Está en la página 1de 15

Revista de la Universidad de La Salle

Volume 1 Number 4 Article 5

January 1978

Tiempos Litúrgicos y Catequesis


Andrés Rosero Bolaños
Universidad de La Salle, revista_uls@lasalle.edu.co

Follow this and additional works at: https://ciencia.lasalle.edu.co/ruls

Citación recomendada
Rosero Bolaños, A. (1978). Tiempos Litúrgicos y Catequesis. Revista de la Universidad de La Salle, (4),
47-60.

This Artículo de Revista is brought to you for free and open access by the Revistas de divulgación at Ciencia
Unisalle. It has been accepted for inclusion in Revista de la Universidad de La Salle by an authorized editor of
Ciencia Unisalle. For more information, please contact ciencia@lasalle.edu.co.
Tiempos Litúrgicos
y Catequesis

Por Andrés Rosero Bolaños, /. s. c.

M OTIVACION

Desde hace algún tiempo para acá me viene preocupan­


do este tema: “ Tiempos litúrgicos y Catequesis” . Creo que
esto es de vital importancia para una vida cristiana viven-
cial y auténtica.

No he visto aún, o por lo menos no conozco, un méto­


do de catequesis basado en el ciclo litúrgico que creo sería
el más razonable, ya que se va viviendo a medida que el año
pasa.

Pero sucede, muchas veces, que cuando se está celebran­


do un tiempo litúrgico con todo el afán y solemnidad que
le da la Iglesia tanto universal como local, los temas de la
catequesis están distanciados de esta solemnidad cuando no
están haciendo énfasis en otros hasta contrapuestos.

Habría que pensar en un catecismo cíclico que podría


abarcar, a grandes rasgos, estos puntos:

1. Que sepan distinguir estos tiempos litúrgicos.

2. En qué consiste cada uno de ellos o qué celebra.

CATEQUESIS
48 REVISTA DE LA UNIVERSIDAD SOCIAL CATOLICA DE LA SALLE • VOL. I, N? 4

3 . Cómo se deben vivir. yo, con mayor razón lo debe estar la


catequesis parroquial, la catequesis
4 . Qué espíritu tiene cada uno familiar, los centros de oración y, en
de ellos y a qué nos invitan. general, toda catequesis extraescolar.

5 . Explicación cíclica de la termi­ Inquietar en este sentido a los ca­


nología de cada uno de estos tiempos, tequistas es uno de los fines de este
de sus símbolos respectivos, actos de conjunto de temas que he venido
culto y vivencia cristiana correspon­ usando para los centros catequísticos
diente. que actualmente oriento. Mi propó­
sito es ir mentalizando en este senti­
Es cierto que cada vez que se apro­
do y al dialogar con los interesados
ximan o llegan, siquiera se hace una
han expresado que los ensayos que
ligera reflexión sobre el tiempo litúr­
estamos realizando están resultando
gico que está pasando; pero, luego,
provechosos.
se sigue con los programas, como si
la Iglesia no nos hubiera puesto te­
CATEQUESIS Y AÑO LITURGICO
mas tan bien repartidos y tan bien
ubicados que con ellos podemos ir vi­
Sabemos que hay un año civil que
viendo e ilustrándonos debidamente
comienza el primero de enero, pero
en el misterio de Cristo.
también debemos tener en cuenta que
Este es, precisamente, el motivo del desde el punto de vista religioso hay
presente artículo: mover a los cate­ un año eclesiástico que comienza pa­
quistas a que reflexionemos sobre ra los cristianos el primer domingo
nuestra misión basada en los tiempos de adviento.
litúrgicos; ver la manera de tratar
que en los programas y textos se si­ El año civil tiene 365 días repar­
ga esta sabia metodología eclesial y tidos en 52 semanas. El año eclesiás­
dar luces para el estudio, explicación tico o litúrgico comienza el primer
y comprensión de cada uno de estos domingo de adviento, cuatro sema­
tiempos. nas antes de navidad, y termina con
la semana que sigue al último domin­
Es cierto que en la liturgia se los go de Pentecostés.
tiene muy en cuenta, ¿pero no sería
posible tomarlos también en la catc­ Este año eclesiástico comprende:
quesis, en sus programas y en sus
textos? ¿O siquiera darles más im­ 1. Adviento o sea tiempo de es­
portancia en diferentes textos que en peranza, de preparación para la Na­
lo sucesivo se escriban? vidad.

