Está en la página 1de 29

Colombia Internacional

ISSN: 0121-5612
colombiainternacional@uniandes.edu.co
Universidad de Los Andes
Colombia

Gutiérrez, Francisco; Barón, Mauricio


Órdenes subsidiarios Coca, esmeraldas: la guerra y la paz
Colombia Internacional, núm. 67, enero-junio, 2008, pp. 102-129
Universidad de Los Andes
Bogotá, D.C., Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=81206706

Cómo citar el artículo


Número completo
Sistema de Información Científica
Más información del artículo Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal
Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
C olombia Internacional 67, ene - jun 2008, Pp. 192, ISSN 0121-5612, Bogotá, Pp. 102 - 129

Órdenes subsidiarios
Coca, esmeraldas: la guerra y la paz
Subsidiary orders
Coca, Emeralds: War and Peace
Francisco Gutiérrez*
Mauricio Barón**

recibido 18/12/07, aprobado 04/02/08

102
Órdenes subsidiarios • Francisco Gutiérrez y Mauricio Barón

Resumen
La cuestión central de este artículo es dilucidar cómo se articulan las economías
esmeraldera y cocalera con el conflicto colombiano. Para esto interpretamos los
mecanismos que generan conflicto o paz, orden o desorden. Nuestro análisis se apoya en
el modelo de Richard Snyder que ofrece elementos analíticos para comprender cómo
se correlacionan la contestación violenta y la exportación de productos primarios.
Concluimos que las economías descritas han tenido trayectorias muy violentas pero
también han abierto la puerta a formas específicas de paz, cuyos prerrequisitos son la
negación de las libertades democráticas, la privatización de políticas públicas, el aval
y fortalecimiento de actores ilegales o semilegales. Asimismo, ofrecemos un examen
crítico al modelo de Snyder.

Palabras clave: narcotráfico, esmeraldas, conflicto colombiano, paz, privatización de la


seguridad.

Abstract
This article explains how the emerald and coca economies are ingrained in the
Colombian conflict.We interpret the mechanisms that generate conflict or peace, order
or disorder. Our analysis is supported on Richard Snyder’s model which offers analytical
elements to understand how violent reaction and raw products exports correlate with
each other. We conclude that the described economies have had very violent courses
but have also opened up specific paths to peace, of which the prerequisites are the
denial of democratic freedom, privatization of public economies, and the endorsement
and strengthening of illegal or semi-legal actors. We also offer a critical assessment of
Snyder’s model.

Key words: drug traffic, emeralds, Colombian armed conflict, peace, privatization of
security.

* Francisco Gutiérrez es PhD. en Ciencia Política de la Universidad de Varsovia, docente e investigador del Instituto de
Estudios Políticos y Relaciones Internacionales (IEPRI) de la Universidad Nacional de Colombia. Correo electróni-
co: fgutiers@hotmail.com
** Mauricio Barón es antropólogo y estudiante de la Maestría en Historia de la Universidad Nacional de Colombia, y
actualmente se desempeña como investigador del proyecto “Economic Liberalization, Politics, and War” del IDRC-
Canadá. Correo electrónico: mauriciobv53@hotmail.com

103
C olombia Internacional 67, ene - jun 2008, Pp. 192, ISSN 0121-5612, Bogotá, Pp. 102 - 129

Introducción lar la producción esmeraldera. Desde

E ste artículo ofrece una


comparación de los meca-
nismos que definen la
relación de las economías cocalera y esme-
raldera con el conflicto interno colombiano.
mediados de la década de 1960, las
esmeraldas comenzaron a ser asociadas
con mafia y violencia en Colombia.
Por entonces, los esmeralderos eran
el epítome de violencia criminal. De
Las dos economías comparten aspectos hecho, es probable que los esmeralde-
de central importancia: altos niveles ros se ajustaran por entonces más a la
de criminalización, violencia crónica, semblanza clásica de la mafia siciliana
fuertes nexos con mercados globales, que a las actuales estructuras del nar-
entre otros. No obstante, el desarrollo cotráfico.
de cada una ha sido muy distinto. A ¿Por qué la coca se convirtió
pesar de que Colombia se convirtió de en el combustible de la guerra, y las
manera relativamente tardía en un país esmeraldas no? ¿Qué explica los con-
productor de coca –a principios de la trastantes patrones de guerra y paz
década de 1980, solamente servía de asociados a cada una de las dos econo-
intermediario comercial–, ya en 1978, mías políticas que consideramos aquí?
algunos grupos guerrilleros comenza- Estas preguntas son interesantes por
ban a debatir cómo asumir el nuevo dos razones. Primero, las explicacio-
cultivo (Ferro y Uribe 2002). A partir nes basadas en el sentido común no
de allí, diversos actores, desde para- permiten entender adecuadamente la
militares hasta funcionarios oficiales, cuestión. Por ejemplo, la proclividad
comenzaron a vincular crecientemente a la violencia en uno u otro mercado
sus intereses con los de la industria de no explica básicamente nada. Cierta-
la drogas. De esa manera, la coca pasó a mente, el hecho de que la coca esté
ser definida como “el combustible” de sujeta a la prohibición internacional,
la guerra colombiana. Aunque tal defi- mientras que las esmeraldas son un
nición puede ser una simplificación, es producto que sin mayores trabas tiene
claro que nuestro conflicto no puede acceso a los mercados internacionales,
ser analizado sin tener en cuenta la es un factor importante para enten-
existencia de un gigantesco mercado der las diferencias entre las dinámicas
global cuya regulación y tributación cocaleras y esmeralderas. Segundo, la
están, por definición, más allá de la comparación entre ambas economías
esfera estatal. Por otro lado, desde las permite evaluar críticamente algunos
primeras décadas del siglo XX, el país de los principios fundamentales de
mantiene la condición de ser el mayor la economía política contemporánea
productor mundial de esmeraldas del del conflicto, que cuestiona el canon
mundo, no sólo gracias al volumen de clausewitziano. Después de la caída
producción sino también a su calidad1. del Muro de Berlín, en su mayoría las
Sucesivos gobiernos recurrieron sin guerras contemporáneas han sido gue-
éxito a diversas fórmulas para regu- rras civiles. Esta circunstancia ha dado

1 Lo que hace especiales a las esmeraldas colombianas es que poseen una perfecta proporción de cromo, mientras que
esmeraldas como las brasileñas y las africanas tienen exceso de cromo, lo que les resta brillo.

104
Órdenes subsidiarios • Francisco Gutiérrez y Mauricio Barón

origen a dos nuevas nociones que se sobre las dinámicas asociadas a dife-
contraponen, con aparente éxito, a la rentes bienes primarios, cada una de
interpretación trazada por Clausewitz, las cuales puede producir resultados
al menos en relación con las guerras diferentes (Ross 1999). Otro aspecto
civiles. Por un lado, Mary Kaldor que descuida es el papel del Estado.
(2001) ha descrito los conflictos civi- Pero, por otra parte, el debate suscitado
les contemporáneos como “nuevas por el “giro económico” ha permitido
guerras”, que exhiben un conjunto precisar tres puntos importantes. Pri-
distintivo de rasgos: búsqueda de ren- mero, la correlación básica de Collier
tas, fuertes nexos con redes crimina- –entre una economía consagrada a
les, violencia contra civiles, etc. Desde la exportación de bienes primarios
esta perspectiva, pues, la guerra ya no y la guerra civil– se sostiene, a pesar
es lo que solía ser. Por otro lado, los de que se pueden dar distintas inter-
teóricos de la elección racional han pretaciones a tal correlación, incluso
llegado a la conclusión de que, en mutuamente contradictorias (muchas
palabras de Keen (2000), “la guerra es de las variables que él y sus asociados
la continuación de la economía por clasifican como indicadores de codi-
otros medios”. cia podrían sostenerse igual de bien,
La dicotomía racionalista de o probablemente mejor, como proxies
Collier de codicia o agravios y las de agravio). Segundo, desde el final de
teorizaciones asociadas han sido cues- la Guerra Fría, la financiación de los
tionadas de múltiples maneras. Para conflictos depende de la capacidad de
empezar, los resultados cuantitativos los gobiernos y de los rebeldes para
fueron construidos sobre una frágil extraer rentas de circuitos económi-
base y una pobre teoría, además de una cos transnacionales2. Esto transformó
operacionalización bastante cuestio- la naturaleza de las guerras. Pero en
nable (Gutiérrez 2004). Se trató de una qué forma lo hace, es algo que toda-
interpretación económica de la polí- vía estamos lejos de comprender;
tica, sin tener en cuenta los microfun- y cualquier avance en esa dirección
damentos: no ofrece los mecanismos dependerá de nuestra habilidad para
concretos que llevan de la codicia a comparar dinámicas económicas de
la rebelión. Tampoco muestra por qué conflictos pasados y actuales3. Este
agentes supuestamente concentrados ejercicio analítico implica puntuali-
en su beneficio personal se embarcan zar con un nivel razonable de detalle
en dinámicas que ponen en riesgo sus por qué y cómo algunas economías
vidas (Gutiérrez 2004); mucho menos exportadoras sostienen y transfor-
se hace la pregunta obvia de por qué man el conflicto. Tercero, el Estado
los agentes codiciosos no preferirían debe ser repensado, quizás no como
la paz cuando ésta es buena para los el demiurgo de la guerra –como ocu-
negocios. Carece de una explicación rre en la llamada “teoría realista” de

2 Los mercados nacionales no pueden sostener un compromiso tan oneroso como una guerra. Aunque debe enfatizarse
que, desde el final de la Guerra Fría hasta hoy, Estados Unidos continúa subsidiando gobiernos y rebeldes alrededor del
mundo, y que muchas potencias regionales hacen lo mismo.
3 Ver, por ejemplo, el intercambio entre Kaldor 2001, y Kalyvas 1999.

