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Qué es la filosofía (1991): último libro de su obra.

No es que la filosofía sea algo, o que haya reglas. Ejercicio de creación que requiere
experimentarlo: para saber qué es nadar es necesario saltar agua.

Nada bueno sale de la amistad, allí hay acuerdo. Nunca hay creación en una relación de
amistad. Otros personajes conceptuales: el rival, el amante, frente al amigo. El amante
siempre invita a crear y a descubrir. Si la filosofía nació, es porque son rivales.
El filósofo crea conceptos, pero la creación de conceptos supone otras instancias para ello.
Una es la del ‘personaje conceptual’, como si el pensamiento se encarnara en un tipo, como el
amigo, el mendigo. Como si los filósofos necesitaran del personaje.
El pensamiento es peligroso. El filósofo crea conceptos que hacen perturbador al pensador.
La vida, la creación de la vida, entre ellas el pensamiento, tiene que ver con la rivalidad en la
Grecia antigua. Philos, amigo o amante, de la sabiduría.

El pensamiento es lo que se da, pero no es subjetivo o personal. El yo es producido por el


pensamiento. Pero a su vez, el pensamiento siempre es el desplazamiento de algo ya pensado.
El pensamiento es lo que se genera.

El amigo, en la experiencia griega, es una pretensión de saber; el filósofo es el que pretende


el saber. Deleuze critica esto.
El pensamiento, que no es del sujeto, que es pre-personal, se encarna en figuras que
definen la experiencia del filosofar (para los griegos, el rival –la discusión). Entender la filosofía
es entender la mutación de los personajes conceptuales. No amigos empíricamente amigos; el
pensamiento necesita del ‘rival’ para poder existir. el rival es semejante a las categorías de
Kant.

Creación conceptual, filosófica, diferente de la creación del arte o de la ciencia. son tres
creaciones distintas, no subordinadas. Para entender la creación filosófica es necesario
comprender la creación artística. No es un yo quien inventa el concepto, la filosofía no es un
ejercicio empírico-mental.
El concepto de voluntad de poder, no lo puede crear el amigo, como personaje conceptual.

Detrás del cto está la singularidad, no lo particular o universal. el particular es un caso del
universal, lo singular no remite más que a sí mismo. el ser es la singularidad, exp irreductible
a otra exp, no hay comparación posible, analogizante. El cto es una singularidad que ha
adquirido consistencia de no evaporación.
Ser y pensar son lo mismo, se co-producen. Es la materia la que contempla: sujeto larvario.
la campanada es la contemplación de la campanada, la contracción o síntesis. el resultado de
las síntesis temporales de materia y concepto es el concepto. El cto hace posible pensar la
materia. El ser y el pto son como dos caras. el cto es una manera de pensar que corresponde a
la filosofía (funtores –ciencia-, perceptio -arte). Los ctos puros no existen, hay creación de ctos.
Hay que entender cómo los ctos llegan a ser.
Pensamiento hay en la expresión de la materia. Campo trascendental impersonal, materia
consciente, materia que es un fluir de la conciencia, conciencia no atada por el yo pienso.
Que la materia se vuelve expresiva quiere decir que la materia crea. El arte convierte a la
materia en algo expresivo: [el pájara hace arte, se apropia de la materia]. El concepto crea lo
real.

Capítulo uno.
Un concepto es una multiplicidad, un pedazo de caos. Que queda de la naturaleza si uno le
extrae la unidad: cómo es pensable la multiplicidad sin unidad, que es lo real. El concepto es lo
que permite que la multiplicidad sea pensable. El concepto encierre (perímetro) una serie de
elementos, componentes.
Lo real mismo, el ser, es génesis: nunca algo está dado. Todo siempre es génesis. La
multiplicidad que el concepto encierra será generado. Si el ser es génesis, no hay origen: el ser
está desfondado. No hay primer concepto. Siempre el concepto es una redefinición de un
concepto anterior. Se trata de pensar una filosofía sin fundamentos. No hay elemento dado del
que se parta, [hay creación y génesis].
El concepto tiene una endoconsistencia: no remite a ninguna cosa. El concepto adquiere
consistencia, un perímetro, a partir de la relación entre componentes. Ni los componentes ni el
perímetro es primero.
El concepto es como una unidad que no remite a otra cosa: es un todo fragmentario.
El caos está siempre al asecho del pensamiento.

