Está en la página 1de 20

Rita Laura Segato. Antropóloga argentina.

Obtuvo su Master of Arts (1978) y tica de la colonialidad en ocho ensayos (Buenos Aires: Prometeo, 2015); y co-editado Re-
PhD (1984) por el Departamento de Antropología Social de ’s University of Belfast. Fue ligions in transition: Mobility, merging and globalization in theemergence of contempo-
profesora del Departamento de Antropología de de Brasilia entre 1985 y 2010. En 2011 raryreligiousadhesions (Uppsala: Uppsala Studies in Cultural Anthropology, Uppsala
migró a la docencia en los posgrados interdisciplinares de Bioética y de Derechos Hu- UniversityPress, 2003); además de artículos y capítulos en revistas académicas y anto-
manos de la misma universidad, además de actuar como profesora visitante en diversos logías de diversos países. Es miembro de comisiones editoriales de diversas publicacio-
programas de posgrado de América Latina. Ha sido también profesora visitante en el nes periódicas, entre ellas, del Consejo Editorial Internacional de , de los Estados Unidos.
Centro de Estudios Latinoamericanos de de Florida en Gainesville e investigadora visi- Fue co-autora de la primera propuesta de cuotas para el ingreso de estudiantes negros
tante en Rice University, Houston, y en el Centro para la investigación de las Humani- e indígenas en la educación superior de Brasil, y co-autora, con 41 mujeres indígenas
dades de de Wisconsin, en Madison. Es investigadora de nivel máximo del Consejo de todas las regiones del país, de la primera propuesta de acciones afirmativas y políti-
Nacional de Investigaciones (CNPq) del Brasil desde publicado, entre otros, los siguien- cas públicas para mujeres indígenas, presentada como demanda al gobierno brasilero.
tes libros: Santos e Daimones. O politeísmo afrobrasileiro e a tradição arquetipal (Editora Colaboró con en una serie de encuentros realizados entre 2003 y 2012 junto a mujeres
da Universidade de Brasilia 1995 e 2005); Las Estructuras Elementales de sobre género indígenas de todo el país, así como también con organizaciones de mujeres de México,
entre la antropología, el psicoanálisis y los Derechos Humanos (Buenos Aires: Prometeo, El Salvador, Guatemala y Nicaragua. Participó como experta en el Tribunal de Derechos
2003 y 2013, 2ª. Edición); en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez. Terri- de las Mujeres Viena+20, organizado por Mugarik Gabe y un consorcio de 22 organiza-
torio, Soberanía y  Crímenes de Segundo Estado (México, DF: Universidad del Claustro de ciones (Bilbao, 2013). Actuó como perita para el Ministerio Público de Guatemala para
Sor Juana, 2006), Republicado y actualizado con la entrevista-ensayo“ del Poder”(Bue- el “Tribunal de máximo riesgo” que juzgó crímenes sexuales de guerra represiva del es-
nos Aires: Tinta Limón, 2013);  y sus Otros  (Buenos Aires: Prometeo, 2007); L’Oedipe- tado autoritario contra mujeres mulheres maya q’eqchi’es (Ciudad de Guatemala,
Noir  (Paris: Petite Bibliothèque Payot, editorial Payot et Rivages, 2014); Las nuevas 2016). Fue jueza del Tribunal Permanente de los Pueblos en México, en 2014. Vive ac-
formas de la guerra y el cuerpo de las mujeres (México, DF: Pez en el Árbol, 2014); La crí- tualmente entre Brasilia y Tilcara.

Paulina Álvarez. Licenciada en Antropología por la Universidad Nacional de ferente de de Educación Superior (DGES) en el Comité Académico encargado de su im-
La Plata. Desde 2007 es docente del Instituto de Formación Docente “Ramón Menén- plementación en de Córdoba. Integró el equipo técnico de de Adultos Zona 5 (Río
dez Pidal”, de Río Cuarto, Córdoba. Fue becaria del CONICET con un proyecto de arqueo- Cuarto) del Ministerio de Educación. Formó parte del Observatorio de Derechos Hu-
logía de tiempos coloniales. Su formación de posgrado y su carrera académica se manos de , donde colaboró como autora y co-autora de algunos capítulos del primer
interrumpieron, por lo que se dedicó a la docencia, primero de nivel secundario y lue- y segundo informe Mirar tras los muros. Situación de los DDHH de las personas privadas
go superior no universitario. Trabajó como Coordinadora Docente de Cuarto del Plan de libertad en Córdoba. Paralelamente, continuó con su formación de manera no sis-
Nacional de Trabajo para y en Desarrollo Infantil, del Ministerio de Desarrollo Social de temática, tomando cursos en distintas universidades (UNLP, FLACSO, UNRC). En uno
y Madres de Plaza de Mayo. Fue Coordinadora Pedagógica de Cuarto del Postítulo “Es- de esos cursos conoció a Rita Segato, autora que hasta entonces leía y cuyos textos
pecialización Docente de Nivel Superior en Educación en Contextos de Encierro” y re- usaba en clases, de quien hoy se considera aprendiz-discípula y amiga.

|2
Prólogo

A
yer, en un taller sobre maneras alternativas de concebir la
Universidad, alguien usó la expresión vigilancia epistemoló-
gica como manera de sostener nuevas epistemologías, de
no repetir los prejuicios científicos engendrados y defendi-
dos con ahínco por los países centrales y sus sucursales o co-
rresponsales locales. Sin ánimo de contestar una noción que
tiene su buen fundamento y necesidad conceptual, me que-
dé un poco perplejo ante el significante mismo. No fue sorpresa, ya había escu-
chado, leído y usado ese sintagma, pero en ese contexto de -sorprendentemente
difícil- intento de apertura, de cuestionamiento hic et nunc de la academia, pro-
dujo una disonancia particular. Inmediatamente me quejé y contesté que de lo
que se trataba era de proponer una subversión epistemológica. No sé ahora bien
qué quise decir con eso, cuál sería el alcance de dicha subversión, pero me afirmo
en la idea de que esa vigilancia arrastra consigo una noción de metodología, de
protocolo de investigación, de cuidado que no se cuida a sí mismo, de reflexivi-
dad acotada. Puede ser un comienzo, pero los pasos que siguen podrían pare-
cerse más a pensar haciendo huevo frito, a exponer argumentos como parte
inseparable del drama de vivir, a una hospitalidad intrínseca para pensamientos
heterodoxos, a la anamnesis de quiénes y dónde somos para recuperar en nues-
tros propios cuerpos el gesto de Fanon, a desplazar los límites que la industria
editorial pone a cómo pensamos, a pensar esos límites, a hacer de nuestra Uni-
versidad un lugar donde también sea posible la felicidad cotidiana, desde donde
podamos seguir erosionado los persistentes mundos coloniales.

Ecos de la voz calma pero atenta de Rita que queremos seguir haciendo resonar
en lo que algún día –ojalá- sea la contra-academia de ciencias, cuando las sacu-
didas a las epistemologías dicotómicas permitan abrir espacios para una ciencia
que (se) piense, que se ubique y sea parte inseparable de nuestros pueblos, de
nuestros cuerpos y nuestras voces. Pensar en el sur es posiblemente un paso ha-
cia una verdadera universalidad, menos neutra, que necesariamente incluya el
propio lugar de enunciación, con cuerpo, raza, historia(s), como parte de una ex-
presión que quizá termine trascendiendo eso que hoy llamamos ciencia.

La singularidad de esta conferencia de Rita que Paulina transcribió intercalando


también su propia voz, iluminando las incomodidades de una audiencia conmi-
nada a pensar a la vez en y contra los marcos conceptuales heredados, es una in-
vitación a recorrer caminos intelectuales más fértiles e inciertos, más difíciles
quizá, pero, como decía Rilke, que algo sea difícil es una razón más para elegirlo.

Dr. Javier Blanco

3|
“Frente al espejo de la reina mala”.
Docencia, amistad y autorización
como brechas decoloniales en la universidad

Últimamente, cuando me toca exponer frente a una audiencia,


siento un impulso irresistible de contar historias y de exponer mis
argumentos como parte inseparable del drama de lo vivido.

E
ste texto es un ejercicio de reescri- sito a esa hora de la mañana. La alfombra apa-
u Rita Laura Segato
tura de una conferencia de Rita gaba el sonido de los pasos. Los asientos, aline-
Segato, un momento del diálogo u Paulina Álvarez ados en diagonales perfectas, estaban tan


inconcluso entre su voz autoral y lustrados que si alguien se movía, chirriaban,
múltiples interlocutores, algunos delatando así la inquietud de su ocupante. Si-
de ellos estudiantes de posgrado. Es también lencio e inmovilidad preparaban la escucha. El
expresión del diálogo, en parte similar y a la vez ambiente olía igual que la biblioteca del gran
distinto, entre una maestra y su aprendiz-discí- museo que frecuenté durante mi formación de
pula. Está construido, entonces, en más de un grado; era el olor de la ciencia decimonónica,
registro y comporta dimensiones que desbor- olor a libros viejos, poco consultados, accesi-
dan la escritura. Además, representa un com- bles para pocos. Y finalmente la tarima con sus
promiso con cierta forma de creación de butacas, seis lugares elevados desde donde
pensamiento y vínculos que es desobediente ejercer la palabra. Todo incómodo para Rita.
respecto de las distancias docentes y autorales Apenas se ubicó, descubrió que no tenía dónde
que prescribe la academia. Es casi una mala Siempre hablo de mi crítica poner las piernas.
práctica, un acto de erosión, una brecha, para al weberianismo panfletario y Siempre digo a mis estudiantes que yo pien-
usar algunos de los términos la conferencista
utiliza con frecuencia. digo que necesitamos pensar so de delantal, haciendo huevo frito. Este lu-
gar –que imaginé cómo iba a ser, tan formal,
La conferencia respondió a la invitación del
con sospecha, la categoría de tan profesoral- no le sienta nada bien a al-
Gremio de Docentes e Investigadores Universi- sospecha ricoeriana, de los guien que piensa haciendo huevo frito.
tarios de Córdoba (ADIUC) y el Centro de Estu-
dios Avanzados de la Universidad Nacional de
pensadores que afirman En la presentación, “posiblemente la mejor que
Córdoba (CEA), como actividad final de un cur- que la conciencia no es he tenido hasta el presente” –dijo-, se la señaló
so de posgrado. El título, Pensar la universidad como una persona capaz de interpelar creen-
a partir de la perspectiva crítica de la coloniali-
transparente para el propio cias, de producir teoría como acto creativo. Se la
dad. El marco, el salón de actos de la Academia sujeto”. aproximó a la filosofía de la sospecha de Bajtín,
Nacional de Ciencias, en la Manzana Jesuítica. haciéndola parte de un gran proyecto crítico.
Además, los organizadores celebraron que la
Elizabeth Costello en la conferencia se desarrollara en un lugar como
Academia Nacional de Ciencias. ese. Más adelante, refiriéndose a una discusión
de las ciencias duras, uno de ellos agregó: “lo di-
Llegué temprano. El silencio del salón contras- go acá, en la Academia de Ciencias; afortunada-
taba con lo ruidoso de la avenida - mucho trán- mente no están presentes ahora los dueños”.

|4
u Don Pedro II, con edad de un año y medio en el
regazo de su ama", pintura al óleo del francés Jean
-Baptiste Debret.

5|

Esa frase me quedó resonando para siempre, sin respuesta y en
desconsuelo: un lugar sin caridad, una profesión en que el amor
es una mala palabra!”.

