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4.a ÉPO CA. M iércoles 20 ee A bril de 1859. N Ú M . 2.

EL PENSIL DE IBERIá.
EEYI8TA ÜNIYEESAL CONTEMPOEANEA.
>, C O LA B O R A D O R E S.
Sra. Margarita P. de Celis. Sr. D. Antonio Negrete. .Sr. D. Joaquín Fiol. Sr. Dr .Roberto Rob.ert.
„ Mai'ía J. Zapata.. „ Domingo de la Vega. ,, Joaquin Martínez. „ Romualdo Lafuente.,
.. Rosa Butler. „ Federico Ferredon. „ José Bartorelo. ,, Roque Barcia. ^
„ Rosa Marina. ' Federico Beltran. „ José Francisco Vicli. Sixto Cámara. '
íSr. D. Antonio I. Cervera. ,, Fernando Garrido. „ Manuel Jiménez.
„ Antonio Quüea. ,, Francisco P. de Puente. ,, Narciso Jlonturiol.

C o n d ic io n e s nATEEiALja de la p u b l ic a c ió n .—E l Pensil y ej. estrangero: Tres meses, 19.—Seis,-Sp.—Un año, 65.—Se
de Iberia se reparte los dias 10, 20 y 30 de cada mes, y, consta suscribe en Cádiz, én la Administración, calle del Sacramento,
de cuatro pliegos de esmerada impresión. núin. 83, (á donde se dirijirán toda clase de .reclamádoneé): en
P b e c io s d e s ü s c e ic io n pagada a d elan ta da .—Én Cádiz: la librería de la Revista Médica y en la encuadernación de Fá-
. Un mes, 3 rs.—Tres, 8.—Seis, 15.—Un año, 28.—En prouincias: bregas, calle de la Verónica.
Un mes, 4rs.—Tres, 10.—Seis, 19.—Un año, 35.—En Ultoamar E n provincias, en las principales librerías.

SuMAfiio.—Dereclios y misión de la nmger.—Las víctimas del sapientísimas regiones la general opinión con res­
error.—Leyendas morales.—Jorge Sand-.—Cuatro meses cu, pecto á la muger es aun esta: "especie de má­
París.
quina, hecha para regalo y satisfacción del. hombre;
esto es, adquirir por su medio una perfecta educa­
ción"— "casarse"— "tener hijos"— estar en casa, o sa­
Y 1I1S10.Y !)E LA MUGI lir cuando quiera y adonde se le antoje, pues que su
O POB esposo hace lo mismo: hé aquí el .cuadro de los dere­
chos y misión de la muger en los paises mas ilustra­
i0 A. J D A V IS . dos y civilizados dcl mundo; parto de la esclusiva le -'
gislacion dcil' hombre, que no cesará de producir tales
(Traducido libremente del inglés, aumentado y anotado engendros, mientras se aferre . en estar pensando y
por el que suscribe.) obrando con media cabeza, o media ciencia.
(C O N T IN U A C IO N .)
Es fácil comprender por qué la muger se aficiona
con frecuencia á manifestarse débil é impetuosa en sus
La uiuger tiene deseos é impulsos, que el hombre á juicios, deseos é impulsos, y de aquí que la prostitución
á causa de su diferente constitución física y moral, exista bajo todas sus formas así en las mas aisladas,
no los comprende, ni comprenderlos puede perfecta­ como en las mas publicas porciones de la sociedad.
