Está en la página 1de 14

Radicado 36518- C.S.

Magistrada Ponente: ELSY DEL PILAR CUELLO CALDERÓN

Resuelve la Corte el recurso extraordinario de casación interpuesto por la EMPRESA


DISTRITAL DE TELECOMUNICACIONES DE BARRANQUILLA E. S. P. en
LIQUIDACIÓN, contra la sentencia proferida por el Tribunal Superior del Distrito Judicial
de Barranquilla, el 29 de febrero de 2008, dentro del proceso promovido por ALFREDO
IVÁN DE LA HOZ DONADO.

Temas a tratar en la sentencia.

1. Establecer la existencia de una continuidad laboral con la parte demandada, frente


a la vinculación del actor ante una empresa de servicios temporales y su extensión
en el plazo como trabajador en misión, haciendo referencia a la ley 50/90.

2. Busca computar el tiempo y la edad por parte del actor para establecer si tiene
derecho a acceder a la pensión. Haciendo referencia a lo constado, de la afiliación
y beneficio del convenio colectivo aludido a pensión.

ANTECEDENTES- DEMANDANTE

Laboro para la empresa DISTRITAL DE TELECOMUNICACIONES BARRANQUILLA


E.S.P. donde su contrato inicio el 28 de julio de 1981 hasta el 23 de mayo del 2004,
momento en que se le comunico la terminación de su contrato de trabajo, toda vez que la
empresa adujo la liquidación de la empresa.

Su último ingreso salarial obtenido en la E.D.T. fue de $ 4.040.987,77. Su cargo era de


PROFESIONAL I en .E.D.T. Pertenecía al Sindicato de E.D.T llamado “SINTRATEL” y
beneficiario de la Convención Colectiva de trabajadores.

Sin embargo, posterior a la terminación de contrato con E.D.T, el señor DE LA HOZ fue
contratado el día 21 de junio del 2004 al 30 de noviembre del 2005 por la EMPRESA
TEMPORAL DEL CARIBE LTDA, pero con una asignación salarial menor a la que le
pagaba E.D.T, ( $ 1.500.00,00) con un cargo de Profesional de Cartera.

El señor de la HOZ solicita se declare continuidad de contrato hasta el 30 de noviembre


del 2005, reliquidación de salarios, prestaciones sociales, prima de servicios,
bonificaciones, vacaciones, aguinaldos, y pagarle la pensión del art 42 de la convención
colectiva vigente, con los respectivos ajustes, tales como la indemnización por despido sin
justa causa y perjuicios materiales.

DEMANDADA

Acepto la relación laboral que surgió del 28 de julio de 1981 hasta el 23 de mayo del
2004, dicha decisión de terminación fue de forma “Unilateral siendo causa legal”, informa
que la demandada fue intervenida el día 23 de mayo del 2004 por la SUPERINTENDENCIA
DE SERVICIOS PUBLICOS DOMICILIARIOS, por tal motivo quedaron cesantes todos los
trabajadores, adicional indico que no le constaba que el señor De LA HOZ fuera afiliado al
sindicato ni beneficiario de la convención Colectiva, indico que la pensión fue solicitada
antes de tiempo y era irregular pedirla sin cumplir los requisitos estando al servicio de la
empresa. Sin embargo, manifiesto que le reconoció una pensión “ DE ORIGEN
CONVENCIONAL POR HABER LABORADO EN ESTA ENTIDAD”
- El juzgado 9 laboral de circuito de barranquilla, mediante sentencia del 15 de
diciembre del 2006, condeno a la E.D.T a pagar al actor indemnización por despido
sin justa causa en cuantía de $ 1.750.000,00 y absolvió al Distrito Especiales de
Industria y Portuario de Barranquilla.

TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL

Por sentencia 29 de febrero del 2008, revoco la del A Quo y en su lugar condenó a la
empresa demandada a pagar al actor una pensión de jubilación en cuantía mensual de
$4.088.705,24 a partir del 29 de septiembre de 2005; a re liquidarle los salarios, y las
primas de navidad, de servicios y de vacaciones que totalizó en $49.409.751,75;
igualmente modificó la condena por indemnización por despido injusto, y la fijó en
$41.750.000.

El A quem, en lo que interesa al recurso extraordinario, llamo la atención al Aquo POR:

- Haber negado la pensión reclamada, sin revisar o examinar el expediente, sin


embargo, reprodujo el art 42 de la Conv. Colectiva e indico que era necesario
examinar si hubo continuidad en el servicio con la empresa demandada.

