Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Humor y Psicoanálisis - Un Asunto Serio - Szabó D
Humor y Psicoanálisis - Un Asunto Serio - Szabó D
Diana Szabó
Decía Mark Twain (1835-1910) que: “El problema con el humor es que
nadie lo toma en serio.” Intentemos hacerlo, entonces. “Lo propio del hombre
es reír” afirmaba François Rabelais (1494-1553) en el epígrafe de Gargantúa
y Pantagruel. Si bien algunos etólogos señalan que los primates enseñan los
dientes frente a lo absurdo e incomprensible, se trata más de un rictus, en
cambio la risa como el lenguaje articulado son atributos humanos. F.
Nietzsche (1844-1900) opinaba que “El hombre sufre tan terriblemente en el
mundo que se ha visto obligado a inventar la risa”. Por algo en el teatro
griego, las máscaras de tragedia y de comedia siempre van unidas. Freud
(1927) concuerda con esta visión, ya que desde la perspectiva económica de
su metapsicología, considera que la ganancia de placer humorístico proviene
del ahorro de energía psíquica que se “gastaría” a través de otro afecto
displacentero. Frente a una situación que amenaza con producirnos enojo,
dolor, terror, espanto o desesperación, la súbita ocurrencia de una broma
puede transformarlos en risa. Por ejemplo: un grupo de adolescentes está
reunido en casa de uno de ellos, cuando el abuelo comienza a bajar la
escalera del segundo piso, tropieza y al comenzar a caer, grita: “- ¡a la carga
mis valientes!”
1
otras formas de placer derivadas de la actividad intelectual y cultural, como
la emoción estética frente al arte y la creación. A la vez, tanto el rechazo a
las exigencias de la realidad como la imposición del principio del placer,
implican un breve movimiento regresivo.
¿Por qué el humor nos hace reír? El humorista produce un eco o copia
de sí mismo en nosotros, es decir que en el espectador se producen rápidos
juegos identificatorios, parciales y fugaces. A la vez, la risa es una de las
2
conductas más contagiosas y dentro de un marco de intersubjetividad que
siempre incluye a un tercero simbólico (el lenguaje, la cultura), son
necesarios al menos dos sujetos para que estalle la hilaridad. La fisiología
sostiene que la risa es un remedio infalible, es analgésica y sedante, es
capaz de modificar la neuroquímica cerebral estimulando la secreción de
endorfinas, hormonas euforizantes naturales, al igual que lo hacen el
ejercicio físico y la actividad sexual. Cuando nos reímos se mueven 80
músculos, particularmente el diafragma, al ritmo de las carcajadas. Al modo
de una curva orgásmica, luego de un aumento inicial del nivel de excitación,
la descarga jocosa produce una relajación que estabiliza el sistema
neurovegetativo, tanto el simpático como el parasimpático, distiende la
musculatura esquelética, disminuye la presión arterial y duplica la cantidad
de aire recibida por los pulmones. Resulta en una disminución de todas las
hormonas relacionadas al stress e incluso se sostiene que eleva la
inmunidad. Hay quien asegura que 20 segundos de risa equivalen a 3
minutos de ejercicios sostenidos.
3
¿Qué pasa cuando nos cuentan un chiste? Al inicio, el argumento
capta la atención, despierta su interés y la distrae cautivándola con detalles
que producen un incremento del monto de libido que inviste el
preconsciente, produciendo una cierta estasis libidinal. Es la preparación al
placer frente a la representación-expectativa de un juego de palabras
liberador (Alizade, A. M.,1981). Este placer previo es una prima que
incentiva y trata de sobornar a la crítica del oyente, confundiéndola con
astutos ardides para tomarla por sorpresa y lograr derogarla, consiguiendo
su complicidad y permitiendo que un sinsentido que nos desconcierta
adquiera súbitamente un sentido nuevo que ilumina lo prohibido. La risa
estalla cuando un monto de energía psíquica que era utilizado para investir
la represión, catexis de contracarga, se descarga libremente porque esta se
volvió innecesaria de forma efímera. Esta consumación, momento de
incremento abrupto de placer, produce una brusca zambullida en el
inconsciente de una ilación de pensamiento preconsciente que es fugazmente
entregada a la elaboración por las leyes del proceso primario, a la vez que
su resultado es nuevamente rápidamente aprehendido por la percepción
consciente. Es decir que las pulsiones toman al chiste a su servicio,
confiriéndole poder psíquico y con la guiñada cómplice del ingenio, se
produce una realización de deseos prohibidos, como sucede con las otras
formaciones del Inconsciente. Entonces por un momento las pulsiones
parciales perversas adquieren un estatuto social consentido, por lo que sería
la realización de deseos que más se aproxima a sus fuentes (Pereda, A.,
1983). Así, el humor del chiste puede transformarse en llave que entreabra
el Inconsciente (Vallespir, N., 2000) Es este alivio por el ahorro de energía
que se gastaría en represión o inhibición, lo que aligera el aparato psíquico y
proporciona el sentimiento placentero, a diferencia de lo que sucedía con el
humor en que se ahorraba el gasto en sentimiento doloroso.
4
la condensación, el desplazamiento, las formaciones sustitutivas, la
figuración, los contrasentidos, la simbolización, verdadero trabajo del chiste,
análogo al trabajo del sueño. En este omnipotente y mágico juego con las
palabras, la brevedad significante que nos sorprende, permitiendo la
comprensión instantánea, consiste en un brusco movimiento psíquico de
sustitución metáforo-metonímica que produce el placer mayor de la descarga
(Alizade, A. M., 1981). D. Anzieu (1980) considera al ingenio como una
pasión que simula tomar como objeto al lenguaje, sirviéndose del código a la
vez que se burla de él, para que una verdad oculta sea develada por un
instante a partir del cuerpo como verdadero objeto inevitable e inexplicable
de todo discurso.
5
del chiste es el goce del contrabando. O sea el de transgredir, pero de un
modo tan hábil que el aduanero no tiene más remedio que reírse también.”
(Ib., p. 716).
BIBLIOGRAFÍA
6
Burel, H.: El francotirador. Diario El País, Montevideo, 31/7/2100.