105
C olombia Internacional 67, ene - jun 2008, Pp. 192, ISSN 0121-5612, Bogotá, Pp. 102 - 129

las relaciones internacionales–, sino dependiente varía significativamente,


como un terreno donde la distribu- lo que es una señal inequívoca de
ción y la regulación son disputadas y que estamos frente a una explicación
decididas. endeble. ¿Existe otra manera de pro-
En resumen, la contestación ceder? Snyder nos demuestra que sí.
violenta y la exportación de pro- “Al definir riqueza fácil de obtener
ductos primarios parecen estar aso- como bienes de alto valor con esca-
ciadas de manera compleja y diversa. sas barreras de entrada, sugiero que se
La cuestión es comprender cómo, pueden implementar distintos tipos
bajo qué circunstancias y a través de de organizaciones de extracción alre-
qué mecanismos esa asociación tiene dedor de estos bienes, con distin-
lugar. Esto es precisamente lo que tas consecuencias para la estabilidad
Richard Snyder ha tratado de enten- política” (Snyder 2004: 6). El princi-
der con un sencillo modelo que, sin pal problema de los regímenes es su
embargo, es un claro paso adelante aptitud para “generar instituciones de
con respecto a las interpretaciones extracción que están en capacidad de
puramente economicistas del con- permitirles el control sobre los ingre-
flicto. Snyder pone la cuestión en el sos generados por los bienes saquea-
terreno del orden-desorden social, bles” (Snyder 2004: 6).
relacionado con la producción. “La ¿Cómo conceptualizar todo
respuesta más aceptada en la extensa esto? Hay cuatro modalidades a tra-
literatura sobre guerras civiles es que vés de las cuales se puede organizar
la riqueza fácil de obtener, de carácter la extracción: privada (administrada
lucrativo, cuyos recursos son fáciles exclusivamente por los productores),
de transportar, como gemas, made- pública (únicamente por el Estado),
ras preciosas y drogas ilícitas, genera mixta (cooperación) y abstención
desorden porque da los motivos y (no extracción). La extracción mixta
los medios para la rebelión armada” merece especial atención, porque es un
(Snyder 2004: 5). No obstante, la orden que genera condiciones y arre-
interpretación economicista estándar glos que en ciertas circunstancias for-
falla en el planteamiento, tanto desde talecen tanto al régimen político como
la interpretación histórica como de a los agentes privados. Sin embargo,
la evidencia comparativa. Longitudi- puede desestabilizarse por varias cir-
nalmente, los exportadores de bienes cunstancias: cambios en el equilibrio
primarios (específicamente, de recur- de poderes, un declive en el valor
sos saqueables) han experimentado de los recursos aptos para el saqueo,
períodos de estabilidad y desorden. inviabilidad de los acuerdos privados y
Desde una perspectiva comparativa, desacuerdos en la asignación de recur-
Marruecos y Botsuana muestran sos. La gran ventaja del modelo de
que regímenes muy estables pueden Snyder es que ofrece elementos esen-
sobrevivir, a pesar de tener una gran ciales para comprender el salto de la
riqueza de bienes saqueables. En otras estabilidad al conflicto, y viceversa, en
palabras, al mantener constante la países con recursos saqueables. Para-
variable independiente –la presencia lelamente, ofrece herramientas para
de recursos saqueables–, la variable entender la diferente relación con la

106
Órdenes subsidiarios • Francisco Gutiérrez y Mauricio Barón

violencia organizada que mantienen 2. Pero esta integración toma forma a


las economías esmeraldera y cocalera. través la regulación estatal. Si que-
De hecho, Snyder explícitamente se remos comprender adecuadamente
refiere al papel negativo de las prohi- el papel de los bienes primarios
biciones internacionales, al bloquear exportables con relación al conflicto
las perspectivas de la extracción mixta. y la paz, debemos repensar el papel
“Esta prohibición externamente indu- del Estado. La integración a los mer-
cida contra la extracción mixta es una cados internacionales y las formas
causa de la violencia y el desorden de regulación estatal también dan
porque obliga al gobierno a embar- forma a los OEM.
carse en una confrontación letal con- 3. En realidad, existe un completo
tra los carteles de la droga” (Snyder conjunto de barreras a la entrada;
2004: 13). los individuos pueden ingresar al
En este artículo nos apoya- negocio pero en distintos momen-
mos en la aproximación de Snyder tos y “puntos” del proceso de
para reflexionar acerca de las espe- producción y distribución. Esta
cificidades en las pautas de las redes “estructura de acceso” cumple un
productivas transnacionales dedica- papel importante en las dinámicas
das a la extracción de coca y esme- de guerra y paz.
raldas. Hemos señalado ya que la 4. Los derechos de propiedad mal defi-
interpretación de Snyder constituye nidos y los problemas de manejo de
un progreso sustancial con respecto la información constituyen incenti-
a las explicaciones estándar. Para vos poderosos para recurrir al uso de
profundizar en la comprensión de la violencia.
la economía política del conflicto, 5. Los “órdenes de extracción mixta”
escudriñaremos en las estructuras son realidades muy complejas.
productivas de la esmeralda y la coca Snyder se interesa por el contraste
–dos recursos saqueables–. Asimismo, orden-desorden. Pero llegar a la
analizaremos el tipo de orden social conclusión de que un cierto arre-
generado a partir de los distintos glo productivo genera orden no es
arreglos descritos por Snyder, pres- suficiente. Es preciso interpretar las
tando especial atención a los órdenes diferentes modalidades de orden
de extracción mixta (OEM). Con que pueden producir. A veces gene-
esto buscamos develar los meca- ran “pactos paradójicos” (Gutiérrez
nismos concretos que conducen al y Jaramillo 2003), un consociona-
conflicto o a la paz, al desorden o lismo que cruza la línea que divide
al orden (y luego, determinar a qué legalidad-ilegalidad. Los pactos
tipo de orden llevan). Las narrati- paradójicos pueden dar origen a una
vas que presentaremos sugieren los paz duradera, pero simultáneamente
siguientes puntos básicos: debilitar el Estado y producir un
cierre muy radical de las oportuni-
1. Una variable explicativa clave es la dades democráticas.
manera como se integran los recur-
sos saqueables a los mercados inter- Nuestro artículo se compone de
nacionales. un conjunto de narrativas. Las narrativas

107
C olombia Internacional 67, ene - jun 2008, Pp. 192, ISSN 0121-5612, Bogotá, Pp. 102 - 129

siempre están sobredeterminadas: uno pecto al segundo que al primero. En


puede encontrar muchas interpretacio- los dos casos, tratamos de ofrecer datos
nes competitivas a las que razonable- relevantes (relevantes para responder
mente se les puede atribuir cierto poder la pregunta central y evaluar los cinco
explicativo. Aquí intentaremos exhi- argumentos principales). Denomina-
bir mecanismos concretos en acción. mos jefes de las esmeraldas y de las dro-
Debido a las restricciones de espacio, gas a aquellos que demuestran múltiples
sólo podemos ofrecer esquemas genera- capacidades para actuar e influir en
les y una explicación de las estructuras distintos frentes –comandantes, líderes
que adquieren las interacciones involu- cívicos, empresarios–. Usamos indis-
cradas. Tratáremos de especificar cómo tintamente los términos líderes, capos,
interactúan la guerra, los negocios, la jefes, empresarios, esmeralderos, señores
regulación y la paz. Esperamos mostrar de las esmeraldas o Don, sin tratar de
a través de nuestras historias que hay implicar con cualquiera de estos térmi-
buenas evidencias a favor de los cinco nos algún significado recóndito o matiz
planteamientos hechos más arriba. conceptual.
El artículo está organizado de
la siguiente manera. En la primera 1. Guerra-paz verde
sección, describimos las denominadas En la primera mitad de la década
“guerras de las esmeraldas” y la manera de 1960, el occidente de Boyacá dis-
en la cual han estado relacionadas con frutó de relativa paz interna. La prin-
el conflicto nacional. Esta historia cipal organización de esmeralderos era
finaliza con un acuerdo de paz y de “La Pesada”, un grupo criminal en el
extracción mixta. La segunda sección que participaban varios líderes esme-
describe cómo la coca se transformó ralderos. La banda lidiaba con “ame-
en el combustible de la guerra colom- nazas internas” (ladrones, guaqueros
biana, y asimismo, muestra las razones independientes, etc.). La estabilidad de
que llevaron a algunos actores a tratar la zona esmeraldera de Boyacá puede
de llegar a un acuerdo que permitiera explicarse por el hecho de que el
su “limpieza legal” (Snyder 2004: 12). único proveedor extraestatal de segu-
En la sección de las conclusiones, ridad poderosa era la articulación de
ponemos juntas las dimensiones polí- “La Pesada” con un “bandolero polí-
ticas y económicas, y adicionalmente, tico” (Sánchez y Meertens 1984),
la narrativa y los cinco argumentos. Efraín González. Gran parte del poder
Examinamos la relación entre diver- que detentaban los patrones de “La
sas formas de regulación del Estado Pesada” se debía a que contaban con
y guerra-paz, y desarrollamos algunas el respaldo de González. Éste no sólo
interpretaciones. ofrecía seguridad a los jefes esmeralde-
Es importante hacer algunos ros sino que se convirtió en el princi-
comentarios acerca de los límites y el pal mediador de los diversos conflictos
estilo de la exposición. El mercado de la entre los guaqueros y esmeralderos de
coca es mucho más grande y extendido la región (Téllez 1993).
que el de las esmeraldas; por lo tanto, Pero el poder de “La Pesada” no
cualquier relato sucinto necesariamente se limitaba al ámbito regional ni al con-
tendrá un mayor nivel de detalle res- trol del mercado local. A pesar de que

108
Órdenes subsidiarios • Francisco Gutiérrez y Mauricio Barón

legalmente el Banco de la República esmeraldas importadas desde Colom-


tenía el control exclusivo de las minas bia, mientras que el Banco de la Repú-
de esmeraldas del occidente de Boyacá, blica apenas registraba 574.919 dólares
en las décadas de 1950 y 1960 la mayo- de ingresos por esmeraldas exportadas
ría de las gemas colombianas llegaba al a esos países (Guerrero 1985: 228-229).
mercado mundial por otra vía. Según En segundo lugar, para frenar el
el mismo Banco de la República, para contrabando de esmeraldas, el gobierno
1966, el 95% del mercado mundial delegó la vigilancia de las minas al ejér-
de esmeraldas dependía del “mercado cito, pero su labor no fue efectiva por-
negro” colombiano4. Algo más de la que contaba con un escaso pie de fuerza
mitad de la exportación de esmeral- y no disponía de medios de transporte
das burlaba el control gubernamental y adecuados para recorrer la montañosa
pasaba a manos de un reducido grupo zona esmeraldera, y porque aparte de
de traficantes ilegales5. El 40 o 50% de las limitaciones netamente logísticas, los
las esmeraldas recolectadas en las minas militares adscritos a la zona eran procli-
llegaba al Banco de la República; el ves a aceptar sobornos7. En tercer lugar,
resto se distribuía entre los esmeral- estaban las difíciles condiciones labora-
deros allí mismo. El mercado negro se les de los empleados de las minas, no
movía nacionalmente entre Coscuez y sólo ocasionadas por las dificultades que
Bogotá, y desde ahí, las esmeraldas iban entraña el trabajo en las minas sino por
a parar al extranjero6. las dificultades de seguridad propias de
Esa situación se veía favorecida la zona y las precarias contraprestacio-
por varios factores relacionados con nes que ofrecía el Banco de la Repú-
el ineficiente manejo de la economía blica a sus trabajadores. Los traficantes
esmeraldera por parte del Banco, ante ilegales de esmeraldas contaban con la
todo, la política del Banco de depositar complicidad de los administradores de
la mayoría de sus reservas de esmeraldas las minas nombrados por el Banco de
y no comercializarlas, para evitar inun- la República. Estos administradores se
dar el mercado mundial, con el propó- hallaban ante un dilema difícil de resol-
sito de impedir una caída en los precios ver con decoro: enriquecerse o arries-
internacionales. Guerrero (1984) señala garse a un atentado8.
que, en 1968, Alemania Occidental, Frente a esta situación, el
Estados Unidos y Francia registraban gobierno expidió la Ley 145, en
un total de 2.795.556 de dólares en 19599. En su primer artículo disponía

4 “Compañía inglesa propone asumir las explotaciones con capital mixto”, El Colombiano. 21/11/1966, p. 1.
5 Para la época, las familias Ariza y Murcia se constituían en los principales traficantes de esmeraldas.
6 “Esmeraldas: dramática riqueza de Colombia. No hay organización ni vigilancia y las repartijas clandestinas son escanda-
losas”, El Tiempo. 21/11/1966, p. 1.
7 El comandante de la Primera Brigada del ejército convocó a consejo de guerra a 4 militares por estar involucrados en la
explotación clandestina de las minas de Peñas Blancas, en Borbur, El Colombiano. “Condena por matute de esmeraldas”,
29/11/1966.
8 A finales de 1966, el mayor Santiago Barbosa –un administrador incorruptible de las minas de Coscuez– fue víctima de
un atentado ordenado por personas cercanas a Efraín González, del que salió ileso. “Ordenaron asesinar a quien puso a
producir a Coscuez”, El Tiempo. 21/11/1966, p. 3A.
9 Reservó para el Estado el derecho de vender las esmeraldas que se produzcan en el país y dispuso que el gobierno dictara
los decretos necesarios para regular la talla y comercio, de las esmeraldas, estableciendo las sanciones y medidas de fisca-
lización que al respecto considere necesarias o pertinentes.