- Critico la decisión del juez, entre tanto se negó a la reliquidación de las


prestaciones, desconoció “el vínculo que en calidad de empleador hubiere podido
existir entre la EDT frente al demandante mientras este estuvo contratado en
misión, pero luego, cuando condenó a la demandada al pago de la indemnización
por despido injusto, da la impresión de que hubiera aceptando (sic) que en
realidad la EDT si fungió como patrono”.

- Se refirió a las empresas de servicios temporales y reprodujo el art 71 de la ley 50


del 1990, concluyó que las mismas “son reales empleadores de los trabajadores
que a ella sean vinculados aunque presten sus servicios en una empresa distinta…
Sin embargo, como en el presente caso se está tratando de demostrar otra cosa,
es decir, que la vinculación del actor frente a las Empresas de Servicios
Temporales fue una ficción y que por ende debe entenderse una misma
vinculación del demandante frente a la empresa encartada”.

- Ahora bien, según la liquidación que se encuentra bajo el folio 15, el cargo
desarrollado por el actor mientras laboró directamente para la EDT fue Profesional
I”; después de examinar el artículo 77 de la precitada Ley, precisó que “la labor
desplegada por el actor no se trata de un trabajo ocasional, ni surgió para
remplazar al personal en vacaciones, ni tampoco se enmarca dentro de los
incrementos de la producción, no puede cobijarse dentro de este tipo de contratos,
pues realizó sus funciones distintas a las permitidas por la norma”.

- El representante legal de la demandada al absolver el interrogatorio acepto que el


actor realizo las mismas funciones, por lo que se quebrantó el art 77 de la ley 50/
90, y en consecuencia, se tiene que el contrato celebrado finalizo el 29 de
septiembre del 2005 y no el 24 de mayo del 2004 toda vez que frente a la empresa
de servicios temporales hubo un contrato aparente.

RECURSO DE CASACIÓN

Se formulan dos cargos:

1. Manifiesta que el tribunal se equivocó en tres aspectos, al aplicar erróneamente los


art 71 y 77 de la ley 50/90 y al afirmar que todo el tiempo laborado por el actor
fue de forma irregular, declarar la no solución de continuidad de la segunda y
primera vinculación, tomar como salario el del primer contrato para hacer producir
efectos en el monto de la pensión, al igual que los salarios devengados durante el
tiempo en misión, las prestaciones y la indemnización por despido.

Insiste en que fue un error tomar “todo el tiempo transcurrido, entre la fecha de la
contratación inicial, hasta la finalización del contrato con la empresa usuaria
como única, es decir, sin solución de continuidad, tiempo que hace acreedor al
actor de la pensión convencional. Igualmente procede a ordenar la
reliquidación de las prestaciones sociales y cesantías definitivas, no con el
último salario; sino con el que el actor había devengado como trabajador de la
demandada”.
Aduce que el ad quem incurrió en error al darle alcance extensivo a unas normas cuyos
destinatarios son los servidores del orden nacional, sin tener en cuenta que el actor
era un trabajador oficial del nivel territorial, y que la sumatoria de tiempos
correcta era “el tiempo como trabajador directo, laborado con la demandada
más el tiempo servido después del año autorizado por la ley aplicando las
normas propias de los trabajadores oficiales del orden territorial”.
2. Le endilga al tribunal los siguientes error,

“1- Dar por demostrado, sin estarlo, que existió la unidad del contrato de
trabajo entre el actor y la empresa disuelta, hoy recurrente con el contrato de
trabajo celebrado con la empresa de servicios temporales, por el hecho de haberse
excedido en la temporalidad que la ley establece para este tipo de contratos.
“2.- Dar por demostrado, sin estarlo, que existió la no solución de continuidad
entre el contrato de trabajo celebrado inicialmente entre la recurrente y el actor, y
el contrato como trabajador en misión.
“3.- Dar por demostrado, sin estarlo, como tiempo laborado y el transcurrido,
entre el 24 de marzo de 2004 (sic) fecha de terminación del contrato inicial con la
demandada, y el 1° de julio del mismo año; fecha en que el actor empezó a
prestar sus servicios en la empresa usuaria (EDT en liquidación) como trabajador
en misión.
“4.- No dar por demostrado, estándolo, que el contrato de trabajo celebrado
entre las partes, entre el 29 de julio de 1981 y el 24 de marzo de 2004 (sic), había
terminado y había sido liquidado con indemnización de perjuicios, de acuerdo a lo
establecido en la ley.
“5.- No dar por demostrado, estándolo, que únicamente se podía contabilizar
para todos los efectos laborales, el tiempo que excedía al año de contratación con
la temporal; más no así todo el tiempo.
“6.- No dar por demostrado, estándolo, que el último salario devengado por el
actor, fue la suma de $1.500.000,oo y no $4.088.705,24
“7.- No dar por demostrado, estándolo, que el actor era trabajador oficial del
orden Territorial y erróneamente se le aplicaron normas establecidas para los
servidores del orden Nacional.
“8.- Dar por demostrado, sin estarlo, que el demandante cumplía con los
requisitos pensionales consagrados en la Convención Colectiva de Trabajo.
“9.- Dar por demostrado sin estarlo, que el actor, era beneficiario de la
Convención Colectiva del Trabajo”.

