Si sueltas un objeto muy liviano y otro muy pesado, estos caerán al

mismo tiempo.

Historia y Antecedentes

A 50 años de la verificación, nada menos que en la Luna, del conocido experimento del
martillo y la pluma, sobre el que Galileo teorizó hace 400 años.

Durante los minutos finales de la tercera actividad extravehicular del Apolo 15 en 1971,
se realizó este pequeño experimento de demostración. Un objeto pesado, un martillo
geológico, y un objeto ligero, una pluma, se liberaron simultáneamente desde
aproximadamente la misma altura y se dejaron caer a la superficie. Dentro de la
precisión de la liberación simultánea, se observó que los objetos experimentaban la
misma aceleración y golpeaban la superficie lunar simultáneamente, lo cual era un
resultado predicho por una teoría bien establecida por Galileo hace más de 400 años.

¿Y si esto se experimentara en la tierra?

Por supuesto, en la Tierra no funcionaría de esta manera. Esto es debido a que el planeta
está encerrado en una burbuja de gas, la atmósfera, que causa un efecto llamado
resistencia aerodinámica, particularmente en objetos que tienen un área de superficie
relativamente grande, como plumas o tela. El efecto es causado por la presión de un
medio, como el aire, sobre un objeto sólido.

Por esa misma razón, cada vez que te mueves estás empujando contra el aire. Cuanto
más denso es el medio por el que se mueve el objeto, más fuerte es la presión de arrastre
(por lo que es más difícil mover el agua que el aire).

Por cierto, la resistencia aerodinámica también es lo que permite que funcionen los
paracaídas, la presión de arrastre sobre el área de la superficie de la tela es suficiente
para ralentizar el descenso a una velocidad segura. En cuanto a la Luna y la prueba
realizada por el apollo 15, no hay atmósfera y, por tanto, no hay resistencia
aerodinámica para frenar la caída de los objetos.
¿Porque sucede?

Pues la Luna carece de esta atmósfera gaseosa que nos permite, entre otras cosas,
respirar en la Tierra, y por esas vicisitudes de la Física de fluidos y la
aerodinámica cuando un cuerpo atraviesa el aire experimenta un rozamiento que resulta
determinante para atenuar la caída de la pluma, pero en el caso de un objeto con mayor
masa, como el martillo, no suponga un obstáculo apreciable.

Y como dijimos anteriormente Cuanto más denso un fluido, más complicado resulta
atravesarlo, pero y si vamos a la Luna, allí no hay densidad debido a la ausencia de
atmósfera, por tanto, la aerodinámica resulta ajena y por ello la pluma no va cayendo
lentamente al suelo entre movimientos oscilantes. Por esta razón los sistemas de
aerofrenado mediante paracaídas sí se emplean en las misiones espaciales a Marte, pero
no en la Luna. Esto es debido a que El planeta rojo tiene una tenue atmósfera y aunque
con tamaños mucho mayores que los que permitirían un aterrizaje suave en la Tierra al
menos resultan de utilidad.