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hueso húmero

No 47 noviembre

SUMARIO
l'AULO DRIl\"OT/ !listoriografía, ide¡.)tidad historiogrífica
y conciencia histórica cn cl Pc[ú t
rossía r¡nunN,q posr-2000 (uN zA?pEo) / 14
R.Acr¡rjo (14), M.Chirif (17), R.Crisólogo (19), R.Espinoz¡ (42),
C. Fcrnández (44), V Gucrrcro (46), M. Ildcfonso (50),
E. Lal¡rraodcric (51). Ir. Martítr (55 ), F. Mclgar (57),
E. Murrugana (59i, J. tr¡jiuo (61), A. Dcl Vallc (64),
Yrigoycn (69)
E. Vélcz (66), J.
MIGUEL CASADO / Apuntcs dcl cxtcr ior: ¡rocsía y pcnsanricnto 72
JUI-lA WONG / Bocctos para un cuadro dc familia ts7
r-urs LoAyzA, JULto RAl,róN nlg¡vno/ca¡tas ll8
l'ETER ELMoRE / Antonio Cisncros: cl viajc a los trasntundos I)9
E¡ L.¡ rr \ s rr't tlDrLA
MARIO MONTALBETTI / At last Pcru l5t
LlO OIITECA / Birácora
.l U 159
MÓNtCA BELEVAN / Nicrzschc: o¡ígencs dc una tragcdia 162
IRENE CABRIIJOS / EL lcgado litcrario dc Ribeyro t7t
Lrsnos
cusravo ¡¡.v¡nÓu PATRIAU / El amor es [¡n dios matcrialista:
sobtc El g1cc de Ldpiel dc oswaldo Rcynoso r88
wILLIAM / Pocrras dc Magdaleoa Chocano
ROWE 196
,]osÉ tc N¡rc to rópe7 soRtA , Trc\ poenririo' 20r
AI-FREDO VILLAR / El Evangclio scgún JC 2t4
cHRtSIAN BERNAI- uÉt ¡ogz / visioncs localcs y globalcs 225
ULISES GONZALES / Iis rDáscaras y los nortcs dclirltimo copista 2)0

EN rsre Nú¡¡Eno 2)5

TAPA Y RETIRA DE L,\ TAPA: PINTURAS DT ALEJANORO ROMUALDO:


"W¡«Á¡¡" v "Sou¡n¡ o¡ WAKiN" rttispucrlvAMENTE.
LAY Our: JEsús Rurz DUR^ND.
VrñE'rAs: AcarrA GRoDÉK.
POEMAS Dtr MAGDALENA CHOCANO / 'La Iuz, pura matcria, sc encuenlra cxpucsta a la ca¡tlura por regímenes
sirDbólicos. La nlalcrialida(i cs cl lu¡¡ar (lclicitario clc la poesía conte¡u,
William Rowe poránea, ¡xlriluc ailí pag.-r sLr (lclt(l¡ a los sistcnas (le l)roducción sirlr-
bólica -que hoy sc llanl¡D «rltura- ¡rloducciór] quc ricnde ya a abarcar
todo, aún cl silencio: 'a la lrrz descoyuntada / pernrítanle su silcncio.,
M¡S(l¿lcn.1 Cho.,1no: airt¡t1t cl oisinlis],n¡ti1¡otln ( rnt tt¡uús).
B¡r(clon¡. Ir(ii(ioncs lns(rir¿s, 2005. (c(l ins(ri1¡s(¿,y¡Ioo.cs) Si ronrper con la palabra portador.r dc plusvalía siubólica
se hacc ccndicjótr incluclible dc la cscritura poéiica contcrtrporánea,
ruptrrra cuyos mollcntos pararligrrráticos se clan cn Ia antipocsÍa de
Parra, en la imagcn lczarrriana, o cn la crilica ¡] podcr dc llinoslroza, los
pocnas de Chocano asurtcll csta ncccsid¡tl al ltroponcl un rekr.ro a la
I primcr pocnra dc cstc libro, qLlc rcúDc una I)crcepci(')n pura. Nos Ilcvan al cutrpo penctra(lo 1t(}r la ntatcria.,rl sol
parte de la ¡xlrsía tociavía inúdita de Magdalcna Chocallo, pocra lirtcña dcritien(lo lltis tíur¡lanos'.'llabía autanccicio c¡t olro labcljnto,, (lice cl
que actual]lrcnte rcsicic cn llarcclona, alegoriza la cnlrad¡ cn el lcngr¡a- ruisn]o pocllt¡, ya rlcletreatclo una ¡risnta arnbigrrctiaci: ¿Sctát7 lítlt pdnt)s
ie poético cn Ibrnra dc csccnario: y litbcri t0l'orrtras tiei órgano rlt pcrcccpción aurlitiva, o rlrás []icn Iornas
dc ¡uale¡ia cxterna y dc allí ltistó¡ica: 'o cra sólo csa lltud¡ r]ano cscli-
los brazos sc agilan aparlando bicndo e¡r cl lnuro Mancs Tckcl Fares'?
las ramas tlc rrna flor.r no nacida
I-a pLrra nlalcrialidarl, nos dicc cste ljLlro, no cxislc sill la histori.r:
cstos nonrl¡rcs pálidos son hr¡mcclail
antbas pasan 1nr la escrilLlra (la arttora, vale la I)cna a¡tolarlo, es lantbiclt
tle hclechos inclasilicables cn los lxilnL¡los historiadora ). Et libr'o vr¡(ryr al lcrritorio 11c la pocsí.r dc ll0rlolfo Hinostroza,
en el quc Ia palabra poólica sc encllcnlra ¿travcsada por la histrtria, pero
Eludir las lijczas clasific"rtorias es evadir la claridacl canesiana,
1¡nrbién por cl ticrnpo cíclico/ulripico dcl nrito. Cotltto d ensimísnlo tiut|
ertrar en otro espacio:
comparle coD Catllt[t atura el rcchazcl al tic¡tpo dc las cosas, ticDrpo dcl
bajo los párparlos navcga una lLrz qtrc duda y consurno nlasivo. Sc difcrenci.l dtl libro dc Hinoslroza cntrc otras cosas
que fárfulla un nrclodioso del¡ate cn Ia nradrugada por su insistcncia co la ¡tale¡ia tle Ia perccpción, cn e[ ritmo quc rigc Ia
cxpcricncia, cn la sustitLlcia)n dc la expericncia por la creencia, qL¡c ltoy en
Esle espacio acústico envolvcnte y múltiplc sin perspecliva- una operación dcl cinisrno f'untlarnentalisla occiclcntal, se llama cultura:
hacc rebotar y así desautoriza la mirada lrascenclenlc: no hay, por eso, 'has cle creer pata sentir qL¡c tienes algo, / sicodo el tcncr cacla vez nrás
un yo poélico quc sobrevuela el cspacio del poenta. Lo cual no quiere decisivo, / y el scntir, apcnas somLrra clel tener.'
clccir qtrc sc tr.ltc cie ura poesía irnpersonal: cstá cl hablar que constiiu-
yc a ]a persooa, no su ccntralización eD un hablanrc [iio. Esta vucll¡ al se]]tir -y no, es (lJro. al scntintientrF problum,ltiza
la selectividad cle la memori¡ ('porque la bclleza / no cicrrc cl paso
Esta poesía, conrprinlicia cn e) pJano intelccrual. cs dilatada a otras bcllczas quc sc niegan a ntarcar cl cortpás'), cooro t¡mbién emplaza
-como pL¡pila indelensa- cn la conteurplación dc lo visiblc 1'una llecha Ios rilmos cxlcn)os qr¡e pro(lucen el scrtjdo (,(luc niegan el contpás, /
lcntísinra lagrirrca anle cl blanco'). Esta lentitLrd le cs ncccsaria para la rnáquira dc incidcnles'.) El 'rÍo de rcnrcmbranza, se hacc retlundanLc €
cvitar la ca¡ltura de la luz: 'pernrit.rn a csta luz / atravcsar sin notll¡rc... E'
licnte al'nr-'glo lirilp¡no de Dionisio', imagen prolunclarncnrc ambilua E
N
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que no¡rbra al escuclra paranoide del lirano histórico sin dcjar dc cvocar digamos, Sologurcn. En cl libro de chocano, cierta inccrli(lll'!rrl)r( (ll
al senfir ecsiático. Estos poemas llaman la atención sobrc la pérdida dc tono y léxico.rlcanza, a veces, Lln lllomento rellexivo cn quc cl lctt¡¡tt'tit'