mente, y asi es que la muger, impaciente y comprimi­ Aguijoneada generalmejite la muger por la luiseria y
da, rompe á veces los diques en que se la encierra, el deseo del lujo, y respirando por do quiera el am­ í,
para satisfacer libremente sus pasiones; y mal guiada, biente de la adulación, fa ls ía y eselemitud, llega á acos­
mal educada, se arrastra, aun con doblez y falsía, en el tumbrarse de. buena fé á esa espqeie de fugitiva defe­
lodazal de todos los vicios, hasta convertirse en un hor­ rencia que los que se reconocen superiores manifies­
rible monstruo su angelical belleza y carácter. E n tan por el ser inferior, que aman, y escojen para su so­
las naciones civilizadas,se dice, y generalmente se cree, laz; y es bien seguro que los frutos de esa degradación,
que la muger está constituida de modo que es incapaz las mas veces inconciente del alma femenina, ,o de todo
de moverse armónicamente en otra esfera, que en la ser que viva en medio d e'tales influencias, serán la
que la ha colocado la actual civilizaciou; en donde, en infidelidad, el vicio, la locura, la itáseria.
vez de ser considerada como una mera sirvienta o es­ Como son las instituciones de un pais, así los pue­
clava, ha sido promovida con el título de señora al blos; y viceversa. Ellas y ellos recíprocamente se
alto puesto de dirigir la colocación del mueblage y or­ afectan en sus caracteres y desarrollos: la acción y la
namentos de una casa, recibir las visitas en el estrado, reacej-pn son inevitables; y por tanto, es de rigor, y
>1- examinar á veces la cuenta de los menudos gastos cu­ lo que se es-ti’aña es lo que tarda, que la influencia
linarios, y principalmente cuidar de que estén siemipre que hasta aquí ha ejercido el hombre, como principio
á la trinca y á la moda los vestidos de paseo, baile y de gobierno sobre la posición y carácter d,e la muger,
teatro; y gracias se las considere y trate como un ser quiera, y deba ejercerla esta en el mismo sentido so*
apasionado, razonable y sensible, por los escasos cere-, bre el,mundo entero.
bros, ó primas intelectuales, en que difractarse ha po­ Hay pocos entendimientos que comprendan cómo »
dido «n toda su plenitud la luz evangélica. Aun en la vida de la sociedad depende de la moralidad y cultó^* \ .
Europa y América cristianas, creemos no se nos nega­ ra del bello sexo; y solo tal cual conoce que la láh* ' "v s *' ■ • '
rá, cuesta trabajo por lo general considerar á la mu­ ger es, y debe ser, lo que el hombre y la sociedad h s ^ n
ger todavía como una compañera del hombre,—como de ella. E l elemento femenino, por su e sp iritu a lid ^ y '
un noble y regenerador principio, que hace impor­ amor, tiene sobre el mundo esta triple y vital influb^i.
tante papel en el drama liumanitaTÍo, y ejerce en ciai ' Estkbletíer los fundamentos de la sociedad y 'I f V v
él una influencia tan grande; si no superior, á la las'nacíóües, actuando y. presidiendo' ^ esferas
que hasta aquí ha ejercido el hombre. E n dichas niñé'zi dé! \z. fa m ilia (ó la casa), y en la dé lá sociedad.

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S egún las circunstancias que la rodeen, y según la sus bellas producciones, sus sublim es concepciones, su
cualidad de qpeüsq^vea (É|lig^áft|ií PVIft géjMo q jp e c uíq^ iu flu p c iiy |ro » itiv a so-
p lear, así s e rjn lo»^ ( ^ i^ ^ n to ^ ^ d .^ iu id jio n s c ^ r^ o jk b r^ a ^ c o n ^ th flÁ flÉ y c ^ q i ^ f i d e l iudiiíidu(l|jque se es-
eúales erig ir Ifiiadii, l% i£ i^ rc m a .e ^ u c tq 4 p d o ia .Í^ i:ii^ tiim d ^ h a ^ > n a c i a ^ , no obsM w e de que
ciones y del p u a d o * . ; , (. : > coblpat^'^d^ co n laid^^l l ij ^ b r a ^ ^ s ncggtivajp H ablando
E l re s ú ií* » de su iHfl«en«ift'€st»»- m edio dd-4ílh cdn-p M p ia d a d /e l hom bre lufliciM .. m aft^tie dos c ír­
niñez modela el individuo,— '^ox m edio de la influencia, culos de acción: l.° la esfera nacional: 2.® la univer­
fam lia y refiná al m arido,— p o r m edio de la sociedad, sal, porque tales son lu s círculos del gobierno y a r­
influeneia y espiritualiza, legislación y gobierno. m onía. L as m u g eres n o pueden p o r sí solas p roducir
E l espíritu fem enino es u n a bella com binación de esta, pero pueden su m in istra r los elementos propios
divinos principios y afecciones, los que, bajo cual­ para su elaboración y establecim iento; y el hom bre no
q u ier respecto qué se lim iten , ó reprim an, en su espan- puede producir estos elem entos; p ero sí puede descu­
sion é infim to desarrollo, p roducirán e n él el descon­ b rir, su m in istrar y reforzar los principios de disci­
te n to , y acaso la disipación. plina, las leyes n a tu rales de organización social, que
Poco ó n a d a h a n m editado los filósofos y legislado­ conduzcan á ta n suspirado objeto (1).