Los componentes no son elementos últimos, sino que son intensidades, diferenciables (es
lo mismo decir diferencia e intensidad). Lo real y el ser es la variación de intensidad. La
sensación nos pone en contacto con la intensidad. El ser no se agota en su dimensión actual,
del organismo, de lo extenso, de la cualidad identificable y representable. Esta otra realidad es
la de la génesis. Entre los distintos tonos del rojo, está la idea de rojo. El caos es la materia
recorrida por una velocidad infinita: no alcanza nunca consistencia, todo lo que aparece se
desvanece. Los conceptos, creación filosófica, le dan consistencia al caos: ralentizan la
velocidad infinita y por eso es pensable.
El concepto es una variación constante, nunca se presenta del mismo modo. Nunca un
concepto quiere decir lo mismo: variación infinita del caos.
El pensamiento siempre responde a un problema; el problema es lo que nos interpela,
moviliza a pensar. Pensar no es representar, comunicar, reflexionar, sino hacerse cargo de lo
que nos interpela.
El concepto y el problema son incorporales: no parte de una realidad empírica que yo
pudiera adjudicar a un cuerpo. El rostro aterrado no es la cara.

El plano es una imagen del pensamiento: lo que un pensador entiende en una época por
pensar. Esto es el resultado de un conjunto de conceptos, que relacionados entre sí,
terminando definiendo lo que un pensador, una escuela, entiende por pensar. El plano y los
conceptos se constituyen mutuamente. Un plano es un corte en el caos. A lo largo de la
historia existieron distintos planos de inmanencia, que se fueron [suponiendo] como capas de
hojaldre. La historia supone un orden cronológico de los conceptos, pero el devenir nunca se
reduce a ser un orden cronológico. El devenir es el tiempo, pero no es la sucesión. El devenir es
el paso. La esencia del tiempo ni tiene que ver con el reloj, los minutos y segundos, sino que
tiene que ver con el devenir, la intensidad.
El concepto permite pensar la realidad como singularidad. El concepto no permite pensar lo
general. Para Aristóteles, hay concepto de lo humano, pero no de Catalina, de Ulises. Para
Leibniz hay concepto de la singularidad: no hay dos Catalinas. Para Deleuze, ni siquiera la
mónada es la realidad última (habría una cosa dada): hay génesis, variación del caos. El
concepto es lo que piensa la singularidad.

El rojo no es ninguno de sus tonos: el rojo es una variación incorpóreo: no es extensa, a


pesar de que sea pura materia.

El ser es puro creación. Y la creación es darle consistencia al caos: la ralentización de la


materia del pensamiento se da al mismo tiempo como concepto, como prospecto y como
percepto. Ninguno son realidades ni de un sujeto ni de un objeto: son entidades
independientes de ellos. El concepto ninguna es algo de un sujeto.

Quién crea el concepto. Los ctos tienen su propia firma

¿Por qué comienza desde el concepto del Otro y del yo?


Diferencia entre historia y devenir
Rasgo intensivo, intensidad.

Es simplemente un ejemplo

Platón distingue las percepciones que no invitan a pensar, y otras que sí (República 523-
525). Platón echa a perder su descubrimiento cuando limita el pensamiento al conocimiento y
la memoria al reconocimiento.
El pensamiento es un acto, aunque pasivo, en Deleuze. Diferencia y repetición, p.215
Descartes no da cuenta qué entiende por pensar, lo toma como dado. A partir de una
experiencia empírica, del sentido común, Descartes forja un concepto ‘trascendental’.

Los conceptos tiene componentes, que no son cosas, sino intensidades, que es una relación.
Dudar y pensar, como elementos del cogito, están definidos recíprocamente.