la experiencia ('cl acontccimienlo / qL¡e se extinguc en la lejanÍa de un poélico rcvcla, crÍlicanlenl(]. su propi<l clesplazaniento: 'el sol sob¡r'l'r
sonido'), y contraponen'la arena anóni¡la', cs decir lo qrte escapa a la arena anónima / cinccla impcrccptibles horas / el estÍo sLlsl)cllso cll
medida del tiempo ('inrperceptiblcs horas'). pero tambiér y por Io mismo vcrsos y laberínricas playas cs cl doraclo raslro / quc una sicrpc cstclar
escapa a la medida tlel verso, dcl rctr¡rno sobre el espacio cle la página. deja sobre la lierra.'Aquí cl lenguaje simbolista cielata el cleseo dcl ¡litt¡,
sin embargo la fuerza tlcl mito queda engastada eD otra superl'icic. l¡
Si Ll nateria, la bcilcza, cs sin medida, entonces el recurso del rit¡to dcl
(lc
verso ya no sirvc pala Inanlcncr tenso al arco del desco. Sc qr¡icbra esc una materialiclad sin síml¡olos: 'un territorio opaco y cegador" La luz
recurso primario de la pocsÍa. Por cso, scguranrenle, la imprcsión que dan del sol, aluviónica, anlecetie, sobrepasa la rcticulación simbólic¡'
ciertos pocnas de este libro de eslar dcsarticulados o, para clecirlo co¡t
más prccisión, se produce una suertc cic indecisií)n cn el plano sintáctico: Cuando Ialla el dcsco, Ialla la lonna poética: es el ploblerla tic
si mayonDente se manticnc Ia hilación sintáclic.1 entre las frases, su 'una época tie pcqueños anlorcs fit¡sLraclos', lo cual itnplica el encucnll-o
subordinación a un prhcipio de continuiclad, hay mor:]entos cn quc ésta antagóDico con cicrtos inlerlocutorcs, incluso cierlo interlocutor itl-
sc estira y sc atenúa, las lrascs se dispersan cn cl cspacio blanco de la página, terno ('hasla la poesía te parecc baslantc dcspreciable'). Está en jucgo
y sólo una lcctura muy alcnla. vale decir una rclcctL¡ra, dcscr¡l¡¡e la la rnedicla cn que el devenir dcl poetna depcnde del otro del h'lbl¡'
constancia de una relación. La ulateria significanre 1'el allabelo solemne En cierto norneDto anlbos 5e cnfrentan rcflexivamente: 'permitan a
como un rí<¡ desbordándose hacia cl crepúsculo') tien(ie a rcbasar la csta luz / atravcsar sin nonlbrc / per¡nitan a las pupilas cabizbajas scr la
Iornación de )as palabras y su ordenamiento lineal, elccto qrtc se rcgistra 1uentc...'El poema habla: conlra el cnsil'nisnranliento, contra el pcliglo
en las cinco'ilustraciones'que el libro incluyc y quc se aproxüuan a una dc que la ¡rocsía, frenlc a u¡ra cultura ya hostil, ternlina hal¡lánciosc a rÍ
poesia visual. Estas rupturas del tlecurso lineal de la signil'jcación son n)isna. ¿Qttiéocs serÍan los dltcños clc aqucl nolnbrar que los pocln¡s
síntomas del paso de una pocsÍa a otra y la sintaxis, justanentc, vcnclría tratan de clutlir? Por uoa parte, serán los ducños dcl discurso, dc las
a scr el lastre de la poesía latinoanlcricana, su dcuda para con Ia lengua, medios culturalcs. Por otra parte, se Ies atribuye la capacidad de rcspon-
cuyo armaz(rn, a pcsar dc westphalen, de Eielson, dc Hinoslroza, sigue der a la palabra poética ('rucgo per¡nitan a esa luz / rielar sin runtbo'):
a¡rastrando un pasaclo indigesto. ¿scrán lectores hjpócritas, a caballo cntrc la poesía y lo que ésta neccsit't
eludir, capaccs cle leer'la aSonía de la luz' como metáfora del ocaso, cs
Una de las vertienlcs dc la otra pocsía latinoamericana contcm- decir en clavc sinbolista. noslálgica, pero tanbién como registro dc ttrt
poránea, se caracteriza, según scñala Eduardo Milán, por su 'indi[e- proceso físico. ya no Irislórico, cic descomposición? La pocsía, a pcsar (lcl
rcncia... antc la medicla': sc t¡ata de una poesía quc ploli[era, cn lugar tono de oración, no se dirigiría, cn este caso, al Otro atemporal. sitlo a
de buscar estructuras vcltic¿lcs, csas qLle van iracia la trascendencia. Ios posiblcs depositarios -históricos- de Ia trasccnclencia. De ¡llí
En el libro de Chocano. corno ya señalalnos, Ia D1¿telia. en el devenir que las lrecuentes incursiotrcs en la poesía de Magdalena Chocano, tlcstle
es el poema, a rro¡nentos sc cscal)a a la meclición: esta cs una de sus su se¡¡untlo libÍo \Es¡ralatel1la en cldr)scuro), de las esccnlicacioncs ¡lt'l
propuestas rlás im¡rortantcs. Sin clnbargo, a veces el poema sc dcj;t poder y dc mLlestrar ios cle su disctt¡so.
captrrrar por el lenguajc cle la poesÍa simbolista, couro en los siguientes