Creo, además, que si la catequesis 2 . Navidad o nacimiento de Je­


escolar debe estar en esta línea, diría sús.
CATEQUESIS 19

3 . Cuaresma o tiempo de peniten­ de que puedan celebrar más cons­


cia o preparación a la Pascua. cientemente, los principales misterios
de Cristo, centro de nuestra catcque­
4 . Pascua o celebración de la sis.
Muerte y Resurrección de Cristo.
No cabe duda que había que pen­
5 . Pentecostés o venida del Espí­ sar en una Catequesis más centrada
ritu Santo. en el año litúrgico; pues esto es lo
que nuestros alumnos van a estar vi­
La razón de este año eclesiástico viendo en sus parroquias. La com­
es: siendo Cristo el centro del culto prensión del año litúrgico sería una
católico, la Iglesia ha querido recor­ de las maneras de integrar, en algu­
dar durante el año, en el mismo or­ na forma más práctica, la catequesis
den en que sucedieron, los misterios a la Parroquia; y la manera de pre­
que guardan relación con el Salva­ parar a nuestros alumnos para que
dor. i i I no estén ajenos a las festividades re­
ligiosas que se van celebrando en el
Comienza, pues, el año eclesiásti­ transcurso del año.
co con la preparación a la Venida de
Cristo, cuatro semanas antes del 25 La Iglesia en su incomparable pe­
de diciembre, para recordar los años dagogía catequística nos lleva, todo
que precedieron a la venida del Sal­ el año, con una sabiduría práctica,
vador. Y se cierra después del último por los misterios más importantes de
domingo de Pentecostés, con el Evan­ nuestra Religión. Es fundamental
gelio que anuncia su segunda veni­ que nuestros alumnos sepan y com­
da, en el juicio final, para juzgar a prendan el año litúrgico v que los
vivos y a muertos. catequistas lo sigan con denuedo ya
que será una de las catequesis más vi-
La Catcquesis debe hacer énfasis venciales que podrían dar. Además,
en los diversos aspectos de este año sería una de las catequesis que me­
eclesiástico, pero no sólo para que lo jor encuadraría con una pastoral de
sepan los alumnos, sino para que lo conjunto; pues lo que estamos si­
vivan en el espíritu que la Iglesia guiendo tanto en la catequesis esco-
quiere que se infunda en cada etapa. larizada como desescolarizada, se se­
guiría viviendo en la Iglesia local.
Nuestros alumnos ahora, y más
tarde, van a estar oyendo constante­ TIEMPO DE ADVIENTO
mente los nombres de Adviento, Na­ Y NAVIDAD
vidad, Cuaresma, Pascua, Pentecos­
tés. . . Por consiguiente, debemos en­ Siendo Jesucristo el centro del cul­
señarles sus diversos significados y to cristiano, la Iglesia ha querido
ejercitarlos en su vivencia, con el fin que el año litúrgico recordase, en el
50 REVISTA DE LA UNIVERSIDAD SOCIAL CATOLICA DE LA SALLE - VOL. I, Ni 4

mismo orden en que sucedieron, los cen referencia a Juan Bautista, el


misterios relacionados con él. Precursor, en el N. T.

La Iglesia es y sigue siendo insig­ Isaías hace ver que la garantía de


ne maestra; su pedagogía no ha ca­ Dios Padre para con su Pueblo es el
ducado; pero nosotros, los encarga­ propio Mesías; y así en sus profesías
dos de hacerla vivencial, hemos he­ es más claro que todos los otros Pro­
cho poco caso de su organización y fetas tanto que, San Jerónimo, lo lla­
planificación; no nos servimos de ma el Evangelista del Antiguo Tes­
ellas para ayudar a nuestros alum­ tamento. Se puede buscar en el ca­
nos a vivirlas plenamente. lendario bíblico y seguir día a día es­
tas lecturas que nos irán preparando
Dar a conocer bien las palabras: con la fe y la esperanza a esta veni­
Adviento, Navidad, Epifanía. Pues da del Señor entre nosotros, ya que
durante varios meses van a estar las palabras del Profeta Isaías son de
oyéndolas y es preciso que sepan su este estilo: “ A los que esperan en el
significado, su espíritu y las disposi­ Señor, El les renovará el vigor, su­
ciones conque deben entenderlas y, birán con alas como de águilas, co­
sobre todo, vivirlas. rrerán sin fatigarse, y andarán sin
cansarse (4 0 , 3 1 ) ” .
En la catcquesis, creo que sean los
más olvidados, los tiempos de Advien­ El otro personaje tan mencionado
to ( advenimiento, venida ) y Navidad en este tiempo es Juan, hijo de Za­
( nacimiento ) ; pues en estos momen­ carías (Le. 3, 1 ); el cual va predi­
tos casi todo el mundo está en vaca­ cando por el río Jordán y recordan­
ciones y, tal vez, no se ha adelanta­ do el pasaje de Isaías para que todos
do ninguna explicación al respecto. se preparen a la venida del Señor:
“ Preparad el camino del Señor, en­
Adviento— Es un tiempo de más derezad sus sendas” .
o menos cuatro semanas, antes del 24
de diciembre, dedicado a la prepara­ Juan es el Precursor del Mesías y
ción de la venida de Cristo. Ese tiem­ clamaba a todos así: “ Dad, pues, fru­
po representa los muchos años trans­ tos de conversión... Todo árbol que no
curridos en la espera de la venida dé buen fruto será cortado y echado
del Mesías. Es todo un espíritu de es­ al fuego (Le. 3, 7 ) ” .
peranza y de vivos deseos por la lle­
gada del Señor entre nosotros. Y cuando todos acongojados pre­
guntaban a Juan ¿Qué debemos ha­
En este tiempo de Adviento, nos cer?. . . Sus respuestas eran radica­
ayudan en la reflexión para la espe­ les: “ Que el que tenga dos túnicas las
ranza, las lecturas del Profeta Isaías reparta con el que no tiene. El que
en el A. T. y los Evangelios que ha­ tenga para comer que haga lo mis­
CATCQUESIS 51

