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La Psicología Política es una rama de la Psicología que estudia la toma de decisiones políticas, ayudándonos a
entender mejor a la sociedad y analizando el modo en el que los procesos políticos, a lo largo de la historia o en el
presente, contribuyen a que ciertos modelos del comportamiento humano interactúen en el campo político.
La ciencia política es una ciencia social que estudia la teoría y práctica de la política, los sistemas y comportamientos
políticos. La mencionada ciencia aporta estudios acerca del comportamiento político de las sociedades, estudios que
le permiten a la ciencia explicar algunos comportamientos sociales, por ejemplo, el porqué de las elecciones
generales, cuáles son sus fundamentos, así como otros hechos históricos que involucran a los procesos de política.
Desde el plano político es importante conocer al individuo tanto en su funcionamiento como tal como cuando forma
parte de un grupo.
De ahí la importancia de estudios como los de las minorías, los fenómenos de masas, los factores que influyen en la
intención de voto, la promoción de la participación política, el liderazgo, la opinión pública, entre otros. Las acciones
políticas podrían definirse como aquel conjunto de actos y actitudes dirigidos a influir sobre las decisiones los
poseedores del poder, del sistema político o en cada una de las organizaciones políticas.
La psicología política, como corriente académica, constituye un campo interdisciplinario, lo cual es comprensible si
no perdemos de vista que es el área de la política donde confluyen las más variadas ramas del saber y de la práctica.
Esta disciplina nos brinda, la oportunidad de analizar los fenómenos políticos en función de sus aspectos
psicológicos.
La importancia radica en que por medio de esta disciplina podremos comprender la psicología del votante, de igual
modo la del político, la del candidato y la del gobernante, sin dejar de mencionar la psicología de masas.
El campo de la psicología política abarca, entre otros temas, las relaciones internacionales, la toma de decisiones en
política internacional, los procesos socio–cognitivos en la construcción de los fenómenos políticos, la identidad y
socialización, la resolución de conflictos políticos, la personalidad y liderazgo político, el autoritarismo y la xenofobia,
la comunicación política, tomando siempre en consideración que será difícil desarrollar un listado cerrado y
definitivo de temas porque los mismos constantemente se amplían y son extremadamente numerosos.
La Psicología Política como disciplina empieza en la década de los 70, pero las aportaciones de psicólogos han
existido siempre. Y lo han hecho, por la simple razón de que los psicólogos, sean de una orientación u de otra, de un
campo u otro, se han visto obligados a responder a las experiencias sociales y políticas del momento que les ha
tocado vivir.
Los psicólogos, como otros científicos sociales, se enfrentaron a acontecimientos económicos, políticos y sociales de
gran envergadura que marcaron el siglo XX.
La mayoría de los psicólogos pioneros han vivido dos guerras mundiales y el periodo de una guerra fría, que
amenazaba con una tercera.
Así mismo, experimentaron los cambios sociales producidos por el fenómeno de la industrialización que revolucionó
las mentalidades y cambió las instituciones básicas; siendo la familia el ejemplo más representativo.
La Gran Depresión del 29, la aparición del modelo soviético y su posterior desaparición en los 90, el desarrollo de un
modelo global junto al renacer de los localismos y resurgir de los nacionalismos.
Los psicólogos respondieron a todos estos acontecimientos, haciendo aportaciones a su comprensión que
indudablemente forma parte de las respuestas de la psicología a la vida social y política.
No es hasta la creación en 1978 de la Sociedad Internacional de Psicología Política (ISPP) que la Psicología Política se
inicia como una rama independiente de las Ciencias de la Conducta.
¿Qué hace que las personas votemos por una opción política?
¿Cómo se pueden mejorar las decisiones que toman los gobernantes?
¿Cómo pueden mejorar los políticos su comunicación con los ciudadanos?
¿Qué deben hacer los miembros de los partidos para conseguir ser receptivos a las demandas de los que no
pertenecen a ellos?
¿Qué podemos hacer las personas para influir en los asuntos políticos?
¿Cómo podemos evitar y resolver las guerras y el terrorismo?
Existen siete grandes áreas en las que los psicólogos trabajan de forma más o menos continua (Adela Garzón, 2008):
I. La dimensión política
Entendiendo la política como juego de poder, como institución, las ideologías, su influencia en las actitudes y
el liderazgo o como acción colectiva de influencia: participación, socialización, los medios de comunicación,
etc.