Reitera que es equivocado colegir que “sólo existía un contrato único de trabajo, es decir,
el desde el 29 de julio de 1981, al 29 de septiembre de 2005, cuando en realidad había
una interrupción entre el 24 de mayo de 2004 y el 1° de julio de 2004, durante este
tiempo, el actor no tuvo ninguna vinculación con la demandada ni la temporal, tampoco
descontó los 6 meses y la prórroga de los 6 meses autorizados por la ley; luego queda
plenamente demostrado que el tiempo que se debe tener en cuenta para efectos del
tiempo laborado, entre la demandada y el actor, es el surgido entre el 28 de julio de 1981
al 23 de mayo de 2004; y el surgido entre el 2 de julio de 2005 al 29 de septiembre de
2005. Adicional a lo anterior se le aplicó al actor, siendo trabajador oficial del orden
territorial, normas aplicables a los trabajadores del orden Nacional.

CONSIDERACIONES DE LA CORTE

Lo que sí le asiste la razón a la censura es en cuanto a la duración del vínculo y la


existencia de solución de continuidad, pues examinadas las pruebas acusadas en el
segundo cargo se observa:

La carta fechada el 23 de mayo de 2004, da cuenta que la Liquidadora de la E.D.T le


comunicó al actor, la finalización de la relación; puntualmente: “ su contrato de trabajo
queda terminado por la referida causal de origen legal, decisión que surte
efectos a partir del día 24 de mayo
En los folios 15 a 16 obra la liquidación “total de cesantías y prestaciones sociales”;
los extremos de la relación laboral del 28 de julio de 1981 al 23 de mayo de 2004; “causa
del retiro Terminación de contrato por disolución de la Empresa”; tiempo real
laborado “8216 (22 años, 9 meses y 26 días)”; aparte de la liquidación por
cesantías, intereses a las mismas, vacaciones proporcionales, prima de vacaciones
proporcionales y de servicio extralegal, registra que por “Indemnización por retiro”, según
se liquidó la suma de $182.723.835,75.

En igual sentido, surge indiscutible que el salario a tener en cuenta es el que corresponde
a la primera relación y no el ficticio o aparente de $1.500.000,oo con el que se trató de
encubrir la realidad, puesto que no resulta posible escindir este elemento de la figura
contractual indebidamente utilizada por la demandada. No obstante, no puede aceptarse
que el salario devengado mensualmente por el actor en la primera relación laboral fuera
el que indicó el Tribunal de $4.088.705,24 para efectos de proferir condenas por salarios y
por pensión convencional; ese rubro aparece como referente para la liquidación de
algunas prestaciones como las cesantías, porque para la liquidación de otras, la cifra fue
distinta, basta señalar que para la prima extralegal proporcional, el “sueldo promedio” fue
de $3.254.364,55 y para la indemnización por retiro, el “sueldo promedio” fue de
$4.030.020,93; tampoco es consecuente con el que la parte actora señaló en el hecho 2°
de la demanda de $4.040.986,77, respecto del cual, la demandada en la contestación
manifestó: “no me consta que lo pruebe”; en cambio, dentro de la liquidación aludida
aparece en 3 oportunidades un valor constante que demuestra que el “sueldo básico” del
actor era de $2.278.930,70. Bajo este punto de vista, el juzgador de segundo grado
incurrió de modo manifiesto en error, y para los efectos legales que surjan de la decisión
que aquí se tome, es necesario solicitar a la demandada que certifique en forma detallada
el salario con todos los componentes o factores que lo integren.

De otro lado, el Tribunal no pudo incurrir en el 9° error de hecho, que le enrostra la


censura; basta recordar que la empresa demandada en la liquidación de cesantías y
prestaciones sociales de folios 15 a 16, incluyó la indemnización por retiro, de acuerdo con
el “art. 19 de la C. C. de Trabajo”, lo que indica que el demandante sí era beneficiario del
acuerdo convencional, además que alegó en la respuesta al hecho 5° de la demanda, que
“el señor al servicio de la empresa no cumplió los requisitos minimos, por ser una pensión
convencional y no legal”, es decir, no negó la aplicación del convenio al actor, sino
la falta de requisitos para la pensión prevista en su artículo 42; por lo demás,
en los términos del artículo “TRES (3)” de folio 35, “CAMPO DE APLICACIÓN:
Esta convención colectiva se aplica a los trabajadores oficiales sindicalizados y
a los no sindicalizados según lo dispuesto por el artículo 471 del C. S. del T.”
Para la definición de instancia, aparte de las anteriores consideraciones, previo a resolver
sobre la procedencia de la pensión convencional hay que recordar que no es claro el valor
del salario que tomó el Tribunal para imponer condena, porque la Convención Colectiva de
Trabajo contempla otros parámetros para el efecto , por ello se deberá obtener el
certificado en el que la demandada precise en forma detallada mes a mes el salario y
demás rubros que constituyan factor de salario devengados por el demandante en el
último año de su vinculación.