re s sobre la variedad é im portancia de la influencia fe­ Así, la esfera de la niñez, la esfera de la fa m ilia , y
m enina, n i lian sido lo suficientem ente m inuciosos en la esfera social son círculos de amor; y la nacional y
sus investigaciones sobre las secretas fuentes de Ja universal, círculos de sabiduría. L as tre s prim eras,
acción, m ala dirección, ó perfeccionam iento de la in ­ hablando con propiedad, el te a tro son de la acción é
teligencia hum ana; y de aquí el h ab er m uchos elem en­ influencia fem eninas; y las segundas, las esferas del g o ­
to s de regeneración p o r descubrir, que conducirían po­ biern o intelectual: y por consecuencia, como ys- se
derosam ente al desarrollo de la arm onía universal. h a dicho, la influencia fem enina es positiva y podero­
Poco ó nad a es conocida tam b ién del m ism o bello sa sobre la constitución y carácter del individuo, por
sexo, m ita d relegada de la hum anidad, to d a la esten- el cual y con el cu al llega á influir después á m anera
sion de su divina influencia; m as p ara nosotros, que la de balanza en las disposiciones ó leyes m as altas y tra s ­
hem os contem plado siem pre Con placer y adm iración, cendentales, relativas á la constitución y gobierno de
y desde la niñez h a sta la adolescencia venim os sin tien ­ los E stados.
do su benéfico influjo, su dulce am or, su inspiración Pasem os ah o ra á considerar á la m uger en su prim e­
sublim e, y som os lo que somos por ella, y valem os lo ra esfera de acción, á saber: en la esfera de la niñez.
que valem os p o r ella, no podem os m enos de reconocer S egún es la educación y el m edio en que vive la m ujer,
que su m isión en el m undo es luchar en estas tre s es­ así serán la co nstitución ó inclinaciones de su descen­
feras de la actividad hum ana: 1 esfera de la niñez: dencia. L a v erdad de esta proposición, que empezó á
2.® esfera de la fam ilia: 3.® esfera social. E n esta^ reconocerse, adelantando en su desarrollo las ciencias
fundam entales y espirituales esferas, debiera e star com- fisiológicag y patológipas, au n rep u g n a y rep u g n ará
, pletam ente incorporado el elem ento fem enino, pudien- .p o r m ucho tiem po á la crasa ignorancia é in cred u li­
do desplegar en ellas to d a su legítim a acción: él no de­ dad. M as, p o r n u e stra p arte, estam os profundam en­
sea m as estenso y elevado fin, n i sentirse p u d iera m as te convencidos de que la m ejora de la hum anidad ha
gozoso y arm ónico que en las espresadas esferas. L a de venir de aquí; esto es, de la elevación y educación
m u g er o b rará e n estos tre s círculos, é im posible es del carácter fem enino. L as im presiones y h ered ita­
im pedírselo: lo que sí es posible es ro d earla de opre­ rias predisposiciones del cuerpo y el enten d im ien to
soras circunstancias, ponerle obstáculos insuperables á pasan igualm ente de padres á hijos: la influencia pro-
su lib re acción, haciendo ásí que sus obras sean im per­ g en ito ra es in ev itab le é irresistible: de aquí el que los
