentar en donde le dijeron
a la mamá que a nivel académico estaba muy desfasada y que tenía que hacer
70
algo, obviamente de ahí salió angustiadísima porque es como que ella tomara
conciencia de una realidad que pareciera no saber, pareciera negarla. Por más que
nosotras como coordinadoras se lo veníamos marcando un montón desde todo ese
tiempo. Y el padre tiene esas actitudes de “ esta todo bien”, está muy ausente en
todo este tema y en la toma de decisiones, acompaña mucho a la mamá en lo
emocional pero nunca asiste a nuestras reuniones, ni a las de los colegios. Para
nosotros es muy importante que los padres también estén acompañados y
contenidos en todo este proceso, para mejora su vínculo con el hijo, pero por
ejemplo la mamá nunca aceptó orientación a padres, y mira que se lo hemos
suplicado.
71
decisión de volver a cambiarla al colegio anterior y nosotros expresarle nuestra
preocupación por lo cognitivo, la mamá nos dijo “A mi no me interesa que mi hija
aprenda el 2x2, realmente todo esa parte no me importa, realmente lo que me
importa es que sea feliz, y tenga amigos y pueda socializar bien y que la acepten
como es”.
A esta mamá le costaba mucho verla a su hija mal, que llegara a su casa después
del colegio diciendo que no quería ir más al colegio, que odiaba a sus compañeras.
E: Y era un círculo vicioso no? Esto de quiero tu atención, quiero ser tu amiga pero
te molesto y al final terminó alejándote todavía más.
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lamentablemente no estaba cumpliendo, desde lo vincular tampoco, de nuevo, a la
mamá no se le podía incluir en la terapia para que trabajara lo vincular.
C: Eh… (se queda pensando) no, me parece que no. No sé si vos tenes algo más?
M: Yo soy la maestra de grado de 4to y 5to año de primaria, fui la maestra de grado
durante aquellos meses con F.. Estudié el profesorado de educación primaria en la
Escuela Normal Superior n.7 e hice la licenciatura en Ciencias de la Educación en la
UBA. Hace ya 9 años en total que vengo ejerciendo como maestra de grado.
M: Hace 2 años y medio, desde su inicio cuando abrieron esta nueva sede.
Es una escuela de jornada simple, que a pesar de ya tener 2 años y medio todavía
se está adaptando, seguimos mejorando la propuesta pedagógica que ofrece este
colegio, nuestro programa curricular y sus talleres de contraturno... aunque
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pensándolo bien el colegio ha avanzado mucho desde que comenzamos hace 2
años, creo que cuando comenzamos era todo un más o menos un desastre (se ríe)
bueno vos te acordas seguramente..., pero creo que es un colegio que va a seguir
fortaleciéndose.
E: ¿Y cómo era al principio, a qué te referís con que era todo un desastre?
M: Lamento decirlo pero hoy en día no es una escuela inclusiva, y es una lástima y
esto en particular es algo que me pone muy mal y me decepciona ser parte de un
colegio que se las da de inclusivo pero realmente no lo es.
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E: ¿A qué te referís con “se las dá de inclusivo?
M: El colegio para el afuera tiene este discurso de tener un sistema, una propuesta
innovadora que puede ser aplicado para favorecer la inclusión o al revés. Pero ese
es solo un discurso pero estando adentro uno rápidamente se da cuenta que por lo
menos por parte del equipo directivo y la administración, hay un temor de que el
colegio pueda bajar su nivel si se incluyen aquellos niños con discapacidad o que
tengas algunas dificultades más severas. Creo que es una escuela que permite la
integración por que es como hoy tendría que ser, porque es ley pero en realidad no
somos un colegio que acompaña de manera genuina y habilitan de una manera más
amigable estos proyectos, el cuerpo directivo no tiene una mirada inclusiva y acepto
que nosotros los docentes también nos falta mucho recorrido, mucho por hacer y
pensar nuestros pensamientos acerca de la diversidad.
Yo misma soy una de ellas, que sé que tengo todavía mucho por aprender con
respecto a todo el tema de inclusión, el cómo tener una mirada inclusiva.
M: Muy poco y muy por arriba la verdad. Bien al principio habíamos tenido una
especie de Jornada sobre la inclusión e igualdad de oportunidades en los niños con
discapacidad pero sí fue muy por arriba. Solo en Febrero de este año, antes de
empezar el ciclo lectivo, el equipo de orientación nos dió como un curso acerca de
los diagnósticos más vistos cómo para que nosotros tengamos un idea general y
poder detectarlo dentro del aula. Creo que si uno quiere meterse más en el tema
tiene que ser por afuera y por propia voluntad.