109
C olombia Internacional 67, ene - jun 2008, Pp. 192, ISSN 0121-5612, Bogotá, Pp. 102 - 129

que “la explotación y la exploración los miembros de “La Pesada” habían


de las minas de esmeraldas perte- logrado acumular grandes capitales
necientes a la nación se efectuará y tenían la prioridad de legalizarlos.
mediante permisos concedidos por Con ese propósito, emprendieron una
el gobierno nacional, de conformi- serie de acciones políticas y jurídicas,
dad con lo dispuesto en la presente dirigidas a que el Estado los recono-
ley. Parágrafo: las minas de esme- ciera como empresarios legales. El
raldas de Muzo y Coscuez seguirán principal promotor de dichas accio-
siendo explotadas de acuerdo con nes fue Isauro Murcia, quien lideró
el régimen vigente. Terminado éste, una campaña contra el monopolio
su explotación se hará directamente estatal de las minas y, paralelamente,
por la nación o en la forma que el trazó una estrategia para que los
gobierno estimase más conveniente”. patrones de las esmeraldas pudieran
El principal efecto de la Ley 145 ser reconocidos por el Estado, y así
fue impulsar la consolidación de la su actividad minera dejara de ser ile-
minería informal ligada a estructuras gal10. No obstante, para Ariza no era
mafiosas como la única opción via- atractiva la iniciativa de Isauro Mur-
ble para acceder a la riqueza minera cia, puesto que el prontuario delic-
del occidente de Boyacá. tivo del primero no hacía viable su
La muerte de Efraín González, transformación en un interlocutor
en junio de 1965, produjo un consi- reconocido legalmente por el Estado,
derable deterioro del orden público especialmente cuando sus patrones lo
del departamento de Boyacá. Se dis- culpaban de cuanto crimen ocurría
pararon los asaltos y la actividad de en el departamento.
la guaquería se salió de control. Los En 1969, a través de un pro-
miembros de “La Pesada” tenían claro ceso que combinaba elementos ile-
que se requería de alguien que ejer- gales tradicionalmente empleados
ciera autoridad en la zona y restau- por los esmeralderos con otros más
rara el orden perdido. Llegaron a la novedosos y propios del ámbito legal,
conclusión de que la figura ideal para Isauro Murcia alteró la manera como
hacerlo era Humberto Ariza, alias los esmeralderos solían relacionarse
“El Ganso”, primo de Efraín Gon- con el Estado. Ante el colapso de
zález. Pero Ariza no logró consolidar la administración del Banco de la
su autoridad en la región y terminó República –en gran medida, gracias
yéndose en contra de sus jefes (Téllez a la explotación y comercialización
1993; Torres y Ordóñez 1995). clandestina de los esmeralderos de
El conflicto entre Ariza y los “La Pesada”–, el gobierno de Car-
patrones giraba en torno a la estra- los Lleras Restrepo delegó a Ecomi-
tegia para articularse con el Estado. nas la administración y las facultades
Hacia mediados de la década de 1960, para ofrecer en concesión las minas

10 En agosto de 1967, los esmeralderos obtuvieron su primera victoria jurídica: el Tribunal Superior de Aduanas falló a favor
de los esmeralderos al declararse incompetente para juzgar el delito de “contrabando de esmeraldas”, lo que prácticamen-
te dejaba sin piso legal el monopolio del Banco de la República, consagrado en la Ley 145 de 1959 y en los derechos 186
de 1947 y 293 de 1964 (Rivadeneira, 1981).

110
Órdenes subsidiarios • Francisco Gutiérrez y Mauricio Barón

de Muzo, Coscuez y Peñas Blancas Ariza y con otros patrones que esta-
(Rivadeneira 1981). Isauro Murcia, ban en pleno proceso de consolida-
consciente de la inflexibilidad del ción en Coscuez 12 (Torres y Ordóñez
gobierno de Lleras Restrepo frente a 1995).
la ilegalidad y de lo prolongada que En 1978 se firmó el primer
podía ser la lucha política y jurídica pacto de paz entre esmeralderos del
adelantada por sus abogados, estimó occidente de Boyacá13. El acuerdo
conveniente acudir a una estrategia coincide con la licitación y adjudi-
complementaria capaz de esquivar la cación de las minas de esmeraldas a
burocracia estatal y, de esa manera, particulares para su explotación. Este
generar resultados inmediatos. Con pacto de paz generó dos efectos cla-
ese propósito, Murcia dispuso que ros. Por un lado, la consolidación del
él y sus socios infiltraran Ecominas, monopolio sobre la explotación y
de la misma manera que lo hicie- comercialización de las esmeraldas
ron con la administración del Banco por parte de los favorecidos con la
de la República, o sea, a través de adjudicación de las minas de Muzo
sobornos a funcionarios y de las (Isauro Murcia y luego Gilberto
tradicionales tácticas clandestinas Molina) y Peñas Blancas y Coscuez
de guaqueo (Téllez 1993). La con- (“Pacho” Vargas). Por otro lado, el
signa era hacer colapsar a Ecominas. fortalecimiento de un grupo de gua-
En 1971 fue capturado “El Ganso”, queros instalados, desde la época de
pero la vendetta entre esmeralderos se la primera guerra, en el área de “La
extendió hasta 197311. Culebrera” en Coscuez y las minas de
Peñas Blancas.
a) Segunda “guerra esmeraldera” Ante el fracaso de la explota-
En 1975 estalló la segunda ción directa, asumida primero por el
guerra de las esmeraldas, con el ase- Banco de la República y después por
sinato, en Otanche, de dos hermanos Ecominas, el gobierno decidió ceder
de “Pacho”Vargas, a manos de Daniel la explotación de las minas al sector
Bustos Ortega, alias “El Chamizo”, privado, por medio de contratos de
sobrino de Álvaro Bustos, ex alcalde explotación14. En marzo de 1977,
de Otanche y quien había sido un por medio de la Resolución 337, el
actor central en la primera guerra, gobierno aprobó los contratos entre
luchando contra “El Ganso” Ariza, Ecominas, la Sociedad Minera Boya-
y antiguo aliado de Vargas. El hecho cense y la Sociedad de Esmeraldas y
llevó a Vargas a unirse con los her- Minas de Colombia (Esmeracol). A
manos sobrevivientes de “El Ganso” la primera empresa le fue concedida

11 “’El Ganso Ariza a juicio”, El Colombiano, 21/08/1976, p. 25.


12 Se trató básicamente de los Murcia Chaparro y de los Barrera García, antiguos enemigos de Vargas, por ser aliados de “El
Ganso” Ariza.
13 Recordemos que la primera guerra esmeraldera culminó con la detención de “El Ganso” Ariza y la detención
o muerte de sus lugartenientes; no se trató de un pacto de paz sino de una guerra que terminó con uno de los
bandos derrotados.
14 Por medio del Decreto 912 de 1968, el gobierno dio origen a Ecominas. Y con el Decreto 3161, del mismo año, le
transfirió la administración de las minas de esmeraldas.

111
C olombia Internacional 67, ene - jun 2008, Pp. 192, ISSN 0121-5612, Bogotá, Pp. 102 - 129

la explotación de las minas de Muzo Tanto miembros del sector privado


y Quípama, mientras que a Esmera- de la industria esmeraldera como
col le correspondieron las minas de directivos de Ecominas reconocieron
Coscuez. De igual manera, las firmas que los nuevos arreglos de explota-
(Tecminas y Esmeracol) pertene- ción de las minas del occidente gene-
cientes a los patrones de las esmeral- raron una estabilización significativa
das más reconocidos para la época, de la situación de orden público en
Gilberto Molina y “Pacho” Vargas, la región. Por ejemplo, Óscar Ville-
compitieron con licitadores extran- gas, gerente de la Sociedad Minera
jeros y obtuvieron las concesión de Boyacense, afirmó con respecto al
las minas de Muzo, Peñas Blancas y sistema de concesiones que “… lo
Coscuez15. más importante es la calma alcan-
Luego de que el gobierno dis- zada y el incremento del empleo
puso la explotación mixta y, poste- desde que la empresa privada asu-
riormente, la concesión de las minas mió la explotación” 16. De la misma
como mecanismo regulador de la manera se expresó Pablo Murcillo,
explotación minera en la zona, se gerente de Ecominas: “… la empresa
produjo un proceso de diferencia- ha optado por no explotar directa-
ción entre esmeralderos. Los que se mente las minas y más bien recurrir a
incorporaron al orden de explotación la modalidad de contratos de explo-
definido por el Estado adquirieron el tación con particulares que garan-
estatus de empresarios legales, mien- ticen ingresos adecuados y seguros.
tras que otro sector de los esmeralde- Las minas están produciendo ingre-
ros, el de los emergentes, conservó su sos por 195 millones anuales, además
estatus ilegal e informal. Pues bien, de esa forma se está controlando la
la nueva actitud del Estado permitió situación de orden público” 17.
a los esmeralderos más tradicionales No obstante, el propósito
lograr un objetivo que venían bus- del Estado de contener la explota-
cando desde mediados de la década de ción ilegal de las minas de esmeral-
1960: ser reconocidos como empre- das ofreciéndolas en concesión a los
sarios mineros legales por parte del esmeralderos más poderosos y tra-
Estado y, de esa manera, legalizar sus dicionales no se consiguió, porque
fortunas. Adicionalmente, su nuevo entre los esmeralderos tradicionales y
estatus les permitiría incorporar for- los emergentes dedicados a la minería
mas de explotación más eficientes. ilegal había compromisos que estaban
Los patrones de violencia y paz están por encima de las obligaciones con
claramente asociados con el proceso el Estado, y porque era evidente que
de creación de un sistema de explo- excluir a los jefes emergentes hubiera
tación minera mediante concesiones. implicado el rebrote de la violencia.