versos: 'y se avecinan nrás sombras vagarosas / que empttjan cuerpos Si los intcrloctltol'es son conducto¡es de la cxteriorid'ld a I¡
amansados por cl invicrno.' Decir poesÍa simbolista, es refcrirse a cicrto quc se tlilige cl pocnra, tcndrán, sin embargo, en cuanto figuracitirr rlc
o Iéxico, cierto tono, que recurre cn la |oc5;¡ p.'rurnn desdc' Egurcn a, la lectura, otra calactcríslica: comparten un léxictl nlarcado pol tlll'l
I
.o
J H
proporción de yocablos y frases antiguos (como'vagaroso','aureolado',
'ccniza mía ya acaecida', Jubiloso coro','alma bilronte'). Es inás, los que
TRES POEMARIOS /
detentan el poder discursivo se asocian con cierto clasicismo del ritmo José Ignacio López Soria
('atravesar sin nombre.../... cabizbaj as ser la fuentc') ¿Se trataría de
alguien para quien ese ]éxico significa la inmcdialez? ¿O para quien Io
lnnediato encuentra su historicidad en ese Iéxico? ¿Conciencia crítica
del lenguaje, o inconsciente linguístico? O, tal vez, Zse trata¡ía de un
resto que el proyecto conversacionista de los poetas de la generación
del 1970 no logró conjurar? Aclarcmos: la propuesta de llevar el léxico
poético hacia lo coloquial ya a estas alturas parecerÍa que redujo la
conrplejidad histórica clel idiorua, es dccit cn cuanto continúan por
la lengua en el Perú olros legados. ELTEOREMA DE YUI O DEL
DISOLVERSE DE LAS CONTRADICCIONES
Si la imagen es Ia sustancia inte¡io¡ del poema, y el poder la
bisagra de su exterioridad, Ios momentos más interesantes de este libro
son aquellos en que la relación ent¡e embos se carga y se alegoriza, como
en cl poema final donde se vuclve a visitar la cavcrna platónica, escena- ostuvc hace ya tres años, cuando me tocó
¡io clásico de Ia relación cntre la verdad y el discurso, para detornarla. coner\tar Aplllgía pru totalidad, queErrrique Verástegui andaba metido
'Ojos deslumbrados por la sombra del luego': la escena primaria de en Ia difícil tarea de concilia¡ dos extremos, ciencia y poesía, que Ia
la idca es dcvuelta al deslumbramiento ('turbación de Ia vista por luz cosmoyisión mode¡na ha colocado en nichos opuestos. Hablé entonces
demasiada o repcntina', dice el diccionario). Las'verdades eternas' de su osadía cn cl uso del lenguaje, de su curiosa defensa de una tota-
dcvienen 'risas', 'algarabía subtc¡ránca'. El sujeto del conocimiento cs lidad hecha de dive¡sidades y de sL¡ recurso a Ia paralogía. TÍtulé mi
de sexo femenino ('ríe el)a'). La materia se escapa al concepto, pero no a comentario, que publicó Hueso húmero, "Pied¡as de escándalo" porque
la imagcn, es decit la imagen cuya genealogía pasa por Lezama y Bataille, estaba convencido de qlte Apollgía pr1 t1tllidad era, ante todo, una provo-
siempre que entendamos que éstos serían sus glosadores y no inycnto- cación, una invitación estridente a salir de la modorra que nos aqueja
para emprender nuevas búsquedas por caminos no transitados y hasta
res. Chocano descubre, en las páginas de materia visual que acompañan
a los poemas, yarias lonnas de t¡asladación entre imagen, sonido y grafía,
conside¡ados intransitables por la cordura ambiental. Se ne dijo enton-
'partituras'de la luz-sonido, entre ellas los dibujos anti-cartesianos ces, y no sin razón, que me estaba inventando el "pensamiento Verástegui".

hechos por Descartes, que eluden el papel rector del discu¡so. Estas Este comentario, entre crítico y amistoso, de Abelardo Oquendo accrtó a
t¡asladacioncs no implican una tercera instancia superior, rectora de la entender que mi lectura de Verástegui no pretendía, como quiere la crítica
equivalencia ('leyes draconianas'), sino un cstadio inferior o aoterio¡ tradicional, dcscifrar racionalmente las claves de un texto supuestamente
('la proscrita / alucinación de un canto'). Se producc, cn suma, una cifrado. Lo quc intenté entonces fue más bien dialogar con una escritura
provocadora que sugiere más de lo que dice, que desencadena procesos
alteración del estatuto del scntido. La cscritura deja de supeclitarse a la
representación -'fuimos capturados por una imagen', dijo Wittgenstein- racionales, afectivos y siubólicos que trascienden la escritura misma.
y se hace registro de Lu¡bulencias,

o I verástegni, Enri(tr.rc. Tcorcn)a dc Y Lim.r, Arte/Reda, 204. 2l p.


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