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teníamos muchos choques con las directoras y mucho era por esto, porque ellas
querían tener el control de todo.
M: La directora hablaba con la MI, pero teníamos casos en donde el chico al que
había que adaptarle el contenido no tenía MI, como F. o tenía pero venía muy de
vez en cuando entonces creo que las directoras no le daban tanta importancia en
cuanto a su opinión. Yo de a poco fui tratando de incorporar la opinión de las A.E.,
me acuerdo que a vos te preguntaba por ejemplo que podía y que no podía hacer
F., qué era lo mejor para ella. Pero bueno en ese momento llegaba a un punto que
como colegio estábamos tan desorganizados que a me acuerdo que me daba miedo
quedarme sin la evaluación para los chicos con alguna dificultad y que me echaran
la culpa, como diciendo vos tenías haberte hecho cargo, cuando en realidad eran
las directoras querían encargarse de todo esto.
M: ¿Hoy en día ya nos dan mucho más libertad para que nosotras junto con las MI y
acompañantes podamos hacer las adaptaciones. Creo que hay mucho menos
control por parte del cuerpo directivo… a ver, sigue el control, pero estas cosas creo
que fueron acomodándose conforme pasaba el tiempo.
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M: Con las familias en general la comunicación es buena, en el día a día nos
comunicamos a través de los cuadernos de comunicación o a través de la
plataforma Santillana. Obviamente, cada familia es un mundo, hay padres que
acompañan, te responden muy bien y después hay padres que les cuesta participar
más o que se quejan por todo, pero esos son casos muy puntuales. LA verdad es
que son esenciales en todo momento, no solo para acompañar a su hijo para el
proceso de aprendizaje pero también para que pueda el chico cumplir con sus
tareas ya en la casa.
M: ….. (se queda pensando)... una relación con muchos altibajos, muchas idas y
vueltas. Hemos tenido momentos muy malos como también momentos lindos pero
esta relación ha sido todo un proceso, esta relación sigue en construcción.
E: ¿Me podrías contar un poco como ha sido esta relación desde el principio desde
que el colegio abrió sus puertas hasta ahora?
Al principio entonces había mucha crítica por parte de los directivos hacia nosotros,
poco acompañamiento y confianza en nosotros. Eso la verdad que nos ponía muy
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mal, creo que todas cuando entramos estábamos muy motivadas y le poníamos
mucha garra, nos esforzabamos mucho pero está malas maneras por parte de las
directoras nos hacían sentir a veces inutiles y nos re desmotivaba. Tan solo en los
primeros 6 meses habían renunciado 3 maestras. Se podría decir que fue un
momento oscuro.
M: Y la mayoría por que grado las desbordaba, no podían dar la clase y sentían que
ya habían agotado recursos, una de ella había pedido ayuda al equipo de
orientación y nada. En ese momento no nos sentíamos muy acompañadas por el
equipo directivo. Creo que no veían ningún tipo de avance o progreso, estaban
medio que desesperanzadas con que todo esto pudiera cambiar y por esos motivos
renunciaban.
M: Excelente, siempre me llevé muy bien con cada A.E que he tenido dentro del
aula, la verdad es que a mi no me molesta en lo absoluto que haya otra persona, al
revés, creo que suma al aula. mi modos y tipo de trabajo con ellas siempre fue
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trabajo en equipo, yo siempre trataba de mantenerlas informadas y ellas a mí,
cuando habían dificultades o no. Obviamente creo que al principio me costó un poco
más todo el tema de mantenerlas informadas, pero porque había mucha
desorganización en las cosas administrativas y en el aula que tal vez perjudicaban
esto pero conforme eso se iba resolviendo, esas dinámicas iban mejorando. Y a mí
las verdad es que me enseñaron un montón de cosas sobre los chicos que estaban
incluidos, poder identificar como estaban, que necesitaban, o ante situaciones
puntuales con los compañeros, saber de qué manera actuar por ejemplo.
E: Claro y hablando un poco más acerca de F. puntualmente, ¿Cómo crees que era
la aceptación hacia ella desde sus compañeros? ¿Y tu propia aceptación?
M: Y.. fue muy corto el tiempo que pudimos convivir con F lamentablemente. Sus
compañeros y yo apenas estábamos comenzando a conocerla cuando de repente
dejó de venir F. al colegio.