mo. No exijáis más de lo que está fi­ A M ANERA DE REFLEXION


jado. No hagáis extorsiones a nadie,
no hagáis denuncias falsas (Le, 3, — Destacar la manera pobre y hu­
10 -1 5 )” . En esta forma y en otras milde como Dios se manifiesta. Dios
muchas anunciaba Juan la venida de se esconde casi siempre en esas for­
Jesús y exhortaba a la conversión. mas.

San Juan Bautista de La Salle, en — Hacer ver la manera como Dios


la Meditación del segundo domingo habla a los pastores y la respuesta
de Adviento, nos dice a les Herma­ efectiva de estos al reconocerle y ado­
nos y en ellos a todos los catequistas: rarle bajo esas apariencias.
“ Vosotros sois también como Juan,
enviados por Dios para prepararle el — Comentamos las actitudes de
camino y los medios de venir, tanto María y José.
a vuestros corazones como al de vues­
tros discípulos” . Hagamos notar lo inadecuado de
los lujosos pesebres; vayamos al es­
Juan Bautista, el Precursor, tiene píritu con el cual San Francisco de
el privilegio de ser de los pocos San­ Asis inició esta costumbre de los pe­
tos cuya navidad se celebra, y de sebres. El quiso revivir la escena na­
quien el mismo Jesús hiciera el elo­ videña para honrar a Jesús y de allí
gio: “ En verdad os digo que no ha se extendió esta práctica por todo el
surgido entre los nacidos de mujer mundo.
uno mayor que Juan Bautista” . (M t.
1 1 , 1 1 ).
— No se trata de hacer sólo pese­
bres externos; que ellos sean símbolo
En los pasajes arriba citados se nos
del verdadero nacimiento de Jesús
da el modo de prepararnos a la Navi­
en el corazón de cada uno.
dad. No se trata de preparar sola­
mente pesebres que en realidad ni pa­
recido tienen con el que usó Jesús. ACTIVIDADES
Mas bien, hagamos reflexionar más
en la radicalidad que nos propone A Cuestionarios
Juan para disponernos a esta venida.
— ¿Cuál es el significado del pese­
Con esta preparación de fe y espe­ bre familiar?
ranza llegaremos a la Navidad que
es fiesta de salvación, de perdón, de — ¿Cuál será la mejor manera de
misericordia; es la teofanía (mani­ hacerlo?
festación de Dios) ; Dios que pone su
“ tienda” entre nosotros para “ restau­ — ¿Qué le van a ofrecer a Jesús y
rar todas las cosas” . qué le van a preparar?
52 REVISTA DE LA UNIVERSIDAD SOCIAL CATOLICA DE LA SALLE - VOL. I, N" 4

— ¿Qué opinan de tanto comercio símbolo de penitencia, de humildad,


navideño? de conversión, de poquedad.

