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Hubo un átomo en Granada

tan majo y tan bien vestido

que los demás lo envidiaban

como a un diamante muy fino.

Era un átomo de uranio

pues lo preguntáis, lo digo

con protones y electrones

relucientes y tan limpios

que parecían estrellas

sobre un espejo de trigo.

Cuando subía a la Alhambra

para pasear y ser visto

las manolas le cantaban

sus amores al oído

y respondiéndoles él

con un gesto, o un cumplido

las manolas suspiraban

durante un año corrido.

Los dos ríos de Granada

cada uno con su estilo,

de a ratos lo acariciaban

como un perro, o un amigo.


El átomo era feliz

muy formal y muy sencillo;

le gustaba ir a los toros

los sábados y domingos

y azuzar a los erales

con verónicas de armiño.

Y saliendo de paseo

al azar de los caminos

derretía madreselvas

con solo enseñar su filo.

Ay, átomo de Granada

lo que eres y lo que has sido!

Porque un día cayó en manos

de una caterva de físicos;

fue a parar a un ciclotrón

circular, oscuro y frío

sin cantares, ni gitanos,

ni palomares, ni ríos.

Empezó el experimento

y el átomo, allí metido

de pronto fue bombardeado

con neutrones asesinos.


Primero no dijo nada

permaneció muy tranquilo

y respondió al bombardeo

radiando solo un poquito.

Pero luego se cansó;

se sintió tan agredido

que tomó su decisión

sin consulta y sin testigos.

Entonces se partió en dos

dejando un par de atomitos

y tres feroces neutrones

veloces y decididos

a partir a cualquier costo

otros átomos amigos

" Una reacción en cadena!"

Gritó el mayor de los físicos

dos corrieron a la puerta

y el menor sacó un cuchillo

andaluz como un gitano

y afilado como un lirio

Pero nada. Ya era tarde

los átomos, decididos

se partían como pájaros

alcanzados por un grito

la explosión fue tan tremenda

tanto el fuego, y tanto el ruido


que de aquel laboratorio

con estampa de castillo

quedó después de un instante

sólo un yermo radioactivo.

Ay, átomo de Granada

lo que eres y lo que has sido!

Granada se había quedado

sin su átomo favorito

aún lo lloran en sus calles

las torres y farolitos.

Y al cruzarse las manolas

y rozarse sus vestidos

se susurran esta copla

siempre con el mismo ritmo

"Si quieres jugar con átomos

bombardearlos, o partirlos

nunca trates de empezar

con uranio granadino."

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