F. dentro del aula tenía una manera de relacionarse un poco invasiva con el otro,
era muy afectiva con todos y sus actitudes/conductas eran un poco más aniñadas
que el resto. Eso no lo estoy diciendo en lo absoluto como queja ni algo malo pero
bueno, eran formas de ser que yo como maestra de grado estaba conociendo
dentro del aula. Y de nuevo, hay que tener en cuenta que ella no entró en un grupo
consolidado, nos estábamos conociendo entre todos, sus compañeras estaban
empezando a procesar también lo que necesitaba F. y cómo es la interacción con
ella. También a tener en cuenta que son chicos que están entrando en la
adolescencia, y es aquí cuando empieza a haber una rotación más hacia lo social,
sus compañeras estaban concentradas en otras cosas, que los chicos, quien gusta
de quien, por ejemplo,y estos eran intereses que F. por hay no estaba en eso.
Desgraciadamente pasaban situaciones en donde sí veía que sus compañeros se
apartaban de F. creo que es algo que pasa mucho una vez llegando a 4to y 5to
grado, ¿no? Como que la empezaron a excluir en el momento que vieron que a F. le
costaba trabajo escribir, leer y F. eso sí lo sintió. Y a veces la incluian, pero creo
que viéndolo ahora tal vez la incluían desde una forma más del cuidado, la
ayudaban, interactuaban con ella un ratito pero hasta ahí. Pero después había
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situaciones en donde F. de la nada empezaba a robarles las cosas a sus
compañeros, y ellos no entendían lo que pasaba, por qué de repente actuaba así,
los descolocaba un poco, a mí también me descolocaba. Creo que esta no
aceptación por parte de sus compañeros tal vez era porque no podían comprender o
no estaban del todo bien informados acerca de F. había mucho trabajo por hacer en
cuanto a psicoeducar a los chicos y creo que yo en ese momento tampoco lo pude
ver. Yo estaba muy enfocada en poder dar la clase porque también la clase era un
lío total, creo que esos primeros meses a todas las maestras nos fue muy difícil
poder dar la clase, había mucho ruido, todos gritaban, los chicos no nos hacían
caso, no prestaban atención. Entonces siendo sincera nunca llegué a conectar con
F. porque estaba siempre más atenta enfocada en poder dar algo de la clase.
Estaba más frustrada en sí por el aula y todos que por llegar a formar un vínculo con
F. y esto de no poder atenderla y en vez me apoyaba mucho en vos para yo intentar
seguir con el resto del grupo. Reconozco que me falta mucha formación y son niños
que tienen muchas necesidades y sin conocimientos o la información adecuada a
veces se hace muy difícil en trabajo en el aula con estos chicos.
CASO N.2
Datos Generales/Familiares
Nombre: R.
Edad: 7 años
1er grado – Nivel Primario. Turno mañana
Diagnóstico: Síndrome de Down
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Es una institución oficial de gestión privada, mixto, que inicia su actividad
académica en 1978 con Jardín de Infantes. En 1986, nace una necesidad de
continuidad para sus egresados y comienza entonces el funcionamiento de la
escuela primaria. Actualmente, la institución cuenta con nivel Inicial, E.P. (Educación
Primaria) en dos turnos, y E.S. (Educación Secundaria), con talleres especiales de
intensificación.
No poseen un gabinete psicopedagógico.
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a dialogar con la familia, entrar en su juego y en sus formas de R. para proponer
luego otras alternativas. Con insistencia y tolerancia por parte del colegio, la familia
y el de equipo apoyo a la integración, en el transcurso del año R. se fue
incorporando a los diferentes momentos de la sala, No estaba permitido salir de la
sala en cualquier momento y, pasadas los primeros meses de clase, ella ya no lo
hacía más. Notamos también como R. se fue incorporando a las rondas y disfrutaba
de las actividades pedagógicas del aula. Mostraba una atención especial a los
gestos de su docente, pues la imitaba y se reía mucho al hacerlo.
A nivel afectivo emocional Rosario se mostraba cariñosa y afable en su
modalidad vincular. No presentaba una modalidad de afectividad fusionada ni
masiva ante personas que rodean su medio circundante más cercano.
Seleccionando claramente a las personas a quienes manifiesta dicha simpatía.
Así fue como fue transitando el 1er grado de primaria evidenciando progresos
interesantes, demostrando tener un gran nivel de autonomía y seguridad dentro y
fuera del aula, superando los desafíos que se presentan día a día. Tras finalizar el
año, el equipo docente junto con la familia de R. y los profesionales evaluaron
conformes los progresos. Todos festejaron con emoción su pasaje a 2do grado.
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- Su patrón comunicativo es preferentemente verbal, acompañado sus
producciones con gestos convencionales. Sus habilidades comunicativas
responden a un buen nivel de procesamiento, no obstante su lenguaje verbal
aún debe seguir siendo ampliamente estimulado para que logre ser más legible.