15 “Contrato para explotar minas en Coscuez”, El Colombiano. 01/12/1977, p. 13B; “Adjudicadas minas de esmeraldas de
Peñas Blancas”, El Colombiano. 28/01/1978, p. 6A; “Concretan políticas de explotación de esmeraldas”, El Colombiano,
31/01/1978, p. 12B.
16 “Compañías mineras iniciaron la explotación de esmeraldas”, El Colombiano, 10/09/1978, p. 9A.
17 “Política minera a corto plazo permitirá efectivo desarrollo”, El Colombiano. 23/09/1979, p. 1C.

112
Órdenes subsidiarios • Francisco Gutiérrez y Mauricio Barón

Adicionalmente, la concesión de las guo patrón, Isauro Murcia, promovió


minas a particulares generaba a los la integración de las familias aliadas,
gobiernos municipales unas regalías por medio de un comité regional
que, aunque escasas, servían de apoyo que exigía el derecho al guaqueo20.
a los presupuestos municipales18. El bando de Coscuez, conocido tam-
bién como el de “Los Culebreros”,
b) Tercera “guerra verde” quedó integrado por “Pacho” Vargas,
Los conflictos que activaron el los Barrera García, los Murcia Chapa-
tercer enfrentamiento, el más signifi- rro y Luis Romero y Daniel Cañón,
cativo por los niveles de violencia que del municipio de Maripí. Los Cule-
generó, se produjeron por desacuerdos breros extendieron su dominio a los
en los turnos de las minas de Coscuez19, municipios de Pauna, Briceño, Coper
entre las familias Barrera García y las y Buenavista (Uribe 1992).
familias López Gualteros y Castellanos, Al comienzo de la guerra, las
las tres familias dedicadas a la minería familias de Borbur trataron de man-
ilegal pero con alianzas con empresa- tener un perfil bajo, acotar al desplie-
rios esmeralderos legales. gue de violencia contra sus enemigos
Rápidamente, las familias esme- y mostrarse respetuosos de la autoridad
ralderas se reorganizaron en dos ban- del Estado21. Eso explica que las fami-
dos, con el propósito de defender sus lias Suárez y Espitia enviaran varios
intereses. El bando de Borbur quedó documentos a la Presidencia, en los que
integrado por familias de Santa Bár- hacían una denuncia formal y porme-
bara (familias Castellanos, Rodríguez, norizada de las agresiones de los de “El
Espitia), Borbur (familias López Gual- Colmillo”, solicitando la intervención
teros y Rodríguez), Peñas Blancas, de las fuerzas armadas en el conflicto,
Muzo y Quípama (Gilberto Molina), todo con el propósito de detener al
Otanche (familias Suárez, Bustos, feroz jefe militar de Coscuez y resta-
Espitia y Salinas). Gilberto Molina blecer el acceso perdido a las minas de
buscaba obtener acceso a Coscuez. ese lugar22. En este contexto violento,
Y siguiendo la experiencia de anti- los contratos con el Estado adquirie-

18 En 1983, Napoleón Peralta, crítico constante de las políticas mineras del gobierno y en ese momento senador de la Repú-
blica, reconoció que “hasta el momento este ha sido el sistema [los contratos de Ecominas con empresas privadas] menos
malo en toda la historia de las esmeraldas, pues hoy se pueden observar varias obras en los municipios beneficiados”.
“Hasta un 300% caen precios de esmeraldas”, El Tiempo, 07/08/1983, p. 11A.
19 Para la época, ese yacimiento minero era el más productivo, no sólo en términos de la cantidad de piedras que producía
sino también por su calidad.
20 Recordemos que Isauro Murcia, su antiguo jefe, conformó Asomicol a finales de la década de 1960, con el pro-
pósito de unificar los esfuerzos de los patrones de las esmeraldas, para lograr el reconocimiento legal por parte
del Estado.
21 Pero no hay que sobrestimar el esmero del bando de Borbur por ceñirse a esa estrategia, ya que guaqueros y
planteros al servicio de los Barrera y los Murcia Chaparro acusaron de agresiones a los Castellanos de Santa
Bárbara y los Suárez de Otanche. Por otra parte, los López ordenaron emboscar, robar y asesinar a Segundo
Rodríguez, aliado de los Murcia Chaparro y esmeraldero de Coscuez; los asaltantes tomaron dinero, armas
y, obviamente, esmeraldas. El vehículo en el que se movilizaba Rodríguez fue incendiado y arrojado al río
Minero (Téllez 1993).
22 “Somos partidarios de la militarización total del territorio y de la mina [de Coscuez]. Es la única manera de erradicar a la
gente de ‘El Colmillo’, la única posibilidad de guaquear”. “La codicia, el hambre y ‘El Colmillo’, imponen su ley”. Revista
Cromos. 8 de octubre de 1984. pp. 22-27.

113
C olombia Internacional 67, ene - jun 2008, Pp. 192, ISSN 0121-5612, Bogotá, Pp. 102 - 129

ron más relevancia para los empresa- Además del alto nivel de vio-
rios esmeralderos, puesto que requerían lencia, la tercera guerra esmeraldera
recursos para financiar la guerra. Entre estuvo marcada por un elemento
1986 y 1989 hubo un gran crecimiento novedoso: la participación del nar-
de las ventas de esmeraldas al exterior. cotráfico. Por iniciativa de Gilberto
Mientras que en 1986 las ventas ascen- Molina, para ese entonces el líder del
dieron a 46.000.000 de dólares, en sector de los esmeralderos de Borbur,
1989 llegaron a la cifra de 121.000.000 al que pertenecía la familia López,
de dólares. Un incremento cercano al le pidieron apoyo a Gonzalo Rodrí-
300% (ver la tabla 1). guez Gacha, líder de Cartel de Mede-
llín. Al comienzo, Gilberto Molina
Tabla 1. Cifras de exportaciones de esmeraldas (1970-1999) y Rodríguez fueron aliados, pero
posteriormente terminaron enfren-
Año Millones de dólares de 1995 tados a muerte. Los desacuerdos con
Molina llevaron a Rodríguez Gacha
1970 12 a aliarse con el bando de Coscuez.
1971 20 El 27 de febrero de 1989 fue asesi-
1972 144
1973 222
nado Gilberto Molina, por orden de
1974 14 Rodríguez Gacha, en una masacre en
1975 26 la población de Sasaima, en Cundi-
1976 22 namarca23. Esto parecía indicar que el
1977 34 conflicto se estaba inclinando a favor
1978 12
1979 3
de “Los Culebreros”. Pero esa supuesta
1980 85 ventaja se esfumó a finales del año, el
1981 82 16 de diciembre de ese mismo año,
1982 50 con la muerte de Rodríguez Gacha,
1983 43 en un operativo conjunto entre poli-
1984 30
1985 30
cía y ejército. La muerte del narcotra-
1986 46 ficante posibilitó los acuerdos de paz
1987 72 entre los esmeralderos (Téllez 1993;
1988 106 Torres y Ordóñez 1995).
1989 121 ¿Qué sentido tenía la relativa
1990 121
1991 153
moderación del bando de Borbur?
1992 191 En realidad, estaba haciendo un doble
1993 419 juego. Por un lado, solicitaba explíci-
1994 438 tamente la presencia del Estado y del
1995 452 ejército en la región del occidente, y
1996 171
1997 138
por otro lado, continuaba cometiendo
1998 83 crímenes y atacando a sus enemigos
1999 107 de Coscuez. Asimismo, mantuvieron
su red de contactos con políticos y
Fuente: Dane.

23 “El epílogo de la ‘guerra verde’”. El Mundo de España, Periódico, 23/07/1998. Última A; “La reinserción de los esmeral-
deros”, Semana. 05/11/1992; “El fin de “El Mexicano”, Semana. 06/08/1992.

114
Órdenes subsidiarios • Francisco Gutiérrez y Mauricio Barón

funcionarios del Estado, mientras que los esmeralderos informales más influ-
“Los Culebreros” veían cómo sus alia- yentes; recordemos que en la primera
dos dentro de las fuerzas armadas y el y segunda paz los sectores informales
Estado gradualmente tomaban distan- con mayor poder fueron excluidos de
cia. Evidentemente, la alianza que el los compromisos entre los empresarios
bando de Coscuez sostenía con Rodrí- legales y el Estado.
guez Gacha los hacía unos interlocuto- En mayo de 1991 fue creado un
res incómodos para el Estado. consejo de paz, conformado por líderes
El pacto de paz incluyó los esmeralderos, miembros de la Iglesia y
siguientes puntos: autoridades civiles y militares; el con-
sejo se aferró fielmente al esquema Mal
a. Cese inmediato del fuego. Estado-Región Buena, como se puede
b. Los dos bandos se comprometie- deducir de la carta abierta que le envió
ron a desmantelar a sus grupos de a la opinión pública. Posteriormente, en
gatilleros. julio de 1991, se acogió una figura más
c. El Estado vigilaría el desarrollo del formal. Se conformó el Comité Perma-
proceso, fortaleciendo la justicia y la nente de Normalización, Verificación,
lucha contra la impunidad. Pacificación y Desarrollo del Occidente
d. Veeduría de la Iglesia y el ejército de Boyacá, con la presencia de los más
para garantizar el cumplimiento de prominentes esmeralderos, el gober-
los acuerdos. nador de Boyacá, el arzobispo de Chi-
e. Suspensión de cualquier actividad quinquirá, el comandante de policía del
relacionada con el narcotráfico. departamento, el gerente de la compañía
f. Ampliación de la participación en Mineralco (Ocampo, Rangel y Sánchez
la explotación esmeraldífera. Este 1993: 27). El arzobispo de Chiquinquirá
punto estaba dirigido básicamente fue designado presidente del Comité.
a regular la explotación de la pro- Con el pacto de paz, la situa-
ducción de Coscuez. Los socios de ción varió radicalmente, puesto que los
Esmerarcol S. A. –operadora legal de principales líderes de uno y otro bando
las minas de Coscuez– cederían sus tienen acciones y cortes en Esmeralcol,
derechos legales de explotación, para lo que genera incentivos muy fuertes
permitir así la participación de otros para no enfrentarse: un típico OEM.
sectores interesados en el filón24. A la fecha, los esmeralderos
pagan impuestos y colaboran con la
Uno de los aspectos centrales policía departamental en el control del
de este acuerdo de paz es que incluyó orden público de la región25. Pretenden
en los compromisos con el Estado a limitar al máximo las influencias exter-

24 La entrada en vigencia de los acuerdos de paz implicó que la sociedad de Esmeracol recibiera nuevos miembros, todos
con igual participación: Víctor Quintero (antiguo socio de “Pacho” Vargas); Jaime Murcia, accionista de Tecminas, cuyo
principal accionista es Víctor Carranza; Sam Gaad y Pablo Elías Delgadillo, líderes cívicos de Borbur, y Luis Murcia,
principal líder de Coscuez (Uribe 1992).
25 “Esmeralderos dicen que el Estado debe comprometerse con el desarrollo vial y social de Muzo”, El Tiempo, 21 de agos-
to de 2007. http://www.eltiempo.com/nacion/boyaca/2007-08-21/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_HL-
3688869.html; “2.500 millones de pesos en regalías por exportación de esmeraldas recibió Boyacá en el 2006”, El Tiempo,
21 de agosto de 2007. http://www.eltiempo.com/nacion/boyaca/2007-08-21.