B Enseñarles villancicos oportunos, Cuando Job contesta a sus amigos


cristianos, de significación. que le incitaban a que maldijese a
Dios por haberle castigado, dice:
C Reflexión y catcquesis sobre esos “ Vuestros argumentos son pruebas
villancicos. de ceniza, réplicas de barro vuestras
réplicas” (Job 1 3 ,1 2 ).
D Hacer ver que el árbol de Navi­
dad, el papá Noel, etc., no pertene­
Cuando Abraham intercede ante
cen a ningún dato evangélico sino a
el Señor para que perdone a Sodoma
cierta atempoialidad y paganización
y a Gomorra, expresa: “ Soy en ver­
de la “ encarnación” propiamente tal.
dad muy atrevido insistiendo ante mi
TERMINOLOGIA Señor, yo, que soy polvo y ceniza” .
(Gn. 13, 2 7 ).
Adviento— Que se prepara la “ ve­
nida” oculta del Señor. Preparación En el eclesiástico se hace una antí­
al “ advenimiento” de Cristo a su tesis fuerte entre el poderoso y el hu­
“ Llegada” . milde y el desvalido para ponerlos en
un mismo nivel cuando llega la
Navidad— Día del nacimiento de muerte; todos iguales: “ Desde el que
Jesús, cumpleaños, natalicio, aniver­ se sienta en trono de gloria, hasta el
sario del nacimiento, “ manifesta­ humillado en el polvo y en la ceniza”
ción” de la gloria del gran Dios Sal­ (Eclo. 40, 3 ).
i
vador. (T ito 2, 1 3 ).
El Profeta Isaías cuando hace el
Hacer ver que lo sustancial es la
anuncio del fin del destierro, en el
celebración de que Jesús, enviado
capítulo 61, 3, usa también esta con­
por el Padre, viene a salvarnos y po­ traposición: El Señor me ha enviado
ne su tienda entre nosotros. (Jn. 1, “ a dar a todos los afligidos de Sión
1 4 ). La fecha sólo se fijó hacia me­ una diadema en lugar de ceniza, el
diados del siglo IV . óleo de la alegría en lugar de vesti­
do de luto, alabanzas en lugar de es­
Epifanía— Manifestación, hacerse
píritu caído” .
ver, brillar, aparecer. Insistir en el
mensaje de adoración de Mt. 2, 1-12
y en Mat. 1, 18-25. Cuando Jonás fue enviado por se­
gunda vez a la ciudad de Nínive a
MIERCOLES DE CENIZA decirles que dentro de cuarenta días
sería destruida “ los ninivitas creye­
Al recorrer la Sagrada Escritura ron en Dios: ordenaron un ayuno y
podemos ver cómo la ceniza ha sido se vistieron de sayal desde el mayor
CATEQUESIS 53

al menor. La palabra llegó hasta el No podemos sino recalcar, con én­


Rey de Nínive, que se levantó de su fasis, el sentido de conversión que
trono, se quitó su manto, se cubrió de manifiesta toda la liturgia de este día
sayal y se sentó en la ceniza” . (Jo- con el cual entramos en el tiempo de
nás 3, 5 ). cuaresma.

Ezequiel en su segunda lamenta­ La ceniza que se emplea en este


ción por la caída de la ciudad de Ti­ día proviene de la combustión de las
ro, en descripción simbólica admira­ palmas bendecidas el domingo de ra­
ble de un naufragio, al echar pie a tie­ mos del año anterior.
rra todos, dice “ lanzarán su clamor
por ti, gritarán amargamente, se Que la imposición de la ceniza no
echarán polvo en la cabeza, se revol­ se convierta en mero gesto rutinario.
carán en la ceniza” (Ez. 27, 3 0 ). Mediante una catcquesis adecuada,
debemos tener más en cuenta la
Siempre la Iglesia ha tenido pre­ comprensión del simbolismo y la vi­
sente el simbolismo bíblico de la ce­ vencia de conversión, que esa sola
niza. Allí se nos hace ver cómo los costumbre de recibir la ceniza. Debe­
sentimientos de humildad, de conver­ mos hacer que nuestros alumnos en­
sión, de cambio de vida pecadora en tiendan que se trata más de “ andar
vida de justicia, están expresados por por el camino del Señor” según Juan
el simbolismo de la ceniza. 1, 23, que de ostentar una cruz tra­
zada con ceniza sobre la frente. Esa
La Iglesia consciente de este elo­
cruz será testimonio de nuestra fe si
cuente simbolismo siguió usándolo;
realmente es señal de cambio inte­
y así los grandes crímenes públicos
rior que nos proponemos.
debían repararse vistiendo sayal y cu­
briéndose de ceniza como un recono­
Sería una buena colaboración de
cimiento de su falta y real arrepenti­
los catequistas en las Parroquias, no
miento y conversión.
tanto “ imponer la ceniza” , como el
Este es el significado que la cere­ hacer a medida que se vaya impo­
monia del miércoles de ceniza nos niendo la ceniza, una catequesis so­
trae. Significado que refuerza con la bre el significado de conversión, de
fórmula de la imposición de la ceni­ cambio de vida a que nos llama la
za: “ Conviértete y cree en el Evange­ Iglesia con esta ceremonia.
lio” (M e. 1, 1 5 ).
Mientras los fieles se acercan a re­
La ceniza es, pues, emblema de la cibir la ceniza alguien debe estar
nada del hombre, de penitencia, de anunciando, catequizando sobre su
conversión. En la Sagrada Escritura significado, para que esta ceremo­
podemos leer con frecuencia: “ Ha­ nia no sea solamente una rutina que
cer penitencia cubierto de ceniza” . muy poco deja, sino que tenga el ver­
54 REVISTA DE LA UNIVERSIDAD SOCIAL CATOLICA DE LA SALLE - VOL. I, N? 4