- Según psicopedagoga y mamá: Es fundamental poder anticipar contenidos al
igual que estimular funciones cognitivas para lograr una adecuada implicancia y
fomentar los procesos de enseñanza - aprendizaje de R. dentro del aula.
- R. suele observar con atención su entorno, en especial a sus pares. Se muestra
susceptible ante ciertos incidentes ocurridos con algún compañero; cuando
siente que necesita poner límites, recurre siempre a su Maestra o su
Acompañante.
- En los recreos, R. tiende a realizar un juego más individual. Progresivamente se
ha ido acercando más al espacio físico del juego de sus compañeros.
- R. ve el juego como un momento estructurado. Estaba tan sobreestimulada y no
sabía jugar. Está buenísimo que pueda recibir toda esta estimulación pero tan
importante como esto es que ella también pueda aprender a jugar y a aburrirse y
a estar relajada.
- Puede estar pasando de que tengan un exceso de actividades y exigencia fuera
de la casa y no tenga un tiempo de estar relajada y jugando, un espacio de
juego.
- Sus amigos tienen una relación muy fluida con ella; la convocan a sus juegos,
quieren colaborar con ella si perciben que necesita ayuda y también le pueden
decir que “no”, como suele pasar con cualquiera de sus compañeros.
- Tiene una mamá que es muy comprometida, está atenta a todo lo que está
pasando con su hija en el colegio y en la casa.
- Mamá: “Ya este año estamos corriendo un poco la mirada, y correr esto de que
hay que hacer todo por ella, y en vez decirle “estás preparada para esto, darle
más independencia. Si bien R. es muy autónoma en su forma de ser”
- Equipo de profesionales que trabajan con R.: Tenemos un grupo de whatsapp
con el objetivo de mantenernos comunicadas para utilizar las mismas
estrategias dentro del consultorio.
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- En las reuniones del colegio con el equipo de integración se estuvo
fundamentalmente viendo estrategias que favorezcan su vínculo social, períodos
de juego y un acercamiento más natural a las propuestas pedagógicas. El
colegio demostró conocer mucho a R. y están muy atentos a sus necesidades.
Nos mencionó varias veces el colegio que están dispuestos a compartir con todo
el equipo profesional externo todo lo que tenga que ver con lo pedagógico.
D: Ok..
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D: Si es por cantidad muchísimo, igual tengo un equipo en este momento, con 2
vicedirectores y lo bueno es que nos llevamos bien, que hay una coordinación en las
ideas de lo que queremos lograr, cada vicedirectora toma un turno de la escuela
distinta. Tiene que ser un trabajo en equipo.
D: Es una escuela hermosa, inclusiva por supuesto, con un equipo docente muy
capacitado y unido, caracterizada por sus métodos de enseñanza actualizadas, por
su concientización de la diversidad en la que intentamos lograr una identidad en la
educación que los identificara frente a sus pares empatizando y logrando así una
comunidad más humana. Se le da mucha importancia a los valores y el respeto que
se enseña todos los días a todos los alumnos.
E: Bueno, y acerca del caso de R. ¿Me podrías contar un poco acerca del proceso
de inclusión de R. a lo largo de su trayecto por la escuela?
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D: Sí mirá, como todo proceso no? No es lineal, siempre hay desafíos en el camino,
hay momentos donde tuvimos que trabajar mucho con la familia, o con la A.E., otros
momentos que el problema recaía más en la escuela especial por ejemplo.
E: ¿Más específico?
E: Y ahí fue cuando entré yo como A.E. con las coordinadoras de mi centro de
apoyo a la integración.