fectas, im productivas, y au n deplorables á la h u m an i­
(1) La ocasión es un prodigio; á propósito de loyes na­
dad. P o r ejem plo, la m uger da directamente al in d i­ turales de organización social, vamos á consignar aquí un es­
viduo p o r m edio d e la niñez, constitución y carácter, tasis 8onambúlico,^dé cuyosjuicios la posteridad ul menos sa­
ejem plos dom ésticos, y com ercio social; pero o b ra co­ brá ajlroveeliarse, en el solo hecho de someterlos al análisis
m o u n in stru m en to dispensador de aquellas personales del razonamiento. Dice así: "No hay mas que un A utor—nu
y variadas influencias, de aquellas dom ésticas condi­ hay mas que una L ey—no hay mas que 'iiiia Oiencia\— x\t^
V ciones y sociales tendencias, con que su esposo, las hay progreso posible ñiera de esta ley. H ay un Gefe visi­
costum bres del m undo civilizado la h a n rodeado, y el ble en la tieiTa: este es el Amor: solo este es el Señoi* de sui¿
individuo, cuyo in stru m en to de desarrollo es ella. L a pueblos; este solo puede, sin violentar, imponer contnbucioii-
m u g er inevitablem ente desarrollará y perfeccionará su y obediencia.—No hay'mas que unafam ilia— una mansión—
prole, pero por via de com pensación, y p o r el propio N ohay mas forma social, ni mas clave gubernati­
in terés de esta, la sociedad debe g a ra n tirla con b u e ­ va, que la que está basada en la claye musical; esta sola puede
proporcionar la armonía y el goce: asi, un gobierno octava-
nas relaciones m atrim oniales, con grandes com odida­ do^ no puede ppr monos que arraonizai- sus pueblos, y. daxle.s
des y provechos dom ésticos, con instituciones sociales, el goce y la felicidad.
que la cm ioblezcan, y le den ám plia lib ertád , á fin de' Escachad, civilizados, vuestra marcha individualizada:
que pudiéndo desarrollar arraónicam entte stis atraccio*-' los mas morales, probos y justos, todos trabajáis para vues­
nes, fácil y n a tu ra l le séa producir hijos ta n completos tra desgracia y la de vuestros hijos. Os eréis cumplidos con
y arm ónicos, de quienes esclaraar p u d iera n u e stra in ­ réplegcyos háeia el fondo do la familia, y degradando vues­
fo rtu n ad a tierra: tras almas, os. acqjeis de éobardía al caos de vuestras tan
"F eliz el globo qué e n su seno cria ealumniotas como ridiculas eunersticiones. A dónde mar­
chas, aniíjuilada humanidad! ¿ i’e orees convaleciente euaji-
H ijos dignos de honor y etern a gloria:
áa te empieza á devorar el cáncer? '
P o r e llo s se e sta b le ce la A r m o n ía ,
Bebe, espectro de la vida, algunas, gotas do este elixir, y
P o r ellos gana. Xs. fe liz v icto ria ." reanimándose tu sea* y aclai'ándose tu nebulosa vista podras
A q u ié n , s in o á l a m u g e r .p m e ip ^ m e n te j d eb e n lo s distingqir tus loem-as, y ver á tu mitad relegada, la miyer,
h é ro e s, p o e ta s, a r t is t a s , filó s o fo s . y , tq ó lo g o s ,, ,q^e p ía s morir do. repulsión. «¿Queréis vivir empezando por siúci-
h a n so b re sa ii^ o e n . e l,m u p d o ," s u s e m p re sa s,d é v a lp c , daros? . . .