115
C olombia Internacional 67, ene - jun 2008, Pp. 192, ISSN 0121-5612, Bogotá, Pp. 102 - 129

nas sobre el territorio. Por ejemplo, recuperaron su misión original (ver, por
en 2007 fue asesinado Yesid Campos, ejemplo, Castaño, en Aranguren 2001,
un esmeraldero que acumuló mucho pero el libreto ha sido adoptado por
poder en poco tiempo, y de quien se muchas fuentes)–, la participación de
aseguraba que estaba vinculado con los narcos tuvo lugar desde el princi-
jefes paramilitares e introduciendo cul- pio y desempeñó un papel clave. Los
tivos ilícitos en el occidente de Boyacá. narcotraficantes tomaron la iniciativa
Una de las pistas para explicar el crimen de crear un grupo armado, Muerte a
es que detrás de él estuvieron los más Secuestradores (MAS), a fines de 1981,
poderosos jefes esmeralderos26. el cual actuó como catalizador para la
conformación de organizaciones de
2. El combustible de la guerra orientación similar en otras regiones. El
El mercado global de sustancias MAS tuvo expresiones regionales, que
ilícitas se desarrolló rápidamente en actuaron como franquicias. Es claro
la década de 1970 (Kenney 2002). Al que hubo muchos casos en donde ori-
principio, en Colombia la marihuana ginalmente la guerra antisubversiva tuvo
atrajo la mayor atención, pero pronto fuertes nexos con el narcotráfico. Gra-
aparecieron nuevos narcos que, con o cias principalmente a esta relación con
sin nexos con el negocio de la mari- el narcotráfico es que, pese a los fuertes
huana, comenzaron a asumir el papel lazos entre políticos, élites regionales y
de intermediarios entre los principales militares, en Colombia los paramilitares
productores –Bolivia y Perú– y Esta- nunca se han estructurado como una
dos Unidos, junto con otros mercados. fuerza del Estado dedicada exclusiva-
Sin embargo, a mediados de la década mente a tareas estratégicas que estuvie-
de 1980, Colombia se transformó en ran operativamente fuera del alcance de
el principal productor y exportador los organismos de seguridad del Estado.
de cocaína. Este nuevo estatus generó Más bien se constituyeron en agente con
una enorme riqueza ilegal que terminó una doble naturaleza: aliado estratégico
financiando a guerrilleros, paramilitares, del Estado pero también en relación de
y a funcionarios del Estado. tensión dinámica con él, y sometido a
una readaptación constante. En efecto,
a) Los narcos, los paramilitares y el Estado Colombia está inmersa en dos guerras
Uno de los factores que mejor (contra la subversión, posteriormente
define la naturaleza contradictoria terrorismo, y contra el narcotráfico),
del paramilitarismo colombiano es su las cuales son globales y no siempre
involucramiento con el narcotráfico. plenamente compatibles (sobre todo,
Al contrario de la versión que ofrecen porque los narcotraficantes pueden,
los paramilitares de su propia evolución como tantos otros empresarios, adop-
–primero eran limpios, luego fueron tar una orientación antisubversiva27).
corrompidos por el narco y, finalmente, Asimismo, hay conflictos cruciales que

26 “De mi parte no va a haber guerra”, Semana. 04/22/2006; “La opinión de Víctor Carranza, representante de los esmeral-
deros”. Cambio. 18/12/2007.
27 Por supuesto, empíricamente las preferencias subjetivas y acciones políticas de los narcos varían en el tiempo.

116
Órdenes subsidiarios • Francisco Gutiérrez y Mauricio Barón

no dependen de la toma de decisiones poder público. Entre 1985 y 1986 hubo


nacional; la extradición es un ejemplo un número considerable de asesinatos
paradigmático. Las administraciones de de funcionarios.
Ronald Reagan y George Bush padre En la primera mitad de la década
asumieron el tráfico de drogas como de 1990 hubo un salto cualitativo en
un problema de seguridad nacional la política antinarcóticos. Entre 1989
y presionaron al Estado colombiano y 1990, cuando César Gaviria se lanzó
para que enfrentara a los carteles de la como candidato a la Presidencia, se
droga con determinación (este proceso mostró contrario a la extradición como
es narrado detallada y juiciosamente en el mecanismo principal para llenar los
Matthiesen 2000). Estados Unidos le vacíos de la justicia colombiana. Una
exigía a Colombia contener la produc- vez elegido presidente dispuso una serie
ción de coca, mediante operaciones de de políticas para devolverle al sistema
erradicación de cultivos y destrucción de justicia colombiano su capacidad de
de laboratorios para el procesamiento procesar y condenar a los narcotrafi-
de droga, y la captura y extradición de cantes, recurriendo a procedimientos
narcotraficantes colombianos a Estados especiales como el sometimiento a la
Unidos. En una guerra –contra la sub- justicia a cambio de reducción de penas
versión–, los paramilitares eran aliados y la garantía de no ser extraditados. El
del Estado; pero en la otra –la de las 5 de septiembre de 1990, Gaviria logró
drogas– eran adversarios, o al menos la aprobación del Decreto 2047, diri-
transgresores. gido a delitos contra el narcotráfico. En
Entre la década de 1980 y el él se disponía que los narcotraficantes
presente, la articulación de las dos que se entregaran y confesaran sus deli-
guerras fue cambiando. El Estado tos no serían extraditados; y que quie-
colombiano, los paramilitares, los nes además de la confesión colaboraran
narcotraficantes y Estados Unidos con la justicia recibirían una rebaja de
se fueron reacomodando. En esa hasta una sexta parte de la pena. La
década, los narcotraficantes participa- nueva política de Gaviria contra el nar-
ron como un componente más en la cotráfico fue refrendada por el artículo
coalición antisubversiva, cuyos otros 35 de la Constitución de 1991. Para-
componentes fijos eran los ganaderos dójicamente, Gaviria gozó de mejores
y agentes de las fuerzas de seguridad relaciones con Estados Unidos que sus
del Estado (Gutiérrez y Barón 2005). antecesores. En gran medida, esto se
En los noventa, los narcotraficantes debió a que continuó con la ejecución
fueron ganando terreno como finan- de algunas políticas comenzadas por
ciadores –algo en lo que la enorme- Virgilio Barco, como la búsqueda y
mente ineficiente ganadería extensiva destrucción de laboratorios, y la fumi-
no podía competir– y rentistas, hasta gación aérea. Sin embargo, luego de la
convertirse en la fuerza principal. fuga de Escobar, en julio de 1993, el
En los ochenta, la presión esta- gobierno de Estados Unidos hizo duros
dounidense y la ofensiva violenta del cuestionamientos al sistema de justicia
Cartel de Medellín frente al tratado de colombiano. Gaviria consiguió calmar
extradición provocaron posturas con- la hostilidad política estadounidense, y
tradictorias entre las distintas ramas del por medio de los decretos que expidió

117
C olombia Internacional 67, ene - jun 2008, Pp. 192, ISSN 0121-5612, Bogotá, Pp. 102 - 129

logró frenar la ofensiva terrorista de los una jerarquía de mando y un discurso


narcotraficantes. La fuga de Escobar más elaborado que el de un simple
fue el hecho que al parecer propició escuadrón de la muerte, capaz de dia-
un acercamiento entre las fuerzas de logar con la opinión pública a partir de
seguridad del Estado y algunas de las una ideología contrainsurgente (Aran-
organizaciones criminales que enfren- guren 2001: 199-203). Como se sabe,
taban a Escobar. Finalmente, el jefe del organizacionalmente, las AUC colapsaron
cartel de Medellín fue dado de baja en en 2002.
diciembre de 1993. La construcción de la federación
La segunda mitad de los noventa puede haber servido, paradójicamente,
trajo cambios en el rumbo de la política para minar la coalición paramilitar ori-
estatal contra el narcotráfico, correspon- ginal y dar origen a una nueva. La cues-
diente a un cambio en la “correlación tión se puede plantear de dos maneras,
de fuerzas”, como solía decirse, dentro que convergen en un mismo resul-
del mundo criminal, por la derrota del tado. Primero, como lo señaló Duncan
Cartel de Medellín. La participación del (2006), el hecho de que los paramilita-
Cartel de Cali en la financiación de la res fueran “políticos” les sirvió para ser
campaña del candidato que a la postre mejores “criminales”. En particular, el
resultó ganador fue un factor serio de hecho de que tuvieran ejércitos priva-
desestabilización de la vida pública. En dos que podían ofrecer seguridad más
1995, Estados Unidos certificó a medias o menos eficientemente les permitió
al país. El presidente Samper fue presio- apoderarse de rutas de narcotráfico y
nado por Estados Unidos para imple- operar en condiciones de integración
mentar una campaña de persecución a vertical mucho más eficientes que
los miembros del Cartel de Cali, y para las de los narcos “simples”, que sólo
mediados de 1995, la mayoría de los jefes tenían grupos más o menos dispersos
de esa organización habían sido cap- de gatilleros, con mucho menor poder
turados. Adicionalmente, en noviem- de fuego28. Probablemente, hubo aquí
bre de 1997 el Congreso colombiano algo de descubrimiento e innovación:
aprobó una enmienda constitucional primero comenzaron ofreciendo segu-
que revocó la prohibición constitucio- ridad a los narcos para que se instalaran
nal de 1991 de extradición de ciuda- cómodamente en sus territorios, sólo
danos colombianos; la extradición fue para descubrir después que el negocio
aprobaba pero sin retroactividad. era tan bueno que valía la pena entrar
En esta época, Carlos Castaño “por su propia mano”. Por lo demás, las
comenzó a estructurar su proyecto barreras a la entrada eran básicamente
contrainsurgente, denominado Auto- las de la provisión de seguridad y neu-
defensas Unidas de Colombia (AUC). tralización de los agentes del Estado, y
Se trataba de conformar una confede- con respecto a ambas, los paramilitares
ración de grupos de autodefensas dis- estaban en mejor posición que los nar-
persos por distintas regiones del país, cos “simples”. De hecho, sabemos que
con un carácter militar estructurado, en algunas regiones (Puerto Boyacá) las