D: Así es, llegaron ustedes justo con este gran desafío por delante qué era poder
trabajar con la familia y no solo con R. y bueno como vos ya sabes, pudimos
sobrepasar esto en equipo, todas trabajando hacia un mismo objetivo con ustedes
que era poder sacar un poco a esta mamá de lado que maneja todos los hilos y
relajar a esta nena. La mamá ponía tantas expectativas en que su hija podía que no
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se si naturalmente puede pero para la mamá lo tiene que cumplir entonces era a
costa de cuánto esfuerzo de la nina? Esto era justo lo que teníamos que
descomprimir, ese era nuestro objetivo, lograr la confianza y la tranquilidad de la
mama. Al mismo tiempo, era todo un trabajo de empezar a mostrarle a la mamá que
aún cambiando de acompañante nos seguíamos encontrando con estos desafíos de
capricho de la niña, pero y que forma parte de la evolución y que nadie está
preocupado por esto, pero que sepa que si le llega una notita en el cuaderno de
comunicado diciendo “hoy R. no pudo aceptar la pauta….” u “Hoy R. se escapaba
del aula a cada rato..” que la mamá no se alarme por esto y que entienda que por
ahí es esto de que no es que estamos preocupados pero lo comunicamos ya que es
algo para que ellos refuercen en casa, conversen con R. ¿Que paso R. que hoy
estuviste de tal manera en el cole? etc. Y bueno y así se fue dando a lo largo del
año… con muchas reuniones, todo un trabajo en conjunto con ustedes como
centro, la maestra de grado, el equipo profesional externo de R. y conforme
pasaban los meses, la mamá pudo relajar, R. dejó de tener esas actitudes, nos
pudimos enfocar más en la parte cognitiva. etc. Actualmente hoy nuestro foco,
además de seguir trabajando en la lectoescritura, sus posibilidades de expresión,
sigue siendo en desarrollar diversas estrategias para que R. se pueda incorporar
más con sus compañeros, a las actividades grupales que es algo que a veces le
cuesta un poco más, pero vamos muy bien.
D: Como dije, hay momentos en que desconfía mucho la mamá y hay otros en los
que está sabemos que está muy conforme y feliz con nosotros. Es una mamá que
por la ansiedad siempre quiere estar detrás de todo, evaluando todo. Si yo le hago
caso a la madre casi que sería ella quien armaría la planificación a la maestra. A
nosotros nos mandaba un mail por día actividades para que nosotras podamos
hacer con R. en el aula y es ahí donde hay que saber trabajar mucho, hay que tener
mucha cintura para poder contenerla, para poder charlar con ella, para que nos
entienda que no somos sus enemigos si no que estamos ayudandola. También
trabajar con estas dos profesionales (fonoaudióloga, psicopedagoga) de R. que ellas
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a veces no estaban muy presentes, pero teníamos que estar todo bien alineados.
Sé que los dos, tanto la madre como el padre valoran mucho el esfuerzo y
acompañamiento que le ponemos todos los días a este proceso. Sueno como si
estoy haciendo una publicidad de este colegio pero realmente es así, si no
trabajamos de esa manera entonces no nos identificamos como inclusivos.
D: Siempre trabajamos en equipo desde lo que vemos nosotros acá dentro del
colegio, de qué maneras ayudarlo, qué estrategias o herramientas les funciona a
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uno o no, siempre tratamos de que estén presentes la MI o la A.E a nuestras
reuniones para juntos poder armar bien un plan y también que se puedan hacer bien
las adaptaciones. De ahí nos juntamos con la familia, se firma el PPI y les contamos
cuáles serían los objetivos del año, que esperamos que aprenda, las conductas en
las que queremos trabajar etc. y por lo general siempre a finales del año nos
volvemos a encontrar para evaluar juntos cómo fue ese año.
E: Volviendo a R. ¿Cuáles pensás que son los factores que facilitan y obstaculizan
su proceso de aprendizaje y vinculación?
D: Bueno lo que dificulta el aprendizaje por un lado como comenté, un gran factor
que puede influir mucho son la familia y sus expectativas, la sobreestimulación por
parte de los padres. Con R. en un momento nos encontrábamos con una mamá que
anticipa todo todo lo que R. hacía dentro del colegio, hasta en los momentos de
juego, y nos dimos cuenta que era tal límite esta anticipación que se perdía todo el
efecto sorpresa, entonces cuando era hora de trabajar en tal actividad en el aula, R.
ya no quería hacerlo porque ya lo había trabajado tanto en casa que le aburría. Y es
una nena que está en condiciones de encontrar algo que le sorprenda. Y al mismo
tiempo esto también afectaba su proceso de poderse vincular con sus pares, tenía
muchas herramientas pedagógicas brindadas por todos pero dentro en la cuestión
social no lo estaba logrando y cada vez le está costando más.