Tampoco hay certeza de la edad del actor, para determinar si resulta amparado por dicho
acuerdo en materia pensional, se solicitará a la Registraduría Nacional del Estado Civil, el
envío de los datos biográficos de la C. C. 8.699.702 de Barranquilla.
EN MERITO DE LO EXPUESTO LA SALA DE C.S.J CASA LA SENT. DEL 29/02/2008.
Proferida por el Tribunal Distrital de barranquilla.

Sentencia Radicado No. 42950

El doce de marzo del 2014, decide la corte el recurso de casación interpuesto por la
demandada BRINKIS DE COLOMBIA S.A. en contra de la sentencia de segunda
instancia proferida por el tribunal superior de pasto del 14 de agosto del 2009 dentro del
proceso Ordinario laboral que inicio en su contra la señora ANGELICA MARIA
HERRERA JIMENEZ.

TEMA PRINCIPAL DE LA SENTENCIA

Incumplimiento de las obligaciones contractuales por parte de la actora, generando la


finalización de su contrato laboral con justa causa comprobada. Sin embargo, se realiza la
aceptación de la renuncia “Involuntaria” por parte de la actora; donde el debate es
establecer si el retiro es INEFICAZ por vicio de consentimiento.

Y sobre la acción de reintegro o Reinstalación


ANTECEDENTE

Existen dos hechos relevantes en la presente sentencia

La señora Angélica Herrera se encontraba vinculada a la empresa BRINKIS DE


COLOMBIA S.A. bajo un contrato a término indefinido desde el 1 de agosto de 1995 y
hasta cuando presentó su renuncia de forma coaccionada por parte del empleador el día
29 de marzo del 2005.

1. Dicha situación, se presentó por el evento ocurrido el día 23 de diciembre del


2004, donde una vez finalizado el procesamiento del cliente GRANAHORRAR ATM,
la cajera CHAPAL ACOSTA reporto un faltante de 15 billetes de $ 10.000, los cuales
fueron encontrados detrás de la máquina contadora, ese mismo día, pero cuando
ya se había finalizado todo el procedimiento de arqueo, es decir, ya se había
reportado el faltante al cliente; seguidamente, la cajera CHAPAL le entrego todo el
dinero procesado el día 23 de diciembre del 2004 y al día siguiente ella hizo
entrega del dinero a la persona encargada de la bóveda de seguridad, a la señora
CHAMORRO, a la cual se le informo de la novedad presentada de los 15 billetes de
$ 10.000 que correspondían al cliente GRANAHORRAR ATM. Adicional, dentro de
las funciones de la señora CHAMORRO, estaba la de hacer el respectivo arqueo
físico diario en compañía del supervisor de seguridad, y la de guardar el efectivo
físico en la bóveda, por lo cual, debieron adelantar el arqueo físico del 23 de
diciembre del 2004 donde como ya se había dicho se encontraban los 15 billetes
de 10.000. De donde se estima que los señores adelantaron el 24 de diciembre del
2004 el arqueo físico y debieron constatar la novedad reportada por la actora, lo
que resulta que la empresa tuvo conocimiento de los hechos desde el 24 de
diciembre del 2004, Por lo cual la señora HERRERA considero que no
ameritaba informe alguno sobre la novedad presentada y que para el día
de la diligencia a descargos que se le adelanto, tal novedad ya se
encontraba subsanada sin perjuicio para los clientes GRANAHORRAR
ATM Y BRINKIS.
2. Con relación a la renuncia presentada por la actora, aduce haber sido coaccionada
por parte de su empleador, pues una vez finalizado el turno de trabajo del día 28
de marzo del 2005, la actora fue llamada a descargos, donde le fueron puesto en
conocimientos ciertos hechos relacionados del pasado 23 de diciembre del 2004,
informa que se le violo el debido procesos, pues considera que no se le dio la
oportunidad de estar en compañía de un testigo, ni de preparar su defensa. Que
posteriormente a la presentación de descargos, es decir, al día siguiente se le
obligo permanecer en la cafetería por alrededor de una hora, y seguidamente se le
informo que se presentara a la dirección de la empresa, donde se le notifico la
terminación del contrato con justa causa, sin embargo, la empresa le concedió la
opción de presentar su carta de renuncia a partir de la fecha, no le dejaron
consultar con nadie dicha decisión, por lo que opto por recibirle la hoja en blanco y
escribir lo que el señor PORTACIO MERCADO le dicto, lo cual indica que fue
elaborada bajo presión.