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filántropos y filósofos deban dirigir su atención hacia LA S V IC TIM A S D E L ER R O R .


este punto para investigar y remover las causas de
tanto estravio y debilidad luiinana. (2)
Si los padres se erapcfian en ocupaciones y cálculos
que solo tienden á desarrollar su naturaleza social y Vosotros que sufrís torm ento horrible
animal, es decir, á procurarse esclusivamente el bien Sujetos en amor á duras .pruebas.
estar material, el hijo será una csacta representación Los que teneis un corazón sensible
de los espemalt^ caractéres y situaciones de sus pro­ Que jamás recibió felices nuevas.
genitores, y también de las variadas, influyentes cir-
cunátSncias, que continuamente los rodean: por tanto, Vosotros, los amantes desgraciados,
el niño, es lo mas'probable, llegarán la madurez en Los que lloráis ausencias enojosas,
raquítico estado de desarrollo moral é intelectual, y Y aquellos que adoréis sin, ser amados.
esperimentará m ultitud de tentaciones sociales é im­ Comprendereis mis quejas dolorosas.
pulsos animales, que, sobre su represión, ningún poder
¡Sufrir, solo sufrir el pecho debe
tendrán sus facultades morales é intelectuales.
Cuando idolatra delirante y ciego,
Además: si uno, o anibos de los padres, tienen esce-
sivo deseo de acumular propiedades y riqueza, y para Y el cáliz de am argura incauto bebe
la adquisición délas cuales ponen enjuego (pero juego •Sin que mitigue su anhelante fuego!
sub-s ersivo) todas sus potencias reflexivas, combina­ ¡Sufrir, solo sufrir! De cruda herida
das con los sentimientos^ igualmente falseados ó per­ Oculta el alma su dolor agudo
vertidos, del egoísmo, la firmeza de carácter, la comba­ f J
Haciendo gala de virtud mentida; •
tividad, la destructividad, el hijo habrá nacido qui­ Que virtud el no amar nunca ser pudo!
zás inevitablemente con semejante organización, y qui­
zás inevitablemente ejercerá dui-ante toda su vida te r­ ' ¿Qué alivio puede hallar el du.elo impío
restre las mismas facultades, á fin de satisfacer los De un corazón que amante desfallece,
mismos deseos. Efi este mundo intolerante y frió,
Además: si uno, ó ambos de los padres tiene, e§- Que las penas de amor no compadece?
0- cesivo amor propio, arrogancia; es pendenciero, que­
relloso, testarudo, impetuoso; el hijo nacerá y crecerá ¡Callar, solo callar! que el mundo necio
con semejantes disposiciones y aptitud para hacer Le acojerá con risa mofadora,
su infelicidad y la de otros muchos. E insultarlé podrá con el desprecio,
•. Y además: si hay disposición de parte de los padres Porque la ley del Salvador ignora.
á algún tleearreglo m ental, el hijo participad, ó quizás
manifieste el mismo constitucional defecto. Estos po­ todas las virtudes celestiales
cos casos que hemos espuesto ilustran acerca de las Que ei Hacedor derrama entre nosotros.
muchas influencias que constantemente están impi­ Amor, hizo á los hombres inmortales,
diendo la progresiv'a belleza y elevación de la hum a­ Y en todo superiores á los otros.
nidad. (Se continuará.)
J o s é BAKTORELO. Miraremos perderse en torbellino
Las esperanzas, si el azar las trunca.
(2) Eespues de la nota que antecede, y de las doctrinas ¡Pero el recuerdo do un amor divino
ífuc sobre la organización del trabajo, útiles reformas hu.- No se borra del alma nunca, nunca!
manitarias, y nativraleza del hombre y la muger, hemos ve­ f.
nido sustentando con especialidad, desde la tercera- época Amor! tú eres la flor de primavera
del Pensil, pocos esfuerzos tendrán que lia;eer jíftra investi­
gar ia causa del estravio y debilidad de la tspec-ie humana
Que no devora el ardóróso estío;.