Siempre hablo de mi crítica al weberianismo tante conocida que es invitada a dar confe- circuitos de un pensamiento vivo, abierto, lejos
panfletario y digo que necesitamos pensar rencias acá y allá. Cuando se espera que di- de cualquier fórmula consagrada e inerte.
con sospecha, la categoría de sospecha rico- serte sobre algo que escribió hace veinte
eriana, de los pensadores que afirman que la años, ella llega y habla de la vida de los ani- Durante la presentación, me acordé, como
conciencia no es transparente para el propio males, que es en realidad lo que más le inte- me sucede siempre al hablar de universidad,
sujeto. Es necesario desconfiar de nuestras resa, pues es donde concibe, creo yo, lo de la lucha que marcó mi vida en los últimos
propias certezas y también de los discursos amoroso, la naturaleza cariñosa y vital de la catorce años: la lucha por las cuotas raciales,
hegemónicos, de la fantasía y de la ideología. existencia. Como personaje femenino de la las acciones afirmativas. Una gesta totalmen-
Es necesario volver a esas categorías, volver a literatura, fue construida por un premio No- te vencedora en el proceso de inclusión de
la sospecha de los productos de la fantasía bel, hombre, sudafricano, crítico y prove- estudiantes no-blancos en la educación su-
personal y de la ideología social. Es un tema niente de un mundo profundamente racista perior, que iniciamos en la Universidad de
muy mío el de pensar con sospecha, y tam- y misógino, Coetzee. Es un diseño, una repre- Brasilia. Pero nunca somos totalmente vence-
bién es el substrato del pensamiento de Baj- sentación maravillosa de la mujer profesora, dores, porque las traiciones de la historia es-
tín. Estoy contentísima con esa afinidad que porque es alguien que siempre sorprende tán siempre ahí, sobre todo las traiciones del
la presentación de mi persona ha apuntado. portándose mal, portándose totalmente mal Estado. Y recordé lo que dijo una profesora de
con relación a la expectativa de sus públicos. mi propio Departamento de Antropología –
Dicen los lingüistas que nosotras las mujeres Siempre llega y habla sobre lo que se le da la que acabó siendo el más reaccionario de to-
prefaciamos mucho nuestras exposiciones, gana. No por maldad y no por presunción, dos los departamentos de la universidad- con
que una característica del discurso femenino mucho menos por desprecio de los públicos, relación al tema de la inclusión. Cuando em-
y de las entregas femeninas de verdades es sino todo lo contrario. Elizabeth Costello es pecé a hablar de esto, me dijo: “aquí en la uni-
anteponer a ellas una cantidad de pedidos así y la uso como disculpa para mi manera de versidad no hacemos caridad, este no es el
de permiso y de perdones por hablar: “pero ser, porque al final ella es un personaje litera- lugar de la caridad”. Esa frase me quedó reso-
esto, a pesar de aquello, de lo otro…”. Y yo, la rio y, desde ese lugar, me autoriza. Pienso nando para siempre, sin respuesta y en des-
verdad, en este momento, me siento así. Este que los académicos deberíamos detenernos consuelo: un lugar sin caridad, una profesión
es un lugar demasiado “supercilioso” (en in- a pensar en el significado de Elizabeth Coste- en que el amor es una mala palabra!
glés, supercilious es altanero, arrogante, des- llo, en su lección.
deñoso), ceñudo, formal, que no le conviene La raza. La vuelta a uno de sus grandes temas,
a una pensadora que intenta desgramaticali- Estábamos advertidos, Rita no iba a cumplir el que me condujo al primer encuentro con sus
zar su posición académica y profesoral, mas- con nuestras expectativas, iba a portarse mal, ideas. Esta vez se trata de la raza en la universi-
culinas ambas. Aunque tengamos cuerpo de se reiría mucho, nos sorprendería con ejemplos dad, en su universidad, en su lugar de trabajo y
mujer y aunque seamos femeninas, la insti- impensados. Pero hasta de eso podíamos sos- en su experiencia personal: “la tengo muy tra-
tución no lo es. pechar. Tal vez en el humor, en el rechazo de to- bajada, inclusive hasta por razones terapéuti-
da seriedad y toda distancia, exponiéndose en cas” –dice-, “porque en la cuestión racial se
Miro a los costados. En las paredes del salón hay sus incomodidades e inseguridades, desde el revelan muchas cosas”. El comentario incluye
cuadros con listados de miembros de la Acade- comienzo esbozaba un intento muy serio de so- una referencia a que todo cordobés es casi un
mia Nacional de Ciencias con más de cien años cavar la estructura de ese espacio académico y, psicoanalista. Se oyen risas nerviosas.
de historia, desde fines del siglo XIX. Práctica- por eso, se disculpaba de antemano. Contem-
mente todos son hombres. plábamos cómo se deshacía en el aire la atmós- En Brasil, como relaté otras veces que he ha-
fera vetusta de la Academia Nacional de blado para esta misma Asociación Cordobesa
¿Cómo exponer un pensamiento al mismo Ciencias de Córdoba de docentes e investigadores, tuvimos una
tiempo erosionando la institución, socaván- gran lucha por los cupos raciales, por las ac-
dole las bases? “Puxando o tapete” se dice en Del huevo frito al omelette. ciones afirmativas. Hacía mucho tiempo que
portugués, “moviendo el piso” decimos nos- El origen de la lucha por las el movimiento negro brasilero debatía ese
otros, moviendo el piso de ese espacio acadé- cuotas. proyecto. Sin embargo, la lucha que llegó a
mico que es masculino, que viene del destino empezó en 1998, a partir de un caso
convento –acá al lado, ya lo hemos visto- y En la presentación se hizo referencia a que era de racismo en el Departamento de Antropo-
donde hay que travestirse de esa figura dis- el tercer conversatorio sobre temas universita- logía contra un alumno negro de doctorado -
tanciada, neutral, seria. Es una cosa que no he rios en el que participaba, todos organizados también pobre, también gay, también
conseguido ser en toda mi vida, no lo voy a por el gremio docente. “Siempre digo lo mis- nordestino y, en conjunción con estos predi-
conseguir ahora que ya estoy dando la curva. mo. Me voy”. Dice. Nos reímos. Quienes la he- cados, un estudiante de gran fineza y de muy
mos escuchado más de una vez sabemos que buena pluma, combinación que parece ha-
Recuerdo entonces un personaje literario aunque repita algunas cosas, nunca las dice ber desconcertado e irritado profundamente
que me encanta, que me representa. Es el de igual, trae conexiones novedosas, analiza otras a su profesor en la muy clásica disciplina de
Elizabeth Costello, de Coetzee, en “La vida de derivaciones. Con sus textos pasa algo pareci- “Parentesco” del curso de Antropología. Su-
los animales”. Costello es una profesora bas- do. Hay algo en ese movimiento que expone los ponemos que el profesor no pudo soportarlo.

|6

Le tomó cuatro ensayos, no le corrigió ningu- probar cuál de las “antipatías” posibles llevó al
no y lo reprobó. En mi calidad de coordinado- profesor a intentar destruir la carrera de un
ra del curso, me tocó enfrentar ese infortunio, buen alumno, pero sí es posible llamar racis-
y los sucesos que siguieron me cambiaron la mo a la indiferencia casi absoluta y generali-
vida y mi comprensión del Brasil y de la Uni- zada que rodeó ese hecho en un medio que
versidad. Pero, como dicen los franceses, “hay “no conoce caridad”. La indiferencia hacia los
que romper huevos para hacer omelettes”. derechos de una persona rara, inusual en ese
Creemos que porque en Los huevos se rompieron bastante (se oyen medio por su raza, es racismo sin sombra de
más risas). Cuando el alumno me cuenta, le dudas. La gran gesta de la reserva de cupos
algún lugar remoto, al digo: “pedile que haga lo que se hace normal- para estudiantes negros en la universidad
final de un camino, en una mente, que te dé una segunda oportunidad, brasilera comienza allí. Lo digo y enfatizo por-
que te explique qué pasó, en qué fallaste, y que la gente piensa que se trató de una copia
especia de cloaca del que te permita redactar un nuevo ensayo”. de un proceso norteamericano. No. Su origen
territorio que habitamos, Pero, al hacerlo, el profesor le respondió: “no es la reprobación de ese alumno, y la lucha
hablo con nulidades”. por acciones afirmativas que finalmente lle-
hay una cárcel, estamos gó a destino empieza ahí. Y de allí pasa al país.
seguros: vos no me vas a Ese es el comienzo de la historia de las accio- La gente primero dijo: “estos dos profesores
nes afirmativas en Brasil, esa es su fecha de están locos, están para internarlos, ¿cómo se
matar, yo no te voy a nacimiento real, no porque no existiera la rei- les ocurre?”. Se dijo que caridad, en la univer-
robar. Esa ilusión es vindicación en las luchas del movimiento ne- sidad, estaba fuera de lugar. Y: “¿cómo vamos
gro, sino porque a partir de esa tremenda a dejar que personas que no están prepara-
ficcional, una gramática injusticia en la Universidad de Brasilia, la lu- das para la vida académica ingresen en la uni-
que coloca un orden entre cha por las acciones afirmativas atravesó la versidad?”. Todas barbaridades que sabemos
frontera del gueto y se nacionalizó. Fue gri- que pueden decirse cuando las élites se asus-
nosotros y torna la tante el hecho de que en las cuatro pruebas tan. Pero la victoria fue completa. Hoy, dieci-
interacción social que había rendido el alumno fuera sumaria- siete años después de la reprobación del
mente reprobado sin que el profesor le diera alumno, hay una ley nacional de cuotas para
relativamente previsible al una única explicación. Ninguna anotación escuela pública, con porciones raciales y étni-
permitirnos tener una del profesor constaba en sus trabajos, que le cas a ser decididas por las universidades de
fueron devueltos intactos. Como coordina- acuerdo a los porcentajes de sus respectivas
expectativa sobre cómo dora del posgrado para esa época y junto al regiones. Que la iniciativa inclusiva haya hoy
será el comportamiento de orientador del estudiante, iniciamos una lar- sido adoptada por un congreso ultraconser-
ga lucha por su nota, que representaba la ma- vador es sospechoso, pero demuestra que el
aquéllos con quienes nutención de su beca y la posibilidad de debate está instalado, y que no se le puede
interactuamos”. continuar con su doctorado. El larguísimo y dar vuelta atrás
azaroso proceso de búsqueda de justicia para
el alumno duró dos años completos hasta La exposición me recuerda algo que ya sabía.
que fue finalmente aprobado y sus créditos Las ideas de Rita sobre la raza y el racismo, el
concedidos en el Consejo máximo de la Uni- trabajo de preparación de los argumentos para
versidad. El argumento que garantizó la vic- defender la política de reserva de cupos, las dis-
toria se basó en una falla procedimental del cusiones, todo nace de aquel acto de racismo
profesor, ya que el Estatuto de la universidad que le tocó presenciar, del impulso ético de pro-
establece que la evaluación es una de las eta- teger al estudiante, de la insatisfacción con un
pas pedagógicas, es decir, el profesor no pue- orden de cosas y la necesidad de desafiarlo. Eso
de reprobar sin explicar. E hizo también me interpela profundamente, también soy do-
referencia a una antipatía “personal” del pro- cente y sé que casos así suceden más frecuente-
fesor por el alumno perjudicado. Su nota fue mente de lo que nos animamos a reconocer.
concedida sólo por eso, después de un im-
presionante debate en el que no se utilizó la Las trampas de la victoria.
palabra raza ni se hizo mención de la cuestión
racial que podría subyacer al hecho. El origen La argumentación sobre las cuotas no se agotó
de la lucha por las cuotas, entonces, es local. en la enunciación de la sospecha que despertó
Arranca de ese caso de discriminación racial la aprobación del proyecto en el Congreso Na-
en el medio académico. No es posible com- cional. Fue más allá.