II. Desde la dimensión psicológica:
Atendiendo a los procesos de la conducta política individual: Personalidad política o del colectivo: conducta
participativa y de acción política.
Esperemos que en un futuro las aportaciones de esta rama del conocimiento psicológico contribuyan a una mejor
comprensión de los procesos políticos que permita con el tiempo mejorar la calidad democrática y participativa de la
Política en nuestro país.
HAROLD LASSWELL
Es el psicólogo más conocido en los ambientes de la psicología política y de la ciencia política; se convierte para
muchos en uno de los fundadores de la Psicología Política.
Investigó el campo de la comunicación y persuasión en la época de tensión y de confrontación mundial que vivió,
pero sobre todo interpretó la conducta de los líderes políticos en términos de motivos inconscientes desplazados
hacia lo público.
Su interés por la comunicación se orientaba al papel que los Medios y la propaganda tenían en la formación de
pautas de conducta, actitudes y comportamientos, es decir, la transmisión de valores de una cultura.
Entendió la propaganda como un sistema de socialización ciudadana que puede permitir a los dirigentes de una
sociedad orientar a las masas actitudes cívicas hacia la libertad.
Su aportación al campo de la psicología política, marcó sus inicios durante varias décadas, tanto por los fenómenos
de análisis como por la perspectiva adoptada.
Lasswell, trabajó en un centro psiquiátrico durante algún tiempo, estaba familiarizado con el psicoanálisis y de sus
entrevistas personales con activistas, políticos y sindicalistas dedujo que estos actores tenían problemas y motivos
privados, particulares, que desplazaban, intentando compensar sus necesidades y motivos inconscientes, en la vida
pública.
Más tarde formula explícitamente el motivo de poder del político como una forma de compensar su baja
autoestima. Dos obras son las que le otorgaron el reconocimiento como uno de los fundadores de la psicología
política: Psychopathology and Politics de 1930 y Power and Personality de 1948.
Los acontecimientos de los años treinta (fascismo, guerras, revueltas, la irrupción de los medios de comunicación y
su influencia en la opinión ciudadana ) pusieron el resto; porque los factores ambientales, los procesos políticos a su
vez moldean las actitudes y creencias de los ciudadanos y políticos.
Así se fragua la definición de la psicología política: Un campo de intervención de la psicología centrado en estudiar
las relaciones entre los procesos psicológicos y los fenómenos políticos.
LA CONTRIBUCIÓN DE LASSWELL
La contribución de Lasswell fue el hecho de proporcionar desde el psicoanálisis una perspectiva psicología de la
política, estudiando el papel que la percepción, motivación y personalidad (factores psicológicos) jugaba en el
comportamiento de líderes.
PARTICIPACIÓN POLÍTICA
El tema de cómo el ciudadano vive y participa en la vida política es una de las líneas de trabajo más prolífica en
cuanto a enfoques y formas de analizar. Sin embargo existen dos enfoques distintos, aunque lógicamente
relacionados; ambos están marcados por dos hechos relevantes.
El primer hecho es que el descenso paulatino de la participación política por los años sesenta en los países
democráticos suscitó las reflexiones académicas sobre la viabilidad y estabilidad de los sistemas democráticos si la
participación ciudadana seguía bajando.
Estas reflexiones indicaban la preocupación por un sistema político que depende de la implicación del ciudadano a
través de la conducta electoral. Las interpretaciones fueron diversas y se acoplaron a la realidad política del
momento.
No importaba que el ciudadano participe poco, siempre y cuando participe lo suficiente para garantizar que se
cumple el principio esencial de modelo democrático actual.
Así mismo, la conducta electoral del ciudadano se aleja mucho del modelo racional de elección que se presuponía en
el sistema democrático.
El supuesto de que el ciudadano en su elección política adopta una postura racional -valorando lo que le interesa,
analizando a sus representantes y eligiendo al que más se acerca a sus ideales- fue puesto en entredicho por el
estudio que se realizó sobre la conducta electoral de los ciudadanos americanos.
Sin embrago, la cuestión de la participación política se convierte en un tema de muchas más implicaciones de las que
inicialmente se pensaron.
SOCIALIZACIÓN POLÍTICA
Socialización política:
Proceso de aprendizaje, por el que el individuo adquiere desde que nace, los comportamientos y actitudes
relacionados con la estructura política de la sociedad en la que viven. Esto genera una estabilidad política que se
transmite de generación en generación.
