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¿Riesgo gratis o seguridad al precio de poco?

El internet es un arma de doble filo. La llegada de la red al mundo del hombre, ha tenido una gran
repercusión en cuanto a nuestro estilo de vida. Es esta misma, la responsable de las reinvenciones del
comercio, la educación, el gobierno, la salud e incluso la forma de relacionarnos; podríamos decir
que está siendo uno de los instrumentos principales de cambio social en la actualidad, de manera que
ha marcado un antes y después en la humanidad.

En muchas de las ocasiones, por no decir todas, nos ha facilitado, en general, nuestro desarrollo
dentro de una sociedad, ya sea intelectualmente, económicamente o emocionalmente. El acceso a la
información de manera inmediata, la adquisición de productos extranjeros con mayor facilidad vía
web, la interconexión del globo terráqueo a través de la proliferación de la noticia en todos los
medios de comunicación, la ruptura de las barreras si de trabajo y aprendizaje presencial hablamos,
entre muchas cosas más, son algunas de las pruebas de todos los beneficios que este ciberespacio nos
ha proporcionado. Sin embargo, esta eficaz herramienta, significa mucha responsabilidad debido al
poder que representa; desafortunadamente y a lo largo de su historia, ha caído en manos equívocas.

Si bien, el Internet es un ambiente sumamente amplio, por consiguiente, también es muy difícil
controlar. Siendo así, la distribución de datos e información personal de los usuarios, en muchas de
las ocasiones, quedan expuestas a mereced de personas mal intencionadas que buscan lucrarse a
través de las brechas de esta red global. De esta manera, se le da cabida en este contexto, a lo que
llamamos delitos cibernéticos.

Uno de ellos es la práctica de copiar, vender o reproducir productos, llámense contenidos sonoros,
audiovisuales, escritos o educativos, sin la autorización de sus propietarios. A este fenómeno se le
llama, piratería digital, donde se ofrece una copia digital por una descarga gratuita, o por medio de
su comercialización, a un precio mucho menor que el promedio. Este flagelo criminal, se ha visto
arraigado fuertemente en la actualidad, llevando así a empresas multinacionales, emprendimientos
digitales, instituciones políticas, jurídicas, legislativas y científicas, al ojo del huracán.

Es allí, donde se les cuestiona y se les desprestigia, tanto en el mercado como para la opinión
pública. Tanto es así, que ponen en peligro la seguridad y economía de quien trabaja en dicho
negocio, entidad o institución. De este modo, conduciéndolos, a constantes amenazas de un
victimario que opta por seguir con las agresiones que van desde la vulneración del derecho a la
imagen, hasta casos homicidios que suelen quedar impunes por darse dentro de la “Deep Web”, es
decir, dentro del 96% del internet, que no es accesible a través de buscadores convencionales y al
que pocos tienen acceso por lo peligroso que puede llegar a ser.

A modo de cierre, El internet ha sido una red global responsable del intercambio libre de
información entre todos sus usuarios y de la reinvención de un mundo comúnmente. A pesar de
todas sus ventajas, no se descarta la posibilidad, de que sean estas mismas las que por medio de
agresores cibernéticos, las que nos lleven a pasar un mal rato. De esto podemos concluir que el
conocimiento es poder, y mediante este en manos inadecuadas, podemos ser víctimas de nuestras
propias acciones. Por ello, se sugiere evitar cualquier contacto o vínculo con sitios web de dudosa
procedencia, evitando así quedar expuestos a las brechas de la seguridad entro del internet.

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