7|
La medida inclusiva tiene por detrás cuatro Yo sé que es muy chocante lo que acabo de el alumno fuera acometido por una amnesia
razones que, a pesar de ser antagónicas en el decir, lo hemos debatido bastante en estos de origen. Su corporalidad, su gestualidad, su
campo ideológico, van curiosamente a con- días con las personas que hicieron el semina- afectividad, sus formas de relacionamiento,
fluir en el apoyo a una acción afirmativa. La rio conmigo. Muchas veces enfrento la franca sus tecnologías de sociabilidad, fueron pro-
primera es la razón socialista, buscar un mun- animosidad de los públicos cuando coloco fundamente transformadas por la universi-
do más igualitario. La segunda es la noción mis dudas sobre el Estado. Tenemos fe esta- dad. Cuerpos dóciles, mentes dóciles,
reparadora, una devolución de lo que fue qui- tal, fe cívica, es la fe de las clases ilustradas de expuestos sin defensa al mandato de encar-
tado a ciertos sujetos colectivos históricos nuestro tiempo. Una fe incierta en el sistema nar el sujeto blanco, eurocéntrico, académi-
que sufrieron masacre, que fueron expropia- de justicia, que, como Agamben ya notó, no co. Sobrevino el olvido, que llamo aquí
dos y que durante siglos tuvieron desventa- es otra cosa que un sistema de creencias. Cre- amnesia de origen. Tercero, se promovió la
jas frente a los otros, y por eso necesitan emos que porque en algún lugar remoto, al fi- amnesia de las vicisitudes del proceso que
reparación. La tercera razón es mercadológi- nal de un camino, en una especia de cloaca llevó a la adopción de la medida, de la propia
ca, pluralizar el mercado, los consumidores, del territorio que habitamos, hay una cárcel, historia de las acciones afirmativas en Brasil.
algo que al mercado le interesa, pues hay una estamos seguros: vos no me vas a matar, yo La trasmisión a los estudiantes que se benefi-
razón para las medidas inclusivas en el capital no te voy a robar. Esa ilusión es ficcional, una ciaron con la medida de acción afirmativa de
también. Y la cuarta razón es, hoy pienso, la gramática que coloca un orden entre nos- las luchas y penurias que hicieron posible la
más importante de todas, la razón pluralista, otros y torna la interacción social relativa- implantación de la política fue francamente
ya que suponemos que ese estudiante gené- mente previsible al permitirnos tener una censurada. Se canceló esa memoria, y, con es-
ricamente no-blanco, indígena o negro, va a expectativa sobre cómo será el comporta- to, quedó desactivada la pedagogía de lucha
llegar a la universidad y la va a transformar en miento de aquéllos con quienes interactua- y victoria en que participamos. Tres grandes
un espacio plural con su presencia, cuestio- mos. Pero esa expectativa deja de traiciones que, sumadas, permiten decir que
nes, intereses y tecnologías de sociabilidad. constatarse a veces y, cuando eso sucede, es la acción se impuso, porque fue imposible pa-
difícil que el Estado pueda defendernos. De la ra las élites contraargumentarla y frenarla –
Más adelante alguien señalaría la contradic- cantidad de crímenes contra las personas no había argumentos posibles para una
ción entre el significante universidad y esta ra- que se perpetran, solo una porción –pequeña universidad tan blanca en la mayor nación
zón pluralista. Otra persona agregaría una en el caso de nuestros países- llega a una sen- africana después de Nigeria- , pero con una
contradicción más, la que se da entre los discur- tencia proferida por un juez. Son las llamadas condición: su total y completa despolitiza-
sos y acciones inclusivas, y las prácticas “fero- “cifras negras” de la justicia. Esta digresión es ción. A esto he calificado antes de “traición de
ces” de reproducción de los modelos para que se entienda que, en muchos casos, Estado”.
hegemónicos de producción de conocimiento. nuestras certezas sobre el papel del Estado y
las leyes, y la expectativa que en él coloca- En el texto original de la propuesta de cuotas
Una pluri-universidad sería un lugar donde mos, responden más a lo que creemos que a yo afirmaba que la lucha por las acciones afir-
muchos saberes no solo son producidos, sino lo que podemos, de verdad, esperar. mativas no era una lucha revolucionaria, no
también son solicitados. ¿Pasa eso? No pasa iba a transformar la sociedad, pero iba a ejer-
eso. ¿Por qué no pasa eso? No pasa por algo Volviendo a la universidad, como uno de los cer una pedagogía ciudadana. Mostraría que
que he descripto anteriormente respecto a la espacios estatales, ¿qué hizo la universidad era posible introducir cambios bastando una
modernidad y el Estado, el discurso de los de- con las cuotas? Ya me he referido a esto ante- decisión, así como también cambiar la escena
rechos, el discurso institucional. En un mismo riormente. La universidad votó la medida, pe- que habitamos y, con esto, transformar la ex-
gesto, el Estado ofrece con una mano lo que ha ro en el mismo gesto de votarla, lo hizo con pectativa de las personas con relación a dón-
destruido y continúa destruyendo con la otra. tres condiciones tácitas, claramente presen- de puede estar presente el signo del cuerpo
Es el proceso de la modernidad, que introduce tes, que nunca fueron explicitadas. Primero, negro, es decir, habituar la mirada a encontrar
sus males y va inventándoles remedio. En el ca- que el nuevo tipo de alumno entrara sintién- este signo en ambientes donde no había es-
so de las medidas de inclusión y, en especial, dose libre y sin impedimentos para hacer una tado presente. Esa transformación, ese hacer
con la experiencia de los cupos que he acom- carrera individual. Nada se preparó, aunque y garantizar que el cuerpo negro pase a habi-
pañado de cerca, la institución se ha compor- estaba en el proyecto original, para que ese tar espacios como la universidad, que es don-
tado de forma semejante: ha entregado algo, alumno entrara de otra forma que no fuera de por excelencia las élites se reproducen, es
y en el mismo gesto lo ha traicionado. con el propósito de pensar en términos de un lo que en el proyecto de cuotas fue descripto
beneficio exclusivamente personal. ¿Qué sig- como una pedagogía ciudadana. Esa acción
Cuando Rita enfoca la sospecha sobre el Estado nifica esto? Que ingresa sin obligaciones, sin va transformando nuestras expectativas so-
suele aparecer cierta incomodidad en sus au- compromisos de devolución para aquel gru- bre quién es quién en la escena social. Y, por
diencias, que habitualmente incluyen militan- po, aquella comunidad, aquella parentela, encima de todo, el gran rédito de la lucha por
tes y activistas que disputan posiciones en la aquel pueblo, aquella raza, aquel colectivo de la inclusión racial en la universidad es la agi-
estructura del Estado y/o luchan por la amplia- origen que lo calificó como aspirante al bene- tación. Y, de hecho, Brasil se agitó. La primera
ción de derechos. Ella lo sabe, esa incomodidad ficio de la política afirmativa. Segundo, nada pregunta que se les hizo a los candidatos en
forma parte del argumento. se hizo para que la universidad impidiera que el último debate antes del primer turno de las

|8

elecciones que llevarían a Lula a la primera prensión de las formas en que la regulación le-
presidencia del PT fue una pregunta sobre las gal, normativa, neutraliza algunas fuerzas so-
cuotas en las universidades. El tema agitó a la ciales potencialmente transformadoras que se
sociedad y la puso a hablar de algo que nunca manifiestan en momentos de agitación.
había sido hablado, como tampoco es habla-
do aquí en la Argentina, que es el racismo. No Las jaulas de Hannibal Lecter.
fue Durban, no fue el movimiento negro, fue Evaluación académica y
la inminente amenaza de democratizar ra- La evaluación a que suicidio del pensamiento.
cialmente la universidad. Eso fue lo que se es- estamos sometidos hoy en En el orden en que planeó la conferencia, Rita
condió cuando se aplicó la medida, el
proceso mismo, que es más importante que la vida universitaria es incluyó el tema de la evaluación académica co-
mo su último prefacio. Lo desarrolló justo antes
la propia medida. Esa es la trampa. El alumno francamente suicida para de abrir el diálogo a preguntas y otras interven-
entra y hace una carrera individual. No sabe
por qué está ahí, simplemente piensa que es el pensamiento”. ciones.
porque alguna regla cambió. Tampoco va a
La evaluación a que estamos sometidos hoy
solicitar otros saberes, porque viene a apren-
en la vida universitaria es francamente suici-
der cómo ser blanco. ¿Qué quiero decir con
da para el pensamiento, sobre todo en el
esto? Que si bien la medida fue implementa-
campo de las Humanidades, que podría ser, si
da, fue completamente despolitizada, vacia-
se le permitiera andar con sus propios pies, el
da de politicidad.
único pensamiento original posible en nues-
¿Qué aprendizajes hay en esta historia de lu- tro lado del mundo, la única producción de
cha por las cuotas? ¿Es una advertencia sobre saber posible para nosotros. ¿Por qué? Por-
la ambigüedad del Estado y la fragilidad de los que el pensamiento de las ciencias duras ne-
triunfos en ese campo? ¿Es una relativización cesita insumos que no tenemos, insumos de
del alcance real de las transformaciones que laboratorio, computadoras, que dependen
produjo la medida, tan notorias simple vista? de una alta tecnología que no producimos en
¿Es un retrato de la capacidad de neutralizar nuestros países. En general, nuestras univer-
desvíos democratizadores que tiene la univer- sidades no los pueden adquirir, por lo que es
sidad? imposible competir con la producción de co-
nocimiento de ciencias duras en las universi-
Rita volvió a usar la noción de amnesia mucho dades del Norte. En las Humanidades, este
más adelante, en referencia a un grupo de pen- problema, en principio, no existiría. Por mu-
sadores que desarrollaron sus ideas a partir de cho tiempo el acceso a la información, a datos
las propuestas de Aníbal Quijano, sin explicitar y a los acervos de grandes bibliotecas fue un
esa relación. Sobre eso mismo, ha escrito que problema. Ya no lo es. O, en realidad, se ha
reconocer autoría no es afirmar propiedad so- transformado en un problema de signo
bre un discurso, sino conceder su debida impor- opuesto. Estamos asfixiados en información,
tancia a la complejidad de la escena histórica sepultados en información, y no somos due-
que un autor captura y condensa de manera ños de las pautas de lectura que nos conduci-
singular en su personalidad y en su obra. Para rían con certeza en una avenida autoral a
ella, reconocer autoría es respetar la historia en través de esa información. Hace quince años,
que se gesta un pensamiento y una posición en acceder a la información era un problema se-
el mundo. Y suele decir que en el campo de las rio, por carencia. Hoy, como dije, el problema
ideas, la relación que tenemos con los resulta- es de signo opuesto. Por lo tanto, las Humani-
dos de nuestro esfuerzo no es de propiedad, si- dades no tendrían que tener dificultad en
no de parentalidad. asumir la producción propia de categorías
originales, en modelizar ellas mismas y pau-
Creo entender, entonces, que reconocer la au- tar la lectura de la historia y la sociedad de
toría del proyecto de cuotas, situarlo en su esce- una forma sensible a nuestro mundo, a nues-
na histórica y conocer el proceso por el que se tra posición geopolítica en el mundo, pues
convirtió en ley, no solamente implicaría respe- sus insumos son sus referencias de lectura y
tar su parentalidad en este sentido. Además, archivo. Es decir, trabajan con información y
constituiría tanto una defensa de su politicidad necesitan, como mucho, de acceso a datos y
ante las amnesias de la lucha, como una com- al conocimiento de categorías formuladas en