28 Situación confirmada por el reciente episodio de “Los Mellizos”.

118
Órdenes subsidiarios • Francisco Gutiérrez y Mauricio Barón

cosas ocurrieron precisamente así. Pero, el proceso de paz con Uribe. En medio
por otra parte, hubo una paramilitari- de los diálogos iniciales: a) se descu-
zación de numerosos narcos. Muchos brió que muchas de las figuras que los
de los jefes militares de los carteles, que paramilitares habían presentado como
ahora quedaban con rutas y estructu- comandantes eran en realidad narco-
ras militares en sus manos, montaron traficantes; b) las fuerzas que represen-
sus propias estructuras militares, que les taban el viejo estilo de paramilitarismo
permitieron confluir con las autodefen- fueron apartadas por sus ex camaradas.
sas29. La fachada de las autodefensas les El acuerdo entre el gobierno y los para-
ayudaba a encubrir sus actividades y a militares fue intensamente debatido,
establecer contactos en mejores condi- por tener muchas áreas oscuras. Pero
ciones con agentes del Estado. Había, los intercambios básicos son fáciles de
pues, incentivos en ambas direcciones identificar: de los paramilitares se exigía
para que los narcos adquirieran una desmovilización, desmantelamiento del
posición privilegiada dentro del para- aparato militar, confesión de crímenes,
militarismo, ya no como un compo- restitución a las víctimas y no reinci-
nente más, sino como el componente dencia. El Estado ofrecía a cambio altos
dominante de la coalición. niveles de impunidad –qué tan altos, fue
La tendencia fue reforzada por objeto de intenso debate–, reinserción
los desenlaces, tanto militares como y, eventualmente, ventanas de oportu-
políticos. El impresionante crecimiento nidad para participación en política31.
de las estructuras comandadas por nar- Es claro que algunos de estos principios
coparamilitares contrasta con el estanca- han sido constantemente violados (por
miento o lento crecimiento de grupos ejemplo, no reincidencia). La opinión
paramilitares dirigidos por jefes más pública ha venido hasta ahora a descu-
tradicionales de autodefensa, para no brir que en muchas regiones del país
hablar ya de las dramáticas derrotas en los paramilitares han construido pode-
el terreno de los bloques tradicionales, rosos feudos, que funcionan gracias a
a manos de los directamente manejados una estrecha alianza entre ellos, polí-
por narcos (como en el caso de la des- ticos, militares y autoridades civiles, y
aparición del Bloque Metro por acción sectores de las élites económicas legales.
del Cacique Nutibara30). No sorprende, Diversos informes de organismos inter-
pues, la centralidad que tuvo en el pro- nacionales sugieren, también, que hay
ceso de paz la histórica reivindicación preocupantes procesos de rearme, arti-
narco (no a la extradición). culados en buena parte a las dinámicas
de la economía cocalera.
b) La paz paramilitar En julio de 2004, justo en la
Justo en el momento de transi- mitad del proceso, surgió un acalorado
ción a la completa narcotización de las debate, debido a la incorporación de
estructuras paramilitares (2002) se inició narcotraficantes, muchos de ellos pedi-

29 Uno de los mejores representantes de este sector es Adolfo Paz, también conocido como “Don Berna”, quien pasó de ser
jefe de escoltas de los hermanos Galeano, miembros del Cartel de Medellín, a enemigo de Pablo Escobar.
30 Hay muchos más casos, por supuesto.
31 Algo que nunca fructificó.

119
C olombia Internacional 67, ene - jun 2008, Pp. 192, ISSN 0121-5612, Bogotá, Pp. 102 - 129

dos en extradición, como líderes para- siendo funcionarios (aunque quizás


militares. Por ejemplo, el narcotraficante estén comenzando a aparecer excepcio-
Víctor Manuel Mejía Múnera, que de nes a esta regla). Además, la guerrilla es
un momento a otro se convirtió en el un actor armado que desafía al Estado y,
comandante “Pablo Mejía” o “Pablo por tal razón, como proveedor de pro-
Arauca”, del “Bloque Vencedores de tección a los narcos, su desempeño es
Arauca”, y Francisco Javier Zuluaga, limitado y ambiguo. Las guerrillas atraen
alias “Gordo Lindo”. la represión estatal, y una parte esencial
de su repertorio militar es la estrategia
c) Las FARC de “golpear y correr” (“hit and run”; el
La principal guerrilla colom- énfasis está en preservar las tropas, no el
biana, las FARC, decidió actuar en las territorio). Esto es exactamente todo lo
regiones dedicadas a los cultivos de coca contrario a la postura paramilitar (pro-
en 1978 (Ferro y Uribe 2002). Rápida- teger el territorio por encima de todo).
mente, la guerrilla se consolidó allí. El Segundo, las ganancias políticas, en par-
nexo con el mercado de la coca ofrecía ticular, la posibilidad de asumir el papel
dos ventajas estratégicas. Primero, claro, del Estado, regulando el mercado. En
incalculables rentas. La principal acti- efecto, antes de la introducción de los
vidad económica de las FARC en las cultivos de coca, en el sur del país no
regiones bajo su influencia ha sido el había instituciones estatales ni “capital
cobro de tributos a los cultivadores de social”. Como en el caso de las esmeral-
coca y a los comerciantes que compran das, el desarrollo del negocio de la coca
la cosecha. También regulan los pre- generó violencia y anomia. Cuando las
cios.Ya en los noventa existían reportes FARC aparecieron como un regula-
de que la organización estaba partici- dor externo muy disciplinado, capaz de
pando en masivos embarques de coca crear alguna semblanza de orden, algu-
a Estados Unidos y otros mercados, y nos actores aceptaron su presencia.
también estaba proveyendo protección ¿En qué ha consistido esa
de algunas rutas, o al menos, de seg- “semblanza de orden”? Las FARC
mentos de ellas. Su cooperación con el se encargan de regular las relaciones
narcotraficante brasileño Fernandinho sociales. En lo económico, obligan a
Beira-Mar es un buen ejemplo de la cultivar dos hectáreas de pancoger por
significativa extensión que su red de cada hectárea de cultivos ilícitos. Fijan
alianzas en el mundo del narcotráfico los precios de compra a los interme-
había logrado. Por otro lado, puesto diarios y les cobran un impuesto.
que las FARC castigan duramente los Ejercen igualmente una especie de
arreglos que puedan permitirles a sus aduana en las regiones cocaleras. En
miembros acceso personal a rentas, no La Gabarra33, al norte del país, las
hay evidencia de que algún miembro de FARC, antes de la llegada del Blo-
la guerrilla actúe propiamente como un que Catatumbo, controlaban de la
narcoempresario individual32: continúan siguiente manera la movilización de

32 Obviamente, algunos frentes son grandes exportadores de droga, pero bajo el auspicio y control del Secretariado.
33 “Viaje al infierno”, Semana, 21 a 28 de junio de 2004 p. 24;“Un gran acto de fe”, Semana, 6 a 13 de diciembre de 2004, p. 58.

120
Órdenes subsidiarios • Francisco Gutiérrez y Mauricio Barón

mercancía. Un miembro de las FARC Conclusiones


apodado “La Vaca” se ubicaba a orillas Hemos descrito la trayectoria
del río San Miguel, por donde saca- violenta de dos importantes recursos
ban su producto los cocaleros, con saqueables. Por lo tanto, no solamente
una mesa y un cuaderno y varias cajas tenemos países y regiones donde los
de cartón a su lado. Los cultivadores recursos saqueables están presentes
llegaban en canoa con la droga pro- en períodos alternados de violencia y
cesada. El guerrillero anotaba en un sosiego, como Snyder acertadamente
cuaderno la cantidad de droga que señala, sino agentes que promueven la
se iba a sacar, cobraba el impuesto de violencia organizada pero que también
gramaje y ponía el dinero en las cajas son capaces de implementar los arreglos
de cartón. Los cultivadores seguían necesarios para llevar al cese de hosti-
su camino en busca de compradores, lidades. En el caso de las esmeraldas,
que a su vez también les pagaban un el pacto regional incluyó a todos los
impuesto a las FARC. Los compra- adversarios. En el de la coca, el desen-
dores llegaban a La Gabarra a través lace fue mucho más fragmentado, pero
de trochas, en lujosas camionetas. En de la misma manera hemos contem-
el sur del país, el mecanismo parece plado cómo ha generado alternativa-
haber sido distinto. En el Putu- mente dinámicas de guerra y paz.
mayo34, según el testimonio de un Las dos trayectorias que han sido
desmovilizado de la guerrilla, de los discutidas en este texto plantean dos pro-
96 miembros con los que cuenta su blemas inmediatos. Primero, ¿son precisas
frente, 60 están dedicados a activida- las definiciones utilizadas en la literatura?
des relacionadas con el narcotráfico. La noción misma de recurso saqueable
De acuerdo con su relato, “Chuzo”, aparece problemática. La cocaína no es
uno de los jefes financieros del frente, “un bien fácil de transportar”. De hecho,
acudía con 300 o 400 millones de el principal problema para los empresa-
pesos en efectivo, para comprarles la rios de las drogas es superar las dificul-
coca a los campesinos. Los raspachi- tades de transporte. Definir los recursos
nes están obligados a vender todo su saqueables como “bienes de alto valor
producido a las FARC. En sus zonas con escasas barreras de entrada” es más
de influencia, la guerrilla ejerce un adecuado pero aún impreciso. Segundo,
control estricto sobre la producción, la codicia –o un tipo de acción colectiva
hace censos de las fincas y ha eva- basada en la codicia– no es necesaria-
luado cuál es el potencial productivo mente una condición adversa para la paz.
de cada una; adicionalmente, hace Este punto parece contradecir seriamente
retenes en las carreteras y en el río a lo que reivindica la sabiduría convencio-
las salidas de los pueblos, y decomisa nal. Dicho más claramente, la presencia
la coca que encuentra. Cada campe- de crimen organizado es un catalizador
sino llega donde el jefe financiero y de cualquier clase de violencia porque:
vende su producido al precio fijado a) no cuenta con tribunales para resolver
de antemano por el Secretariado. las disputas distributivas; b) por lo tanto,

34 “¿Quién es el enemigo?”, Semana, 06/09/2003. http://www.semana.com/wf_InfoArticulo.aspx?IdArt=70787

121
C olombia Internacional 67, ene - jun 2008, Pp. 192, ISSN 0121-5612, Bogotá, Pp. 102 - 129

canaliza fondos para apoyar estructuras implicarse en compromisos creíbles. En


de seguridad, que desarrollan sus propias ese contexto, la información (“créeme,
destrezas y tradiciones, pero que al mismo voy a cooperar”) se convierte en un
tiempo le dan ventajas para todo tipo de recurso estratégico.
negociaciones; c) Tiene un interés implí- Son argumentos fuertes, pero
cito en debilitar al Estado. d) Típicamente, nuestras narrativas parecen apartarse de
opera dentro de áreas institucionales pre- las predicciones que ellos implicarían.
carias donde los derechos de propiedad Como hemos visto aquí, los OEM con
están mal definidos. e) Enfrenta proble- altos niveles de criminalización pueden
mas de información que se configuran ser estables y, adicionalmente, pueden
como dilemas del prisionero de segundo reducir sustancialmente la violencia (al
nivel. El conflicto surge fácilmente por la menos con respecto a los índices de
dificultad que tienen los criminales para homicidios) (ver gráfico 1).

Gráfico 1. Homicidios en el occidente de Boyacá, por año

400

300

200

100

90 95 100 105

Municipios: Chiquinquirá, Briceño, Buenavista, Caldas, Coper, La Victoria, Maripí, Muzo, Otanche, Pauna,
Quípama, Saboyá, San Miguel de Sema, San Pablo de Borbur, Tonungua.
Fuente: Policía del departmento de Boyacá.