DEMANDADA

La demandada se opuso a las pretensiones, porque considera que la actora no ha probado


la existencia de hechos que acrediten que la decisión de renunciar no obedeció a su
estricto fuero y voluntad. Aceptó los extremos de la relación laboral, con la aclaración de
que la actora tenía el deber de levantar un acta el mismo 23 de diciembre, cuando tuvo
conocimiento del faltante de 15 billetes de $10.000, pero lo omitió y entregó el dinero sin
reportar los faltantes; que ella tenía el deber de hacer el arqueo el mismo 23, pero que
solo hasta el 24 de diciembre, un día después, este se vino a realizar donde
sospechosamente apareció el dinero faltante que el día anterior se había extraviado;
además que la demandante sí había tenido la oportunidad de preparar sus descargos,
pues estos se hicieron el 5 de marzo de 2005 y tenían que ver con hechos que habían
sucedido hace tiempo.

PRIMERA INSTANCIA

Ordeno el reintegro.

SENTENCIA DEL TRIBUNAL

Sobre el primer punto, el tribunal manifestó que le correspondía a la parte demandante


acreditar que la renuncia se dio por un vicio del consentimiento y que para el sub-lite se
traducía a fuerza o coacción «que supuestamente verificó el señor Director de la
Agencia Pasto de la sociedad demandada».
Ahora bien, conforme al artículo 1508 del C.C, el consentimiento podía adolecer de los
vicios de error, fuerza o dolo, «entendiéndose por fuerza como la coacción física o
moral que se ejerce sobre una persona para inducirla a la celebración de un
acto jurídico, o en palabras de la H. Corte Constitucional, “la fuerza o violencia es la
presión física o moral que se ejerce sobre una persona para obtener su
consentimiento, la cual infunde miedo o temor en la misma”

Por lo que para la invalidación de la renuncia presentada por la trabajadora, se requiere


que la fuerza o coacción, es decir, que se acredite por activa la existencia de la coacción o
inducción en este caso, por parte del señor PORTACIO MERCADO, y «que aquella
entendida como la amenaza de ser despedida y de no serle otorgada una
“constancia en los términos que le permitan conseguir otro trabajo”, tenga la
naturaleza que inspire a la persona amenazada un temor capaz de suprimirle la
libertad de decisión.
De lo anterior, se puede deducir, que la decisión de dar por terminado el contrato de
trabajo ya se había adoptado por la sociedad accionada, sin embargo, la supuesta
manifestación de la accionante de presentar su renuncia irrevocable no se dio sino hasta
la reunión que tuvo con el señor Director de la Agencia de Pasto, en la cual, como se
refirió anteriormente, fue informada de esa eventualidad, constituyéndose ello en una
amenaza que cercenó y vició por coacción por inducir el libre albedrío de la accionante,
viéndose impelida a presentar la carta de renuncia, máxime que ello se constituye en una
amenaza, dadas las implicaciones que tiene en el campo laboral en el que se desarrollaba
la accionante el ser despedida por el aducido incumplimiento de los procedimientos
establecidos para los casos referidos con anterioridad.

El segundo problema a resolver, era lo relacionado con las consecuencias de la carta de


renuncia que fue presentada por la actora, el ad quem estimó que «pese a que el a quo
cometió un error de tecnicismo al condenar a la sociedad accionada al
“reintegro” de la accionante, lo cierto es que en el fallo se declaró la ineficacia del
despido, lo que trae como consecuencia la reinstalación.

Ahora, para argumentar lo anterior, se tomó de los contenidos en la sentencia CSJ SL 30


sep. 2006, rad.22842, y concluyó que la ineficacia de la renuncia traía como
consecuencia la reinstalación de la accionante por restablecimiento del vínculo,
entendiéndose que el contrato de trabajo no feneció , situación que a su vez implica
que el empleador debe cancelarle los salarios y prestaciones sociales causados entre la
separación del trabajo y su reinstalación y que no ha sido solucionado por el empleador.

Por lo anterior, el juez de apelación concluyó que lo dicho era suficiente para modificar la
sentencia del a quo en el entendido que la ineficacia reconocida en primera instancia
genera la reinstalación de la actora por restablecimiento del contrato de trabajo y sus
inherentes consecuencias y, en efecto, así lo hizo.