9|
otras regiones. Ese acceso se ha democratiza- y será, su lectura, su comprensión, la selec- es lo que estoy describiendo aquí como un cál-
do de forma impresionante mediante inter- ción de lo que es relevante y lo que no lo es, culo suicida para el pensamiento. Es mejor irse
net. El problema hoy es justamente el el paradigma que orienta la mirada de una a trabajar a un banco y dedicarse a pensar des-
opuesto, pues la información, sin un camino época y, no es poca cosa, la forma en que to- pués del horario laboral, durante el tiempo “ex-
autoral, un camino que la digiera, administre do eso debe ser dicho. tra-productivo”, que quedarse en la
y seleccione, no redunda en nada, no ofrece universidad para pensar. La universidad es hoy
respuestas. Se generó una discrepancia. En los últimos años, justo el lugar que no lo permite, especialmente
en Argentina se ha incrementado la inversión las universidades de nuestros países, para las
Entonces, tenemos el campo de observación pública en investigación científica y desarrollo cuales la agenda productivista es particular-
alrededor nuestro y tenemos la literatura ac- tecnológico. Alguien dijo que ya no es un sueño mente rígida. No se resguarda siquiera un ni-
cesible como nunca fue. ¿Por qué en las Hu- tener un nivel competitivo, al menos en algunas cho para aquéllos que no funcionan de
manidades no damos el salto de producir áreas, y que habría que introducir matices en acuerdo al canon establecido y severamente
categorías teóricas que atraviesen el mundo, cuanto a los aspectos económicos de la distin- vigilado por los gestores, la nueva tecnocracia
que atraviesen la gran frontera, la permanen- ción entre las ciencias duras y las Humanidades. del sistema científico-tecnológico-educacio-
te gran frontera del mundo que es la frontera Me pregunté si el incremento presupuestario nal. Es un régimen de autoritarismo burocráti-
Norte-Sur? ¿Por qué no podemos atravesarla cuestiona en algún aspecto fundamental la di- co sobre el mundo de las ideas que nos impide
del Sur hacia el Norte con categorías formula- visión internacional del trabajo intelectual. ¿No pensar sobre las preguntas que nos mueven y
das desde aquí? Es rarísimo que eso suceda, hay acaso nuevas trampas del mercado y el Es- nos obliga a abdicar de ellas. Como investiga-
es absolutamente excepcional que alguien tado, no se refuerzan inclusive algunos aspectos dores y como programas, estamos pensando
consiga esa proeza. Porque somos consumi- de los circuitos de dependencia, no vuelve a dar- para esa revista bien evaluada en el ranking de
dores de categorías teóricas, nuestro papel se con una mano lo que simultáneamente se medios. Ignoramos, además, que la neutrali-
asignado en la división mundial del trabajo destroza con la otra? dad evaluadora de esa revista es ficcional, pues,
intelectual es el de consumidores de teoría y, entre otras muchas condiciones que no hay
como mucho y raramente, el de proveedores Quizás no fui suficientemente clara. Además, tiempo para examinar aquí, la aceptación del
de una materia prima –el dato de terreno- no puedo pensar adecuadamente qué sucede texto para su publicación va a depender de las
siempre transformada, reprocesada y devuel- en el campo de las ciencias duras, porque no es citas. Si están ausentes determinados autores,
ta como “pensamiento” por el Norte. Así so- mi campo. Mi sufrimiento y mi experiencia vie- no seré bien evaluado. Lo que escribamos va a
mos vistos, a través del lente de esta nen de las durezas del campo de las Humanida- tener que redundar en una validación de lo
expectativa de roles propios y estabilizados des. En éste, las formas de evaluación pensado en el Norte. Sin embargo, lo hemos
por la colonialidad del saber y su consiguien- académicas adoptadas o, mejor dicho, acata- acatado con total docilidad, y hemos dicho:
te división desigual del trabajo intelectual, das por nuestros gestores de ciencia y tecnolo- ¿esa es la forma de permanecer en la universi-
que el acceso a la información no transformó, gía son suicidas, porque bloquean más todavía dad? Pues entonces, a hacerlo así”. Un suicidio
no consiguió modificar. el camino autoral. En Brasil, el sistema evaluati- del pensamiento.
vo cambió en 1998, cuando los parámetros
Lo que controla el debido funcionamiento de considerados se orientaron por valores total- En un momento anterior de la conferencia,
esa máquina reproductora de desigualdad es mente cuantitativos y productivistas. En Ar- cuando habló de la dualidad del Estado, Rita ci-
una reserva de mercado relativa a la produc- gentina sucedió un poco después. Fui tó a Agamben para decir que la ley es un siste-
ción y circulación de ideas en revistas acadé- miembro del comité evaluador de la CAPES (la ma de creencias. Luego de una pausa, agregó:
micas y libros, es decir, al acceso a la industria equivalente brasilera de la CONEAU Argentina) “Y no solo porque lo diga Agamben, de nuevo
editorial de alcance global, en lengua inglesa para los programas de posgrado en Antropolo- el sistema de validación”. Muchos reímos otra
y francesa. Esa reserva de mercado ideológi- gía ese mismo año en que se impusieron los ín- vez. “Me creen porque lo dijo Agamben, ¿no?,
co y editorial dictamina que el trabajo teóri- dices. Salí espantada de esa experiencia por porque está traducido a todas las lenguas.
co, la tarea de modelizar los procesos en dos razones. Una, por percibir cómo sería la Perfecto, pero seamos conscientes de esa
ecuaciones que permiten generalizar méto- evaluación a partir de ese momento. Y la otra, maniobra”. ¿Le hubiéramos creído si Agamben
dos de análisis, es un trabajo del Norte geo- por la docilidad del medio académico. Todo el no lo hubiera dicho, habríamos recibido la idea
político y lingüístico. Eso se ha venido mundo, desde entonces, agacha la cabeza. La de la misma manera? ¿Hay motivos para reírse
exacerbando constantemente en lugar de re- cláusula que se impuso se resume en un: “sí, an- de semejante ironía?
troceder. La colonialidad del saber en el cam- tes de pensar lo que nos interesaría realmente
po de las Humanidades, a pesar de la gran y preguntar-analizar-decir-escribir, por curiosi- En Brasil, el ranking que sustenta todo este
abrupta decadencia de la imaginación inte- dad, por pasión, por ludicidad, por impulso cre- cálculo se llama Qualis. Supongo que en Ar-
lectual del Norte en las últimas dos décadas, ativo, es imprescindible identificar cuál es la gentina habrá algo equivalente. Es una lista
solo ha aumentado. Pues no olvidemos que revista científica más conveniente para publi- jerarquizada de publicaciones periódicas, re-
teoría es poder. La grilla categorial no sólo car y recibir una mejor nota en la evaluación, y vistas científicas ordenadas por grados de in-
describe algunas dimensiones del mundo si- ver cómo escribir para que el artículo tenga po- ternacionalización. No hay lugar para los
no, y sobre todo, prescribe cómo el mundo es sibilidades de ser aceptado en esa revista”. Eso libros, que quedan relegados en la considera-

| 10

No escribir ensayos, porque no es conveniente para las evaluaciones. Tampoco pensar en
conversación, porque la conversación no tiene valor productivo, ¿cómo evaluar las
conversaciones? Nada de eso conviene. Hay que estar solo, encerrarse y escribir artículos,
papers. En eso consiste el cálculo suicida del pensamiento. Debemos tomar conciencia de
todos estos límites que, hoy más que nunca, son impuestos al pensamiento en nuestros
países. Tenemos que ser capaces de superarlos para volver a pensar de la forma en que
siempre hemos pensado, de la mejor manera posible”.

ción de valor. ¿Qué quiere decir “internacio- sivamente si tenemos algún tipo de influencia conversación, porque la conversación no tiene
nal” en este sistema? Las publicaciones en Bo- editorial que facilite la traducción de sus obras valor productivo, ¿cómo evaluar las conversa-
livia o Guatemala, por ejemplo, no son a nuestras lenguas y, de esta manera, mejore ciones? Nada de eso conviene. Hay que estar
realmente internacionales. Como el gran mer- las posibilidades de obtener recursos en sus solo, encerrarse y escribir artículos, papers. En
cado comprador y distribuidor de ideas es el entidades financiadoras. También puede ocu- eso consiste el cálculo suicida del pensamien-
Norte, internacional quiere decir comprado, rrir que el contacto sea para copiarnos, para in- to. Debemos tomar conciencia de todos estos
revendido y redistribuido –o sea, validado- tentar apropiarse de nuestro pensamiento. límites que, hoy más que nunca, son impues-
por el Norte. Eso es ser francamente interna- Ese es el único papel que podemos jugar en el tos al pensamiento en nuestros países. Tene-
cional. Las revistas cambian de posición, por circuito de la colonialidad del saber. El cuarto mos que ser capaces de superarlos para volver
eso primero hay que mirar el Qualis todos los problema de la evaluación, más nocivo toda- a pensar de la forma en que siempre hemos
años para saber cuáles son las que más con- vía, es que rompe nuestras interlocuciones re- pensado, de la mejor manera posible.
vienen. Después, hay que ver cómo se escribe ales. No es interesante hablar entre nosotros,
en cada una, qué se publica, cuáles son sus te- conversar con quienes ocupan espacios próxi- En algunas conversaciones he pensado en el
mas, cuáles son las tecnologías de texto que mos. Podemos juntarnos por obligación en las encierro y en el aislamiento, como aspectos
les interesan. Finalmente, modelarse para ver reuniones de colegiados, para tomar decisio- clave para elegir en un personaje de ficción ci-
si aceptan un artículo y lo publican. nes burocráticas, pero no para pensar juntos. nematográfica que, creo, representa muy
Los autores que tanto admiramos pensaron en bien la imagen del sujeto intelectual, el sujeto
Todo esto constituye una trampa mortal para compañía, en eso no los imitamos. Todos tu- de la ciencia en nuestros países: Hannibal Lec-
el pensamiento, por varias razones. El primer vieron amigos, compañeros con los que se ter. A pesar de ser un personaje bastante es-
problema, decía antes, es el productivismo. En reunieron, a quienes mandaron sus textos, re- pantoso, un psicópata, un asesino, alguien
adelante, importará menos el contenido de lo cibieron sus comentarios, tomaron café, pen- cruel, me gusta mucho, porque también es
que escribimos y las tesis de nuestros estu- saron juntos. Bajtín fue un gran pensador en muy simpático. La simpatía es una caracterís-
diantes, que su cantidad en el tiempo y la recu- conversación, tanto que a veces firmaba con el tica interesante, asociada a la capacidad de re-
rrencia de publicación en revistas bien nombre de autor de los que conversaban con írse de todo. Pero me gusta sobre todo porque
posicionadas. El contenido se vuelve secunda- él. Esa sociabilidad, esa interlocución, permitió está encerrado en varias jaulas, bajo siete lla-
rio en relación al número. En segundo lugar, que se formara gran parte del pensamiento ves, totalmente aislado y, sin embargo, desde
aprendemos a mirarnos a partir del ojo del europeo. Y eso es justamente lo que se suspen- ahí, es capaz de resolver problemas de detec-
Norte, situándonos en una estructura similar a de cuando entramos en el sueño eurocéntrico, tive usando solamente su imaginación inte-
la Edípica. Debemos aprender muy bien cómo porque quien vale, quien nos valida, jamás es- lectual. No hay nada capaz de sustituir la
ese ojo mira el mundo en términos académi- tá al lado nuestro. El ojo del Norte es el único imaginación intelectual en la tarea del pensar,
cos, para adaptarnos y ser absorbidos positiva- que nos permitirá evaluar si lo que hacemos es en la imaginación para encontrar soluciones,
mente por él. Es la Ley del Padre. Tercero, nos interesante. Finalmente, otro problema de la para comprender el mundo. Pero nunca pue-
lleva a lo que llamo ficción de reciprocidad, a evaluación, especialmente en el campo de las de ser un pensar como el que encontramos
citaciones de legitimación que se fundan en la Humanidades es que prioriza las revistas, no hoy en nuestras universidades, un pensar co-
ilusión de formar parte del universo de refe- los libros. ¿Cuál ha sido la mejor forma en que mo expediente, como trámite, un pensar de
rencia de los autores que citamos. Eso no suce- se ha expresado históricamente el pensamien- subsistencia, para sobrevivir, la tarea que jus-
de. En situaciones excepcionales, puede que to latinoamericano? Justamente el ensayo, el tifica el sueldo en el empleo público.
alguien del Norte utilice los datos primarios libro, no el artículo formateado por las tecno-
que construimos sobre nuestras propias reali- logías de redacción de las revistas del Norte. El tema de la imaginación intelectual me hace
dades, generalmente sin mencionar autorías. recordar los años sesentas y setentas, cuando
Si nos cita o responde a nuestros mensajes, se- No escribir ensayos, porque no es conveniente la universidad era el lugar de la imaginación,
rá por conveniencia. El contacto se dará exclu- para las evaluaciones. Tampoco pensar en la isla democrática. Ya no es más ese lugar. Es-