Y cuya esencia que aquilón venera * ij
ios filántropos y filósofos, que en la actualidad se consagran
á echar gotas de agua en los incendios parciales de la huma­ A un nos eonsuela en el invierno frió.
nidad afiigida, lo que no hace mas que amnentaido, sostener­
lo, propagarlo y eatenderlo, hasta que al fin se haga general. Prefiero de tí, amor, el negro dolo,
Qué hace la limosna individual mas que estacionaria indi­ A que enojado por mí mal te alejes,
gencia, y tal vez fomentarla! Qué los filántropos con erigir Y abandonado á su dolor y solo
asilos de mendicidad, hospicios, hospitales y casas de de­ E l corazón en, orfandad me dejes.
mentes, en donde se hacinan los -estragos de la. pobifeza, de
las enfermedades, de la perversión moral ó intelectaial, he­ ¡Cuán bella es la aureola del martirio
redada, ó adquirida por la mahi educad.on; que Uaíjen. loe fi­ Cuando en tu fuego celestial me inflamq,
lántropos con todo esto, repetimos, mas que perpetuar y Y mi entusiasmo crece hasta el delirio:
fomentar esos focos de iilfeceion los mas, todas las cau­ Si sufro, también amo, tam bién amo!
sas de nuestros padecimientoe, ‘que no son otras que la
infracción de las divinas leyes! Filántropos! sin dejar de Pues de amor nos mostró hasta lo infinito
seguir prestando-apoyo á la humanidad alligida, eñ de ■E l silpremo señor de las alturas,
nuestra ignorancia, emplead la mayor parte del tesoro ó po­ Y su fruto del cielo fue bendito,
derosas influencias-de que disponer podáis', no en'caridades
Y sublime placer dio á las ci iaturas.
estériles y parciales, en consumir mazmorras para albergar
. momias ó espectros moribundos^ sino apresimaos ¿edificar pa- : h
lacios para Ifts feries-aimónicas,que sobrados elementos hay Y el hombre adivinar creyendo todo,
ya para levantarlos; en donde la gracia de Dios se cuidará, á Y hallándose con grandes aptitudes,
no dudarlo, de conservar á todos sus hijos,, según sus atrac­ Nuevas leyes al mundo dio á su modo,
ej;, ciones, la salud, el goce y la felicidad terrena! Cesará Y forjo otra mor^il y otras virtudes.
LCi- entonces, Dios mió, para la humanidad, la cotidiana plega­
ria-,. "Venga á nos el tu reino"? E ignorando ¡inféliz! por mala estrella *1-1,

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Que de Dios sumo contrarió el mandato Si es santo aquello que del cielo emana,
.I * Arrebató del mundo á la doncella, Y desciende de Dios su fuego puro,
Santificó á la vez el celibato. ¿Quién osó proferir con lengua insana
Y juzgando cstirpar los torpes vicios Que hay amor torpe, criniinal é impuro?
L a reclusión por correctivo impuso,* ¿Dónde est<án los prelados y señores.
Y por servir de Dios los altos juicios Príncipes, dignatarios y altos reyes,
Encerrar las ^ rtu d es se propuso. Grandes y distinguidos oradores
Que insensatos de amor dictaron leyes?
Y en su orgullo inventó nuevas prisiones
Donde se albergan, enterradas vivas, ¿Quién, sino el Dios que el universo admira
^ Guardadas, cual pudieran íí ladrones. Al hombre pudo hacer presente tanto,
Víctimas’ del error: ¡pobres cautivas! Y en nuestros pechos encender la pira
De su fuego sublime y sacrosanto?