Pero ¿qué historia puede contarse mucho más ambigua. En el caso de los
para explicar las dos trayectorias, y la narcotraficantes, no todos ellos optaron
alternación entre paz y guerra en los dos por transformarse en “políticos”. Por otra
casos? Debe notarse que, en el caso de parte, cuando los paramilitares decidie-
las esmeraldas, los protagonistas son los ron reinsertarse, dejaron atrás un montón
empresarios, sin mayor intermediación. de personas que prefirieron persistir en
En la coca, en cambio, la situación fue la actividad ilegal. En el caso de la coca,

122
Órdenes subsidiarios • Francisco Gutiérrez y Mauricio Barón

sucesivas camadas de criminales organi- bal son altas. El acceso al mercado global
zados han tenido relaciones tempestuosas depende de la capacidad para estructurar
con el Estado, pero al final, la creciente un aparato de seguridad y transporte, y la
criminalización de los paramilitares coin- red de apoyo político. Pero al contar con
cidió con un acuerdo con el gobierno y estos recursos, el empresario exportador
un masivo proceso de reinserción. Por lo adquiere una visibilidad nacional e inter-
tanto, al contrario de los que sostienen nacional muy incómoda para el Estado.
las especulaciones de Collier y de otros, Dicho de otra manera, el éxito econó-
la codicia puede actuar en las dos direc- mico (con todo lo que implica) desenca-
ciones, como estímulo al conflicto y a la dena desgracias políticas (la visibilidad). El
concordia, al orden y al desorden. Éste Estado procede a extirpar al empresario
no es un contraste puramente académico, ilegal que se ha vuelto demasiado incó-
como puede notarse fácilmente obser- modo, pero muy pronto otro nuevo toma
vando la evolución de la actividad homi- su lugar porque, a pesar de que el riesgo
cida en el occidente de Boyacá (gráfico es alto, el diferencial de precios es incluso
1). Ha decrecido un orden de magnitud. mayor que en las esmeraldas, lo que man-
A través del pacto, la región encontró su tiene atractivo el negocio. Se trata de
ruta hobessiana hacia al orden. ¿Cómo un mecanismo eminentemente cíclico.
explicar esto? Puesto que en el caso de Puesto que las esmeraldas son recursos
empresarios ilegales los costos de la gue- genuinamente saqueables, y están terri-
rra pueden incrementarse rápidamente torialmente circunscritas, los productores
–porque la guerra puede propiciar la tienen que coordinar con los exportado-
intervención estatal en la disputa, lo que res, mientras que en el caso de la coca el
subsecuentemente resulta muy dañino exportador comisiona a los productores
para los negocios ilegales–, aquí encon- (y frecuentemente los reprime).
tramos una fuente de fuertes incentivos Pero la estabilidad depende
para la paz criminal. El primer acuerdo no sólo de las barreras de entrada en
de paz no fue sostenible por los proble- muchos niveles; está también relacionada
mas de manejo de la información y de de manera obvia e íntima con las cam-
falta claridad en la definición de los dere- biantes formas de regulación estatal. ¿Por
chos de propiedad en las minas de Cos- qué el Estado colombiano fue incapaz
cuez. Pero la guerra fue extremadamente de poner en cintura el mercado esmeral-
costosa para los empresarios esmeralde- dero? Ésta, ciertamente, es una dimen-
ros: una intensa y brutal confrontación sión crítica de la debilidad del Estado,
combinada con una caída significativa que merece ser explorada con algún
de la rentabilidad abrió las puertas a un detalle. El Estado colombiano respon-
acuerdo de paz sostenible. dió a los desafíos del mercado interna-
En el caso de la producción de cional con políticas proteccionistas, sin
coca, no ha sido posible lograr un arre- promover ni la inversión regional ni el
glo estable. Aquí el punto es que, en rea- desarrollo tecnológico. Desde el punto
lidad, la coca no es un recurso saqueable. de vista estatal, un problema central fue
Para empezar, la cocaína no es en lo más la incapacidad de solucionar las estructu-
mínimo un producto fácil de transportar, y ras de agente-principal, pues sus agentes
por esto, las barreras de entrada en térmi- siempre podían ser cooptados por medio
nos de su conexión con el mercado glo- de sobornos o amenazas creíbles; así, no

123
C olombia Internacional 67, ene - jun 2008, Pp. 192, ISSN 0121-5612, Bogotá, Pp. 102 - 129

hubo manera de alinear las preferencias mientras que la paz puede resolver pro-
de los agentes con los desenlaces desea- blemas hoy pero crear las condiciones
dos por los arquitectos de las políticas. para la aparición de peores dificultades
La liberalización económica y la des- mañana (porque muestra públicamente
regulación, en cambio, produjeron una que alguien poderoso puede romper la
paz verosímil, en la cual el Estado y los ley y salirse con la suya). Así, cada régi-
esmeralderos administran un OEM. Con men diseña un paquete de alternativas de
respecto a la coca, es claro que su ilega- guerra y paz. Este paquete puede incluir
lidad, y el hecho de que abiertamente el uso directo o indirecto de la fuerza.
el Estado no puede endosar ningún tipo Como Maquiavelo bien lo sabía, los
de arreglo estable con los empresarios, regímenes pueden delegar la represión si
hace imposible tal tipo de solución. El esto hace parte de una estrategia a largo
régimen de prohibición estadounidense plazo dirigida a obtener el control total
impide cualquier OEM articulado con (Machiavelli 1991).
el mercado internacional. Desde este punto de vista, la evo-
Hemos examinado las motivacio- lución en los mundos verde y blanco es
nes racionales de los líderes esmeralderos también diferente. La solución esmeraldera
y coqueros tanto para la guerra como para es un típico OEM. El control territorial,
la paz. ¿Pero qué ocurre con el Estado? hasta cierto punto, incluye la delegación
Hay que tener en cuenta que la economía de la administración de justicia y el uso de
política del conflicto ha sido particular- la fuerza a los líderes esmeralderos. El pre-
mente débil cuando trata de introducir al rrequisito de este orden es la libertad para
Estado dentro de su marco de análisis. El disponer de los buscapleitos y los mineros
Estado no es una cosa ni propiamente un ilegales incorregibles, pero igualmente, la
agente social, así que no podemos asumir comprensión por parte de los líderes de
que tiene alguna clase de interés propio, que las trasgresiones demasiado visibles
como lo tendría un individuo. Ya vimos son el peor enemigo del pacto. El OEM
cómo han variado las formas de regula- sirve bien a los intereses de los señores de
ción del mercado de esmeraldas y –con las esmeraldas: cuentan con hegemonía
muchos más límites– de la coca. Podemos regional, la producción está totalmente
asumir que cada presidente esta intere- privatizada y los impuestos son bajos. Claro
sado en minimizar la inseguridad, puesto que el Estado también gana. Obtiene una
que la inseguridad genera descontento35. fortaleza contra la expansión de la guerrilla
Pero minimizar la inseguridad puede ser y los narcos36, algunos ingresos a través de
un asunto muy intrincado. La represión impuestos y regalías, niveles relativamente
es costosa y puede ser contraproducente, bajos de homicidios y, más generalmente,

35 La función esencial del Estado es proveer seguridad. Al mismo tiempo, los políticos que permiten que la inseguridad se
desborde serán castigados electoralmente. La prohibición de la coca es análoga. Incluso si esto no es razonable, se puede
sostener si los ciudadanos estadounidenses votan en contra de cualquier partido o candidato sospechoso de ser blando
con el crimen y sí los políticos conocen o esperan esa clase de comportamiento. Es fácil observar cómo esto puede crear
un mecanismo de autosostenimiento (puesto que los políticos tienen esta creencia acerca de los votantes, desarrollan su
discurso en esa dirección, reforzando las creencias de los votantes).
36 Un punto central del acuerdo de paz es combatir los cultivos de coca en la región. En la narrativa de este texto, por
razones de espacio, hemos omitido los enfrentamientos de los líderes esmeralderos con actores armados de corte nacional.
Ha habido múltiples vínculos con el paramilitarismo y conflictos con la guerrilla. Pero la invariante ha sido la fijación
regionalista de los líderes, que preferirían expandirse pero evitar que alguien “foráneo” se meta a sus territorios.

124
Órdenes subsidiarios • Francisco Gutiérrez y Mauricio Barón

la solución de un problema regional. En con el Estado. Estas condiciones comu-


otros términos, la precondición para el nes ayudan a explicar aspectos centrales
control territorial del Estado es su intro- de las diferencias en las dinámicas de la
ducción, por medio de coaliciones regio- coca y las esmeraldas. Al tener que sub-
nales que prominentemente incluyen a los sistir en una pequeña región en la cual
jefes esmeralderos. las esmeraldas virtualmente son la única
El caso de la coca es mucho más economía, es posible lograr un control
complicado, pero muestra algunas simi- general. Los capos de la coca, en cambio,
litudes llamativas. Puesto que la coca viven en un universo centrífugo. La pro-
está dispersa territorialmente, se trata de ducción está esparcida territorialmente,
un asunto nacional. Los impuestos están la mercancía es ilegal, tiene que coexistir
fuera de discusión (para el gobierno, no con otras fuentes legales de riqueza, así
para los rebeldes o los paramilitares).Tanto que siempre hay incentivos para incurrir
por razones políticas (dado el número de en un uso faccionalista del Estado (pre-
personas involucradas en la producción) sionando al Estado para que reprima a los
como financieras (la gran riqueza invo- competidores y rivales). Esto hace de la
lucrada), el régimen tiende a tolerar los coca un OEM más frágil. Segundo, están
arreglos regionales, donde los magnates apoyados en coaliciones regionales que
de la coca participan en coaliciones anti- pasan por encima de la división legalidad-
subversivas junto con miembros de las ilegalidad. Tercero, transforman las opera-
élites socioeconómicas. Estos OEM son ciones del Estado. Este punto es crucial,
muy similares al acuerdo esmeraldero. puesto que los efectos de los OEM no
Sin embargo, este tipo de coaliciones es pueden ser medidos únicamente en
muy proclive a generar la desaprobación términos “mecánicos” (para más deta-
internacional. De hecho, esto explica por lles acerca del caso de las esmeraldas y
qué el acuerdo de paz entre el Estado y los paramilitares, ver Gutiérrez y Barón
los paramilitares implica la devolución 2005). Cuarto, son extremadamente
del control territorial al primero. Todo cerrados y conservadores. Nótese que, al
esto muestra cuán importante es con- contrario de los argumentos comunes, la
siderar en detalle la naturaleza de los privatización y, en general, los preceptos
OEM. Los que hemos discutido en este la economía liberal no van de la mano
artículo comparten muchas característi- con la profundización-empeoramiento
cas. Primero, dependen de que los líderes del conflicto y la violencia. Pero, por otra
sean capaces de actuar colectivamente. parte, en los OEM que hemos revisado, el
El potencial para la acción colectiva está prerrequisito para el orden es la negación
basado en a) los beneficios económicos de las libertades democráticas, la privati-
que pueden resultar de la cooperación, zación de la toma pública de decisiones,
b) la necesidad de defenderse de agentes el aval y fortalecimiento de actores ilega-
externos, c) La posibilidad y la necesi- les o semilegales37. Es importante resaltar
dad de controlar alborotadores internos que esto aplica a los territorios influen-
(por ejemplo, mineros informales), d) ciados por la guerrilla. Mientras que el
la necesidad de crear interfaces viables término narcoguerrilla es inexacto, las