11 |

toy convencida de que tenemos que luchar mente vaciado de sentido, en el que el conteni-
por recuperar aquel modelo, porque fue en do es siempre subordinado jerárquicamente al
esos momentos que produjimos un pensa- número: cantidad de papers, número de mate-
miento destacado mundialmente, con perso- rias dictadas, cantidad de alumnos, tiempo
nas notables. También aquí, en Argentina. promedio de titulación, cantidad de horas de
Después, las dictaduras lo destruyeron todo. capacitación, promedios e índices. Este sistema
El primer momento de la destrucción fue la de evaluación, al menos en sus principios es-
dictadura de Onganía, en el ‘66, momento tructurantes, coloniza lentamente espacios de Aquella frase que me
clave de la pérdida. El golpe final llegó con la
dictadura siguiente. No se perdieron solo
la educación no universitaria, entre ellos los ins- quedó resonando desde el
titutos de formación docente, mi campo de tra-
personas, se perdió un camino que era el de bajo. Lo hace por distintas vías. Por ejemplo, la proyecto de cuotas, “aquí
la universidad como el lugar de la imagina-
ción. Con el tiempo, y ahora lo vemos clara-
implementación simultánea de grillas estan- en la universidad no
darizadas de evaluación en los concursos para
mente, la universidad pasó a ser únicamente cubrir horas cátedra y la convocatoria a proyec- hacemos caridad, este no
el lugar de la reproducción de las élites. Nadie
se siente incómodo por trabajar en un lugar
tos mixtos de investigación, con equipos uni- es el lugar de la caridad”,
versitarios, evaluados con los mismos
donde eso pasa, nadie se molesta. ¿Y qué es parámetros productivistas de los programas tiene que ver con la
una élite? Es el grupo de personas que tiene
en sus manos la decisión sobre el destino de
universitarios. De a poco nos preocupamos cuestión de la meritocracia.
más y más por participar en iniciativas de este
los recursos de una Nación. En algunos países tipo, que nos ponen en mejores condiciones a la Por definición, quien debe
hay grupos más unificados que en otros. Ar-
gentina es un país de varias élites, mientras
hora de competir por más horas, incluso a costa evaluar el mérito no puede
de descuidar nuestro trabajo docente. Paradó-
que Brasil es más un país de una sola. La uni- jicamente, sucede a partir de leyes de restitu- ser caritativo, no debe
versidad es por donde tienen que pasar las
personas que van a tener las llaves de los des-
ción de derechos y políticas educativas de sentir compasión. Es por
revalorización del rol docente no universitario.
pachos y los cajones donde se guardan los se- Más trampas del Estado. eso que la universidad no
llos necesarios para destinar los recursos de la
Nación. Eso es la élite. Vemos que la universi- Docencia universitaria: puede ser benigna, eso sería
dad es funcional a ese sistema de control de meritocracia o benignidad. ir en contra de sus propios
recursos públicos, no tiene ningún problema
con serlo. Ha dejado de ser el lugar del pensar En distintos momentos de la conferencia Rita se preceptos, que son
para transformarse en el lugar de reproduc- refirió a la relevancia de la enseñanza en la masculinos, de rigor, de
ción de los agentes coloniales que controlan construcción de una universidad distinta, de un
el Estado, que tienen las manijas del Estado pensamiento diferente. Entiendo que no se tra- castigo, punitivos,
en la mano. Nada tiene que ver con aquella ta solamente de revisar nuestras formas de in- excluyentes, selectivos,
universidad que, a pesar de pertenecer a un vestigar, de hacer ciencia, de escribir. Además,
país colonial, colonizado, un país dependien- tenemos que repensarnos como docentes, co- jerárquicos. ¡Qué lugar
te –en el lenguaje de la época-, producía ce- mo profesores. Me resultó llamativo que este te- infeliz que es una
rebros, un gran pensamiento. Tenemos que ma fuera el único que nadie retomó en la ronda
recuperar el modelo de la imaginación, por- de preguntas e intervenciones, a pesar de tra- universidad!”.
que creo que es posible pensar desde acá, y tarse de una conferencia organizada por el gre-
muy bien, como Hannibal Lecter, que resuel- mio docente universitario. Ese silencio, ¿una
ve problemas de detective desde sus jaulas. forclusión?, me provoca varias preguntas. ¿Qué
La representación del detective pensante tie- lugar dan los docentes universitarios a la do-
ne enormes afinidades con el modelo del cencia? ¿Por qué las mayores inquietudes pa-
científico en todas las áreas, no solo en la her- san por la producción de conocimiento y no por
menéutica, en la comprensión. Claro, un de- las formas en que se enseña a pensar? ¿Cuánto
tective tiene que tener imaginación. tiene que ver la evaluación productivista con
esta subordinación del trabajo docente a la in-
Rita asocia el pensar a un camino autoral y a la vestigación?
imaginación. Su crítica al productivismo de la
evaluación académica contiene un proyecto Aquella frase que me quedó resonando des-
político con profundas diferencias en relación de el proyecto de cuotas, “aquí en la universi-
al que construye en la práctica el sistema de dad no hacemos caridad, este no es el lugar
acreditación universitaria vigente, completa- de la caridad”, tiene que ver con la cuestión de

| 12
la meritocracia. Por definición, quien debe guien que piensa, que escribe y a quien otras ces de imaginar categorías teóricas. Aun así,
evaluar el mérito no puede ser caritativo, no personas leen. Es curioso. nuestros profesores no caminan, son “copy-
debe sentir compasión. Es por eso que la uni- cats”, fichadores de textos, archivos de conoci-
versidad no puede ser benigna, eso sería ir en Los profesores tienen que ver en todo esto, mientos. No hay un camino autoral en
contra de sus propios preceptos, que son entonces. En la universidad en la que trabajo nuestros países para el pensamiento en el
masculinos, de rigor, de castigo, punitivos, y en mis años de docencia, creo que hay dos campo de las Humanidades. Esa es la lucha. Si
excluyentes, selectivos, jerárquicos. ¡Qué lu- tipos de profesores. Unos son los que recuer- encontráramos una forma de enseñar a soltar
gar infeliz que es una universidad! (las risas dan diariamente el tiempo en que eran estu- la imaginación de ideas, soltar la imaginación
vuelven a ser nerviosas, tal vez un poco amar- diantes. Los otros son los que parece que intelectual, tendríamos hecha una parte im-
gas). Y lo digo tanto como conclusión lógica nunca lo hubieran sido, que nunca necesita- portante del camino. ¿Y cómo se enseña la
de lo que acabo de decir, como por experien- ron perdón, que nunca necesitaron liberta- imaginación? Se enseña con arraigo y liber-
cia propia. Soy una persona de universidad des y que se cierran en la máscara de profesor tad, ejerciendo la libertad en cualquier cir-
desde la adolescencia, porque el colegio se- para no ejercer la benignidad que segura- cunstancia y sabiendo quién se es, de qué
cundario al que fui era un colegio universita- mente recibieron cuando eran jóvenes. Creo historia se viene, inclusive en la circunstancia
rio. Durante todo mi proceso escolar de que un profesor tiene que recordar todas las de prisión y de falta absoluta de medios. Eso
aprendizaje, sentir compasión era tener una disculpas que recibió a lo largo de la vida pa- vale para las ciencias duras y para las Humani-
mala escuela. Ahora no pienso eso, lo revisé, ra, de esa misma manera, disculpar y dar ca- dades. Ejercer la imaginación depende, en-
lo estoy revisando. Es una idea con la que des- mino a los intereses, a los tiempos de sus tonces, de tiempo, de ocio, de autorización y
acuerdo absoluta y visceralmente. Inclusive discípulos. ¿Cómo no va a ser benigno el am- de arraigo y consciencia del lugar de uno en el
creo que por tener esa idea es que no conse- biente donde se debe pensar? Tiene que ser mundo. Pero resulta que tenemos un sistema
guimos pensar, porque sin benignidad, sin benigno, tiene que haber tiempo, tiene que cuya pedagogía básica es la pedagogía de la
tolerancia, sin dar el beneficio de la duda al haber ocio. No puede ser un lugar producti- desautorización y de la fobia de localidad.
otro, no hay permiso para ejercer el pensa- vista, porque el pensamiento no tiene una fi- ¿Cuántas veces un alumno escucha que un
miento. Sobre todo, porque el pensamiento nalidad productivista. Siento compasión por profesor le dice que no puede pensar? Mu-
tiene una dimensión necesariamente lúdica. las nuevas generaciones, por los jóvenes que chas veces lo decimos. Tengo historias de
empiezan hoy la universidad, porque esta- alumnos que cuentan que el profesor les dice:
Hay una escena de una película que, para mí, mos en un camino terrible que nos han im- “no, no, ni se atreva”. Nunca se le puede decir
es la representación más perfecta de la ludici- puesto, el de las evaluaciones, una agenda eso a un estudiante. “Atrévase” es lo que tene-
dad del pensamiento. En su momento tam- mundial productivista, burra, que mata el mos que decirle. La historia es imprevisible.
bién fue una de las cosas que me ayudaron a pensamiento. Si yo empezara hoy la universi- Las personas somos históricas y, por lo tanto,
tomar la decisión de seguir el camino acadé- dad, me hubiera ido a trabajar a un banco, no también somos totalmente imprevisibles.
mico, de dedicarme a esto. La película es hubiera soportado. Hay que abrir caminos, ser benignos, y vere-
“Candilejas” o “Las luces de la ciudad”, “Lime- mos los resultados. No debemos enseñar a
light”. En ella, el personaje de Charles Chaplin, Tenemos que preguntarnos por la manera en aprender, sino a pensar. Aprender es subsidia-
un hombre pobre, hambriento, anda por la que formamos a nuestros estudiantes en la rio del pensar y no un fin en sí mismo. Enseñar
ciudad siempre acompañado por su niñito. universidad, desautorizándolos, haciendo es autorizar, y de forma alguna es lo contrario.
En un momento, el hijito le dice: “quiero un ju- que abdiquen de soñar con que serán autores,
guete, quiero un juguete, quiero un juguete”. con que serán pensadores. Les hacemos creer Rita nos presenta las epistemologías, los senti-
Y Chaplin lo mira, se toca la cabeza y le dice: que, como mucho, algunos serán narradores dos políticos y las prácticas docentes como as-
“éste es el juguete, éste es el juguete”. Esa fra- de ficción, pero nunca formuladores de gran- pectos no escindidos de la reflexión y la acción
se es una muestra muy clara de la diversión, des categorías que reformateen la mirada del transformadora en la universidad. Es una mira-
de la libertad, de la licencia, del permiso que mundo. Porque, ¿qué son las categorías teóri- da que contrasta con lo que sucede habitual-
solicitamos cuando queremos pensar. A lo cas? Son categorías capaces de visibilizar as- mente en los claustros, donde la cuestión suele
largo de toda mi vida académica tuve profe- pectos impensados del mundo, de hacer que reducirse a discusiones bien informadas, con
sores que me permitieron no hacer lo que te- nos reacomodemos, que cambiemos de para- profusión de citas de autores reconocidos. Nos
nía que hacer, no leer lo que tenía que leer, digma. Y el cambio de paradigma es central atrevemos mucho menos a plantear preguntas
que entendieron que tenía un camino propio para la reorientación de la historia. Ese poder por el sentido político de la educación universi-
y que se podían quedar tranquilos dejándo- de formatear la lectura del mundo, que es el taria. Y nuestras prácticas docentes en las aulas
me hacer ese camino. Yo soy una persona que máximo poder, el de redireccionar la historia son un problema pura y exclusivamente perso-
se dedica a pensar porque tuve la suerte, casi gracias a la formulación de categorías que nal, no admiten injerencias, ni miradas exter-
como en un juego de azar, tuve la fortuna de muestren la estructura, que hagan ver de otra nas. Nos sometemos periódicamente a
encontrar delante de mí esos profesores, que forma la relación entre los objetos del mundo, acreditaciones académicas agotadoras, a veces
todo el tiempo me perdonaron. Y, así como nosotros no lo tenemos. Como dije antes, humillantes, horas y horas de carga de antece-
fui perdonada y como se me permitió des- ahora que la información es ampliamente ac- dentes en sistemas informáticos, disciplina-
obedecer, es que conseguí llegar a ser al- cesible, las Humanidades deberían ser capa- mientos burocráticos varios. Pero no nos