dadero sentido de penitencia, conver­ bautismo y actualizarlo volviéndonos


sión, inicio de la Cuaresma o sea de más conscientes de él. Esta mentali­
la preparación a la Pascua. dad bautismal ha quedado debido a
la gran importancia dada al catecu-
CUARESMA menado como preparación al bautis­
mo de adultos que se hacía en la vi­
Es el tiempo comprendido entre el gilia del Sábado Santo.
miércoles de ceniza y la fiesta de la
Pascua. Se trata de cuarenta días y La Cuaresma tiene un sentido pe­
de allí el nombre de cuaresma o cua­ nitencial y aunque sea del que más
rentena. Desde el siglo X I la Cuares­ se habla, tal vez, se hace de manera
ma comienza el miércoles de ceniza. muy teórica y fuera del contexto en
que se vive. El miércoles de ceniza
La Cuaresma tiene por objeto hon­ inicia, sobre todo, el tema de la con­
rar los cuarenta días de ayuno de Je­ versión con la imposición de la ceni­
sús en el desierto y prepararnos pa­ za. La misma fórmula que se dice al
ra la celebración del misterio central imponer la ceniza nos recalca fuerte­
de nuestra religión, la Pascual, o sea mente este sentido de cambio (con­
la muerte y resurrección del Señor. versión, metanoia); es el espíritu de
toda la liturgia de este tiempo.
Los días más importantes de la
Cuaresma son: La Cuaresma tiene sentido Pas­
cual ya que toda se encamina a pre­
Miércoles de Ceniza, Domingo de parar ese acontecimiento de “ muerte
Pasión, Domingo de Ramos, Jueves y vida” . Se hace énfasis, sobre todo,
Santo, Viernes Santo y Sábado San­ en el segundo domingo (transfigura­
to. ción, Mat. 17, 1-9) y en el quinto
domingo (la Resurrección de Láza­
La Cuaresma tiene un sentido bau­ ro, Jn. 11, 1-45). Y culmina todo
tismal, un sentido penitencial y un en la Vigilia del Sábado Santo, en
sentido pascual ya que se trata de la donde la ceremonia del cirio Pascual,
preparación a la Pascua. el paso de la tiniebla a la luz con el
incomparable pregón Pascual, la ben­
Sentido bautismal por la serie de dición del agua, de los óleos, de la
temas que se tratan a este respecto: pila bautismal, renovación de las pro­
el tema del agua (domingo tercero, mesas del bautismo. . . parece que
la Samaritana, Jn. 9, 1-41 ), el tema resumiera todos los frutos de ese es­
de luz (domingo cuarto, el ciego de píritu de penitencia y conversión que
nacimiento Jn. 9- 1 -4 1 ); el tema de se ha profundizado en la Cuaresma.
la vida (domingo quinto, Resurrec­
ción de Lázaro, Jn. 11-1, 4 5) . Es­ Sería muy del caso en este tiempo
tas lecturas deben llevarnos a recal­ el ejercicio de “ celebración peniten­
car sobre el tema tan olvidado del cial” a nivel de grupo de clases, de
CATEQUESIS 55

división, de colegio. Este sería una Hay que tener en cuenta que la
manera de catcquesis, sobre la con­ celebración debe tener una ambien-
versión, muy propio para esta época tación, unas moniciones, unos can­
de Cuaresma. tos apropiados, momentos de refle­
xión ya participados, ya individua­
Damos a continuación algunas lec­ les.
turas tanto del Antiguo Testamento
(A . T .) como del Nuevo Testamen­ Lecturas bíblicas que podrían em­
to (N . T .) que podrían aprovechar­ plearse para la celebración peniten­
se con este fin. cial.

ANTIGUO TESTAMENTO

Gn. 3, 1-9; 4, 1-15; 18, 17-33


Ex. 17, 1-7; 20, 1-21
Is. 1, 2-6; 15, 18; 5, 1-7; 53, -12; 55 1-11.
Ex. 18, 21-23, 30, 32; 11, 14-21
Jr. 2, 1-13; 7, 21-26
Os. 11, 1-11; 14, 2-10
Mi. 7, 2-7, 18-20
Za. 1, 1-6.

