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Consagración de la propia voluntad a la Reina del Cielo

(S.D. Luisa Piccarreta)

Mamá dulcísima, heme aquí postrada a los pies de tu trono, soy tu pequeña hija que
quiere darte todo su amor filial, y como hija tuya, quiero entrelazar todas las oraciones,
las jaculatorias, las promesas, de no hacer nunca mi voluntad, que tantas veces he
hecho y formando corona, quiero ponerla en tu regazo como testimonio de amor y de
agradecimiento a mi mamá.

Pero esto no me basta, quiero que la tomes entre tus manos como señal de que aceptas
mi don, y al toque de tus dedos maternos me la conviertas en tantos soles, al menos
por cuantas veces he tratado de hacer la Voluntad Divina en mis pequeños actos.

¡Ah! Sí Madre Reina, tu hija quiere darte los homenajes de luz y de soles
refulgentísimos, sé que tienes muchos de estos soles, pero no son los soles de tu hija,
en cambio yo quiero darte los míos, para decirte que te amo y para comprometerte a
amarme.
Mamá Santa, tú me sonríes y con toda bondad aceptas mi don, y yo te agradezco de
corazón, quiero decirte tantas cosas, quiero encerrar en tu corazón materno mis penas,
mis temores, mis debilidades, todo mi ser como lugar de mi refugio y quiero consagrarte
mi voluntad.
¡Oh! Mamá, acéptala, haz de ella un triunfo de la gracia y un campo en donde la Divina
Voluntad extienda su Reino.
Esta voluntad mía, consagrada a ti, nos hará inseparables y nos tendrá en continua
relación, las puertas del cielo no se cerrarán para mí, porque habiéndote consagrado mi
voluntad, a cambio me darás la tuya, así que, o la mamá vendrá a estar con su hija en
la tierra, o la hija irá a vivir con su mamá en el cielo, Oh! Cómo seré feliz.
Escucha mamá, para hacer más solemne la consagración de mi voluntad a ti, llamo a la
Trinidad Sacrosanta, a todos los Ángeles, a todos los Santos, y ante todos declaro con
juramento, hacer solemne consagración de mi voluntad a mi mamá celestial.
Y ahora soberana Reina, como cumplimiento te pido tu santa bendición para mí y para
todos, tu bendición sea el celestial rocío que descienda sobre los pecadores y los
convierta, sobre los afligidos y los consuele, sobre el mundo entero y lo transforme al
bien, sobre las almas del purgatorio y apague el fuego que las devora, tu bendición
materna sea prenda de salvación para todas las almas. AMÉN.

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