13 |
interesa revisar nuestro desempeño como do- ilustración de tapa del libro “L’œdipe noir. Des taria del médico si era habitual ver triángulos
centes, no escuchamos lo que los estudiantes nourrices et des mères”, que publicó la editorial de ese tipo en la consulta. Me respondió que
tienen para decir al respecto. Incluso cuando sí francesa). No tenía ninguna inscripción, ex- sí y agregó que la que sabe todo, si el bebé tu-
nos interesa y los escuchamos, no sabemos muy cepto el nombre del pintor, Debret, pintor de vo fiebre, si vomitó, qué se le dio de comer, si
bien qué hacer para modificar nuestras prácti- la corte brasilera, de las escenas coloniales y comió, etcétera, es la mamá oscura. Podría-
cas, nos asusta la incertidumbre del camino no de la esclavitud en Brasil. No decía nada más. mos hacer una transposición y decir también
trazado, tememos ser benignos y que nuestros Miré atentamente el cuadro. Pensé, por varias la mamá indígena. En algunos países y regio-
colegas nos juzguen implacablemente en uno razones, que se trataba de una representa- nes la posición materna es de la mujer con la
de los rituales más repetidos del control social ción de Pedro II. La más importante era la tes- marca de la afrodescendencia, y, en otros, es
universitario: el tribunal de evaluación. ¿Qué ta, la forma de la frente. En todos los retratos la mujer con la marca racial originaria. El mun-
docente se atreve a ser benigno, cuando al mo- del Emperador adulto, lo que se destaca en su do de los blancos y blanqueados en América
mento de preguntar y calificar a sus estudiantes rostro es una enorme frente abovedada. Y el Latina es un mundo en el que la maternidad
está acompañado por colegas de rostro severo, bebé del cuadrito la tenía. Pero lo más nota- se duplica….. mundos de las élites, están di-
que a su vez evalúan su rol profesoral? ble es que ese bebé estaba en brazos de una vididos entre dos madres. Sucede incluso en
mujer negra, muy joven, y con una de sus ma- las ciudades más modernizadas, con las em-
El Edipo Brasilero en París. nitos sobre uno de sus senos. El gesto mues- pleadas y cuidadoras domésticas paraguayas
tra que, evidentemente, ella fue su madre,
o bolivianas. ¿Y por qué ocurrió la traducción
Esta historia es otro prólogo, otra viñeta ilus- quien lo abrazó, a quien olió, la persona a tra-
al francés y la publicación en Francia de este
trativa de mi exposición, porque habla de la vés de cuyos ojos aprendió a ver el mundo,
ensayo que habla de nuestra realidad conti-
universidad, del pensamiento académico, de quien lo tocó, le cambió los pañales, le limpió
nental? Porque allí también ocurre hoy algo
los saberes institucionalizados y de sus silen- los excrementos, etcétera. Esta figura: África.
semejante. Son las servidoras de las colonias
cios. A fines del año 2013 recibí una comuni- Me quedé frente al cuadro y pensé: “¡qué cosa
cación de una editorial francesa muy que ocupan actualmente esa posición. Y es
extraordinaria!”.
importante, Payot & Rivages, en la que me pe- preciso reconocer que se trata de una posi-
dían un texto para publicar en la colección Uno de mis primeros pensamientos fue la ción que impregna el bebé con la substancia
Petite Bibliothèque Payot. Decían que se en- pregunta por la Madre Patria. ¿Quién es la de una maternidad real, material. En el proce-
cargarían de la traducción y que me pagarían madre patria de Brasil? Según el cuadro, no es so edípico, la madre real es física, es corporal,
los derechos de autor. En la Petite Bibliothè- Portugal –como muchos académicos brasile- por eso en su versión brasilera, el libro se lla-
que Payot están incluidos algunos ensayos ros dicen, no es la civilización lusitana-, por- ma “El Edipo brasilero, la doble negación de
unitarios de grandes autores que siempre ad- que cuando se ilustra la figura de una género y raza”. La salida edípica será, por lo
miré, como Hannah Arendt, Walter Benjamin, majestad, cuando se ilustra una figura de rey, tanto, una negación, un expurgo virulento
Freud. Jamás hubiera soñado algo así. Fue de soberano, lo que se muestra no es mera- tanto del negro como de la mujer, en un único
completamente sorpresivo, porque nunca mente su cuerpo sino que es también el cuer- gesto, una negación simultáneamente misó-
toqué una puerta, nunca pedí publicar allí, po de la Nación. La figura, la representación gina y racista, a la hora en que el sujeto debe
nunca hice los gestos que se esperan en esa del cuerpo de un monarca es su cuerpo con- desprenderse de esa porción de si, de esa car-
universidad evaluada por su productivismo. creto y es, también, alegóricamente –y vale ne de su carne, fragmento de su propia mate-
El texto que me pedían era un ensayo en par- rialidad hasta el tiempo en que delimita su
así para los públicos-, el cuerpo de la Nación.
ticular, resultado de una pregunta auténtica, propia imago. Ocurre aquí la superposición
¿Y quién es la madre patria, la madre de ese
basado en una genuina curiosidad. Es un en- de un proceso que es simultáneamente psi-
cuerpo-Nación en esa representación según
sayo en el que intenté responder vitalmente co-físico con un proceso que es socio-racial y
la fina antena del célebre pintor? Es induda-
una pregunta que me hice como mujer que patriarcal.
blemente África, como la nodriza en cuyo pe-
cocina y piensa al mismo tiempo. Tardé die-
cho el bebé-Nación-emperador apoya su
ciocho años en escribirlo. ¿Qué tiene que ver con la universidad lo que
pequeña mano. Además, la figura me impac-
estoy diciendo? Si bien voy a referirme a la an-
Brasil, a diferencia del resto de América Lati- tó porque tiene una actualidad impresionan-
te. Para quien ha vivido y criado hijos en Brasil tropología, mi disciplina, que es la que conoz-
na, tiene una realeza. Durante las invasiones
es una escena que se repite innumerables de co mejor, lo que quiero ilustrar es válido para
napoleónicas, los reyes de Portugal se muda-
veces. En mi caso, la veía en la sala de espera, todas las Humanidades. Los antropólogos
ron al Nuevo Mundo y reinaron desde aquí.
Poco después de finalizada la invasión napo- cada vez que llevaba a mis hijos a la consulta pasamos una gran cantidad de tiempo ha-
leónica, Pedro I volvió a Portugal, dejando a de un pediatra de prestigio en la ciudad. Ca- ciendo que nuestros estudiantes lean a Mali-
su hijo bebé, Don Pedro II. El lugar en que vi- minando adelante llegaba una señora ha- nowski, un autor polaco que vivió y escribió
vían era el palacio de Petrópolis, en el estado blando por teléfono, mirando una agenda o en Inglaterra durante la primera mitad del si-
de Rio de Janeiro, hoy convertido en museo. leyendo el diario; atrás venía esta estructura, glo XX. En algunos de sus textos él analiza el
Un día de 1990 estaba paseando por los re- este conjunto formado por una persona más sistema de parentesco de las sociedades de
cintos de este palacio, cuando me encontré oscura que la primera, con un bebé en brazos, las islas Trobriands, donde hizo su trabajo de
con un cuadrito pequeñito (lo muestra, es la atendiéndolo. Una vez le pregunté a la secre- campo, islas de la Melanesia, en el Pacífico

| 14
Noroccidental. En ese sistema, llamado avun- no a un silencio deliberado sobre
culado, los niños tienen dos papás: el marido una verdad. Finalmente, decidí ir
de la madre y el tío materno. Esto ha genera- a un volumen que se llama “La
do una discusión prolongada y rica entre Ma- historia de las mujeres en Brasil”,
linowski y otros autores del campo una gran enciclopedia que pre-
psicoanalítico, como Ernest Jones, y del cam- senta la galería de todos los tipos
po antropológico, como Melford Spiro, entre de mujeres, al estilo de la historio-
otros. ¿Existe el Complejo de Edipo en las so- grafía francesa, de Philippe Ariès.
ciedades trobriandesas de avunculado, don- (Posiblemente también exista una
Historia de las mujeres argentinas).
de los niños tienen un padre y un tío, y ambos
En esa galería está la señora dueña
cumplen funciones paternas? Años de ense-
de mansión aristocrática en la épo-
ñanza, lectura y discusión antropológica so- babá”, o sea, su niñera. ¡Ah, bien!, pensé, es ca colonial, está la campesina, está la obrera,
bre lo que sucede allá lejos, al otro lado del exactamente mi intuición, Pedro Calmón está la profesora de piano, está la maestra pri-
mundo. Pero ni una única palabra sobre la do- coincide. Seguí adelante a lo largo de los die- maria, está la sindicalista, están todas las figu-
ble maternidad aquí y ahora, al lado nuestro. ciocho años que me llevó escribir el texto. ras y labores femeninas representadas. Todas,
Nada. Se parece un poco al cuento “La carta Aparecieron después otras referencias, de menos la figura de la babá, la niñera, la cuida-
robada” de Edgar Allan Poe, revisada por La- historiadores más recientes. Por ejemplo, Lilia dora, la empleada doméstica, la “chica”. Esa fi-
can. El mejor modo de esconder las cosas, de Moritz Schwarcz, antropóloga e historiadora gura no está, es la carta robada. La mujer
no verlas, es tenerlas frente a la cara. Esa esce- de la Universidad de San Pablo, publicó una trabajadora más habitual, la que se cruza to-
na cotidiana, de todos los días en la vida de biografía del Emperador Don Pedro II por la dos los días con nosotros en nuestras casas,
una persona, la universidad, el campo erudito Companhia das Letras. Allí aparece una re- no está representada en la Historia de las mu-
latinoamericano no la verbaliza, no la regis- producción del mismo cuadro, pero, en la le- jeres de Brasil. Es impresionante cómo la mis-
tra. Sorprendente. Y ni siquiera nos duele; no yenda, la autora advierte, curiosamente, que, ma estructura se reedita en todos los campos,
nos damos cuenta. Es indolora e incolora esa si bien se pensó que el bebé del retrato era el particularmente en el campo que nos intere-
ausencia, ese silencio. Por eso, en mi pequeño Emperador, en realidad se trataba de otro ni- sa, que es el campo académico, el campo de
ensayo, la llamo forclusión y afirmo que el pa- ño. Seguí buscando. Mucho más reciente- la producción de saber sobre la sociedad.
trón de la colonialidad forcluye. mente aparece, por fin, en el catálogo del ¿Qué producción de saber es esa? Ciertamen-
Museo de Petrópolis, una ficha sobre el pe- te, no es una producción de saber sobre nues-
Reaparece el tema de la enseñanza, la interpe- queño cuadro que informa lo siguiente: “se tra sociedad, sobre nuestro mundo, sobre
lación por el sentido de las prácticas docentes, trata del retrato de Luís Pereira de Carvalho, nuestra realidad. En esa falla, en esa forclu-
el fichado como obstáculo al camino autoral. Nhozinho, en brazos de su doméstica Catari- sión de la babá, de la niñera, están habladas
¿Cuántas veces forzamos a los estudiantes a le- na”. En mi ensayo, me insurjo con vehemencia todas las fallas, todas las forclusiones que ha-
er clásicos simplemente porque tuvimos que le- contra lo que interpreto como un gesto mu- cen de nuestra universidad un lugar donde
erlos antes? ¿Qué fuerza silenciosa nos compele seológico e historiográfico que intenta encu- no se enseña a pensar, donde no se enseña a
a repetir línea por línea el mismo guión profeso- brir, negar, la africanidad que envuelve al poner los pies donde realmente estamos, a
ral? ¿Nos preguntamos qué aspectos de nues- bebé emperador del Brasil, la africanidad que mirar alrededor.
tro mundo próximo podrían verse de forma sin duda se ha inoculado en el sujeto-nación-
novedosa si ensayáramos alternativas a partir emperador del Brasil, y que la sensibilidad del Lo que digo es sobre Brasil, pero como decía
de la imaginación y el juego con distintos mo- artista captó en el retrato. Mi intuición es la Geertz, los antropólogos no estudiamos al-
delos teóricos? ¿Cómo proponemos ese ejerci- contraria. Primero, porque la frente del niño deas, estudiamos en aldeas. Brasil es un labo-
cio a los estudiantes? tiene exactamente la misma estructura ósea ratorio, un campo donde se puede observar
que la del emperador. Esa es mi versión, san- este fenómeno que es válido para todos nos-
Retomando la historia del ensayo, cuando ha- tificada por la Petite Bibliothèque Payot: Fran- otros y para todos los saberes académicos de
ce unas dos décadas fui a buscar qué repre- cia dijo que sí, entonces…. debe ser sí, no es nuestro continente. Este fenómeno que es-
sentaba aquel cuadro pintado por Debret en así? Usando las mañas del sistema me defien- toy llamando forclusión por obra de la pertur-
el siglo XIX me resultó dificilísimo conseguir do! Segundo, porque fui al catálogo a ver cuá- bación que resulta de subjetividades marcadas
cualquier dato. Encontré una referencia en les son las obras de arte que están en los por el patrón de la colonialidad y que nos torna
una biblioteca de los Estados Unidos, en un li- salones de Petrópolis, y no hay ni una sola ausentes de quienes realmente somos, de
bro antiguo de un historiador clásico del Bra- que no sea o una representación del empera- uno de los linajes que nos componen y del
sil, Pedro Calmón. Es un libro con muchas dor mismo y su familia inmediata –pero sobre paisaje que nos constituye, que es un paisaje
ilustraciones, entre ellas una reproducción de todo él-, o imaginería religiosa. ¿Por qué ha- de genocidio, un paisaje no-blanco. Porque
la pintura que buscaba, debajo de la cual leí: bría un retrato del bebé Nhozinho? Po qué aunque seamos blancos, estamos atravesa-
“cuadro de Debret representando al Empera- habría un retrato de un vecino? Ahí ya no es- dos, impregnados por la no-blancura del pai-
dor Don Pedro II, de bebé, en los brazos de su tamos más frente a una simple forclusión, si- saje madre, como ese bebé.