NUEVO TESTAMENTO SALMO RESPONSORIAL

Rm. 3, 22-26; 5, 6-11 (12) ( 89)


6, 16-23; 7, 14-25 (24) ( 94)
Ga. 5, 16-24 (30) (118)
Ef. 2, 1-10; 5, 1-14 (50) (138)
4, 17-32; 6, 10-18 (35) (122)
St. 1, 22-27; 2, 1-12 (49) (129)
1 Pe. 1, 13-23; 1, 3-11 (72) (142)
1 Jn. 2, 3-11; 4, 16-21

ALGUNAS ACTIVIDADES la Cuaresma; el cambio, la conver­


sión.
a ) Catcquesis sobre el pecado y sus
consecuencias. (Se puede servir de
“ Temas Bíblicos” por José Miguel c) Explicar bien y hacer reflexio­
Miranda. Tema N? 10). nar sobre la terminología que se em­
plea en este tiempo; conversión,
b) Poner en los lugares más visi­ transformación, metanoia, arrepen­
bles afiches, frases, carteleras que ha­ timiento, Redención, perdón, miseri­
gan reflexionar sobre el espíritu de cordia . . .
56 REVISTA DE LA UNIVERSIDAD SOCIAL CATOLICA DE LA SALLE ■ VOL. I, N? 4

d ) Lectura “ solemne” , tanto en cado, son restituidos a la gracia y son


los grupos de reflexión como en las agregados a los santos” . . . “ Qué no­
clases, de cada uno de los Evangelios che dichosa en que se une el Cielo
dominicales. Reflexión personal y en con la tierra, lo humano con lo divi­
grupos. no” . (Pregón Pascual).

e ) Expresar en fotolenguaje el La narración sencilla de la resu­


contenido del Evangelio de cada do­ rrección de Cristo (Mt. 28, 1-10;)
minica. (M e. 16, 1-8) (Le. 24, 1-12) es la
“ buena nueva” por excelencia. En es­
to centraban su predicación los Após­
Esto se puede hacer por grupos;
toles; era el “ Kerigma” o anuncio,
cada semana un grupo.
la esencia del mensaje Evangélico.
Así predicó Pedro en Jerusalén (He.
f ) Participar en sus respectivas
2, 32. . . ) .
parroquias en algunas de las pláticas
cuaresmales, que generalmente se ha­
Esto exige Felipe al Ministro de
cen, e informar sobre ellas al grupo.
la Reina de Etiopía para poder bau­
tizarlo (H e. 8, 26 -4 0 ).
LA PASCUA
En la angustia que siente el hom­
La celebración y profundización de bre moderno, porque su técnica se
la Pascua debe ser el impacto más vuelve mortífera en las guerras y en
fuerte de los tiempos litúrgicos. las armas nucleares, en vez de lo­
grar superar el dolor y la muerte; ese
Comienza en el triduo Pascual y hombre atormentado por el deseo de
se prolonga a través de las siete sema­ superar el dolor y la muerte; ese
nas y siete domingos que la siguen; hombre atormentado por el deseo de
va hasta la fiesta de la Santísima Tri­ supervivencia sin que la pueda ha­
nidad y del Corpus. Comprende, ade­ llar completa en los adelantos de la
más, la fiesta de la Ascensión y el ciencia; ese hombre que quiere en­
domingo de Pentecostés. contrar la felicidad en las más azaro­
sas desviaciones. . . hallará en el mis­
En realidad, la Vigilia Pascual, terio Pascual el verdadero sentido de
nos da una nueva dimensión cristia­ la vida.
na; Cristo resucitado que vive en no-
sotios, Cristo nuestra resurrección. Por el contacto con la Palabra en
las lecturas de la celebración Euca-
“ Esta es la noche en la que, por rística, ya que todas se refieren a te­
toda la tierra, los que confiesan su fe mas Pascuales, el hombre actual, en­
en Cristo son arrancados de los vicios contrará a Cristo resucitado que es
del mundo y de la oscuridad del pe­ luz, camino, verdad y vida.
CATCQUESIS S7