Rush
Define la socialización política como el proceso por el cual los individuos de una sociedad se adhieren al sistema
político.
Para Lacam
Johnston Conover
Lo define como un reflejo del paradigma de interacción que es la socialización política, como el aprendizaje de
valores, actitudes y modos de comportamiento que ayudan a las personas a "encajar" en sus sistemas políticos,
convirtiéndolos en "buenos" ciudadanos.
La socialización “política” forma parte de un proceso social más amplio donde se conectan individuo y sociedad, lo
subjetivo y lo objetivo, lo micro y lo macro, la acción y la estructura. En términos bourdieunianos este proceso podría
ser explicado con el concepto de habitus, en tanto estructura, estructurada y estructurante.
Todo sistema político trata de inculcar valores, creencias, actitudes y comportamientos acordes a su ideología y al
orden establecido.
El proceso de socialización política es muy importante en la formación de individuos activos, es importante para
generar estabilidad política o cambios sociales.
Agentes de socialización, grupos sociales e instituciones que influyen en el proceso de socialización política.
Agentes secundarios: Los amigos, los centros educativos, los medios de comunicación, etc.
IMPORTANCIA DE LA SOCIALIZACIÓN
También es posible distinguir dos tradiciones de investigación que se refieren a la distinción entre sistema y actor, es
decir, entre el nivel macropolítico y el nivel micropolítico.
MACROPOLÍTICO
La teoría de sistemas se inscribe en la perspectiva del sistema (macro). En esta perspectiva, la socialización
proporciona la base para la estabilidad política y el mantenimiento del sistema.
Almond y Verba encajan en esta perspectiva. Lo importante aquí es que la socialización en la política es vista como
algo que permite el mantenimiento de los sistemas políticos.
Se hace hincapié en la socialización primaria (en la infancia), por parte de los padres o durante la primera fase de la
escolarización. Esto da lugar a la idea de que lo que es crucial para la socialización política de las personas es lo que
sucede en los primeros años de vida.
MICROPOLÍTICO
La segunda perspectiva (micro) es la del aprendizaje político. Pasamos de un sujeto pasivo al que se le inculcan
normas en una fase de la vida a un sujeto activo que interactúa con varios agentes socializadores y aprende.
Estamos en la perspectiva del actor con un enfoque NO en el sistema, sino en lo que el actor puede aprender y
hacer, lo que ha aprendido con esta socialización a nivel de comportamiento político. La cuestión es hasta qué punto
este aprendizaje político permitirá o no a los individuos actuar políticamente.
Por lo tanto, el comportamiento político es el resultado del aprendizaje. El compromiso político, es también una
fuente de socialización. Ya no existe la idea de un camino lineal, sino de una circularidad en la que los individuos, a
través de su participación política, aprenderán y reaprenderán.
LA CULTURA
LA CONDUCTA POLÍTICA
Puede equivaler a la conducta pública: Aquella conducta que es vista por la gente, y por ello analizada, comentada o
criticada, y como conducta pública lleva una técnica de comportamiento exhibido, con la aceptación de gente que
se interesa por la política o por ese político.
La conducta política busca aceptación y obediencia, sin embargo no es muy completa, porque la mayor parte de los
políticos no son intelectuales, no tienen una preparación completa de formación académica; sino que lo que les más
les interesa es ser convencedores para el sí colectivo, lo que les lleva a una aceptación pública para ejercer el poder.
Existen diversos aspectos: la obediencia ingenua, la ideológica, la política, la alienada, la interesada y calculada, la
obligada, la aprendida.
Los partidos políticos presionan, con tensión y cargas de ambigüedad, suelen utilizar a miembros concretos para que
cumplan los fines que les interesan, y una vez ejecutados, en muchos casos, los abandonan.
A pesar de lo antes mencionado, surgen también conductas políticas positivas de coraje, ímpetu y talento que los
instala a la producción de hechos nuevos, o nunca antes admitidos.
Lograr con empuje, insistencia y talante acertado leyes, derechos y costumbres nuevas es la mejor labor de un
político de vocación.
El estudio sobre las actitudes políticas posibilita analizar cómo influyen en el comportamiento político del ciudadano
y, en consecuencia, explicar las razones por las cuales participa o se abstiene de hacerlo y, si participa, identificar qué
forma utiliza y cuáles fueron las motivaciones que influyeron en su conducta.