37 También, la capacidad para limitar el acceso a ciudadanos o funcionarios del Estado indeseables.

125
C olombia Internacional 67, ene - jun 2008, Pp. 192, ISSN 0121-5612, Bogotá, Pp. 102 - 129

guerrillas colombianas podrían ser defi- dilema del prisionero entre el desor-
nidas más precisamente como guerrillas den democrático y el cerramiento de
liberales: entran en la política a través de los OEM. Por eso es que Gutiérrez y
la regulación del mercado, y están, en el Jaramillo (2003) los denominan “pactos
fondo, defendiendo el derecho de elegir paradójicos”.
en contra de un régimen de prohibición En suma, como resultado de
internacional. Es claro que, en esencia, estos estudios de caso sugerimos que la
son también muy conservadoras. literatura debe: a) revaluar algunas defi-
Ya hemos discutido la relación niciones básicas (en lugar de recursos
entre los arreglos económicos libera- saqueables, proponemos el concepto
les y globalizadores y los OEM. El otro de recursos con altos costos de inter-
lado de la moneda es la evaluación de mediación38); b) repensar el Estado, tra-
la prohibición y, en general, del cierre tando de comprender las implicaciones
económico. Las guerras de las esmeral- de los distintos modos de regulación;
das estuvieron asociadas a un régimen c) desarrollar microfundamentos más
proteccionista. La violencia coquera sofisticados para la racionalidad del régi-
–como Snyder lo nota– proviene de men; d) comprender comparativamente
la implementación de la prohibición cómo operan los OEM (especialmente
estadounidense. ¿Es la carencia de solu- importante aquí es la combinación las
ciones de libre mercado lo que activa dimensiones racionales, normativas y de
el conflicto? Sí y no. La principal cues- creencias); e) examinar cómo el orden
tión es qué tipo de paz está asociada está articulado con el mercado global; f)
a cuál forma de globalización econó- comprender cómo la interacción entre
mica. Los OEM de esmeraldas y coca- arreglos económicos y políticos detrás
paramilitar fortalecen a los empresarios de los conflictos conduce a la guerra y
ilegales y los respaldan con autoridad la paz.
política para controlar a los habitantes
de sus zonas de influencia. El hecho de Referencias
que una oposición generalizada a estos Aranguren, Mauricio. 2001. Mi
OEM no se haya materializado puede confesión: Carlos Castaño revela sus secretos
implicar que todavía los beneficios Bogotá: Oveja Negra.
que producen son percibidos en secto-
res más o menos relevantes como más Arlacchi, Pino. 1983. Mafia Business.
significativos que los costos que pue- The Mafia Ethic and the Spirit of Capitalism,
dan generar. Hay que tener en cuenta: London:Verso.
a) estos OEM tal como los conocemos
no son democráticos; b) no eliminan la Bates, Robert, Avner Greif y Smita
violencia, pero sí la reducen; c) a futuro, Singh. 2001. “Organizing Violence”. Work-
pueden prevenir el traslado hacia otras ing Paper. Center for International Devel-
formas de orden más abiertas y legales. opment at Harvard University, Nº 71
Los ciudadanos pueden enfrentar un (September).

38 De hecho, ni la coca ni las esmeraldas son regularmente saqueadas en el conflicto colombiano. Sólo esporádicamente hay
noticias de que un embarque de coca es asaltado por la guerrilla o los paramilitares.

126
Órdenes subsidiarios • Francisco Gutiérrez y Mauricio Barón

Catanzaro, Raimondo. 1988. El Guerrero, Javier. 1985. “La economía


delito como empresa. Historia social de la mafia. esmeraldífera y la violencia: la micro-historia
Taurus: España. institucional y contra-institucional”. Memo-
riasV Congreso de Historia,Armenia. Univer-
Collier, Paul. 1999.“Doing Well Out sidad del Quindio-ICFES, Serie de Memorias
of War”. (Paper prepared for the conference de Eventos Científicos, pp. 227-247.
on Economic Agendas in Civil Wars, April
26-27, London). Guerrero, Javier. 1984. “La economía
esmeraldífera y la violencia: la micro-historia
Collier, Paul. 2000. “Rebellion as a institucional y contra-institucional”. Tunja:
Quasi-Criminal Activity”. Journal of Conflict UPTC, sin fecha, p. 246.
Resolution 44, Nº 6.
Guitiérrez, Francisco. 2004. Crimi-
Collier, Paul y Anke Hoeffler. 2001. nal Rebels? A Discussion of War and Cri-
”Greed and Grievance in Civil War“.World minality from the Colombian Experience.
Bank working paper, Washington, DC. London School of Economics. Working
Paper Nº 27.
Díaz,Ana María y Fabio Sánchez. 2004.
“A Geography of Illicit Crops (Coca Leaf) and Gutiérrez, Francisco y Ana María
Armed Conflict in Colombia”. Crisis States Jaramillo. 2003. Pactos paradoxais. Rio de
Programme Working Paper Series. N° 47. Janeiro: Civilização Brasileira.

Duncan, Gustavo. 2006. Los Señores Gutiérrez, Francisco y Mauricio


de la Guerra. De paramilitares, mafiosos y auto- Barón. 2005.“Re-Stating The State: Paramil-
defensas en Colombia. Bogotá: Planeta. itary Territorial Control and Political Order
in Colombia (1978-2004)”. London School
Elster, Jon. 1983. Sour Grapes: Stud- of Economics. Working Paper Nº 66.
ies in the Subversion of Rationality. New York:
Cambridge University Press. Heyman, Josiah. 1999. States and Ille-
gal Practices. Oxford & New York: Berg.
Fearon, James. 1995. “Rationalist
Explanations of War”. International Organi- Hobsbawm, Eric. 1981. Bandits.
zation, vol. 49 Nº 3: 379-414. New York: Pantheon.

Ferro, Juan Guillermo y Graciela Uribe. Jiménez, Carlos. 1986. “Una Pro-
2002. El orden de la guerra. Las FARC-EP: entre curaduría de Opinión. Informe al Con-
la organización y la política. CEJA: Bogotá. greso y al País”. Bogotá: Printer.

Gambetta Diego. 1993. The Sicilian Kaldor, Mary. 2001. Las nuevas gue-
Mafia.The Business of Private Protection, Har- rras. Violencia organizada en la era global. Bar-
vard: University Press. celona: Tuquest.

Giraldo, Juan Carlos e Ignacio Kalmanovitz, Salomón. 1992. Análi-


Gómez. 1992. El retorno de Pablo Escobar. sis macroeconómico del narcotráfico en la economía
Bogotá: Oveja Negra. colombiana. Centro de Investigaciones para

127
C olombia Internacional 67, ene - jun 2008, Pp. 192, ISSN 0121-5612, Bogotá, Pp. 102 - 129

el Desarrollo, CID-Universidad Nacional Peñate, Andrés. 1991. “Arauca: Poli-


de Colombia. Políticas de Cooperación tics and Oil in a Colombian Province”
Internacional Frente al Problema de La (master’s the­sis, Oxford University).
droga en Colombia.
Ramírez, María Clemencia. 2001.
Kalyvas, Stathis N. 1999. “Wanton Entre el Estado y la guerrilla: identidad y ciu-
and Senseless? The Logic of Violence in dadanía en el movimiento de los campesinos
Civil Wars”. Rationality and Society (August). cocaleros del Putumayo. Bogotá: Icanh-Col-
pp. 243-85. ciencias.

Keen, David. 2000. “Incentives and Rensselaer, Lee III. 1988. “Dimen-
Discentives for Violence”. En Greed and sions of the South American Cocaine
Grievance. Economic Agendas in Civil Wars. Industry”. Journal of Interamerican Studies
Berdal, M., M. David y M. Malone. Lon- and World Affairs, vol. 30, Nº 2. Special Issue:
don: Lynn Boulder & Rienner, pp. 19-43. Assesing the Americas’War On Drugs, pp.
87-103.
Kenney, Michael Clark. 2002.
Outsmarting the State: A Comparative Case Rivadeneira, Luis Mario. 1981.
Study of the Learning Capacity of Colombian Derecho de Minas colombiano. Bogotá: Ed.
Drug Trafficking Organizations and Gov- Pirámide.
ernment Drug Enforcement Agencies. Ann
Arbor: UMI. Ross, Michael L. 1999. “The Politi-
cal Economy of the Resource Curse”.
Machiavelli, Niccolo. 1991. “L´art World Politics, Volume 51, Number 2, pp.
de la guerre”. Paris: Flammarion. 297-322.

Matthiesen, Tatiana. 2000. El arte Salazar Jaramillo, Alonso.1998. La


político de conciliar: el tema de las drogas en cola del lagarto: drogas y narcotráfico en la socie-
las relaciones entre Colombia y Estados Uni- dad colombiana. Bogotá: Proyecto Enlace,
dos 1986-1994. Bogotá: Fedesarrollo-Fes- Corporación Región.
col-Cerec.
Sánchez, Gonzalo y Donny
Medina, Carlos. 1990. Autodefensas, Meertens. 1984. Bandoleros, gamonales y
paramilitares y narcotráfico. Origen, desarrollo y campesinos. El caso de la violencia en Colombia.
consolidación. El caso de Puerto Boyacá. Bogotá: Bogotá: El Áncora Editores.
Documentos Periodísticos.
Snyder, Richard. 2004. “Does
Ocampo, Myriam, Carlos Rangel Lootable Conflict Breed Disorder?”.
y Teresa Sánchez. 1993. Oficina de Orden Working Paper 312, University of Notre
Público y Convivencia Ciudadana. Bogotá: Dame.
Ministerio de Gobierno.
Steiner Sampedro, Roberto. 1997.
Paoli, Letizia. 2002. “The Parado- “El posible destino de los ingresos del nar-
xes of Organized Crime”. Crime, Law, and cotráfico”. Coyuntura Económica, Fedesarro-
Social Change. Nº 37, pp. 51-97. llo, Vol. 27, Nº 1 pp. 131-164.

128
Órdenes subsidiarios • Francisco Gutiérrez y Mauricio Barón

Téllez, Pedro Claver. 1993. La guerra Vélez, María Alejandra. 1999.


verde: treinta años de conflicto entre los esmeral- “FARC-ELN. Evolución y expansión
deros. Bogotá: Intermedio Editores. territorial”.Tesis de grado de la Facultad de
Economía de la Universidad de los Andes.
Torres Beltrán, Andrés y Antonio
Ordóñez Triana. 1995. “Conflicto y paci- Walzer, Michael. 1998. “Intellectuals,
ficación en el occidente de Boyacá, 1970- Social Classes, and Revolutions”. En Democracy,
1995”. Tesis de maestría, Universidad de los Revolution and History. New York: Ed. Theda
Andes). Skocpol Ithaca. Cornell University Press.

Uribe María Victoria. 1992. Lim- Wood, Elisabeth. 2003. Insurgent


piar la tierra. Guerra y poder entre esmeralderos. Collective Action and Civil War in El Salvador
Bogotá: Cinep. Cambridge: Cambridge University Press.

129

También podría gustarte