Es el momento de celebrar la li­ c ) Lectura entonada o canto so­


turgia de la luz (lucernario) con lemne del “ Pregón Pascual” .
lecturas apropiadas, renovación de
las promesas del bautismo, canto del d ) Hacer tomar conciencia de la
pregón Pascual, en clase, en la divi­ palabra aleluia que con tanta frecuen­
sión en todo el plantel, para que quie­ cia se canta en ese tiempo. Su signi­
nes no hayan participado en las be­ ficado de alegría, júbilo, gozo por la
llas ceremonias del triduo Pascual, resurrección de Cristo y de la nues­
tengan ocasión de saborear estos con­ tra.
tenidos; porque así podrán compren­
der la presencia del cirio pascual que e ) Preparar una renovación públi­
verán en los templos y en los bautis­ ca y solemne de las promesas del Bau­
mos durante el año y a lo largo de su tismo tanto para profesores, como
vida. Y podrán, también, entender para padres de familia y alumnos.
que “ Jesús es la luz del mundo” . Je­
sús les habló de nuevo, diciendo: “ Yo f ) Para este tiempo el canto que
soy la luz del mundo. El que me si­ creo más apropiado sería “ Acuérda­
ga, no andará en tinieblas, sino que te de Jesucristo resucitado de entre
tendrá la luz de la vida” ( Jn. 8 , 1 2 ) . los muertos” (Colección Pueblo de
Reyes. Pág. 27) .
Si comprendemos el Misterio Pas­
cual, en toda su extensión de vida, TIEMPO DE PENTECOSTES
muerte y resurrección del Salvador,
Pentecostés, en su primitivo ori­
en medio de todas las dificultades y
gen, era una fiesta en que se ofrecía
de los arduos trabajos que sobrelle­
a Dios las primicias de los frutos
vemos, iremos caminando con espe­
agrícolas y se agradecía por la fecun­
ranza, con valor y seguridad; y ex­
didad de la tierra. Como esta fiesta
presando con verdad el bello canto
se celebraba cincuenta días después
que con frecuencia entonamos en
de la Pascua judía, se le dejó ese
nuestras liturgias: “ Vamos cantando
mismo nombre de Pentecostés ( quin­
al Señor; El es nuestra alegría” .
cuagésimo ) o sea cincuenta días des­
pués de la Pascua.
ACTIVIDADES
En el calendario católico, la Igle­
a ) Explicar el simbolismo del sia, ha centrado la vida cristiana en
agua, del cirio Pascual, Pascua o sea la Pascual de Cristo y en la venida
paso de la muerte a la vida. del Espíritu Santo. Ya San Agustín
lo afirmaba: “ Con Pentecostés, la
b ) Catcquesis de la “ Luz” , “ In­ Pascua cristiana, ha llegado a su tér­
quietudes Catequísticas hoy” (pág. mino, sin perder nada de su esplen­
296), Preparación del “ lucernario” . dor” .
58 REVISTA DE LA UNIVERSIDAD SOCIAL CATOLICA DE LA SALLE - VOL. I, N° 4

En esta festividad se inaugura la pero el Espíritu es el mismo; hay di­


Nueva Alianza y nace lleno de for­ versos servicios, pero el Señor es el
taleza el “ nuevo pueblo de Dios” , la mismo; hay diferentes obras pero el
Iglesia. mismo Dios es quien obra en todo y
en todos. A cada uno se le otorga la
Pentecostés o sea la venida del Es­ manifestación del Espíritu para pro­
píritu Santo fue una realidad sobre vecho común” . (Primera Cor, 12,
los Apóstoles y sobre la primitiva 3b-8).
Iglesia. Pero recordar esto sería in­
completo, si no nos concientizamos y Además, el Vaticano II en “ Lu­
convencemos que para cada uno de men Gentium” N? 4, expresa:
nosotros ha sucedido y sucede conti­
nuamente este Pentecostés. “ El Espíritu Santo que habita en
la Iglesia y en el corazón de los fie­
Los “ Hechos” de los Apóstoles (2 , les como en un templo (1 Cor. 3 , 1 6 ;
1-5 ) refieren del siguiente modo este 6, 19) , y en ellos ora y da testimo­
acontecimiento: “ Al llegar el día de nio de la adopción de hijos (Cf. Gál.
Pentecostés, todos los discípulos esta­ 4, 6; Rom. 8, 1 5-16 ). Con diversos
ban reunidos en un lugar. De repen­ dones jerárquicos y carismáticos di­
te vino del Cielo un ruido como de rige y enriquece y con todos sus fru­
una ráfaga de viento impetuoso, que tos a la Iglesia (Cfr. Ef. 4, 11-12;
llenó toda la casa en la que se encon­ Gál. 5, 2 2) , a la que guía hacia toda
traban. Se les aparecieron unas len­ verdad y unifica en comunión y mis­
guas como de fuego que se repartie­ terio.
ron y se posaron sobre cada uno de
ellos; quedaron todos llenos del Es­ Así se manifiesta toda la Iglesia
píritu Santo y se pusieron a hablar como “ una muchedumbre reunida
en otras lenguas, según el Espíritu por la unidad del Padre y del Hijo
les concedía expresarse” . y del Espíritu Santo” .