También una de las cosas que dificultaba mucho eran las adaptaciones de Ro a las
diferentes acompañantes, primero éramos nosotras que habíamos generado un
vínculo donde empezó a trabajar bien en cuanto a lo psicopedagógico, bien
marcado, bien estructurado, que era como en consultorio trabajar con ella, pero
también cuando llegó la acompañante anterior a vos, uno se corrió de la parte
pedagógica y darle lugar al vínculo donde a esta Acompañante le costó un montón
construir el vínculo con R., y en ese vínculo que tenía con la ella fue donde se hizo
el PPI que solo se tomó otra vez fuera de contexto, y los padres estaban re
molestos porque decía que R. era “desafiante”. Después llegastes vos donde ahí
hubo otro trabajo que hacer, y con vos se presentó lo mismo, la misma conducta
desafiante más todo lo que había instalado ya R. y recién a los 4 meses de haber
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empezado vos se acomodaron las cosas, pudiste desarrollar un buen vínculo con R,
pudimos hacer que la mamá se relajara, se acomodó el grupo de pares también que
antes estaban muy inquietos, los docentes, y ahí R. se pudo enfocar en el trabajo
pedagógico. Se llevó mucho tiempo en la adaptación, había que ver qué era lo que
pasaba en el vínculo y tal vez el aprendizaje pasaba a 2do plano. Pero es algo que
paso en todo el aula, y hay que trabajar primero desde lo conductual, el vínculo, lo
social como quieras decirlo y dejar de lado las sumas porque de verdad es muy
difícil.
Y en general, tal vez el desafío más difícil de afrontar por los profesores
digamos cuando encaran las tareas de enseñanza y aprendizaje de los chicos,
radica en la gran diversidad también no, de niveles, de comprensión, y quizás el
poder atender a todas las características de los chicos, esta escuela con la
característica de la inclusión, de los alumnos integrados a logrado a lo mejor con
relación a otras, una visión en los profesores de estar atentos a las diversidades que
uno se encuentra en el aula, que quizá en un aula común y corriente sin integración,
esa mirada se piensa que no es tan necesaria, es un pensamiento que en realidad
es un prejuicio porque en realidad, siempre debería existir esa mirada porque
siempre la forma y los ritmos de aprender y la problemáticas de estos chicos son
diversas, integrados o no, entonces en ese sentido podríamos decir que nuestra
escuela corre con cierta ventaja con esto de que teniendo que trabajar con muchos
alumnos con integración, a los docentes les ha provisto de esta mirada, de estar
atento a las diferencias de los alumnos, pero aún así sigue siendo el desafío más
grande, poder atender a todas las diferencias, poder agrupar, poder elaborar
estrategias didácticas que sirvan para todos y que hagan que todos de alguna
manera vayan avanzando.
D: Creo que todo forma parte, desde la motivación que trae desde la casa, más
todas las herramientas, estrategias, vínculos que que se le ha dado acá en el
90
colegio. Desde poder formar esos vínculos con sus compañeros, que sus pares la
puedan ayudar y acompañar y R. se sienta cómoda con esto, y el trabajo, el vínculo
que ha desarrollado con la maestra de grado que es importantísimo para su
aprendizaje, a esto me refiero a el trabajo que hace la maestra de cómo puede guiar
el aprendizaje de ella, el que sea su mayor referente para R., que es ella la que
debe de poner los límites, y su trabajo en conjunto con las configuraciones de apoyo
y bueno también es importante la propia motivación de la maestra, lo que la maestra
transmite como persona, para todos. Y vuelvo a lo mismo, es fundamental un
trabajo interdisciplinario con profesionales, con los docentes, con los padres, entre
otros, para guiarlos en el camino para que logren un buen aprendizaje y desarrollo
de vínculos. Que estemos todos alineados y participando dentro de este proceso. Te
doy hasta ejemplo más bobo pero cuando R. solía escaparse de del aula a cada
rato y se escapaba a la parte de secundaria donde nadie la conocía y le daban
mucha atención. Se juntaban dos cosas ahí, una era poder ver hasta dónde y poder
habilitar si realmente estaba cansada/saturaba y si necesitaba salir del aula y el otro
era ver cuánto le gustaba y disfrutaba que todo el mundo, todo secundaria le
prestara atención, y R. tiene una picardía particular que la verdad es que te
conquista y esto a R. le encantaba, disfruta, entonces tuvimos que hablar con el
equipo docente de secundaria para que no le den tanta atención. Les pedimos esta
colaboración de que le pongan límites a R... Acá hay pautas/normas y hay que
cumlpirlas, R. es una más y como cualquiera no podemos dejar que una nena ande
paseando por todo el colegio por que se le da la gana.