El plan de inmanencia es como un corte en el abismo que es el ser; este corte está definido
por los conceptos y los conceptos están definidos por ese corte: conceptos y planos se van
determinado recíprocamente. Un plano es una manera de entender lo que significa pensar.
Para Deleuze existen múltiples planos de inmanencia. El plano de inmanencia es como una
curvatura en el caos; lo que hace que se haga posible el pensamiento. Como si un
acontecimiento curvara el plano, lo hiciera visible (hasta que no está curvado, el plano no es
visible, es un abismo):
Imagen del pensamiento: gesto de la materia, porque el pensamiento es movimiento. Hay
un gesto moderno, griego, etc. un movimiento del pensamiento. En cierto sentido, los planos
serían inconmensurables. La imagen es el movimiento entre el sujeto y el objeto, para
Bergson.

La idea, en Platón, es lo anterior: supone una concepción del tiempo. Pero descartes elimina
el tiempo de la idea: pensar y ser es lo mismo. Kant critica el cogito cartesiano, porque, según
Deleuze, Descartes no explica cómo pasa de la existencia indeterminada (soy, sin saber qué
soy); pero esa existencia indeterminada es pensada como sustancia. Según Deleuze, Kant
objeta que hay que pensar un puente entre la indeterminación y la determinación; por eso
introduce el tiempo en el esquematismo. Hay una forma determinante, que es la del tiempo.
Cómo es el que el entendimiento se [aplica sus categorías] a la sensibilidad; el esquematismo
respondería a esta mediación. El tiempo es la forma pura que tiene algo de sensibilidad y algo
del entendimiento; el tiempo es el principio determinante de la existencia. El cogito de Kant
supone el tiempo.
El pensamiento es la actividad del yo, en Descartes. Pero Kant introduce un yo trascendental
y un yo empírico, que coincide. Pero para Deleuze el pensamiento es del yo pasivo, no hay una
unificación sino fragmentación. Cada vez que se da una afectación de la materia, hay un yo.
Hay un yo en la rodilla, en la contracción del agua y del trigo.
Si no hay unificación entre el yo pasivo y entre el yo activo, ese yo es la conciencia de la
materia en cada afectación.

Tenemos un cuerpo organizado, es el estado de cosas, pero que está recorrido por ciertos
devenires, ciertos movimientos, que no se reducen al estado de cosas actual. El concepto da
cuenta del acontecimiento, nunca del estado de cosas.

El pensamiento es siempre futuro, porque es pensar lo que no es. el concepto no remite a


cosas que estaría representando, sino a la novedad. Siempre es futuro, el porvenir, lo que
irrumpe el presente.

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Los componentes no son elementos últimos. Los componentes se constituyen de tal manera
que son indisociables: están relacionados constitutivamente.

Los estados de cosas refieren al plano de lo actual: el plano donde tanto la creación material
como mental se ha detenido: surge objetos, sujetos. La ciencia tiene que ver con el estado de
cosas, nos oriente en él, donde hay coordenadas espacio-temporales que se corresponden con
el espacio cartesiano. El plano de lo virtual se define por la diferencia.
La filosofía tiene que ver con un plano de ser y pensar donde hay una constante creación.
Acontecimiento pensado desde el ser como devenir. No lo que es, lo que acontece.

El pensamiento se evapora como lo hace el ser, la materia: se transforma.

La máquina abstracta es algo que tiene la capacidad de [constituir] relaciones. Algo que no
está en el plano de lo actual, sino virtual, dota de sentido. Las configuraciones de poder no son
actuales sino virtuales. El modo de producción no es empírico observable sino virtual; eso es
una máquina abstracta. El panóptico no se observa. La realidad es más que el estado de cosas.

Plano de inmanencia son pensamiento y ser entrelazadas.

Lo diagramático son las relaciones. Lo intensivo es la concentración del pensamiento-ser.

Se trata de pensar un pensamiento impersonal, de las plantas.

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