15 |

Fanon frente al espejo quiénes somos realmente y así obstruyó
de la reina mala. nuestra relación con él como camino indis-
pensable hacia nosotros mismos. No pode-
En la ronda de preguntas al final de la conferen- mos ver que somos emanaciones de un
cia alguien pide aclaraciones sobre la idea de paisaje, que la raza no es meramente subs-
falsa reciprocidad. Rita se explaya. Nos sumer- tancia de los cuerpos, sino de los paisajes que
gimos de lleno en sus ideas sobre el eurocentris- nos constituyen. El paisaje es una posición
mo, la colonialidad de saber y la universidad. geopolítica en el mundo y tiene color, es ra- Al igual que Fanon, cuando
No es la primera vez que la escucho disertar so- cial y relacional. La posición de nuestro paisa- llegamos al Norte,
bre el tema, pero esta vez las imágenes que pro- je, que no solo habitamos sino que nos
pone me impactan más que nunca. Jamás habita, es la del que fue usurpado, que fue ra- descubrimos que somos no-
había pensado, por ejemplo, en algunas de las piñado, que fue expropiado, aquel cuyas ri- blancos. Ante eso, tenemos
relaciones que esboza, como una que asocia la quezas fluyen hasta hoy en una dirección que
evaluación académica y lo que llama “ficción no es la nuestra. Y nosotros somos ese paisa- dos alternativas. La
de reciprocidad”, con la asimetría fundamental je, pero no tenemos espejo que nos lo diga. Es alternativa de Fanon fue la
entre las enunciaciones de valor universal y las la misma estructura que borra a la babá, otra
particularidades, entre Norte y Sur, entre capi- vez la forclusión como táctica central de la re- de la salud, dolorosamente
tal e interior, entre hombre y mujer. producción del patrón colonial de la vida y de se miró en el espejo que le
las subjetividades. Al igual que Fanon, cuan-
Me olvidé antes de mencionar un elemento do llegamos al Norte, descubrimos que so- negaba la galicidad, que le
central de mi argumento, que responde a la
pregunta sobre la cuestión de la falsa recipro-
mos no-blancos. Ante eso, tenemos dos negaba ser francés y
alternativas. La alternativa de Fanon fue la de
cidad. Lo que pasa con el sistema de evalua- la salud, dolorosamente se miró en el espejo parisino, y aceptó su
ción es que nos hace pensar que, porque
citamos a un autor del Norte, nos encontra-
que le negaba la galicidad, que le negaba ser verdad. Luego están los
francés y parisino, y aceptó su verdad. Luego
mos en una interlocución con él. Esa ilusión están los muchos de nosotros que infeliz- muchos de nosotros que
de que, al adelantar un don yo recibiré un
contra-don, sumada al esfuerzo por amoldar-
mente eligieron la otra alternativa, convivo infelizmente eligieron la
con varios en mi vida académica. Son los que
nos para publicar en revistas que se encuen- vuelven de sus estadías en Harvard o en al- otra alternativa, convivo
tran en las posiciones más altas del ranking
nos hace mucho daño. El daño no es solo el
gún lugar de Europa, y disimulan lo que aca- con varios en mi vida
ban de saber. Aunque nuestros padres o
de sumirnos en un sueño falso de expectati- nuestros cuatro abuelos hayan nacido en Eu- académica. Son los que
vas no reciprocadas, el problema es el mismo
que Fanon relata en su dolorosa página sobre
ropa, el ojo del Norte mira nuestra corporali- vuelven de sus estadías en
dad y nuestra situación geopolítica, la
su llegada a Paris con su fantasía de ser fran- posición de nuestros cuerpos en la historia. Harvard o en algún lugar
cés: alguien que nunca se había mirado al es-
pejo. Porque, aunque no lo sabemos, todos
Eso es la raza, no algo sustantivo del organis- de Europa, y disimulan lo
mo, de la persona, sino una posición en un
nosotros somos “Fanones”, nuestro dilema es sistema histórico de relaciones de domina- que acaban de saber”.
el mismo dilema de Fanon. Porque lo que ha- ción, es la historia leída en el cuerpo. Enton-
ce el patrón de colonialidad es sustraernos el ces, podemos optar por la solución no sana,
espejo, impedir que tengamos una imagen no fanoniana, y concluir que eso que supimos
verdadera de nosotros mismos, del aspecto allá debe haber sido un accidente, un error, o
de nuestro propio rostro, para usar una figura que es mejor no contarlo, o simplemente for-
cara a Lévinas. Pues, en nuestro retorcido ca- cluirlo, reprimirlo, no registrar la mirada que
so, vemos nuestro propio rostro como rostro nos clasificó. Son las dos soluciones, la salud
de otro, no nos reconocemos. Yo digo, enton- o la enfermedad.
ces, que el espejo de la reina mala puede ser
un buen utensilio para emprender un camino El sistema de citación, además, genera la ilu-
decolonial. Debemos recuperarlo y pregun- sión de estar allá, de participar de una Europa
tarle: “espejito, espejito, ¿Soy negro?”. “Espeji- hiperreal, para usar la categoría de Dipesh
to, espejito, me he mentido a mi mismo?” (las Chakrabarty, de encontrarnos en el lugar de la
risas se tornan mucho más nerviosas que en enunciación universal. En la universidad habi-
otros momentos, traducen una incomodidad tamos una falsa realidad, la hiperrealidad de
mayor). La colonialidad cubrió con un paño una Europa que no existe en verdad en parte
ese espejo indispensable que nos revela alguna, y menos aún aquí. Nuestra plataforma

| 16
no es la que permite emitir los enunciados de niza el mundo estableciendo una jerarquía Hay una inquietud en la audiencia. Se multipli-
valor universal e interés general. La engañosa entre el lugar de enunciación universal y su can las preguntas por el cómo. ¿Cómo salirse de
fantasía que la universidad nos propone es correlato de particularidades. Las particulari- la necesidad de validación? ¿Cómo conseguir
que hemos conseguido eludir la particulari- dades no son realmente otros ontológica- invertir el rumbo de las categorías teóricas, por
dad y parcialidad en la que el Norte nos encasi- mente plenos, completos, sino funciones del la traducción, por el contenido? A alguien se le
lla, y que podemos legítimamente ocupar el uno, están desprovistas de politicidad, son escapa la palabra “receta”, aunque afirma que
lugar del sujeto universal. Para ser capaces de márgenes, residuos con relación al centro, no es lo que pide. Percibo una contradicción
formular enunciados de valor universal, tene- que es este lugar de enunciación único, la es- profunda entre ese pedido de soluciones, de
mos que hacerlo desde un lugar pensado como fera pública, la metrópoli. Esos otros parcia- pautas a seguir, y la provocación de Rita, ese
neutro. Y si las verdades que se formulan tienen les, las mujeres, las diversidades sexuales, los instarnos a imaginar nuestros caminos de ma-
interés general, no pueden ser enunciadas por negros, los indios, son voces particulares des- nera más genuina. No debería ser una nueva
personas marcadas por una particularidad fol- tinadas a hablar solamente sobre sí mismas. necesidad de validación, por más que esta vez
klorizada, racializadas, provincializadas. El lugar Sus verdades siempre serán particulares, de emane de alguien más próximo, lo que nos mo-
de la razón es neutro y garantiza que nuestros interés específico. Esa organización del mun- vilice a pensar por nuestro propios medios.
enunciados tengan interés general y valor uni- do entre un locus de enunciación de valor
versal. Sin embargo, esa supuesta neutralidad universal y plataformas variadas de enuncia- ¿Por qué usé mi libro como prólogo? Lo usé
de la posición pensante es ficcional, como las fe- ciones propias, de interés particular, de mino- para producir que me escuchen porque he si-
ministas venimos diciendo desde hace mucho rías, es colonial. Pensemos por un momento do validada. No debería tener que hacerlo.
tiempo: el sujeto universal tiene cara, tiene en el absurdo de esa estructura. ¿Las mujeres Pero lo tenemos que hacer, porque la valida-
rostro. Hay una estructura colonial que pauta somos una minoría? Sí. Aunque no numérica- ción viene del ojo de la ley, que no habita por
la relación entre el Norte y nuestros países, que mente, lo somos como posición de enuncia- aquí. ¿Cuál es la obra, mi pequeño ensayo,
se reproduce también a nivel nacional, en la re- ción, como posición de sujeto. Esa estructura que elige esa colección para traducir, para
lación metrópoli-provincias. El sujeto univer- que nos perjudica no puede ser modificada a prologar? Uno en el que hablo de esa verdad,
sal no vive en la provincia, vive en la metrópoli. base de ilusión. Con nuestras universidades de nuestra verdad. Y mientras no hablemos
Por más que la provincia haga todo su esfuerzo pasa lo mismo, son lugares de enunciación de nuestras verdades, no tendrá mucho valor
por transformarse en ese lugar de enunciación provinciana, a pesar de que insistimos en es- lo que digamos. ¿Cómo se sale de la repro-
que es la metrópoli, no podrá conseguirlo, cribir y enseñar como si estuviéramos en Pa- ducción de ese lugar donde necesito validar-
pues la relación no se origina en el conoci- ris. Es muy difícil que podamos producir un me diciendo que Agamben dijo que la ley es
miento posible sino que el conocimiento es, pensamiento que resulte interesante allí don- un sistema de creencias, cuando lo podría-
por el contrario, el resultado de esa relación. de queremos que interese, que es Paris. No mos deducir todos nosotros en cualquier mo-
Esto es así porque hay intereses de otro orden, solamente hay suicidio del pensamiento, si- mento? ¿Por qué necesito validar mi
idénticos al interés de la reserva de mercado no que se disuelve completamente la posibi- enunciado hablando de un autor que ha sido
del que hablé anteriormente, y la racialización lidad de la reciprocidad. publicado en el Norte y traducido para el Nor-
y generización de los paisajes y sujetos, su par- te? ¿Cómo se sale de esa forma de ser y actuar
ticularización remitida a una biología, es fun- ¿Cómo se resuelve eso? Reconociendo las en la academia?
cional a la recusa de que podamos hablar forclusiones de nuestro mundo de produc-
desde la posición del sujeto universal. La re- ción de ideas, mirándonos con el ojo desnu- Primero, es importante reconocer que esta-
serva de mercado no lo va a permitir. Es una do en el espejo de la reina mala, mirando las mos frente a un problema que es el mismo
estructura que no se cambia de forma volun- ausencias en nuestros textos, en nuestros re- que el de las mujeres. Creo que la narrativa
tarista. Por más que en el fondo de la última gistros. Tenemos que ser capaces de percibir psicoanalítica es una de las muchas narrati-
provincia habite un gran erudito, capaz de también las formas en que enseñamos, se- vas que las diversas civilizaciones del mundo
desarrollar una gran imaginación intelectual, gún las cuales un buen estudiante y un buen han creado para apuntar a una estructura
esa persona se verá impedida de formular ver- profesor son los que consiguen sintetizar, fi- que es una estructura del poder. El psicoaná-
dades de validez universal. char correctamente las categorías del Norte. lisis detecta esa estructura cuando narra la
Es un proceso profundamente desautoriza- ley del padre, la función paterna. Los clínicos
Es curioso el mecanismo que hace que no po- dor para con nuestros estudiantes, los des- no lo aceptan, para ellos esa es la “normali-
damos mover, destronar esa estructura colo- anima a identificarse con la idea de que serán dad”, a la cual solamente debemos adecuar-
nial…. a no ser que tengamos un buen espejo productores de categorías. El trabajo docen- nos. Ahí se establece una diferencia entre
que nos muestre nuestra posición en el mun- te está totalmente comprometido por esa nosotras, feministas, y nuestro uso, nuestra
do, una posición que no es blanca ni es mascu- manera de enseñar. No es que no haya que manera de canibalizar el psicoanálisis, muy
lina siquiera para aquellos que son hombres, saber, que conocer el otro pensamiento, pero distinta a la de un analista clínico. En el uso clí-
porque es una posición de parcialidad y parti- hay que saberlo como otro pensamiento. Nos nico, la sociedad debe ser así, tiene que haber
cularidad en un mundo de estructura binaria. falta hacer nuestra tarea docente y autoral: una función paterna, una figura de la madre,
no tenemos que enseñar a aprender; tene- un proceso de Edipo, un proceso de emer-
En la modernidad, la estructura binaria orga- mos que enseñar a pensar. gencia del sujeto como sujeto faltante. Eso es