CARGOS
Entra la corte a resolver los ítems presentados por el tribunal y recurrente en los que este
solicita:

1. Absuelva a la sociedad demandada cada una de las pretensiones que se plantearon


inicialmente en la demanda.
2. Que solo se condene a la demandada al pago de le indemnización por la
terminación unilateral y sin justa causa del contrato de la señora Herrera.

Afirma el recurrente que consideraciones fácticas del tribunal son simples conjeturas sin
ningún sustento demostrativo, fruto de unas conclusiones simplemente fantasiosas, las
cuales no llegan, ni siquiera, a configurar indicios. “Lo señala como inconvenientes
personales”

Por lo que la Corte, analiza la prueba calificada por la censura como mal apreciada, no
surge un error evidente de hecho, pues las inferencias del ad quem no contradicen los
textos de la carta de terminación y de la contestación de la demanda, sino que, en
atención de los hechos que estos medios indican, como son que la empresa tenía tomada
la decisión de despedir a la actora con justa causa, ante lo cual la trabajadora presentó la
renuncia, dedujo, con base en la regla de la experiencia de las implicaciones que en el
campo laboral trae consigo esta forma de despido, que la renuncia no fue voluntaria, sino
que fue producto de la amenaza de terminación del contrato con base en una supuesta
justa causa, razonamiento lógico que constituye un indicio, y como tal no es prueba apta
de examen en casación para estructurar un yerro manifiesto.

Otro cargo, fue manifestar que no estaba de acuerdo con la hermenéutica jurídica del juez
de segunda instancia, porque si se acepta, que la renuncia de la demandante no fue
libre y espontánea, se trataría de un despido disfrazado donde necesariamente
debería primar la realidad sobre las formalidades.
Y que en consecuencia, ante una «renuncia» provocada, la cual adolece de un vicio del
consentimiento, -la fuerza-, el empleador que induce a dicho acto debe responder con el
pago de la indemnización legal por el rompimiento indebido, producto de su decisión de
obligar el retiro del trabajador a través de un acto simulado con el objeto de evadir el
pago de la correspondiente indemnización por la terminación patronal y sin justa causa del
contrato de trabajo.

CONSIDERACIONES DE LA CORTE

Resuelve la corte sobre lo debatido por el recurrente hacia el tribunal, se manifiesta sobre
los siguientes ítems

1. Sobre los efectos de la renuncia presentada con vicio de consentimiento


Por lo que la renuncia afectada por un vicio del consentimiento, no puede equipararse
al despido sin justa causa. Tiene como fundamento la ineficacia de la declaración de
voluntad emitida por el trabajador y cuando se da esa situación, la conclusión lógica,
y legal, como se verá, es considerar que el contrato de trabajo debe ser restituido al
mismo estado en que se hallaría de no haber existido el acto viciado de nulidad,
conforme lo establece el artículo 1746 del Código Civil, norma que resulta aplicable en
tal situación por virtud de lo dispuesto por el artículo 19 del Código Sustantivo del
Trabajo. Y esa restitución supone, desde luego, el restablecimiento del contrato de
trabajo. El despido sin justa causa, por el contrario, es un acto de
declaración de voluntad del empleador y, en principio, produce un efecto
extintivo del contrato y la propia ley le reconoce virtualidad suficiente para
ello y para generar en favor del trabajador el derecho a una indemnización
tarifada, como regla general.
De lo anterior, fluye que la renuncia presentada como resultado de la irresistible presión
ejercida por el empleador, es una declaración de voluntad que adolece de un vicio del
consentimiento , por tanto no ha de producir efectos ; es decir, conforme al artículo 1740
del CC, el acto es nulo y, al ser declarada judicialmente nula la renuncia, en los términos
del artículo 1746 cc, las partes tienen el derecho «para ser restituidas al mismo
estado en que se hallarían si no hubiese existido el acto o contrato nulo…», lo
que equivale concluir que el contrato de trabajo no finalizó a consecuencia de la nulidad
de la renuncia.

2. LA REINSTALACION O REINTEGRO Y EL APGO DE LOS SALARIOS DE


PERCIBIR.

Dado que lo que resulta en un caso de renuncia con vicios del consentimiento, como
el de la actora, es el hecho de que el contrato de trabajo no finalizó, sino que se
considera vigente, lo que sigue es resolver si la restitución al mismo estado en que se
hallarían las partes de no haberse presentado el acto nulo, en los términos del artículo
1746 del CC, le da derecho al trabajador de reclamar los salarios de todo el tiempo en
que estuvo cesante a consecuencia de la renuncia involuntaria, aunque, por obvias
razones, no hubiese prestado el servicio. Sobre el particular, en la misma sentencia
atrás citada, esta Corte asentó lo siguiente:

Ahora bien, el reintegro como consecuencia de la ineficacia de la renuncia


debe tener y tiene fundamento adicional en el artículo 140 del Código
Sustantivo del Trabajo, porque si la renuncia no produce ningún efecto
jurídico no puede afirmarse que en realidad el contrato haya terminado y
esto es precisamente lo que regula ese precepto, cuyo título, “Salarios sin
prestación del servicio”, permite su aplicación a una variedad de hipótesis
en las cuales no se da la prestación del servicio por culpa o disposición del
empleador, una de las cuales es, precisamente, una renuncia del trabajador
afectada en su validez.