Es la teofanía (aparición, manifes­ Hoy surge una renovación sobre la


tación ) de Dios Amor prometida por fe y devoción del Espíritu Santo. Y
Cristo y expresada por símbolos: no podía ser menos ya que la prome­
viento, fuego, don de lenguas, etc. Y sa de Cristo es elocuente: “ Recibiréis
es tan importante esta manifestación la fuerza del Espíritu Santo, que ven­
del Espíritu Santo en cada uno de no­ drá sobre vosotros y seréis mis testi­
sotros que San Pablo nos previene y gos en Jerusalén, en toda la Judea y
nos dice muy claramente: Samaría y hasta los confines de la
tierra” .
“ Nadie puede decir, Jesús es el Se­
ñor, sino guiado por el Espíritu San­ El es el Espíritu de fortaleza; es la
to. Hay diferentes dones espirituales, potencia actuante de la liberación del
CATEQUESIS 59

hombre. El estuvo con Moisés, con milia de Dios; con la Confirmación


los profetas, con Jesús, con los Após­ nos incorporamos de modo más es­
toles. . . y está con nosotros en la trecho a Cristo y a la Iglesia; y la Eu­
Evangelización y liberación del hom­ caristía nos alimenta, fortalece y sos­
bre actual. tiene en nuestros compromisos cris­
tianos.
El construye la unidad con el res­
peto y la aceptación del otro: El es­ El Espíritu Santo es el que ilumi­
tá con nosotros en la difícil obra del na y fortalece en los cambios de las
servicio a los demás en esta época de personas y las sociedades, por eso
tanto egoísmo; El infunde sus dones nuestra plegaria frecuente en estos
a todos cuantos se los pedimos para días debe ser: “ Señor, envía tu Es­
hacer la obra de nuestra salvación; píritu que renueve la faz de la tie­
Don de Sabiduría, Entendimiento, rra” . Además, debemos invocarle di­
Consejo, Ciencia, Fortaleza, Piedad rectamente con la “ Secuencia” del
y Temor de Dios. día de Pentecostés en la cual le deci­
mos; huésped divino, descanso, luz
Siendo nuestro fin la santificación, de Dios, riego, guía, gozo. . .
el Espíritu Santo, es la fuente de San­
tidad. El nos llevará por el mejor ca­ “ Ven Espíritu Divino, manda tu
mino haciendo que evitemos todo des­ luz desde el Cielo. Padre amoroso del
vío, porque como dice San Pablo pobre; don, en tus dones espléndidos;
(Gál. 5, 2 2 ) : “ El fruto del Espíri­ luz que penetra las almas; fuente de
tu es amor, alegría, paz, paciencia, mayor consuelo” .
afabilidad, bondad, fidelidad, man­
sedumbre, dominio de sí” . En esta época de tantas dificulta­
des necesitamos, más que nunca, la
Es el momento para que reavive­ asistencia del Espíritu Santo, y este
mos la devoción al Espíritu Santo. tiempo de Pentecostés es muy opor­
tuno para renovarnos en esta devo­
Sabemos que la Confirmación es­ ción, teniendo presente el pensamien­
tá íntimamente relacionada con el to de San Pablo (R om . 5, 5 ) : “ El
Bautismo y la Eucaristía. Esta es una amor de Dios ha sido derramado en
relación tal que estos tres sacramen­ nuestros corazones por el Espíritu
tos han llegado a constituir lo que po­ Santo que habita en nosotros” .
díamos llamar “ El gran sacramento
de la iniciación cristiana” . Sea el momento para concientizar-
nos nosotros mismos y concientizar a
Son, pues, tres pasos que damos nuestros alumnos sobre el sacramen­
hacia una misma realidad: el en­ to de la Confirmación, los himnos
cuentro con Cristo, en su Iglesia. Con de Pentecostés, preparar algunas ce­
el Bautismo nos integramos a la fa­ lebraciones de la palabra sobre el te­
«5 REVISTA DE LA UNIVERSIDAD SOCIAL CATOLICA DE LA SALLE ■ VOL. I, N? 4

ma del Espíritu Santo, o algunas ca­ tiene también un libro para el confir­
tcquesis. . . mado que podría ayudar mucho pa­
ra una preparación más activa y pro­
Los folletos que enumeramos a funda.
continuación, podrían servirnos pa­
ra todo esto ya que tienen buen aco­ Lecturas para reflexionar. Venida
pio de reflexiones y lecturas bíblicas del Espíritu Santo - Hechos 2, 1-18.
sobre estos temas.
El cristiano templo del Espíritu
La Confirmación. Sacramento del Santo 1 Cor. 3, 16.
Espíritu - Antonio Carlos Hualde.
El Espíritu Santo acción, vida, Ex.
La Confirmación. Tema para adul­
37, 1-14.
tos sobre la Confirmación y el com­
promiso cristiano - Cuadernos de ac­
Frutos del Espíritu Santo - Gála-
tualidad - Ediciones Búsqueda N? 6.
tas 5, 16-25.
Catecumenado para la Confirma­
ción. Secretariado diocesano de Pas­ Espíritu Santo alma de la Iglesia
toral (Brasil). y vínculo de Unidad 1 Cor. 12, 4-13.

“ Pastoral de la confirmación” Ven Espíritu Consolador. Jn. 6,


Editorial Luis Vives Zaragoza. Este 5-15.

También podría gustarte