El sentimiento de identidad política o partidista, la imagen del candidato, el sentimiento de eficacia política, las
preferencias por las propuestas de un candidato y el sentimiento de deber ante el voto.
LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA
La participación política es cualquier acción realizada por un individuo o grupo con la finalidad de incidir en una u
otra medida en los asuntos públicos.
La participación puede ser individual y colectiva, espontánea o planeada, y puede darse a través de medios
convencionales y/o no convencionales.
MODOS DE PARTICIPACIÓN
Actividades en campañas políticas: Se refiere, en general, a las actividades desarrolladas por los partidos
políticos y sus militantes.
Actividad comunitaria: Son las actividades de participación en las organizaciones sociales dirigidas a resolver
los problemas de la comunidad.
Contactos con la administración: Entablar contacto o comunicación con las autoridades, con el objetivo de
lograr los intereses personales o comunitarios.
Voto: Participar en las elecciones para definir quiénes van a ocupar los cargos de elección e influir en las
decisiones públicas.
TIPOS DE PARTICIPACIÓN
Las personas se pueden clasificar según la cantidad de cosas que hacen para participar, es decir, según su nivel de
acción política en:
1. Inactivos: son aquellos que deciden no intervenir en ningún tipo de actividad política, es decir, no participan
nunca o casi nunca.
2. Conformistas: participan pero solamente a través de los mecanismos convencionales y no se involucran en
las acciones de protesta.
3. Reformistas: tienden a participar de manera convencional, aunque en ocasiones recurren también a los
mecanismos no convencionales.
4. Activistas: se involucran a través de los mecanismos convencionales y no convencionales e, incluso,
aceptan las formas ilegales de participación.
5. Los que protestan: a su vez, rechazan la participación convencional (porque la consideran poco efectiva) y
optan por la participación no convencional e ilegal.
LOS ESTEREOTIPOS Y PREJUICIOS
LOS ESTEREOTIPOS
Un estereotipo es una imagen mental muy simplificada, con pocos detalles, acerca de un grupo de gente que
comparte ciertas cualidades o características. Puede ser tanto positivo como negativo, aunque por lo general, es
negativo.
Estereotipar consiste en simplificar, en asociar un conjunto simple de ideas sencillas, generalmente adquiridas de
otro.
Asumir como propios prejuicios y estereotipos supone dejarte llevar “por lo primero que escuchas” y considerarlo
verdadero sin contrastarlo o buscar más información.
TIPOS
Estereotipos raciales: Aquellos que hacen hincapié en la pertenencia a un grupo racial, y que por lo tanto impone
características morales o éticas al individuo. Por ejemplo: “Los negros son fuertes y flojos. Los blancos laboriosos y
honestos”.
Estereotipos de clase. Aquellos que se elaboran a partir de la pertenencia a una clase social determinada. Por
ejemplo: “Los pobres son deshonestos. Los ricos son honrados”.
Estereotipos políticos. Aquellos que se atienen a un partido político o una ideología determinada. Por ejemplo: “Las
feministas son mujeres infelices”.
Estereotipos de género. Aquellos que se elaboran respecto a la preferencia sexual o de género. Por ejemplo: “Los
homosexuales son alegres y festivos. Las mujeres son débiles e irracionales”.
Masividad
Para que un estereotipo sea tal, debe ser aceptado de manera masiva por una comunidad humana determinada.
Esto implica que forme parte de los discursos públicos, que se lo pueda hallar en la opinión pública o
en discursos cotidianos como el humor (tanto las caricaturas de prensa como los chistes personales).
Los estereotipos son discursos apaciguadores, es decir, calmantes: reducen la angustia que nos da lo desconocido, lo
nuevo, brindándonos un supuesto conocimiento previo al respecto para no abordarlo con las manos vacías.
Pero también apaciguan el cambio social, ya que imponen un modelo de relaciones ya ordenado del que resulta
difícil salir para concebir otra manera de pensar las sociedades.
LOS PREJUICIOS
Un prejuicio es un juicio u opinión, generalmente negativo, que se forma sin motivo y sin el conocimiento necesario.
Supone tener una actitud negativa y hostil hacia una persona que identificamos como perteneciente a un grupo, por
el simple hecho de pertenecer a ese grupo.
Es el pensamiento y actitud, por lo general negativa, que una persona o individuo tienen ante otra persona o grupo
de personas a los que considera ajenos a su grupo de referencia, entendido el grupo como: Una región, nación,
religión, cultura, clase social, profesión, etc.