Pues aquellas fanáticas piadosas
Opresas tras los pórticos y aldabas, ¿A qué son esas necias pretensiones,
E n vez de ser de Dios tiernas esposas, Que el mundo sabio al escuchar se espanta
¡De la superstición son las esclavas! Cuando rije el amor los corazones,
Y como ley de Dios es una y santa?
¿Qué significan los horribles votos
A que el alma insensata se condena, Si existieron amantes desdichados
Sino el temor de ver sus grillos rotos Que enfrenar sus pasiones no han podido.
Si desatasen la infernal cadena? Tristes pudieron ser los resultados,
Pero el móvil jamás culpable ha sido.
r >.
E n vez de amor universal, profundo.
Allí del odio pronuncióse el nombre. Dios nos diera el amor y los deseos
L a gran distancia haciendo ver al mundo Que forman de las almas la delicia;
Que hay de la ley de Dios, á la del hombre. Cúlpese de los torpes devaneos
Del hombre á la ignorancia y la injusticia.
Bajo aparente y deliciosa calma,
A poder traspasar las dobles rejas Si con indignación el pecho clama
i'i Tal vez pudiera conmovida el alma Porque el mundo os injuria y escarnece,
Sus lamentos oir, y amargas quejas. L a sociedad que vuestro amor infama.
Por su torpeza compasión merece!
Y elevar prosternadas en el suelo
A par de una tiernísima plegaria. ¡Monstruo, que pronimpiendo en vanas voces
La imprecación con que se queja al cielo La providencia atacas bienhechora,
L aliipocrita doncella octogenaria. ■' Cuando sus sabias leyes desconoces
N' * Comprende tu ignorancia y.... llora, llora!
Que la que aquí viviera sin amores,
Al plazo term inar de estéril vida. No mancilles del alma la pureza;
N i tiene quien mitigue sus dolores, Cuando un arcano impenetrable se halla
M deja quien la llore á su partida. Rijiendo á la sagaz naturaleza.
Acata sus decretos, sufre v calla!
De esa virtud que el corazón reprueba
Y que contempla Dios con faz airada, ¡Mártires del amor sublime y puro!
Cuando la parca nuestro aliento lleva Si se os afrenta, en la mundana historia
N o queda en este mundo nada, nada!... Al elevaros del terrestre muro
Hallareis libertad, salud y gloria!
Cuando la tierra se libró del caos
Y habló á la humanidad la voz divina Los que en la cárcel del dolor se m iran
Solo dijo: “Creced.,., multiplicaos'.'' Que son en nuestro globo tantos, tantos!
N o enseñó esas virtudes su doctrina. Que por amor y libertad suspiran,
¡Víctimas del error, mártires santos!
A vosotros, que amais sin esperanza
Porque otro dueño vuestro bien os roba, H asta que el trono del error se hunda
Mi tierna compasión también alcanza, Y á la escelsa verdad el paso ceda.
Y os brinda el alma su sencilla trova. Que en amor y lealtad su dicha funda.
Solo el consuelo de sufrir os queda.
Y ¿por qué no he de amaros y sentiros
l-t' Y apiadarme también de vuestras penas? Sufrir, solo sufrir! que el mundo aleve
¿No llegaron a mi tristes suspiros Insultaros podrá con risa loca.
De vuestras almas de ternura llenas? Si á profanar vuestro dolor se atreve
Con un sarcasmo de su torpe boca.
¿Acaso porque amasteis-imposibles
Con entusiasmo delirante y ciego. Sufrir, solo sufrir! que la vislumbre
Dejareis de ser buenos y sensibles Ya.se mira al través de las estrellas
Y de albergar un corazón de fuego? De un sol escelso que ds la alta cumbre
A inundarnos vendrá con luces bellas.
No imaginéis que un solo instante dudo
Que tan sublime afeéto sea loable: M argarita P. de C bljs .
^ u i é n apreciar en su ignorancia pudo
E l amor de inocente ó de culpable?

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