DECISION

Por lo tanto, se decide que lo resulto por el ad quem no contravino con las normas que
usó como fuente para resolver el caso ni las denunciadas por el recurrente.

De acuerdo con lo anterior, no se casará la sentencia.


Sentencia SL 2427- 2015 Radicado No. 44503

Magistrado Ponente: Jorge Mauricio Burgos Ruiz

Cuatro de Agosto del 2015

Decide la Corte el recurso de casación que fue interpuesto únicamente por el señor
EUDALDO TORRES TAMAYO, a través de apoderado, contra la sentencia proferida por
la Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, el 9 de octubre de
2009, dentro del proceso ordinario laboral que le sigue a la FÁBRICA DE
ELECTRODOMÉSTICOS S.A., ICASA, en tanto que la impugnación presentada por el
segundo demandante no fue concedida por el tribunal.

TEMAS PINCIPAL DE LA SENTENCIA

Nos refiere que existieron factores de errores en supuestos de hecho y no derechos


respecto a los siguientes ítems:

Al otorgarle plena validez a la conciliación realizada por las partes, lo que se encontraba
sujeto a derechos ciertos e indiscutibles, y originando la suspensión del contrato de
trabajo del actor por mutuo acuerdo, siendo el primero objeto ilícito para conciliar.

HECHOS

El demandante estuvo vinculado con la entidad ICASA desde el 22 de marzo de 1972


hasta que mediante conciliación del 16 de julio del 2003 con la demandada, esta le
liquidara su contrato con fecha de 15 de abril del 2003, a pesar de que su contrato había
terminado con fecha posterior. Sin embargo, el argumento de la demandada era que el
contrato se encontraba suspendido desde el presente día con el que líquido, Pues la
demandada había solicitado ante el Min. Protección Social la autorización del cierre
definitivo y el despido de los trabajadores, dicha petición fue radicada el 14 de abril
del 2003, Y quedo debidamente aprobada por medio de acto administrativo el día el 15 de
abril del 2004.

Por lo que el actor señala, que la demandada no tenía autorización que señalara la
suspensión de los contratos desde el 15 de abril del 2003, ni que se hubiera presentado
alguna de las causales previstas en el Art. 51 del CST. Así mismo, señala que la
demandada a la fecha de la firma de conciliación se encontraba bajo la situación del Art.
140 del CST.
EN SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA SE ABSOLVIO A LA DEMANDADA.
TRIBUNAL

Concluyo manifestando que debe tenerse presente que lo que aquí se evidencia, de todas
y cada una de las pruebas allegadas, es que la relación laboral entre las partes
finalizó por mutuo acuerdo y no por decisión unilateral e injusta de la
demandada o en virtud de un despido indirecto en razón a la falta de pago de salarios
que alega el actor, pues esto último no fue acreditado en el proceso, y por ende, no
resulta relevante el que la demandada hubiese demostrado o no el permiso o autorización
del Ministerio del Trabajo para despedir a sus trabajadores o que los demandantes
acreditaran que en efecto se les adeudaban salarios, puesto que, se reitera, lo que se
probó en juicio, fue un acuerdo entre demandantes y demandada para dar
término al contrato de trabajo, en el cual no tuvo lugar ningún vicio del
consentimiento, ni un despido indirecto, pues estos ni siquiera son alegados por las
partes.

SE PRESENTARON 3 CARGOS QUE FUERON OBJETO DE REPLICA POR PARTE DE


LA EMPRESA ACCIONADA.

1. CARGO 1 Y 2 - Considera que no se aplicaron las normas que establecen la


prohibición de conciliar sobre derechos ciertos e indiscutibles.

- Pide que se decrete la nulidad de las actas de conciliación como pretensión


principal, por haberse conciliado derechos ciertos y discutibles.

- Refiere que en las dos sentencias declararon probada la cosa juzgada y que no
existió vicio de consentimiento en la celebración del acta de conciliación donde las
partes acordaron la terminación del contrato por MUTUO ACUERDO.