D: Estamos super orgullosos de ser un colegio inclusivo donde somos todos iguales
acá y que puedan naturalizar lo diverso y también el trabajo que lleva a eso, es todo
un trabajo, una pelea, una lucha. Cuando llega un chico con discapacidad a la
escuela ya con todo su equipo detrás, uno se acomoda a ese equipo y juntos
intentamos pensar entre todos el mejor proceso y la mejor forma de llevar adelante
ese proceso; la mejor manera de llevarla adelante. Cada caso y cada proyecto es
único y tiene todo un mundo por detrás, donde no existe tan solo una estrategia
91
general para abordarlo, cambia conforme pasan los meses y nos vamos acoplando
en la práctica. Uno se va a casa a ver pensando, buscando estrategias,
acompañado a los docentes, peleando con la escuela especial, hablando con los
centros, organizando horarios. Lamentablemente hay muchas familias a las que les
tenemos que decir que No, que no hay vacante, a ver hay varios que están en lista
de espera pero porque si queremos los podemos hacer entrar, pero es que los
chicos que tenemos queremos cuidarlos, lo sabemos que necesitan todo un tiempo
por parte de nosotros, es todo una dedicación, venimos de juntarnos de reunirnos
de hacer todo un seguimiento que a veces el docente está en el aula pero nosotras
seguimos acompañándolos y organizándonos desde afuera. Nosotros no tenemos
un gabinete armado. Y también las profesionales que vengan a trabajar tienen que
estar acorde a nuestra mirada, acorde a lo que nosotros pensamos. Es todo una
lucha y una pelea. Hoy tuve una videollamada con una psicopedagoga que me
vengo peleando porque quiere un caso que repita, es un nene que nos costó un
montón que sociabilice, que se integre que logre amigos y que ella venga y me diga
que tiene que permanecer en tercero y no. y entonces su mirada es totalmente
diferente a lo que nosotros tenemos en el día. Para nosotros la sociabilización está
primero, leer y escribir si tienen un equipo lo van a hacer pero la socialización es el
primer pilar del colegio, los valores, conocernos, hacernos amigos, generar un grupo
de trabajo a medida entramos y estan todos tranquilos, que se respeten que se
escuchen, parar una clase y abordar un conflicto esa es nuestra prioridad, eso es
nuestro pilar fundamental, después viene el cómo aprendemos, cómo apuntábamos
los contenidos, pero para nosotros lo fundamental tiene que ver con la parte social y
después viene lo pedagógico. Entiende esto de la socialización, es importante que
los chicos se sientan contenidos, acompañados entre todos y que si logramos que
sean escuchados y atendidos ellos van a aprender.
Creo que con todo esto, creo que es fabuloso poder ver el proceso por el que vamos
transitando y R. va a acompañando todo esto. Y en su momento me puso muy
contenta ver que la familia de R. también se pudo dar cuenta de esto, de la
92
sobreestimulación y sobreexigencias de su parte, de que había que relajarse y que
es algo que nosotros veníamos observando, en donde ella nos ponía el basta, el
dejarla un rato descansar que si bien se lo permitimos a su vez también se lo
estructuramos esto, en qué momento, cunado lo puede hacer y no es que va a
hacer lo que quiera. Esto de que la mamá haya logrado correrse, saber cuándo
intervenir saber cuándo separarse y eso me parece que R. pudo ganar más territorio
más seguridad y autonomía. Y la verdad que me parece que ahora sí estamos
articulando y trabajando y todas con las mismas normas, las mismas estrategias y
cada una muy comunicadas y transparentes, nosotras estamos muy contentas con
la evolución, con el cambio, el centro siempre nos mantienen al tanto y nosotras
también. Con R. es una nena que siempre hay que estar estructurandose, siempre
hay que estar buscando nuevas estrategias, por hay lo que sirve hoy despues ya no
sirve así que tenemos que ir por otro lado. Y todas vamos a trabajar por ella, para
que este bien para contenerla pero hay que tener siempre presente cuál es nuestro
rol de cada uno, esto tiene que estar bien claro. Cada una siempre defiende su
territorio pero acá todos tenemos que trabajar por R. y por cada uno de estos chicos
y ayudarlos, y ayudar a las docentes y configuraciones de apoyo que trabajan día a
día con estos chicos y para que los puedan contener y acompañar dentro de todo
este sistema, estas familias y el equipo que tienen.
M: Dale yo soy la maestra de grado de 1ro y 2do año de Primaria. Hace 4 años que
trabajo en esta escuela turno mañana y turno tarde.
93
E: ¿Y hace cuánto tiempo que conoces a R. y su familia?
D: Yo fui la maestra de grado de R. durante 1ro y 2do año de primaria. En total hace
3 años que la conozco pero este año ya al pasar a 3ro ya esta ahora ya tiene otra
maestra de grado.
M: Creo que es una escuela que se caracteriza por ser muy abiertos y atentos a la
diversidad y a las necesidades del alumnado, más allá de las integraciones.