17 |
la normalidad. Para nosotros, en cambio, esa Cuando quise libertad de los autores del Nor- clases durante mi seminario, en días pasados-
es la materia prima para una crítica de la es- te, busqué un campo que me permitiera ense- soportar la estructura trágica de la historia.
tructura, para pensar cómo salimos de ella, ñar un seminario completo en mi universidad No hay que ser puristas, no hay una oposición
no cómo la reproducimos. A diferencia del con gan densidad teórica y sin citar ningún entre lo completamente cierto y lo completa-
psicoanálisis clínico, usamos la narrativa psi- autor europeo o norteamericano. Lo encontré mente equivocado, no hay verdades en ese
coanalítica para identificar la estructura de en el campo del pluralismo jurídico, el estudio sentido estricto. Esa es, inclusive, la propia
poder, que es la misma para nosotros en la de las otras justicias, de las justicias comunita- dialéctica. Para entender qué es la dialéctica
universidad, la necesidad de validarse frente rias mejor representadas hoy por las justicias hay que mirar caminar a un cangrejo. ¿Y có-
a otro. Hay un solo ojo juzgador, un solo ojo de los pueblos indígenas. En ese campo hay mo camina? No va para adelante, su marcha
validador de la verdad, de lo bueno, de lo que autores de altísima sofisticación teórica que es contradictoria. Es sorprendente. La historia
tiene prestigio, y es el ojo que está en esa po- son de nuestro continente. Ese curso fue de- camina así. La incerteza del camino del can-
sición que en psicoanálisis se llama “función colonial naturalmente, fue una forma de ero- grejo es para mí la imagen de la estructura de
paterna”, la ley. Pero está también en la rela- sionar mi práctica como profesora de la historia, que nunca va en una dirección pre-
ción entre imperio-colonia, entre el ojo vali- posgrado. Las desobediencias de este tipo, visible. Y en esta imprevisibilidad del camino
dador del centro y nosotros como que pueden ser capilares y múltiples, son un histórico reside también, y muy fuertemente,
reproductores de esa validación. Es la misma camino posible. Lo decolonial y las brechas la esperanza. Creo que el error del marxismo
estructura. posestructuralistas de erosión a través de ma- canónico fue imaginar y proponer que hay un
las prácticas, de desvíos, del humor inclusive, tipo de sociedad que es la meta y que necesa-
Después viene la pregunta: ¿cómo romper de todo lo que desestabiliza los sistemas de riamente el futuro debe ajustarse a ella. Esa
con ese esquema, que es el mismo que tene- autoridad, son formas de lo mismo. Decimos narrativa no es la estructura trágica que de-
mos las mujeres? ¿Cómo hacer, por ejemplo, “decolonial” y no “descolonización”, porque la bemos aprender a comprender y soportar. La
que no se reproduzca en un hogar formado descolonialización sería otro purismo, sería única forma concreta de control de la acumu-
por dos mujeres o dos hombres que se ca- decir: “nos vamos a limpiar de todo lo instala- lación la ejercitaron los pueblos indígenas,
san? Porque no es una cuestión de género, es do por la conquista y la colonización y volver sin regirse por una abstracción de futuro y sí
una cuestión de relación entre posiciones. a ser indios”. Eso es imposible, no es ese el ca- por una felicidad presente. Los pueblos tie-
Las mujeres lo hemos pensado mucho. Hasta mino. Porque ese indio no puede ser un indio nen, además, una manera única y original de
aquí veo que hay dos caminos. Por un lado, ideal, no puede ser un indio fuera del tiempo, estar en la historia soportando la idea de que
está el camino posestructuralista, que es el no puede ser un indio fuera de la historia, re- a y no-a pueden ser realidades no contradic-
camino de la erosión, de la mala práctica, en ferido al pasado. Todas las sociedades huma- torias e igualmente verdaderas al mismo
sus varias versiones. Es la gran discusión pre- nas están en el tiempo, están en su proyecto tiempo. Quien ha ejercido el trabajo de etnó-
sente en el libro de Zizek, Judith Butler y La- histórico. Ninguna sociedad es, y jamás fue, grafo lo sabe: la contradicción es posible,
clau, “Contingencia, hegemonía y una sociedad puramente reproductora de va- existe y hay que soportarla. En los monoteís-
universalidad”. La posición posestructuralis- lores morales y de costumbres. Eso no existe, mos, en el occidente moderno, en el raciona-
ta podría resumirse así: “vamos a reproducir es una ficción culturalista, fundamentalista, lismo moderno, la contradicción, el otro, la
el sistema, pero mal, lo vamos a reproducir que hace mucho daño. Culturalismo y funda- diferencia, constituyen problemas a ser supe-
faltando, lo vamos a corroer, erosionar, va- mentalismo son sinónimos. La noción antro- rados: a y no-a no pueden ser verdades simul-
mos a efectuar una mimesis del mismo pero pológica de cultura tiende al esencialismo, táneas; si a es, no-a no es. Los pueblos lo han
defectuosa”. La salida, entonces, es la mala aun a pesar del intento de muchos antropólo- entendido de otra forma, más tranquila, y so-
práctica, la imitación equivocada, la imita- gos por desvencijarla de los esencialismos. Y portan sin problema la lógica inestable que
ción paródica. Por otro lado, está el discurso es peligrosa. Todo pueblo está en la historia. rige la historia, van montados en los flujos in-
decolonial, que también es de tipo decon- Lo que hay son escenas históricas más o me- estables de los tiempos y saben pensar en el
truccionista. Propone abrir brechas de des- nos estabilizadas, conceptos, valores, conjun- largo plazo, en los términos de una larguísima
obediencia que erosionen las certezas, que tos categoriales o grillas, siempre más o duración …. Nosotros, infelizmente, nuestros
erosionen la suposición de suelo firme que menos estabilizados, pero nunca inmóviles. gobiernos, somos fatalmente cortoplacistas,
pisamos. Si encarno el papel de conferencis- Por eso la palabra no es descolonizar, sino pro- porque el ritmo instalado por la predación
ta o de profesora, y lo encarno mal, como lo ducir actividades, discursos decoloniales, que colonial es siempre el inmediato, voraz, del la-
hago, haciendo huevo frito, estoy cooperan- van desconstruyendo el patrón de coloniali- drón. Es precisamente en esa tranquilidad
do para que el sistema se erosione, para que dad que estructura las subjetividades desde frente a la contradicción que ha residido la ca-
no se reproduzca. Por ahí, algún día, llegare- hace quinientos años. Esta propuesta tiene pacidad del indio de permanecer, aún en las
mos al cambio del eje de la tierra, a desorde- grandes afinidades con el pensamiento po- peores condiciones imaginables, condicio-
nar la estructura. Creo que es un error la sestructuralista de erosionar, desestabilizar el nes de genocidio permanente. Es posible ser
búsqueda de transformación aspirando a la mundo. monoteísta y tambén cultuar al sol, chayar a
toma del poder, como muchas veces propu- la Pachamama. Es posible negociar, acomo-
so el movimiento feminista. Al contrario, Esta es mi posición hasta donde he llegado, dar. Esa ha sido su inteligencia estratégica, su
creo que es un sacrificio. que significa también –como dijimos en las capacidad de caminar en el tiempo, de “hacer

| 18

Todo pueblo está en la historia. Lo que hay son escenas históricas más o menos
estabilizadas, conceptos, valores, conjuntos categoriales o grillas, siempre más o menos
estabilizados, pero nunca inmóviles. Por eso la palabra no es descolonizar, sino producir
actividades, discursos decoloniales, que van desconstruyendo el patrón de colonialidad
que estructura las subjetividades desde hace quinientos años. Esta propuesta tiene
grandes afinidades con el pensamiento posestructuralista de erosionar, desestabilizar
el mundo”.

camino al andar”. Libres de la prescripción de que se iba con una lista de libros por leer, de pe- ñera, a Agamben, a Fanon? ¿Cómo ponerlos a
una sociedad final, de formato predetermina- lículas por mirar, de imágenes que buscar. Junto dialogar con nuestras ideas sobre el sentido
do, imaginada por un alemán en su esrito- a la tarima, varias personas se arracimaban en político de la universidad, para producir acti-
rio…. Ese destino prefijado no es ni ha sido el torno a la conferencista, también sonriente. vidades decoloniales de investigación y ense-
camino de los pueblos que han sabido sobre- Sentí que había pasado algo muy distinto de lo ñanza? ¿A qué aprendizajes nos invitó Rita
vivir al genocidio colonial y a las peores con- que habitualmente pasa en una conferencia con semejante desfile de personajes, historias
diciones de existencia a lo largo de más de académica. Tiempo después, recordando ese y datos? Su pensamiento se desplegó ante
cinco siglos sin desertar, aun en medio a un momento, algunos hablaron de performance nosotros con una libertad fascinante, invitán-
continente de desertores, y sin dejar las me- memorable, otros contaron que el estilo de Rita donos a la imaginación al mostrarnos en el
tas de la colectividad declinar…. Metas co- les había llamado mucho la atención, que se ha- mismo acto que es posible un camino autoral
munitarias que, disfuncionales al proyecto bían sentido interpelados por ella, que querían auténtico. Esa es su pedagogía, nos agita,
histórico del capital, mantienen el individua- volver a escucharla. Creo que por la forma de la nos sacude la docilidad, nos insta a pensar
lismo bajo control y colocan límites precisos a enunciación, entonces, la conferencia estuvo más allá de toda atadura intelectual, nos
la acumulación desatada. más próxima a una experiencia artística que a convence de que también nosotros podemos
una disertación intelectual, con un impacto es- ser autores de categorías interesantes. Es, en
Un epílogo para tantos tético-afectivo que, sin embargo, no inhabilitó suma, una pedagogía de la autorización. Y
prólogos. la discusión de ideas, sino todo lo contrario. la coherencia es parte de su propuesta, cohe-
rencia entre palabra y acto que se hace nota-
El aplauso se prolongó. Lo siguió el bullicio del Por mi parte, me quedé pensando en el conte- ble en el desgranarse de su pensamiento,
comentario que se comparte inmediatamente. nido de la conferencia. ¿Cómo poner juntos a para reconstituirse tomando en considera-
Necesité mirar a mis compañeros de audiencia. Elizabeth Costello, a un estudiante negro- ción a quien la escucha. Inclusive este texto,
¿Cómo se recibe una conferencia compuesta ex- nordestino-gay y su profesor homófobo-ra- este intento de sumar unas voces tan disími-
clusivamente de prefacios o prólogos, de “viñe- cista, a Hannibal Lecter, a Chaplin en les, es un ejemplo más de su coherencia en
tas”? Noté rostros sonrientes. Una mujer decía Candilejas, al Emperador Don Pedro II y su ni- ese mismo sentido de autorizar.

u Comentarios, aportes y críticas: varsavsky@adiuc.org.ar


u El espacio está abierto para los docentes e investigadores que quieran participar.

www.varsavsky.org.ar / Abril 2016

19 |

También podría gustarte