- Considera que el tribunal incurrió en un error, pues legitima la suspensión del


contrato de trabajo por mutuo acuerdo, desconociendo las suspensiones previstas
en el art 51 del CST, Y considera que violo el art 14 del CST, que refiere al carácter
de orden público, la irrenunciabilidad a las disposiciones legales y los derechos y
prerrogativas del CST.

- Manifiesta que el art. 53 de la C.P establece los principios mínimos para tenerse en
cuenta, tales como la Irrenunciabilidad, Facultades para transigir y conciliar sobre
derechos ciertos y discutibles, y sobre la norma más favorable para el trabajador,
por lo que considera que la conciliación en esta parte no produce efectos toda vez
que se desconoce este mínimo señalado.

2. TERCER CARGO
a) No dar por demostrado, siendo evidente, que con la conciliación se violaron
derechos ciertos e indiscutibles de los demandantes
b) No dar por demostrado, siendo evidente, que la solicitud de despido por parte
de la demandada fue radicada antes de celebrarse la conciliación entre las partes.

c) No dar por demostrado estándolo que la autorización de despido fue dada por el
Ministerio de la Protección Social en fecha posterior a la conciliación celebrada.

d) No dar por demostrado, estándolo, que al demandante le adeudaban salarios a


partir de noviembre de 2002, lo que obligó a conciliar salarios que fueron pagados
solo hasta el día en que se suscribió el acta de conciliación.

Por lo que concluye que el tribunal debido llegar a declarar dicha conciliación nula en
virtud de que al demandante le fueron liquidados y pagados salarios y prestaciones
causados hasta el 15 de abril del 2003, cuando su retiro realmente se produjo el 1 de julio
del 2003, por lo que considera que el demandante estaba bajo la situación del
art 140 del CST y no podía acordar con la accionada que su contrato se
suspendiera de común acuerdo, toda vez que en el contenido del art 51 CST no
aparece que el contrato se pueda suspender por mutuo acuerdo como lo
realizaron las partes.

CONSIDERACIONES DE LA CORTE.

De lo anterior, se puede concluir que el ad quem se equivocó al concluir que la


conciliación celebrada respecto a la suspensión del contrato de cada uno de los actores no
desconoció derechos ciertos, pues ya quedó visto, que los hechos no son conciliables con
el fin de quitarle certeza a los derechos laborales ya causados; sin embargo, esto fue lo
que sucedió en el caso del sublite cuando las partes quisieron legalizar a posteriori la
interrupción de hecho en la prestación del servicio por razones atribuibles al empleador sin
justificación legal, con el ropaje de la suspensión legal del contrato prevista en el artículo
51 del CST, y de esta forma conciliar lo que ya era inconciliable, como eran los derechos
ciertos de los trabajadores derivados del artículo 140 del CST, es decir el derecho a recibir
los salarios y prestaciones por el tiempo que dejaron de prestar el servicio por culpa del
empleador.

Por lo tanto, ya era evidente que venía dándose de hecho la interrupción de la prestación
del servicio por los actores por culpa del empleador, esta situación, para el momento de la
conciliación, evidentemente ya había generado y consolidado a favor de cada uno los
actores los derechos ciertos a recibir los salarios conforme al artículo 140 del CST, por
tanto estos no podían ser objeto de conciliación, so pena de nulidad; y como
jurisprudencialmente está definido que no se pueden conciliar hechos para restarle la
certeza a los derechos que ya se habían causado en cabeza de cada uno de los actores,
tampoco se podía convalidar por las partes la situación de hecho cumplida mediante la
conciliación para desaparecer el supuesto generador de los efectos del artículo 140
precitado.

Por consiguiente, el recurrente tenía razón en cuanto a que el AD QUEM se equivocó al


darle validez a la conciliación en lo que tiene que ver con la suspensión colectiva del
contrato de trabajo por mutuo acuerdo desde el 15 de abril del 2003.
Conforme a lo expuesto, procede a CASAR PARCIALMENTE la sentencia
Impugnada en cuanto negó la nulidad de la conciliación, en la parte del acuerdo que
refiere a la suspensión del contrato desde el 15 de abril de 2003 hasta la fecha de la
terminación del contrato de trabajo, supuesto fáctico que sirvió para establecer que la
liquidación de prestaciones de cada uno de los contratos de los actores se haría hasta esta
fecha.

Dado que la acusación prospera solamente en lo que tiene que ver con el asunto de la
conciliación referente a la suspensión de los contratos de trabajo por trasgredir
derechos ciertos e indiscutibles, en atención al recurso, no afectan la materia
referente al modo de terminación del contrato de trabajo por mutuo acuerdo,
Pues, dado a que nada tenía que ver que no estuviera ejecutoriada la autorización del
Ministerio para despedir a los trabajadores, las partes en su libre albedrio, podrían dar por
terminado el vínculo en cualquier momento.

También podría gustarte