Tenemos un gran equipo docente y un cuerpo directivo que juntos hacemos que
cada alumno pueda crecer, desarrollarse y poder adquirir los conocimientos
necesarios y vínculos con sus compañeritos a lo largo de su estadía por el colegio.
Me parece que es un colegio muy avanzado en el sentido que es un colegio que le
da mucha importancia a la inclusión, y es algo que hacemos y trabajamos día a día
entre todos proponiéndolo como una metodología de trabajo común.
A mi me gusta mucho este colegio, siempre me sentí acompañada por los
directivos, tenemos una relación muy cercana entre nosotros los docentes, creo que
hay un lindo sentimiento de comunidad en este colegio, desde equipo profesional
hasta los alumnos y las familias, se ve mucho también cuando hacemos los eventos
más grandes de todo el cole. Y ahora por ejemplo con la pandemia y que estamos
todos remotos, no voy a mentir es todo graaan trabajo y esfuerzo que estamos
haciendo y no es nada fácil, tampoco es algo que me gusta mucho pero en todo
este tiempo siempre me sentí acompañada por las directoras, desde darnos todo el
material que necesitamos hasta tener que guiarnos y ayudarnos a adaptar todo, el
material, las actividades para que sean online, por computadora. Creo que en
general siempre me sentí muy cómoda trabajando acá.
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M: Hemos tenido algunas que otras capacitaciones, jornadas, pero muy breves que
nos explicaban no tanto en sí la teoría pero se iba más a lo práctico, para aprender
las distintas formas de manejarnos, distintas estrategias o herramientas para
implementar. Entonces sí, así como capacitación formal y general no hemos tenido
pero igualmente siempre hay mucho acompañamiento por parte del equipo directivo.
M: Acá el alumno con discapacidad es uno más de todos los alumnos que hay, no
hacemos diferencias porque tal chico tiene una discapacidad o no, están totalmente
adaptados. Se les considera como un igual que todos los demás.
M: Yo la conocí cuando la tuve como alumna en 1er año de primaria, ese fue un año
intensísimo y de muchos cambios, pero al final de ese año creo que gracias a vos
que estabas conmigo en el aula , a la familia y el equipo directivo, entre todos
pudimos lograr que R. me vea como su referente, que sea yo la que pongo límites y
tomo decisiones pero al mismo tiempo sin dejar de lado ese vínculo de tanto cariño
que nos teníamos. 2ndo año de primaria fue mucho más tranquilo, tenía una nueva
acompañante pero creo que R. rápidamente se pudo adaptar bien a ella, y nosotros
también ya estábamos mucho mejor alineados en cuanto a objetivos.
E: ¿Quienes?
M: El primer año el foco estuvo más en lo actitudinal, venía con mucho estímulo
desde la casa, con mucha cosa establecida y pensábamos que tal vez esta
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conducta desafiante que tuvo a lo largo de ese año era un mecanismo de defensa
que tenía R., era su forma de decir, “Basta y basta”, entonces veíamos que habían
momento en donde lo que más necesitaba era descomprimir y por ende no veíamos
tanto lo pedagógico. Una vez que se pudo resolver esto ya en 2ndo año ahí sí que
empezaron a meternos de lleno a desarrollar sus capacidades cognitivas, tuvimos
muchos problemas con la MI que nunca venía, venía solo 1 vez cada 10 días y se
quedaba muy poco tiempo, entonces las adaptaciones las hacíamos mucho entre
las A.E. con sus coordinadoras, yo y las directoras., pero creo que hubo muchos
avances en cuanto a lo cognitivo.
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M: El primer año, cuando me dieron el grado no lo sentí como un peso si no me dio
miedo esto de ver cómo lo voy a manejar, si bien había tenido chicos con
integración, nunca con síndrome de down entonces para mi era todo nuevo, pero
para mi era toda la presión que lleva estar en 1ro, esto de enseñarles a leer, escribir
y los números, pero la verdad que me encariñe un montón y me rio y me enojo pero
vienen y te dan un abrazo y hacen cosas que te sacan una sonrisa. Y desde el
primer dia no lo sentí ni como un trabajo extra ni como un peso, hoy en día el haber
pasado dos años con este grupo de chicos y con R. y ahora saber que esta en 3ro
ya y que lo pasé y la veo bien y me pone contenta porque bueno más allá de las
cosas que hayan pasando en el medio, los cambios, los desafíos con la familia, era
un año con muchas expectativas, 1er grado de por sí tiene una carga de
responsabilidad para todos, los chicos, los padres de que tienen esa ansiedad de
que aprendan lean etc. pero estoy muy contenta de cómo surgió todo la verdad, fue
y sigue siendo un trabajo muy satisfactorio.
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